viernes, septiembre 5, 2025
Home Blog Page 28

Ludmila Sedova: la artista que reflejó a Maradona, Messi y al alma del fútbol en sus obras

Por Martina Espada

La artista plástica y diseñadora de indumentaria estuvo presente en los Juegos Olímpicos 2024 para mostrar sus pinturas. En 2022 participó como jurado de un concurso artístico en la FIFA, previo al mundial, y exhibió una obra de Lionel Messi y Diego Armando Maradona. Es fanática de San Lorenzo de Almagro y retrata la esencia del fútbol.

El trabajo y fervor de Ludmila Sedova recorre el mundo, extendiéndose a sus brazos adornados con tatuajes de mándalas. Ha llegado a diversos destinos como la FIFA, antes del mundial de Qatar 2022, y a los Juegos Olímpicos de París. Su arte también tocó la puerta de los ídolos y astros de la Selección Argentina, los 10: Lionel Messi y Diego Armando Maradona.

Le regaló a Diego el cuadro “entre Fiorito y el cielo” antes de que falleciera el 25 de noviembre de 2020. Dedicó cuatro meses solo a eso para que llegara al día de cumpleaños número 60 como regalo. No logró ver cómo reaccionó, ni tampoco qué le pareció; sólo recibió la foto de él con su hijo. Le quedó un vacío muy grande. Para ella fue durísimo: no pudo pintar por un mes tras su muerte. En medio del mundial 2022 siguió el camino del cuadro por las redes sociales y vio que sería subastado. Se pagó alrededor de 3 millones de pesos. Ahí Lú se volvió a encontrar con Maradona. 

Desde chica lo quería retratar. Estaba en un palco de la cancha de San Lorenzo, lo vio y le dijo: “Yo dibujo, algún día te voy a pintar”.

—¿Hay alguna obra que consideres más significativa o desafiante?

— Varias según de qué lado lo mire. La obra que pinté para Diego fue la más significativa para mí, hacerle un regalo no es fácil. La de la FIFA es la más desafiante, se iba a ver en todo el mundo y solo eligieron a siete artistas. Era un poco de presión. La que pinté de Diego y Messi besando la copa fue el desafío más difícil porque inventé la imagen de cero y fue una búsqueda complicada. Lo bueno es que después la firmó Lionel. 

Empezó creando una obra en la que Maradona estaba grande y Messi abajo chico. Después lo volvió a hacer, pero al revés. Luego los unió a los dos astros con la Copa del Mundo –obra que le costó porque la diseñó desde el principió–. Walter Kolm, un productor musical que manejó la carrera de Juanes, Carlos Vives y Maluma, entre otros artistas, le compró esa pieza y le prometió que Messi la firmaría. Cumplió. Ludmila ya había tenido contacto con el capitán de la selección en el mundial de Rusia 2018. Le había dado un cuadro pequeño que –dicen– lo tiene colgado en su habitación. 

Sus retratos de Leo y Diego no solo inmortalizan a estos íconos, sino que también reflejan la intensidad y la pasión de sus gestas. Antes de Qatar se dedicó a pintar a los 10 de la Selección Argentina, aunque había un traba que no le permitió mostrarlas: no sabía si subirlas por un tema de cábala. Divulgó su trabajo, con una canción de Valentín Oliva (Wos), y se viralizó: a mucha gente le gustó. Desde entonces, el público ha respondido con entusiasmo a su trabajo, encontrando en sus pinturas una conexión profunda con sus héroes y sus pasiones. Ludmila no sólo pinta, sino que transforma cada imagen en un relato épico que repercute en el corazón de los aficionados al fútbol.

 —¿Qué impacto esperás que tus pinturas tengan en el público? 

—Siempre es lindo impactar en ellos. Recibo montones de mensajes de personas que no me conocen devolviéndome mucho amor y agradecimiento por lo que hago. Evidentemente les llega. Yo creo que lo que uno hace con el corazón siempre tiene impacto. 

—¿Y cómo deseás que se sientan al ver tus obras? 

—Me gusta mucho cuando se emocionan. Me ha pasado con clientes que se han puesto a llorar cuando ven el resultado de lo que me pidieron. Eso habla de que fue bien interpretado y es una sensación muy linda saber que llega a emocionar a quien lo ve. Hay gente que pinta mucho mejor que yo y quizás cuando ves su obra no te transmite nada. Siempre intento transmitir mi alma y mi esencia para que quien lo vea lo reciba. 

Viajó rumbo a París para exponer unas obras en la embajada argentina de Francia durante los Juegos Olímpicos pasados. En el metaverso de fútbol Guardians Of The Ball (GOB) presentó una muestra denominada “El Olimpo de los Dieces” –por un homenaje a los dioses del fútbol– con obras de Messi, Maradona y Mario Kempes. 

Su participación en los Juegos Olímpicos de París y la creación de una obra para la FIFA demuestra su habilidad para fusionar el deporte con el arte de manera impactante y con su estilo distintivo. Fue elegida por la FIFA en agosto de 2022 para representar a Argentina y ser jurado del concurso artístico “Your Dreams”. Además, plasmó en un lienzo la gloria inmortal: la Copa del Mundo.

—¿Cómo fue el momento en el que te dijeron que ibas a hacer algo para la FIFA?

—Fue increíble, mucha presión, nervios y miedos. Pero también felicidad y orgullo por haber sido elegida para representar a mi país.

Según la situación en la que se encuentre, se inspira con melodías para poder crear. Suele escuchar cánticos de las canchas, rock, cumbia, tango o música clásica. La pasión por el arte y el fútbol se fusionó un mes antes de la pandemia. Comenzó este episodio cuando trazó a la hinchada azulgrana en su atelier que ella llama su edificio de arte. En el lienzo, la cancha de San Lorenzo se convirtió en un escenario casi místico, donde cada pincelada recuerda la historia y la emoción del juego.

Es hincha –fanática– del Cuervo desde pequeña y su papá le transmitió la pasión. A los siete años ya era socia. Con 38 lo sigue siendo y suele ir siempre a la cancha. En sus obras inmortaliza a la hinchada, los colores y los alrededores del campo de juego. Hizo una obra para el club que luego tomó la decisión de donarla para que se lleve adelante una subasta y que los fondos aporten al regreso de Boedo. El 2 de diciembre de 1979, la institución fue obligada a vender el terreno durante la dictadura militar que tuvo lugar en el país desde 1976 a 1983 . 

—¿Cómo influye la cultura del fútbol argentino en tu trabajo artístico?

— Bastante. Lo que más amo del fútbol es el folclore. Si bien me gusta que me pidan retratos de Messi y Diego, poder jugar con la cultura, los colores y la música. 

Para ella lo más lindo que tiene el fútbol es la gente. En sus obras del Ciclón captura el sentimiento y la gracia de las personas.

— ¿Cómo es la preparación previa y cómo hacés para motivarte? 

—  Cuando voy a arrancar una obra siempre encuentro un vacío antes, en dónde está la búsqueda. Más allá de que muchas veces me baso en referencias, es un proceso sentirla para poder comenzarla. No me sale pintar automáticamente o copiar algo porque sí, necesito inspirarme antes para que realmente transmita algo. La motivación muchas veces la encuentro en la música, en videos de referencia de lo que tengo que pintar, o simplemente viendo videos míos pintando otras obras. A veces cuando la inspiración no nace hasta leo comentarios y mensajes que me manda la gente. Eso me da mucha energía para seguir. 

— ¿Hay algún artista que te haya influenciado?

— No, siempre digo lo mismo. No soy de mirar lo que hacen otros ni compararme. Influenciarse por otro significa en cierto modo tomar cosas de ese artista o copiar. Por suerte nunca necesité eso, estudié muchas cosas y encontré mi propia identidad.

Ludmila tiene un estilo único con un enfoque innovador y una capacidad para fusionar elementos tradicionales con técnicas contemporáneas. No solo hace cuadros relacionados con el fútbol, sino que su creatividad y la habilidad artística se extienden más allá de ese campo. Pinta por encargo y sus ilustraciones giran alrededor del mundo gracias a su cuenta de Instagram.

El odio hacia los deportistas en las redes

Por Bruno Berrueta

Las redes sociales cumplen un rol fundamental en la sociedad actual, siempre está la posibilidad de subir, comentar o compartir una publicación. Si bien internet fue creciendo con el pasar de los años y hay gente que se puede dedicar exclusivamente a subir contenido, otras ven la posibilidad de causar daño con mensajes discriminatorios u ofensivos. El odio que reciben los deportistas crece y en el presente se convirtió en habitual. 

Las personas que hacen comentarios negativos, tanto en las publicaciones como por privado, se mantienen muchas veces en el anonimato y eso les da cierta sensación de impunidad para escribir mayores insultos, sabiendo que no harían lo mismo si estuviesen cara a cara. Además la mayor cantidad de haters, usuarios que difunden el odio, no son conscientes del alcance que tiene su mensaje y del verdadero dolor que pueden generar. 

Delfina Pignatiello deslumbró a todos los allegados a la natación en su adolescencia, rompiendo todo tipo de récords y su participación en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 causaba muchísima ilusión en Argentina. La pandemia hizo que la nadadora no pudiese prepararse de la mejor manera estando cinco meses afuera de las piletas cuando en un año normal se tomaba solamente una semana de vacaciones. Tras no poder entrenarse de una forma correcta, los resultados en el país asiático dejaron mucho que desear. Durante toda la competencia Pignatiello recibió miles de comentarios horribles por las redes sociales, tal es así que decidió borrar sus cuentas personales por un tiempo y además dejar de nadar profesionalmente para poder dedicarse a la fotografía: “Me atacaban con total impunidad. Me llegaron a decir fracasada de mierda y lo peor es que yo me lo creí”, contó en una charla TEDX Río de la Plata. 

Si bien los atletas con cierta trayectoria en la elite están más expuestos a recibir mensajes o comentarios negativos, también se ve cada vez más en jóvenes que recién están ingresando al alto rendimiento, causando en ellos una evidente desmotivación. Como en el caso de Santiago Rodríguez, jugador de All Boys de 22 años, que lleva tan sólo 10 partidos con el equipo profesional, pero igualmente sufrió en sus redes menciones negativas y aclaró que con la experiencia que tiene en la actualidad no lee nada, pero en sus principios no lo tomaba nada bien: “El año pasado cuando me tocó jugar varios partidos seguidos, me metía a Twitter para saber qué pensaba la gente de mí y si bien había buenos mensajes siempre son más los negativos y eso me hacía dudar de mí rendimiento y me desmotivaba bastante, pero al mismo tiempo uno quiere saber qué piensa el hincha”

El odio es contradictorio porque cuando alguien se descarga, en este caso contra otro por internet, causa, según Ignacio Morgado, autor del libro “Emociones Corrosivas”, síntomas horribles en el cerebro ya que la corteza pre frontal está muy activa y el individuo trata continuamente de satisfacer esa sensación de desprecio. Esto está acompañado de otros sentimientos negativos como la ira, angustia o decepción y aumenta las posibilidades de sufrir estrés. A nivel físico puede producir tensión muscular, hipertensión y malestares intestinales. Es decir que paradójicamente, en la mayoría de los casos, crea más daño en el que está mandando esos mensajes que en la que los recibe. Por último el odio muestra un doloroso reconocimiento, difícil de aceptar, de impotencia o inferioridad hacía la otra persona. 

El Centro de Investigaciones en Estadística aplicada (CINEA) hizo una encuesta de la que participaron 1250 argentinos mayores de 15 años y los resultados demostraron que más del 50% experimentó episodios de agresión y/o acoso. El 15% comentó que la agresión fue sobre su género, el 11,7% la vinculó con su aspecto físico y un 10,7% a sus ideas políticas. Otros de los temas que causan más insultos son la orientación sexual, la religión y racismo. Este último punto es el que más se nota en el ambiente deportivo, ya que en una encuesta realizada en 2021 por Pickswise, portal de apuestas deportivas, se demostró que de los 20 más odiados 16 son de tez morena. LeBron James es el jugador que más comentarios negativos recibe en las redes con un promedio de 366 mensajes por día. Seguido por Marcus Rashford, futbolista del Manchester United, y Tom Brady, ex jugador de fútbol americano. 

“Lo más recomendable es no leer nada, por más que sea tentador saber qué dicen o piensan de uno, lo mejor es no entrar en los comentarios. Yo hago eso, tengo todo silenciado y cuando me mandan algún mensaje agresivo no lo respondo, prefiero quedarme con los positivos”, confesó Valentin Torres Erwerle, actual jefe de prensa de Riestra, pero que también se desempeña y acumula más de 200 mil seguidores en Twitter, ahora X. 

La red social comandada por Elon Musk es en donde se ven más agresiones y en donde es más difícil eliminarlos, ya que el algoritmo premia a los posteos que más reacciones tienen y precisamente los de odio son los que más interacciones generan. De esta forma no importa si es algo bueno o simplemente un insulto, ya que se puede subir todo tipo de contenido y no existe ninguna censura. En cambio en otras, como por ejemplo Instagram o Tik Tok, si existe cierta restricción a los insultos, pero de igual manera no están completamente exterminados. 

Los periodistas deportivos también funcionan como centro de las críticas al estar expuestos en sus respectivos programas y/o coberturas de partidos todo el tiempo, por eso es que Catalina Barbot, quien trabaja en el medio TyC Sports, confesó que trata de no verse afectada, pero que los comentarios malos le duelen: “Me parece una locura que se usen las redes de esta forma, ya que son un medio para poder crear cosas positivas”, y agregó que está en uno no fomentar el odio, “porque a veces nos reímos cuando se critica a otra persona”. 

“Entiendo que el fútbol se mira más con el corazón que con los ojos y a partir de esa pasión parece que todo está permitido, pero me resisto a pensar que una persona te insulte y te desee lo peor, como una enfermedad o la muerte de un hijo, porque vos dijiste que era penal y el otro piensa lo contrario, el hincha quiere escuchar algo a favor de sus intereses pero esa no es mi función, yo tengo que ser honesto y objetivo, no me pagan para endulzar oídos”, reveló Fabián Godoy, comentarista de partidos en DirecTV y TNT Sports. Además agregó que se debe evitar la naturalización de insultos en redes como si fuese algo lógico de los tiempos de hoy. 

Muchos deportistas se fueron alejando de los medios de comunicación por los malos tratos, pero otros también lo hicieron por el simple hecho de no poder ver ese daño hacía sus colegas. Thierry Henry comentó en sus cuentas personales que se iba a retirar por un tiempo de internet hasta que los dueños de las redes sociales sean capaces de regular sus plataformas ya que el gran volumen de racismo, intimidación y tortura mental resulta demasiado tóxico para ignorarlo.

Martina Gil: triunfar en un deporte que pocos conocen

Por Morena Baulde

Martina Gil es una gimnasta argentina de elite. Nació el 3 de noviembre de 2003 en Haedo, aunque toda su vida vivió en Ramos Mejía, aún en la actualidad. Es la N°2 de Argentina en gimnasia rítmica y forma parte de la Selección Argentina. Se muestra transparente y a su corta edad parece ser una chica que todo lo puede. Doble carrera universitaria, duro entrenamiento, representar al país y mucho más. También habló respecto a la poca visibilidad y apoyo que tiene la gimnasia rítmica en Argentina.

Martina es una joven que arrancó con este deporte con tan solo 4 años, en Estudiantil Porteño, sin imaginar todo lo que iba a conseguir en el futuro. Aunque la duda, quizás, sea por qué la familia eligió mandarla a este hermoso pero no tan conocido deporte. “Mi papá entrenó toda su vida en Estudiantil Porteño desde que era muy chico. Siempre estuvo muy vinculado con la vida en el club. Cuando nací yo, querían que hiciera algún deporte y al único que te podían anotar de tan chiquita era gimnasia rítmica y por suerte desde esa edad entreno”.

A los 7 años tuvo su primer Torneo Nacional. En 2021 dio el salto a lo internacional y se clasificó a los Juegos Panamericanos de Rio de Janeiro siendo parte, por primera vez, de la Selección Argentina. “Mi sueño y mi meta principal desde que tomé conciencia del deporte era clasificar a algún torneo internacional, clasificar para representar a mi país. Yo veía a las chicas más grandes que entrenaban conmigo que iban, competían y yo quería eso. La verdad que no lo podía creer, fue muy lindo. Igual fue raro porque todavía estaba la pandemia y al haber horarios pactados tenía que faltar al colegio para poder ir a entrenar al CeNARD. Pero bueno, fue una experiencia muy linda”.

Copa Mundial de Portimao, Campeonato Panamericano en México, Juegos Mundiales Universitarios en China, Campeonato Sudamericano en Colombia y Juegos Panamericanos en Chile, fueron los torneos en los que participó solo en 2023. “El más importante para mí y en el que más aprendizaje me llevé fue el Panamericano de Santiago de Chile. Todo lo que yo hice y entrené el año pasado fue para clasificarme a esos juegos. Yo creo que fue el punto más alto de mi carrera”.

No es solo una deportista de élite con el entrenamiento, tiempo y desgaste que eso lleva, sino que además estudia dos carreras en la Universidad Nacional de La Matanza. “Arranqué a estudiar Comunicación Social en la UNLAM, todavía sigo, pero también me gusta Relaciones Públicas así que empecé con esa. Ahora estoy cursando los dos y estoy viendo si tiro por una más que por la otra. Por suerte nunca tuve la presión de mi familia ni con el deporte ni con el estudio. Ellos me apoyan porque saben que a lo que haga le voy a poner todo de mí. Pero yo sabía que iba a terminar el colegio e iba a arrancar la facultad. Mi prioridad siempre fue gimnasia. Me acuerdo de que cuando era chiquita todos decían que el colegio era lo más importante y a mí no me entraba en la cabeza. Nada era más importante que gimnasia y en la actualidad sigue siendo igual, el deporte está en primer plano y el estudio y todo lo demás le sigue después”.

El 3 y 4 de mayo compitió en los dos selectivos panamericanos que se realizaron en la provincia de Córdoba, con el fin de clasificarse para los Juegos de Guatemala 2024. La deportista pudo conseguir el objetivo y se posicionó ambos días en segundo lugar, logrando ser parte de las tres gimnastas de la categoría Mayor que representarán al país.

– ¿Qué se siente ser la N°2 de Argentina?

-No sé, te juro que no sé (Mientras ríe y pone cara de ni ella poder creerlo). Por un lado, es un orgullo tremendo y me siento muy feliz pero también siento mucha responsabilidad de no poder bajar el nivel y querer estar siempre mucho mejor de lo que estoy y de lo que se espera que esté.

La gimnasia rítmica no es de los deportes más conocidos en el país y no es tanta la gente que lo practica. Gil se refirió al poco reconocimiento e importancia que reciben como disciplina: “Por un lado entiendo la situación del país. Está todo muy complicado y sobre todo en bancar los viajes deportivos porque realmente es mucha plata, pero sí, de las ramas de la gimnasia somos las menos bancadas y siento que es un deporte hermoso. Además, siento que le falta difusión para llamar el interés de más gente”.

El ranking de gimnastas se arma según los puntajes. Se realizan selectivos donde se compite con los cuatro aparatos: cinta, aro, masas y pelota. En cada serie los jueces puntúan y al final se suma el total obtenido en las cuatro demostraciones colocando así a cada deportista en su respectiva posición.

Los elementos de la Gimnasia Rítmica son: cinta, aro, pelota, masas y soga. Sin embargo, en la categoría Mayor, solo se utilizan los primeros cuatro. “Siempre me sentí bien con la pelota y compitiendo con la cinta, pero es un amor odio con todos constante. Yo creo que a cualquier gimnasta que le preguntes te va a responder lo mismo, es depende el día”.

La salud mental en estos tiempos es muy importante y cada vez se visibiliza más. La gimnasta se sinceró acerca de las caídas emocionales que tiene: “Sí, todos los años pienso en dejar. Realmente llega un punto en el que te colapsas, es mucho el cansancio sumado a la facultad. Pero bueno, después llega el verano y… un reseteo y a seguir”.

Desde su llegada a este deporte hasta la actualidad, Martina se entrena en Estudiantil Porteño. 17 años seguidos siéndole fiel al club ubicado en Ramos Mejía. “Es un lugar que me dio muchas oportunidades, estoy super agradecida. No quiero caer en el lugar común de decir ‘es mi segunda casa’, porque no, es el club, pero es un lugar súper importante para mí que me dejo un montón de relaciones que sé que van a durar para toda la vida: mis entrenadoras, mis compañeras y este deporte que es mi vida”.

La relación con los entrenadores es fundamental y si después de tantos años siguen siendo los mismos, se genera un vínculo especial. Mariela es mi entrenadora principal, ella sí es mi segunda mamá, tenemos una relación muy cercana como si fuéramos madre e hija. Nos entendemos mucho y por momentos parece que tenemos telepatía, es increíble. Con mis otras entrenadoras también, la mejor siempre”.

Es difícil de imaginar cómo no le queda corto el día a una persona que se entrena de manera profesional y encima estudia dos carreras. Ella cuenta que los lunes y jueves cursa a la mañana, por la tarde entrena y a la noche vuelve a la facultad. El resto de los días hace doble turno en el club. No se sabe en qué momento pero cuando tiene tiempo libre le gusta estar con su novio, con sus amigas y con su familia.

Debido a los JJ. OO., la cantidad de competencias este año es menor. “Mi objetivo es el Panamericano, lo ideal sería tener un buen desempeño para poder clasificarme al Sudamericano que se hace en noviembre y no mucho más”.

– ¿La Martu pequeña, soñaba en ser la que sos ahora a nivel deportivo?

– Yo creo que al principio no tomaba dimensión de nada… es más creo que ahora tampoco la tomo. Seguro no puede creer que todavía sigo compitiendo con 21 años porque siempre pensé que una vez que terminara el colegio iba a dejar y acá sigo. Pero si, obvio que la Martu chiquita está orgullosa.

César Luis Menotti, en boca de todos

Por Rocco Miño

En Rosario, cuna de la bandera Argentina, hubo un flaco que la llevó a lo más alto y la convirtió en un estilo de vida. El vándalo que destruyó la forma de jugar al fútbol y pintó otra. Como Huracán del 73’, ese primer equipo al que le dio su identidad y cambió el modo de jugar a la pelota, pasa el tiempo y será recordado como el Huracán de César Luis Menotti. Ese estilo lo llevó a convertirse, el 2 de octubre de 1974, en el técnico de la Selección Argentina. A 50 años de asumir al cargo del seleccionado nacional,  Argentina es la selección que más finales disputó, 5 en total y la que más mundiales ganó: 1978, 1986 y 2022. Es por eso que jugadores, técnicos y dirigentes lo idolatran.   

Menotti fue el que me dijo que Scaloni tenía que ser el técnico de la Selección y tener contrato hasta que finalizar el Mundial, fuera cual sea el resultado. No podía ser el técnico según la competencia”, afirmó Claudio Chiqui Tapia, presidente de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), en el evento Sports Summit. A nosotros nos ayudó en un momento clave, que no era fácil para la Selección pero especialmente para este cuerpo técnico“. “Le dio tranquilidad a todo el mundo del fútbol y, con su palabra, hizo que todos esperaran el momento. Estamos eternamente agradecidos, porque sinceramente nos daba paz cada vez que hablábamos. Era sólo escucharlo. Pero fue de gran valor en esos momentos puntuales en los que la situación estaba un poco revuelta. Con su palabra hizo que todos fueran para adelante”, declaró en conferencia de prensa Lionel Scaloni, técnico de la Selección Argentina. 

Pep Guardiola, catalogado como el mejor entrenador del mundo, dijo: Para mí era un genio por su idea. Fue el más grande seductor del fútbol argentino. Escucharlo era una cátedra. César era todo: ingenio, educación, inteligencia. Hacía de su palabra poesía y siempre fue fiel a sus convicciones”, en diálogo con Olé. Ángel Cappa, ex entrenador de Huracán, manifestó en ESPN: Yo siempre separé a César de Menotti. César era mi amigo y después era Menotti, era mi maestro permanente. Al que yo admiraba profundamente. Menotti nos enseñó cosas que todavía no terminamos de aprender”. No solo ellos fueron los que elogiaron al técnico campeón del mundo, sino que el único que sacó campeón en toda su historia al seleccionado colombiano, Francisco Pacho Maturana y enalteció al rosarino: Fue un maestro en el fútbol. Yo me encasillo en su vereda”. “Menotti interpretó el fútbol desde lo zonal. Ese fútbol desde lo lírico y con la estructura como la base para armar el equipo. Desde esa perspectiva, buscaba lucir las individualidades desde su condición humana por su manera de hablar y tratar a los jugadores”.

Aparte no sólo grandes técnicos que tuvo el fútbol hablaron de él, sino que también jugadores y gran parte son los que tuvieron el privilegio de crecer y ser dirigidos por Menotti. Uno fue nada más y nada menos que, Diego Armando Maradona, el diez tuvo vaivenes en su relación con el técnico con el que llegó a ser campeón del mundo sub-20 en 1979, en Japón. Maradona, destacó a su primer DT en la selección: “El técnico que más me enseñó de todos, por lejos, fue el Flaco César Luis Menotti. De todos los que pasaron por mi vida, fue el que más me marcó”, dijo para su equipo de prensa. “Si de toda mi carrera tengo que elegir un solo técnico, ése sería Menotti”. “A mí no se me borra la imagen que tengo del Flaco, de su sabiduría para saberme llevar”. Así mismo se refirió cuando el “Flaco” asumió al puesto de director deportivo del seleccionado nacional y dijo en su instagram personal: “Que el Flaco Menotti esté comandando hoy la AFA me da un gran placer. Por fin se dio cuenta Tapia. Lo único que pido es que a Menotti todavía le queden fuerzas para encaminar al fútbol argentino, porque él sabe cómo hacerlo”. “Si el Flaco está fuerte, el fútbol argentino va a ser fuerte también. Hace 45 años cambió el rumbo de un país que se auto llamaba ‘los campeones morales’. Él nos hizo correr más que los alemanes y tocar como los brasileños”. También en una entrevista para TyC Sports aclaró: “El mejor DT en la historia de la Selección Argentina fue Menotti”. 

El más grande de la historia del fútbol argentino no fue el único, parte de los campeones del mundo del 78 se rindieron ante los pies del Flaco. Menotti definió, defendió y difundió La Nuestra. Un estilo que nos expresaba desde una estética futbolística elegante y una cultura callejera y orgullosa. Defendía al jugador diferente, enseñaba el oficio y hasta una visión moral de la cosa. Me gusta pensar que Menotti dignificó con sus ideas lo que Maradona defendió con la pierna izquierda”. “Lo siguiente debería tener un reconocimiento tan grande como el título: dignificó como nadie y para siempre a la Selección Nacional. Desde el 78, la camiseta de la Selección Argentina alcanzó una dimensión sagrada y pesa el doble. “Lo mejor que se puede decir de un maestro: si Menotti no se hubiera cruzado en mi vida, yo no sería la persona que soy”, expresó Jorge Valdano para el diario El País de España. Mario Alberto Kempes, en una entrevista para Espn, declaró: “Fue un revolucionario del fútbol. Mucha culpa de que nosotros fuéramos campeones, fue parte de él. Lo primero que buscó no fue figurita, sino que buscó aquellos jugadores que le puedan rendir”. “El ‘Flaco’ ha sido único para nosotros, aparte de ser un técnico de tanta jerarquía que en eso coincide el mundo entero, era un padre deportivamente hablando para nosotros”, dijo Ubaldo Pato Fillol. 

Osvaldo Pitón Ardiles, en el Amanecer es Poco, manifestó:“Yo aprendí todo de Cesar”. “Hablábamos de fútbol, pero principalmente de la filosofía del fútbol. El dejaba todo en manos del jugador, él confiaba en nosotros de una manera inmensa. Antes de conocerlo a él yo venía de esa cuna del fútbol, del jugar bien, del respeto por la pelota”. También agregó: “Nosotros salimos campeones porque él nos convenció de hacerlo, cambió la mentalidad del jugador argentino. El fútbol argentino era cínico, era raro y la idea de César fue completamente diferente”. “Recuerdo que no dijo, chicos todos ustedes no durmieron anoche, pero Holanda tampoco, somos 11 contra 11. La única forma de ganar es si nos mantenemos y hacemos nuestro juego, si somos fieles a nuestro fútbol y lo respetamos“.  Luis Galván por su parte declaró:  “No me olvido más. César me agarró previo a enfrentar a Holanda, me tocó la espalda y me dijo: ‘Luis, juegue como lo hace en Talleres’. Yo pensaba que no me estaba pidiendo nada. Algunos te dan indicaciones, pero este hombre me palmeó la espalda y me remarcó que disfrutara del partido como lo hacía siempre. Después de sus palabras, salí agrandado al campo de juego del Monumental”. 

Un tipo que es parte de la palabra “Fútbol”, por su figura, su sabiduría y su influencia que nunca dejará de sobrevolar en el mundo de la redonda. Una huella más que grande y será recordada a lo largo de los años. Hoy, Argentina tiene 3 estrellas en su escudo, la pieza clave en la historia del fútbol argentino, un verdadero maestro, César Luis Menotti.

Macarena Ceballos: romper la pared y tirarse de clavado

Por Mateo Dellocchio

Fue semifinalista olímpica en los últimos juegos de París, quedó 15° en los 100 metros pecho y 18° en los 200 también de pecho. Perdió a su madre cuando era muy chica; su padre, quien la ayudó en todo siempre y su hermana, referente para ella en la natación, fueron su apoyo familiar. Una carrera llena de perseverancia que terminó dando sus frutos. 

Llegó desde Río Cuarto a Buenos Aires en 2015 para estar más cerca de lo que quería ser y hacer. Entrena todos los días, en doble o en triple turno, haga frío o calor. Hace 14 años se encontraba muy cerca de abandonar la natación, “sentía que no progresaba, estaba estancada hace mucho, durante un tiempo no fui a entrenar cuando todavía vivía en Córdoba”. Hace apenas un mes marcó un registro inolvidable para el deporte argentino en los Juegos Olímpicos de París. Será recordada no solo por el resultado sino también por su magnífica historia de nunca bajar los brazos. En una sociedad donde buscamos lo inmediato, porque si no es así, no sirve, también hay relatos de lucha y constantes intentos. 

Luego de los Juegos Panamericanos de Lima 2019 habías dicho “basta”, ¿por qué seguiste?

– Post Lima exploté emocionalmente para mal. Venía con muchos problemas personales que nada tenían que ver con la natación. Aquellos juegos no los disfruté pese a que había un grupo muy lindo de chicas. Mis números no fueron nada buenos, sumado a lo que ya venía conmigo la verdad que lo sufrí mucho. Hace más de 10 años hago terapia y probé varios tipos, en ese momento me ayudó muchísimo. Tiempo después aprendí la verdadera importancia de la salud mental, en lo deportivo y en la vida en general. Al mes que terminaron los Panamericanos de Lima volví a Río Cuarto para estar con mi gente y volví a entrenar. Al final no era para tanto, me di cuenta que me estaba faltando una parte muy importante en mi vida que era nadar, hacer lo que me gustaba. 

– En ese momento tuviste una lesión complicada en el hombro, pudiste operarte y recuperarlo de buena forma, ¿qué tan importante fue esa situación para vos?

– Muy importante. Luego de Lima era algo que me tenía muy preocupada y que me daba miedo. Las lesiones en la zona del manguito rotador, donde se juntan un montón de músculos son muy difíciles para esta disciplina. Me daba mucho miedo volver a entrenar después de eso, mi médico me decía que estaba perfecta y que podía entrenar normal pero yo seguía asustada. Un día metí un tiempo muy bueno y Gustavo casi que cagándome a pedos me hizo entender que tenía que volver a entrenar intenso como lo hacía antes. Ya mi hombro estaba bien y eso me hizo sentir muy segura, creo que ahí hubo un antes y después para llegar a París, la operación me hizo ver todo distinto. 

– Hablando de Río Cuarto y volviendo el tiempo aún más atrás, ¿fue difícil elegir entre gimnasia artística y natación?

– En su momento quizás lo fue, pero con el tiempo no entiendo por qué tardé tanto en decidir. Con mi hermana siempre jodemos por eso, ella me intentó convencer por la natación y como verás lo logró bastante fácil. En el primer año, año y pico no quería saber nada, iba por mi hermana, nada más. En 2007 fui a verla al CeNARD a una competición, re caradura yo me saque fotos con todos, estaban José Meolans y Georgina Bardach, al tiempo me hice amiga de Vicky, su hermana.

¿Cuándo tuviste el cambio de mentalidad de que realmente podías mejorar y hacer una carrera importante en la natación?

– Fue después de un juvenil en noviembre de 2009. Ahí entendí y me hicieron entender que tenía condiciones. Nos llevaron a entrenar a un montón de chicos, ahí un jefe técnico me preguntó si quería empezar a entrenar antes de ir al colegio y así me iban a seguir llevando con ellos. La decisión era si me lo quería tomar como un hobbie o hacerlo en serio y decidí que lo iba a hacer. Me levantaba con mi papá a las 4 de la mañana e iba a entrenar, es algo que pasan todos los chicos de esa edad que quieren competir. Me acuerdo que Delfi (Pignatiello) había declarado que también lo pasó, es un sacrificio muy duro pero también la única forma de estar y competir a nivel internacional. 

– No quiero dejar de preguntarte por tu mamá, ¿cuánto la extrañás?

– La extraño menos de lo que quisiera, en el día a día no tanto, la verdad que mi viejo merece todo el reconocimiento por cumplir la doble función de padre. Lo que sí me pasa últimamente es preguntarme cómo hubiera estado ella en la tribuna en París, o cuando clasifiqué en 2023. Me acostumbré a no tenerla, Flor (su hermana) hizo las veces de madre siendo la mayor de las dos, seguramente por eso me dediqué a nadar. 

– Metiéndonos ya en los Olímpicos, ¿soñaste con estar de chica? ¿o el sueño llegó de grande?

– Soñaba con un Juego Olímpico con mis hermanas, me quedé a nada de entrar a Río 2016, ahí entendí lo grande que era esto. En Tokio no había manera, estaba muy mal en lo personal, sumado a la lesión del hombro lo volvieron misión imposible. De todas formas lo intenté, al tiempo llegó la pandemia y todo se hizo cuesta arriba. Arranqué a estudiar periodismo deportivo por todo el tiempo libre que tenía y todavía me quedan algunas materias, pero pienso terminarlas. 

– ¿Ves la carrera como una salida laboral a futuro? ¿o simplemente lo hacés por las dudas?

– Es algo que me gusta muchísimo, obviamente que pienso seguir con la natación hasta que no me de más el cuerpo. Aunque también entiendo que en Argentina es complicado vivir de esto por más años de los que tengo. El deporte me fascina y siento que con el periodismo puedo aportar desde el lado de ex deportista. Sin embargo, estudio para abrir la cabeza y de esta manera tener vocabulario, formarme y podés hablar de cualquier cosa con quien sea, por el conocimiento. Me gustaría darle visibilidad a chicos que no la tienen, el fútbol se lleva casi todas las miradas y cada 4 años nos damos cuenta que hay cientos de deportes más. Claro está que es algo lógico, pero mi idea y objetivo dentro de unos años, espero que muchos, es ese. 

– Hablaste siempre del sostén familiar. En enero diste una nota diciendo que no hubieras llegado a esto que sos hoy sin ellos. Confesaste la admiración por tu padre y tu hermana Florencia. Corriéndonos de ese círculo, ¿que significa para vos y tu carrera Gustavo Roldán?

– Gustavo ya directamente es parte de mi familia, fue la persona que cuando llegué a Buenos Aires y no sabía cómo tomarme un subte, me llevaba y me traía siempre. Además de ser mi entrenador y un excelente profesional en lo deportivo, es alguien a quien aprecio mucho, es sin dudas después de mi familia la persona que más me bancó y me ayudó. Siempre recuerdo una charla que tuvimos después de los juegos de Lima 2019, yo estaba con el hombro a la miseria y no quería saber más nada con nadar. Él me agarró y me mostró todo lo que había vivido y pasado como para tirar la toalla sin cumplir mi sueño. Gustavo está desde 2016 conmigo, más de la mitad de mi carrera como nadadora es con él, tiene un mérito increíble y espero que con el tiempo sea valorado como merece. 

– Hace un rato nombraste a Delfina Pignatiello, estuvieron juntas en Lima 2019 donde ella se metió a Tokio, conociéndola a ella y todo lo que le sucedió luego de los Juegos Olímpicos, ¿cómo tomás las redes sociales hoy en día? ¿tuviste miedo de vivir lo que vivió ella en tu última experiencia Olímpica?

– Las redes sociales pueden ser muy buenas o pueden ser una mierda. Lo que le pasó a Delfi no le debería pasar a nadie, sea deportista o cualquier otra cosa. Se comete muchas veces el error de pensar que es culpa de uno mismo por exponerse y no guardarse, pero siempre la culpa es del que hace mal, no del que solo hace. Hablé con Delfi antes de París, me felicitó y se alegró mucho por mí, convivimos poco tiempo pero es una gran persona con un futuro increíble en lo artístico. En algún momento tuve miedo que me pasara lo que a ella, por eso recurrí a la ayuda en terapia para lidiar con comentarios negativos. Da mucha impotencia no poder hacer algo porque esto me excede a mí, a vos y a todos. Es algo cultural, vivimos en un país autodestructivo, donde a una chica de 20 años se la destruye por Twitter porque no ganó una carrera. En su gran mayoría los que escriben sienten odio y envidia, nunca vivieron lo que es romperse el culo para algo y no llegar. Lamentablemente para Delfina, ella ya era alguien ciertamente conocida previo a Tokio, eso sin dudas potencia más el insulto y el odio de quien lo dice. 

– Mirando para adelante, ¿cómo te ves a partir de ahora?

– Creo que merezco disfrutar, fue mucho el estrés y la presión interna que sentí. Viene bien descansar, en Río Cuarto me dieron un reconocimiento por mi actuación que me llenó de orgullo y satisfacción. Hacía un año que no venía para acá, entre el entrenamiento y el viaje no tuve ni un fin de semana libre para hacerme una escapada. Volver a ver a mi familia, mis amigos es algo que esperé mucho, algunos viajaron a París pero la mayoría no pudo por sus cosas. Ya en lo deportivo, nunca dejo de entrenar, por más que este mes fue más tranquilo todo, sigo haciendo laburos de fuerza, movilidad y pasadas largas. Gustavo ya arrancó a mandarme planificaciones, torneos y mil cosas más, el sueño de repetir en Los Angeles 2028 está y me vuelvo loca por estar, pero todavía falta. Quiero mirar para atrás y ver todo lo que fue este último año y medio, por más que cada tanto lo hago, estoy haciendo un análisis mucho más largo. 

– ¿Cómo ves a la natación Argentina en el futuro? ¿alcanza con lo que hay? 

-En Argentina todo es carísimo, se está viendo una transición y van a llegar muchos chicos de 20, 21 o 22 años. A esa edad es difícil mejorar si no hay con qué, pese a que los padres pueden bancarlos, la realidad es que es muy jodido. Se necesita invertir para ver mejoras en los números, en Lima 2019 se vieron resultados porque en los 4 años anteriores se había apostado y había recursos, hoy no están o cada vez están menos. No va en elogiar o criticar a cierto gobierno, la única verdad es que el deporte es de todos, de los que lo practican y de los que no. Entendemos que hoy no es prioridad, hay bastantes complicaciones que están antes de mejorar al deporte olímpico y es lógico que así suceda. Pero después el garrón nos lo comemos nosotros, creo que se podría hacer mucho más de lo que se hace.

Gastón Alto: “Para nosotros, el premio de Santi Lorenzo fue haber clasificado a París”

Por Juan Tobías Graib.

La noche veraniega de Porto recién empezaba a vivir. Periódicamente, Gastón Alto se hizo familiar de esas veladas de clima mediterráneo: fueron años de viajar desde su árida Mendoza hacia Europa para competir en las ligas profesionales de tenis de mesa, los que lo acostumbraron a rondar las calles portuguesas. Mientras coleccionaba medallas sudamericanas y panamericanas en la Selección Argentina, ponía su acento cuyano y lento en el circuito europeo del deporte que practica desde que tenía nueve años.

Para 2024, lo asiduo pasó a ser permanente: se mudó al Viejo Continente y cambió los pantalones cortos por el conjunto del COA (Comité Olímpico Argentino). Con 39 años, el mendocino dio por terminada su etapa como jugador de la Selección -en el WTT Contender, festejado en su provincia- y agarró el puesto de entrenador que dejó Gustavo Levisman, meses antes de los JJ. OO. de París. 

Dos meses después de la cita máxima, Alto levantó el teléfono. Eran las diez de la noche en Portugal, y se hizo un rato antes de tener una videollamada con la Federación Argentina de Tenis de Mesa (FATM).

Con los demás argentinos, jugamos ligas profesionales y algunas semiprofesionales”, contó Alto, saturando el micrófono entre suspiros. “Hace ocho años que hago esto y entreno. Está el equipo argentino en Europa, entonces entrenamos acá. Todos los chicos de la Selección, Preselección y algunos menores están por acá. La mayoría está en Portugal, entonces estoy a cargo de todo este grupo. Y además juego ligas, que es lo que me da de vivir”. 

-Hay una movida muy grande. No sé si es un éxodo, pero hay mucho argentino compitiendo en Europa.

-Sí, hay entre 15 y 20 argentinos dando vueltas por Europa. Están (Horacio) Cifuentes y (Santiago) Lorenzo acá en Porto, y yo estoy con ellos ahora. Martín Bentancor, que es otro chico de la Selección, está en Mirandela, a dos horas de acá; (Francisco) Sanchi anda por Italia. Ellos son los que van a jugar el Panamericano el mes que viene, son los cuatro jugadores argentinos que van a jugarlo. Después, hay una selección sub-15 que está en Mirandela, y otros argentinos más también están dando vueltas por ahí.

-Hace poco, Benjamín Archúa y Agustín Asmu ganaron la medalla de plata en el Panamericano Sub-15. ¿Qué expectativas tenés con los chicos? 

-Los menores están haciendo su camino, pero hay una diferencia; prácticamente juegan un deporte diferente. Entre menores de 15 y mayores de 18 cambian mucho. Vienen bien los chicos, pelean podios en el continente. Lo han demostrado hace poco. En esa categoría, hoy en día estamos un escalón abajo de Brasil, Puerto Rico… Pero bueno, están trabajando. Todo el seleccionado Sub-15 está acá, en Europa, haciendo nuevas experiencias y preparándose con lo que pueden para poder buscar su techo. 

-Según la FATM, se van a Europa a limarse.

-Sí, están mucho más cerca. Hay un circuito en el tenis de mesa que es muy parecido al de tenis. La mayoría de las competencias están por acá. Si bien todas las competencias son caras, y tampoco hay tanto presupuesto para que participen, por lo menos entrenan y juegan algunos torneos. Algunos ya están en ligas y tienen la posibilidad de competir. No ganan dinero con esa edad, pero invierten un poquito y pueden competir. Estando en Argentina o en Sudamérica, como no hay ligas y la distancia es mucho más larga, queda mucho mejor hacer el camino desde el lado del continente.

-Hace unos meses, trascendió la historia de Valentino Marcial, un nene de 10 años que no podía viajar al sudamericano de Bolivia y que vendía rifas mientras iba al CENARD. ¿Habla de un deporte que está todavía en desarrollo?

-Creo que es parte del deporte amateur y de la realidad que está viviendo nuestro país. El tenis de mesa no es la excepción y lamentablemente pasa esto, pero está en todos los ámbitos. A diferencia del fútbol y de otros como el tenis, que son los que están bien, la mayoría de los deportes amateur por ahí les cuesta un poquito más y hay que poner plata, y no hay plata para viajar para menores, para mayores por ahí tampoco. Si bien está el apoyo del ENARD y de la Secretaría. Bueno, se compite muchísimo. Hay un circuito paralelo al del tenis, que es difícil de costear. Y para mantener un buen ranking, hay que competir mucho. Pasan esas cosas, hay que ir buscando recursos porque es la realidad de nuestro país. A medida que vas creciendo, más caro se hace: cambiás más seguido la paleta y se hace más costoso. Y si no hay sponsors, empresas o marcas que te apoyen, que no hay por ahora, se hace difícil. El esfuerzo de los padres, que es muy grande… Y bueno, como en todos los deportes.

En Tokio 2020, Gastón Alto disputó sus primeros y últimos Juegos Olímpicos como jugador. Si bien se despidió ante el español Álvaro Robles por 4-1 en la primera ronda, le hizo justicia a sus tres intentos previos de llegar a la mayor competición, en los que compartió delegaciones con jugadores de su edad y hasta más jóvenes. Entre ellos, Horacio Cifuentes, que tenía 23 años cuando acompañó al mendocino a Japón, y Santiago Lorenzo, que conoció los cinco anillos en París 2024 y la faceta de entrenador de Alto.

-A dos meses de París, ¿cómo analizás el rendimiento de Lorenzo? 

-Fue muy positiva. Para nosotros, que haya clasificado es el premio. Por todo el esfuerzo, porque es muy complicado entrar a los cuatro clasificados del continente. Es muy difícil y de todos esos jugadores, hay veinte con el mismo nivel. Que haya quedado ya entre esos cuatro; ese es el gran premio para el proceso, que fue muy bueno.

El -también- mendocino Lorenzo cayó contra el francés Alexis Lebrun, que terminó siendo bronce en la disciplina. “Es el número 15 del mundo y fue uno de los únicos que le ha ganado al número uno (Wang Chuqin)”, destacó Alto, poniendo en perspectiva el rendimiento de su excompañero. “Y Santiago empezó muy bien el partido, tácticamente. Hubo algunas fallas, había que tomar ciertos riesgos. Si salían bien y comenzábamos ganando el primer set, por ahí el resultado podía ser otro, metiendo un poquito más de presión. Una vez, con el resultado a favor, el francés se sintió con más confianza. Es un buen jugador y no había que dársela, pero Santiago estuvo a la altura totalmente. Jugó un buen partido y el otro jugó mejor. La verdad estoy orgulloso de él”

-Fue oro sudamericano y bronce panamericano con 23 años de edad. ¿Su carrera va cuesta arriba? 

-Es joven y está teniendo un gran presente. Pero bueno, esto es el deporte y todos los jugadores se preparan de la misma manera. Van teniendo momentos en los que la grandeza está en poder mantenerlo, poder aceptar una derrota y seguir adelante, en intentar progresar. Ahora, los resultados se le están dando y ojalá se le den siempre, pero es una posibilidad del deporte que tengas un mal día o una mala competencia. Poder bancar eso y seguir estando en el nivel, creo que eso, a la larga, lo va a hacer mejorar. Y por ahora, viene espectacular. 

-Mirando a Los Ángeles 2028: para Lorenzo, Cifuentes o cualquier otro tenimesista, ¿ves una preparación como la de París? ¿O van a cambiar la ecuación?

-En octubre es el Panamericano, que es el comienzo del ciclo olímpico. Vamos paso a paso, año a año. La idea es seguir en Europa. Los chicos compiten en liga: Horacio juega en la primera liga de Francia, Santiago en la segunda, Betancor y Sanchi juegan en España. Italia, Portugal y en otras ligas. La idea es seguir preparándonos acá, buscando ese tercer y cuarto jugador, que va a ser entre Martín (Bentancor) y Sanchi, para hacer un equipo nuevo ya sin mi presencia. Y consolidar ese equipo. La primera prueba la tenemos el mes que viene, así que esperamos comenzar bien. Y a partir de ahí, ver cómo vamos haciendo.

-¿Por qué le ponés fichas a Francisco Sanchi y a Martín Bentancor? ¿Por qué entran en tu consideración por sobre lo demás?

-Creo que están un escalón arriba del resto. Han tenido participaciones con el equipo mayor, no de forma constante, y son jóvenes; Betancor tiene la edad de Santiago y Sanchi la de Horacio. Es un equipo muy joven, con futuro y tienen que trabajar mucho para consolidarse en el equipo. Para este Panamericano, apuesto en ellos y espero que disfruten del torneo.

-Hace unos días, el COA confirmó que se van a disputar los primeros Juegos Argentinos de Alto Rendimiento en 2025, en Rosario. ¿Va a ser importante para los jugadores? ¿O va a ser una parte más del calendario? A los que compitan ahí, ¿les va a servir como ventana para ir al Exterior? 

-No sabría decirte. Que haya una competencia más en Argentina, que le dé importancia a todos los deportes, me parece una buena oportunidad para que las provincias apoyen a los deportistas. Seguramente sea positivo, esperemos que sea así. 

-Vos sos mendocino, Lorenzo es mendocino, Archúa es mendocino… ¿Es casualidad o hay una movida muy fuerte? 

-Tomás Saavedra, que está por Europa, también es mendocino. Buenos Aires y Mendoza son potencias, por lo menos, desde que yo tengo noción de ver tenis de mesa. Ha progresado el deporte en el país, hoy en día se juega en todas las provincias y pueden competir todas en un campeonato nacional. Mendoza siempre ha tenido jugadores en la Selección Argentina. 

-Antes de París y de la renuncia de Gustavo Levisman, dijiste que ibas a intentar jugar durante el ciclo olímpico siguiente. ¿Qué es lo que te hizo cambiar de opinión?

-Me pareció una buena oportunidad. Yo quería dirigir en algún momento la selección argentina y si bien yo quería seguir jugando, me pareció un buen momento para dejar el espacio, para retirarme en un buen nivel de la selección y tratar de aportar la experiencia de mi vida. Seguir aportando, devolviéndole al deporte todo lo que me ha dado. Me pareció un buen momento y tomé la decisión. 

-Ahora que llevás casi medio año, ¿adquiriste otra perspectiva del deporte como entrenador? 

-Bueno, voy aprendiendo día a día. Normalmente yo he trabajado de profesor en algún club. Desde chico me apasiona el deporte y he trabajado en clubes o en mi provincia con el tenis de mesa, nunca con una Selección. Por ahí hubo alguna ventaja de haber sido jugador y de tener los conocimientos frescos en lo que es el deporte hoy en día. Eso me puede dar una ventaja, pero por el otro lado es un mundo nuevo donde tengo que ir aprendiendo cosas y ojalá el camino sea largo, pero creo que tengo que aprender todo. Soy un novato como entrenador, hoy en día. 

-¿Y sentís el cariño, el respeto de los jugadores y de la gente cuando vas a los clubes? Veo mucho que visitás para darles clases y que siempre estás alrededor de los chicos.

-Sí, y el cariño es mutuo. Creo que es por la pasión al deporte, que es lo que hace mi familia: mi hermano (Matías) es entrenador, jugador, fue entrenador de la Selección, también hoy es coordinador de todos los entrenadores de la Argentina. Tengo sobrinos (Luciano, Valentino y Julián) que juegan, mi hijo (Lucas) también; estamos todos involucrados. A ellos les gusta y lo hacen por placer. Entonces yo, al apasionarme del deporte, quiero poder transmitir un poco lo vivido y devolverle lo que tanto me ha dado al deporte. 

-En 2021, Lucas Bayona, que jugó en las selecciones nacionales, volvió a la Argentina para enseñar en un club. Si otros jugadores volvieran al país como lo hizo él, ¿el nivel local puede llegar a subir o cambiar? 

-Con Lucas hemos sido compañeros, él también compitió en el circuito de Europa. Bueno, son dos cosas diferentes: una es el desarrollo del deporte y otra son los jugadores en la Selección, que necesitan competir y estar en el circuito. Lo más posible es estando en Europa, porque no se puede viajar a cada competencia, todos los meses desde Argentina hasta Europa. Entonces es más fácil instalarse. El presupuesto no da. Claro que Lucas, siendo entrenador, ha aportado de su conocimiento para elevar el nivel de los chicos, así como tantos entrenadores que hay en el país.

-¿Las redes sociales ayudan a que el deporte sea más conocido?

-Bueno, hoy en día sí. Yo creo que es el medio más cercano y el mejor que tiene el deportista y la Federación para hacer conocer su deporte y la selección de la Argentina de cada deporte. No las sé manejar muy bien, pero creo que lo son.

Alto cree que los clubes de fútbol que incorporaron el tenis de mesa -como San Lorenzo y River Plate- también le aportaron popularidad al deporte. Al igual que sus familiares, representó al Club Mendoza de Regatas desde chico. Su dirigido, Santiago Lorenzo, se desempeñó en Ferro Carril Oeste y fue campeón de la Superliga de equipos de FETEMBA 2022, antes de partir a Europa. Y si bien esta y otras disciplinas se ven amenazadas por la reglamentación de las Sociedades Anónimas Deportivas, el mendocino esquivó el tema: “Es un terreno donde no me quiero meter, pero la verdad no tendría idea de si serviría o no. No te sabría decir”.

Caídas las 22:30 en el país ibérico, Gastón Alto no se fue a dormir. La reunión de los martes con la FATM lo esperaba y su cabeza, como la de los tenimesistas más prolíficos de Argentina, esperaba el Panamericano ITTF de octubre en San Juan, Puerto Rico.

Kelly Collard-Bovy: de sangre belga y corazón criollo

Por Laureano Vergara

La amazona relató su camino a la élite de la equitación, los motivos que la condujeron a elegir a la Argentina como país a representar en el plano internacional, la experiencia en su primera Copa de Naciones y su lucha por conseguir caballos del más alto nivel.

Fusionar la cultura europea con la latinoamericana puede dar como resultado a Kelly Collard-Bovy, destacada amazona belga-argentina que decidió representar a su segunda nacionalidad en el terreno deportivo. Ella es capaz de entrenar 24/7 junto a sus caballos en busca de la perfección profesional, siguiendo el camino lógico de la educación del Viejo Continente. Lejos de tener una personalidad fría y seca, su forma de ser la conduce a compartir y transmitir. Cuando responde no deja espacio al silencio porque el entusiasmo la conduce a hablar: “Creo que tengo lo mejor de los dos mundos”, dice orgullosa de sí.

A finales de junio tuvo lugar en Praga, República Checa, la Copa de Naciones de Salto, donde Argentina se enfrentó a las 15 mejores naciones del mundo de este deporte. El equipo estuvo integrado por José María Larocca, Matías Larocca, Damián Ancic y Mariano Ossa. La sorpresa fue el puesto de reserva, ocupado por Collard-Bovy. La caballista de 38 años nació en Bélgica, pero a los 6 meses ya había cruzado el Océano Atlántico y se mantuvo del otro lado hasta los 4 años. Gracias a su familia y al deporte, formó un vínculo inquebrantable con el país, relación que hoy está en su cenit. 

 

 

—¿Por qué preferiste representar a la Argentina?

—Porque me siento argentina. Tengo la cultura del trabajo europeo, pero mi mentalidad es latina. Aprendí a caminar y a hablar allí. Creo que eso quedó siempre en alguna parte de mí. A los 17 le dije a mi mamá “me vuelvo” y así lo hice. Si no fuera por mi marido seguiría en Argentina —responde convencida—.

Lionel Collard-Bovy es el responsable de que su hija tenga la posibilidad de elegir entre dos alternativas. En 1981, Collard-Bovy padre —campeón Junior Europeo— ganó el reconocido Derby General San Martín, por lo que el General Carlos Delía Larocca —abanderado en los Juegos Olímpicos de Munich 1972— decidió otorgarle la nacionalidad argentina para que represente al país.

—¿Cómo se dieron tus comienzos en la equitación?

—Mi mamá tenía terror de que yo no montara porque su pasión eran los caballos. Ella era amazona amateur y trabajó 14 años en la Federación Ecuestre de Bélgica. Antes de caminar ya tenía un pony y me subía arriba de él todos los días. Mi carrera ecuestre la empecé en Europa, pasando por las categorías Pony, Children, Junior, Young Riders y Senior. A los 17 volví a la Argentina y estuve trabajando en Zangersheide —Haras de alto rendimiento deportivo— con Ricardo Kierkegaard —jinete olímpico en Atlanta 1996— y mi papá. En mi vida hice muchos deportes: gimnasia artística, tenis, maratones; pero la conexión con el animal me hizo poner a este delante del resto.

La competencia, otro pilar fundamental. Sin ella, su pasión flaquearía, la motivación se vería disminuida y dudaría de si seguir montando. Medirse y crecer junto a sus caballos, desde los más jóvenes hasta los de Grandes Premios, es el combustible que necesita para poner en marcha su cuerpo; lo único indispensable para estar en concursos de lunes a lunes. 

Desde un primer momento, se la nota preocupada por su aspecto en cámara. Se consuela al saber que su imagen momentánea no será revelada en esta entrevista. A pesar de que falten un par de horas para la medianoche en tierras belgas, Collard-Bovy hace apenas instantes que bajó del último caballo. 

—¿Qué significó para vos estar por primera vez en la Copa de Naciones?

—Fue increíble. Una noticia de último momento porque la reserva era Ignacio Maurín, pero sus caballos no llegaban de México y cuando me dijeron: “Sos la quinta”, no tuve ni tiempo de emocionarme. Había que hacer los test de sangre, de anemia, organizar el transporte, los papeles de salud. Obviamente me tocó ser la suplente, pero pude hacer las pruebas paralelas, vivirlo de adentro, compartir desayunos y cenas con el equipo. Uno siempre quiere que a su país le vaya bien, sea Argentina en mi caso o Bélgica, porque el corazón tira de los dos lados, pero cuando estás dentro es otra adrenalina.

—¿Cómo es el trabajo en conjunto en medio de la competencia?

—Esta vez nos tocó estar sin Vitor —Alves Teixeira, entrenador nacional—. Nos comunicábamos con él por un grupo de WhatsApp, donde se mandaban planos, distancias y, aunque es difícil al no caminar la cancha, trataba de darnos sus opiniones. A mí nadie me lo pidió, pero filmé las pasadas para aportar algo al segundo recorrido, ya que eran idénticos. Entre los jinetes también nos dábamos tips, después cada uno elige; todos los binomios tienen una personalización distinta.

El ambiente que envuelve esta competencia es distinto al resto y solo se asemeja al clima de los Grandes Premios. Tribunas colmadas sumadas a un público más entusiasmado de lo normal aportan a crear una atmósfera de entretenimiento puro. Los espectadores se sumergen en un espectáculo que los teletransporta a tradiciones medievales, recordando a caballeros armados, carrozas y corceles. 

La presencia de Collard-Bovy pareció traer buena fortuna al equipo argentino, que finalizó en el quinto puesto del concurso, empatado en faltas con Francia, pero un segundo más empleado en el recorrido lo relegó a dicha posición. El podio fue completado por Holanda, Irlanda y Emiratos Árabes, respectivamente.

 

—¿Cómo está conformado tu equipo de trabajo en Bélgica?

—Hacemos casi todo con mi marido —Pablo Leiton—. Hay un herrero que trabaja con nosotros desde que estamos acá. También varios veterinarios porque tenemos caballos que son nuestros, pero también algunos en sociedad o de otros propietarios. Mi esposo es el podólogo de los equinos descalzos. Entrenador fijo no tengo; hago clínicas privadas con algunos, ya que en este nivel lo que suma son los detalles. Tuve la suerte de estar con Ricardo Kierkegaard, con mi papá y, después, un año y medio en México con eminencias mundiales. Creo que podés aprender de cualquier persona, un amateur incluso. La equitación cambia y crece todo el tiempo —dice en un español perfecto, aunque con un acento delator que le hace resaltar las eses al pronunciarlas—. 

Lo que nunca hizo Collard-Bovy es entrenar junto a otra amazona. Hace tiempo que lo desea y está tratando de hacerlo realidad. Ansía saber qué cosas puede aportarle. La equitación es uno de los pocos deportes donde hombres y mujeres compiten en igualdad de condiciones, pero ella está convencida de que la forma de montar de ambos no es la misma.

Desde hace tres años, Kelly Collard-Bovy junto a Pablo Leiton reciben a work students —estudiantes de trabajo—, provenientes en su mayoría de Argentina, aunque también de Paraguay, Italia o Francia. “Los chicos vienen a ayudar, aprender, crecer y vivir la experiencia en la cuna de la equitación. Tenemos una buena organización: ellos hacen desayunar a los caballos y los ponen en el caminador, mientras con Pablo hacemos las camas en las caballerizas. A las 10 arrancamos a montar, tratando siempre de que salgan afuera tres veces por día”.

—¿Entrenás toda la semana?

—Sí, siete sobre siete. Solo descansamos los domingos a la tarde cuando no hay concursos. Empezamos a las 7:30 de la mañana, pero no tenemos horario fijo para terminar. Es sin reloj, con pasión y trabajo. Al gimnasio no voy —aunque muchos jinetes sí lo hacen— justamente por la vida que tengo. Creo que con armar las camas, las pistas y demás cosas, ya me hace tener un estado físico increíble. 

—¿Le dedicás un tiempo al bienestar psicológico?

—Tengo la suerte de tener una frialdad mental impresionante; nervios de acero. Mi marido y mis amigos son mis psicólogos. 

El salto de calidad para Collard-Bovy llegó este año, con una oportunidad caída del cielo. Luego de los Juegos Panamericanos de Chile, el jinete uruguayo Martín Rodríguez le envió tres de sus caballos que habían participado en dicha competencia. La tarea de la amazona consistía en sacar a relucir la performance de estos equinos en los distintos concursos para una mejor comercialización. Esto le permitió participar en pruebas de 3 y 4 estrellas —el máximo es 5— e ir a la Copa de Naciones con uno de ellos —Lanciano SP—. 

Collard-Bovy admite haberse convertido en una discípula de Martín Rodríguez, quien le brindó la chance de explorar un mundo desconocido hasta el momento: “Las competencias tienen mayor exigencia, las pistas son más chicas, los tiempos son cortos y los armados delicados. Hay varias cosas a las que uno no está acostumbrado si monta caballos nuevos o de comercio. No hay tanta fineza en los detalles y estrategias. Todo eso lo hemos aprendido de la mano de Martín, a quien estamos eternamente agradecidos”

Kelly Collard-Bovy junto a Pablo Leiton tienen una caballeriza que se dedica a desarrollar equinos. Por ello resulta destacable el amplio progreso realizado en tan solo 5 años desde que están radicados en Bélgica. “Todavía no he llegado a un nivel muy alto. Los jinetes con los que compito desde enero trabajaron años para estar ahí. Siempre tratamos de aguantar un caballo para seguir creciendo. Para mí no es fácil pensar de acá a tres o cuatro años; los caballos me duran 1, 3, 5 meses. Por ejemplo, uno de los que trajo Martín se vendió a principios de febrero luego de una gira en España, donde quedé segunda en mi primer ranking con 110 caballistas de los mejores del mundo”, rememora con alegría.

—¿Cómo trabajan el tema de la comercialización del animal?

—Tratamos de pensar siempre en una buena carrera para venderlo y de conseguir la mejor casa para ellos. No somos dealers; queremos buscar los destinos adecuados y también los jinetes. No es comprar o vender cualquier cosa. Realmente deseamos lo óptimo para nosotros, los animales, nuestros alumnos y clientes. 

—¿Creés que las amazonas tienen un feeling distinto con los caballos que los jinetes?

—Sin duda. Nosotras somos de hablar, dar caricias; somos más mujer. Y después no tenemos ni la fuerza ni el estado de los hombres por cuestiones físicas. Son dos equitaciones distintas. Nunca me tocó montar con una mujer y hace meses que le digo a Pablo que me gustaría. Tengo dos en mi cabeza; por lo menos hacer una clínica de un día, aunque es difícil porque están en un nivel 5 estrellas y se la pasan en concursos. Por ahí salgo decepcionada, pero quiero probarlo.

En Europa, al contrario de lo que ocurre en Argentina, alrededor del 80% de los grooms —persona encargada del cuidado de los caballos— son mujeres. Collard-Bovy destaca el trabajo realizado por ellas: “Es impresionante; mueven camiones, alzan cajas pesadísimas y van de un concurso a otro. Sin duda están más en los detalles. Yo sigo muchas grooms y los equinos son casi sus hijos; no paran. Al fin y al cabo son atletas; la atención que requiere hoy el caballo es increíble: tiene masajista, fisioterapeuta, acupuntura. Hace 20 o 30 años esto no pasaba”, asegura con admiración en la voz. 

—¿Qué diferencias encontrás entre ambas culturas con las que conviviste?

—En Europa todo ronda alrededor del trabajo; te enseñan a que cuides al caballo. No importa el estatus social que tengas. Los padres te inculcan desde niño a ocuparte de tus ponys; no te ponen un groom, uno mismo tiene que hacerlo. La base de la formación es la responsabilidad. Mi papá siempre decía que en Argentina era “el cafecito, la medialuna y la bota lustrada”. Acá es todo profesional y allá es una equitación más social —se escucha decir a Pablo Leiton de fondo, una voz ilocalizable, pero que recuerda y hace repetir a Collard-Bovy para completar su idea—.

Ella no necesita tomar aire para continuar, por lo que enseguida reanuda: “En Argentina, al tener más facilidades, empleada doméstica y caballerizo, piensan en ir a montar, pero solo hacen eso. Al caballo lo tiene el petisero para la hora que precisan y se suben en el momento que quieren. Cuando estaba allá, en los últimos años, tenía varias alumnas y les enseñaba a preparar sus bolsos, limpiar sus equipos y ayudar. Al llegar en 2003 creo que shockeó que yo era la única mujer en realizar todas las tareas”. 

El dominio del deporte por parte de los países europeos va de la mano al profesionalismo inculcado en los jóvenes jinetes y amazonas; no existe otro secreto. Varias de las mejores razas de caballos de salto tienen como origen en común al Viejo Continente, pero en territorio nacional también se crían los Silla Argentino —raza equina—, capaces de competir en el más alto nivel. Es la pasión y el trabajo lo que expande los límites de la disciplina, cuestión poco arraigada aún en la cultura criolla. 

—¿Qué objetivos tenés a corto plazo?

—Lamentablemente, los caballos de Gran Premio están a la venta, así que nunca sé cuánto tiempo los voy a tener. Sí te puedo decir que voy a competir en un concurso de élite en Francia que se llama Dinard. Desafortunadamente, para entrar hay que pagar, y si bien me regalaron el pase, la prueba de tres estrellas tenía un costo muy alto, por eso voy a ir a la de una estrella. No me animé a pedir tanto. Es un sueño tener esa experiencia. 

El pasado 21 de julio, el anhelo tan esperado se cumplió y con creces. Junto a uno de sus compañeros de andanzas, Lanciano SP, Collard-Bovy finalizó en la sexta posición de la prueba principal, que tuvo un total de 28 participantes. 

Cercana la medianoche belga, sigue despierta, pero su estado de ensoñación no hace más que agigantarse. Proyecta en forma de deseos nuevas oportunidades a través de sponsors que le brinden la posibilidad de demostrar al público su capacidad con caballos de primer nivel, para agrandar así su carrera deportiva y, sobre todo, seguir representando a la Argentina en el plano internacional. 

Adiós, Nadal: Rafael ya no regresará 

En esta imagen de archivo, el tenista español Rafael Nadal saluda tras el partido de dobles de cuartos de final del torneo olímpico, en el estadio Roland Garros, en París, el 31 de julio de 2024. (AP Foto/Manu Fernandez, archivo)

Por Matías Besana

Cuando Rafael Nadal era un niño, su tío Antonio lo engañaba. Alumno y profesor miraban partidos retransmitidos en la televisión y Toni siempre anticipaba el desenlace: un hechicero que, en los torneos, podría orquestar una lluvia fugaz si preveía una derrota. No había de qué temer: con su maestro presente, él era invencible. El tiempo, las madrugadas castigando las pelotas hasta escuchar sus súplicas, transformaron a Rafael en el mago: un diestro que empuña su raqueta con la zurda. Un ilusionista que despierta ilusiones. Sin embargo, “toda historia tiene un principio y un final”, comprobó, con dolor, el mallorquín, quien escribirá su epílogo en las Finales de la Copa Davis, a partir del 19 de noviembre en Málaga. 

Jamás rompió una raqueta Rafael Nadal. Nunca se excedió de un amague esporádico en sus 1080 victorias. Tampoco, en sus 227 derrotas: felicitó al rival en sus ocho finales perdidas de Grand Slam (cuatro en el Abierto de Australia, tres en Wimbledon y la restante en el US Open). “Mi idea era fácil de trasladar, lo difícil era aplicarla”, explicó su tío y formador, Toni Nadal. El mensaje a su sobrino era conciso. El trabajo duro marca la diferencia y las excusas no son válidas:  “Cuando te pregunten: ¿Por qué has perdido?, la razón es muy simple ´Porque el otro es mejor´”. Un ejemplo práctico. El manacorí ganó el campeonato Alevín de España (Sub 12). En la cena familiar, de festejo, Antonio le presentó a su pupilo la lista de los últimos 25 ganadores del torneo: solo seis llegaron a ser profesionales. “Quería relativizar el éxito”, argumentó, porque “un buen principio no garantiza nada”. 

Carlos Moyá, campeón del Abierto de Francia, número uno del mundo en 1999 y compañero de Nadal a partir de 2017,  conoció a “La Fiera”. ¿Firmarías terminar tu carrera con mis logros?, preguntó el mallorquín. “No”. “Yo no firmo nada”, aseveró el hoy ganador de 22 Grandes. Hasta entonces, no había jugado ni uno. Tenía 15 años. Fue un acierto: con 19, en la edición 2005, debutó en Roland Garros y levantó la primera de sus catorce Copa de Mosqueteros. Meses más tarde, en Shanghai, ya escolta de Roger Federer en el ranking masculino, se encaminó al restaurante del hotel de bermudas, largas, anchas, sus favoritas. Su jefe de prensa le advirtió que “hay que ir con pantalones largos al comedor” y añadió, “aunque a ti te lo permitirán”. Toni reprobó: “Sube y cámbiate”. Luego, lo llamaría un principio de autoridad: “Si a un muchacho, por triunfar, le das carta blanca a los 17, lo normal es que a los 24 sea un imbécil”. Su sobrino cumplió. 

Toda su vida, Rafael patinó sobre polvo de ladrillo. Desde los cuatro años, manchó sus medias de naranja: derrapó por Montecarlo (11 campeonatos), conquistó Madrid (4) e imperó durante un decenio en Roma, más inviernos que el soberano Tito, deificado en épocas de antaño. En la arcilla, el balear registró 63 títulos y 51 derrotas. Triunfó en catorce ediciones de Roland Garros: París lo acogió. Sonrió con su sonrisa; premió su sacrificio, cada corrida de lado a lado de la cancha; valoro sus gotas de sudor; se deleitó con su drive de pelota alta, pesada, a mil revoluciones: el golpe que detestó Federer, su amigo, su gran rival. El método con el que  repitió 112 veces la melodía: Jeu, set et match, Nadal (Juego, set y partido). Perdió cuatro duelos en la cancha: dos ante Novak Djokovic, el serbio de físico prodigio que ganó 24 Majors y le arrebató muchos de sus récords, contra el sueco Robin Soderling en 2009 y frente a Alexander Zverev en 2024, su última función: su Waterloo. 

Las paredes de la Philippe Chatrier, el escenario principal del predio Roland Garros, enseñan:  “La victoria pertenece al más obstinado”. Explican la supremacía del español: su tenacidad también le permitió traspasar las fronteras del tenis, romper el mito de las superficies. Cumplir su sueño. En la final de las finales: Wimbledon 2008. “A mi me gusta jugar más en pista cubierta o en hierba que en la tierra”, tenía 16 años, era octubre de 2002. No obstante, Federer dominaba en el césped, el tenis: era la imagen del deporte. Estilizado, de derecha incontenible y revés irresistible, el suizo era el rey a destronar. La tercera fue la vencida: tras dos definiciones perdidas, el líder de las canchas lentas asaltó el Court Central del All England Lawn Tennis and Cricket Club, de Londres. El gladiador evolucionó sus armas: ajustó su juego, se volvió agresivo, ganó por 6-4, 6-4, 6-7, 6-7 y 9-7. Alcanzó la cima del ranking mundial. “Él deseo más el triunfo”, se lamentó Federer posteriormente. 

En el transcurso de su vida, se amigó con los golpes, convivió con las magulladuras, para seguir jugando al tenis. Padeció 18 lesiones de la temporada 2009 hasta que sus músculos se rindieron. Tendinitis en ambas rodillas, problemas en sus muñecas, dolores crónicos en el pubis, el abdomen, el codo y los tobillos, fastidiaron su cotidianidad en el circuito. Cuando el dolor menguaba, brillaba: ganó el Abierto de Australia en 2009 y el US Open al ejercicio siguiente. Con 24 calendarios, completó la carrera de Grand Slam. 

Nadal pagó el peaje: el dolor. Luchó contra los mejores y contra su cuerpo. Batallo a su ego. Cuando no había nadie para superar, Antonio no bajó la exigencia: “¿Sacando, qué número del mundo eres?”, le consultó. “El 50 o por ahí”, contestó Rafael. “¡Qué dices! Hay más de cien que sirven mejor que tú”. Su tío exageraba, creía, que “es preferible cuantificar la crítica que aligerarla”. Ambos separaron sus caminos en 2017, tras dos años sin éxitos rutilantes. 

Profesional a partir de 2001, Nadal jamás traicionó a su filosofía: jugar una pelota más. Intentar hasta lo imposible. Terminó la temporada 2021 fuera de las grandes citas,  luchando contra el síndrome de Müller – Weiss en el pie izquierdo (lesión degenerativa que lo acosaba desde 2005). Su futuro era incierto. La palabra retiro acechaba, pero, él siempre la evadía: Melbourne era un infierno. Pelota a pelota, el ruso Daniil Medvedev explotaba la frescura de más de una década de juventud. Sudoroso, el superhéroe español lucía humano, débil. Estaba al servicio con el marcador 2-6, 6-7, 2-3 y 0-40, el resurgimiento existía solo en su cabeza. Durante cinco horas y 24 minutos, batalló. Derramó lágrimas de bicampeón en Australia. Burló a las casas de apuestas, que le habían asignado un 4% de probabilidad de triunfo, tras la segunda manga. Revivió. 

“Es la mayor hazaña de su carrera”, aseguró Marc Lopéz (juntos ganaron la medalla dorada en dobles en Río de Janeiro 2016). Sin embargo, aún faltaba una noche más. Nadal llegó a París lesionado. Abrazo a Roland Garros por decimocuarta vez. Con el pie anestesiado, dormido: sin sentir. El noruego Casper Ruud, la víctima que cayó por 6-3, 6-3, 6-0, lo describió: “Lo vi al día siguiente y estaba con muletas. No podía caminar”. Fue la última gran noche: la del número 22. 

Al final queda el vacio. “Siempre he deseado que este momento no llegará”, lamentó Federer (retirado en la Laver Cup 2023), pero todos los días llegan: no hay mortal, que frene el tiempo. Aún subsiste Novak Djokovic, su mayor adversario (disputaron 60 partidos y Nole se adueñó de 31). “Tu legado vivirá por siempre. Has inspirado a millones de niños a jugar al tenis”, firmó el serbio. Carlos Alcaraz es uno de esos niños. 

La historia terminó. Otros valientes escribirán nuevas y, quizás, su prólogo se refiera a Rafael Nadal.

De ser un recurso en ataque a un pilar fundamental del juego: la evolución del triple en la NBA

Por Lucas Villanueva

Un día como hoy pero 45 años atrás, en el año 1979, fue un antes y un después en la historia de la National Basketball Association (NBA). Chris Ford, de los Boston Celtics, anotó el primer triple en una victoria a los Houston Rockets por 114 a 106. Esta innovación histórica, con la incorporación del tiro de tres puntos en las reglas oficiales, transformó el básquet profesional. Y lo que inicialmente se consideraba como un recurso, años más tarde se convirtió en una estrategia principal del juego moderno.

La idea del triple nació en el año 1933, cuando el estadounidense Herman Sayger propuso agregar un lanzamiento desde más allá de la línea a 7,62 metros del aro que valiera tres puntos su conversión con el objetivo de permitir a los jugadores de menor altura encontrar ventajas frente a los más altos. Antes de ser implementado por la NBA, tuvo un breve paso por la American Basketball League en 1961 -antes de su desaparición- y por la American Basketball Association (ABA) desde su fundación en 1967. La popularidad en la ABA impulsó a que la NBA considerara su implementación. 

 

La adaptación y los pioneros del triple

Larry Bird en los Boston Celtics -ganador del primer concurso de triples en la historia de la NBA en 1986- y Dale Ellis en sus temporadas en los Seattle SuperSonics fueron algunos de los primeros en adoptar el triple como herramienta ofensiva. Los equipos también tuvieron que adaptarse en defensa y comenzaron a implementar más presiones en el tiro de larga distancia buscando “cerrar” a los lanzadores e intentar evitar los espacios libres.

Larry Bird.

Desde su introducción hasta el 1982 se convirtieron 13.126 triples de 498.508 intentos, lo que  representa un 2,63% de aciertos según Básquet Plus. En esos primeros años, los equipos intentaban por partido un promedio de 2.8 triples y convertían apenas el 0.8% de ellos. Algo que 45 años después es inimaginable. A finales de los 70’ y a principios de los 90’ hubo una mayor media de anotación y ritmo, pero el triple no suponía ni el 8% de los tiros que un equipo realizaba.

 

Segunda era: 1990-2000

Durante la década del 90’, el tiro de tres tomó muchísima más relevancia que en los años previos. La temporada 93-94 mostró el mayor crecimiento en ese entonces, donde se lanzaron un promedio de 15.3 triples y se anotaron 5.5 por partido. Los Houston Rockets se llevaron el anillo gracias a su acierto desde la línea de tres, promediando 21.4 intentos por partido y 7.9 convertidos, datos oficiales de la NBA. Demostrando las grandes posibilidades de obtener el campeonato mediante el tiro de larga distancia. 

Durante tres temporadas, desde 1994 a 1997, la línea de tres se acortó para poder aumentar la cantidad de triples por partidos, pero al no cumplir con su propósito volvió a su lugar inicial. Igualmente, varios jugadores supieron aprovecharla, como Michael Jordan, que tuvo sus mejores resultados desde la larga distancia pese a no ser un jugador “triplero”.

La era del triple

En la década del 2000, el triple se transformó en un componente principal en las tácticas ofensivas, obligando a los equipos ajustar las estrategias defensivas para contrarrestarlo. Con la llegada del nuevo siglo, apareció un jugador que quedó en la historia de la NBA y marcó el punto más alto de aquel entonces: Ray Allen, en su “época dorada” en 2011, se convirtió en el máximo anotador de triples en la historia con 2.973 hasta la llegada de Stephen Curry con 3.680 convertidos que continúa en actividad.

Desde la temporada 2012/13 hasta la 2016/17, el “Chef” Curry -considerado como el mejor triplista de la historia-, con los Golden State Warriors, rompió el récord en el campeonato de 2015/16 con 402 triples anotados. “La época de Curry cambió la mentalidad de todo el mundo respecto al triple”, explicó Diego Brunetti, periodista deportivo y ex jugador de básquet. Los Warriors dominaron por completo el estilo de juego centrado y construido en la eficacia en el tiro de tres, durante esa época, liderado también por Klay Thompson, le permitió a su equipo llegar a cinco finales seguidas entre 2015 y 2019 en las que ganaron tres de ellas quedando en la historia de los mejores equipos y mejores “big three” (grandes tríos) en la NBA junto a Draymond Green. También se convirtieron en el primer equipo en anotar más de 1.000 triples en solo una temporada. Ganaban gracias al triple. 

Actualidad

El impacto del tiro de tres puntos también se ve reflejado en el Draft de la NBA. En los últimos años, la mayoría de los jugadores disponibles en los “picks”, saben tirar de tres y son los primeros en ser elegidos por los equipos. Ya no solo son evaluados por sus habilidades atléticas y defensivas, sino también en su eficacia a la hora del triple. “Los tiradores siempre se buscaron, se busca que todos los jugadores tengan esa capacidad, es una herramienta que es un factor importante a la hora de elegir en la actualidad”, afirmó Brunetti. 

El rol tradicional del pívot -juego cercano y de espaldas al aro- también se vio afectado en la transformación del juego. Muchos de ellos, como Nikola Jokić, Al Horford o Karl-Anthony Towns, funcionan como una ayuda extra y un atacante más a la hora de buscar espacios.

La manera de defender dichos tiros también evolucionó con el tiempo. Según el reconocido entrenador argentino Julio Lamas para El Equipo: “La defensa de hombre a hombre es la que más se utiliza para poder obstaculizar los tiros de tres”. 

A diferencia de otros técnicos como Gregg Popovich, entrenador de los San Antonio Spurs, que afirmó en una entrevista su odio hacia el triple y opinó que “el juego interior está muerto”, Lamas tiene una perspectiva distinta. Él cree que “mientras el tiro sea de calidad y provenga de una acción colectiva bien ejecutada para generar ventaja, no empeora el juego”. Además, agregó que “ayuda a liberar la pintura”, lo que permite penetraciones y cortes al aro.

Pese a que el futuro del ataque de la NBA sea incierto, su impacto seguirá moldeando las tácticas ofensivas. 

 

Brasil vs Argentina: violencia nao tem fin

Por Martina Casabianca

Confirmadas las fechas en las que Racing, River y Lanús visitarán Brasil por sus respectivos cruces en Copa Libertadores y Sudamericana, los clubes argentinos no temen por lo deportivo, pero sí por la seguridad de sus hinchas debido al largo historial de represión policial hacia los simpatizantes argentinos. Inclusive, la selección argentina fue reprimida cuando se enfrentó con la selección brasileña por las eliminatorias sudamericanas en el Maracaná en noviembre del 2023.

En los últimos 20 años se registraron al menos siete incidentes que merecen destacarse. En 2005 River enfrentó a San Pablo por Copa Libertadores y el micro que trasladaba a los jugadores al Morumbí fue apedreado por los hinchas rivales durante tres kilómetros. Más tarde, fanáticos del Millonario intentaron colgar una bandera que resultó provocativa a la seguridad del estadio, lo que desencadenó que fueran reprimidos por parte de la policía con vallas, palos y golpes.

La última vez de River con San Pablo en el Morumbí fue una noche de terror

La final de la Sudamericana en 2012, disputada entre San Pablo y Tigre, también registró hechos de violencia. En la vuelta, que se disputó en el Morumbí, el Matador se fue al descanso 2 a 0 abajo y en el entretiempo la seguridad y la policía brasileña ingresaron al vestuario para agredir a los jugadores del equipo argentino: Damián Albil, por ejemplo, contó que le apoyaron un arma en el pecho. Luego de esto, Tigre decidió no salir al segundo tiempo y por este motivo le dieron la copa a San Pablo.

Gravísimos incidentes en una final que no terminó: la historia de la "rivalidad" entre Tigre y San Pablo - TyC Sports

En la fase de grupos de la Copa Libertadores 2013, Arsenal visitó a Atlético Mineiro en Belo Horizonte, rival que enfrentará River el 22 de este mes. Una vez terminado el encuentro en el que el equipo argentino perdió en la tanda de penales, los jugadores del Arse fueron a buscar al árbitro paraguayo Enrique Cáceres,de polémica tarea, y resultaron heridos por la policía, que los apuntó con sus armas. Finalmente, nueve futbolistas terminaron detenidos y el club debió pagar una fianza de 15 mil dólares para que los liberaran.

Antecedentes de equipos argentinos en escándalos en Brasil

El último caso cercano fue el cruce de Boca con Fluminense por la final de la Copa Libertadores 2023, en el que se produjeron múltiples incidentes en los que se vio involucrada la policía de Río de Janeiro: uno de ellos fue previo al partido, cuando reprimieron con gas pimienta y lacrimógenos a varios hincha xeneizes en las playas de Copacabana.

VIDEO| Se arma campal entre hinchas de Boca y Fluminense en Copacabana

Para evitar alargar la lista de estos hechos, Lanús, que visitará a Cruzeiro por la semifinal de la Copa Sudamericana de este año, realizará un operativo para que todos los hinchas que viajarán el 23 de octubre a Belo Horizonte no tengan inconvenientes, como habían sufrido en la final de la Libertadores 2017 contra Gremio. El club vende un paquete en el que incluye la entrada con el traslado de los simpatizantes desde el aeropuerto hasta el estadio antes y después del partido, con el fin de agruparlos para un mayor control.

En el último partido de la selección argentina con Brasil mencionado previamente, hinchas de ambos conjuntos fueron ubicados en las mismas tribunas, lo que desencadenó conflictos en los que la policía tuvo que reprimir hacia los argentinos. Si esto sucede cuando juega la Selección campeona del mundo frente a los ojos de todos, ¿qué se puede esperar en los próximos cruces por copas internacionales en los que participen clubes argentinos?

Las impactantes imágenes de la policía de Brasil golpeando a la hinchada de Argentina y la demora en el inicio - EL PAÍS Uruguay