lunes, julio 7, 2025
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A días del inicio del Torneo Regional Federal Amateur, la organización sigue perjudicando al fútbol del interior

Por Jerónimo Spangenberg

Falta menos de una semana para el inicio de uno de los torneos más caóticos de nuestro país, uno del que incluso muchos futboleros argentinos que podrían explicar sin problemas como funciona el mercado de pases o el nuevo formato de la Champions League, nunca escucharon hablar, el Torneo Regional Federal Amateur (TRFA).

Son muchas las críticas que recibe la Asociación de Fútbol Argentino por la forma en que organiza las competencias. Mayormente se pone bajo la lupa en la cantidad de equipos que integran la Primera División, los errores arbitrales, el caos organizativo, entre otras cosas. 

Si todo eso aplica para la Liga Profesional que disputan los mejores equipos del país, no sorprende que el problema sea más profundo en el ascenso. 

Para empezar, existen dos categorías federales: la Liga Profesional y la Primera Nacional. A partir de ahí se dividen en dos: para equipos directamente afiliados a la AFA (equipos de CABA/AMBA) y para los indirectamente afiliados (zonas del interior de Buenos Aires y del resto del país). 

La tercera es la B Metropolitana, para los afiliados directamente y el Federal A, para todo el resto. Ya en esta categoría existe una marcada desigualdad que ha sido blanco de críticas del fútbol del interior: en la B “Metro” participan 22 equipos, y cuentan con un ascenso directo y una final para obtener otro. Lo mismo ocurre en el caso del Federal, con la sustancial diferencia de que en este participan 38 clubes. 

Sumado a esto, también influye el formato en el que se desarrolla el torneo. En el primero se juega un Apertura y un Clausura y, en caso de que un equipo gane ambos, obtiene directamente su plaza en la Segunda División, mientras que en el segundo se dividen en zonas (obligando a los clubes a recorrer más distancias), disputan fase de grupos, luego fase campeonato y tras eso una reválida. 

Esta disparidad se agranda aún más cuando se sigue bajando de categoría y se llega a la Primera C y al Torneo Regional Federal Amateur. El primero cuenta con 25 equipos, otorga un solo ascenso para la Tercera División y se juega igual que ella: Apertura y Clausura, y en caso de que un equipo gane ambas asciende de manera directa. 

El Regional, por su parte, es completamente distinto. Solo para empezar cabe marcar que en la edición del año pasado participaron un total de 376 equipos de todo el país. El formato consta de varias fases: primero se dividen en ocho regiones, y estas se dividen en una cantidad variable de grupos en los que juegan todos contra todos. Tras esto, los ganadores de cada zona se miden entre sí en playoffs hasta que cada región consagre a un único ganador. Esos ganadores también se enfrentan entre ellos, son cuatro finales, cuatro ascensos. Pasando en limpio, solo cuatro de los 376 equipos logran obtener su plaza para el Federal A. Además, es inevitable que regiones enteras queden sin representación, por lo que el intento de federalización termina con que solo ascienden equipos de cuatro zonas geográficas distintas. 

Parece irrisoria la diferencia entre dos categorías que en teoría deberían desarrollarse en forma análoga. Es cierto que por motivos demográficos resulta imposible igualar la cantidad de equipos en Buenos Aires y que siempre el ascenso reviste más dificultad para los clubes no porteños, sin embargo, sería justo que se organizara de una manera que no perjudique tan claramente los intereses de las instituciones del interior del país.

Federico Delbonis, el hombre del bonito recuerdo

Por Fernández Perotti, Giglio y Tesolin

El silencio invadía el Arena Zagreb. La tensión de un país que anhelaba que se rompiera la maldición de casi 100 años era demasiada. Pesaba mucho esa pelota, muchísimo. Tenía la carga de las finales perdidas de 1981, 2006, 2008 y 2011, sumada a las tantísimas semifinales y ediciones en la que la gloria le fue esquiva a la Argentina. Con todo eso, y el match point en su poder, Federico Delbonis dejó pasar la devolución de saque de Ivo Karlović y después se tiró al piso, quebrado de la emoción: sabía que ya estaba, que por fin se logró la hazaña.

Probablemente a mucha gente se le venga a la mente Juan Martín Del Potro cuando recuerdan la victoria de la Copa Davis en 2016, y es entendible, porque su legado es gigante. Hasta el propio Delbonis lo reconoció: “Delpo era nuestro ancho de espadas, el que daba el plus. De entrada entendió que se unía a un equipo que estaba armado, lo tomó muy bien, se adaptó rápido y después sabemos todo lo que aportó”. Sin embargo, Federico cumplió un rol preponderante en ese torneo.

En la llave de octavos de final ante Polonia y de semifinal ante Gran Bretaña no fue partícipe por decisión técnica, pero Delbo nunca dejó que su ego interfiriera en el objetivo principal: “Orsanic sabía jugar bien sus cartas, en el sentido de cómo trataba a cada uno, que todos se sintieran importantes. Daniel decidió que en Glasgow jugaran Delpo, Pella y Mayer, me lo explicó y lo entendí, estábamos todos alineados con su idea. Tomó decisiones siempre pensando en el grupo, y eso fue fundamental”.

Quizás ya sabía que tendría su momento de brillar y aportar su granito de arena. Y ese momento llegó en los cuartos de final, de visitante frente a Italia. El oriundo de Azul cargó con la llave en su espalda y ganó el primer partido ante Andreas Seppi (N°52) y el cuarto partido ante Fabio Fognini (N°36), ambos por 3 a 1. En la final, todos sabemos lo que pasó. A pesar de perder el primer partido ante Marin Čilić, Delbonis fue el protagonista del último partido de Argentina en esa Copa Davis tan recordada. El encuentro lo ganó en 3 sets, y de esta manera selló con fuego su nombre y el de sus compañeros en la historia del tenis del país.

Se me caen las lágrimas cada vez que veo cómo ganamos la Davis. Me sigo emocionando cuando me veo en el punto final. Por suerte se pudo dar y quedará el recuerdo para siempre“, dijo Federico hace ya dos años. Ayer cumplió 34 años, pero la emoción y orgullo sigue y seguirá siendo el mismo para la eternidad.

 

El argentino que iluminó a Ferrari

Por Franco Saraco, Agustín Ingrassia y Armen Ktshayan

Las banderas rojas se agitaban y la que más se agitaba era la negra y blanca a cuadros, pero Froilán miraba otra bandera. Esa albiceleste que con su febo brillaba entre tanto colorado de la tribuna de los Diablos Rojos. Las primeras lágrimas de los Tifosi. Las primeras páginas del libro que fue historia desde aquel 14 de julio de 1951. El que entró por la puerta de atrás. El relleno de un equipo lleno de estrellas.

La bandera bajó en el circuito de Silverstone y ese fue el momento en el que pudo ver su alrededor, pero las noticias no eran buenas. El terror era muy grande, los autos pasaban y los nervios crecían. Minuto cuarenta y cuatro marcaba en el reloj. La presión del mecánico y la marca de otro segundo menos. La gente no se veía, todo le pasaba a 160 kilómetros por hora. El público sí lo veía. Sonrisas rojas que por momentos no fueron sonrisas. Froilán y Juan. Uno y dos. Una carrera de noventa vueltas que a las veinte había dejado atrás a otros dieciocho competidores. Rueda a rueda, como colectiveros de la misma línea. Misma bandera en el casco pero defendían otros intereses.

Setenta vueltas viendo lo mismo, el alerón delantero y trasero de ese Alfa Romeo tan temible. Las decisiones claves, unas gomas desgastadas y una vuelta cincuenta y cinco. Pulgar para arriba y seguimos, no podía fallarle a esa gente. El auto se quedaba. Había que cargar nafta. La entrada clave y la diferencia que marcó para pensar solo en el final. Ese final que lo esperaba al igual que los abrazos que aguardaban en boxes.

Dos horas, cuarenta y dos minutos y dieciocho segundos. Miró para atrás, la sonrisa de Fangio. Lo había logrado. 120 mil almas coreando su nombre y una lapicera esperando en boxes. La que firmaría su contrato y con la que José Froilán González escribiría el primer capítulo de la grandiosa historia para Ferrari en la Fórmula 1.

 

Ángel Labruna, dos equipos y un legado eterno

Por Lautaro Álvarez

El Millonario y El Calamar se verán las caras nuevamente, lo que nos abre las puertas a repasar lo que fue la carrera de El Feo en ambas escuadras y la huella imborrable que dejó en ellas.

River visitará a Platense por la fecha 17 de la Liga Profesional Argentina a las 19, en lo que será el encuentro 141 entre ambas instituciones con un saldo de 90 victorias para La Banda, 29 empates y solo 22 triunfos para El Marrón. Si bien ambos equipos atraviesan presentes diferentes e históricamente ha sido así, hay varias cuestiones que los unen.

En primera instancia, la cercanía entre los dos clubes, ya que El Calamar se ubica en Vicente López y El Millonario en Núñez. Solo cinco kilómetros separan los estadios de ambas instituciones. Sin embargo, por la diferencia de categoría, no se han enfrentado muy seguido en los últimos tiempos. De hecho, en 2021 fue la primera vez que jugaron después de más de 20 años. En esa ocasión, los de Marcelo Gallardo ganaron 1 a 0 con un tanto de Julián Álvarez.

Por otro lado, muchos jugadores han vestido las dos camisetas: Mariano Dalla Libera, Esteban Fuertes, Claudio Spontón, Eduardo Coudet y hasta David Trezeguet se pusieron la casaca de ambas instituciones. Pero el futbolista más emblemático que jugó en las dos escuadras fue Ángel Labruna.

La historia de El Feo en Núñez es bien conocida. 20 años ininterrumpidos con la banda roja en el pecho, 516 partidos, 293 goles, máximo artillero de la historia de River y de los Superclásicos, segundo en la tabla de goleadores históricos del fútbol argentino y 22 títulos sumando su etapa como jugador y entrenador.

Su primer ciclo como director técnico del Millo comenzó en 1963 de manera interina e inesperada, ya que José María Minella había renunciado a su cargo de entrenador. Angelito tomó las riendas del equipo durante nueve partidos y salió subcampeón del torneo de ese año. Entre 1968 y 1970 inició su segundo periplo en el club. Entre esos años cosechó cuatro subcampeonatos seguidos en los torneos nacionales del ´68 y ´69  y los metropolitanos del ´69 y ´70. Luego de eliminar a Boca en la segunda fase de la Copa Libertadores de 1970, perdió la semifinal contra Estudiantes y cerró su estadía en el club. 

Sin embargo, en 1975 regresaría para comenzar su tercera y más gloriosa etapa, en la cual se vieron resultados al instante. En ese mismo año, logró coronarse campeón del Nacional y del Metropolitano, cortando una sequía de 18 años sin títulos para el Millonario, la peor de su historia. Además, hasta 1981, el fin de su tercer período, sumó cuatro campeonatos más: los Metropolitanos del ´77, ´79 y ´80 y el Nacional del ´79. Dejó River siendo el técnico con más partidos dirigidos en la historia del club con 528, además de ganarse el estatus de leyenda absoluta de Núñez.

Sin embargo, el destino quiso que su primera experiencia como entrenador fuera en Platense, equipo al que le anotó 26 goles, marca más abultada de un jugador contra un club en la historia del fútbol argentino. Su debut fue en el campeonato de Primera B de 1961. En este primer ciclo, ocurrió un hecho para la posteridad del Calamar: resulta que El Marrón no tenía a disposición los suficientes futbolistas para disputar sus partidos, motivo por el cual Angelito decidió ponerse los botines y saltar al campo de juego no en una, sino en dos ocasiones. Es así como, el 19 de agosto de ese año, Labruna se paró como volante por izquierda en un empate 1 a 1 ante Tigre y una semana después haría lo propio en la derrota ante Central Córdoba de Rosario por 2 a 1, siendo en único jugador de Platense que jugó siendo técnico en simultáneo. Su primera experiencia en los del barrio bonaerense duró 37 partidos, con 16 victorias, 9 empates y 9 caídas, finalizó en el cuarto lugar de ese torneo y su equipo fue el tercero en goles anotados con 65.

Sin embargo, el destino tenía preparada una segunda etapa de El Feo en Platense, en la que estuvo a punto de escribir una página en los libros de historia. Resulta que, en 1967, Labruna disputaba con El Calamar el torneo Metropolitano de ese año, en el que alcanzó las semifinales. Su rival era el Pincha, dirigido por el eterno Osvaldo Zubeldía, uno de los mentores de Carlos Bilardo. En ese partido, los dirigidos por Angelito, considerados como “el equipo del pueblo”, llegaron a estar 3 a 1 en el marcador, pero los de La Plata lograron una increíble remontada en 16 minutos y eliminaron a su rival. Como curiosidad, durante este ciclo, Labruna dirigía paralelamente a Defensores de Belgrano, ya que se hacía cargo de la concesionaria de la confitería de dicho club y los dirigentes le ofrecieron tomar el timón del primer equipo. El oriundo de Palermo no dudó y logró sacar campeón de la B al Dragón.

Los hinchas del Marrón consideran que El Feo fue uno de los mejores entrenadores de su historia. Además del éxito deportivo, logró poner en boca de todos a un conjunto del que poco se hablaba en su momento y que dejó de ser un club más. No solo eso, sino que también vistió la camiseta en el momento en que el equipo más lo necesitaba, con un sentido de la responsabilidad que marcó un antes y un después en la institución.

Luego de cerrar su etapa en River, Labruna tuvo pasos esporádicos por Talleres y Argentinos Juniors,su último club en 1983, año en el que falleció de un ataque cardíaco luego de intentar recuperar la movilidad tras una operación en la vesícula. Ubaldo Fillol lo ayudaba a caminar, pero Angelito se desplomó en brazos del arquero a los 64 años.

Se le hicieron muchos homenajes en su honor, entre los que destacan la estatua de 6,7 metros de alto que presentó River en la entrada de su museo, que es la más grande del mundo dedicada a un futbolista. El más reciente se hizo en el 2022, en un partido entre El Millonario y Platense, bajo el nombre “Copa Ángel Labruna”, de carácter amistoso, que se la adjudicaron los dirigidos por Marcelo Gallardo luego de ganar por 3 a 0. Por otra parte, cada 28 de septiembre desde el 2003 se conmemora el Día Internacional del Hincha de River ya que ese es el día del natalicio del Feo.

Pasarán los años, las décadas y los siglos, pero el legado que dejó Ángel Labruna no sólo en River o Platense, sino en el fútbol argentino, será eterno y recordado para toda la eternidad. 

El día que el periodismo arruinó un Argentina-Brasil

Por Ulises Lazzari

Se cumplen 104 años del histórico encuentro entre Argentina y Brasil, que no es recordado precisamente por lo futbolístico. El 6 de octubre de 1920, se enfrentaron en un amistoso, ya que los brasileños debían hacer escala en tierras argentinas, tras disputar el Campeonato Sudamericano en Chile. El diario Crítica publicó una polémica nota que desató la cólera en el conjunto visitante.

El periódico era reconocido por sus polémicas durante esa época. El 3 de octubre, ni bien arribó al país la “Canarinha”, se publicó una nota dándoles la bienvenida en el boletín. Lo provocativo fue el título: “Monos en Buenos Aires. Un saludo a los ilustres huéspedes”. Como si fuera poco, el recorte venía acompañado de una imagen en la que se apreciaba a un grupo de simios vestidos con la camiseta brasileña.

La lluvia postergó el encuentro por tres días, lo que dio tiempo a que semejante hecho de racismo llegara a manos del plantel visitante. La comisión brasileña se dirigió hacia el edificio en el que funcionaba el diario -situado en Sarmiento 800- e increparon, con razón, al periodista uruguayo Antonio Palacio Zino, autor de la caricatura, y al dibujante Diógenes Taborda con la intención de que se rectificaran.

A raíz de todo esto, los jugadores Telefone, Rodrigo, Japonés, Junqueira, Zezé y Fortes se negaron a participar del partido, prefiriendo salir a pasear por la calle Florida. El resto del plantel hizo oídos sordos a los hechos y se presentaron a jugar, por respeto a los 5000 espectadores que presenciaron el cotejo. El problema era que con todas las bajas, Brasil contaba con seis jugadores, sumado el jefe de la delegación.

Llegado el día del amistoso, la “Verdeamarela” salió a la cancha de Sportivo Barracas con siete brasileños y cuatro argentinos. El público, al percatarse de la situación, comenzó a arrojar de todo a la cancha. Finalmente, Argentina retiró a cuatro jugadores y el juego se disputó siete contra siete, en dos tiempos de treinta minutos.

El triunfo fue para los locales por 3 a 1, con un doblete de Raúl Echeverría. El tanto restante fue obra de Fausto Lucarelli. A más de 100 años de este hecho, la AFA reconoce el resultado, pero ni la FIFA ni la federación brasileña lo hacen.

Violencia de género, moneda corriente en el fútbol argentino

Por Brisa Ferreiro

Mañana, 7 de octubre, es el cumpleaños de uno de los ídolos de la historia de San Lorenzo, pero ese pedestal en el que lo pusieron los hinchas se cayó hace dos semanas cuando los amantes del buen fútbol y los hinchas del Ciclón recibieron un baldazo de agua helada: se filtraron vía Twitter videos de Néstor Ortigoza en los que se muestra cómo ejercía violencia de género contra su exmujer, Lucía Cassiau.

En el material fílmico que compartió la víctima se ve cómo Ortigoza la hostiga verbalmente y la golpea frente al hijo de ambos. Actualmente, la causa está caratulada como “lesiones agravadas” y quedó bajo la órbita de la fiscal Lorena González de la UFI N°3 de Género descentralizada de Ezeiza. Los dirigentes de San Lorenzo solicitaron su renuncia inmediata al cargo que aún ocupa como vocal del club.

Recientemente, Ortigoza advirtió que, de avanzar en las solicitudes por parte de la dirigencia, “acudiré para hacer valer mis derechos como asociado”. Al no querer dar un paso al costado, Marcelo Moretti, presidente del club, convocó una asamblea para el 8 de octubre con el objetivo de suspender sus actividades en la institución lo antes posible.

Esta noticia fue una sorpresa para el fútbol argentino en general, aunque en realidad no debería asombrar ya que hay varios casos similares de jugadores que actualmente integran planteles de clubes de nuestro país.

El ejemplo más reciente fue la denuncia por abuso sexual a Sebastián Sosa, Braian Cufré, Abiel Osorio y José Florentín quienes, en ese entonces, integraban el plantel de Vélez. El hecho ocurrió en la madrugada del domingo 3 de marzo en Tucumán, en el Hotel en el que se concentraron los dirigidos por Gustavo Quinteros, luego de que el Fortín empatara sin goles ante el Decano. El club de Liniers, al enterarse de la acusación, decidió automáticamente separar a estos jugadores del plantel. Sin embargo, hoy 3 de los 4 implicados juegan en equipos de fútbol argentino: Sebastián Sosa en Deportivo Maipú de Mendoza, José Florentín en Central Córdoba de Santiago del Estero y Abiel Osorio en Defensa y Justicia. Por su parte, Braian Cufré es jugador libre. La Justicia los dejó en libertad, sus únicas restricciones son que deben presentarse cada 15 días en los tribunales de Tucumán y que no pueden salir del país sin autorización de la justicia.

Antes se había producido el caso de Sebastián Villa, actual jugador de Independiente Rivadavia de Mendoza y ex Boca, quién fue acusado por su pareja, Daniela Cortés, de ejercer violencia de género durante los dos años que habían convivido. La víctima compartió imágenes a través de las redes sociales en las que mostraba fuertes lesiones en la cara, la boca y los brazos. El caso llegó a la justicia y Villa quedó imputado además de recibir una orden de restricción.

Eduardo Salvio, actual jugador de Lanús, mientras era parte del plantel de Boca fue denunciado por Magalí Aravena, su exesposa, por intento de homicidio. El hecho ocurrió en mayo del 2022 en el barrio de Puerto Madero. Salvio intentó atropellar a su ex pareja luego de que ella lo encontrara con otra mujer en el auto. Aravena fue trasladada al hospital Argerich, donde se informó que sufrió un traumatismo por flexión en el miembro inferior derecho. La causa del jugador granate fue archivada por el fiscal de 1° Instancia José Ernesto Sylvié ya que argumentó una falta de pruebas sobre la materialidad del hecho.

Las denuncias también se trasladan hacía la élite de nuestro fútbol: la selección argentina. Dos integrantes del plantel campeón del mundo recibieron denuncias por violencia de género. El primero fue Thiago Almada, que fue acusado en 2020, cuando era jugador de Vélez, por abuso grupal agravado con acceso carnal. La violación se produjo durante un encuentro en la casa que alquilaba Martín Lucero, también integrante del conjunto de Liniers, en el barrio cerrado Camino Real ubicado en la localidad de Boulogne. Allí fue donde asistió la víctima junto a una amiga, ambas invitadas por Ricardo Centurión, quien también fue acusado por su exnovia en 2017. La denunciante se encontraba semi inconsciente y fue abusada por al menos dos personas: Almada y Miguel Brizuela. Sin embargo, el ex jugador del Fortín puede integrar la Selección ya que no recibió una condena firme y en el reglamento de la FIFA se determina que no pueden ser participantes si tienen una causa en trámite.

El otro es el actual defensor de la selección argentina, Gonzalo Montiel. El jugador del Sevilla fue denunciado por abuso sexual con acceso carnal. Carolina, la víctima, relató que durante el festejo de cumpleaños de Montiel perdió el conocimiento tras tomar unos tragos y que cuando se despertó tenía la ropa desacomodada, hematomas en las piernas y dolor en la vagina. El último movimiento de la justicia fue una pericia psicológica a la denunciante, lo que determinará cómo continúa la causa.

El fútbol es el deporte más popular de Argentina, lo que también refleja una sociedad violenta y machista. Continúan dentro de la cancha los culpables de arruinar la vida de distintas mujeres. Este deporte es pasión y amor, hay que dejar de mancharlo con violencia.

Entrenadores: la inestabilidad en los banquillos argentinos

Por Lautaro Álvarez

Desde hace ya muchos años que se contempla una clara predisposición de los clubes a interrumpir el vínculo con sus directores técnicos y este año no ha sido la excepción.

El 2024 viene siendo una continuidad de los últimos tiempos en el fútbol argentino. Y es que la cantidad de entrenadores que han dejado su cargo sigue en ascenso, una tendencia que se observa desde hace muchos años.

El más reciente en dejar su puesto de DT fue Diego Martínez, que renunció a la dirección técnica de Boca luego de la derrota por 2 a 0 frente a Belgrano en Córdoba. De esta manera, el ex míster de Huracán se suma a una larga lista si contamos la Copa de la Liga y la Liga Profesional: en total, 26 son los técnicos que no terminaron su ciclo a los mandos de sus respectivos clubes.

Muchos factores podrían explicar este fenómeno, desde la presión por parte de los hinchas o la dirigencia, la exigencia de resultados inmediatos, la poca paciencia a la hora de planificar un proyecto a largo plazo, falta de inversión en los planteles, deudas de los clubes. Todo lo dicho contribuye a un triste fin de ciclo.

En lo que respecta a la Liga Profesional, en la quinta fecha (última antes del parate por Copa América) ya se habían ido cuatro entrenadores: Julio Vaccari (Defensa y Justicia), Carlos Tevez (Independiente), Mauricio Larriera (Newell´s) y Julio César Falcioni (Banfield). Una vez que se reanudó la Liga, en la sexta jornada tanto Miguel Ángel Russo como Lucas González Velez interrumpieron sus vínculos con Rosario Central y Central Córdoba respectivamente.

En la octava fecha, Martín Demichelis terminó su ciclo en River. Si bien se fue muy cuestionado por su forma de jugar, lo cierto es que dejó Núñez tras 90 partidos de los cuales ganó 55, empató 18 y perdió tan sólo 17 veces, con una efectividad del 66,6% y tres títulos en su haber.

En la jornada 11 la víctima fue Pablo Guede, quien en conjunto con la Comisión Directiva de Argentinos Juniors decidieron poner fin a su estadía en La Paternal luego de caer en el Estadio Diego Armando Maradona por 3 a 0 frente a Unión de Santa Fe.

Sin embargo, la trituradora se vio claramente en la semana 12 de la Liga. Nada menos que cuatro fueron los entrenadores que dejaron su cargo: Francisco Meneghini abandonó al Halcón de Varela, Alejandro Orfila se fue de Barracas Central, Walter Ribonetto dejó Talleres y Martín Cicotello cerró su ciclo en Independiente Rivadavia de Mendoza.

En la siguiente jornada, El Taladro decidió despedir a Gustavo Munúa luego de solo diez partidos al mando de los de zona sur. Una victoria, seis empates y tres derrotas fueron los lapidarios números que cosechó el uruguayo y que fueron la causa del fin de su vínculo.

En la fecha 14, volvemos nuevamente a Rosario. Sebastián Méndez fue el apuntado en este caso, luego de irse de La Lepra tras solo una victoria en diez encuentros, además de cuatro empates y cinco derrotas, de las que se destacan el clásico ante el Canalla y la eliminación por penales en Copa Argentina frente al Ferroviario.

El último en dejar su cargo fue Diego Martínez. Su ciclo fue el más “duradero” respecto a los otros entrenadores ya que fueron 45 encuentros al mando del Xeneize, con un global de 21 victorias, 13 empates y 11 derrotas, de las cuales resaltan la eliminación en Copa Sudamericana ante Cruzeiro por penales, la caída ante Racing y el superclásico ante River (con un equipo formado por mayoría de suplentes) en La Bombonera.

La lista la completan los despedidos en el primer semestre del año, en la Copa de la Liga. Ellos son: Matías Módolo (Riestra), Facundo Sava (Huracán), la dupla Orsi-Gómez (Atlético Tucumán), Sergio Rondina (Sarmiento), Rodolfo De Paoli (Independiente Rivadavia), Sebastián Grazzini (Platense), Guillermo Farré (Belgrano), Néstor Gorosito (Tigre), Abel Balbo (Central Córdoba), Rubén Darío Insúa (San Lorenzo) y Leonardo Madelón (Gimnasia de La Plata). 

Como dato a tener en cuenta, en el siglo XXI, el año en el que más técnicos desfilaron por el torneo de primera división, fue el 2016. En aquel entonces rodaron 80 técnicos, nada más ni nada menos. En ese año, se jugaron dos torneos: uno en formato de dos zonas de 15 en el que los dos primeros disputarán una final a partido único en cancha neutral (Lanús de Jorge Almirón le ganó 4 a 0 al San Lorenzo de Guede en El Monumental) y el otro estructurado para que jueguen todos contra todos una sola rueda (el Boca de Guillermo Barros Schelotto se consagró campeón).

Respecto a esta tendencia, el futuro es bastante incierto. La pregunta que surge es: ¿cuándo finalizará este carrusel de despidos? La respuesta no es sencilla y no parece asomar un desenlace en el horizonte, por lo cuál pareciera que la situación seguirá de la misma manera. Los clubes y la Asociación del Fútbol Argentino deberían reflexionar y buscar soluciones a largo plazo para garantizar la estabilidad de los proyectos deportivos que proponen los entrenadores.

 

De abanderado olímpico a rodar cine de terror

Por Yamil Toral 

El 6 de octubre de 2014 falleció Carlos Delia Larocca, jinete olímpico acusado, años mas tarde, de secuestro, tortura y asesinato. Murió sin ser juzgado. A una década de su deceso todavía siguen en la memoria, por la verdad y la justicia, los militantes asesinados durante su actividad militar. 

Los Juegos Olímpicos de Munich 1972 fueron particulares. Los primeros días de septiembre, a partir de un secuestro organizado por el grupo “septiembre negro”, terminaba en la masacre de 15 personas: nueve israelíes, cinco palestinos y un alemán. Cinco días después los soviéticos le ganaban el oro en básquet a los Estados Unidos en plena guerra fría. También fue la primera edición en tener una mascota: Waldi. Argentina fue representada por 98 deportistas, el abanderado fue Carlos Delía Larocca. Un jinete que llegaba a su quinto Juego consecutivo: Melbourne 1956 donde fue su mejor rendimiento al quedarse con un diploma en equipo, Roma 1960, Tokio 1964 y México 1968. En los juegos panamericanos había logrado tres medallas de plata, dos en 1951 y una en 1963. Subcampeón mundial de Salto Ecuestre 1960 y campeón argentino tres veces. 

Ajeno a los caballos en el ámbito profesional, hizo la carrera militar que lo llevó a ser Jefe del Tercer Cuerpo del Ejército, con base en Córdoba. Durante ocho meses hasta septiembre de 1975, su sucesor sería el genocida Luciano Benjamín Menéndez. En esos años, la violencia en la calle se volvió una realidad. Organizaciones políticas buscaban hacer la revolución a partir de la lucha armada. En marzo de 1976 durante el golpe cívico-militar comandado por Jorge Rafael Videla se hizo cargo de los tres poderes con la excusa de “reestablecer un orden”. Durante seis años, hasta 1982, el gobierno militar secuestró, torturó y desapareció a 30 mil personas. Una hoguera en la que el Estado argentino fue la leña.

A principios de 1975, María Estela de Perón firmó el decreto para llevar a cabo la “Operación Independencia” en Tucumán. El objetivo: “Apagar el foco revolucionario del ERP en la provincia”. El Tercer Cuerpo del Ejército participó activamente bajo la dirección de Larocca. En estos primeros enfrentamientos comenzó a caldearse el gran estilo siniestro de los próximos seis años en el país. Por los crímenes de Lesa Humanidad cometidos en Córdoba desde marzo de 1974, durante el operativo independencia y en los centros clandestinos de detención La Perla y Campo de la Ribera, se abrió una megacausa por el asesinato de más de 700 personas. Titulada “MENÉNDEZ III” se convirtió en el juicio más importante de la provincia, el abanderado olímpico fue imputado en 2012.

Larocca ejerció también como agregado militar en la embajada estadounidense, país mentor del “Plan cóndor” propulsor de las dictaduras latinoamericanas. Fue designado en varios roles diplomáticos hasta 1979 cuando presentó la renuncia. Para 1980 fue nombrado por decreto como presidente de la Federación Deportiva Militar Argentina hasta el 10 de diciembre de 1983. 

Vinculado a una causa que incluye delitos de lesa humanidad, el jinete decidió durante el juicio la defensa responsabilizar a la Policía provincial, y afirmó que el ejército intervino recién cuando asumió Menéndez. Sin embargo, un año después confirmaron su procesamiento. 

Se cumplen 10 años de la muerte de un particular personaje de la historia Argentina. Murió, el 6 de octubre de 2014, a los 91 años sin ser juzgado por los delitos que se le imputaron: Tortura, privación ilegitima de la libertad, homicidios calificados y tentativa. Sin embargo su apellido en el mundo hípico sigue firme como representante del país por parte de su sobrino, Jose Maria Larocca, que llegó a París 2024 a su quinto Juego consecutivo (desde Beijing 2008) y con dos medallas de plata en los Panamericanos de 2015 y 2019.  Su accionar en el Tercer Cuerpo del Ejército durante la etapa más triste de nuestra historia, sigue presente en la memoria de los argentinos, en esos pañuelos blancos y en cada “Nunca Más”. 

Talleres-Belgrano, la estadística que ningún Pirata quiere ver

Por Lucas Camargo

El superclásico cordobés es uno de los más atractivos de los últimos años, con equipos altamente competitivos y jugadores de renombre. A pesar de esto, en los últimos años la balanza se inclinó a favor del albiazul, lo que le permitió imponerse por la mínima en el historial de AFA entre ambos clubes. Talleres cuenta con una racha impresionante: nada menos que 18 años sin perder ante su clásico rival, aunque en el medio hubo muchos desencuentros entre descensos y ascensos de ambos lados.

La última victoria oficial de Belgrano en clásicos fue en el 2006 en el viejo Chateau Carreras – hoy conocido como Mario Alberto Kempes- por la decimosexta fecha del torneo Clausura de la Primera B Nacional. El Pirata se impuso por 2-1 con goles de Mariano Campodónico y Andrés Aimar, mientras que Gonzalo Bustamante había puesto en ventaja a la T. Posteriormente se jugaron 12 partidos, con 9 empates y tres victorias del Matador.

Los jóvenes fanáticos de Belgrano nada más pudieron ver un triunfo en un amistoso el 23 de julio de 2018 disputado en el Kempes. Los goles los convirtieron Matías Suárez y Leonardo Sequeira, en tanto Javier Gandolfi anotó para el local. Desde su regreso a Primera en 2023 y la vuelta al Gigante de Alberdi, la B no pudo aprovechar el impulso de la localía y obtuvo dos empates.

Por el lado de Talleres, la última victoria oficial fue en 2018 como local en el Kempes con un contundente 3-0 con un doblete de Nahuel Bustos y Juan Ramírez. En cuanto a amistosos, la T se impuso en la Copa Clásicos de Córdoba y repitió el resultado de hace 5 años. En esta ocasión, los goles los convirtieron Pizzini, Garro y Buffarini de penal.

Una de las versiones de contar el historial de los clásicos, y la más elegida por los hinchas, es por torneos de AFA. En total, hubo 42 encuentros, incluyendo Primera y Segunda División, con 11 alegrías para el Matador, 10 para el Pirata y 21 igualdades. 

Todas las rachas se han hecho para ser quebradas o para sostenerlas. Veremos en esta promesa de partidazo si Belgrano rompe la sequía o Talleres prolonga el invicto histórico de más de 18 años sin perder un clásico

 

Se sortearon los grupos del Mundial masculino de voley: el análisis de los rivales de Argentina

Por Valentín Razzeto

El pasado 14 de septiembre se realizó el sorteo de los grupos para el Mundial masculino de vóley, donde la Selección Argentina quedó ubicada en el grupo C con Francia, Finlandia y Corea del Sur. La competencia se realizará en Manila, Filipinas, entre el 12 y 18 de septiembre de 2025 y contará con un nuevo formato.      

El torneo tendrá por primera vez la participación de 32 naciones (ocho más que en 2022), que se dividirán en ocho grupos de cuatro seleccionados y los dos mejores de cada zona obtendrán la clasificación a los octavos de final.                                                           

En esta fase de grupos, el rival más complicado a vencer será Francia, pese a que nunca pudo conquistar el Mundial, “Los Galos” vienen de ganar dos medallas doradas consecutivas en los Juegos Olímpicos y además, este año, se consagraron campeones de la Liga de las Naciones, ante Japón por 3 a 1. Francia y Argentina se enfrentaron en seis oportunidades, con un historial a favor de los europeos de 4-2.                                                                                       

Por otra parte, Finlandia solamente jugó seis partidos en la temporada 2024 por la Liga Europea ante Rumania, Croacia, España, República Checa, Estonia y Bélgica. Terminó con tres victorias y tres derrotas. Esta será su novena participación en un Mundial. Hasta el momento su mejor posición fue en 2014, en donde llegó a estar en el puesto nueve. Este será el segundo encuentro entre ambos equipos, el primero fue en 1978, con victoria del país nórdico por 3 a 1.                                                                   

Y el último rival a enfrentar, Corea del Sur, durante el año disputó solamente cinco partidos en la Challenge Cup asiática contra Qatar, Bahrein, Pakistán, Indonesia y China Taipei. En el torneo sumó dos victorias y tres derrotas. Los surcoreanos y los argentinos se cruzarán por tercera vez en esta competencia. Los dos encuentros anteriores fueron ganados por el conjunto nacional.                                                                  

En el último Mundial, Argentina estuvo en el grupo con Irán, Países Bajos y Egipto, en el que quedó en el tercer lugar. Igualmente, se clasificó a los octavos de final como uno de los cuatro mejores terceros (para esta edición no será posible por cambio de formato). En esa ronda eliminatoria enfrentó a Serbia, a la que venció 3 a 0. Los cuartos de final los jugó contra Brasil, el clásico sudamericano, en el cual fue derrotado por 3 a 1. 

Para el seleccionado albiceleste este torneo se transformará en el inicio de una nueva etapa, ya que, con la salida del histórico entrenador, Marcelo Méndez, el equipo está sufriendo una renovación táctica y generacional. Su reemplazante aún no ha sido confirmado.