miércoles, enero 8, 2025
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La gran estadística de Argentina en la Copa del Mundo de futsal

Por Lucía Seery 

La selección Argentina de fútbol sala, o mejor llamado futsal, se ha convertido en una potencia mundial, y un temor para los rivales en los últimos años. A la par de un notable crecimiento a nivel nacional, los dirigidos actualmente por Matías Lucuix, irán en busca de consagrarse nuevamente. 

En Uzbekistán, la pelota comenzó a rodar el pasado 14 de septiembre con Argentina como integrante del Grupo C junto con Afganistán, Ucrania y Angola. Tras ganar los tres partidos de la primera fase, el seleccionado nacional clasificó primero, una fecha antes y espera rival en octavos de final. 

La Copa del Mundo tuvo nueve ediciones desde 1989, de las cuales Argentina participó en todas. Lo que resulta sorprendente, es que el seleccionado nacional clasificó sin derrotas a la próxima ronda en cinco de las participaciones. 

En Taiwán 2004 tuvo el primer acercamiento a un podio tras pasar a la segunda fase después de vencer en todos los partidos de su grupo. En la siguiente etapa, quedó segundo y en semifinales ante Italia le ganó 7 a 4. De esta forma, disputó el tercer puesto frente a Brasil, con el que cayó nuevamente por siete tantos. 

En la edición sucesiva, Brasil 2008, el formato cambió y pasaron a ser cinco los integrantes del grupo. Argentina se clasificó segundo tras ganar 3 de los 4 partidos y empató frente a Ucrania 2 a 2. 

Ocho años más tarde, en Colombia 2016, el seleccionado tuvo su hazaña. Se aseguró el primer puesto ganando los dos primeros partidos. Con un empate en la última fecha, pasó a octavos de final, instancia en la que le ganó con un apretado 1 a 0 a Ucrania. Egipto fue tarea fácil en cuartos con un contundente 5 a 0, y en semifinales Portugal recibió la misma cantidad de goles. La primera final disputada para Argentina se dio ante Rusia, en un encuentro repleto de emociones, en el que se impusieron 5 a 4 y se proclamaron campeones del mundo.

En 2021, con la fe de defender el título en Lituania, los dirigidos por Matias Lucuix otra vez obtuvieron el pase a la siguiente fase luego de conseguir los 9 puntos en disputa. Paraguay en octavos, Rusia en cuartos y Brasil en semis, fueron algunas de las selecciones que dejó 

atrás Argentina para llegar a la ansiada final ante Portugal. No terminó como en 2016 sino en segundo lugar ya que los portugueses dominaron el partido y derrotaron 2 a 1 al seleccionado nacional. 

Este año en Uzbekistán, la estadística en fase de grupos se estiró ya que la Selección ganó los tres encuentros y disputará el próximo viernes 27 de septiembre los octavos de final frente a Croacia.

Boca y la crisis de los técnicos: 5 en 5 años 

Por Vicente Moreyra

Luego de la derrota frente a River, Diego Martínez dejaría de ser el técnico de Boca. Los malos resultados frente a Racing y al Millonario sumado a la eliminación en octavos de final de la Sudamericana provocaron la salida del entrenador, que volvió a poner en duda la gestión de Juan Román Riquelme en el club.

Desde la llegada de Riquelme en diciembre de 2019, en un principio como vicepresidente de Jorge Ameal, el club ya tuvo cinco entrenadores. El primero fue Miguel Ángel Russo, quien estuvo 20 meses al mando del equipo (con 227 días de inactividad por pandemia de por medio) y obtuvo la  Superliga 2019/20 en la última fecha. Pero tras una seguidilla de malos resultados, el club decidió echarlo para darle lugar a Sebastián Battaglia, técnico de la Reserva en ese entonces.   

El nacido en Santa Fe estuvo un año dirigiendo a la Primera División en los que consiguió   la Copa Argentina 2021 y la Copa de la Liga 2022. Pero tras la derrota 3-0 con Banfield en la Bombonera y la eliminación de la Libertadores frente a Corinthians por penales, el Consejo de Fútbol al jugador con más títulos de la institución, a través de una llamada telefónica desde una estación de servicio.

Tras la salida de Battaglia, Hugo Ibarra asumió como entrenador del primer equipo. El ex lateral derecho también llegó al puesto luego de dirigir a la Reserva del club y obtuvo la Liga Profesional 2022 y la Supercopa 2022. A pesar de estos dos éxitos, el Negro fue despedido a tan solo 8 meses de haber asumido debido a los malos rendimientos del equipo.

Boca buscó un perfil distinto de entrenador, y luego de que sonaran nombres como los de Gerardo Martino o José Pekerman, el que finalmente tomó el cargo fue Jorge Almirón. Con el actual técnico de Colo Colo al mando, el equipo logró llegar a la final de la Libertadores, que perdió 2-1 frente a Fluminense en el Maracaná. Luego, Almirón renunció a su cargo tras nueve meses en el club.   

Mariano Herrón, actual técnico de la Reserva, se hizo cargo del equipo los partidos restantes de la temporada y en enero del 2024 asumió Diego Martínez. El rendimiento del equipo fue de menos a más en los primeros meses, eliminando a River de la Copa de la Liga y accediendo a la siguiente ronda en la Sudamericana, pero dejó de tener esos buenos resultados, además de un evidente falta de funcionamiento, quedó fuera de la Copa y perdió los partidos más importantes del semestre. Tras el 1-0 en la Bombonera, este domingo se confirmó que no seguirá en su cargo aunque aún no se sabe cuándo se hará efectiva la salida.


Martínez dirigió 44 encuentros al Xeneize de los cuales ganó 20, empató 15 y  perdió 9 (57% de eficacia). En sus nueve meses como técnico no consiguió ningún título.

Uno de los apuntados a reemplazarlo es Cristian “Kily” González, actualmente en Unión, en una nueva muestra de que el criterio en la elección de los entrenadores no se basa en un estilo de juego y tampoco en el perfil de los mismos. Además, ningún entrenador completó su contrato, ya que Ibarra y Battaglia fueron despedidos, la salida de Russo fue de común acuerdo y Jorge Almirón renunció.   

La gestión Riquelme tiene sus puntos positivos, cómo llegar a la final de la Libertadores en 2023, la semifinal en 2020 y lograr eliminar a River en tres ocasiones, y sus negativos, no disputar la Libertadores en 2024, los constantes cambios de técnicos por malos resultados o los 18 meses sin conseguir un título, pero lo que queda en evidencia es que no hay una idea de un proyecto a largo plazo que respalde al técnico en busca de construir una identidad futbolística. Los resultados siguen mandando en el mundo Boca.

 

Colapinto: “Hice todo bien, me pararon tarde”

Por Lissa Guillin

Franco Colapinto finalizó undécimo en su tercera carrera en la Fórmula 1 en el Gran Premio de Singapur y terminó enojado con la estrategia que utilizó el equipo Williams ya que, aseguró, le hizo perder varios puestos.

“Yo hice todo lo mejor que pude y creo que hice todo bien. Me pararon muy tarde, me pasó Pérez, si no, no me hubiese pasado. Creo que lo podría haber aguantado. Me costó mucho la carrera, pero capaz que podría haber llegado a los puntos si hubiéramos elegido bien estratégicamente el momento de parar”, expresó sin filtro el argentino tras concluir las 62 vueltas. 

Con su habitual simpatía, mostró su fastidio por no haber sumado al menos un punto y declaró: “Una lástima no haber podido mantenerme en el top 10 por una parada un poco tarde y lenta, pero bueno cosas que están fuera de mi control”.

Descontento con la decisión que tomaron para cambiar neumáticos, agregó: “El equipo me paró tarde, no es algo que pueda controlar, es una decisión de ellos y salió mal. Así que nada, hablaremos para que no suceda otra vez porque es muy complicado estar en esa posición”.

Con respecto al desarrollo de la carrera, Colapinto estaba satisfecho y  destacó: “Una de las carreras más duras del año por el calor y humedad pero la pude terminar. El auto tenía buen ritmo, yo estaba bastante al límite desde mitad de carrera en adelante pero pude aguantar bien.”

El piloto empezó decimosegundo, tuvo una buena salida que lo hizo pasar tres autos posicionándose noveno en el Circuito Urbano Marina Bay pero por una parada en boxes quedó a un lugar de sumar puntos.

 

Los Pumas, histórico triunfo y la ilusión del título

Por Antonio Dezanzo

El seleccionado argentino de rugby consiguió una inolvidable victoria frente a los campeones del mundo, Sudáfrica, 29-28, y así lograron obtener su mejor actuación en el Rugby Championship tras haber ganado anteriormente a los All Blacks y a los Wallabies, potencias del sur. Además, es la primera vez que Los Pumas tienen la chance de pelear por el campeonato ya que se ubican segundos en la tabla con 14 puntos, a cinco puntos de los Springboks, a una fecha del final.

Hace nueve años, el elenco albiceleste dirigido por Daniel Hourcade hacía historia derrotando a los Springboks en el estadio Growth Point Kings Park de la ciudad de Durban por primera vez. Argentina llegaba al partido con 18 derrotas y un empate. Fue una jornada marcada por las emociones, donde en las gradas también se encontraban quienes inspiraron el apodo de “Los Pumas”, tras derrotar en 1965 a los Juniors Springboks en el estadio Ellis Park de Johannesburgo, presenciando esta gesta histórica desde las tribunas y cantando el himno nacional. Por todo ello, el triunfo significó mucho más para los jugadores y el cuerpo técnico.

Tras el encuentro Juan Imnhof, quien se quedó con el premio del MVP, sentenció: “Con un equipo así es muy fácil jugar. Con el corazón se hace todo más fácil. Cerrar de esta manera el Rugby Championship es algo muy bueno para nosotros”.

No solo fue la primera victoria sobre el equipo africano, sino también el primer éxito como visitante en el Rugby Championship y el segundo en total, tras el golpe ante Australia 21-17 el 4 de octubre de 2014 en Mendoza. Además, Los Pumas finalizaron en la tercera posición, en su cuarta participación del torneo.

Aquella selección tenía como virtudes un gran juego de ataque, tanto de contragolpe como a partir de formaciones fijas, con el plus de mantener durante todo el partido la acostumbrada agresividad a la hora de tacklear. Los 37 puntos del equipo argentino fueron anotados por Juan Imhoff, Marcelo Bosch y Juan Martín Hernández. 

La historia se definirá el próximo sábado en Nelspruit, Sudáfrica, donde Los Pumas llegarán con una ilusión: consagrarse campeones y levantar la copa por primera vez. Para esto necesitan ganar por ocho o más puntos y anotar tres o más tries que su rival. Si bien no es una tarea simple, este equipo ya demostró de qué está hecho. 

 

Lando Norris dominó de principio a fin la carrera en Singapur y logró su tercera victoria

Por Máximo Nigro y Joaquín Molina

Por primera vez en su carrera, Norris no perdió el liderato luego de largar primero y gracias a esto pudo obtener una amplia ventaja por sobre el resto. Tan grande era esta diferencia que chocó su alerón delantero y pudo entrar a boxes a cambiar neumáticos y la parte dañada sin perder la primera posición.

El británico de McLaren no sufrió presiones a lo largo de la carrera salvo cuando su compañero de equipo, Oscar Piastri, se puso a cuatro segundos pero esto duró poco tiempo ya que Piastri tenía que parar en boxes a cambiar neumáticos. El australiano finalizó tercero.

Red Bull, por su parte, tuvo una carrera prolija pero poco digna de su estilo en comparación a la temporada pasada en la que Max Verstappen y Sergio Pérez solían compartir podio. De todos modos, el neerlandés no tuvo una mala carrera. Terminó segundo sumando 18 puntos importantes para la pelea del campeonato con Norris, a diferencia de Checo, quien terminó décimo sumando una sola unidad. Helmut Marko, asesor del equipo, días atrás declaró que el campeonato de constructores ya lo dieron por perdido y solo se centran en que Verstappen logre su cuarto título consecutivo.

Ferrari tuvo una buena carrera y mostró buen rendimiento, pero quedaron condicionados por su orden de largada. Charles Leclerc largó noveno y Carlos Sainz Jr. décimo. Igualmente se posicionaron sexto y quinto respectivamente pero como el monegasco mostró un ritmo superior al del español, el equipo ordenó que cambiaran posiciones para que Leclerc pelee la cuarta posición con uno de los pilotos de Mercedes, George Russell. Los Tifosi finalizaron quinto Charles y séptimo Sainz Jr. 

Mercedes mostró más de lo mismo. Buen ritmo para Russell pero malo para Hamilton. El siete veces campeón largó tercero con ruedas blandas desgastadas y tuvo un buen inicio de carrera pero con el correr de las vueltas fue decayendo hasta finalizar sexto, mientras que su compañero inició y terminó cuarto. Además, Russell defendió de gran manera a Leclerc en las últimas vueltas.

En su tercera carrera de Fórmula 1, Franco Colapinto volvió a demostrar un gran nivel para la categoría. Inicio décimo segundo, llegó a posicionarse sexto pero por malas decisiones del equipo entró tarde a boxes y Checo Pérez, quién vueltas atrás dijo por su radio que el argentino era muy bueno y difícil de pasar, lo adelantó ya que le hizo un undercut (frenar antes en boxes que tu rival de adelante). 

Su compañero de equipo, Alexander Albon, tuvo que retirar el auto en la vuelta 15 de la carrera debido a un sobrecalentamiento del mismo. El tailandés largó en el puesto 11 y, en la primera curva, Colapinto lo encerró haciendo que Albon no reaccione de la mejor manera y se queje por su radio. Post carrera expresó que en realidad simplemente estaba sorprendido y que no entendió la maniobra, pero que no estaba molesto.

Lucuix, de un retiro obligado y traumático a la consagración

Por Thiago Corvalan

Matías Lucuix nació un 20 de noviembre de 1985, comenzó su carrera como jugador de futsal a los 11 años en River Plate, años más tarde emigraría a España para formar parte de la mejor liga del mundo. El sueño de todo jugador de esta disciplina es poder llegar a jugar en la “LNFS” (Liga Nacional de Fútbol Sala), ahí es donde juegan las estrellas. Además, detalle no menor, el fútbol de salón en Argentina es un deporte amateur, por lo que los clubes no tienen recursos para pagarle un sueldo a sus jugadores y estos no pueden vivir de eso. Sin embargo en las tierras europeas los deportistas pueden subsistir con el sueldo, lo cual la profesionaliza mucho más. 

El bonaerense también supo vestir la camiseta y salir campeón con el Inter Movistar, uno de los equipos más representativos y conocidos a nivel general. Sin embargo, todo lo que parece ser una historia color de rosa para el mejor jugador de la época, se terminaría el 8 de noviembre de 2012. Matías jugaba para la albiceleste, disputando el Mundial de Futsal en Bangkok, Tailandia. La selección se enfrentaba a Australia por el tercer partido de la fase de grupos, un partido accesible, no obstante una jugada desafortunada dejaría fuera de las canchas al crack argentino. Una pelota en disputa sobre la línea contra un australiano, el rival pateó, Lucuix trabó y ese impacto le generó una lesión que tuvo como consecuencias dos placas y veinte tornillos. 

El traumatismo fue tratado quirúrgicamente pero no lograban que el hueso selle, intentaron con varios mecanismos distintos y ninguno dio resultado, es por eso que a sus 27 años y por más intentos que hizo para volver a jugar, Matías supo que ya no iba a ser el mismo. Y para poder seguir ligado al deporte decidió empezar el curso de director técnico. 

En el 2015, a 36 meses de su lesión anunció su retiro y ahí es cuando Diego Giustozzi, ex entrenador de la Selección, decide incluirlo en su proyecto y lo designa ayudante de campo. En el Mundial de Colombia 2016, Argentina se consagraría campeona y haría historia en el “40×20”. 

Giustozzi le dejaría su cargo a Matías, quien quedaría como responsable de la mayor. En 2019 ganó un mundial, pero este no era organizado por la FIFA, sino por otro ente, “AMF” (Asociación Mundial de Futsal). 

El título obtenido le daría mucha confianza al oriundo de Buenos Aires para poder ir a competir al Mundial de Lituania 2021. En este certamen el conjunto sudamericano logró llegar a la final, donde fue derrotada por Portugal, el equipo del momento, en un partido muy parejo y ajustado. 

Finalizado este torneo el técnico del seleccionado se coronó, siendo tenido en cuenta como uno de los mejores DT de la historia del futsal argentino y de los más reconocidos en la actualidad. En la Copa Amèrica 2024, también salieron 

segundos, pero esta vez perdiendo en el último partido contra Brasil. Actualmente se está disputando la Copa del Mundo en Kazajistán y la selección nacional, que es una de las favoritas, ya avanzó a la siguiente ronda.

A dos años del fallecimiento de Carlitos Balá: un ícono de Chacarita y de la cultura popular argentina

Por Federico Zbogar

El artista trascendió del mundo del espectáculo, donde reinó durante décadas, y es capital del “Funebrero” gracias a su renombre y a su reputación en el folklore nacional.

“Un kilo y dos pancitos” es una frase célebre que podría utilizarse, por ejemplo, para describir el gol de Maradona a Inglaterra en el Mundial de 1986. Un “Sumbudrule” podría realizarse entre hinchas rivales, con la finalidad de bromear entre ellos. Y para quienes festejan un gol con el pulgar en la boca, quizás no les vendría mal visitar el chupetómetro. Toda esta jerga fue furor en la Argentina durante la segunda mitad del siglo XX, gracias a una mente maestra del entretenimiento que se ganó el corazón de muchísima gente a partir de su carisma e inteligencia. Aquel personaje brillante fue un artista oriundo del barrio porteño de Chacarita llamado Carlos Salim Balaá Boglich, mejor conocido como “Carlitos Balá”.

Si bien su creatividad no transitaba por un colectivo deportivo, sino más bien por un divertimento más general, el deporte –en concreto el fútbol– no pasaba desapercibido. Balá era un reconocido simpatizante de Chacarita Juniors, al cual frecuentemente hacía alusión en sus programas, lo que generó un aumento de popularidad del club en el grueso de la gente. Para los supersticiosos –y para los escépticos, ¡Sumbudrule!–, Carlitos nació en 1925, año en el que “Chaca” debutó en la Primera División del fútbol argentino y en el cual comenzó la construcción de su primer estadio, adyacente a los terrenos de Atlanta, su máximo rival.

Por problemas financieros, el club se vio obligado a mudarse a la zona bonaerense de San Martín, donde reside actualmente. A contramano de su fanatismo, Balá visitó por primera vez el último “nuevo” estadio siete primaveras después de su reinauguración en 2011, gracias a un homenaje promovido por el socio funebrero y fanático de Carlitos, Pablo Picarelli. Allí, la estrella recibió el carnet de Socio Honorario en un acto y también fue honrado a través de un enorme y “fabulósico” mural sobre la calle Matheu, lindero con los accesos a las plateas, hecho por el artista Jorge Pagliano. En la ceremonia, Balá recitó unas palabras afectuosas con respecto al tricolor: “Chacarita es mi barrio y mi club, es decir que es mi vida. Mis orígenes están ahí, como lo están mi infancia, mi adolescencia y mi juventud. Gracias a los que hicieron este maravilloso mural y gracias a la gente del club. Estoy muy emocionado porque me hicieron recordar lo que significa Chacarita para mí”. En consecuencia de un arraigo a su distrito natal, Carlitos Balá fue, es y será bandera y embajador del “Funebrero” para siempre.

Sus lazos con el deporte no solo están en su condición de fan, porque también ha participado en varias piezas cinematográficas relacionadas con el juego. Protagonizó “Somos los Mejores”, una película de 1968 acerca de un grupo de hinchas de Estudiantes que, con el fin de alentar al “Pincha” en la final de la Copa Intercontinental, viajó a Manchester para apoyar al equipo ante el United. Además, realizó un corto humorístico donde interpretaba a un árbitro en el programa “Balabasadas” y formó parte de una publicidad sobre el Mundial de Argentina en 1978.

Desafortunadamente, un 22 de septiembre del año 2022, a sus 97 años, Carlitos Balá pasó a preguntar sobre el gusto de la sal en el cielo. Marchó del plano terrenal el alma de un referente de la cultura popular argentina que atravesó cual flecha dorada a generaciones argentinas que lamentaron su pérdida, pero que recuerdan su camino con mucho amor, embriagado de nostalgia. Y como debía ser, Chacarita también se involucró en el luto. Emitió con mucho afecto un mensaje de despedida en sus redes sociales y dos días después, en un partido por la Primera Nacional ante Deportivo Riestra, los futbolistas lucieron en su pecho una caricatura de Balá con la leyenda “Carlitos Balá. 1925 – ∞” debajo.

Carlitos Balá fue la virtuosidad y bondad hecha hombre, que reposa en el imaginario popular como símbolo y modelo del entretenimiento nacional. Además, sin intención de serlo, es la personalidad más icónica de un club de fútbol histórico como lo es Chacarita y que, así como fue querido en vida por un sinfín de argentinos, también partió hacia el otro mundo con una multitud clamorosa que lo despidió con mucho amor en el cementerio de…, bueno, no hace falta aclarar en cuál de todos, ¿no?

De regreso a la lucha: Argentina y su sueño en la Copa Davis

Por Candelaria Cavagna 

Argentina se clasificó a la fase final del torneo que supo ganar en el 2016 y se enfrentará a Italia, el último campeón, en los cuartos de final del 19 al 24 de noviembre en Malaga. 

Argentina jugará ante Italia, vigente campeón, en la fase final de la Copa Davis que se jugará en Málaga, España, entre el 19 y 24 de noviembre y volverá a esta instancia de la cual no formaba parte desde el 2019 cuando cayó en la ronda de los ocho mejores ante España en la Caja Mágica en Madrid. El equipo conformado por Francisco Cerúndolo, Tomas Etcheverry, Sebastián Baez, Máximo González, Andrés Molteni y capitaneado por Guillermo Coria volverá a pelear por el trofeo que obtuvo en 2016.

La fecha límite para confirmar a los convocados es el lunes 23 de septiembre pero el capitán argentino ya anunció que repetirá  el mismo equipo que logró la clasificación. Por el lado del conjunto europeo, se espera que se sumen el número uno del ranking Jannik Sinner y Lorenzo Musetti (19°), ausentes en  la fase de grupos jugada recientemente en Bolonia, por lo que  Filippo Volandri, capitán del equipo italiano, deberá decidir quien sale en su lugar: Matteo Berrettini (43°),  Flavio Cobolli (32°) o Matteo Arnaldi (33°); junto con los doblistas Simone Bolelli (12°) y Andrea Vavassori (9°). 


Pese a no contar con la presencia de los dos singlistas más destacados, Italia no tuvo problemas en imponerse en las tres eliminatorias del grupo A por 2-1 ante Brasil, Bélgica y Países Bajos.

En el historial entre ambos conjuntos nacionales los europeos están 3-2 arriba con éxitos en 2014, en polvo de ladrillo, 2017 y 2022, ambas en canchas duras, mientras que  los sudamericanos ganaron las series de 1983, en pasto y 2016, en cancha dura. En el último enfrentamiento Berrettini y Sinner le ganaron a Baez y Cerundolo mientras que la dupla argentina conformada por Zeballos y González derrotaron a Bolelli y Fognini. 

Argentina logró una sola vez en su historia ganar la Copa Davis y fue en 2016 contra Croacia en Zagreb. El plantel de ese año estaba conformado por Juan Martin Del Potro, Federico Delbonis, Guido Pella, Leandro Mayer, Carlos Berlocq, Diego Schwartzman, Renzo Olivo y Daniel Orsanic, el capitán del equipo. Previamente había logrado llegar a la final en cuatro ediciones anteriores: 1981, 2006, 2008 y 2011.

Hasta 2018 la competencia consistía en varias rondas eliminatorias jugadas en 3 días, viernes, sábado y domingo, en donde los equipos se enfrentaban en series a mejor de cinco partidos: cuatro individuales y uno de dobles. Se jugaban en formato de local y visitante, y los equipos podían elegir la superficie de juego. 

En 2019 el ex futbolista español Gerard Piqué compró el torneo y el formato cambió: ahora se juega en una semana y en una ciudad sorteada lo que reduce los viajes de las delegaciones pero dificulta la presencia variada de público. Son 16 equipos, de los cuales 4 son los semifinalistas de la edición anterior, divididos en cuatro grupos y  juegan todos contra todos dos partidos de individuales y uno de dobles mejor de tres sets. Luego los dos mejores equipos de cada grupo, junto con los dos mejores terceros, avanzan de ronda. La fase final se juega a eliminación directa. 

La sede, como desde 2022, será el  Palacio de Deportes José María Martín Carpena sobre cancha dura y techada. El ganador de la serie de Italia vs. Argentina irá ante el triunfador de Estados Unidos vs. Australia mientras que quien salga victorioso de Canadá vs. Alemania irá ante el ganador entre España vs. Países Bajos. Con el cierre de la Copa Davis, culminará la temporada 2024 de tenis profesional a nivel masculino.

 

 

Mataderos, del abismo a la ilusión

Por Valentín Gourovich

De estar a dos puntos de descender a la Primera B en el 2022, a ser líder del campeonato y soñar con el ascenso. Las razones de por qué Nueva Chicago volvió a ser competitivo.

Luego del ascenso frustrado en 2019, en el cual finalizó tercero y fue eliminado en la primera ronda del reducido, comenzó un ciclo lleno de frustraciones para el Torito. En el campeonato correspondiente al 2019/2020 estaba en el último lugar, pero debido a la pandemia fue suspendido y pudo mantener la categoría. En los siguientes torneos, ya con Hugo Bellón como presidente, la temática no cambió: volvió a quedar último en el 2021 y sufrió hasta el final para mantenerse en el 2022. A lo largo de esos tres años, el Verde ganó 13 partidos de 97 y pasaron 10 entrenadores distintos. Una verdadera locura, y más tratándose de un equipo tan grande de la categoría. 

Pero la crisis no solo era deportiva; a nivel infraestructura y economía, el club estaba a la deriva. El terreno de juego en pésimas condiciones, las tribunas abandonadas, el predio donde se entrenaban los jugadores destratado, sueldos adeudados y las cuentas embargadas. Recién en el 2023 pudo lograr un poco de tranquilidad en el ámbito futbolístico tras la designación de Alejandro Nania como manager a principio de ese año y de Andrés Montenegro como entrenador, en mayo tras la salida de Tomás Arrotea. Ganó el clásico frente a All Boys y quedó afuera del reducido por un punto, pero lo más importante es que le devolvió la ilusión al hincha.

El Lobo superó los 50 partidos como técnico, algo que no sucedía desde 1992. Cosechó el 58% de los puntos.

En diciembre del año anterior, los socios del Torito se expresaron en las urnas: Juan Ángel Guerra, quien ya había sido presidente desde el 2000 hasta el 2005, se convirtió en el elegido con más de 1000 votos. Durante su anterior gestión, Chicago consiguió el ascenso a la máxima categoría en el 2001 tras un partido memorable en Córdoba ante Instituto. Al asumir, Tito fue claro: “Mis objetivos son volver a ser lo que fuimos en lo social y en lo deportivo”. La primera medida de este segundo mandato fue poner al día a todos los empleados del club. A nivel infraestructura, el Torito crece a pasos agigantados; se puso en marcha la construcción del predio en los terrenos del Mercado de Hacienda, el estadio volvió a tener sus colores característicos y se realizaron obras para mejorar la condición de las tribunas, que estaban en mal estado. Desde entonces, se respira otro aire en los pasillos de Mataderos, y tras cinco años de sufrimiento, los hinchas, incondicionales en todo momento, se ilusionan con la posibilidad de lograr el quinto ascenso a primera en la historia del club. 

Hasta el momento el conjunto de Mataderos acumula 55 puntos, producto de 16 victorias, 7 empates y 9 derrotas. Pese a estar puntero no se puede relajar debido a que hasta el octavo puesto solo hay seis unidades de diferencia, lo que marca la gran paridad que hay en esta categoría. Aún restan disputarse seis jornadas, y en caso de finalizar primero, una hipotética final. 

Además de los aciertos dirigenciales, gran parte de este presente se explica mediante la fortaleza que ha adquirido jugando como local (ganó 11 de 16), gracias a la conexión que hay entre los hinchas, que revientan el estadio sin importar día ni horario y los jugadores, que van a todas como si fuese la última. Sin ser uno de los planteles con más presupuesto de la categoría, no se achica contra ninguno. Es un equipo sólido que sabe aprovechar las oportunidades y que se respalda en la columna vertebral, compuesta por Facundo Ferrero, Stefano Callegari, Tomás Bottari y Facundo Castro, que, junto a Montenegro, quien ya sabe lo que es ser campeón con Chicago, son la bandera de la ilusión de todo un pueblo.

La AFA y el gobierno: separemos los tantos

Por Mateo Sujarchuk

Una recorrida por la puja actual al rojo vivo en el fútbol argentino. Una mirada a los dos bandos que componen la interna que divide a la AFA y al gobierno nacional con Claudio Tapia, Andrés Fassi, Mauricio Macri, Javier Milei y Juan Román Riquelme en la lupa del hincha, que tiene más dudas que certezas.

El fútbol argentino pasa por un momento de turbulencia moderada-fuerte. Demagogia sería afirmar que se trata de la primera vez que esto ocurre. De hecho, el organismo situado en la calle Viamonte se vio intervenido en reiteradas ocasiones a voluntad del gobierno de turno, que muchas veces era de facto. En los medios importantes y en las redes sociales digitales de hoy en día, donde cada declaración o posteo viaja a la velocidad de la luz, cada dardo es cuidadosamente dirigido. Y cada silencio también.

Al 21 de septiembre, ya está confirmado que Tapia comenzará un nuevo mandato al frente de la AFA, en un resultado anticipado que se dará el 17 de octubre, ya que no hay lista opositora que le haga frente en los comicios. Una gestión que se basó absolutamente, al menos en este segundo ciclo, en los logros deportivos conseguidos por las selecciones nacionales, lo cual es indiscutidamente un mérito del Chiqui en conjunto con los cuerpos técnicos, jugadores, utileros y tantos otros actores fundamentales. El problema se da cuando, sobre eso, se posterga el desarrollo del fútbol local. La llamada “Liga de los campeones del mundo” con tres estrellas doradas y demás cotillón alusivo. No hace falta ser un paladín de ningún orden para intuir que algo raro hay cuando un torneo tiene 28 equipos, con formatos que cambian año a año y con reglas que se modifican sobre la marcha, como fue la quita de los descensos más de una vez. 

Sumado a lo anterior, empiezan a aparecer situaciones realmente muy sospechosas en torno a diversas irregularidades, como los arbitrajes. Todos somos seres humanos y nos podemos equivocar en nuestros trabajos una, dos y cien veces. El tema es cuando tales equivocaciones favorecen o perjudican a los mismos equipos y de parte de los mismos árbitros (léase Lobo Medina, Rey Hilfer, Comesaña, Merlos). Esto ocurre sobremanera en el ascenso, donde la novela de Adrián Fernández, figura de San Telmo que no fue cedido a Barracas Central como pretendía Tapia, y que finalmente fue a Peñarol, hizo mucho ruido. 

Quienes levantaron la voz contra esto, fueron sujetos de peso como Fassi, Juan Sebastián Verón o Carlos Tevez. A veces en mejores y a veces en peores términos, todos los alegatos terminaron en una respuesta judicial de parte de Tapia o Pablo Toviggino, tesorero del organismo y presidente de Central Córdoba de Santiago Del Estero, quien le envió una carta documento a Tevez o llegó a acusar a Lautaro Acosta, jugador de Lanús que se había quejado por una jugada puntual de un partido, de hipócrita por haber estado alguna vez envuelto en causas por violencia de género, algo que no solamente no va a la cuestión en este caso, sino que lo dijo habiendo contratado a José Florentín, quien todavía atraviesa el juicio por lo ocurrido en Tucumán cuando era futbolista de Vélez Sarsfield y que fue obligado por el club de Liniers a rescindir su contrato, en una actitud ejemplificadora. 

Ahora bien, ¿qué sucede con todos los nombres mencionados? Van detrás de un objetivo común, que es instalar el formato de Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en el fútbol local, algo que era ya previsible desde hace mucho y que se terminó de blanquear luego de que las declaraciones incendiarias de Fassi, presidente de Talleres, post derrota ante Boca por la Copa Argentina lo llevaran al despacho del presidente Milei, no sin ser felicitado previamente por Sergio “Kun” Aguero, Macri y el ministro de Turismo y Deportes, Daniel Scioli. Fassi en sus dichos remarcó todo lo arriba mencionado, desde la incomodidad de lo organizacional hasta los continuos fallos arbitrales dirigidos en favor y contra equipos puntuales. 

Los clubes son, y deben seguir siendo, de los socios. Sobre eso no debe haber discusión alguna. Ser socio o miembro de algo es ser con el otro. Es poseer la llave del club junto con los demás. Es tener la potestad de poder desplazar al presidente o apoyarlo con el voto interno. Es poder preservar la identidad y no que la absorba una empresa. El gran problema es que Fassi diga algo tan comprensible que haga coincidir incluso a quienes siguen sosteniendo que los clubes deben ser asociaciones civiles sin fines de lucro. 

Entonces, separemos los tantos: por un lado, Fassi con un discurso de coherencia y orden en una liga exportadora de talentos al mundo, pero con un oscuro objetivo. Del otro, Tapia y su escuadrón que integran Toviggino, Riquelme, y hasta un grupo de periodistas que no dudan en saltar al pie del cañón en las redes sociales cuando las papas le queman al sanjuanino. Estos rápidamente contestan cualquier agravio contra el Chiqui con el recuento de los títulos conseguidos por Lionel Scaloni, Diego Placente o Javier Mascherano, mas no con los progresos realizados en el ámbito del fútbol doméstico.

Por último, toda esta problemática nos invita a pensar: ¿Por qué los grandes (y también no tan grandes) medios de difusión no entrevistan a Tapia? ¿Tienen miedo a la réplica? ¿O acaso beneficia a la AFA la posición del silencio, salvo en las redes sociales por medio de su ejército? Su testimonio podría resolver tranquilamente muchos interrogantes que quedan en el umbral del rumor o del “secreto a voces” y a su vez servir como respuesta a las muchas acusaciones en su contra. Solo el tiempo (al menos estos cuatro años más de mandato) podrá contestar estas preguntas. O quizás no.