viernes, septiembre 5, 2025
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Superar y seguir adelante

Por Bautista Balbi

Lautaro Reyero Góngora recuerda con claridad el momento más difícil de su carrera en el rugby. Tenía sólo 15 años cuando, tras un malentendido con sus entrenadores en el Club Atlético Casa de Padua, se enfrentó a una acusación devastadora: le dijeron que había jugado para que su equipo perdiera. El partido, que fue contra Mariano Moreno, terminó con Lautaro llorando en su casa, dándose cuenta de que todo lo que había construido en el deporte estaba a punto de desmoronarse. “Ese día me fui llorando a mi casa, mis padres estaban enojados. Yo les dije: ‘No juego más ahí’”, confesó con sinceridad. Lo que siguió fue una etapa de incertidumbre, en la que Reyero se cuestionó en profundidad si quería seguir en el rugby, un deporte que había practicado desde los 3 años. Incluso llegó a hablar de ello con su psicóloga para encontrar una solución a este problema.

El rugby siempre había sido parte de su vida, en gran parte gracias a su padre, Sebastián Reyero, quien es entrenador de categorías infantiles en Padua y pionero del rugby inclusivo en el club. Lautaro había acompañado a su papá en varias de estas jornadas inclusivas, lo que le permitió vivir el deporte desde otra perspectiva. Sin embargo, la dura experiencia lo hizo dudar de todo.

Fue una conversación con su padre lo que marcó un punto de inflexión. “Mi papá me habló y me dijo que su sueño era que yo debutara en Primera, sin importar en qué equipo”, compartió Reyero. Eso, sumado a su amor por el deporte, lo convenció de no abandonar el rugby. Decidió cambiar de club, dejando Padua para unirse al Mariano Moreno, un lugar que pronto se convertiría en su nuevo hogar deportivo. El primer entrenamiento fue todo lo que necesitaba: “Me divertí mucho, lo pasé bien desde el primer día”. Aunque en su debut jugó fuera de su posición natural, Lautaro no tardó en adaptarse. A lo largo de los siguientes tres años, su juego y su mentalidad evolucionaron, gracias a entrenadores más capacitados y un entorno de equipo más fuerte.

Sin embargo, su relación con el rugby no ha sido lineal. Las lesiones lo han golpeado con fuerza, en especial en 2023, cuando sufrió un esguince de tobillo crónico y una microfractura en la rodilla derecha. A pesar de todo, Reyero no dejó de luchar por su regreso al campo y el rugby continuó como un espacio de terapia, de encuentro con amigos y de superación personal para él. “Tuve que mirar los partidos desde afuera, pero el apoyo de mis compañeros y el de mi familia fue clave para sobrellevarlo”, contó.

En su vida, la disciplina es una constante. Con horarios de estudio y trabajo en la provincia de Buenos Aires, ya que colabora con las Comisiones Provinciales para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil (COPRETI), visita comedores en barrios vulnerables y elabora informes sobre la realidad social en Moreno. Aun así, Reyero encuentra tiempo para su otra pasión: el rugby. En sus propias palabras: “Es mi sitio de terapia porque estoy con amigos y me puedo divertir entrenando y jugando”.

A futuro, el jugador de la M19 del Club Mariano Moreno sueña con debutar en la Primera División y por qué no, probar suerte en Europa. También desea que el rugby alcance a más personas en la sociedad y destacó el impacto del rugby inclusivo y el crecimiento del rugby femenino en Argentina. Su enfoque está en disfrutar de los partidos, evitar frustraciones y mejorar cada día, tanto en el juego como en su vida personal. “El rugby es un deporte que te puede cambiar la vida, te ayuda a ser mejor persona y a superarse a uno mismo”, reflexionó Reyero. A quienes comienzan en el deporte, les aconseja que jueguen para divertirse y no para frustrarse. “Las frustraciones siempre van a estar, pero cuando uno la está pasando bien es cuando mejor juega”.

Dualidad entre pasiones

Por Valentina Ávila

Florencia Ferrero, capitana de River y cirujana traumatológica, nació el 5 de marzo de 1989 en Mar del Plata, donde vivía con su mamá, una hermana mayor y un hermano con el que se llevaba un año y medio. A los 35 años combina dos pasiones: la medicina y el deporte.

La pasión de Florencia por el fútbol comenzó desde muy pequeña. A los cinco años ya jugaba en la plaza, y a los ocho compartía equipo con su hermano mayor, ya que su ciudad natal no contaba con clubes que incluyeran fútbol femenino. Tiempo después, y como segunda opción, comenzó a jugar handball, actividad que continuó hasta los 16 años. A los 17 decidió mudarse a Buenos Aires para estudiar y sabiendo que tendría la oportunidad de practicar el deporte que siempre quiso. Esta decisión fue más impactante para su familia que para ella, ya que sabía que encontraría todo lo que deseaba.

En principio, fue difícil que la gente la apoyara con la dualidad entre lo académico y lo deportivo, ya que, como ella explicaba: “En Argentina el deporte se vive como profesional aunque no se pague como tal”. Sin embargo, en el camino encontró a muchas personas que la acompañaron: su pareja, con quien convive y se acompañan mutuamente, y su familia, que siempre estuvo a su lado. “Flor” destaca mucho el apoyo de sus seres queridos, ya que mudarse sola a la ciudad y siendo tan chica es muy complicado, pero ellos siempre estuvieron allí.

El primer equipo en el que jugó fue Independiente. Aunque tuvo la intención de ir a River, pero en ese momento solo entraba quien tenía contactos, por lo que no fue posible. “El Rojo” le brindó la oportunidad de jugar en el Mundial Sub-20 de 2008.

Tras finalizar el torneo, fue nuevamente a River, donde entró gracias a Mariana Blanco, quien era la DT del equipo en ese momento. Ella describe su paso por ambos equipos como dos experiencias hermosas pero con grandes diferencias: en Independiente el ambiente era más tranquilo y familiar, y formaban un gran grupo; en River, la exigencia era mucho mayor, había más competencia por los puestos, pero ambas las disfruto mucho.

Con el tiempo, comenzó a tomar más en serio sus estudios y, debido a sus horarios académicos, llegó al futsal. Este cambio le permitió continuar con su carrera y a la vez con el deporte. Sin embargo, en 2019 tuvo que dejar de entrenar debido a su primer año de residencia, un año en el que su día comenzaba a las 4 de la mañana y terminaba a las 10 de la noche, un año donde la vida no existía en otro ámbito, pero esto al igual que el fútbol le apasionaba: “Para mí, mi carrera es la más hermosa, es la única que siento que elegiría una y otra vez”, expresó.

La traumatóloga vivió de cerca las diferencias entre el ámbito público y el privado a lo largo de su carrera. A pesar de las grandes diferencias entre ellos, encontró oportunidades de aprendizaje y desarrollo en ambos, destacando el campo público por lo mucho que le enseñó, aunque también reconociendo los desafíos y la dificultad que conlleva trabajar en esas condiciones.

Hoy en día, es una gran cirujana y una jugadora con un rol muy importante en su equipo. Es una gran capitana, experimentada, con la capacidad de entender a cada grupo y con un liderazgo admirable, que se destaca en cada entrenamiento y partido. El tiempo y la experiencia son claves, y estas son algunas de las razones por las cuales ella lidera.

Este año, “Flor” y el equipo hicieron historia en el futsal femenino de River al formar parte del primer Superclásico ganado por “Las Millonarias” en la historia, quedando entre los 7 mejores equipos del torneo y así conseguir un lugar en la Copa de Oro y también compitiendo en la Copa Argentina. 

Querida y respetada por sus compañeras, es un ejemplo a seguir para las próximas generaciones.

El tenis se juega con la cabeza

Por Franco Rosa

Dale que sos el próximo Nadal”. “Vos sos el mejor”. “Si perdes, no servís para este deporte”. Esas son algunas de las frases que se escuchan en los torneos de tenis para los menores de 12 años por parte de los padres. En algunas ocasiones, para alentarlos. En otros con la intención de hacerle creer a ese jugador que puede ser el mejor del mundo y que no hay otra alternativa para su futuro, situación que lo único que hace es meterle una presión interna constante a los más pequeños y es un peso con el que cargan durante su crecimiento.

Salud mental son dos palabras que se escuchan mucho en la sociedad actualmente. Cada vez hay más personas que sufren esta situación. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 9% de la población mundial tiene algún problema de salud mental y la mayoría las trae desde niños. Mauro Rodríguez, psicólogo especialista en deportes, promueve y recomienda empezar con la ayuda psicológica desde el comienzo de su vida, y más para los futuros tenistas. Desde su lugar como profesional, busca ayudarlos a enfrentar distintos conflictos internos que pueden afectarlos en el correr de su vida. Una de ellas es concientizarlos de la exigencia a las que se enfrentarán, a la cual muchas veces no se le da visibilidad y enseñarles también a que lo más probable sea que sus lazos sociales se rompan debido a la exigencia que tendrá por dedicarse al tenis, y trabajar desde chicos los ayudará para sobreponerse a lo que será su carrera futura.

Lautaro Corthey, tenista de 26 años afirma que en 2024 le está siendo difícil conseguir dinero para seguir jugando torneos a nivel internacional, y que lo afecta en lo psicológico en cada encuentro. Con sus compañeros de la Academia Artoni Tenis en Santa Fe, hicieron un trabajo de control mental llamado “Método Silva”, con el que aprendieron a meditar, lo que les da herramientas para el día a día tanto para dentro como para fuera de la cancha y los ayudan a salir adelante en cada situación complicada. Corthey afirma que este año lo mental le afectó negativamente, si bien su nivel tenístico está mejor en relación al pasado, la cabeza le juega en contra.

 David Nalbandian, ex número 3 del mundo (foto) confesó en una entrevista con Punto de Break: “Hay una gran frase que decía: ‘Mientras más entreno, más suerte tengo’. Con esa base, encaminado, después el entorno es el que te ayuda para que la cabeza tome mejores decisiones. No me servía estar muy bien entrenado, pongamos tener un 9, si luego la cabeza estaba en un 2, saturada. Porque cuando no estás bien de físico o de tenis, ahí la cabeza, si está bien, va a ayudarte”.


Nalbandian y sus ganas de ser capitán de la Copa Davis octubre 2024 | Canal ShowsportEn el tenis, la presión que hay torneo a torneo, es cada vez mayor debido a las exigencias que cada jugador se propone. Más aún si están peleando por un objetivo en especial, como un título, asegurarse jugar un Grand Slam, o ganar una gran suma de dinero. Al ser un deporte individual, todo corre por cuenta del jugador y cada acción, un mal tiro o una situación interna que no tenga que ver con el partido, puede llevarlo a perder por completo el eje y el propósito por los cuales competía, no pudiendo concentrarse al 100% en el juego. En el caso de los tenistas que están fuera de los 200 del ranking, les afecta mucho por estar peleando un lugar dentro de los mejores.

Otro de los jugadores que sufre esta situación es Gonzalo Karakachian, jugador de 23 años y actualmente fuera de los 1500 mejores del mundo, quien cuenta cómo le afecta la cabeza a la hora de jugar un partido. Dice que a él le perjudica su nivel y la mente le juega en contra, sobre todo en los torneos, desconfía mucho de sí mismo y no lo hace mostrar su mejor juego. Además confesaba: “El tenis cambió mucho y hoy se juega mucho más rápido, siempre la cabeza termina jugando el rol más principal”, según el propio jugador hoy es un 70% cabeza, 15% físico y 15% el nivel tenístico.

El psicólogo deportivo Rodríguez contaba que la era profesional de los deportistas se equipara el nivel de estrés con el de un torturado. “En el tenis, pasa algo muy torturante porque el jugador está solo en la cancha, no tiene a nadie que lo acompañe”. El trabajo que los psicólogos realizan va por el lado del fortalecimiento de la identidad de la persona: depende quién sea, investigan quién es su punto de apoyo, desde dónde puede construir una identidad más firme, una defensa ante las miradas, opiniones y acciones de los demás, cómo trabaja aquello que lo afecta ya que cada persona tiene un punto de anclaje y, a partir de ahí, construye una identidad para fortalecer desde ese punto todo su sistema de defensa.

Además buscan incorporar tres elementos constitutivos para mejorar su rendimiento. El primero de ellos es el movimiento, donde se desarrollan diversas funciones mentales como la inteligencia, el lenguaje, la efectividad y la conciencia. El otro es el juego, poseen características socializadoras que permiten a un jugador incluirse en otros grupos fuera de la familia. El último tiene que ver con la agonística que es el impulso que busca la victoria, relacionado al carácter competitivo del juego.

En la etapa formativa se realizan varios trabajos para ayudar a cada chico a que su situación psicológica en cada encuentro no le haga perder su objetivo de ganar. Los mismos se destacan principalmente en mejorar la comunicación, la concentración y atención en cada punto, la activación y el manejo de la ansiedad y del estrés en cada momento del partido.

En el Luján Tenis Club se basan principalmente en lo tenístico, practicando en cada entrenamiento los golpes y haciendo juegos recreativos relacionados al tenis para que sea más divertida la práctica sin perder de vista los demás ejercicios. Fuera de lo deportivo se pueden  modificar las distintas conductas que tiene un ser humano para comunicarse y los aconsejan a no reaccionar de mala manera ante una situación de injusticia que puede llevar a perder el foco, a mantener la calma en puntos que pueden definir un partido.

La Asociación Argentina de Tenis (AAT) aplica una enseñanza más profesional a sus dirigidos, ya que cuenta con los mejores jugadores jóvenes del país. La AAT suma más de 200 clubes y federaciones con 8 mil tenistas federados. Ellos hacen principal hincapié en el fortalecimiento y crecimiento de lo mental en cada uno de los chicos, realizando trabajos específicos y haciendo que los problemas de su cabeza no afecten su nivel de juego.

Los problemas de salud mental no solo les ocurren a los jóvenes o tenistas semiprofesionales, también le pasan a las grandes leyendas, El ex número 1 del mundo por 101 semanas Andre Agassi, que desde los 3 años tuvo una raqueta en sus manos, entrenó sin parar durante toda su etapa de crecimiento, con un padre muy exigente que quería que sea el mejor del mundo. Las presiones eran constantes y eso lo llevaba a ser cada día mejor. Luego del retiro, confesó que odia el tenis. Aunque no es solo Agassi quien tiene rechazo por este deporte. Sin ir más lejos, el argentino Guido Pella también afirmó en el programa Podemos Hablar (PH): “No sé si jugar al tenis es lo que a mí me gusta hacer. Lo hago porque lo hago bien y porque me permite vivir de esto”.

 

Diego Schwartzman el ex número 8 del mundo en 2020 es otra de las grandes figuras de este deporte que pasó por algo similar. Luego de tener grandes años dentro de los mejores jugadores del mundo, a partir del 2022, su juego decayó poco a poco y eso hizo que tenga problemas psicológicos y ataques de pánico que hicieron que su realidad haga un cambio drástico. En octubre de 2022, el Peque Schwartzman confesó en una entrevista en el programa Todo Pasa, en Urbana Play, haber sufrido muchos ataques de ansiedad esa temporada tras no lograr los objetivos que se había propuesto. Además aseguró que escuchó mucho las críticas, tanto positivas como negativas de la gente, y le hizo decir dentro suyo: “Que año de mierda el que estoy teniendo”. Haciendo que las críticas que a ellos más les afecta, les haga perder el poder de analizar lo que está pasando.

La mentalidad de un tenista es clave para desarrollar su carrera de la mejor manera posible, ya que muchas veces juega un rol mucho más importante que el nivel de juego. Cuidar la salud mental no solo mejora el rendimiento deportivo, sino que también le permite a los tenistas disfrutar del juego sin que el miedo a que no le salgan las cosas como ellos quieren les quite la pasión por lo que hacen. La presión constante, las expectativas y la soledad tanto en la cancha como en la vida diaria pueden afectar profundamente su bienestar emocional.

Los clubes Diego Maradona: en el nombre del fútbol

Por Lucas Barioglio

Año 2002, Santiago del Estero, en El Arenal, un pueblo chiquito a 152 kilómetros de la capital de la provincia, Carlos Juárez, un maestro de escuela, decidió fundar el club Fútbol Infantil Diego Armando (FIDA). “Surgió la idea como una escuelita de fútbol después de que un señor que vendía alpargatas aquí nos regaló un juego de camisetas y, cuando había que ponerle el escudo, se me ocurrió ponerle Fútbol Infantil Diego Armando, en honor a Maradona, por el amor y admiración que le tengo”, comentó Juárez. El club surge a raíz de que Juárez acostumbraba a acompañar a los chicos y chicas a Mar del Plata a competir a los Juegos Nacionales Evita, los mismos juegos que disputó Maradona dos veces con Los Cebollitas, con los que perdió en semifinal la edición de 1973 y se consagró campeón en 1974. Esta competición fue el torneo más importante que disputó el club en sus primeros años, viajaron a Mar del Plata en diez oportunidades de las cuales logró llegar a una semifinal con los chicos y a una final con las chicas del torneo que reúne a chicos de todo el país.

“El tiempo es poco. A la mañana trabajo como maestro en la escuela primaria  N°777 y a la tarde soy administrativo en el Agrupamiento que es el colegio secundario del pueblo, y recién después de las 17:45 voy un rato a entrenar; lunes, miércoles y viernes con los chicos, y martes y jueves con los mayores”,explica el maestro Juárez, quien se la rebusca hace ya 22 años para poder cumplir con sus dos pasiones: la docencia y el fútbol.

Desde FIDA se decidieron a ir por más recién en 2021, dejaron de lado la exclusividad de los equipos infantiles y crearon un plantel de mayores para competir en la Liga del Noroeste Santiagueño, en la que cosecharon muy buenos resultados. En su primer año, FIDA alcanzó las semifinales y en el segundo se consagró campeón de la Liga, un hecho histórico para el club y para el pequeño pueblo de El Arenal.

Rápidamente rindió sus frutos la decisión de apostar a los mayores. El campeonato obtenido el 5 de agosto de 2023 ante San Lorenzo de Pozo Hondo le dio la posibilidad de jugar el Torneo Regional Federal Amateur, la cuarta categoría del fútbol argentino por el lado de los indirectamente afiliados a la AFA y que otorga el ascenso al Federal A. 

El club rural en honor a Maradona que fundó un maestro de escuela y compite en AFA - TyC Sports

Conseguir un logro tan importante y tan rápido también puede traer complicaciones, sobre todo desde las dificultades económicas que conlleva disputar este tipo de torneos. “Participar del Federal Amateur fue gracias a la ayuda del gobierno provincial y no tenemos gastos en pagar jugadores porque uno lo hace para que los chicos del pueblo tengan la posibilidad de mostrarse y de jugar a otro nivel”, concluyó Juárez, el fundador del club. 

FIDA no es el único “club Diego Maradona” en Argentina. Viajamos a 2017. En Mercedes, provincia de Buenos Aires, Maximiliano Cané junto con Nicolás Geracitano decidieron fundar un club para competir en la Liga Mercedina. La idea del club surge desde las entrañas de la peña de Boca en Mercedes, la peña “Diego Armando Maradona”. Siempre había estado en la cabeza de Cané armar un equipo y con algunos integrantes de la peña empezaron a competir en diferentes torneos de fútbol 5 y 7 bajo el nombre de “La Diego Armando”. “Me agarró la loca de armar un equipo con la peña para ir a jugar en los campeonatos para peñas que hacía Boca en el interior. El primer torneo fue en San Pedro y ahí nació La Diego Armando. Cuando volvimos nos anotamos en campeonatos nocturnos durante todo un año; hemos tenido la suerte de ganar algunos campeonatos y con la plata de los premios nos fuimos comprando camperas y camisetas”, explicó Cané, el fundador y director técnico del equipo.

Me fui un día a la Liga Mercedina y pregunté qué había que hacer para inscribirse y cuanto salía, nos anotaron con la personería jurídica de la peña y lo nombramos Club Atlético Diego Armando”, cuenta Cané. De esta forma, a comienzos de 2018, el Club Atlético Diego Armando empezó a jugar en una de las ligas más competitivas de la provincia de Buenos Aires. El comienzo no fue fácil: de los primeros 20 partidos ganaron apenas 3, “No era nada fácil, había clubes donde lo hacían muy profesional y el nuestro era muy amateur”, analizó Cané.

Sueño cumplido: un par de fanáticos fundó el Club Atlético Diego ArmandoCon la camiseta azul y amarilla y la suplente celeste y blanca buscaron representar a dos de los tres grandes amores deportivos en la vida de Maradona. Y en el escudo tampoco podía faltar él, con la histórica silueta con la pelota controlada en el gol a los ingleses en México 86. “El escudo lo diseña Maxi Cané y lo termina de confeccionar Sebastián Di Tera, que es otro de los chicos de la peña” explica Geracitano, otro de los fundadores y además preparador físico del equipo. 

El club compitió siempre con primera y tercera división en la Liga Mercedina, nunca llegaron a armar divisiones inferiores pero sí una escuelita de fútbol con más de 30 niños de entre 4 y 7 años llamada, como no podía ser de otra manera, Barrilete Cósmico.

“Tuvimos la suerte de armar buenos equipos, ya nos respetaban bastante”, dice Cané. En su mejor participación, el C.A Diego Armando llegó a disputar los cuartos de final de la Liga frente al Club Mercedes, que hoy milita en la Primera C, en los que quedó eliminado por penales después de estar en ventaja todo el partido y de que Mercedes llegara al empate en la última jugada del encuentro. La alegría más grande para el C.A Diego Armando se la dio la reserva, con la obtención del campeonato de la Liga Mercedina en el Clausura 2022.

La locura más grande llegó cuando el mismo Diego Maradona se comunicó con los integrantes del club para saber qué estaban haciendo con su nombre, primero con cierto enojo, hasta que entendió la situación. “Después de tres años que andábamos con el equipo, a raíz de un flyer donde poníamos los números para que nos llamaran para rifas, nos llamó el Diego” cuenta Cané. Con el primero que se quiso comunicar fue con el mismo Cané, pero al no responder llamó al otro número que había en el flyer. Del otro lado contestó Agustín Ríos, quien en ese momento era el técnico de la Reserva. “Me llaman por teléfono pero se escuchaba muy entrecortado, y yo estaba complicado en el laburo y corté; enseguida me vuelve a llamar. Era Rocío Oliva, que estaba con Maradona en altavoz preguntando por qué estaban usando su nombre y quién lo organizaba”. Ríos pudo explicarle finalmente a Maradona que tenían un club con su nombre y que eran un grupo de personas todas fanáticas de él. “Entendió que realmente éramos un grupo de pibes que hacíamos esto porque le teníamos adoración”, agrega Ríos y cuenta que Diego les prometió que en algún momento iba a ir a Mercedes a comer un asado con toda la gente del club, un asado que nunca llegó a llevarse a cabo.

La muerte de Maradona, el 25 de noviembre de 2020,  caló hondo en el Club Atlético Diego Armando y ni bien se enteraron de la noticia no dudaron en ir a la Casa Rosada para asistir al velatorio de su ídolo. Cuando llegaron no habían más de cinco personas, lo que les permitió colgar la bandera en la reja de la Casa Rosada con la leyenda “Zarpado de argentino, fanático del Diego. Club Atlético Diego Armando”. Estuvieron durante todo el día y a la noche volvieron a Mercedes con la tranquilidad de haber estado en el último adiós.

Club Atlético Diego Armando: pese al vacío de su ausencia, hacia adelante pese a todo – Diario El Ciudadano y la Región

La economía fue el detonante por el que el Club Atlético Diego Armando deje de competir en la Liga Mercedina después del Clausura 2022, pero antes de irse se quedaron con una última alegría. “Jugamos un mano a mano para no descender, y tuvimos la suerte de ganarlo faltando dos minutos. Fue muy lindo para nosotros, fue como salir campeón más allá de que estábamos jugando la Promoción”, cuenta con emoción Cané. A pesar de que el club no compite más, Cané y todo el equipo están muy felices de haberle hecho un pequeño homenaje en vida a Maradona. “Lo bueno que nos quedó es que él se enteró que el club existía y a nosotros nos puso contento y fue un honor hacerle un mínimo homenaje en vida y no que hayamos hecho algo después de su adiós,cerró Cané.

En el corazón de Entre Ríos, en María Grande, un pueblo de aproximadamente 7 mil habitantes en el departamento de Paraná, Aldo Leonarduzzi decidió fundar en abril de 2013 luego de una charla con un amigo de la infancia la Asociación Social y Deportiva Diego Maradona. La idea surgió a raíz de que el barrio Castaldo, donde está ubicado el club, se encuentra unos kilómetros alejado del casco urbano de la ciudad, lo que dificultaba a los chicos del barrio para poder jugar en Club Atlético María Grande o en Club Atlético Litoral, los otros dos clubes de la ciudad. “Ahí vimos una demanda. Estuvimos hablando con mi amigo de las dificultades que tenían los chicos para acceder a las otras entidades deportivas, como nos había pasado a nosotros en la infancia, no había variado”, contó Leonarduzzi y decidieron iniciar con una escuelita de fútbol en 2012, la cual empezó a funcionar en el potrero del barrio que en ese momento era una manzana completa.

Durante los primeros años compitieron en algunos torneos esporádicos y representaron a la ciudad de Maria Grande en los Juegos Evita, hasta que en 2015 decidieron sumarse a la Liga de Paraná Campaña únicamente en fútbol infantil haciendo de local en ese mismo potrero donde todo empezó pero que luego de tres años ya tenía un alambrado olímpico e incluso un pequeño salón. Ya en 2021 presentaron un proyecto para sumar las categorías formativas, que son la Sub 17 y Sub-. 20. Luego de la aprobación de la Liga y de todos sus participantes, el 29 de agosto de 2021 hicieron su debut oficial estas dos categorías y casi siete meses después, el 20 de marzo de 2022, la Asociación Social y Deportiva Diego Maradona hizo su debut en la primera división de la Liga de Paraná Campaña. “Necesitábamos que los chicos que se formaban en nuestro club tuvieran un horizonte en su camino deportivo y que pudieran ver que su institución desarrollaba esa primera y que pudieran aspirar a llegar allí”, explica Leonarduzzi, el presidente de la institución.

 

Con la pandemia de Covid-19, la A.S.D Diego Maradona se vio afectada desde lo económico.Hasta hoy no logran llegar al presupuesto que manejaban antes de 2020 y quedaron truncas muchas obras que estaban planificadas. A pesar de que la actividad deportiva quedó totalmente parada, la institución se reestructuró para ayudar a las familias del barrio. “Era doloroso tener el club sin actividad, sin el bullicio de los chicos; de todas maneras nosotros armamos un merendero, que se transformó en comedor al poco tiempo para asistir a las familias más necesitadas”, explicó Leonarduzzi. 

Con la muerte de Maradona me queda un gran dolor. Uno soñaba en poder contarle lo que es este proyecto que tiene mucho vínculo con el espíritu y la forma de ser de él, de ayudar a los necesitados, a los chicos que a veces tienen dificultades en acceder al deporte y desarrollarse en una vida más cómoda”, se lamenta Aldo Leonarduzzi resaltando lo importante que es Maradona para el club y que a partir de allí también fue un cambio grande desde lo institucional. “Una cosa era portar el nombre de Maradona estando él vivo y otra cosa fue después; creo que nos colgó una mochila muy pesada, la de sostener el nombre y la memoria de él día a día”.

Los Padres del fútbol argentino

Por Juan Moure

Si vienen a misa los domingos, yo les dejo jugar al football en el patio de la parroquia”. Lorenzo Massa, cura de la parroquia San Antonio de Padua, en el barrio porteño de Almagro, le dice eso a los pibes que juegan en las calles bajo el nombre de Forzosos de Almagro. Ellos, sin pensarlo demasiado, acceden al trato, y así surge uno de los primeros vínculos entre la Iglesia y el fútbol en Argentina. Así, en 1908, nace el Club Atlético San Lorenzo de Almagro, nombre en homenaje al sacerdote que les dio el lugar para jugar.

El 31 de octubre se cumplen 75 años del fallecimiento de Lorenzo Massa, uno de los Padres del fútbol argentino. El Padre Lorenzo utilizó al fútbol como excusa para alejar a los chicos de la calle y hacer que fueran a misa, pero hay más curas que lo hacen para evitar que los pibes caigan en malos hábitos como las drogas, el alcohol y la delincuencia. 

En la Villa 31, uno de los barrios populares más conocidos de la Ciudad de Buenos Aires, las personas llevan con orgullo el ser parte del legado de Carlos Mugica, un sacerdote comprometido con las personas más pobres del país en los años 60 y comienzos de los 70. El barrio lleva el nombre “Padre Carlos Mugica” en homenaje al sacerdote. Quien, además de haberse hecho conocido por su activa militancia política dentro del peronismo de izquierda cuando este partido estaba proscripto en los sesenta, fue un enfermo por Racing de Avellaneda. Seguía al equipo a todos lados, al punto de que llegó a acompañar a la Academia a Glasgow, Escocia, para el enfrentamiento de ida de la Copa Intercontinental de 1967, ante el Celtic de aquel país que acabaría ganando el club argentino tras perder por 1-0 de visitante, ganar por 2-1 en su cancha y vencer en el partido de desempate por 1-0 con gol de Juan Carlos Cárdenas en el Estadio Centenario de Montevideo, Uruguay.

El 11 de mayo de 1974, en el Club Atalaya de San Isidro, un equipo llamado “La Bomba” jugó como lo hacía cada sábado. Mugica de 11 en ese equipo. Quienes tuvieron la posibilidad de jugar alguna vez con él dicen que tenía una muy buena zurda y que era calentón en los partidos. Al finalizar, el cura viajó hasta Villa Luro, a la Iglesia San Francisco Solano, donde dio una misa como de costumbre. A las 20, el cura se retiró de la Iglesia por la calle Zelada. Allí lo estaban esperando unos hombres pertenecientes al grupo parapolicial conocido como la Alianza Anticomunista Argentina (la Triple A). Ellos lo acribillaron con seis tiros por la espalda. Mugica vivió su pasión por el fútbol hasta el último día de su vida. Él tenía dos grandes amores: Dios y la pelota.

La pasión de este cura villero trascendió a los pasillos de la villa que hoy, a 50 años de su asesinato, lleva su nombre y su cara en casi todos los murales. La Villa 31 tiene al Club Padre Carlos Mugica, fundado en 2015 y bautizado también en honor a él, donde más de 500 pibes que viven en la villa tienen la oportunidad de practicar fútbol, hockey y futsal, además de recibir apoyo y contención ante la cruda realidad que los rodea cada día, en la que la pobreza, el violencia y las adicciones forman parte de la cotidianidad de sus vidas

Se cumplen 42 años del asesinato del Padre Mugica, defensor de los pobres

“El Padre Carlos encontró muchas necesidades en un barrio muy pobre y se metió al barro a tratar de ayudar a cada vecino, por eso es que nosotros lo tenemos como un gran ejemplo”, dice Ignacio Bagattini, cura de la parroquia Cristo Obrero, fundada por Mugica en la Villa 31.

Tanto a Lorenzo Massa como a Carlos Mugica los unía la pasión por el fútbol y por transmitir su fe, pero a sus clubes también los une la fe. San Lorenzo y Racing son dos instituciones muy ligadas a la congregación salesiana, es decir, a los seguidores de San Juan Bosco. Por el lado de San Lorenzo, el vínculo está formado desde su primer día, ya que Lorenzo Massa es un ícono de la salesianidad en el país. Por otro lado, Racing eligió a Don Bosco como su patrono en 1967 y es el único club de Primera División que tiene uno. La elección fue impulsada por el Padre Mugica cuya primera intención fue que el santo italiano sea el patrono y protector del fútbol argentino, pero el proyecto de ley no prosperó cuando se presentó en el Senado de la Nación a fines de los años 50 y acabó siendo elegido por decreto de la Comisión Directiva de la Academia en 1967, año en el que los de Avellaneda salieron campeones del mundo.

La figura del santo patrono no es la única excentricidad de Racing en cuanto a la religión cristiana. Tienen su propio sacerdote. Juan Francisco Tomás es el capellán de la Academia y su tarea es encargarse del área de Racing Solidario. Además, como es costumbre entre los Padres ligados al fútbol, suele realizar bendiciones a los equipos de los distintos deportes, para que lo “sagrado” esté de su lado. El Padre Juan Francisco veía muchos rasgos de San Juan Bosco en Mugica. En principio, por su vocación por jugársela por los que menos tienen. Don Bosco, con su ayuda a chicos de la calle y presos en su oratorio en Turín, Italia, le sirvió como ejemplo al cura que era fanático de Racing para dar su vida por los pibes de las villas que eran denigrados por los sectores políticos y las clases altas que los marginaban del resto de la sociedad.

Otro de los grandes sacerdotes muy vinculados al fútbol argentino es el Papa Francisco. Es la conjunción de Lorenzo Massa y Carlos Mugica. La vocación como cura villero y la pasión enfermiza por San Lorenzo hacen que pueda hacerse esta comparación. Jorge Bergoglio desde muy chico se enamoró del Ciclón, cuando iba al Viejo Gasómetro en Avenida La Plata. El periodista Diego Fucks mostró a través de sus redes sociales que en sus vacaciones en 2018 visitó al Papa en el Vaticano y este le recitó de memoria la formación titular del equipo que salió campeón en 1946, cuando tenía nueve años.

Si bien no jugaba al fútbol como lo hacía Mugica, sí se hizo muy presente en el club. En el verano de 1998 fue expulsado por Alfio Basile del vestuario de San Lorenzo en el debut del Coco como entrenador del Ciclón, porque lo que el cura hacía ahí “no servía para nada”, ya que venían en una racha negativa. En 2017, en la mesa de Mirtha Legrand, Basile aseguró que no iba al Vaticano cuando viajaba a Italia por miedo a ser echado por Francisco, tal como ocurrió aquella vez.

Pasan los dirigentes, pero desde San Lorenzo le agradecen al Papa por llevar su fanatismo por el equipo de Boedo. Casi de forma rutinaria le hacen llegar camisetas y demás detalles vinculados a la identidad del club. Con ya 11 años con el título de Sumo Pontífice tiene presente al Cuervo en cada viaje que hace, aunque ya no haga tantos debido a la preservación de su salud. Cada vez que puede, saca a relucir ese hincha de San Lorenzo que, por más que ya no pueda ir al Nuevo Gasómetro, nunca va a dejar de serlo.

Así como abundan los sacerdotes que recurren a su pasión por el fútbol como herramienta para la inclusión social, no son tantos los futbolistas que cambian los botines por las sotanas. El norirlandés Philip Mulryne jugó entre 1997 y 1999 en el Manchester United junto a grandes estrellas como David Beckham y Paul Scholes, representó a Irlanda del Norte en 27 ocasiones. Pero no fue hasta 2009 que tomó la decisión de buscar su verdadera vocación al dejar Inglaterra e ingresar al seminario en su tierra natal, para ser ordenado sacerdote ocho años más tarde. Mulryne no es el único en el mundo. Sin ir más lejos, en Argentina hay otro cura futbolista, Sebastián Salimbene.

Bocha aún marca en el medio para que Dios defina arriba

En la parroquia San Pablo de Ramos Mejía, en La Matanza, Provincia de Buenos Aires, las personas se acercan a comulgar en las misas, pero son pocos los que conocen la historia de quien les da la comunión, el Padre Sebastián. El Bocha hizo inferiores en Huracán, Vélez y San Lorenzo. Era un volante con buen pie, pero sin tanto sacrificio. Él cuenta que en los tres clubes se enfrentó varias veces contra los juveniles de Argentinos Juniors que tenían a Juan Roman Riquelme como una pequeña estrella emergente. Comenta que Riquelme lo volvía loco con sus pisadas y que más de una vez salió “mareado” por lo que hacía el hoy presidente de Boca. 

Tras no tener lugar en la primera del Ciclón, el volante categoría ‘78  debutó en Primera en Almirante Brown ante Almagro en 1997 por la fecha 13 de la B Nacional. Tras descender en esa temporada, jugó en Comunicaciones hasta que una rotura de ligamentos en su rodilla derecha y una posterior tendinitis en el mismo lugar lo obligaron a retirarse.

Salimbene, durante mucho tiempo, no vivió su fe de forma activa. De chico iba a misa pero se alejó de la religión por correr el foco de su vida al fútbol. La oscuridad lo acechaba por sus dolores en la rodilla y por el cáncer que acabó matando a su madre, pero fue en ese momento cuando encontró un fuego interno que iluminaba su camino. De inmediato, fue a la parroquia Nuestra Señora de Luján de Villa Constructora, en La Matanza, a buscar al cura Marcelo Simpático que tiempo atrás le había preguntado si sería sacerdote y la respuesta fue un rotundo “no”.

Pero al no poder recuperarse, el Bocha empezó a acercarse más a Dios. Por esa charla con el cura (o porque creía que de esa manera no iba a recibir más caños de sus rivales en la mitad de la cancha), Salimbene colgó los botines para ponerse la sotana. “El fútbol me gustaba, pero tampoco me apasionaba. No era mi pasión. Lo que más me gustaba era compartir un vestuario y quedarme a hablar con mis compañeros de sus vidas”, confiesa el Bocha. Se ve que en alguno de sus entrenamientos en las inferiores de Vélez mientras Carlos Bianchi quien era el entrenador de la primera del Fortín, el Virrey debió haberle pasado el teléfono de Dios, para que pudiera estar atento a su llamado.

Hoy, el Bocha Salimbene juega en el medio, como lo hizo toda su vida, pero ya no en la cancha como un segundo 5. Está en medio de la gente de su barrio, Villa Constructora, para poder acercarla a Dios. El fútbol no dejó de ser parte de su vida. Asegura que recibe mensajes divinos a través de analogías futbolísticas, como “parar la pelota” o “ver el espacio”. También asegura que Dios es el mejor director técnico que tuvo, porque fue el único en encontrar su puesto.

La doble meta de los deportistas universitarios

zzzznacd2NOTICIAS ARGENTINAS ROSARIO, DICIEMBRE 10: Delfina Merino festeja su gol durante el partido que disputan los Seleccionados Femeninos de Hockey Sobre Césped de Argentina y Holanda, correspondiente a los 4° de Final de la Final de la Liga Mundial. FOTO NA: VILLARPRESSzzzz

Por Francisco Moro

En la calle Miguel B. Sánchez al 1050, dentro del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD) muchos deportistas se encuentran realizando, por la mañana, por la tarde y por la noche el trabajo que no se aprecia. Independientemente de cómo se encuentre el establecimiento, el mal estado, deterioro de su estructura y de su poco mantenimiento por parte de la Secretaría de Deporte de la Nación, en las canchas de atletismo, una vez dentro, el clima cambia, se respira deporte y se percibe el compromiso que cada uno tiene. Los gritos de esfuerzo o de satisfacción ingresan muy rápido al oído. Caso contrario es el de un aula de la Universidad de Buenos Aires (UBA) donde el único que habla es el profesor. Hay mucho silencio, ruidos incómodos de bancos antiguos y algún que otro sonido proveniente de la calle que distrae a más de uno. Las jornadas de las personas que estudian y que persiguen su sueño de ser profesionales en lo deportivo se convierte en una rutina cambiante.

Existen diversos ejemplos de personas en Argentina que hicieron su carrera universitaria al mismo tiempo en el que se desempeñaban como deportistas, pero también en los que comenzaron a estudiar mientras se centraban en lo deportivo y que luego del retiro finalizaron la formación con un título universitario debajo del brazo. Melina Sirolli fue gimnasta olímpica en Sydney 2000 con 16 años y hoy es docente de Historia de la Arquitectura en la UBA. Siempre estuvo arraigada al deporte, desde chica, ya que la gimnasia artística es algo que se comienza a practicar a los cuatro años debido a su capacidad de desarrollar coordinación y equilibrio. Realizó primero, segundo y tercer año en River, en donde entrenaba, iba al colegio y volvía a las prácticas por la tarde. A la escuela iba solo los miércoles, para hablar con los docentes y sus compañeros y pedir lo que estaban haciendo. Después rendía exámenes trimestrales con el contenido unificado en una sola prueba. “Cuarto año fue el de los Juegos, y me dejaron libre porque la escuela dejó de tener esa flexibilidad y sistema de evaluación. Lo dejé así y luego rendí el cuarto año, y quinto lo cursé y hacía gimnasia-escuela-gimnasia”. Antes vivió lo que es un Juego Olímpico desde adentro en Sydney 2000 con 16 años: “Era muy chica, hay mucha presión en muchos aspectos; en la comida, en el peso. Me quedó algo de sobreexigencia. Es tanta la que hay en la gimnasia que muchas chicas han llegado a dejar la escuela. Muchos entrenadores las llevan también por ese camino, y hoy creo que no ha cambiado demasiado”.

En 2001 Sirolli comenzó su travesía en el estudio universitario con el Ciclo Común Básico (CBC) de Medicina. “Hice menos de seis meses y luego me ofrecieron continuar en las universidades de Oklahoma y Utah, en Estados Unidos, debido al deporte, pero estuve muy poco allí”. Retomó en 2003, en Argentina, y esta vez se tomó el estudio más en serio y comenzó a entrenar mejor para la selección. “Es muy difícil hacer ambas cosas al mismo tiempo, es imposible. En mi caso, era chica, y el entrenamiento era distinto a lo que es ahora con las nuevas tecnologías y las metodologías avanzadas”. Luego del primer cuatrimestre comenzó con la preparación para los Juegos Panamericanos de República Dominicana de 2003 y el Mundial de Estados Unidos del mismo año, que para ella fueron los últimos como gimnasta artística. “Dejé Medicina, no quise seguir por el desapego que me generaba y en 2004 comencé con Arquitectura”. Sus padres son arquitectos, pero cuenta Sirolli que no quería estudiar Arquitectura para no tenerlos detrás. “Hice unos años, me fracturé el cuello, quedé internada y casi quedo paralítica, y a finales de 2007 arranque acrobática (tumbling)”. Aldo Barborini, quien fue su entrenador y hoy lo hace en la selección de México, cuenta cómo la veía cuando iba a las prácticas: “Los días previos a un parcial ella seguía enfocada en el deporte, por lo menos cuando estaba conmigo. Nunca la limité de que no hiciera lo que ella quisiera teniendo en cuenta que es una disciplina muy exigente y estricta. Ella era muy responsable e insistente a la hora de realizar un ejercicio; si no le salía lo intentaba hasta que lo consiguiera”.

En 2004, en el momento de la lesión, Sirolli pudo centrarse en los estudios y luego siguió también con los entrenamientos en paralelo, ya que tumbling no era exigente con las prácticas. “Cuando viajaba por el deporte, en la facultad me lo permitían”. Sylvia Kornecki, su docente de aquel entonces de Historia de la Arquitectura, cuenta que una vez le presentó un certificado que expresaba ser deportista y que tenía que viajar. “Recuerdo que estuvo ausente unas dos semanas, y eso lo tuve en cuenta a la hora de corregir sus trabajos. Veía que cuando regresaba estaba comprometida con la materia y no la dejaba. Era muy buena alumna; de hecho terminó con un ocho de promedio”. Sirolli se dio cuenta de que quería terminar la carrera y de que no lo hacía por hobby cuando regresó de un viaje y muy rápido se puso en contacto con un compañero para saber los contenidos que se había perdido. “Melina no se destacaba por encima del resto, pero participaba en clase lo justo y necesario. Su compromiso y responsabilidad son grandes cosas que puedo destacar de ella”, afirma Kornecki. 

Cuenta Sirolli, refiriéndose a los días previos a un parcial, que se las ingeniaba “como podía”, ya que se le juntaban el estudio y el entrenamiento, y era muy difícil concentrarse en una. “La facultad es muy rígida a la hora de la entrega de los trabajos, depende del profesor que te toque también podés arreglar para que los tiempos de presentación sean diferentes”. A finales de 2009 se retiró y, dos años después, se recibió de Arquitecta. “Hice un corte importante sobre la gimnasia, no seguí ligada y me costó mucho alejarme. Yo siempre tuve la suerte de que mis padres me pudieran mantener, pero es muy complicado llevar la gimnasia y el estudio al mismo tiempo. Considero que hoy debería de haber un psicólogo que te ayude después del retiro y al comienzo de reinsertarse en el mundo real”.

Delfina Merino pasó de atacar en hockey, a recibirse en la carrera de Derecho de la UBA, y defender lo que estaba bien o mal en un juzgado como abogada. Aún no ejerce, pero Merino comenta que el día de mañana es mejor tener un título, ya que “del hockey no se vive”. Integró la camada de las Leonas ganadoras del Mundial de Rosario 2010 y del tercer puesto en Holanda 2014, y en 2018 fue elegida como la mejor jugadora del mundo por la Federación Internacional de Hockey. Siempre se desempeñó con el palo entre sus brazos. Desde chica, y con tan solo meses, sus padres la llevaban a verlos jugar, ya que también estaban arraigados al hockey en el club de toda su vida, Banco Provincia. La escuela San Nicolás de Olivos, donde hizo toda la secundaria, siempre fue muy exigente; era doble escolaridad y bilingüe, por lo que la complicaba con los tiempos. “Siempre traté de llevar ambas cosas a la par, intentaba prestar atención en clase, no me distraía, ya que después el tiempo que tenía para estudiar en casa era mucho menos porque estaba bastante en el club”. A los 18 años fue seleccionada para comenzar los entrenamientos con la Primera y tenía doble trabajo: hacía sus prácticas aparte y además las generales. “Esto también me llevó a volver a casa muy tarde, a tener que estudiar de noche, pero me di cuenta de que me sirvió mucho porque me enfocaba muy rápido. Entraba en un ritmo de estudio que me daba mucha constancia y facilidad”. Una vez finalizada la secundaria comenzó con su carrera universitaria en abogacía. “Cuando terminé estaba dudando entre estudiar Derecho o Psicología: me hice un test vocacional y me salió eso”. Cuando Merino cursaba por cuatrimestres trataba de hacer una o dos materias, tres no por la exigencia que le transmitía el alto rendimiento. “Lo que siempre me inculcaron en mi casa es que aunque sea haga una, que la vaya haciendo despacio. La constancia fue lo que a mi me salvó y lo que me permitió poder recibirme a finales de 2020”. Su decisión de comenzar una carrera fue el pensamiento de que en un deporte amateur no está a salvo en lo económico, solo si juega en Las Leonas. “En Argentina pasa eso, más allá de que hayas generado medallas y trofeos; si no es algo profesional, como el fútbol, el deportista queda muy relegado a la hora de terminar su carrera. El día de mañana si necesito trabajar es distinto tener un título o no”.

De su paso por el estudio y el deporte, cuenta Merino qué la ayudó mucho: “Me convertí en una jugadora más inteligente. En el momento en el que el hockey era bastante en mi vida, si no tenía otra cosa me abrumaba en lo mental. Tuve la posibilidad de salir de esa burbuja, de conocer otra gente y de tener otra herramienta a futuro”. Los temas psicológicos aparecen, más al ser chica y con muchas cosas de golpe, como fue su debut con Las Leonas en 2009. “Mi carrera universitaria fue un desafío personal, y la alegría de aprobar parciales era como ganar partidos. Nunca me enloquecí con el estudio”.

Los profesores de Merino en la UBA cuentan que tenían la consideración al igual que con cualquier otro deportista, puesto que presentaba el certificado que avalaba que se iba a jugar afuera del país y le cambiaban el día del parcial. Siempre la pudieron entender antes y después de un viaje. Además, sus docentes comentan que Merino se sentaba en la primera fila, que la veían que prestaba atención y que si tenía alguna duda se acercaba. Siempre estuvieron a disposición para poder ayudarla. “Yo creo que también lo hacían porque veían que me interesaba mucho y que lo quería hacer”, cuenta Merino. Hoy con 35 años juega de forma amateur en Banco Provincia, el club en el que todo comenzó cuando tenía cinco años, y comparte plantel con chicas mucho más jóvenes que estudian Derecho: “Las trato de ayudar con algunos apuntes. La mayoría está en una carrera y eso es buenísimo”.

Atlético de Madrid, una historia con acento argentino

Por Mathias Costanzo

Con gol de Julian Alvarez, Atlético de Madrid igualó 1 a 1 contra el Real Sociedad por la 9º fecha e La Liga. Entre los 11 titulares, Nahuel Molina fue el lateral derecho y el campeón del mundo, Rodrigo De Paul, entró desde el banco en el 63’. Por su parte fueron convocados sin sumar minutos Juan Musso, Ángel Correa y Giuliano Simeone. El equipo del “Cholo” quedó tercero con 17 puntos.

No solo estos jugadores fueron los únicos argentinos en vestir la camiseta del “Colchonero” a lo largo de la historia. También lo hicieron:

  • Diego Simeone, actual entrenador del “Colchonero” que ganó 8 títulos, disputó 169 partidos y convirtió en 30 ocasiones
  • Nicolas Gaitan, actual jugador de Sarmiento de Junín, 45 partidos y 4 tantos
  • Luciano Vietto, jugador de Racing, brindó sus servicios en 38 encuentros y marcó 3 goles.
  • Eduardo “Toto” Salvio, jugador de Lanús, fue convocado en 69 enfrentamientos y convirtió en 10 ocasiones.
  • Éver Banega, actual Newell’s, participó en 31 ocasiones y solo anotó 1 vez
  • Sergio “Kun” Aguero, fichado en 2006 desde Independiente por 23 millones de dólares, disputó 234 partidos con 101 goles convertidos.
  • Maximiliano Rodriguez, jugó 158 veces y anotó 45 veces
  • Luciano Galletti, surgido en Estudiantes de la Plata, tuvo 68 partidos y 6 goles
  • Matias Lequi, defensor surgido de River, hizo 2 goles en 40 cotejos.
  • Ariel Ibagaza, surgido de Lanús, disputó 106 partidos y marcó 6 tantos
  • Fabricio Coloccini, 30 partidos, 1 gol
  • Juan Gomez, defensor campeón de la Libertadores de 1996 con River, titular en 42 partidos e hizo 1 gol y al igual que Burgos logró el ascenso y culminó su carrera allí
  • Daniel Fagiani, defensor campeón del mundo con Boca en el 2000, jugó 26 veces e hizo 1 gol
  • Santiago Solari, surgido en River, en 61 encuentros anotó 7 veces, luego fue transferido al Real Madrid
  • Oscar Mena, campeón con Lanús de la Copa Conmebol de 1996, jugó 70 partidos e hizo 3 goles
  • Jose Chamot, el central que disputó 3 mundiales, participó en 64 partidos y convirtió 1 gol.
  • Juan Esnaider, el delantero surgido de Ferro, jugó 47 partidos y marcó 21 tantos.
  • Leonardo Biagini, surgido de Newell’s, con 7 en 64 jugados
  • Luis Mario “Negro” Cabrera, surgido de Huracan, participó de 147 juegos, hizo 45 goles y en 1985 gano la Copa del Rey y la Supercopa de España
  • Ramon “Cacho” Heredia, surgio de San Lorenzo, jugo 94 partidos, hizo 9 goles, ganó en 1974 la Copa Intercontinental y en 1976 la Liga Española y la Copa de España
  • Ruben Ayala, surgido de San Lorenzo, participó 161 encuentros, hizo 47 tantos y obtuvo los mismos títulos que Heredia
  • Ruben “Panadero” Diaz, campeon de Libertadores e Intercontinental con Racing, disputó 71 partidos y marcó 2 goles
  • Iselin Santos Ovejero, surgido de Vélez, jugó 99 partidos, convirtió en 4 ocasiones y obtuvo 2 ligas y una copa. Luego fue entrenador del conjunto español desde 1990 hasta 1993 donde conquistó la Copa del Rey de 1991

Además estos son los argentinos que jugaron para el Atlético Madrid pero no convirtieron: Ubaldo Fillol. Axel Werner, Augusto Fernandez, Matias Kranevitter, Cristian Ansaldi, José Sosa, Emiliano Insua, Daniel “Cata” Diaz, Leonardo Franco, Javier Pinola, Germán “Mono” Burgos y Oscar Raúl González Pentinto.

Lewandowski: viejos son los trapos

Por Dante Aguilar

Los ojos de Raphinha miran la pelota parada. El brasileño está por patear un tiro libre. Los defensores del Alavés se concentran en todos los jugadores menos en él, el veterano. Sus piernas se activan, está preparado para saltar. El extremo tira el centro a la olla, la busca Lewandowski y con un cabezazo contundente, la pelota agita la red.

El partido entre el Barcelona y el Alavés terminó 3 a 0 ¿El protagonista de los goles? Él, ese hombre que hace años asombraba al mundo con sus numerosos goles y que el año pasado fue criticado por meter solo 24 en la temporada. Tres goles en media hora fueron los necesarios para recordar su pasado, aquellos momentos de gloria en su querido Bayern Munich.

Pese a las incesantes críticas, el polaco nunca bajó la cabeza y hoy, en su reencuentro con Hansi Flick, director técnico con el que ganó seis títulos en una temporada con el equipo bávaro, está mejor que nunca. A los 36 años es el máximo goleador de La Liga Española con 10 goles en 9 partidos. Su promedio es mejor que el de Mbappé y Haaland, las jóvenes estrellas del fútbol internacional.

A diferencia de sus últimos dos años en el equipo culé, en los cuales alcanzó cifras de más de diez goles en competencias europeas, actualmente cuenta con dos goles en dos partidos de Champions League y busca superar viejas estadísticas como los quince marcas en diez encuentros en la campaña 19/20.

Lewandowski demuestra que la edad es solo un número y que su talento sigue más vivo que nunca. Con partidos como los que el atacante realizó esta temporada, su fútbol dice una sola frase: “Viejos son los trapos”.

 

 

 

 

CASI-SIC, el superclásico del rugby argentino

Por Lucas Calmón

El 14 de julio de 1935 Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA) derrotó al Club Atlético San Isidro (CASI) y lo dejó sin la posibilidad de alzarse con su decimosexto título de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA). En el tercer tiempo de aquel día hubo una fuerte y crucial discusión, aunque existen varias versiones de lo que sucedió. El ya fallecido Rodolfo “Michingo” O’Reily, jugador del CASI en 1935, en una entrevista para el diario El Equipo en 1989, afirmó: “Los jugadores de rugby de aquella época habían tomado el control total del CASI. Entonces, decidimos terminar con ese descalabro y armamos una lista encabezada por Julio Urien, que era un hombre con vocación política y mucho prestigio en San Isidro. A fines de 1934 ganamos la elección y la primera medida fue modificar la subcomisión de rugby”. En el tercer tiempo del encuentro frente a GEBA los jugadores se sacaron los pantalones y comieron en calzoncillos. Un socio los vio, le avisó a Urien y los suspendieron.

Por otro lado, César Elizalde, uno de los fundadores del San Isidro Club (SIC) en 1935, le contó a la revista El Gráfico en 2000: “El problema era con Urien. La relación era tirante con los jugadores y explotó después de una derrota contra GEBA. En el vestuario Urien se puso a gritar y les echó la culpa de la derrota a varios jugadores. Nadie se quedó callado; hubo una fuerte discusión que terminó con la suspensión, de seis meses a un año, de algunos muchachos”. Los jugadores suspendidos y otros que los apoyaron en modo de protesta abandonaron el CASI. Eran alrededor de 300 personas. Y el 14 de diciembre de 1935 fundaron el SIC.

La pelea dividió a varias familias, que hasta 1935 se juntaban casi todos los fines de semana y durante 20 años no se vieron. Con el tiempo volvieron a vincularse, ya que sus hijos iban a los mismos colegios, algunos eran el Martín y Omar, San Juan, Marín y Labardén, y tenían primos que jugaban en algunos de los clubes. Hoy socios de ambas instituciones dicen que en los clubes que más amigos tienen es en su clásico y los terceros tiempos que más duran son los del CASI-SIC.  Lucas Rocha, hooker del SIC, opina acerca de la relación que tiene con los jugadores del Atlético: “Siempre el rugby es un formador de personas y nosotros somos amigos de los del CASI; tenemos muy buena onda y eso genera hacer terceros tiempos amplios, que se junten ex jugadores. Esa es la perspectiva que tengo del CASI y ellos seguramente de nosotros”.

El primer encuentro entre ambas instituciones se disputó el 9 de mayo de 1937 en la cancha del CASI. El SIC ganó 3 a 0 tras la conversión de Felipe Meyer Arana a los cinco minutos, por un penal generado por un offside. “Me acuerdo cómo llovía ese día. Sin embargo, había mucha gente en la cancha. El partido había generado mucha expectativa, era la primera vez que volvíamos a esa cancha. ¿Sabés la pica que nos tenían los del CASI? Le pegué desde la línea de los 22 metros, pegadito a la línea del touch. Pegó en el travesaño y entró. A cobrar, con eso les gané el partido”, detalló Meyer Arana en una nota para El Gráfico en 2000.

El Club Atlético de San Isidro tiene su sede principal en la calle Roque Sáenz Peña al 499, en pleno centro de San Isidro, en Acassuso. Ese terreno fue cedido por Manuel Aguirre, propietario de la extensa chacra, cuando se fundó el club en 1902. Su estadio es conocido como “La Catedral”, por los 500 metros que lo separan de la Catedral San Isidro Labrador.

Club Atlético de San Isidro

El San Isidro Club deambuló por varias zonas hasta establecerse en 1939 en Boulogne, debajo de la Panamericana, en la calle Monroe al 404. Cuando los socios compraron el terreno, tenía dos zanjas, una sobre la calle Blanco Encalada y otra que partía el predio en dos. Es por eso que se ganaron el mote de “zanjeros”. En relación con el CASI, el SIC es mucho más modesto en cuanto a infraestructura. Los clubes se ubican a cinco kilómetros de distancia.

Contacto y Sedes – San Isidro Club

Un clásico famoso fue el que cerró el campeonato de la URBA de 1985. El CASI ya había conseguido el título, pero no dio la vuelta olímpica por la detención de Alejandro Puccio, integrante de aquel plantel. Puccio jugaba de wing en el Atlético e integraba una banda de secuestradores: el Clan Puccio. Desde 1982 hasta 1985 secuestraron y mataron a Ricardo Manoukian, Eduardo Aulet y Emilio Naum. También capturaron a Nélida Bollini de Prado, la única en salir con vida. En aquellos días ninguno de sus compañeros dudaba de la inocencia del wing, aunque con el tiempo se sintieron engañados y traicionados.

En la historia hubo dos finales entre el CASI y el SIC. La primera fue en 2003 y los zanjeros se llevaron la victoria por 20 a 9. Sin embargo, la Academia se tomó revancha dos años más tarde en la cancha del Buenos Aires Cricket and Rugby Club ante 15 mil espectadores. El Atlético ganó por 18 a 17 con un penal convertido por Federico Thomann sobre la hora, que cortó una racha de 20 años sin ser campeón del torneo URBA y le sacó el tetracampeonato al SIC. El historial de enfrentamientos tiene un total de 139 partidos, en el que el CASI tiene 71 victorias, el SIC, 57, y en 10 ocasiones hubo empate. Durante el siglo XXI, los zanjeros redujeron la diferencia de títulos, ya que ganaron en ocho ocasiones, mientras que el CASI solo lo hizo en 2005. Son los equipos con más títulos conseguidos en el rugby de Buenos Aires (33 y 27 campeonatos, y uno y cinco Nacional de Clubes, respectivamente).

Aunque sea los clubes de rugby más importantes de Argentina, los dos tuvieron su época mala, ya que en 1946 los Zanjeros descendieron a la segunda división de la URBA por única vez en su historia y en 1947 ascendieron sin conocer la derrota. La peor etapa deportiva de la Academia comenzó en 1991, cuando descendió por primera vez, lo cual desencadenó peleas políticas y una elección (no era habitual llegar a los votos) para elegir autoridades. Con una gran renovación de jugadores y cuerpo técnico en el 92, El CASI ascendió al quedar quinto en Segunda. En el 93 ganó un solo partido y volvió a bajar y ya con un equipo mucho más afianzado ascendió en el 94 con un primer puesto.

 Sebastián Perasso, jugador del SIC durante la década del 90, al describir la rivalidad, explica: “No importa la división ni la edad de los protagonistas, no interesa la posición en la tabla o si se trata de amistosos o partidos oficiales: en cada clásico algo grande siempre está en juego. Es que transitar nuestras calles con el orgullo de ser el mejor del barrio es tan importante como ser el mejor de todos”. Benjamín Belaga, actual wing del CASI, detalla muy emocionado: “Es algo que no se vive en ninguna otra parte, muy difícil de describir. Es disfrutar de representar el club de toda tu vida, del que sos hincha desde chiquito, teniendo de espectadores a toda tu familia, amigos, conocidos, desconocidos, con la hinchada que no deja de cantar, colores por todos lados y una adrenalina y tensión increíbles”.

El CASI tiene una extensa lista de jugadores destacados. Alejandro Travaglini, Eliseo Branca, Santiago Phelan y Agustín Pichot. En el equipo de Boulogne están Marcelo Loffreda, José Cilley, Diego Albanese y Gonzalo Longo, aunque a nivel mundial hay uno mucho más conocido, pero no por sus habilidades con la ovalada. Se trata de Ernesto “El Che” Guevara, quien jugó para el SIC en 1947, aunque estuvo menos de un año, ya que por pedido de Ernesto Guevara padre a Martín Martínez Castro, tío del Che, entonces vicepresidente del SIC y uno de sus fundadores, no le permitieron seguir jugando en el club porque sufría de asma.

 Fuera del rugby, el hockey es el deporte en que más se disputan los clásicos. Maggie Vineys, jugadora del San Isidro Club, tras finalizar un partido, comenta: “En el club siempre los SIC-CASI son partidos que se viven distinto, muy emocionales. En ese aspecto, son partidos en los que la cabeza juega mucho en ambos deportes. En términos de hinchada, la diferencia entre hockey y rugby es simplemente que en el rugby son muchos más en cantidad”. Vineys también hace énfasis en el respeto y afirma que sin él no se podría jugar, además señala la importancia de enseñarles a las más chicas.

En el CASI y el SIC, los clásicos son los encuentros que más gente convocan, ya que siempre hay hinchas que se juntan para darle color a las tribunas. Las parcialidades llevan paraguas con los colores del club (blanco y negro los de la Academia y blanco, azul y negro los del SIC), disfraces ingeniosos de cebras, ranas o fantasmas, globos, banderas, tirantes, bombos, trompetas y sus gargantas que alientan los 80 minutos. Los sectores tienen un nombre: en el caso del Atlético se denominan “La Número Uno”, y por el lado de los Zanjeros, “Los Buenmozos de Boulogne”.

La historia entre el Club Atlético San Isidro y el San Isidro Club es mucho más que una rivalidad deportiva. Desde el primer enfrentamiento, hace 87 años, hasta los clásicos actuales, la pasión cada vez crece más y ambos continúan con los mismos valores del respeto, la deportividad y el compañerismo dentro y fuera de la cancha. Después de los 80 minutos, a pesar de las victorias y las derrotas, los equipos lograron que la amistad se mantuviera. Además, consiguieron que su barrio se convirtiera en la capital nacional del rugby.

 

El femicidio de Rebecca Cheptegei debió haberse evitado

Por Micaela Osorio

Los femicidios que se podrían haber evitado son incontables alrededor de todo el mundo y el pasado 1° de septiembre se sumó otro a la lista: Rebecca Cheptegei, de 33 años, quien pasó de vivir el sueño olímpico en atletismo en principios de agosto a ser prendida fuego por su ex pareja, a quien ya había denunciado más de una vez. Fue el tercer femicidio de una deportista de alto rendimiento en Kenia desde octubre de 2021.

Cheptegei nació del lado keniano en la frontera entre Kenia y Uganda, pero eligió cruzarse a Uganda y representar a ese país para seguir su carrera. El profesionalismo para ella se inició en 2010 y desde ese momento siempre participó en las competencias internacionales, incluso logró la medalla de oro en el Campeonato del Mundo de Montaña y Trail Running de Tailandia en 2022. Tras la obtención del puesto 44 en la disciplina maratón en los Juegos Olímpicos de París 2024 la apodaron “la campeona” en su país.

Cheptegei llevaba una vida rutinaria de deportista, incluso se había trasladado a Kenia para entrenar ahí más cómodamente. Como todos los domingos, el 1° de septiembre asistió a la iglesia en el condado keniano acompañada por sus dos hijas de un matrimonio anterior, pero se llevó una sorpresa al ver que en la entrada de su casa la esperaba su ex pareja, Dickson Ndiema Marangach, con un bidón de cinco litros de nafta, que arrojó sobre el cuerpo de la atleta para luego prenderla fuego delante de sus hijas de 9 y 11 años. 

Rebecca entre llamas y dolor logró gritar por ayuda y fue así como sus vecinos la socorrieron y la trasladaron al Hospital Moi. De todas formas, nada pudo evitar las graves heridas y quedó con el 80% de su cuerpo quemado, por lo que fue internada de urgencia al igual que el agresor, quien tenía el 30% de su cuerpo con quemaduras. Cuatro días después del ataque, el doctor de la clínica, Owen Menach, informó que los órganos de Cheptegei fallaron aquella noche y finalmente falleció por la gravedad de las heridas.

Ugandan Olympic athlete, Rebecca Cheptegei to be buried | AP News

Al igual que la mayoría de los femicidios, se podría haber prevenido si la justicia y la seguridad hubiesen actuado a tiempo. Horas previas al ataque, los vecinos declararon que los escucharon discutir a los gritos sobre un terreno en el noroeste de Kenia, en donde ella se quedaba habitualmente para entrenar. Además, su padre confirmó que tan solo dos días antes había realizado una denuncia -otra del montón- en la Dirección de Investigación Criminal de Trans-Nzoia, para advertir nuevamente sobre el peligro que él representaba en la vida de Rebecca.

Las agencias gubernamentales nos han fallado porque informamos con suficiente antelación sobre su seguridad, ya que este hombre solía seguirla incluso hasta Uganda, pero no actuaron con rapidez. Era evidente que su vida estaba en peligro”, declaró Joseph Cheptegei. De la misma forma, la madre, Agnes Niedma, también responsabilizó a las autoridades: “No tengo palabras. Solo culpo al Gobierno”, declaró entre lágrimas.

A las 18:30 del lunes 9 de septiembre, mientras la familia reclamaba justicia por su hija, Ndiema, el asesino, murió en el hospital por una insuficiencia respiratoria derivada de las quemaduras severas y sepsis. La familia de Rebecca no encontró consuelo en esto, ya que deseaban que pase el resto de su vida en la cárcel porque les arrebató una hija, una enorme y prometedora atleta. Además, el fallecimiento de Cheptegei los dejó en una situación económica más que preocupante dado que ella representaba la mayoría de sus ingresos.

Con dos hijas que quedaron sin madre, padres que se quedaron sin su hija y el mundo del deporte que perdió una estrella, se reprocha el mal accionar de la justicia. Se había pedido ayuda más de una vez, se advirtió la situación de peligro, se hicieron múltiples denuncias, ¿qué más se podría haber hecho para evitar el trágico final? De parte de la víctima, nada; de parte de la justicia, mucho más.