lunes, diciembre 29, 2025
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El Huracán sobre patines, a la vanguardia nacional

Por Facundo Reboredo

Huracán es un equipo que siempre ha destacado en todos los deportes que tiene en su haber, y en el hockey sobre patines ha conseguido mucho prestigio debido a sus victorias.

Desde sus inicios en la disciplina, el Globo es uno de los equipos que más títulos ha cosechado en la disciplina, entre los que se destacan múltiples campeonatos como el Sudamericano, la Liga Nacional A y el Campeonato Argentino.

La práctica sobre patines es uno de los deportes que más logros le ha dado a Huracán, entre las cuales se encuentran dos primeros puestos en la Copa Internacional de Hockey que es organizada por la Federación Internacional del Patinaje.

El club es uno de los que más jugadores le provee a la selección Porteña, y también a la Nacional. Tanto es así que ha tenido varios jugadores que han alzado la Copa del Mundo de Patinaje.

El coordinador de la disciplina, Leonardo Duhalde, ya se ha consagrado campeón con el conjunto quemero en varias ocasiones: ganó el Campeonato Argentino en 1968, 1969, 1979 y 2000. “Es una de las competiciones que más me gustó ganar, es en la que todos los mejores del país, los campeones de los campeones se juntan, y se siente una adrenalina y una presión terrible. La victoria más importante fue la del 2000, ya que se jugó aquí, en nuestra sede”.

También dio su opinión acerca del evento el capitán del club quemero, Eduardo Barreiro, cuando dijo: “Es un campeonato muy importante, del cual participan los mejores de cada provincia. Huracán es uno de los mejores de la capital y es una obligación jugarlo siempre y mostrar nuestra mejor cara”.

Barreiro habló además de la Liga Nacional A, la competición más importante de la Argentina, en la que el Globo se ha consagrado en múltiples ocasiones, y que, según contó el líder del equipo, sueñan con conseguirlo este año.

Acerca de la capitanía y de su historia en el conjunto de Parque Patricios, dijo: “Llevar la cinta es un orgullo muy grande, y asimismo una responsabilidad enorme. Ser capitán de Huracán significa ser el líder de uno de los equipos más importantes del país. Es tratar de ser el ejemplo para que los más jóvenes lo sigan”.

El experimentado jugador cuenta en su palmarés con dos títulos sudamericanos y ocho campeonatos metropolitanos, de los cuales obtuvo seis con Huracán y dos con Español.

Quien también habló acerca de su magnífico presente y de lo que ya ha pasado a pesar de su corta edad, es Tomás Korosec, que ya ha participado en juegos juveniles y panamericanos con la selección.

El juvenil dijo: “Estoy en un gran momento, quizás el mejor de mi carrera hasta ahora. Vengo de anotar varios tantos en el último tiempo y espero seguir así, y que esto sea un gran salto en mi carrera”.

 “Es una gran oportunidad para demostrar que Huracán está para más y que puede vencer a los campeones del resto de las provincias, el Campeonato Argentino es un escalón para trepar a lo más alto del país, ya que están los mejores, y queremos levantar este trofeo por primera vez en mucho tiempo”, fue la opinión del joven acerca del torneo.

Racing Girls: pisteras que deconstruyen

Por Elio Avalos

Un Fiat 500 lujoso, reluciente y de llantas brillantes paró frente un surtidor de nafta en una estación de servicio en Belgrano. Aixa Franke, presidenta de Racing Girls, única comunidad pistera que incentiva la práctica femenina en el automovilismo, manejaba aquel suntuoso vehículo que captó la atención de un hombre canoso de aproximadamente sesenta años. El señor, sin demorar mucho tiempo, se dirigió hacia ella y le confesó lo impresionado que quedó al ver su coche. Ella, muy amable, le brindó las gracias. Pero la sorpresa fue grande cuando él pidió que le enviara las felicitaciones a su novio por tener el automóvil muy bien cuidado. Franke le contestó que era suyo. Sin embargo, él no le creyó y sostuvo que ella no podía ser la dueña. “Sos mujer, es imposible que lo mantengas vos”, ironizó el viejo. Aixa le preguntó si tenía algún problema. “¡Sí! El problema es que no es tuyo, es de tu novio”, le respondió. Ella señaló el Honda Civic gris modelo 92 que tenía “el señor canoso” y le dijo: “Pero mirá el cachivache que tenés vos, por eso te fijás en el mío”. Subió a su auto y se fue.

Tatiana Machuca, vicepresidenta de Racing Girls, tuvo una experiencia similar, pero aún más grave. “Las mujeres no pueden correr más porque no saben manejar”, le dijo Walter Gauthier, responsable de pista de un kartódromo, luego de que ella tuviera un accidente en la competencia a causa de una falla técnica. El acelerador del karting se le había atascado y no podía frenar. En consecuencia, perdió el control y recibió un corte profundo en la pera. Machuca recordó que “la llegada de la ambulancia demoró más de una hora”, y además que Gauthier “se negó a brindar sus datos”. Como si fuera poco, Tatiana pasó toda la noche en un hospital. Allí le proporcionaron catorce puntos de sutura por la herida y recién a las seis de la mañana del día siguiente recibió el alta. “El encargado de pista nunca me ofreció las disculpas ni jamás se hizo responsable por lo dicho y lo hecho”, contó Machuca.

Estas historias exponen la conducta machista y la discriminación de género que existe en el deporte motor de la Argentina. Aixa Franke y Tatiana Machuca conforman el primer binomio femenino del automovilismo argentino y son las fundadoras de Racing Girls, la colectividad pistera con más de 200 integrantes mujeres, que tienen entre 15 y 60 años, y cuentan con cuatro sedes distribuidas por Buenos Aires, Entre Ríos, Tucumán y San Juan.

“El objetivo es lograr que ellas se animen a cumplir sus sueños y finalizar con el estigma de que el automovilismo es solo para hombres. Pretendemos terminar con ese pensamiento de que si estoy engrasada soy una mecánica macho y no una mujer a la que simplemente le gustan los autos, que puede manejar y hacerlo muy bien”, contó Franke.

El colectivo realiza distintos talleres de concientización técnica y brinda diferentes charlas sobre mecánica para el cuidado y control del automóvil. Además, se organizan distintas reuniones y salidas.

El estacionamiento del Shopping Unicenter fue testigo del primer encuentro oficial de las Racing’s. “Había pilotos de cuarto de milla, todas eran muy fanáticas de los fierros. Sentimos cómo nos unía una misma pasión y fue muy emocionante”, recordó Franke y además afirmó que el mundo motor transitará por una “verdadera revolución femenina”, pese a ser un ambiente donde la mujer “siempre está propensa a recibir críticas”.

Aixa es de Bariloche y Tatiana nació en Estados Unidos, pero ambas están radicadas en Capital Federal y compiten en la Fiat 600 Light, categoría zonal que se inició en el 2000 para la práctica del automovilismo deportivo con un bajo presupuesto de preparación y mantenimiento del vehículo. Dicha competición está fiscalizada por la Federación Metropolitana de Automovilismo Deportivo (FRAD) y las distintas carreras se corren en tres autódromos destacados del país: “Roberto Mouras”, de La Plata; “Oscar y Juan Gálvez”, de Capital Federal y el Autódromo de Dolores.

Tuvieron que pasar más de 10 años para que una piloto mujer debutara en la Fiat 600 Light. Brenda Jhonson fue la primera en iniciarse en esta especialidad cuando el 5 de junio de 2011 se animó a correr. Por el momento, esta es la categoría con mayor presencia femenina en el automovilismo, con un total de 3 pilotos: Franke, Mahuca y Anabel Araujo, las tres integrantes de Racing Girls.

Otras competencias en las que se observa participación activa de mujeres son: TC Pista Mouras (1), Top Race Series (1),  APAC 1.4 (3), Fórmula Metropolitana (1), Agrupadas Federadas (1), Fórmula Entrerriana (1), CA.PI.COR (2), Campeonato Misionero de Pista (1), Monomarca Fiat del Atlántico (1), Turismo Sport 1850 (2), Fórmula Renault Pampeana (1), A.LM.A. Nueva Generación (1) y Copa Gol (1).

“Conocí esta comunidad a través de un amigo que me dijo que existía un grupo de chicas que iban a correr picadas en el Gálvez. No dudé y me contacté por Facebook con ellas. Pegamos muy buena onda y gracias a la gestión del club pude llegar a correr en Fiat 600 Light”, recordó Anabel Araujo, piloto de 36 años nacida en Zárate, pero radicada en Villa Urquiza. Tuvo su debut el pasado 24 de marzo. En aquella ocasión, finalizó octava en la general, junto a su pareja Walter Rincón.

“Nuestro amor es Tito, trabajamos mucho con Aixa para dejarlo impecable. Lo masillamos y lijamos todo el día”, afirmó Machuca. Tito, el Fiat 600 alquilado al taller de reparación Jame Sport, es el compañero fiel de carreras del binomio. Pesa alrededor de 600 kilos y tiene un motor 1.3 de inyección, similar al de un Palio, que alcanza los 180 kilómetros por hora. Este año tuvo su debut y espera con ansias el 3 y 4 de agosto para rugir su motor una vez más, en una nueva fecha de la competencia.

Ellas saben que cada carrera con “Tito” significa mucho más que hundir el pie en el acelerador. Aixa, Tatiana y Anabel corren para imponer respeto en todos los autódromos del país y terminar con la naturalización e imposición de una cultura patriarcal en el contexto social y deportivo del automovilismo. “Como dijo Charly, los dinosaurios van a desaparecer”, añadió Franke.

“Las chicas quieren ganarle a los chicos. No quieren un trato distinto por ser mujeres. Por suerte el pensamiento machista está cambiando. Sin embargo, lamentablemente sigo oyendo comentarios inoportunos. Hay gente que destaca más el físico de una mujer antes que sus virtudes deportivas. Son repulsivos y tristemente están hace tiempo en el ambiente”, reflexionó Rodrigo Bouvet, creador de Mujeres Fierreras, la página web de noticias relacionadas al desempeño femenino en las distintas categorías zonales, nacionales y mundiales del deporte motor.

Racing Girls también tiene una activa participación en las redes sociales. El club cuenta con un perfil oficial de Instagram, que tiene más de 18 mil seguidores, en el que se publican avisos, eventos, fotos y videos relacionados con las diferentes actividades que se desarrollan en la comunidad.

“Logramos un antes y un después en esta actividad para la mujer. Esto de pertenecer a una masa te hace pisar más fuerte. Realmente fue un clic. Hoy entrás en un taller y no te miran raro. Los mecánicos ya admiten que sabemos de la materia. Hay que animarse y creerse capaces de lograr nuestros deseos. Todas poseemos iguales condiciones y oportunidades que un hombre y no nos cansaremos, perseguiremos nuestros sueños a fondo hasta alcanzarlos”, finalizó Franke.

 

Saja: “La inteligencia de los líderes es fundamental”

Por Ian Rodríguez y Rodrigo Cabrera

Sebastián Saja tiene una corta experiencia como entrenador. El equipo que le dio la oportunidad de comenzar su carrera fue Guaraní de Paraguay, a fines de 2017. Luego, su única aventura en el fútbol argentino fue al mando de Agropecuario, con el que disputó la B Nacional. Pero cuando habla parece tener toda una vida dirigiendo. “Diego Simeone fue quien hizo que yo quiera ser entrenador. Hasta los 30 años no tenía claro qué iba a hacer, no proyectaba un futuro más allá del fútbol. Cuando me aproximé a los 30 años, tenía en claro que quería hacer algo relacionado al fútbol, pero no sabía qué. Y cuando lo tuve a él me transmitió esta pasión por lo que es entrenar”.

En relación al trabajo del entrenador y al tiempo que tienen para armar un equipo y plantear sus ideas fue contundente: “Si uno tuviera que decir cuánto tiempo lleva convencer a un equipo, diría que es un tiempo que en el fútbol actual no se tiene. Para poder uno transmitir algo, y que reflejen lo que vos pensás, lleva bastante tiempo”. Y lo vinculó a la Selección Argentina, argumentando que ese tiempo “es mucho menor, ya que el técnico cuenta con los jugadores solo unos días antes de afrontar una competencia”.

-¿Qué rol tienen los líderes de un equipo en ese proceso?

-La inteligencia de los líderes es fundamental. Ellos son los que van a llevar tu idea a las entrañas del grupo, y es muy importante que puedan comulgar con tus pensamientos y reforzarlos en el seno de un vestuario. Acompañado por supuesto de los resultados, que son los que terminan reforzando la idea, ya que es muy difícil poder convencer a un equipo sin resultados. Yo creo mucho en la comunicación, con todos los integrantes, pero principalmente con los referentes. Es muy importante para un entrenador contar con la opinión de los referentes, que son los que llevan el mensaje y, sobre todo, el estado de ánimo y los interrogantes que tiene un equipo. Para, a partir de ahí, tomar decisiones y reunir toda la información posible.

Simeone fue quien lo animó a ser entrenador, pero además fue alguien al que le importaban las opiniones de los jugadores y acudía mucho a la comunicación. El ex arquero de Racing lo describió como alguien que “se preocupaba muchísimo por las cosas que iba incorporando al equipo, por cada trabajo que iba haciendo. Se apoyaba muchas veces en mi posición, ya que el puesto te permitía tener una visión de lo que ocurría en la cancha y no tener que estar ocupado por correr atrás de la pelota o la marca, y muchas veces se acercaba y te preguntaba: ‘¿Qué te pareció este movimiento?, ¿qué te pareció cuando sube este lateral?’. Es un entrenador con una personalidad muy fuerte y que toma sus propias decisiones”.

-¿De qué otro entrenador incorporaste conceptos básicos para conducir un plantel?

-Manuel Pellegrini, al inicio de mi carrera, fue un entrenador que me demostró la mayor virtud que uno puede tener: la capacidad de gestión. Cuanto más alto vas en el nivel de los equipos, mucho más se necesita.

-En ese sentido, ¿cómo evalúas la gestión de Scaloni como entrenador de la Selección sin experiencia previa?

-Me pongo en su lugar y creo que es un desafío difícil y muy grande. En mi opinión, el técnico de la Selección debe tener un recorrido importante con un equipo para después poder transmitir toda esa experiencia a nivel internacional. Hoy es el entrenador y hay que apoyarlo. Me quedo, por otra parte, con una charla que tuve con Pellegrini, a quien le pregunté por qué no dirigía la selección de Chile y él me dijo que la selección tenía que ser el último escalón en la carrera de un entrenador. Creo que para un técnico lo más lindo es el día a día y dirigir al conjunto nacional no te lo da. Confío en el cuerpo técnico, pero creo que la Selección Argentina necesita de un entrenador con experiencia.

-¿Quiénes consideras que tienen la experiencia necesaria para serlo?

-Es muy difícil. Hoy los técnicos que me gustarían no sé si la tomarían, justamente porque el puesto no te da el día a día. Para mí el ideal sería Simeone. Creo que lo que está haciendo Marcelo Gallardo en River es descomunal, tiene un liderazgo muy marcado. Argentina cuenta con muy buenos entrenadores, últimamente se ha desvalorizado un poco lo que es la experiencia en cuanto a la dirección técnica. En los últimos años parecía que los de “la vieja camada”, por decirlo de alguna manera, ya estaban grandes para dirigir. Yo no creo que sea así. Hay una tendencia ahora con los entrenadores jóvenes, sobre todo con metodologías nuevas y expresiones más difíciles, son los que más capacidad tienen, y no. La experiencia es muy importante también en el fútbol, entonces creo que Argentina tiene muchos entrenadores.

-¿Qué opinión tenés acerca de la Asociación del Fútbol Argentino?

-A mí me gustaría más orden. Todavía hay muchas cosas por ajustar. De a poco, ya hay clubes que a nivel institucional están trabajando muy bien, por algo han obtenido buenos resultados. Todavía queda mucho por corregir. Podrían volver a crear torneos competitivos a nivel local, volver a los tradicionales y no a los que se hicieron últimamente, empezando por el de 30 equipos y ahora bajando otra vez. Hay mucho por mejorar.

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 La difícil responsabilidad de los arqueros

De jugar en los potreros de Brandsen, el Chino pasó, en su adolescencia, a las inferiores de San Lorenzo de Almagro. Fue convocado a la Selección argentina Sub 20 y comenzó a destacarse por algo muy singular, era un arquero que pateaba bien los penales. Habiendo debutado en el 2000 en el club de Boedo, ganó el Clausura 2001, la Copa Mercosur de ese año y la Sudamericana de la temporada siguiente. En 2003 le llegó la chance de jugar en Europa, más precisamente en el Brescia de Italia. Tuvo un paso por Gremio en 2007 y en 2011 firmó con Racing, quizá el club con el que más se lo identifica. Allí se consagró campeón del Torneo de Primera División en 2014. Ya para 2017, el Chino decidió retirarse de la actividad en el Real Zaragoza de España.

Consultado por la actualidad de los arqueros de la Selección Argentina, quién visitó la camiseta del conjunto albiceleste en 4 partidos, dijo que “hay mucha competencia, este cuerpo técnico así lo permitió porque citó a ocho arqueros en muy poco tiempo”. Además, agregó: “Todos tienen continuidad en sus clubes, cosa que antes no pasaba. Hoy la Selección está bien, la elección está más abierta y eso obliga a los arqueros a que quieran ser titulares en sus clubes”.

-¿Es mejor para un arquero ya sentirse titular?

-Personalmente creo que, sobre todo en esta posición, te debes sentir titular. Argentina no ha tenido buenas experiencias con ir decidiendo el arquero titular sobre la marcha, ocurrió en el Mundial del 94’ con Goycochea e Islas, y terminó jugando Islas. Pasó en el Mundial 2002 con Burgos, Bonano y Cavallero, a último momento atajó Cavallero y tuvimos una mala experiencia también. Por eso, más allá de la poca continuidad que tenía Sergio Romero, él se sentía titular y en la Selección sostenía su puesto atajando de gran manera. Es un puesto como ningún otro.

Por otra parte, explicó un tema serio en cuanto a la vida de los arqueros luego del retiro: “El mayor porcentaje de suicidios en jugadores de fútbol es en el caso de los arqueros. Obviamente tiene que ver con la posición. Tenés que tener un coraje y personalidad especial, es muy difícil. Lo que sufre un arquero no lo sufre un delantero cuando erra un penal. Es muy grande la carga de presión y responsabilidad que tiene. No te podés esconder, si te comes un gol al minuto 4 debes jugar los 86 minutos que restan con esa carga, sobreponerte y no volverte a equivocar”.

Amplió este tema contando su situación personal, explicando que “mientras más consciente” fue de la posición que ocupaba, peor rindió. Saja agregó que eso se debió a que “no era consciente de la responsabilidad que tenía” y de las consecuencias de que le conviertan un gol. “A mayor consciencia era más difícil. El arquero, más que ser “un poco loco”, debe ser “un poco inconsciente”, concluyó.

-¿Quién fue tu referente bajo los tres palos?

-Siempre fue el italiano Gianluigi Buffon. Si bien está en los últimos años de su carrera, para mí fue lo que técnicamente era la perfección. El puesto tiene muchas condiciones técnicas y él fue el más completo de todos, en mi opinión.

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Fútbol y género

El oriundo de Brandsen hizo referencia a la participación argentina en el Mundial de Francia disputado entre el 7 de junio y el 7 de julio: “Lo que lograron fue espectacular. Esto le va a dar un impulso al fútbol femenino en Argentina muy grande. Me parece que lo que están logrando es buenísimo, porque han ido prácticamente sin ningún tipo de preparación, no desde el entrenamiento, sino que fueron sin herramientas”.

Luego, trazó una comparación con el presente del fútbol en Estados Unidos y Europa: “Hace poco estuve recorriendo Estados Unidos por un proyecto y el fútbol femenino te diría que está por encima del masculino. Lo practican en los colegios. En Europa, hubo un partido en la cancha del Atlético Madrid con 80.000 personas. Esto impulsará a que las chicas practiquen este deporte hermoso”.

Interrogado por si alguna vez le gustaría dirigir a un equipo femenino, su respuesta sorprendió a más de uno: “Ya lo hice. Fue en los torneos bonaerenses, cuando yo tenía 20 años”. Pero haciendo referencia a su futuro, respondió que “sin ninguna duda lo haría”.

Los Pumas de bronce, ese espejo donde mira una nueva generación

Por Gianfranco Savino

El rugby argentino tuvo un punto de quiebre en el Mundial de 2007 en Francia, cuando los Pumas lograron el tercer puesto histórico (máxima ubicación hasta el momento). Tras ese torneo, el entorno guinda fue un constante ascenso, tanto en torneos, volumen de jugadores y participación a nivel mundial, abrazados a un sentido de identidad y pertenencia: La selección Argentina es etiquetada por el mundo ovalado entre las potencias, tras consolidarse en el Rugby Championship, torneo en el que participan las cuatro mejores selecciones del sur (junto a Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica). Jaguares, franquicia argentina en el SuperRugby, se dio el lujo de disputar la final de la competición  frente a Crusaders, franquicia de Nueva Zelanda. Argentina XV, equipo por debajo de Jaguares que compite en torneos sudamericanos, es constante protagonista año a año.

La reciente incorporación de Jaguares XV en la liga Sudafricana, similar al proceso de Pampas XV, es otro fundamento para entender este presente. Con Pumitas, el seleccionado de menores de 20 años, que no para de crecer y competir de igual a igual frente a las grandes potencias, además de aportar jugadores a los planteles superiores. Y las asociaciones provinciales que crecen, mejoran y compiten año tras año, sobre todo la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA), provincia que mayor volumen de jugadores posee y brinda a la Unión Argentina de Rugby (UAR).

Pero todo esto conseguido no es casualidad. Es en consecuencia de un legado Puma, porque quienes marcaron el quiebre, no se conformaron simplemente con lo conseguido en aquel Mundial, sino que tras el retiro continuaron enfocados en el crecimiento del rugby nacional. Agustín Pichot, medioscrum y capitán del 2007, ocupa el puesto de Vicepresidente de la World Rugby y es el representante de la UAR frente a asociaciones internacionales, lideró las tratativas para que los argentinos se sumaran al Rugby Championship, misión obtenida en 2012. También, se encargó de lograr que el Comité Olímpico reincorpore el rugby como deporte olímpico tras 92 años de ausencia. Además, intercedió en la incorporación de Jaguares al torneo del hemisferio sur, conseguido en 2016.

Otra persona clave, dentro de este crecimiento, es Marcelo Loffreda, Head Coach del staff del Mundial 2007. Desde el 2013 ocupó el cargo de asesor de selecciones y en 2015 sumó el rol de consejero de dirección deportiva en URBA, garantizando una enseñanza a jugadores en formación. Y Lucas Borges, wing durante el Mundial, se encargó de entrenar a las divisiones de Seven de la URBA, sumando la participación en clínicas de técnica de carreras a Ignacio Corleto, otro jugador mundialista.

Por el lado UAR, varios Pumas de Bronce se sumaron a sus filas. Marcelo Longo se encuentra en el puesto de manager. Mario Ledesma es Head Coach de Pumas, y cuenta con Nicolás Fernández Miranda y Martín Gaitán como ayudantes, al igual que lo hacía en Jaguares la pasada temporada (Gaitán no formó parte del plantel mundialista debido a un inconveniente cardíaco, tras la colocación de un stent tuvo que abandonar el deporte a causa del contacto físico que este tiene. Sin embargo, el Negro Gaitán es como si fuera parte de este grupo de jugadores, considerado tanto por ellos como el staff). Y recientemente, se comunicó la incorporación de Juan Fernández Lobbe como nuevo asistente.

De un hermano de Bronce a otro, ya que Ignacio Fernández Lobbe es Head coach de Argentina XV; y previamente fue Felipe Contepomi, el ex goleador histórico de los Pumas y una de las figuras del Mundial ’07.

En esta línea, hay pumas de Bronce que siguieron colaborando dentro el campo de juego; como Juan Martín Hernández, el 10 del 2007, que perteneció al proceso Jaguar (2016-2018). Y Juan Manuel Leguizamón que sigue vigente, siendo el último Puma de Bronce que continua en la cancha.

Desde lejos, en un rol distinto, se encuentra Horacio Agulla, quien se desempeña como periodista en ESPN, especializado en rugby. Parece poco importante pero transmitir el deporte y provocar su promoción también es fundamental. Muchas generaciones de Pumas siguieron ligadas al deporte pero esta ha conseguido penetrar en la cancha y por fuera; y en la actualidad se empieza a ver cómo ese legado y un mensaje atravesado por el sentido de pertenencia conquista a la nueva generación.

River busca meterse entre los poderosos del vóley

Por Ignacio Lotitto 

El vóley es una disciplina que no pasa desapercibida en River y, año tras año, sigue fomentando a las categorías formativas para que el día de mañana el plantel profesional esté compuesto por deportistas formados en el club, que le permitan ir metiéndose entre las potencias del torneo argentino, Upcn y Bolívar.

Ya no se invierte en los pases y contratos elevados de los experimentados y, por eso, 14 de los 20 jugadores del actual equipo de Primera nacieron entre 1998 y 2000. Además, en el equipo hay solamente dos deportistas con larga trayectoria: Luis Gorosito (categoría 1979) y Renato Adornelas (categoría 1980), que están desde la vuelta a Primera, a mediados del 2016.

Luciano Vicentín es uno de los tantos ejemplos del crecimiento de las inferiores en la institución. Con 19 años recién cumplidos, ya formó parte de las distintas Selecciones juveniles y ahora está como sparring de la Selección mayor y afianzado como titular en La Liga A1. El punta receptor contó cómo fue su arribo a las categorías formativas del elenco de Núñez: “Llegué hace casi dos años. Yo jugaba en Paraná en La Liga A2 y un día vinieron a verme dos técnicos de River, fueron hasta mi casa, hablaron con mis viejos, nos contaron todo el proyecto y me ofrecieron jugar en inferiores y a partir de la segunda temporada en Primera”.

Desde la creación de La Liga en la temporada 1996/1997, el club estuvo presente en 15 de sus 23 ediciones, lo que lo ubica como el tercer equipo con más participaciones detrás de Obras de San Juan (19) y Bolívar (17). Se coronó campeón en el Torneo 1998/1999, venciendo en la final a Club de Amigos por 4 a 2 y, además, fue el ganador del Super 4 en el 2002/2003, tras ganarle a Bolívar 3 a 1 en el partido decisivo en el Luna Park.

La peor racha deportiva fue entre 2007/2008 y 2015/2016. Durante esos ocho años, River estuvo jugando solamente Ligas Metropolitanas y no competía en el máximo nivel, sino que jugaba, de vez en cuando, en La Liga A2. Sin embargo, el 4 de abril de 2016, el Millonario volvió a la Liga A1 tras vencer a Libertad. Ese día marcó un antes y un después en el club. El deporte volvió a llamar la atención de la comisión directiva y comenzaron a destinarle más dinero y más difusión. Fabián Muraco decidió abandonar su cargo de entrenador y contrataron a Fernando Borrero, un director técnico con experiencia de sobra.

Borrero recordó cuál era el objetivo que le habían propuesto cuando le ofrecieron el cargo: “Desde que River está en el ascenso se pensó en reforzar las inferiores con jugadores que tengan proyección de Liga. Desde que asumí seguimos con la misma política y con el pasar del tiempo la vamos reforzando. Muchos de los chicos que llegaron para reforzar las inferiores hoy están en las Selecciones Sub 23 y Sub 21. La idea está clara, que es seguir desarrollando abajo. La mayoría que habíamos empezado a desarrollar, ahora son titulares en la Primera”.

“También hay que saber que no te alcanza solamente con juveniles. Siempre, mínimo, necesitás un refuerzo que te dé el salto de calidad y los potencie a los demás. Obviamente que cuantas menos incorporaciones tengamos que hacer, para River es mucho mejor. Nosotros, en relación a los demás clubes de la Liga, nos sentimos en la categoría media/baja en cuanto a lo económico”, agregó el técnico.

El técnico Fernando Borrero festeja un triunfo con sus dirigidos.

Desde ese entonces, el club de Núñez lleva tres temporadas seguidas en el máximo nivel, y en el reciente torneo, quedó eliminado en cuartos de final contra Bolívar, el actual campeón sudamericano y el más ganador a nivel nacional, con ocho títulos. Pero el objetivo no es luchar por la consagración en el corto plazo, sino que es darles más importancia a las inferiores. Y dicho esto, vienen arrasando año tras año en todos los torneos de juveniles, menores e infantiles. Ser una cuna del vóley, eso es lo que busca River. 

El actual DT notó una mejora masiva de las inferiores en estos tres años que lleva en el club: “Para la primera temporada que dirigí tuvimos que contratar de urgencia a siete jugadores de larga trayectoria, y, por lo tanto, de un sueldo alto. En ese lapso los pibes se fueron afianzando en la Sub 21 y Sub 19, y hoy, más de la mitad del plantel son menores de 21 años. Esos son los frutos que se van viendo por apostar en ellos y en los formadores. Lo mejor de River hoy en día son las inferiores. Igualmente, hay que seguir esperando porque esto es un proyecto a largo plazo y que lleva tiempo”. 

El 23 de abril se cumplieron 20 años de la primera y única consagración de River en La Liga, de la mano del entrenador Marcelo Méndez, actual técnico del seleccionado nacional. Una de las trabas que le impide, por ahora, al club volver a soñar en ganarla otra vez es el nivel europeo que tienen los equipos con mayores fondos económicos, como Bolívar y Upcn de San Juan. 

En la presente temporada, el club de Núñez apenas pudo ganarles cinco sets sobre 26 disputados (tras dos partidos ante Upcn y cinco contra Bolívar). “Son equipos durísimos, pero a mí me sorprendió y me dejó contento saber que fuimos, por lejos, el equipo que más los contraatacó en toda La Liga. Tuvimos 120 contraataques más que los que vienen atrás nuestro”, destacó Borrero. “Para esos encuentros necesitás refuerzos contundentes, que te definan los puntos porque no les podés regalar nada. Es complicado mantenerles el ritmo y más con todos jugadores jóvenes”, se lamentó.

El capitán del equipo riverplatense, Luis Gorosito, expresó cuál es su rol en el día a día con los chicos, a los que les lleva 20 años: “Me siento el líder del plantel. Gracias a Dios para mí no es difícil convivir con personas tan jóvenes, y el día que sienta eso tendré que dar un paso al costado. Mientras tanto, yo disfruto con ellos todo lo que puedo, trato de ir a las salidas que planifican, ya sea cine, bar o boliche. Me siento parte de ellos”.

De frente, Luis Gorosito festeja un punto con sus compañeros.

“Tratamos de aprender de Gorosito, él pasó por millones de experiencias que nosotros todavía ni las tuvimos. Es una locura pensar que a mí me faltaban cuatro años para nacer cuando él ya estaba jugando en la Primera División de Argentina (1996). Todo eso lo tenemos que exprimir al máximo porque no sabemos cuánto tiempo le queda compartiendo cancha con nosotros”, manifestó Luciano Vicentín, nacido en 2000. 

Hay una particularidad en este equipo y es que el entrenador, Fernando Borrero, y el jugador más veterano, Luis Gorosito, compartieron cancha cinco años en Vélez, durante 1999 y 2004, en el final de la carrera deportiva del actual director técnico. “Fernando siempre fue igual, súper profesional y súper serio. Como compañero era igual que ahora, siempre dispuesto a escuchar y debatir. Mi llegada a River se debe a él porque ya me conocía de haber jugado juntos y siempre confió en mí. Sinceramente, no lo veía entrenando a equipos, pero gracias a su seriedad y compromiso, desde que se retiró en 2004 hasta ahora, estuvo dirigiendo todos los años y eso lo logran pocos”, sostuvo Gorosito.

En cuanto al objetivo deportivo que tienen a corto plazo, los dos referentes coinciden en que van en busca de La Liga Metropolitana de División Honor porque sienten que todavía no están para competir por el título de la Liga Nacional en los próximos años. El capitán del equipo aclaró: “Todavía no sé cuantas temporadas más voy a jugar, pero por lo menos hasta que siga yo, no nos imagino ganando el torneo nacional por sobre Upcn y Bolívar”.

“Mi papá es boxeador”

Por Gregorio Gajate

La ciudad de Chacabuco, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, es una planicie sin elevaciones con un clima típico de la región pampeana, con veranos templados e inviernos frescos. No hay lagos, ni cascadas, ni animales exóticos.

Es el segundo piso del Círculo Católico de Obreros de Chacabuco, hay gente entrenando, bolsas colgadas, un armario viejo de chapa con un equipo de música arriba reproduciendo algún cuarteto de Sabroso, cuadros en la pared con notas de diarios de los 80’ o 90’, una gigantografía del Papa Francisco y un cinturón de campeón del mundo.

Sergio logró el título argentino supergallo en 1990, cuando apenas tenía veintiún años, y el sudamericano al año siguiente. Está vestido con una camiseta negra, campera de jogging gris, pantalón tres cuartos y zapatillas azules. Tiene el pelo corto, canoso, y la nariz chata como todo boxeador.

Los otros dos hombres que están en el cuadrilátero son más jóvenes y boxean –o guantean, si hablamos en lunfardo. Sergio no. Sergio es un tipo mayor que apenas supera el metro setenta, que pesa cerca de sesenta kilos, y dice:

¡Bien, Manuel! Seguí, seguí, dale.

Los dos boxeadores tienen guantes azules, casco y protector bucal. Nicolás Falabella, “El Colito”, es dos o tres categorías más grande que “Junior”, por lo tanto, más alto y pesado. Junior es Manuel Liendo. Manuel Liendo es hijo de Sergio Liendo, o tal vez no. Tal vez tenga razón Sergio: “Para mí es como mi amigo”.

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Abajo, en el primer piso, hay una confitería enorme donde los chacabuquenses se juntan a tomar algún que otro café y mirar fútbol. Al fondo tiene un mostrador viejo con unas banquetas. Más adelante hay entre veinte y treinta mesas con cuatro sillas cada una, todas de madera, antiguas, pero que lucen como nuevas.

Mirá –dice Sergio, y apoya el cinturón de campeón mundial junior arriba de la mesa, este se lo gané a Paul Kaoma en 1993.  Era durísimo el africano, pero le entró una mano en el final del segundo y lo noqueé.

El cinturón es de cuero color verde y pesado, muy pesado. La forma del centro no es redonda como los que uno ve en la tele, este es más ovalado, de latón. En el medio, en forma de arco, dice International Champion”, y más abajo hay un boxeador grabado, encerrado entre banderas del mundo, y en grande:WBC (WorldBoxing Council, o Consejo Mundial de Boxeo en español).

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A mediados de 1970, con apenas unos meses de vida, Sergio llegó desde Río Cuarto, Córdoba, a Chacabuco. Su padre había fallecido al caerse de un andamio y él, junto a sus siete hermanos, fueron recibidos en el Hogar del Niño. A los doce empezó a trabajar en una lavandería. Salía de ahí e iba a entrenar fútbol y boxeo. Cuando cumplió catorce se fue solo a Capital Federal a seguir entrenando boxeo, y un año después entró a la selección argentina. 

Ahí era distinto-dice Sergio- Estaba mejor. Vivía en el CeNARD (Centro de Entrenamiento Nacional de Alto Rendimiento Deportivo). Y hasta me daban hospedaje, comida, entrenamiento y ropa.

Entre 1985 y 1989, Sergio peleó cerca de setenta veces. Durante esos años consiguió el título argentino, el sudamericano y el latino. En 1988 se clasificó a los Juegos Olímpicos de Seúl, pero no pudo ir por una hepatitis que lo afectó meses antes.

En esa época aprendí muchísimo. Me levantaba a la mañana bien temprano para entrenar, a la tarde hacíamos el segundo turno, y a la noche el tercero. Vivíamos para eso. Entre entrenamientos hice un curso de masajes con el mismo profesor de boxeo, que es de lo que vivo hoy en día.

En junio de 1989, ya curado de la enfermedad, debutó como profesional con una victoria en la ciudad que lo vio crecer. Ese año peleó nueve veces en seis meses y terminó invicto con un récord de 9-0, ganando seis de ellas por knockout.

¿La pelea más importante de mi carrera? Y, mirá, si le preguntas a la gente te van a decir que la más trascendente fue la del año 1995 contra Naseem Hamed. Es lógico que piensen eso, peleé contra el campeón mundial que encima llegaba invicto tenía un récord de 16-0. Ese morocho sacaba los golpes de abajo de la cintura y eso estaba permitido sólo en Inglaterra, donde hacía de local. El profesional tiene que sacar los golpes de arriba de la cintura. A mí me enganchó así, con una derecha que sacó desde las rodillas, y mira que aguanté con varios boxeadores importantes –en el CeNARD entrenaba con noqueadores como “Locomotora” Castro o Juan Coggi, pero esa piña me hizo más daño que cualquier otra.

Sergio cuenta que le costó mucho volver a sentirse cómodo arriba de un ring. Subía al cuadrilátero y tenía miedo, guanteaba y tenía miedo. Miedo de que le pegaran, de que lo cortaran, de que lo lastimaran. No estaba seguro con un tipo enfrente, por más acolchonados que sean los guantes, protectores bucales o casco que usara, se sentía mal.

Pero para mí no, para mí las peleas más importantes fueron contra Rubén Condorí. Él ya había sido campeón mundial cuándo lo enfrenté por primera vez. Boxeamos siete veces -5-1-1-, y salieron unas peleas espectaculares. Rubén por la experiencia y yo porque le hacía frente. Aprendí mucho en esos duelos. Me acuerdo de que la pedían para la tele, por eso boxeamos tantas veces. Es lo que más me quedó de mi carrera, pelear con Condorí.

En la actualidad, Sergio entrena gratis a pibes de entre catorce y veinticinco años, y les regala guantes, vendas, ropa o zapatillas que necesitan para poder seguir entrenando.

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Manuel Liendo es un poco más alto que su padre, pesa unos setenta kilos y es boxeador profesional. Tiene tatuajes, muchos tatuajes: un rosario un poco más abajo del pecho con los nombres de sus padres Sergio y Daniela, una cruz cristiana en su brazo derecho, varios más en el antebrazo, y un poco más arriba, en el hombro, el perfil de un caballo. El más llamativo, el que cualquier persona miraría si lo viera desde arriba de un ring, es el que lleva en el pecho, justo por debajo del cuello, ese dice “Familia”.

Manuel Liendo nació en Río Cuarto y se fue a vivir a Chacabuco a los catorce años con el objetivo de ser jockey, pero se encontró con que no le daba el peso   –un jockey puede pesar hasta sesenta kilos-. Ya se entrenaba con su padre en el gimnasio, pero hacía solo algunas cosas, no tenía un entrenamiento de boxeador.

Un día me llamaron de un pueblito cerca de Chacabuco – cuenta Liendo padre-, me dijeron que les faltaba un chico de peso welter para boxear. Le pregunté a Manuel si se animaba y bueno, le fue bien, ganó y desde ahí no paró más.

El 15 de noviembre de 2013, Junior debutó como profesional en el Polideportivo Municipal de Chacabuco y noqueó a Mauro Jesús González en el primer round.  

Peleó por el título interino latino de peso wélter de la OMB a mediados de 2018 pero perdió por knockout técnico, y hace un mes retó al campeón sudamericano de peso wélter y también perdió por la vía del knockout.

Su récord actual es 19-3 y el mes que viene pelea por un título, en estos días se está evaluando contra quién. 

¿Si nos llevamos bien? Sí, obvio. Somos muy compinches. Manuel es como un amigo para mí. Y a él –dice Sergio Liendo señalando a Valentino, su otro hijo de ocho años, que está sentado junto a él desde el inicio de la charla—, lo tiene como un hijo. Están muchísimo tiempo juntos y el más grande le da todos los gustos. No vivimos juntos, pero compartimos todo el día prácticamente y nos llevamos muy bien. Me veo bastante parecido a Manuel cuando tenía su edad, la única diferencia y a la vez problema que tenemos, es por la comida. A él le pones una fuente de milanesas y se las come todas si quiere. Yo no, no era así, me cuidaba más. A la hora de boxear se notan algunas diferencias. Mi hijo es pegador –o noqueador, como se dice en el mundo del boxeo-, tiene la mano más pesada. Manuel tira pocas piñas, pero durísimas. En cambio, yo era el típico boxeador rápido y ágil, que tiraba piñas muy seguidas y a una tremenda velocidad.

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Faltan veinticinco días para la pelea. Junior se levanta a las seis de la mañana y se viste con un short, remera deportiva y zapatillas para correr. Va hasta la cocina y desayuna algo liviano. Luego sale de la casa y va hasta la Plaza General Paz corriendo, donde hace el entrenamiento diario que le recomendó su entrenador, o su papá, o su amigo. Una hora más tarde, termina la rutina y regresa caminando. Toma unos mates con la novia y a las ocho se va a la obra a trabajar como albañil.


Pasado el mediodía vuelve, se viste con ropa deportiva y entrena, tranquilo, sin subir mucho las pulsaciones. Esta vez en su casa, en el patio. Ahí hace algunos movimientos de boxeo, salta la soga, le pega a la bolsa en diferentes posiciones, hace flexiones y abdominales. 

El tercer turno lo hace en el gimnasio que queda en el segundo piso del Círculo Católico de Obreros de Chacabuco, donde hay gente entrenando, bolsas colgadas, un armario viejo de chapa con un equipo de música arriba reproduciendo algún cuarteto de Sabroso, cuadros en la pared con notas de diarios de los 80’ o 90’ y un cinturón de campeón del mundo, el de su padre.

Brasil, Bolsonaro y la falsa apolítica del fútbol

Por Joaquín Méndez

Un documento de 65 páginas. Reglamento disciplinario de la Confederación Sudamericana de Fútbol. Artículo número 13. Se encuentra dentro del Capítulo Primero de principios disciplinarios. Ítem B. Otras infracciones. Punto 2. D: “El uso de gestos, palabras, objetos u otro medio para transmitir cualquier mensaje no apropiado en un evento deportivo, particularmente si es de naturaleza política, ofensiva o provocativa”. Brasil campeón de la Copa América 2019, que organizó y en la foto del título, aparece en el medio de la escena el presidente Jair Bolsonaro. 

Sorprendente la imagen donde se ve a Bolsonaro con el trofeo en manos que acababan de obtener los jugadores del seleccionado brasileño, tras ganarle por 3 a 1 Perú. Quizás se esperaba que el protagonista principal del acontecimiento sea Dani Alves, el mejor lateral del torneo y el más ganador de la historia del fútbol con 40 títulos o, Everton el joven delantero de Gremio, o la regularidad en el juego del jugador del Barcelona Arthur.  En el fútbol de FIFA, se prohíben las manifestaciones políticas. ¿Acaso no es motivo de sanción para dicha acción para Brasil o sus jugadores? 

Como se puede apreciar, en ese momento todavía estaban dentro del campo de juego y a pocos minutos de que el encuentro haya finalizado. Si un jugador sea de Brasil, o de cualquier otra nacionalidad, cometiera una infracción dentro del campo de juego al terminar el partido, recibiría sanción. No es cuestión de perjudicar al país campeón, sino de pensar ¿por qué la posible sanción sería sólo para los jugadores? ¿Acaso la imagen de una exitosa Brasil junto a su presidente no mejora su imágen o no impacta en la opinión pública? La comunicación formó y ocultó información a lo largo de la historia a través de acontecimientos deportivos.  

Por si surgen algunas dudas leamos el Punto F: “Cualquier otra falta de orden o disciplina que se pudiera cometer en el estadio o en sus cercanías antes, durante y a la finalización de un encuentro”. La manifestación política es motivo de sanción y por lo tanto, se puede considerar a la imagen del Brasil campeón como una indisciplina. Además, estás dos puntos coinciden con el Reglamento de Seguridad en los estadios de FIFA. En el punto 60, ítem 1. Acción Política: “Se prohíbe terminantemente la promoción o el anuncio por cualquier medio de mensajes políticos o religiosos o cualquier otro acto político o religioso en el estadio o sus inmediaciones antes, durante y después de los partidos”. Lo indica la norma pese a que los actos políticos ocurren constantemente en nuestras vidas. Por ejemplo, que la señal internacional no transmita ciertas acciones de juego, que puedan generar polémica o incite al uso del VAR, es una decisión política para no generar incertidumbres en el público el periodismo. 

Los hechos mencionados ocurren todos dentro del campo de juego pero la discusión o lo que genera dudas es lo que se considera político o no político. Está implícita la política en cada rincón del fútbol y del Mundo. Tomar una decisión es de carácter político. La interpretación de un árbitro o su manera de dirigir lo es, un planteo táctico o una identificación con determinada manera de vivir el deporte. Todas las decisiones que se toman en torno al fútbol es política, porque la vida del ser humano tiene esa particularidad. ¿Por qué el reglamento le prohíbe eso a los jugadores y entrenadores? 

La contradicción de estos documentos de los entes que organizan las competencias y regulan el deporte es evidente. Esto afecta a los derechos de los protagonistas, sin capacidad de reclamo o visibilización. La sanción es sostenida únicamente por la subjetividad de los que la emplean y sus intereses. No tiene nada de malo que Bolsonaro se tome una foto con el plantel, lo curioso es que se ignore la manifestación o pase desapercibida la repercusión que genera. No es casualidad que suceda, más lógico hubiera sido que aparezca Tité, su entrenador.

Y si en la historia del deporte siempre se sancionó a los deportistas por gestos o imágenes “políticas”, ¿por qué ésta no? El gesto “Black Power” que realizaron los estadounidenses Tommie Smith y Jhon Carlos en el podio por los 200 metros en los Juegos Olímpicos de México 68, en protesta contra el racismo, generó revuelo mundial y los deportistas luego fueron sancionados porque atentaban al contenido apolítico de paz del deporte. La expulsión del futbolista argentino Roberto Muñoz durante un partido en una Liga Regional de Río Negro tras homenajear a un veterano de la Guerra de Malvinas es otro ejemplo. Todas acciones realizadas dentro del estadio, pero no se mide a todos con la misma vara. 

¿Cuál es el motivo por el cual se vulneran los derechos de los deportistas? ¿No se les permite ser individuos con capacidad de razonamiento? ¿No se viola el derecho a la libertad de expresión, cuando no se les permite manifestarse? ¿Los jugadores juegan en la selección de un país, pero no podrían visibilizar problemáticas del mismo ya que su única obligación es brindar un espectáculo dentro de la cancha?

Pese al rechazo del público brasileño al presidente Jair Bolsonaro cuando ingresó a otorgar los premios de la competencia, el mismo se atribuyó en la imagen una victoria con sonrisas. Una victoria de Brasil como país y organización, en contradicción con las marchas sociales que hubo durante su desarrollo. La política se atribuyó un triunfo, la distracción, como en el Mundial 78, en la última dictadura militar que comandaba Jorge Rafael Videla. Eso para la CONMEBOL hasta el momento no fue considerado de carácter político aunque en su propio reglamento lo contempla. 

Brasil no es la máquina que atropellaba rivales con su jogo bonito, pero es el equipo más consolidado del continente. El legado de los laterales brasileños bien en alto con Dani Alves como representante, la velocidad de Everton en el extremo izquierdo, el equilibrio defensivo que otorga Casemiro, la influencia de Arthur y el oportunismo de Gabriel Jesús llevaron al efectivo conjunto de Tité a la obtención de su novena Copa América. En la foto, permanecerá impune un sonriente Bolsonaro, que usó al equipo para un acto político e infligió dos reglamentos el de CONMEBOL y el de FIFA. En la historia, permanecerá impune una organización, que elige a su parecer, quien aplica a su reglamento.

El campeón entre alegría y silbidos

Por Fernando Bajo

Gabriel Jesús no duda ni un segundo, con la misma rapidez que elude a los rivales en la cancha define su infancia y su juventud: “Mi vida se transformó de agua a vino”, escribió en The Players Tribune. El delantero que pintaba calles durante la preparación para que su país sea el anfitrión del Mundial 2014, cuando era un niño soñaba con jugar al fútbol profesionalmente y lo pudo cumplir gracias a su mamá que siempre lo acompañó, afirma.

El atacante de 22 años, en sus inicios, gambeteaba a sus rivales en el potrero. Lo hacía a pesar de que las canchas no eran las mejores y muchas veces el barro interrumpía aquellos encuentros. Quizás, por eso ahora que es profesional, parece bailar sobre el campo de juego, como en el primer gol de su equipo en el que engancha ante dos peruanos y lanza el centro, para que, por detrás de todos, aparezca Everton y ponga el 1 a 0 de Brasil ante Perú.

La Canarinha estaba en ventaja y dominaba el encuentro, pero cuando finalizaba el segundo tiempo Paolo Guerrero igualó el partido con un gol de penal. Sin embargo, cuatro minutos después, en tiempo adicional, Gabriel Jesús recibió un pase de Arthur y mandó la pelota al fondo de la red y a la derecha del arquero Pedro Gallese. Golazo.

Parecía que con ese tanto que llegó sobre el final de la primera parte y al que los psicólogos deportivos denominan gol psicológico, La Canarinha festejaría. Y así terminó, ya que superó casi sin problemas a su rival aunque el local finalizó con 10 jugadores.

El delantero del Manchester City se fue expulsado a los 69 minutos del segundo tiempo. Es la primera vez en la historia que un jugador marca un gol y ve la roja en una final de Copa América. Minutos después, las cámaras de la transmisión muestran al joven sentado en las escaleras que conducen al vestuario mientras llora desconsoladamente. Pero ese llanto luego se convertiría en alegría cuando en el último minuto de juego Richarlison anotó de penal el 3 a 1 definitivo.

Brasil es campeón y comienzan los festejos. El presidente Jair Bolsonaro ingresa a la cancha para la entrega de medallas y, a pesar de que saluda y realiza una alabanza ante los espectadores, los silbidos del público hacia él, se apoderan de la escena. A pesar del título, muchos brasileños no pudieron esconder su enojo contra el primer mandatario.

El seleccionado de Tité pareció no extrañar a Neymar en esta competición, sin embargo quien seguro en ese momento se estaba acordando del atacante del Paris Saint Germain era Gabriel Jesús, ya que por inspiración de este decidió hacerse un tatuaje en su cuerpo.  “Me hice uno parecido porque realmente el dibujo lo dice todo: es un niño, mirando desde la base de una colina hacia las favelas. Tiene una pelota debajo del brazo y sueña”, describió no hace mucho tiempo.

Jair Bolsonaro se retira del campo y se dirige hacía los vestuarios. El público, que advierte su salida, vuelve a repudiarlo, pero esta vez los silbidos se hacen oír aún más. Seguramente, no sepa del tatuaje de Jesús ya que, probablemente, no le gustaría. “Hay que dar seis horas para que los delincuentes se entreguen, si no, se ametralla el barrio pobre desde el aire”, había declarado Bolsonaro.

Además del autor de una asistencia y un tanto en el encuentro de hoy, Neymar también se crió en uno de esos barrios precarios a los que odia el presidente de Brasil. Quizás la brillante actuación de un joven criado en una favela le haga repensar sus convicciones al exmilitar. Aunque sería casi una utopía.

Es la novena Copa América que obtiene La Verdeamarela. Los festejos de los jugadores posiblemente duren varios días, pero el pueblo brasileño difícilmente pueda dejar de lado los conflictos sociales que atraviesa el país. La competición comenzó con una huelga de movilizaciones sociales reclamando por la reforma jubilatoria, y terminó con el repudio total al presidente. La selección ostenta un título más, pero eso, a los ciudadanos, que se retiran mientras los festejos continúan, no aparenta importarles tanto. A Bolsonaro, pareciera que sí.

Crónica de una paradoja andante

Por Francisco Rodriguez

La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) protestó ante la CONMEBOL por los arbitrajes en los partidos contra Brasil y Chile; sin embargo, es la misma entidad que, hace dos semanas, envió al descenso a San Jorge de Tucumán por un reclamo similar.

6 de Julio, 19.27, Arena do Corinthians, São Paulo

Luego de la victoria de la Selección Argentina frente a Chile en el partido por el tercer puesto, Claudio Tapia, el presidente de la AFA, aseguró en la zona mixta: “Vamos a hacer todo lo que tengamos que hacer para defender a esta Selección”.

23 de Junio, 23.54, Estadio José María Minella, Mar del Plata

San Jorge de Tucumán y Alvarado de Mar del Plata buscaban el ascenso a la B Nacional. Ante la mirada de aproximadamente 20.000 personas se jugaba el encuentro definitivo por el segundo ascenso a la B Nacional. El equipo presidido honorariamente por Facundo Moyano, hijo de Hugo y amigo cercano de Tapia, se adelantó al final del primer tiempo con gol de Emiliano López.

En esa primera mitad, el árbitro Adrián Franklin echó a dos jugadores del conjunto tucumano (a uno de ellos por protestar) y, además, amonestó a otros seis. Por lo tanto, San Jorge decidió, a los 5 minutos del segundo tiempo, sentarse en el campo de juego y no continuar con el encuentro en forma de protesta. El equipo del norte argentino realizó un acto sin precedentes en el fútbol nacional.

Sin embargo, el ascenso se le concedió a Alvarado. “Nos avisaron dos semanas antes que nos iban a robar. Somos un equipo que tiene 10 años, ¿cómo vamos a apelar? Si no pasa nada, hacen un bollito y lo tiran en la AFA”, denunció Gastón Sáez, presidente de San Jorge de Tucumán, en AM 590.

2 de Julio, 21.30, Estadio Mineirão, Belo Horizonte

Estaba por comenzar el Superclásico a nivel selecciones. En la semifinal de la Copa América, Brasil se enfrentaba con Argentina. El equipo de Lionel Scaloni venía en alza luego de una turbulenta fase de grupos y una convincente actuación en cuartos de final, donde venció por 2 a 0 a Venezuela. Por otro lado, el Brasil de Tité era favorito, pero cargaba con la necesidad de eliminar los fantasmas del 7-1 sufrido en manos de Alemania, en esa misma cancha, en el Mundial del 2014.

Un público local impaciente y estadios que no estuvieron llenos producto del alto costo de las entradas y la pérdida de poder adquisitivo de los brasileños fueron las constantes de esta Copa América. Esta era una oportunidad perfecta de reivindicarse: vencer a la Argentina de Lionel Messi para clasificar a una final continental por primera vez desde el 2007.

25 de Junio

Antonio Raed, presidente del Tribunal de Disciplina del Consejo Federal de la AFA, había renunciado a su cargo, declarando que el arbitraje del partido entre San Jorge y Alvarado estuvo arreglado. Luego, el titular del Sindicato De Árbitros Deportivos de la República Argentina, Guillermo Marconi, presentó una denuncia en la Justicia y también alzó la voz: “La designación de árbitros está amañada”.

3 de Julio, 00.14, zona mixta, Estadio Belo Horizonte

“Se cansaron de cobrar boludeces en esta Copa América y hoy no fueron nunca al VAR. Ojalá la CONMEBOL haga algo con este tipo de arbitrajes, aunque igual no creo que haga nada porque maneja todo Brasil”, declaró Messi, desatado como nunca por el arbitraje de Roddy Zambrano y la no intervención del VAR en la derrota 2-0 de Argentina.

En el minuto 26 del segundo tiempo, Dani Alves bajó a Sergio Agüero dentro del área. Varios jugadores argentinos se quedaron parados, esperando el cobro de Zambrano que nunca llegó, mientras que Gabriel Jesús le cedía el 2-0 a Roberto Firmino, que no perdonó. Siete minutos después, Arthur cortó intencionalmente la carrera de Nicolás Otamendi en un córner, pero el árbitro tampoco sonó su silbato. El VAR no mandó a revisar ninguna de las dos situaciones.

29 de Junio, oficinas de la calle Viamonte, CABA

La AFA hace oficial la sanción al club de Tucumán: San Jorge, que estaba a una victoria del ascenso a la Primera B Nacional, pasaba a descender directamente a la Liga Tucumana. El mensaje de la casa madre era claro: descendidos por protestar. A partir de allí, decidieron desde el club que no volverían a participar en torneos organizados por el Consejo Federal de AFA.

Al día siguiente, Claudio Tapia se iba a encargar de que el reclamo del plantel no quede solamente en palabras. El presidente de la AFA intimó a la CONMEBOL en busca de respuestas ¿Los apuntados? Además de Zambrano y los encargados del VAR, en la carta enviada desde Viamonte, que alegaba la falta de “principios de ética, lealtad, juego limpio, reglas claras y transparencia”, también estaban los nombres de  Wilson Seneme, titular de la Comisión de Arbitros de CONMEBOL, y Héctor Baldassi, ex referí argentino integrante del área.

Como no obtuvo respuesta, la AFA, mediante el director de Árbitros Federico Beligoy, insistió en escuchar la grabación del diálogo entre Zambrano y Leodán González, el árbitro encargado del uso del VAR en ese partido, y extendió el reclamo a MediaPro, la empresa encargada de proveer la tecnología necesaria para el uso de la Asistencia Arbitral por Video. Beligoy, además, exigió que la CONMEBOL investigue si la comunicación entre el árbitro ecuatoriano y la sala VAR, sufrió inconvenientes desde la previa del partido.

Por otro lado, en el plano virtual, la cuenta de Twitter de la casa madre del fútbol argentino publicó un crítico mensaje: “Nosotros vimos lo mismo que vos”, dentro de lo que parecía ser un televisor. Mientras tanto, Fernando Batista, entrenador de la Selección argentina sub-20, no puede juntar 18 jugadores para los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

 

El poderío estadounidense no cambió pero otras cosas sí

Por Lucila Ferreyra

Las estadísticas e historia predecían un resultado para la final de la Copa Mundial femenina de fútbol. Parecía obvio que una de las históricas potencias no iban a tener problemas para conseguir el triunfo y que las cosas no cambiarían. Estados Unidos, campeona de tres Mundiales le ganaría a Holanda, que llegó a la final del torneo por primera vez y en su segunda participación.

Y es que esta no era la primera vez que se enfrentaban, lo hicieron ocho veces y las norteamericanas se adueñaron de seis de aquellos encuentros, la mayoría amistosos y por goleadas. Además, destacaron en su recorrido a la final venciendo en todos sus partidos y con un promedio de 24 goles a favor y 3 en contra.

En esta ocasión aunque las holandesas demostraron que no estaban allí por casualidad y salieron a conquistar el partido más importante, no bastó ante el poderío de un Seleccionado estadounidense superior, confiado y con grandes jugadoras que lograron imponerse con un 2 a 0.

Cuando entraron los equipos a la cancha y sonaron los himnos, primero el de Estados Unidos, allí estaba Megan Rapinoe, gran duda hasta minutos antes del partido por una contractura en su isquiotibial, luego se escuchó el holandés y enfocaron a Lieke Martens también con molestias en un dedo del pié . Ninguna quiso perderse la final de la Copa  Mundial Femenina de Fútbol, al igual que el rey holandés y Emannuel Macrón, presidente de Francia,  también estuvieron presentes. 

A apenas unos minutos del comienzo del primer tiempo las norteamericanas ya mostraban sus intenciones. Salir a presionar alto, recuperando rápido y en campo rival para golear como estaban acostumbradas. Así conseguían  dominar el encuentro pero con pocas situaciones, todas atajadas por la arquera Sari Van Veenedendaal,que les permitiera anotar.

Finalmente, a los 61 minutos del segundo tiempo luego de una pierna arriba de Stefanie van der Gragt, la árbitra Stéphanie Frappart revisó la jugada con el VAR y cobró el penal que Rapinoe convirtió sin problemas. A partir de allí, los espacios se empezaron a abrir y llegó el segundo: un golazo a los 69 de Rose Lavelle por el medio de la cancha y entre las defensoras van der Gragt y Anouk Dekker.

La estadounidense que abrió el marcador terminó ganando la bota de oro y siendo fundamental para su equipo. Dejando atrás problemas dirigenciales, o desacuerdos con presidentes y lesiones. Porque sin ella el Seleccionado de Estados Unidos no podría haberse convertido en  la segunda Selección bicampeona de forma consecutiva, en la que más mundiales ganó y la que más goles metió.

El potencial de las americanas finalmente no cambió. Sin embargo, hay cosas que sí se alteraron. Esta edición de la Copa dejó en claro que los tiempos sí están cambiando, no solo para dos países finalistas, ni tampoco para otras tantas que participaron. Porque el fútbol femenino está en auge, el público crece a grandes escalas en estadios y transmisiones.

El mundo está entendiendo a las futbolistas que gritan igualdad, ya no pasarán desapercibidas y seguirán luchando por aquellas niñas y mujeres que sufrieron discriminación por amar a un deporte. Ellas salieron a la cancha contra todo y todos, juntas por un objetivo que ya no parece ser una simple medalla de oro.