jueves, julio 17, 2025
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El auge silencioso del fútbol femenino

Morena Beltrán

8 de abril de 2001. Boca y River se miden en la Bombonera por el Clausura. Juan Román Riquelme, luego de errar un penal y -en el rebote- convertir el gol, corre, abstraído, pidiendo pausa a sus compañeros. Se planta frente al palco de Mauricio Macri, presidente de Boca en aquel período, lleva ambas manos detrás de sus orejas y se queda, inmóvil. Con la misma quietud que aquel gesto, congelado, se transformó en un símbolo y se inmortalizó en el tiempo. El festejo del 10, que reclamaba una mejora contractual, reencarnó posteriormente en varias y varios futbolistas de diferentes clubes, países, etnias y nacionalidades.

17 años después de esta rebelión de Román -abril de 2018- el plantel completo de fútbol femenino, en la foto oficial previa al encuentro frente a Colombia por el cuadrangular de la Copa América, emula un Topo Gigio físicamente parcializado -llevan una sola mano por detrás de su oreja derecha- pero símil simbólicamente.

En Argentina, convivir con los extremismos es algo cotidiano. Lo que raramente sucede es que estos se combinen. El futfem quebró esa máxima. Mientras el número de chicas que practicaba la actividad se multiplicaba, AFA, en lugar de tomar estos índices como trampolín, lo guardó vagamente bajo la alfombra. No obstante, luego de dos años de amateurismo y sin competencia oficial, el fútbol femenino regresó para nunca más volver a cesar. Y, lejos de retractarse ante a la adversidad, la enfrentan. Porque así se quieren: escuchadas, organizadas y, sobre todo, dejar de ser invisibilizadas.

Las jugadoras están en conflicto con la dirigencia argentina. “700 camisetas. 600 shorts. 200 pares de medias. 100 botines. 200 buzos. 200 pantalones. 100 camperas. 100 pelotas. 200kg de yerba. 60 termos. Un contenedor con carne. Y la Selección Femenina peleando por ropa del 2010, por un viático digno, por un poco de RESPETO”, se aquejaba Laurina Oliveros, arquera de la Selección, en su cuenta de Twitter, al enterarse del equipamiento que sus pares masculinos llevarían a Rusia 2018. A diferencia de ellos, las chicas no cuentan con un salario ni perciben premios. El único pago es un viático diario que, a fines de 2017 rondaba los 150 pesos por entrenamiento y 450 si tocaba viajar. “Estamos tratando cambiar de adentro para afuera porque de afuera no viene nada. Queremos ser escuchadas, cosas mínimas por lo menos. La Selección Argentina me parte el corazón, discutimos, pedimos cosas mínimas. Hay muchas de las chicas que dejan su trabajo para venir y estar acá. Están perdiendo cosas, realizan un gran esfuerzo. Llegan cansadas, mal comidas, pero siempre entrenan. Esas cosas en la Selección no pueden suceder. Hay veces que nos dan ropa XL, somos mujeres, estamos representando a nuestro país. Da mucha tristeza. No pedimos fortunas, pedimos que nos respeten y que nos cuiden”, lamentaba Soledad Jaimes, referente y goleadora del plantel, en diálogo con Página 12.

En este contexto, la disciplina crece como el pasto de un campo abandonado. Coexistir a partir de la desidia, algo que no puede continuar. Por el derecho a dejar de ser amateurs en un espacio de exigencia profesional. Por el derecho a contar con un proyecto dedicado y honesto que funcione desde las divisiones formativas. Por el derecho a contar con terrenos dignos para entrenar y competir. Por el derecho acceder a un vestuario apropiado. Por el derecho a la difusión y no a la omisión mediática. Por el derecho a un salario digno para vivir del fútbol y no desvivirse por él.

Despojar la cancha de estereotipos, apostar a la equidad y posibilitar a tantas chicas la libertad de elegir el fútbol como recurso de vida, porque así se quieren y así las queremos.

Guiñazú siempre quiere más

Brian Miranda

“Él es anormal, siempre va más allá y busca superar los límites”, declaró Flavio Soares, preparador físico del Internacional de Porto Alegre (Brasil), sobre Pablo Guiñazú, uno de sus entrenados entre 2007 y 2012.

Hoy esa frase sigue vigente y se sostiene más que nunca. El “Cholo” encara con 40 años una nueva temporada con Talleres de Córdoba. Ni las lesiones ni la edad pueden hasta ahora sacarlo de las canchas.

“El día que no disfrute dos días seguidos voy a abandonar. Hoy estoy acá sintiéndome como cuando tenía 18 y 20. Soy un hombre grande pero pensando como un pibe”, dijo Guiñazú a comienzos de este año. Fiel a su palabra, se ajusta la cinta de capitán del club cordobés en la Superliga 2018/2019.

A pesar de ser un jugador poco propenso a las lesiones, el cuerpo del experimentado volante le trajo ya mínimas dolencias que le impidieron dar el ciento por ciento de su rendimiento o, quizás, lo obligaron a descansar. Pero es un hombre que supera barreras constantemente, y a esos pequeños obstáculos que le pone su propio cuerpo, lo contrarresta con la fortaleza mental. “Su factor más importante es su cabeza, nunca se conforma, busca siempre dar más”, dijo Mauro Ceruti, su preparador físico en los últimos dos años en Talleres.

Guiñazú lo demostró en varias ocasiones: una de ellas fue en el comienzo de la última pretemporada, en la que superó unas lesiones para estar presente en el primer amistoso del equipo, y como es habitual, fue una pieza clave en el planteo de Juan Pablo Vojvoda, entrenador de Talleres, que terminó en victoria.

Un desgarro tampoco es un límite para el “Cholo”. Su mente y su característica “garra” hacen que termine de jugar el partido y se lleve los aplausos de todo el estadio, a pesar de las adversidades físicas. Lo dejó en evidencia en el partido contra Huracán por la Superliga 2017/2018.

Guiñazú es un jugador que, a base de su experiencia, comparte y transmite muchos valores a todos sus compañeros de vestuario, como la capacidad de liderazgo y la igualdad de condiciones y de voz que tiene cada uno, sin necesidad de poseer la cinta de capitán. Pero también los pone a prueba, y los convence y motiva de hacer lo que a él lo transforma, según Soares, en anormal: superar los límites. El ex compañero del Cholo en Internacional, Marcos Antônio de Lima, más conocido como “Indio”, remarcó esto: “Es un tipo positivo, batallador. Cuando nos cansamos, nos hace ir más lejos, nos da confianza”.

UAI, el joven equipo que pisa fuerte y que grita campeón

Morena Beltrán

UAI Urquiza pisó fuerte otra vez. Asomó cabeza en 2012 para no esconderse nunca más: entonces, solo se ausentó de la final en el Torneo 2016/17. Las chicas de Villa Lynch obtuvieron en julio su cuarto título luego de las conquistas del Clausura 2012, Apertura 2014 y el Torneo 2015/16 (sub-campeón Clausura 2013 y Torneo 2015).

Las Guerreras cayeron ante Boca por 2 a 1 en el Complejo Pedro Pompilio pero, de modo fulgurante, dejaron sin reacción a las Gladiadoras de la Ribera y lo dieron vuelta 4 a 0 en condición de local, con una actuación estelar de Mariana Larroquette, autora de los primeros tres tantos. El restante lo convirtió Florencia Bonsegundo, enganche habilidosa, que emigró al futbol español luego de la obtención del campeonato.

El plantel dirigido por Germán Portanova es el hueso más duro de roer en la actualidad; de hecho, llegó a la final de manera invicta. Por autoestima, técnica y entendimiento táctico, es, junto a Boca, el equipo de mayor jerarquía en el fútbol once de Argentina. Materia prima premium puesta en funcionamiento. Las jugadoras que lo integran son: Laurina Oliveros; Marina Delgado, Adriana Sachs, Johanna Masagli, Sofía Schell, Karen Vénica, Miriam Mayorga, Florencia Bonsegundo, Mariana Gaitán, Belén Potassa, Mariana Larroquette, Rocio Bueno, Milagros Menéndez, Anahí Arias, Solana Pereyra, Antonella Tassero, Natalie Juncos y Macarena Sánchez Jeanney.

¿Próximo ansiado destino? Manaos, donde la UAI representará al país en el certamen sudamericano más prestigioso: la Copa Libertadores, que dará inicio el 18 de noviembre y finalizará el 2 de diciembre. Las Guerreras partirán rumbo a tierras de Marta en busca de hacer historia donde las brasileñas, ampliamente favoritas, intentarán prolongar la hegemonía.

Hay que retomar al año 2009 para hablar de la creación del Torneo, fundado por la CONMEBOL, que decretó que, a partir de 2019, los clubes que no tuviesen fútbol femenino no podrán participar de certámenes internacionales.

Las diferencias primordiales entre el formato del género femenino y de su símil masculino son:

-Hasta la edición 2017, no podían participar clubes invitados de otras confederaciones.

-El certamen se realiza en un solo país, con la participación de un equipo invitado, más allá de los campeones de cada liga local.

-Se disputa un partido por el tercer puesto.

-Es la única competencia que promueve, junto a la Liga de Campeones Femenina de la UEFA, la competencia entre clubes femeninos a nivel continental en el mundo.

UAI Urquiza intentará superar el tercer puesto, su mejor rendimiento -y el de Argentina-, alcanzado en 2015 (Boca, edición 2010, tercero y River, edición 2017, mismo lugar) y quitarle la corona a las rainhas do futebol, quienes, de 9 campeonatos disputados, obtuvieron 7. Sao José acomoda en su vitrina tres trofeos, Santos dos, Ferroviária uno, Gremio Audax (flamante campeón) uno, Sportivo Limpeño (Paraguay) uno y Colo Colo (Chile) uno.

Las casi tres décadas de la liga femenino en Argentina

Morena Beltrán

El 26 de octubre de 1991 dio inicio el primer Campeonato de Fútbol Femenino, integrado por ocho equipos: Boca Juniors, Excursionistas, Independiente, Yupanqui, Deportivo Español, Deportivo Laferrere, Sacachispas y River Plate. Luego de siete fechas disputadas, el 15 de diciembre, las Millonarias se consagró campeón.

Formato:

Desde su creación hasta 2001, sólo un campeón se coronaba anualmente. En 2001 se implementó el formato de Apertura y Clausura, el mismo sistema que en la Primera División masculina, para no volver a variar hasta 2015. A partir de esa temporada, el torneo fue alterado para durar un año calendario y se sumaron Almagro, Liniers y Defensores del Chaco.

En la temporada 2011-12, por primera vez, la AFA permitió que participaran, a través de invitaciones, equipos de instituciones no afiliadas a la asociación. De este modo, escuadras como UBA, Hebraica y Vélez de Mercedes, entre otras, pudieron competir.

En 2016 se fundó la Segunda División y la Primera volvió a mutar: con un piso de 10 equipos para que, gradualmente, con los ascensos y descensos, vaya aumentando el número de participantes. En aquel torneo descendió Puerto Nuevo y ascendieron Atlanta, Villa San Carlos y El Porvenir, de modo tal que la temporada 2016-17 contó con 12 equipos y la 2017-18, tras el descenso de Independiente y los ascensos de Morón, Excursionistas y Hebraica, con 14 equipos.

La edición entrante, 2018-19, dispondrá de dos ruedas de 16 fechas (partidos de ida y vuelta). Una vez finalizada la fase regular, comienzan los Play Offs de la Copa de Oro. Los dos primeros clasifican directamente a las Semifinales del torneo, mientras que del tercer puesto al sexto, integran una preliminar que los llevará a ocupar los otros dos lugares de esta Copa. El primero no solo será campeón nacional, sino que tendrá un boleto para participar de la Copa Libertadores.

Entre el séptimo y octavo puesto se clasifican a las semifinales de la Copa de Plata y del noveno puesto al decimosegundo puesto a la fase preliminar de la misma Copa. El anteúltimo no clasifica a nada mientras que el último desciende a la Segunda División.

Campeones:

Boca Juniors es el club con más campeonatos en la historia del fútbol femenino argentino. El equipo xeneize cuenta con 23 títulos en su palmarés, mientras que River Plate, su escolta, posee 11 trofeos. Luego sigue UAI Urquiza, revelación de los últimos años, con cuatro, y San Lorenzo, con dos. En 27 años, son los únicos equipos que han alzado la Copa de Primera División.

A nivel nacional:

El fútbol femenino es un fenómeno que ha tomado tal magnitud en los últimos años que, debido a la sobrepoblación, en 2012, el Consejo Federal (órgano interno de la AFA) incorporó el Torneo del Interior Femenino, competencia en la que clubes o selecciones de ligas regionales del interior del país podían participar.

El campeonato es conformado por dos zonas de cuatro equipos cada una, en la que se enfrentan todos contra todos. Los vencedores de cada zona, por acumulación de puntos, clasifican a la final de torneo, a partido único. Las ocho escuadras que participan son las campeonas de ocho regiones distintas.

El placer de estar cerca

Juan González

“Me estaba limpiando una chomba, que yo me había manchado, con una rejilla y la tenía de frente. Nos miramos y nos dimos un beso. Pero justo limpiándome una chomba sucedió.” No fue el modo más romántico pero así resultó la primera salida de Fernando Telechea con Carina, su esposa con la que tuvo a sus dos hijas: Felicitas y Julieta. A las tres las tiene presente en alma y, también, en cuerpo ya que tiene los nombres de ellas tatuadas: La de sus hijas en el brazo izquierdo y el de su mujer en la pierna derecha debajo de una flor. Siempre que marca un gol besa sus nombres en el festejo porque si no se le “enojan” en casa.

Juntar papas hasta los 20 años no parece el inicio de la vida de un futbolista, y menos si se arranca en un equipo del Federal B, torneo ya inexistente, a los 26 y se debuta con su primer club profesional a los 28. Pero así es la vida de un delantero que siempre estuvo apegado a su familia. El goleador de Aldosivi, que arrancó en el pequeño club de Balcarce, siempre los tiene presentes en cada decisión que toma en torno a su carrera deportiva.

Cuando tuvo que salir de su ciudad natal y abandonar el trabajo y la familia para dedicarse a su carrera deportiva, Telechea confesó que ese movimiento fue un salto en lo emocional al ser la primera vez que se alejaba de ellos. Ese dolor de separarse de su familia desapareció con la llegada de su mujer e hijas.

Es por eso que cada vez que llegaba un club que lo quería, decía que lo hacía por el bien de ellas. Así fue también como salió de su anterior equipo, Patronato de Paraná, del que confesó que sinceramente se tenía que ir porque había otros temas primordiales, como en este caso su familia. No estaba en sus planes pero por adentro suyo sabía que a pesar del buen rendimiento que tenía en el equipo, su vida fuera de la cancha era lo más importante. La lejanía de separarse de ellos, como sucedió con sus padres en Balcarce, era un factor que no iba a soportar otra vez.

Actualmente vive en Mar del Plata, a 64 kilómetros de su ciudad natal, Balcarce, y ya en el final de su carrera, los sentimientos siguen siendo los mismos que al principio: el placer de tener cerca a sus seres queridos.

Una bandera, la televisión y el silencio ruidoso

Joaquín Arias

Domingo 26 de agosto, 17:45. Estadio Gigante de Arroyito, zona norte de Rosario. Central estrena como local su condición de líder de la Superliga Argentina de fútbol y la ilusión que despierta la punta del campeonato es tan grande como el compromiso de visibilizar la delicada coyuntura atravesada por la educación publica nacional.

En una de las tribunas populares, la que cada dos semanas ocupan Los Guerreros, barra brava del conjunto rosarino, se exhibe desplegada una bandera a través de la cual se exige “Con la educación no se jode”, en mayúscula, letras azules y fondo amarillo. Una muestra de apoyo que no abunda en las canchas argentinas pero que, cuando ocurre, suele ser ignorada por la televisación. En este caso, fue difundida a través de las redes sociales y gozó de un gran rebote, producto de publicaciones de periodista tales como Juan Jurado, de Fox Sports, y Federico Lamas, de Diario Popular.

Es probable que esta clase de pancartas, en caso de ser mostrada, pueda generar un efecto contagio y, en consecuencia, ser replicada en otros estadios del país. Quienes tienen la responsabilidad de elegir mediante un click si hacen visible o no estos gestos de respaldo y deciden omitirlos, acostumbran a escudarse en su presunto apartamiento de cualquier acto que pueda ser considerado político.

Esa justificación es, en sí misma, un acto político. El silencio es un acto político. Y hace ruido. Y más aún si detrás de ese silencio ruidoso el futuro de un país entero parecería estar último en la tabla de posiciones.

“Se va a tomar real dimensión de lo que fue el ciclo Velasco cuando ya no esté”

Ramiro Pampin

¿Qué es lo primero que se les viene a la mente cuando escuchan “Baden-Baden”?Probablemente algunos historiadores recuerden a Caracalla, emperador de la antigua Roma, ya que las termas de Baden eran uno de sus lugares favoritos de descanso. Otros tal vez piensen en el Baden-Baden Casino, uno de los más bonitos y lujosos del mundo, frecuentado por gran parte de la más alta burguesía europea. Pero –posiblemente- a la inmensa minoría se le aparezca en la cabeza el TV Bühl, equipo de vóley que milita en la Bundesliga alemana y que ya tiene a Alejando Kolevich entre sus filas. El entrenador bonaerense de 30 años, que junto al DT tucumano Rubén Wolochin buscará dejar al club en lo más alto del voleibol alemán y europeo.

Kolevich, o el Tata, como lo llaman sus más amigos, comenzó su carrera como entrenador a los 18 años, cuando se hizo cargo del equipo femenino de ULP –Universidad de La Plata-. Años más tarde llegaría al Club Ciudad de Buenos Aires, donde además de jugar entrenó varias categorías de las inferiores del club, haciendo un gran trabajo de desarrollo y dejando algunos jugadores para competir en el primer nivel, como por ejemplo Luciano Palonsky, hoy jugador de MuniEl Tata charló con El Equipo no solo de lo que significa poder formar parte de una liga como la alemana sino también de conceptos claves para el deporte y lo importante que es pensar en el juego.

-¿Qué te genera como entrenador que te llamen de una liga tan competitiva y del primer nivel como la alemana?

En lo profesional es un desafío muy grande. En Europa tienen inculcada una disciplina y un orden que acá no hay y es algo que me gustaría conocer y probar, va a ser un mix entre aprender y enseñar. Pero siempre tratando de transmitir lo que tenemos en Argentina, o mejor dicho en Sudamérica, que es esa picardía y esa mentalidad del éxito de ir a ganar siempre, que allá tal vez está un poco más ausente. Por otro lado, todo lo que es logística e infraestructura en Europa está mucho mejor desarrollada y eso te permite dedicarte más tiempo a lo tuyo.

-En cuanto al vóley, ¿pensás que vas a compartir las mismas ideas o que te vas a encontrar con un estilo de juego muy distinto?

-Sé que si voy a tratar de insertar mis ideas el choque cultural y social va a ser fuerte. Me informé lo más que pude y miré muchos partido. Además hablé con entrenadores y todos me dicen lo mismo: “Es otro juego, es otro juego”. Espero que no sea otro juego porque si no, no sé a qué voy… jaja. Sin duda tienen otras características técnicas muy marcadas, pero el juego es el mismo. Hablando del tema, voy a tratar de enseñarles un juego más rápido, un poco de esa velocidad brasileña de la que tanto se habla, y la viveza que tenemos acá a la hora del uno contra uno.

-Tus últimos pasos como entrenador en Argentina fueron en el Club Ciudad de Buenos Aires. ¿Que opinión tenés acerca de Muni y que te parece como club?

-Ciudad es un club en el cual tenés todas las fichas. No hay en el país un proyecto de desarrollo del deporte como en Muni; le hace bien al deporte que haya instituciones así. UNTREF apuesta a algo parecido, ya que hay deporte social, profes estudiando y un equipo en la liga del primer nivel. Estas son cosas que hacen crecer al vóley.

-¿Qué te parece el cambio de entrenador Velasco por Méndez en la Selección? ¿Pensas que le puede aportar algo nuevo?

-Se va a tomar real dimensión de lo que fue el ciclo Velasco cuando ya no esté. Principalmente la calidad que Julio le dio a los entrenadores y a la Liga, ya que al obligar a los jugadores a ser titulares en sus clubes para jugar en la selección genera muchísima competencia. A veces pienso que cambios así son más políticos que otra cosa, porque además la función del entrenador de la selección es casi más política que deportiva. Porque lo que él diga va a repercutir en cierta parte de la población, en este caso, en la gente del vóley. Hablando del tema, espero que no ocurra lo mismo que pasa en la política, que se tilda de malo a lo anterior y se intenta reconstruir algo nuevo. Ojalá se pueda construir sobre lo que ya hay y que se mejore lo que falte mejorar.

-¿Cuál pensas que es el momento en el cual un deportista hace el famoso “click” y se convierte en un deportista de elite?

-Es algo lindo para analizar. En Argentina, mejor dicho en Sudamérica en general, aparece un factor muy importante que es la determinación de la persona. En otros países no ocurre ya que usan al deporte para costear sus estudios. Acá eso no existe, o estudias o jugas, es una o la otra lamentablemente. Es algo que estaría bueno para desarrollar. Hay que cambiar ese concepto de pensar solo en ser deportista, porque hay que hacer algo una vez terminada la carrera. La Peque Pareto es un gran ejemplo de esto. Eso del “click” me parece algo muy personal. Tal vez te ponen a prueba en un lugar y en una situación para la cual no estás preparado todavía, entonces es algo muy de cada uno.

-¿Te parece importante que un deportista mire, no solo su deporte, sino que también otras disciplinas para aprender?

-Hoy en día es muy importante verse a uno mismo, digamos, verse jugar, y más aún con lo fácil que es teniendo videos tan a mano. Me parece más enriquecedor mirar deportistas de otras disciplinas que mirar el mismo deporte. Esto te amplía mucho la mirada, te hace pensar más allá del juego y, por ejemplo, cómo actuar en ciertas situaciones, o la relación con el entrenador y con el público. Igualmente lo importante es pensar en el juego, primero está jugar bien y ser buen deportista y lo que puedas aportar extra al espectáculo es un tema aparte. Tampoco hay que quedarse en la extravagancia, porque si jugas mal y querés tirar la de Ronaldo no sirve.

-A vos que te gusta tanto el ajedrez, ¿qué herramientas pensás que le puede dar a un deportista ésta disciplina?

-No sé, a mí me encanta…. Todo lo que es pensar, la estrategia, anticiparse a las situaciones y predecir lo que puede pasar, todo eso me encanta y todos los deportes tienen algo de eso también. No sé si hay una real transferencia de esto al juego, pero te da herramientas como para pensar las variantes y que sería mejor y que no. Si hablamos de vóley creo que me apasiona más esa parte de analista que del juego en sí. Creo que lo mejor de pensar en el juego es que te hace sacarle un poco la emoción y eso del huevo que tanto se habla en nuestra cultura exitista. Muchas veces se pone esto por delante del juego y ahí está el problema, porque se piensa que somos magos o que “dios” está acá. No sé cómo ni donde se generó, pero pasa. Lo importante es no caer en eso.

Desde el cielo: el detrás de escena del vuelo de drones

Joaquín Arias

Altivo, es dueño de un privilegio que muchos desearían gozar: observar espectáculos deportivos capturando cada detalle desde el ángulo que mejor le siente y sin que nada ni nadie lo perturbe. Fiel reflejo de la evolución meteórica de la tecnología, los drones vuelan cada vez más alto en el universo deportivo. Ya no solo es frecuente observarlos en Mundiales, Super Bowls o finales de Grand Slam, sino también sobrevolando un estadio sin gente un jueves a la tarde.

Cada uno de estos vehículos aéreos no tripulados e inalámbricos es monitoreado a través de una Tablet y conducido desde un mando similar al de un auto a control remoto. La cámara está ubicada en la parte inferior y los vuelos duran entre 15 y 20 minutos, que es lo que subsiste una batería. Los drones más económicos no bajan de los 80 mil pesos, que sumado a los 10 mil pesos de cada batería y a la Tablet, demandan una inversión no menor a los 120 mil pesos.

En su mayoría, quienes operan los drones son camarógrafos reconvertidos. La competencia feroz en un mercado cada vez más grande es la causa principal. Algunos se abocan solamente a los vuelos mientras que otros, como Sebastián, aún se desempeñan en ambos oficios. “Trabajo free-lance y con esto tengo más posibilidades. Cuando no tengo trabajo como camarógrafo hago esto y viceversa”, resalta. Diferente es el caso de Hernán, que se dedica de lleno y que le presta servicio a TyC Sports desde 2013. Al respecto, ofrece su visión: “El canal que hoy no usa drones, pierde; son como una droga para los productores, el plano que muestran es único y los obliga a poncharlo”.

Pese a que todavía abunden quienes lo visualizan como un medio recreativo, existen riesgos inherentes a su utilización. En caso de perder señal, automáticamente se transforma en un arma. “Pesa 4 kilos y si se cae arriba de un auto, lo destroza”, explica Sebastián, quien padeció un accidente aéreo luego de una falla. “Perdí señal y por unos días no supe dónde estaba el drone, hasta que me llamaron desde un edificio y me dijeron que estaba destrozado en la terraza. Pensar que podría haber matado a alguien. Eso es lo que más me frena”, cuenta.

Atrás de cada viaje aéreo se esconde una colección de permisos y requisitos. Todo operador debe ser portador de una licencia, un certificado médico aeronáutico y haber realizado un curso obligatorio (que antes era optativo) que desemboca en un examen. Además, debe disponer de una patente de drone registrado, la aprobación de un trabajo aéreo que permite grabar, e incluso el visto bueno del estadio o predio que va a sobrevolar. Previo a cada jornada de trabajo, debe recibir la autorización de la torre de control y, ya en el aire, no puede superar los 122 metros, una altura ínfima si se la compara con esa aventura prominente e indomable que vienen emprendiendo en el mundo del deporte.

Bruno Amione, de área a área

Juan Pablo Manera

Si hablamos de los pilares que están surgiendo en las inferiores de la Selección Argentina es imposible no nombrar al proveniente de Calchaquí, Santa Fe. Un defensor central que tuvo sus inicios jugando como delantero y que, a medida que pasó el tiempo, se fue puliendo para hoy brillar en las categorías menores del combinado nacional y en la cantera del Club Atlético Belgrano de Córdoba. El Pirata lo fichó en 2016 tras haberlo visto disputar un torneo en la localidad de Morteros, al noreste de la provincia. Un jugador “con buen pie, buen juego aéreo y firme en la marca”, según se autodefinió el zurdo de 17 años en una entrevista con la página oficial de su club.

No solo posee esas características. Gracias a los dotes como atacante que adquirió de pequeño, tiene gran facilidad para alcanzar el área rival e incluso definir. Esto lo pudo demostrar hace pocos días en el Sudamericano Sub 17 de Lima, Perú. Argentina no había tenido una buena fase inicial y necesitaba de un 3-0 para pasar de ronda, y nada menos que contra Brasil. A los 48 minutos del segundo tiempo y estando 2-0 arriba, Amione se animó, escaló hasta el campo contrario, se paró como un “9” y empujó la pelota a la red para desatar la locura Albiceleste en el campo de juego y clasificar al Hexagonal final. También había marcado el gol del empate argentino frente a Paraguay (2-2, en la tercera fecha), cuando no era el mejor momento de su equipo, debido a que habían expulsado a su compañero, Valentín Benítez.

Hubo un antecedente similar que ocurrió en noviembre del 2017. Argentina debía jugar la final del Sudamericano Sub 15 tras haber superado la fase de grupos ubicándose en la primera posición con 11 unidades y luego de golear 4-1 al combinado peruano en semifinales. El rival fue, otra vez, Brasil, y otra vez, el santafecino sentenció la historia. La Selección Argentina perdía 2-0, pero con los tantos de Matías Palacios y Matías Godoy, quienes hoy integran el plantel Sub 17, la Celeste y Blanca lo igualó para después ganarlo con un gol de cabeza de Amione, el cual significó el título.

Hoy se está recuperando de una fractura en el quinto metatarso del pie derecho que sufrió en la goleada 3-0 frente a Uruguay hace pocos días. El jugador debió abandonar la concentración en Perú y ya fue operado con éxito en el Sanatorio Allende Cerro, en Córdoba. Ahora, solo le queda encarar la recuperación y seguir entrenando para lograr su principal objetivo: debutar en la Primera División del Fútbol Argentino.

Los nietos de José

Thomas Martínez

Desde 1994 vive en Ezeiza José Néstor Pékerman, un hombre que llegó con un proyecto para dirigir la Selección nacional juvenil y nunca más se fue. En el predio de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) todavía está su impronta. Allí se encuentran sus aprendices, quienes quedaron marcados por este entrenador: Pablo Aimar, Lionel Scaloni, Walter Samuel y Diego Placente.

Los campeones del Mundo Sub 20 en Malasia 1997 hoy dirigen la Selección Argentina: Placente está a cargo del Sub 15, Aimar al mando del Sub 17 y Scaloni y Samuel en la mayor.

En un país donde los títulos son lo único que importa, y si estos no llegan nada sirve, Aimar lleva el mensaje de que lo imprescindible en la formación de los juveniles es la educación. Símbolo de esto fue el gesto que tuvieron los jugadores argentinos en el partido contra Brasil, que luego de clasificar al hexagonal final del Sudamericano Sub 17 y dejar afuera al conjunto Carioca, antes de ir a festejar fueron a consolar a los rivales que estaban llorando por la derrota sufrida.

Como Pékerman, El Payasito se preocupa de que todos los chicos que viajan con el seleccionado tengan la posibilidad de jugar y les pide que se diviertan, como contó en una entrevista con Enganche, de Página12: “El fútbol se trata de divertirse, se necesita del amateurismo”.

Tras ganar el Sudamericano Sub 15 del 2017 junto a Placente y los mismos jugadores que dirige hoy, Aimar declaró: “Esto no pasa por el resultado final. Creo que nosotros hemos ayudado a estos chicos a ser un poco mejores de lo que eran hace cuatro meses. Queríamos que fueran educados y respetuosos”.

La bajada del mensaje es clara: la educación es lo más importante, los logros deportivos llegarán solos. Con esta filosofía para manejar un grupo, Pékerman logró alcanzar tres títulos con la Selección Sub 20 (1995, 1997, 2001). Y ahora, los hijos de José buscan dejar el legado en manos de la nueva camada de jugadores argentinos.