miércoles, diciembre 25, 2024
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Serbia por la clasificación a octavos y la incorporación a la Unión Europea

Tatiana Milani @TatMilani

La Selección de fútbol de Serbia participará por segunda vez en un Mundial con este nombre (primero fue Yugoslavia y luego Serbia y Montenegro). Llegó a Sudáfrica 2010, pero no pudo superar la fase de grupos, y ni siquiera se clasificó a Brasil 2014. Sin embargo, a Rusia 2018 arribó tras quedar primero en su grupo de las eliminatorias con 20 goles marcados en seis victorias, tres empates y una sola derrota. En este torneo ganó el primer encuentro frente a Costa Rica, superandolo por la mínima, y perdió frente a Suiza por 2 a 1. No obstante, aún tiene probabilidades de jugar los octavos de final si le gana a Brasil el miércoles a las 15 horas.

Donde también tiene chances de progresar hacia la próxima fase es en el Mundial de la Igualdad. El país balcánico a partir de 2017 no solo tiene por primera vez una Primera Ministra mujer, sino que además ella es abiertamente homosexual. Ana Brnabi? es una política serbia formada en Estados Unidos e Inglaterra que llegó al gobierno luego de que el presidente Aleksandar Vucic la denominara como Ministra de Administraciones Públicas y de Asuntos Locales en 2016.

Este es un hecho que llama la atención mundialmente ya que años atrás era algo impensado. Sin embargo, con los tiempos que corren, una de las probables causas por la cual Serbia integra a su parlamento a una persona como Brnabi? es su menester de empezar a pertenecer a la Unión Europea (UE) y que esta vea este cambio como una prueba de progreso hacia una mayor inclusión, luego de haber formado parte de Yugoslavia.

Aunque desde el gobierno tengan una mirada abierta hacia la comunidad LGBTIQ+, los ciudadanos arraigan una antipatía contra la homosexualidad. Estas personas enfrentan discriminaciones y amenazas contra su seguridad física de forma cotidiana debido a la influencia que ejerce el ambiente conservador y de la iglesia ortodoxa que existe en este territorio.

El desfile del orgullo gay estuvo prohibido durante tres años seguidos en Belgrado bajo el pretexto de seguridad pública después de que manifestantes de extrema derecha atacaran el evento en 2010 y dejaran un saldo de 150 heridos. Además, tienen muy pocas legislaciones a favor de los derechos del colectivo LGBTIQ+. El país balcánico no reconoce el matrimonio igualitario ni la unión civil. Tampoco permite la adopción a parejas del mismo sexo. Aunque el cambio de identidad de género está autorizado, la ley exige una serie de requisitos médicos que dificultan el acceso a ese derecho.

“Mi misión es la modernización de nuestra sociedad en todos los aspectos. Ahora es el momento de dar un paso adelante y llevar a nuestra sociedad, el país y la economía hasta el siglo XXI”, admitió Brnabi? en su discurso ante el resto de parlamentarios. Pese a que estos sean sus dichos, también admite que no es una activista LGBTIQ+ y no considera que su orientación sexual sea de importancia en su trabajo.

Al igual que la Selección tiene la posibilidad de clasificar a la etapa de octavos de final, Serbia puede avanzar en las políticas por la igualdad de todas las personas que habitan su territorio. La primera victoria ya está dada: reconocer la incorporación de una mujer lesbiana a su gobierno. Sin embargo todavía quedan varios partidos que ganar.

El fútbol debe salir del clóset

Iván Lorenz @Ivanlorenz_

“Quien sea homosexual debería decirlo, porque alivia”, dijo en 2011 el hoy arquero y capitán de la selección alemana de fútbol, Manuel Neuer, quien sostuvo que para lo hinchas lo importante es el desempeño en la cancha y no las preferencias sexuales de los jugadores.

Un año antes, en 2010, Mario Gómez, también integrante del plantel alemán presente en Rusia 2018, dijo: “En Alemania tenemos un ministro de exteriores (Guido Westerwelle) que es homosexual y el alcalde de Berlín (Klaus Wowereit) es también gay, por lo que los futbolistas profesionales que lo sean deben confesarlo”.

Ese mismo año, un histórico marcador de punta de los teutones, Phillipp Lahm, pediría a los jugadores homosexuales que no lo digan abiertamente, dado que, a pesar de no tener nada en contra de ellos, tenía miedo que les ocurriese lo mismo que a Justin Fashanu, un jugador inglés que se declaró gay en 1990 y ocho años después terminó suicidándose.

Es difícil declararse gay en el mundo del fútbol. Un deporte que, suele erróneamente decirse, es para hombres. Un deporte en el cual la goleada se asocia festivamente a la sodomización. Otra construcción social a base de ladrillos de machismo. Discriminación, marginación y abusos, son algunas de las cosas que sufren aquellos de los cuales sospechan que “patean para el otro lado”. La presión llega a ser tal que, en determinadas circunstancias, inhibe el desarrollo deportivo.

Marcus Urban dejó sus deseos de ser futbolista aproximadamente a los 20 años. Decidió colgar los botines antes que luchar en contra de un ambiente que lo condenaría por ser homosexual. Un ambiente en donde se negaba a sí mismo su condición. Un ambiente donde cumplía el rol de superhéroe sin serlo al llevar dos vidas: la propia y la de aquel que jugaba a ser heterosexual.

Marcus Schneider -posteriormente adoptaría el apellido de su madre- nació en 1971 en Weimar, una ciudad que pertenecía a la República Democrática Alemana. A sus siete años comenzó a jugar en un club de la zona, llamado Motor Weimar. Allí pasaría casi seis años para luego firmar contrato amateur con el equipo en el cual alcanzaría los 100 partidos disputados: Rot-Weiss Erfurt, que en ese momento pertenecía a la segunda división del fútbol alemán.

Dos años le bastaron a Urban para salir campeón de la República Democrática Alemana. El mediocampista llamó la atención en el fútbol alemán. Se lo veía como una promesa germana. Fue por ello que, mientras Maradona apilaba ingleses en el Estadio Azteca, el alemán fue citado para las categorías juveniles de la Selección de la República Democrática Alemana, en donde jugaría hasta 1989.

Poco quedaba para ser futbolista profesional. Pero no pudo. En 1990 decidió abandonar ese sueño. El fútbol era para él una prisión que se había construido. Eligió escapar. No estar entre muros imaginarios. Ser libre. Dejar de controlar todo lo que hacía para no parecer gay.

Recién en 1994, a sus 24 años, entraría a la cocina de su casa con una fotografía en su mano y le diría a su madre que aquel personaje de la imagen era su novio. Tuvo la suerte de que sus padres no lo tomaron a mal, lo cual hizo más amena la confesión. Es más, su madre quedó atónita tras descubrir que el novio de su hijo, quien le atraía hace 20 años, era homosexual. Casualmente, ese mismo año se eliminó en Alemania -unificada tras la caída del Muro de Berlín en 1989- el párrafo N°175 del Código Penal Alemán que penalizaba a las relaciones homosexuales.

13 años después, se convertiría en el primer futbolista alemán que se había declarado abiertamente homosexual. Lo dió a conocer en una entrevista para el medio germano “Welt am Sonntag” y, un año más tarde, el periodista deportivo alemán, Ronny Blaschke, escribiría su biografía, titulada “Versteckspieler. Die Geschichte des schwulen Fußballers Marcus Urban” (Jugando a las escondidas. La historia del futbolista gay Marcus Urban)

Urban volvería a ser primero y noticia en 2014 tras presentar un proyecto para formar un equipo de fútbol gay alemán bajo el nombre de Team Vielfalt (Equipo Diversidad). La nómina de jugadores se daría a conocer una vez completado el plantel. La pertenencia al Vielfalt está abierta incluso para no homosexuales que apoyen la causa. El objetivo es que aquellos futbolistas gays puedan decirlo abiertamente y sin miedo.

Ser gay en el mundo del fútbol es casi un tabú. No cabe en la cabeza de muchos fanáticos, jugadores o entrenadores que haya futbolistas atraídos por otro futbolistas. ¿Cómo va a estar al nivel alguien que es puto? ¿Cómo le va a gustar jugar al fútbol si a él le gustan los hombres? ¿Cómo va a trabar fuerte? Los prejuicios y heteronormativismos hicieron perder a Urban, en primera instancia, ante el fútbol, que también perdió. Perdió ver a un jugador que, como él se definía, era un mediocampista aguerrido parecido al holandés Rafael Van der Vaart.

Los Arhuacos, los indígenas colombianos más feministas

Tatiana Milani @TatMilani

Si se afirma que el fútbol es el espejo de las sociedades, en Colombia recién el año pasado se le dio lugar a las mujeres. En el 2017, La Federación Colombiana de Fútbol (FCF) implementó, por primera vez, una liga de fútbol femenino. No obstante en este mismo territorio existe una comunidad que sí cumple con la igualdad de género que se espera en el siglo XXI. No solo es dirigida por una mujer, sino que también intenta erradicar cualquier tipo de violencia y/o actitud machista que se encuentre dentro de ella.

Alcira Villafaña es la líder del pueblo indígena colombiano Arhuaco. Aunque desde los libros de historia y algunos opinólogos profesionales quieran instalar que estas son congregaciones antiguas que se rigen bajo leyes de viejas épocas, este es el claro ejemplo de que están las que contradicen estos dichos. No obstante la mandatario también afirmó: “No es fácil ser mujer, líder, indígena y, además, madre cabeza de hogar: tengo tres hijos. Se requiere tener dignidad y fortaleza para sobresalir en un mundo de hombres como el de mi pueblo. Los hermanos blancos (las personas que no son indígenas) piensan que en las comunidades indígenas los varones son los únicos que ostentan el poder”.

El pueblo originario de la Sierra Nevada de Santa Marta previamente fue capitaneada por Adalberto Villafaña. Este es el hombre que le dejó a Alcira la frase que la acompaña todos los días: “Las mujeres deben ser respetadas y valoradas”. También fue quien la obligó a prometer que se convertiría en la cacica que hoy es.

Esta enseñanza estuvo en la vida de Alcira desde pequeña ya que dentro de su casa, conviviendo con cuatro hermanos varones, todos debían ayudar en las tareas domésticas y tenían la misma voz y voto a la hora de tomar decisiones. Además ella era quien acompañaba a su padre cuando se reunía junto a los demás caciques y escuchaba todos los detalles que allí se discutían.

Fue a los 16 años cuando empezó a demostrar sus dotes de líder. Los arhuaco tienen un ritual en el cual los hombres se juntan dentro de una de las casas a conversar y las mujeres esperan afuera mientras cuidan a los niños. A Alcira no solo no le gustó esta situación sino que se rebeló e invitó a todas a entrar para ocupar el espacio que les correspondía, pero como ninguna se animó, ella, decidida, ingresó a la choza para sentarse junto a los varones que la observaron sorprendidos por su ímpetu.

A partir de este hecho todos en la aldea empezaron a verla como una persona a la cual imitar y sus ideas se empezaron a valorar. Esas mismas son las que le inculca a sus dos hijas mujeres y a su único descendiente varón ya que considera que las madres y los padres que no inculquen los valores de igualdad y respeto a sus hijos varones son los culpables de los futuros machistas de la sociedad. Además no tolera ninguna manifestación de sexismo o violencia física y/o verbal dentro de su comunidad.

Alcira realizó diplomados en Políticas Públicas y Derechos de la Mujer en la universidad de Los Andes, y en la Distrital, para acercarse aún más a las mujeres de su pueblo que identifica como víctimas de violencia de género. Ella misma lo sufrió en carne propia debido a que hace nueve años se divorció de Héctor, el padre de sus hijos, que, aunque nunca la golpeó, le reclamaba su ausencia en las tareas de la casa. Pero ella tiene bien en claro que no es una mujer que deba estar encastrada en la cocina del hogar.

En la actualidad las mujeres del mundo avanzan sobre sus derechos y libertades a grandes pasos, pero se necesitan más personas como Alcira, luchadoras, para erradicar de una buena vez al patriarcado y a la cultura machista que está en todos nosotros.

Saransk: de la tercera división al Mundial

Franco Mazzitelli

Fue uno de los primeros estadios en darle la bienvenida al Mundial, y será uno de los primeros en decirle adiós: el Mordovia Arena le abrió sus puertas al mundo la tarde-noche del 16 de junio, cuando Perú reavivó sus esperanzas mundialistas ante Dinamarca, (Yussuf Poulsen, el delantero danés del Leipzing de Alemania, marcó el primer gol mundialista en Saransk, para el triunfo de su equipo), y la próxima semana se despedirá de Rusia 2018.

Es al igual que Volgogrado, Kalingrado y Ekaterimburgo, una de las sedes que solo albergará cuatro partidos, todos de primera ronda: Saransk vio como Japón vencía a Colombia el martes pasado, el próximo lunes recibirá el cruce entre Irán y Portugal por la última fecha del grupo B, y acogerá el partido entre Panamá y Túnez el grupo G cierre sus puertas el 28 de junio. Luego, reducirá su capacidad (de 45.000 asientos pasará a tener 30.000) y, eludiendo el triste destino de una mole abandonada, se transformará en un gran complejo deportivo, apto para eventos de vóley y básquet. También, y para darle más vida, está prevista la construcción de locales de ócio, porque la capacidad del estadio contrasta con la vida cotidiana y deportiva de Saransk, que es con poco más de 300 mil habitantes, la más pequeña de las sedes del Mundial, y su equipo (FC Mordovia) está en segunda categoría, luego de haberse coronado campeón de la tercera.

Su inauguración, el 21 de abril de este año, se dio en un partido de la Segunda división rusa (es la 3° categoría, detrás de la Primera división y de la Liga premier, el escalón más alto) entre Mordovia y el Zenit-Izhevsk, ante 13 mil personas. Pero además, Saransk goza del privilegio de ser considerada la sede más limpia y segura de todas, y una de la ciudades rusas con mejor calidad de vida, que eligió, por ejemplo,el actor Gerard Depardieu tras su exilió de Francia y posterior nacionalización como ciudadano ruso. Y Saransk lo agradece: un centro cultural lleva su nombre.

Con una notable infraestructura social, la ciudad le presta sus tradiciones al Mundial: los domingos resuenan las campanas en el campanario de la mítica Catedral de San Teodoro, y abundan los homenajes a los soldados caídos en guerra, como en La plaza de la Victoria, donde se erigen una torre de 18 metros y una escultura de una mujer entregándole una espada a un soldado, siempre iluminadas por una pequeña llama, que está justo al frente, y recuerda el espiritu de los soldados fallecidos. Esa llama que nunca se apaga, como nunca se apagará la llama mundialista, porque Saransk quedará marcada a fuego.

Como antes Polokwane en Sudáfrica 2010 (con algo más de 130 mil habitantes) o Ibarraki en Corea-Japón 2002 (solo 63 mil), es la ciudad sede más pequeña de este campeonato, y vivirá como si fuera la mismísima final del mundo la visita de Cristiano Ronaldo y compañía ante los iraníes, y el partido entre Panamá y Túnez, los más débiles del grupo G. Antes de que sus puertas se cierren y los aires mundialistas tomen otra ruta, lejos de Saransk, que ya habrá dicho adiós.

La camiseta sueca que juega por los derechos

Lucila Coccia @lulaCoccia

El fútbol dejó de ser un hobby para las mujeres y pasó a convertirse en un trabajo. Día a día se entrenan, hasta a veces dos veces en una misma jornada para llegar a fin de mes, y el salario sigue siendo insuficiente, hasta, en algunos casos, nulo. Esto puede resultar absurdo, pero sucede no porque no cumplen bien su función, sino por el exclusivo hecho de ser mujeres; y ante esto las jugadoras suecas decidieron alzar la voz.

A partir de la desigualdad que viven ellas, en conjunto con Adidas lanzaron una línea de indumentaria que reivindica el rol de la mujer en vísperas del 8 de marzo del año anterior para vestirlas durante la Copa Algarve, disputada en Portugal. La FIFA, a pesar de no permitir mensajes políticos en las camisetas, aceptó la propuesta y alentó la movida.

El proyecto consistió en intercambiar el apellido de la espalda de las jugadoras por frases de feministas, en su mayoría nacionales como Gudrun Schyman, política y vocera de la Iniciativa Feminista, y Zara Larsson, cantante conocida mundialmente, entre otras. “Una mujer puede hacer lo que decida”; “Nunca mires a una persona que está abajo si no es para ayudarla a subir”“No soy una mandona, soy la jefa”“Cada persona que conoces lucha su propia batalla de la que no sabes nada. Sé amable siempre y con todos” son sólo algunos de los mensajes utilizados para la campaña que fomenta la participación femenina en los deportes .

Uno en particular conlleva una historia de rebeldía contra lo históricamente asignado para las mujeres.“Juego por las niñas de Irán”, dijo Khalida Popal, excapitana de Afganistán, quien tuvo que abandonar su país por oponerse a normas religiosas opresoras. “Empecé a jugar al fútbol por diversión hasta el día que escuché que me insultaban porque las mujeres no debíamos hacerlo. Nos quitaron la pelota y nos la destrozaron. Desde ese día empecé a jugar para cambiar la situación de la mujer en Afganistán”.

“La camiseta nacional es un símbolo importante del que nos sentimos orgullosas y creo que es bueno que podamos unir nuestras voces a las de otras mujeres fuertes a través de esto. Que juntas mostremos que todo es posible”, alegó Lotta Schelin, la capitana del equipo.

El proyecto apunta a la visibilización de una problemática que afronta la mayoría de las deportistas de alto rendimiento y propone la unión de las mujeres como medio para lograr un futuro más justo e igualitario. Un detalle no menor de la nueva indumentaria es que parte de las ganancias van a ser donadas a proyectos que fomenten el deporte entre las jóvenes. Para que ellas conquisten la libertad de hacer el deporte que elijan y que cuenten con las mismas oportunidades que los hombres, de continuar entrenando para convertirse en profesionales, tener un sueldo acorde a las horas que le dedican y lograr mantener una vida digna sin recurrir a un empleo externo, como ocurre usualmente.

Suecia es solo la cara visible de lo que se está gestando dentro de los ámbitos femeninos. Se exige un cambio y se trabaja en conjunto para que este ocurra.

Fútbol islandés: una cuestión de Estado

Daniela Simón @DanielaaSimon

¿Un equipo puede ser considerado sorpresa en tres torneos? ¿O en la segunda competencia ya deja de serlo para convertirse en una realidad? El factor suerte puede influir en algunos instantes, después la teoría queda renga.

Las actuaciones de la selección de Islandia no son casualidad, ni milagro. Emergió del aire helado cuando clasificó a la Eurocopa de 2016 y se convirtió en un volcán que vive en una constante erupción de admiración.

Los Vikingos son desde hace tiempo una grata sorpresa para el fútbol mundial. Con sus perlitas, sus particularidades y su descubrir constante. Los buenos resultados son producto de la implementación de políticas de Estado que tienen como propulsor al deporte.

A comienzos del 2000, Islandia se propuso cambiar el rumbo de su sociedad y bajar los índices de consumo de alcohol, tabaco y drogas en los jóvenes. El gobierno encontró en el deporte un punto de inflexión: las actividades recreativas controlaban el tiempo libre e inculcaban los valores deportivos. Además, se puso en marcha el programa “Juventud en Islandia”, que más tarde se implementó en otras ciudades de Europa.

Desde entonces, la educación en Islandia implica la asistencia al colegio y a espacios de ocio, que pueden ser música, danza o deporte.

Klara Bjartmarz es desde 2016 Secretaria General de la Federación Islandesa (KSI) y una de las mayores responsables del cambio con el aporte de sus ideas. Es exfutbolista, tiene una licenciatura en sociología y está ligada a la entidad desde 1994. Cuenta con experiencia en equipos de trabajo de la UEFA y es experta en materia jurídica y disciplinaria.

Las frías temperaturas y la poca luz condicionan al calendario deportivo, y la liga (Úrvalsdeild Karla) se juega de mayo a septiembre. Durante más de la mitad del año, no se podían llevar a cabo entrenamientos al aire libre. No es casualidad que el deporte con más tradición sea el handball. Por eso, el Gobierno y la federación trabajaron en conjunto. Se destinó inversión pública para la construcción de instalaciones deportivas: canchas techadas, equipadas con vestuarios y tribunas. Se hicieron siete campos de fútbol, once campos cubiertos y cinco pequeños, y se multiplicaron los números de instalaciones. Por ejemplo, Breidablik, el club más grande de Islandia, adoptó un modelo similar al de La Masia, de Barcelona.

El fútbol empezó a ganar adeptos en la isla y pasó a ser una actividad social y de integración.

En 2008, Islandia tuvo una de las mayores crisis económicas de su historia con bancos que entraron en quiebra. Políticos y bancarios fueron condenados a prisión, y se preservó el sistema de ayudas e inversiones públicas. Este desequilibrio financiero provocó que la gran mayoría de los futbolistas extranjeros que jugaban en el campeonato local, volvieran a sus países o emigraran a otras ligas, lo que provocó que los planteles se desarmaran. En efecto, se incrementó el desarrollo de los futbolistas nativos. El Estado comenzó a ayudar económicamente a las familias, y desde entonces les otorga una asignación para costear los gatos de la práctica deportiva de sus hijos. Además, los clubes bajaron sus cuotas sociales.

Islandia, al igual que los demás países nórdicos, es referente en cuestiones de género: en enero de este año el Gobierno promulgó la primera ley del mundo que prohíbe la brecha salarial entre hombres y mujeres. En el deporte ocurre lo mismo, las políticas implementadas corresponden tanto para los deportes masculinos como femeninos, son tratados con el mismo despliegue y tienen las mismas repercusiones.

Para dirigir a un club islandés, incluso en divisiones juveniles, se debe tener una licencia UEFA. Hoy hay más de 180 entrenadores habilitados. La preparación es fundamental, por eso la Administración Pública lanzó programas para formar a los ciudadanos en directores técnicos; y existen becas para poder formarse en el extranjero y regresar al país para transmitir lo aprendido. Heimir Hallgrímsson, el actual seleccionador, por ejemplo, tuvo un largo recorrido: mientras era jugador dirigía al equipo femenino de ÍBV, luego fue asistente del equipo masculino, y en 2011 llegó al seleccionado como segundo entrenador.

Para Islandia el deporte es cuestión de Estado e implementa políticas que desarrollen y promueven su actividad sin distinción de sexos. Su labor en el Mundial y su crecimiento como selección cobran mayor significado cuando se tiene en cuenta que Islandia tiene 321 mil habitantes, unos 20 mil son futbolistas federados, casi cien son profesionales -Argentina, por ejemplo, registra más futbolistas que toda la población islandesa, tiene 331 mil- más de 500 son entrenadores, 185 con licencia UEFA. La isla tiene 90 clubes amateurs y más de 100 pequeños campos de fútbol.

En abril de 2012, Islandia estaba en el puesto 133 del ranking FIFA, su peor lugar. En febrero de 2017, se ubicó 20 y hoy está 22°. Quedó afuera del Mundial 2014 tras caer en instancias de Repechaje con Croacia.

Islandia disputa su primera Copa del Mundo, muestra sus garras y su trabajo hecho, y eso, entendemos, no es casualidad.

Schmeichel, el dueño del arco danés

Thomas Martínez e Ignacio Maida

Es odioso llevar la etiqueta de “hijo de”, sino pregúntenle a Kasper Schmeichel, quien se tuvo que esforzar para abandonar la sombra de la figura de su padre.

Kasper Schmeichel, arquero de la selección de Dinamarca, respeta la tradición familiar de adueñarse de los tres palos del arco danés, tal cual lo hizo su padre, Peter Schmeichel, a lo largo de la década del 90’.

A diferencia de Kasper, su padre fue parte del histórico equipo del 92’, recordado por ganar la Eurocopa de ese año y, además, por haberse clasificado a los cuartos de final de la Copa del Mundo de Francia 98’, algo que esta selección no había logrado en toda su historia.

Kasper logró hacerse su lugar en la historia del fútbol, al conseguir romper el récord de 470 minutos sin recibir goles en la selección danesa, que su mismísimo padre había impuesto.Dicho hito lo alcanzó en un partido amistoso frente a Suecia, tras no haber concebido goles desde el minuto seis del encuentro de vuelta ante Irlanda por la repesca mundialista. Desde entonces, Panamá, Chile, México, Suecia y Perú han podido anotarle. Esta marca tocó su techo a los 572 minutos cuando Mile Jedinak le marcó desde los doce pasos en el partido que enfrentó a Australia contra Dinamarca por la segunda fecha del grupo C del Mundial de Rusia 2018.

Peter es uno de los principales responsables de la actualidad del arquero del Leicester City, ya que en 2001 decidió abandonar el Sporting de Lisboa, club en el que se desempeñaba, y pasar al Aston Villa para que su hijo pueda desarrollarse en un club inglés y hacer una mejor carrera. Luego, al ser transferido al Manchester City, pese a haber sido ídolo en el United, su hijo pasó a las inferiores del club e hizo su debut en 2004, un año después de que su padre se haya retirado en los Citiziens.

Desde allí ha pasado por varios clubes del Reino Unido, Darlington, Bury, Falkirk (Escocia), Cardiff (Gales) y Coventry City, hasta que su ascenso daría comienzo en la temporada 2009-2010 con su incorporación al Notts Country. Allí ganó la Football Two League, y luego tuvo un breve paso por el Leeds United hasta que recaló en el Leicester City, su actual club, donde consiguió el ascenso a la Premier League y en 2016 ganó dicho campeonato.

Pese a que Peter es considerado uno de las mejores arqueros de la historia del fútbol, los Schmeichel detestan ser comparados entre sí, entienden que cada uno tiene su propia carrera y que ambas son muy buenas. Incluso el padre llegó a decir que el hijo es mejor que él.

Muslera, el argentino ciento por ciento uruguayo

Facundo Catalini @FacuCatalini

Lunes 16 de junio de 1986, México. Maradona le da la pelota a Batista. El Checho traba, gana y se la pasa a Burruchaga, por la derecha, desborda y se la da a Valdano que es defendido por los zagueros uruguayos. La pelota pasa pidiendo permiso hacia el medio del área y aparece Pedro Pablo Pasculli, quien mete el 1-0 a favor de la Argentina frente a Uruguay por los octavos de final de la Copa del Mundo. El equipo argentino ganaría ese partido y pasaría a los cuartos de final, para luego ser campeón mundial.

Lunes 16 de junio de 1986, Buenos Aires, Argentina. Nacía el hijo de Norma Micol y de Hugo Muslera. Nacía en suelo albiceleste, Fernando Muslera. Paradójicamente minutos después de aquel gol de Pasculli a Uruguay. ¿Por qué paradójicamente? Porque Fernando Muslera, años más tarde se nacionalizaría uruguayo y sería una de las grandes figuras de los Charrúas defendiendo los tres palos.

Según cuenta su madre, Norma, esto es lo que les dijo a ella y a su marido el partero (sin saber que ambos eran uruguayos): “Con lo que costaron el parto y el partido, me imagino que le pondrán Pedro Pablo”. Algo que no pasó. El nombre viene de Fernando Morena, histórico goleador uruguayo, del cual la madre del arquero era fanática. El nombre de futbolista estaba, lo que nunca coincidió fue la nacionalidad. Ocho meses más tarde, la familia Muslera volvió a Uruguay y a partir de allí, comenzó algo nuevo para Fernando.

Desde chiquito le gustó el fútbol. La posición de centrodelantero en el baby era la suya, pero por falta de arquero en el equipo, Muslera marchó bajo los tres palos. Debutó en primera a sus 18 años en el arco de Montevideo Wanderers, donde estuvo por cuatro años. Un grande de Uruguay puso sus ojos en él y en sus guantes: Nacional. Pero no fue color de rosas su estadía allí. En dos temporadas sólo disputó cinco partidos. Luego de la poca continuidad llegó el momento de Europa. El viejo continente. Italia Lazio esperaban la llegada del arquero. Muslera fue de menor a mayor (en apariciones). La primera temporada y media fue suplente, pero luego desplazó a Juan Pablo Carrizo y se adueñó del arco hasta la temporada 2010/11. Desde ahí hasta la actualidad es amo yseñor de los tres palos y múltiple campeón con el Galatasaray de Turquía.

Con la Selección de Uruguay también tiene su historia. Supo estar presente en las categorías menores Sub17 y también en la Sub20. Y para las Eliminatorias de Sudáfrica 2010, en el partido en que los dirigidos por Oscar Washington Tabárez enfrentaron a Ecuador en Quito, Fernando Muslera se calzó los guantes, la casaca celeste y debutó en la selección mayor. Jugó en Sudáfrica 2010, salió campeón en la Copa América del 2011, viajó a suelo brasilero para defender el arco en 2014 y ahora en las últimas hojas de su pasaporte tiene la estampa de Rusia.

Marcó un récord de imbatibilidad en 2010 con 337 minutos, superando a Ladislao Mazurkiewicz, quien tenía 269. Y además, el pasado miércoles 20 junio, en el partido frente a Arabia Saudita, igualó al mismo arquero con 13 presencias en mundiales (récord que romperá el próximo lunes 25 cuando él y sus compañeros enfrenten a Rusia por la tercer fecha de la fase de grupos). Así es la vida del que pudo ser Pedro Pablo, pero al final fue Fernando. El arquero con DNI argentino, pero ciento por ciento uruguayo.

Tarjeta roja a la homofobia en el fútbol

Tomás Marquese

Pascal Erlachner es un árbitro del fútbol suizo que ha confesado abiertamente su homosexualidad, simplificando un tema que es muy delicado en el mundo del fútbol y demostrando que se puede tener otra orientación sexual y al mismo tiempo ser respetado en este ambiente del deporte que suele tener una mirada discriminatoria hacia las personas diferentes a ellos.

En una entrevista al diario suizo Blick, el árbitro de la primera división de ese país se abrió completamente con los periodistas y la charla tomó mucha difusión, algo que generó gran aceptación para la comunidad LGBT, teniendo en cuenta que es un avance importante para los homosexuales en el mundo del deporte.

“Espero que pronto ser gay se convierta en algo natural. Para mí y para mi entorno, mi homosexualidad es vista como algo normal”, expresó Erlachner expresó en la entrevista. También contó que luego de que la charla se hiciera de público conocimiento el presidente de la asociación de árbitros de su país, Luigi Ponte, aseguró que se siente orgulloso de su compañero y calificó la decisión como “un paso valiente”.

El árbitro actualmente sigue dirigiendo en la misma categoría y desde que hizo pública su orientación sexual nada ha cambiado y el respeto de los jugadores ha sido el mismo. Todo un ejemplo para la sociedad y sobre todo para las personas que no se animan a confesar su homosexualidad por miedo al rechazo que le pueden otorgar en el mundo “masculino” del fútbol.

Un lateral brasilero suelto en Rusia

Agustín Zorrilla

Sus cualidades le hicieron sonar para el Real Madrid en el 2011 cuando aún jugaba en Brasil. Sin embargo, el CSKA de Moscú fue más rápido para hacerse el lateral, que se ha convertido en uno de los pilares de Rusia desde su nacionalización.

Luego de marcar un gol en la victoria del Gremio sobre el Avaí, por la Serie A de Brasil en 2011, Mario le dijo a su compañero de cuarto: “Mañana vas a oír de mí”. Al amanecer del día siguiente, el lateral gremista se convirtió en tapa de los diarios nacionales al rechazar la convocatoria de la selección brasileña para el segundo amistoso contra la Argentina: “Con 20 años, Mario Fernandes, el lateral de Gremio, se negó a defender a Brasil, a diferencia de los muchos jugadores jóvenes que darían todo por estar en su lugar”, compartían los medios locales.

Nunca explicó las razones que lo llevaron a tomar aquella decisión. La selección verdeamarelha estaba dirigida por Mano Menezes, quién lo había convocado para el primer encuentro, pero no disputó ni un minuto del juego, a pesar de entrenar como titular. Según declaraciones de la familia, expresó su malestar a la comisión técnica y que no se sentía cómodo en el ambiente del combinado nacional.

Otra versión, fue que lo expulsaron del equipo al enterarse de que había ido a un burdel, aunque su padre salió a defenderlo. “Mario siguió sus principios, no vendió su alma para jugar en Brasil. No fue a un burdel, simplemente salió con su novia”, fueron las declaraciones hechas a la revista brasileña Placar.

Luego de la polémica, Mario Fernandes mantuvo su foco en el torneo local con su club y fue elegido el mejor lateral derecho del campeonato en 2011. Al año siguiente, fue traspasado al CSKA Moscú de Rusia por 10.5 millones de euros, donde ganó seis títulos nacionales y jugó seis partidos en la Champions League.

Fue llamado para la selección en 2014 luego del Mundial, cuando Brasil pasó a manos de Dunga, bajo la justificación de que “todo el mundo merece una segunda oportunidad”. El nombre de Fernandes en la lista generó críticas negativas por parte de los brasileños, quienes lo consideraban un traidor luego de despreciar el llamado de Menezes tres años atrás. De esta manera jugó únicamente un tiempo, sustituyendo a Danilo en la goleada 4 a 0 a Japón.

Mientras la selección de Dunga no encontraba el rumbo futbolístico, Mario tomó la decisión más drástica: quería ser ruso. El presidente, Vladímir Putin, le concedió en julio de 2016 la ciudadanía al defensa brasileño del CSKA Moscú, quien defiende la camiseta rusa desde 2017. Al no disputar encuentros oficiales con Brasil, podía cambiar de seleccionado sin ningún inconveniente y debutó en el partido amistoso Rusia 4 – Corea del Sur 2, disputado ese año en Moscú.

“Desde que estoy en Rusia, siempre fui recibido con gran cariño, estoy feliz, y no pienso más en la selección de Brasil, que está bien servida de jugadores. Siempre quise tener pasaporte ruso. No me arrepiento de nada”, afirmó el jugador. Incluso sus representantes expresan que ya sabe más extractos del himno ruso que del brasileño. El lateral brasilero es feliz en tierras moscovitas.