viernes, diciembre 27, 2024
Home Blog Page 222

Francia y Uruguay, viejos amigos

Facundo Catalini @FacuCatalini

Uruguay se independizaba de Brasil, Portugal y cualquier poder extranjero el 25 de agosto de 1825. Así lo dictaba la primera de las “Leyes Fundamentales de 1825. Y un país, en el Viejo Continente, estaba de acuerdo con esta decisión. Ese país fue Francia, que reconoció la independencia de Uruguay declarada en 1828.

Años más tarde, en 1917, inspirados en Francia, Uruguay decide separar a la Iglesia del Estado. Siendo una Sudamérica muy católica en ese entonces. Además su Código Civil lo basó en el Código Civil francés (más conocido como Código Napoleónico). Otra de las cosas que unen a ambos países es que en Uruguay, hasta el Mundial de Italia 1990, el primer idioma obligatorio en la escuela secundaria era el francés.

La política no aleja a estos dos países. Mucho menos lo va a hacer el fútbol.

La historia futbolística entre Uruguay y Francia, arranca en los Juegos Olímpicos de París 1924. La delegación uruguaya cruza el Océano Atlántico para dar pelea dentro del campo de juego. Los resultados sorprenden a propios y extraños, los charrúas se cuelgan la medalla de oro y vuelven a casa victoriosos de las tierras galas.

París 1924 y Ámsterdam 1928, eran considerados los mundiales de aquella época, teniendo en cuenta que la FIFA no tenía un campeonato propio.

En 1930, llegó ese torneo propio de la entidad madre del fútbol mundial. Por logros y méritos se determinó que el campeonato se llevara a cabo en tierras uruguayas. De este modo el mundo, o al menos un parte de él, venía a Sudamérica a hacer rodar la pelota.

El 13 de julio de 1930, se forjó otro acontecimiento que entrelazaría a galos y charrúas, pero no directamente. El atacante francés, Lucien Laurent, marcaba el primer gol en la historia de los mundiales de fútbol en la goleada de su seleccionado por 4 – 1 frente a México.

Años más tarde, ambas selecciones se enfrentaron tanto en mundiales como en partidos amistosos. En las citas mundialistas, el historial es favorable para Uruguay, la celeste ganó uno (2 – 1 en Inglaterra 1966) y empató dos (ambos 0 – 0 en Corea-Japón 2002 y Sudáfrica 2010).

Varios jugadores charrúas desplegaron su fútbol en suelo francés. Ildo Maneiro jugó en el Olympique de Lyon entre los ’70. En el Nancy también dejaron su juego los uruguayos, Rubén Umpiérrez entre 1978 y 1985, Carlos Curbelo entre 1971 y 1980, su hijo Gastón entre el 2000 y 2009 y Pablo Correa quien jugó y entrenó al club entre 1995 y 2017. El excapitán de la celeste, Diego Lugano, defendió los colores del Paris Saint Germain. Y entre los convocados por Óscar Washington Tabárez, Cristián Cebolla Rodríguez también vistió la camiseta del PSG y Edinson Cavani es el actual goleador del conjunto parisino.

No todo es rivalidad. Las amistades es lo mejor que te deja el deporte. Dicen.

Enzo Francescoli no tuvo un paso triunfante por Francia. Ni en Racing Club de París ni en Olympique de Marsella supo ser el Francescoli que brilló en River. Aun así, maravilló, nada más ni nada menos, a Zinedine Zidane, quien era tanta su admiración e idolatría, que llamó a su primer hijo Enzo, en honor al Príncipe charrúa.

Las amistades entre uruguayos y franceses emigraron hasta España. En la Real Sociedad se creó un vínculo entre el entrenador, Martín Lasarte, el delantero, Carlos Bueno, quienes son uruguayos y el atacante francés, Antoine Griezmann. “En 2009, conocí a Carlos Bueno en la Real Sociedad y empecé tomar mate todos los días, a merendar con dulce de leche, a escuchar música uruguaya y a mirar los partidos de Peñarol”, contó el galo en una entrevista.

Años más tarde, luego del mundial de Brasil 2014, Diego Pablo Simeone puso los ojos en el francés y lo pidió para su Atlético de Madrid. En el vestuario madrileño lo esperaría, Diego Godín, el actual capitán de la celeste. Mate de por medio, como de costumbre, la amistad entre Antoine y Diego fue creciendo, a tal punto que el central es padrino de la hija del atacante.

“Tengo algo de uruguayo, como su estilo de juego en el que dan todo por el equipo, no se dan nunca por vencidos y ayudan a sus compañeros. Es una nacionalidad que adoro y un país que adoro. Va a ser especial y muy fuerte emocionalmente, pero tengo confianza en hacer un buen partido”, señaló en una entrevista de cara al partido de este viernes.

Mate, cumbia y garra charrúa para Antoine.

La cultura tampoco distancia a estas dos naciones y la triangulación de jugadores arrancó antes de lo que se imaginan.

El 11 de diciembre de 1890, llegaba al mundo en Toulouse, Francia, Charles Romuald Gardes. Este joven francés vino a La Argentina con dos años de edad junto a su madre, quien había sido desheredada de su familia por criar a un hijo en la soltería.

El chico fue creciendo y su voz se hacía su herramienta de trabajo. En 1914, en Europa se desató la Primera Guerra Mundial. Si Charles Romauld Gardes se hubiese inscripto en el consulado francés como ciudadano de ese país residiendo en La Argentina, tendría que haber participado en el enfrentamiento bélico. En 1920 fue convocado para una temporada teatral en España, pero al estar indocumentado no podía asistir, pero con la viveza criolla, se inscribió ese mismo año en el consulado uruguayo, con una fecha de nacimiento falsa (11 de diciembre pero de 1887) y con su nombre artístico: Carlos Gardel. De esa manera, consigue un permiso provisorio, hace teatro en España, vuelve a suelo argentino y saca la nacionalidad albiceleste.

Francia, Uruguay y Argentina. Una triangulación perfecta, para un jugador de aquellos.

La política, el fútbol y la cultura. Tres puntos que entrelazan a dos naciones.

Póngala a Badell, Maestro

Iván Lorenz @Ivanlorenz_

A las 16, le suena el teléfono a Yamila Badell. La jugadora uruguaya de 22 años atiende en Montevideo. La llaman desde Argentina, por eso se escucha un poco entrecortado a veces, mala señal, las dificultades de hacer llamados internacionales. De su lado del Río de la Plata, se escucha ruido a exterior. La primera futbolista uruguaya en convertir en un Mundial FIFAespera el pase para contestar y definir, como goleadora que es, con precisión para mandarla a guardar.

-¿Cuándo y por qué empezaste a jugar al fútbol?

-Yo empecé a jugar al fútbol desde chiquita en Club Playa Honda, que era mixto. Pero también tuve antes una pequeña pasantía en Nacional, que eran chicas más grandes que yo, era muy pequeña. Pasé por Alumni y Colón, la institución en la que me formé. Como mi padre es exjugador (Gustavo Badell) andaba siempre con una pelota. Iba a sus entrenamientos y hacía exactamente los mismos ejercicios que ellos. Creo que es algo que viene en la sangre. Siempre pedí una pelota. En mis cumpleaños las tortas eran de equipos de fútbol. Fue algo que ,e nació a mí. Tenía pelotas desde la más chiquita hasta la más grande, y todas se usaban con el pie.

-¿Cómo llegaste a Playa Honda?

-En el edificio que yo vivía tenía un compañero, Joaquín, que jugaba ahí. Fui a un entrenamiento con él y me metí. Me dijeron que yo me podía entrenar y la primera pelota que toqué fue gol. Todos quedaron sorprendidos: “Un gol de una mujer”. Tampoco daban mucho, ni dos pesos porque una mujer haga esas cosas. Igualmente siempre hubo un respeto impresionante.

-¿Por qué decís que no daban ni dos pesos?

-Porque en ese momento era: “¿Qué hace una mujer jugado al fútbol?”. De a poco nos fuimos metiendo en ese ámbito. Pero en su momento, en la sociedad, no se veía muy seguido. Al fútbol femenino uruguayo le falta que apuesten por él. Que se atrevan. Que vean que así como podemos tener a un gran (Diego) Godín, (Fernando) Muslera o un (Lucas) Torreira que, quizás antes nadie lo conocía y mirá lo que tenía Uruguay guardado, el femenino tiene buenas jugadoras. Hay mucho potencial. La gente tiene que investigar e indagar. Se van a llevar varias sorpresas.

-En Uruguay el fútbol femenino no es profesional ¿Cuándo decidiste dedicarte al fútbol?

-Siempre mantuve un régimen. Siempre quise y aspiré a esto. Me lo puse como objetivo, soñaba el día de mañana con estar afuera, vivir de lo que es el fútbol, lo que me gusta. Llegué a raíz de trabajar, soñar con algo y las ganas de llegar a eso. Mi vida hace un quiebre cuando me citaron para la Sub-17 y viajamos a Bolivia para jugar el Sudamericano en el 2012. Nos consagramos segundas, salí goleadora y viajamos al Mundial en Azerbaiyán. Ahí me empezaron a llegar llamados de equipos de afuera. Yo era chica y quería terminar mis estudios. Me habían llamado de Estados Unidos para jugar, había tenido otras propuestas también, creo que de Alemania. Dije que no porque me daba un poco de cosa.

-¿Te imaginabas que ibas a pelear palo a palo con Marta en la tabla de goleadoras?

– Los 9 goles fueron algo que me marcó muchísimo. Estamos hablando de una persona que lleva años en esto. Tuve la oportunidad en el Sudamericano de poder deleitarme con ella, es impresionante. Obviamente cuando uno viaja a otro país dice: “Bueno, estamos todos al mismo nivel porque somos todas jugadoras de Selección”. Pero el nivel de ella es brutal. Aunque, si hay que hacerle frente se lo hacemos. El respeto de admiración es como jugadora, pero dentro de la cancha somos todos iguales.

-¿Qué hay que tener para ser una goleadora uruguaya?

-Olfato de gol y estar en el área para mandarla adentro. Mi padre me dice que es algo que tengo natural y que el goleador muchas veces tiene suerte porque capaz que está de espalda y la manda a guardar. También hay trabajo, lo que es la definición, saber leer las jugadas, saber leer al rival para saber donde meterte. Siempre fui delantera, toda mi vida.

-¿Cómo fue tomar la decisión de irte a jugar al Málaga de España?

– La venía pensando porque ya hacía tiempo que se habían comunicado conmigo. El día que llegó dije: “Es mi oportunidad”. El tren me pasó una vez antes, viste que dicen que pasa una vez sola, y esta me lo tenía que tomar porque estaba pasando de nuevo por mi estación. Tenía el cómo y el para. El apoyo de mi familia fue fundamental para eso, me apoyan en todo momento.

-Se dice que fuiste la primera jugadora uruguaya en emigrar a Europa…

-Viajé junto con Pamela (González) que también está jugando en el Málaga. Me llamaron para ir y me preguntaron si recomendaba a alguien. Necesitaban una jugadora mediocentro. Pame es otra de las jugadoras excelentes que tenemos en Uruguay. Compartíamos Selección. En nuestro momentos de descanso nos poníamos a hablar sobre lo lindo que sería jugar afuera. Ella tenía la misma ideología que tenía yo. No me la pensé. En seguida me comuniqué con ella y ahí está, mi compañera de ruta.

-¿Qué diferencias hay entre el fútbol uruguayo y el europeo?

-Quienes están al mando tienen otra cabeza. Es un fútbol que está más desarrollado. Tiene Primera División, Segunda División y Regionales. Es un disparate. Es más ordenado, más fino, de toque. El de acá es más de choque, un fútbol directo. Es algo que nos caracteriza. Allá aprendés en lo táctico. Jugás más con calma, más toque, jugás en otras posiciones porque en Europa juegan 4-2-3-1 o cosas así. Acá es más cerrado. El 4-3-3 o el 4-4-2, son formaciones más antiguas. Me tuve que adaptar a otras posiciones. Crecer siendo polifuncional. Yo antes era una delantera que jugaba solo arriba, al lado del arco. Hoy en día he jugado de extremo, de mediapunta, de punta y mediocentro. Te ayuda a crecer un montón. Es verdad que me siento cómoda estando al lado del gol. Pero no me sentí tan mal de media punta o extremo porque en verdad el extremo tiene que llegar y sos un punta más. Lo que le sumás a eso es sumarte a la defensa. Tenés que llegar de punta a punta.

-¿Por qué Uruguay saca tantos jugadores de élite a pesar de no ser un país tan poblado?

-Vayas por donde vayas, esquina donde te encuentres, parque, plaza o calle de tierra, no importa donde estés, vas a encontrar niños y niñas jugando con una pelota grande, chiquita o hecha a mano. Desde chiquito piden una pelota. Con el pasar del tiempo esas cosas te quedan grabadas y decís: “Ahí salió”. Te juntabas en el campito y el campito es darle. Estás con amigas y decís: “¿Sale un fútbol 5?”, y bueno, vamos. Nos caracteriza eso. Vivimos y respiramos fútbol. Ahora con el Mundial hasta la señora que no entiende nada mira fútbol. Uruguay saca jugadores muy buenos por la captación, hay muchos veedores. Desde que se explotaron y salieron al exterior jugadores de renombre, han puesto los ojos acá.

-¿Qué significa calzarse la Celeste? ¿Por qué usás la 11?

-Ponerme la camiseta Celeste es el orgullo más grande y una responsabilidad. No una responsabilidad de esas que decís: “Uh, mirá lo que me tengo que poner”. Es una responsabilidad hermosa porque estás representando a tu país, es lo máximo a lo que podés llegar en lo que es el fútbol y es la camiseta más hermosa que podés llegar a ponerte y defender. La número 11 me la dieron. Fue el primer partido que me citaron a la Selección, con el Sub-17, un amistoso contra Chile. Era del 1 al 11. Como era punta izquierda me tocó la 11. Hice un gol, entonces dije: “Esta camiseta no me la saco nunca más”, y me quedó para todo.

-¿Qué es la Garra Charrúa y cómo se ve en el fútbol femenino?

-Es algo que nos identifica. Si ves un partido de fútbol femenino se ve y se habla de eso en los Sudamericanos. Esa garra, esas ganas de querer más. Por más de que esté agotadísima, aprieto los dientes y voy con lo que sea. Es una característica del uruguayo, es una identidad. No es que cada entrenador que tenemos nos dice que tenemos que ser así. Es algo que se contagia, que vos traés de chico. No es algo que se pueda explicar, nos sale de adentro. Miramos el escudo que llevamos en el pecho y eso nos da más ganas de correr y meter.

-¿Quién es Óscar Washington Tabárez para Uruguay y qué notaste del juego Uruguayo en el Mundial?

-Un maestro, un sabio del fútbol, un genio. Ha puesto a Uruguay en lo más alto y creo que nos va a seguir regalando soles. Más allá de no perder nuestra identidad, fue un juego más de toque, de abrir la cancha, buscar los espacios, salir jugando de atrás. Antes era: “Llega la pelota y pumba para arriba”. Hoy en día bajo y juego. Son todos jugadores que están jugando en Europa. Se nota como van saliendo desde más chicos al exterior. Ves las características que tiene el juego Europeo. Claramente tener a dos delanteros goleadores es lo que nos hace aún más fuertes, cada vez que la tocan hay peligro. Igual, la pelota parada puede llegar a ser un arma letal en un partido. Una pelota quieta te lo puede definir, se vió en los partidos de Uruguay y fue fundamental.

-¿Cómo ves a Uruguay de cara al partido con Francia?

Lo veo bien. Más allá de que se esté rumoreando el tema de (Edinson) Cavani. La vez pasada quedó dado de baja Josema (Giménez) que hace una dupla extraordinaria con Godín y le tocó entrar a (Sebastián) Coates y es lindo decir que no se sintió la falta. Yo creo que el Maestro tiene otra arma guardada. Seguramente al jugador que le toque entrar lo va a hacer de la mejor manera porque es una Selección que tiran todos para el mismo lado. No se caracteriza por un nombre, sino por ser un equipo. No dependemos de alguien para llegar a algo. Tenemos buenos jugadores en todas las posiciones.

-Si te llamase el Maestro Tabárez para ir a jugar por Cavani, ¿Te ponés los botines y encarás a Samuel Umtiti?

-Olvidate que sí. Con Lucho (Suárez) me encantaría jugar. Aparte es mi referente, es mi ídolo. Tengo foto con él, la camiseta del Barcelona. De él tengo la característica del gol, de estar ahí, del choque. No me gusta decir estas cosas porque tampoco es para tanto. La gente dice que soy la Luis Suárez del fútbol femenino, es un orgullo. No importa a quién tengamos atrás, le damos para adelante.Los estudiamos previamente, cómo marcan, cómo juegan y explotamos. Velocidad y un buen desmarque.

Las licencias de paternidad durante un Mundial

Tatiana Milani @Tatmilani

En los días que ya transcurrieron del Mundial de Rusia 2018, cuatro de los jugadores convocados por cada una de sus selecciones vivieron la experiencia más linda que pueda transitar un hombre: ser papá.

Dos de ellos se enfrentarán mutuamente en uno de los partidos por lo cuartos de final. Por el lado de Inglaterra está Fabian Delph, quien luego del choque frente a Bélgica, se subió a un avión privado que le cedió la federación para que llegue a Londres, justo a tiempo, para el nacimiento de su tercera hija, pese a que se perdería el encuentro que debía afrontar contra Colombia. Enfrente está Suecia y su capitán Andreas Granqvist. La esposa de éste dio a luz horas antes de la confrontación con el país británico.

Sin embargo hay una gran diferencia entre ambos. El jugador sueco no viajó a conocer su hija ya que debe sí o sí jugar este partido, y si lo ganan continuar con la delegación hasta que termine su participación mundialista. En otras palabras, no conocerá a su nueva primogénita hasta que finalice la Copa del Mundo.

Los otros dos son Breel Embolo de Suiza y Jonas Knudsen de Dinamarca. El primero tuvo la suerte de poder viajar tres días que no le coincidían con ningún partido y regresar a tiempo para enfrentarse a Suecia. Sin embargo, el segundo tuvo mayores complicaciones ya que no llegó a presentarse al momento del parto porque justo estaba jugando su primera cita de un Mundial: la victoria frente a Perú. Aunque en recompensa, sus compañeros organizaron una colecta de dinero para poder cubrir los gastos del avión privado que lo llevaría a estar tan solo 24 horas junto su novia y su hija recién nacida.

Se puede observar que en cualquiera de los cuatro casos los días que se les da desde el lugar de trabajo a los padres es de un número completamente irrisorio. Pero esto no es algo que solo sucede en el fútbol, ya que en otros empleos y en otros países la licencia por paternidad es nula o muy baja para cualquier asalariado.

En Argentina, por ley, solamente son dos los días que tiene el padre para ausentarse en el trabajo, y que aún así le paguen el sueldo, y pueda acompañar a la madre en el proceso de cuidar al nuevo bebé.

“En un mundo de iguales, tampoco hay razón para que los padres compartamos tan solo dos días en el momento del nacimiento de nuestros hijos. Sabemos lo importante que es estar en familia en esos primeros días. Por eso vamos a presentar un proyecto de ley para extender la licencia por paternidad”, aseguró el presidente Mauricio Macri en la apertura de sesiones ordinarias del Congreso el primero de marzo del corriente año.

Esta es otra de las luchas que está combatiendo el feminismo para acortar la brecha de género y se espera que el mandatario cumpla con sus dichos. Ellos tienen el mismo derecho que las mujeres de enfocarse en los primeros meses de vida de su hijo sin tener que preocuparse por perder su empleo. Los hombres sí son necesarios para la crianza de los niños y su tarea no está solamente enfocada en su trabajo y en traer comida a la mesa, cosa que, en la actualidad, también lo puede hacer la madre.

Tapia y los atajos del corto plazo

Julián Rozencwaig

La formalidad dirá que la historia oficial comenzó aquel 1° de junio de 2017 cuando Jorge Sampaoli, el entrenador reconocido por la obtención de la Copa América con Chile en 2015 –por primera vez en la historia trasandina-, dio su primera conferencia de prensa vestido con el buzo de la Selección Argentina. Sin embargo, el último desempeño del oriundo de Casilda no fue precisamente en el país situado al otro lado de los Andes, sino en Sevilla de España, institución en la que logró un cuarto puesto coronado con goleada 5 a 0 a Osasuna. “No me voy ni por plata, ni por otro club, ni por mercenario. Si me voy, me voy a la selección de mi país”, dijo en la conferencia de prensa post partido.

Pero un mes atrás, Edgardo Bauza aún era el director técnico del seleccionado argentino. La asunción de Claudio “Chiqui” Tapia (entrenador, dirigente en Barracas Central y vicepresidente de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Estado o simplemente Ceamse fueron algunas de sus funciones previas, sin título alguno) en la presidencia de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) tambalearon la continuidad de “El Patón” en el cargo.

Y así fue como apareció un “audio filtrado”, esa frase que tanto revolotea en el día a día de los argentinos y no solo en el ámbito deportivo. La reunión entre el flamante presidente del ente máximo del fútbol argentino y el conductor del equipo ya había finalizado, cuando los supuestos dichos vociferados por el mandatario mediante la grabación, abundaban los medios de comunicación: “Es un boludo. (…) Capaz que después de ahí reflexionó y se irá”. Cuatro días pasaron para su desvinculación.

Y la odisea inició nuevamente. Sampaoli admitió que anhelaba “hace mucho tiempo” dirigir al equipo argentino. Cuando los resultados no acompañaban y el hincha no apoyaba, el directivo lo defendía como a un amigo de toda la vida, ese al que uno es capaz de quemarse con fuego. “Confío en él”, le anunció a Radio Mitre el 13 de julio y justificó: “Se la jugó cuando vino porque estaba cómodo en Sevilla y hasta tenía ofertas superadoras”.

“Lo banco aunque Argentina no pase la primera ronda del Mundial. Ya lo hablé con él”, soltó aduciendo que el contrato acordado es por cinco años, es decir, hasta la Copa del Mundo que se disputará en Qatar. Las pruebas lo delatan. ¿Fe ciega? No solo pasó la primera ronda, sino que alcanzó octavos de final.

No obstante, las operaciones asomaron para el siguiente capítulo dentro del show mediático, que convence y deprava a millones de televidentes y lectores: nuevamente, la aparición de la tan moderna palabra“audio” era tema principal para la industria comunicacional, en esta ocasión del entrenador de Atlético Madrid, Diego Simeone, criticando al casildense.

Encuestas, noticias y debates acerca de la llegada de un “hombre capacitado” al cargo que aún hoy está ocupado abundaron.¿Y si acaso sucediera una idéntica situación en cualquier otro ámbito laboral? ¿No es más frustrante que la eliminación dentro de una Copa Mundial de fútbol?

“El procedimiento educativo más poderoso que tiene la sociedad son los medios de comunicación (…), que se especializan en pervertir a los seres humanos”, manifestó en alguna ocasión un pensante Marcelo Bielsa, entrenador que condujo la Selección Argentina de 1998 a 2004. La frase es aplicable para este presente tan identificado con la antítesis de su razonamiento.

A Tapia lo delatan sus dichos, como a cualquier dirigente, deportista y ser humano a la hora de tomar decisiones. Según una entrevista publicada el 18 de octubre de 2017 en diario La Nación, su vínculo con la AFA por cuatro años y el de Sampaoli por cinco envuelve proyectos y, “para que un proyecto se dé en los resultados, tenés que dejarlo y cumplirlo”.

Un hombre vale lo que vale su palabra, expresa un dicho. Si es verdad, es otra discusión. Si el entrenador se queda o se va, no parece vislumbrarse muy lejos. Que el tiempo haga lo suyo y dé la razón al que la tiene.

Foto: AFP

Fara Williams, una futbolista callejera

Iván Lorenz @Ivanlorenz_

Vaya uno a saber qué pasa por la cabeza de un futbolista a la hora de patear un penal. La pena máxima la llaman. Esa pena tiene una víctima y un ejecutor. No hay roles fijos. A veces le toca al pateador ser el verdugo o al revés, y el arquero automáticamente supera ambos términos para convertirse en salvador, héroe. Es un duelo mental. Externo, si se piensa en las tribunas, el rival, el equipo, el torneo, el campo, el desarrollo del juego. Interno, lo que nadie sabe.

Vaya uno a saber qué pasaba por la cabeza de Fara Williams cuando la árbitro Carol-Anne Chenard vio la mano en el área de la colombiana Carolina Arias y pitó penal para las Leonas inglesas. Queen Fara -así la llamaban en Everton- tenía que patear desde los 12 pasos aquel 17 de Junio de 2015 en Canadá, donde se enfrentaron Colombia e Inglaterra en el Mundial Femenino.

Vaya uno a saber qué pasaba por la cabeza de la número 4 inglesa. Imposible. No existe leer los pensamientos del ser humano. Pero lo que sí existe -y de esto no se salva nadie- es el archivo. Arma letal del periodista. Permite conocer a una persona, hurgar en busca de historias para contar. Es imposible saber qué pasaba por la cabeza de Fara, pero el archivo permite suponer aquello que podría haber pensado en ese momento la londinense de ojos oscuros, opacos.

Los primeros pasos hacia la pelota quizás le recuerdan a sus primeros pasos nocturnos en las calles de Peckham, zona sur de Londres. Algo aterrada a sus 17 años. Una joven que acababa de abandonar su casa por una discusión con su tía, que la había invitado a irse. Una joven que no sabía que pasaría los siguientes seis años sin hogar, yendo de hostel a hostel, vagando por las calles londinenses. Una joven que no sabía que aquella discusión en su casa en Battersea, la alejaría de su madre por nueve años, en gran parte porque ambas son algo tercas.

Podría estar pensando en sus gambetas de aquel entonces que, muy lejos de quebrar cinturas con una redonda, consistían en caminar 100 metros y girar para volver a caminarlos, para que su entorno piense que estaba algo loca. Podría también pensar que los gritos de esos días, que no ordenaban y alentaban a sus compañeras, eran exclamaciones con el fin de intimidar para que las personas se alejen.

El grito de los fanáticos ingleses, expectantes de sus siguientes movimientos, los que confían al ver el número 4 en su espalda, la podría llevar a pensar lo mucho que ocultó su condición de chica callejera. Su doble vida: la de la muchacha que dejaría todo por representar a su país y la de la niña indigente, aquella que no lo contaba por miedo a ser juzgada.

Quizás, se acuerda de que el fútbol la ayudó a sobrellevar esos seis años de deambular. De que fue el deporte, el que la motivó a no volver a la casa y luchar por ser una de las jugadoras más importantes de la historia inglesa. A pensar que en algún momento, luego de debutar con la mayor en noviembre de 2001, tendría casi 30 partidos más con la camiseta inglesa que el mismísimo Peter Shilton, aquel que sufriría la Mano de Dios dos años después del nacimiento de Fara.

O si no, el recuerdo de las niñas y niños indigentes que ella entrena para que tengan un lugar en donde reposar y disfrutar y que, por algunos momentos, se les olvide que viven en la calle. Que se olviden de comprar drogas y solo quieran recuperar la pelota y jugar. Porque ella sabe que un pequeño en situación de calle no tiene nada. Ella, sin embargo, tenía el fútbol, que la hacía pensar que todo iba a estar bien. Entiende la soledad que pueden sentir, que ella suplió hablando con algunos amigos de confianza, pero siempre manteniendo una barrera alta hacia su persona. Era difícil de amagar la mediocampista.

Cuando se acerca aún más al balón y ya debe pensar dónde colocarlo, podría acordarse de la libertad y la independencia que sintió al abandonar su casa y la sensación de estar volando en ese preciso instante. Las ganas de volver que su tozudez borraba de su cabeza y convertía en ganas de vestir la camiseta nacional, con la que, sin saberlo, se convertiría en la inglesa más ganadora.

Tiene que pensar también, se supone, en cómo sus botines Nike, amarillo flúor, pipa violeta, impactarán el objeto redondo. Entonces quizás hace un repaso de su trayectoria para aplicar todos sus conocimientos y lograr que la pelota conecte con la red. Entonces recordaría sus comienzo en Chelsea, su paso por Charlton AthleticEverton o su presente en Liverpool y, por qué no, ya se imagina su futuro en Arsenal. Con los clubes recuerda las dos FA Cup de mujeres que ganó o la Premier League o sus premios a la Jugadora Internacional del Año.Tiene que convertir.

Hope -divertido que su nombre signifique esperanza- Powell podría invadir sus pensamientos. La entrenadora que tuvo en la Sub-19 de Inglaterra y que le recomendó ir a uno de los centros de ayuda para indigentes, cerca de la estación de tren King´s Cross, donde J. K. Rowling elegiría mandar al protagonista de sus libros, Harry Potter, a tomar el tren para ir a Hogwarts y el mundo de la magia. No tan parecido a un mundo mágico pero acogió a Fara, que capaz también pensaba que luego de convertir ese penal, estaría aún más cerca de convertirse en la inglesa más goleadora de los mundiales. Se acuerda, posiblemente, de la bolsa de dormir que le regaló Powell, una de las primeras que dió cuenta de la condición que Williams ocultaba con esmero.

Otra profe podría aparecer cuando Fara ya se prepara para arquear la pierna y chutar. Mo Marley, quien la dirigió en Everton y le consiguió un trabajo como entrenadora, cosa que cambiaría su vida, comenzaría a cambiar su condición de callejera. La misma mujer que se encargó de pagarle los viajes ida y vuelta de Londres a Liverpool para que vaya a las prácticas. La ciudad de Liverpool y Everton, lo cual la podrían llevar a pensar en Amy Kane, su compañera de equipo que, junto a su familia, la acogieron por un tiempo. Incluso podría pensar que, algunos meses después tras patear el penal, se estaría casando con Amy, sin saber que eso provocaría la separación.

Ya cuando su pierna comienza a descender, podría pensar en cómo festejará el tanto. La podría invadir entonces, un recuerdo que le podría hacer brotar lágrimas. Pero empezaría, seguramente, con una pregunta: ¿Por qué borró el mensaje de texto de su madre, que había seguido su carrera para no perderle el rastro? Quizás no estaba con la cabeza para eso, porque fue en 2009 y justo había clasificado a la final del Campeonato de Europa. Porque el corazón que armó para el festejo de uno de los tantos ese día, quizás no estaba dirigido a su madre Tanya.

Recordaría quizás, que su madre volvió a insistir en 2010, cuando hizo un gol al minuto 50 ante Suiza para clasificar al Mundial 2011 en Alemania. Volvió a festejar formando un corazón, al igual que Di María en 2014 ante el mismo rival. Su madre decidió escribirle nuevamente, agradeciéndole por el festejo, ya que ella estaba cercana a cumplir los 50 años. Se acordaría entonces que, tras leer sola en una habitación el mensaje rompió en llanto y comenzó a recomponer la relación con su madre, la mujer que años antes se había cruzado en el funeral de su abuelo, sin intercambiar una palabra.

Pero son todas suposiciones. Tampoco sabía que luego saldrían terceras, a pesar de que posiblemente pensaba en dar la vuelta con Inglaterra. Pero los pensamientos desaparecen en el momento justo en el cual impacta el balón. Ya nada importa, solo resta ver quien será el verdugo esta vez. Sin sacarle el ojo de encima, siguió el trayecto de la pelota y oyó el silencio en su cabeza. Ese silencio que, una vez que el bombazo cruzado superase a la arquera colombiana Sandra Sepúlveda, se convertiría en festejo y grito de gol.

Un guía, un transformador, un Maestro

Joaquín Arias

Un señor que se crió y creció en Montevideo ya tiene 71 años. Tres compatriotas de él, que irradiaron infancia hace algunas primaveras, suman 65 entre todos. La cuestión etaria sería intrascendente si no fuera por el hecho de que Oscar Washington Tabárez, el entrenador más longevo en posicionarse entre los ocho mejores de un Mundial, es el encargado de liderar, entre otros, a Rodrigo BentancurNahitan Nández y Lucas Torreira –aquel trío cuyas edades juntas no llegan a las siete décadas– para que en conjunto catapulten a Uruguay hacia la cima universal por tercera vez.

Cuando Tabárez dirigía en su primera Copa del Mundo, en Italia 1990, 11 de los 23 jugadores del plantel charrúa de Rusia 2018 no habían nacido. Solamente el volante Carlos Sánchez, el lateral Maxi Pereira y el arquero suplente Martín Silva superaban los cinco años. La diferencia de edad es mayúscula, aunque diminuta en comparación con lo que representa para la pelota uruguaya ese hombre que camina su cuarto certamen mundialista con bastón, producto de una neuropatía crónica: un líder que pone su experiencia y sabiduría al servicio del crecimiento futbolístico y humano, fundamentalmente, de jóvenes y adultos que visten la camiseta celeste.

En el período de 15 años entre 1991 y 2005 que sirvió de paréntesis para una y otra era de Tabárez, el cambio fue lo único permanente en la Selección uruguaya, a tal punto que pasaron 13 entrenadores. El Maestro, que se recibió como docente en el Instituto Normales de Montevideo y que alternó la enseñanza en aulas de primaria con su puesto de zaguero o lateral derecho, retomó el timón en 2006 para hacerlo de manera integral.

Es conductor de la Selección mayor al mismo tiempo que supervisor de los conjuntos juveniles, desde el Sub-15 hasta el Sub-20. Lo deja en claro en el proyecto “Institucionalización de los procesos de los Seleccionados Nacionales y la formación de sus futbolistas”, una combinación de diagnóstico, evaluación y plan ideado por él en el que, por ejemplo, mide el “severo” impacto de la globalización en el fútbol del país oriental.

Tiene 71 años, sí, pero eso no le impide comprender la idiosincrasia del fútbol actual. Sabe que con la “garra charrúa” no es suficiente y por eso, como aseguró Diego Forlán, “están apareciendo jugadores con buen trato de pelota, con un estilo diferente a lo que tenía Uruguay a lo largo de su historia, algo que está bien porque el futuro de la selección pasa por ese tipo de jugadores”. “Se está cambiando la filosofía de juego, se le sumó más manejo de pelota”, aportó otro goleador, Enzo Francescoli.

Según la perspectiva del docente y filósofo Darío Sztajnszajber, quien se opone a la cuestión “formadora” de la educación aduciendo “¡como si los alumnos no tuvieran forma!”, al Maestro le quepa a la perfección el mote de guía, de transformador. Su enfoque educativo se resume en su frase “un joven talento debe entrenar y prepararse para desafíos de la vida; el joven debe estudiar, no debemos entorpecer eso, debemos favorecerlo, eso acrecienta las posibilidades deportivas”. Inculca conocimiento en diversas disciplinas como la historia y la geografía, organiza salidas a museos y teatro para los jugadores jóvenes y apuesta a los buenos modales, una convicción que se ve evidenciada en que no permite dejar los platos en la mesa.

Cuando hay vocación, conocimiento y capacidad para liderar un equipo, 40 y hasta 50 años de diferencia no marcan nada. Como tituló el diario Marca uno de sus artículos, Uruguay es “el espejo en el que Argentina no quiere mirarse”. En términos de territorio y población, la nación charrúa es muy pequeña, y más todavía si se la compara con la figura de ese guía, transformador y maestro que hace 71 años fue bautizado como Oscar Washington Tabárez.

El secreto del Tigre

Alejandro Rodríguez Tovar

Para nadie es un secreto que Radamel Falcao García es uno de los futbolistas más importantes en la historia del fútbol colombiano, llegando incluso a ser el máximo goleador de la selección cafetera con 30 goles. Su relación con la Tricolor tuvo su punto más alto el pasado 24 de junio, cuando Colombia derrotó a Polonia 3 a 0 con un gol suyo, cumpliendo el sueño que tenía desde pequeño y que había postergado cuatro años por la lesión en su rodilla izquierda que le impidió disputar el Mundial de Brasil 2014.

Durante dos temporadas, el mayor goleador en la historia de la Europa League jugó en la isla británica, para el Manchester United en la temporada 2014/15, y para el Chelsea en la 2015/16, aunque su rendimiento no fue el esperado y debió volver a la liga francesa. El próximo rival del equipo de Pékerman será Inglaterra, por los octavos de final, y El Tigre quiere seguir sumando goles en su cuenta personal para avanzar de ronda. Pero hay algo detrás del jugador del Mónaco que muchos no saben y es que el capitán de Colombia tiene ascendencia inglesa.

Recién iniciaba la década del ’30 y Europa aún sufría los estragos de la Primera Guerra Mundial y de la Gran Depresión de 1929. En Burn, un pequeño pueblo del condado de Yorkshire del Norte, ubicado al nordeste de suelo inglés, vivía George King, quien se desempeñaba como contador en Selby, una aldea vecina. La dura crisis obligó a King a aceptar un trabajo en el norte de Colombia, en la multinacional UnitedFruit Company, exportadora de bananas en la Costa Caribe, así que armó sus valijas y desembarcó en tierras colombianas en 1932 con su esposa esperando un hijo. Lamentablemente su mujer falleció en el parto de la pequeña criatura y King quedó viudo. En medio de la tragedia decidió quedarse en América, donde conocería a una mujer con la que se casaría de nuevo y tendría cinco hijos: Jack, Roy, Carlos, Telma y la abuela de Falcao, a la que llamaron Denis.

Así fueron creciendo los King en Santa Marta hasta llegar a Radamel García King, padre del delantero del Mónaco y exfutbolista, quien, en 2014, mientras su hijo jugaba en el Manchester United confesó que quiso sacarle el pasaporte inglés a Falcao.

Denis King todavía vive en Santa Marta, junto con su familia, y recibe muchas veces la visita del delantero de la selección colombiana, que no pudo demostrar su poder goleador en la tierra de sus antepasados, pero que espera seguir inflando las redes en la máxima cita del fútbol mundial, marcarle al país de su bisabuelo y avanzar con Colombia a cuartos de final para seguir haciendo historia y tratar de superar lo hecho en la Copa del Mundo pasada. Esta vez, con El Tigre en la cancha.

La caída argentina, en los diarios del mundo

Dalmira San Miguel, Tomás Seré, Nahuel Gala y Joaquín Arias

La derrota de Argentina por 4 a 3 ante Francia el sábado en el Kazán Arena tuvo repercusión en múltiples diarios y sitios web del mundo. Para comenzar, todos los medios franceses coincidieron en que Kylian Mbappé fue la figura del encuentro. El diario L’Équipe título la nota “¡Que locura!”. A esta, la acompañó una fotografía de los jugadores franceses festejando el triunfo. Además, definió al primer gol de Ángel Di María como ‘golazo’. El periódico Le Monde, en tanto, rotuló: “Los azules borraron a la Argentina y continúan su viaje a cuartos”. Por último, Le Figaro utilizó adjetivos calificativos para nombrar a los jugadores franceses: “Majestuoso Mbappé, fabuloso Griezmann, suntuoso Pogba”. En el mismo artículo la Selección Argentina fue descripta como “difícil, fuerte y gran rival”.

Il Corriere dello Sport, de Italia, tituló: “Adiós al sueño mundial argentino, ¿era la última chance del 10 argentino?”Tutto Sport, por su parte, publicó: “Mbappé borra a Messi, Francia 4 – Argentina 3” y agregó que “La Pulga otra vez se va cabizbajo”La Gazzetta dello Sport hizo foco en las declaraciones de Diego Armando Maradona: “Argentina era la crónica de una muerte anunciada”. Además, fue el único que recalcó la salida de Javier Mascherano de la selección.

El periódico estadounidense USA Today publicó que por un tiempo, parecía que la suerte de Lionel Messi había cambiado y, con ella, su forma de pensar, convirtiendo su experiencia en la Copa del Mundo de la miseria al optimismo e incluso poniendo una sonrisa en su rostro por el más breve de los momentos. No duró mucho” y aseguró que “Messi desapareció del corazón de la acción durante largos tramos en Kazán”. A su vez, The Guardian, de Gran Bretaña, expuso que “al final, el horror simplemente se confirmó”, además de referirse al elenco albiceleste como “un equipo que parece preparado para sobrellevar, para arreglárselas lo mejor que puede, hasta que un momento individual cambiara todo” y afirmar que “Messi estaba en un escondite desde el principio”.

The Sun, también británico, encabezó aseverando que “Kylian Mbappé crece de niño maravilla a ´El hombre´ y destrona a Lionel Messi”, mientras que Bild, de Alemania, puso en su tapa: “Mbappé dobla a Messi”. La particularidad de este diario fue que catalogó a Nicolás Otamendi como “el jugador más repugnante de esta Copa del Mundo”, a lo que añadió que “el defensor tuvo actuaciones y descarrilamientos que permiten poner en duda su sentido común”.

¿Qué publicaron los medios de países limítrofes? En primer lugar, Gazeta Esportiva de Brasil calificó al encuentro como un “partidazo” y destacó que Francia “aprovechó las fallas en la defensa” para ganar 4 a 3. A su vez, la sección deportiva del diario La Tercera de Chile indicó que “esta vez no hubo espacio para ningún milagro. Ni menos para la aparición de un genio para torcer el destino. Francia respondió al favoritismo y se deshizo de Argentina en el primer duelo de octavos de final” y luego resaltó el “amor propio” de la selección de Sampaoli. El sitio web Ovación, de Uruguay, subrayó el hecho que Argentina está “afuera de los 8 mejores de un Mundial por sexta vez” y remarcó la mezcla de frustración y optimismo de cara al futuro expresada por Jorge Sampaoli en la conferencia de prensa posterior al juego.

Caemos para aprender a levantarnos

Nahuel Gala @nahueGala

Parece como si el clima de la Ciudad de Buenos Aires se contagiara de lo que sentimos en este momento. Como si el gris que se disipa por la Capital Federal se confundiera con la tristeza de que la Selección Argentina quedara eliminada nuevamente de una Copa del Mundo. Pero el fútbol de nuestro país pide a gritos una reestructuración urgente, con una idea clara y un proyecto que seguir.

Respetando plazos, pensando a futuro, apostando por juveniles, que lo inmediato no ocurra tan prontamente, que se prepare, se piense, se analice y se ejecute. Argentina es un conjunto plagado de estrellas que representan de la mejor manera posible a esta nación a lo largo y a lo ancho del planeta. Lamentablemente, llega un momento en el que los resultados no se dan y el ansiado deseo de victoria enceguece la realidad.

Tanto querer levantar un trofeo, tanto querer estar en la cima, que se desvía el foco principal: el proceso. Uno que murió cuando José Pékerman dejó el cargo de entrenador tras caer en cuartos de final del Mundial de Alemania 2006. Famoso por su formación de novatos junto a Hugo Tocalli, su asistente, lograron que la albiceleste se afianzara con el título en los Campeonatos del Mundo Sub-20 de 1997, 2001, 2005 y 2007. La mayor, desafortunadamente, no logra una copa internacional desde 1993. Un cuarto de siglo sin consagrarse.

A la hora de regenerar esa semilla perdida, hay varios equipos que se pueden tomar como grandes ejemplos para imitar. Para empezar, es necesario tener una organización fundamental en la Asociación del Fútbol Argentino, algo que no sucede porque además de que fue intervenida hace unos años, los escándalos con respecto al sueldo de los jugadores generaron un contundente paro de futbolistas en su momento. Si cada uno tira para su lado es muy complicado salir a flote. Asimismo, la función de los más jóvenes es indispensable.

De los últimos cinco Mundiales Sub-20, en Rusia estuvieron presentes solo dos integrantes de aquellos planteles: Nicolás Tagliafico (2011) y Cristian Pavón (2015). En cambio, Uruguay, por ejemplo, aportó once. Entre ellos Martín Campaña (2009), Nahitan Nández(2015) y Rodrigo Bentancur (2017).

Organizar la futura camada es muy importante. Educar entrenadores, dirigentes, futbolistas, preparadores físicos, ayudantes de campo, puede servir para que lo cosechado rinda sus frutos. La Federación Alemana de Fútbol aporta un gran respaldo a sus 36 clubes de élite (18 de Bundesliga y 18 de 2. Bundesliga, segunda división profesional) para que fomenten la educación amateur a jugadores hasta la categoría Sub-21. Los directores técnicos de las categorías Sub-9 hasta Sub-19 obligatoriamente deben ser full time.

Los teutones son los principales artífices de seguir una idea sin derribarla en el largo camino que conlleva: en la Eurocopa del 2000, disputada en Bélgica y Holanda, cayeron en fase de grupos por primera vez en su historia. Luego perdieron la final de la Copa del Mundo de Corea-Japón contra Brasil 2 a 0. En el Campeonato Europeo de Portugal 2004 volvieron a caer en primera ronda. Fue así que, en el Mundial del 2006, albergado en su nación, terminaron en el tercer puesto.

Dos años más tarde, en la Eurocopa de Austria y Suiza cayeron en la final ante España 1 a 0, resultado que se repetiría en las semifinales de Sudáfrica 2010 en Durban Stadium ante el mismo rival. En Ucrania y Polonia, donde se celebró el Campeonato Europeo del 2012, también sufrieron la caída en esa instancia, esta vez a manos de Italia. No dejaron de creer y de seguir su proyecto. Finalmente, en Brasil 2014, alzaron la Copa del Mundo en el Maracaná.

Joachim Löw, entrenador desde el 2007, no bajó la cabeza y siguió al mando ante tantas derrotas pero que trajeron lo que deseaba. Hace once años es quien dirige a Die Mannschaft y renovó contrato hasta finalizar Qatar 2022. En este milenio, Alemania tuvo solo cuatro: Erich RibbeckRudi VöllerJürgen Klinsmann y Löw.

Argentina, en cambio, tuvo nueve entre Marcelo Bielsa (asumió en 1999) y Jorge Sampaoli. Un estilo diferente como el inglés sigue esta línea de restauración e ideología de recambio hace ya tiempo.

En Alemania 2006 cayeron con Portugal en octavos de final con la recordada expulsión a un inocente y joven Wayne Rooney que los dejó con uno menos hasta que, tras 120 minutos, Ricardo (arquero portugués) paró tres penales y le dejó servida la serie a un Cristiano Ronaldo de 21 años que sellaría la clasificación y eliminación de los británicos anotando desde la pena máxima que definió la serie.

De ahí a Sudáfrica 2010 pasaron cuatro temporadas, jugadores mucho más maduros de mente y edad: Frank LampardSteven GerrardJohn Terry y una selección con un promedio de edad de más de 28 años entre 23 convocados. Inglaterra quedó eliminada en octavos contra el conjunto de Löw por 4 a 1.

Roy Hodgson, entrenador inglés en Brasil 2014, reforzó con nuevos jugadores un plantel plagado de leyendas indiscutibles pero que estaban en las últimas con la camiseta de Los Tres Leones. De todos modos, quedaron afuera en primera ronda en el grupo que compartieron con UruguayItalia y la sorpresiva Costa Rica que llegó a estar entre los ocho mejores. Tras tantas caídas, y al quedar eliminados en octavos de final de la Eurocopa de Francia 2016 contra la histórica Islandia, el reclutamiento de jóvenes comenzó.

En el 2017, Inglaterra logró la Copa del Mundo Sub-17 y Sub-20, el Campeonato Europeo Sub-19 y el Torneo Esperanzas de Toulon en Francia. Jugadores como Trent Alexander-Arnold (19) del Liverpool, Ruben Loftus-Cheek (22) del Crystal Palace, Marcus Rashford (20) del Manchester United, Dele Alli (24) del Tottenham Hotspur y Raheem Sterling (23) del Manchester City integran los citados por Gareth Southgate para dar frescura y energía a un equipo que carecía de juventud hace años.

Estas naciones europeas dieron la nota por estructurar sus divisiones inferiores y organizar el fútbol con proyección mirando hacia adelante, que es todo lo contrario a Argentina. De todos modos, nunca es tarde. La reconstrucción es posible si la AFA está dispuesta a que suceda. Queda en manos de los dirigentes que se renueve la manera en que nuestro amado deporte consiga reabastecerse ya que quedó en añicos tras el 4 a 3 sufrido ante Francia en octavos de Rusia 2018.

Indudablemente, los entrenadores y jugadores que vengan de ahora en más también deberán ser respetados como parte del proceso dirigencial y futbolístico que se sugiere que haya. Hace rato que la Selección no gana un título oficial, pero para estar en la cima primero hay que saber estar al borde del abismo y ponerse en cuestión por qué las cosas no vienen saliendo como se espera.

Darse cuenta de que no todo va por el lado de tener al mejor jugador del mundo sino saber complementarlo con juveniles que, a futuro, ganen experiencia y afiancen un grupo en temporadas por venir. Es hora del recambio, sin echar a nadie, solo enfatizarse en quiénes cumplieron un ciclo y le dejan lugar a los más jóvenes y quiénes todavía tienen cuerda para seguir guiando a este conjunto a la gloria que se les niega hace 25 años.

Los cañones apuntan a Sampaoli

Joaquín Grasso

La dolorosa eliminación de la Selección Argentina en los octavos de final del Mundial de Rusia 2018 en manos de Francia generó una enorme desazón en un pueblo albiceleste que apunta todos los cañones a Jorge Sampaoli, acusándolo de ser el principal responsable de esta situación.

Está en evidencia que el entrenador, sea por falta de tiempo –dirigió tan solo 15 encuentros- o por incapacidad propia, jamás logró imponer su idea de juego que tanto resultado le dio en el combinado de Chile y en Sevilla de España.El “desorden ofensivo” que el casildense aspiraba que tuviera su equipo brilló por su ausencia. En su trayecto en la Copa del Mundo, la Selección pecó de previsible, se caracterizó por la tenencia intrascendente de la pelota en la mitad de cancha, sin profundidad, y dependió del diferente –Lionel Messi, quien no mostró su mejor versión en Rusia– para romper las líneas rivales y generar situaciones de gol.

“Es mi responsabilidad no poder encontrar el equipo para acompañar a Lionel”, aseguró Sampaoli tras la goleada sufrida ante Croacia. ¿Y por qué no apostó con la dupla Dybala-Higuaín que tantos goles marcó en el fútbol italiano? El hecho de que Giovani Lo Celso no haya sumado minutos en el certamen resulta impensado y contradictorio a los dichos del DT. El actual volante del Paris Saint Germain era uno de los fijos en el esquema que planteaba Sampaoli en los amistosos y el socio principal de Messi. “Lo Celso, desde mi idea, es un jugador que le va a dar el vuelo futbolístico al equipo. Es importantísimo”, había afirmado, luego del 4-0 contra Haití. Pese a esto, días antes de enfrentar a los Vikingos, lo desplazó al banco y, desde aquel momento, no tuvo chance de sacarse la pechera de suplente.

Pese a estar poco aceitada, la discutida línea de tres/cinco defensores que se había implementado frente a Venezuela por las Eliminatorias volvió a instalarse ante Islandia en el debut mundialista, relegando a la posición de laterales-volantes a futbolistas como Eduardo Salvio y Marcos Acuña, cuyas mejores versiones se vieron en el último tercio del campo de juego. A pesar del sistema empleado y de los nombres que lo conformaron, el elenco nacional exhibió una penosa labor en la última línea y expuso desacoples en el retroceso ante los ataques contrarios. Tal es esta situación que a Argentina le convirtieron nueve goles en cuatro partidos.

Otra de las fallas que desató la desaprobación popular fue la elección del arquero titular. Uno de los motivos por el cual el DT se inclinó por Wilfredo Caballero, suplente en Chelsea, en lugar de Franco Armani, de descollante temporada en River, fue por su correcto juego con los pies. Sin embargo, y por desgracia, Caballero debió ser reemplazado por Armani en pleno certamen por un imprudente error en la salida, justamente en un pase corto, que provocó el primero de los tres goles croatas.Claro está que gran cuota de responsabilidad tienen sus dirigidos.

Muy pocos son los que demostraron estar a la altura de un Campeonato Mundial. Sin embargo, la falencia del entrenador está en no haber podido encontrar los nombres correctos para su idea de juego. Probó una innumerable cantidad de jugadores y no repitió la misma alineación de un encuentro a otro desde que está al mando. No obstante, en sus últimos cotejos, y con la soga al cuello, apostó al 4-4-2 y terminó apoyándose en la ya conocida formación de los “históricos”.

Asimismo, la desacertada elección de plantear el choque crucial ante Francia con un falso 9 y no repetir el mismo esquema que utilizó en el triunfo ante Nigeria colmó la paciencia del hincha. Como era de suponer, Messi se tiró unos metros atrás para entrar en contacto con la pelota y, entonces, el equipo padeció la falta de un estandarte ofensivo e inclinó su juego hacia las bandas sin tener una referencia fija en el punto de penal para finalizar los ataques. Sampaoli volvió a fallar desde el vestuario y esta vez en un cruce de eliminación. Les Bleus no perdonaron y Argentina se volverá a casa.

Toda esta amalgama de desatinos por parte de los jugadores, dentro del campo de juego, y del propio entrenador, a la hora de la planificación, ocasionaron la dolorosa -aunque no inesperada- eliminación de la Selección Argentina de Rusia 2018. “No evalúo la posibilidad de dar un paso al costado”, ratificó el entrenador pero, ¿La AFA respaldará su postura?