Por Lucila Ferreyra
“Seamos futboleras que lo demás no importa nada” se lee en las camisetas de las profesoras de Las Fulbitas, una escuela de fútbol femenino que todos los sábados de 10 a 13 horas dicta clases en la Plaza Giordano Bruno de Caballito.
Todo comenzó cuando cuatro amigas que se conocían de jugar a la pelota decidieron unirse para enseñarles lo que habían aprendido de sus entrenadores a niñas de entre 4 a 16 años. “Nosotras empezamos a jugar al fútbol a los 24 años y siempre pensábamos que nos hubiera gustado tener un espacio donde jugar a la pelota”, declaró Carolina Lebermann, una de las profesoras y fundadoras de la escuelita.
Luego de encontrar una vieja cancha de básquet en una plaza pública del barrio, armaron la página de Facebook en donde pusieron toda la información necesaria y repartieron volantes por escuelas y negocios cercanos.
Así fue como el 5 de septiembre de 2015 comenzaron las clases. Eran apenas 10 o 15 las alumnas y contaban con pocos materiales recordó Sofía Dupleich, una de las entrenadoras. Lebermann agregó: “Nos dimos cuenta que con 20 conitos y 5 pelotas hacés magia en una plaza”.
Actualmente son más de 90 las jóvenes que deciden levantarse temprano los fines de semana para hacer deporte y cinco las profesoras, además de Lebermann y Dupleich Belén Bramanti, Camila Cagliolo y Jessica Meccia.
Las familias de las nenas son una parte importante en la escuela de fútbol ya que participan activamente haciendo rifas para comprar los elementos y siempre aportan ideas que ayudan a que la escuela siga creciendo.
Este desarrollo trajo la necesidad de conseguir un nuevo espacio, un club. Porque a pesar de que les gusta la idea de seguir en la vía pública, la cancha es demasiado pequeña en relación con la cantidad de niñas y los días de lluvia no pueden tener clases.
Otro de los problemas es la movilidad ya que a veces son invitadas a entrenamientos de la Selección femenina o a amistosos con otras escuelas pero no siempre pueden alquilar micros. “Tratamos de hacer actividades en otros lugares relacionados con el deporte y así motivarlas más”, dijo Lebermann.
A veces, jugadoras del Seleccionado nacional se acercan a Caballito a compartir una mañana. “Vinieron Belén Potassa, Mariana Larroquette y Milagros Menéndez para contarles su experiencia, jugar y que las chicas las conozcan porque cuando traen camisetas siempre son de futbolistas hombres” contó Dupleich. Además las entrenadoras pronto partirán a Francia para apoyarlas en el próximo Mundial y llevarán una bandera firmada por Las Fulbitas.
A cambio de todo lo que las maestras hacen por ellas, estas jóvenes les demuestran la pasión y determinación que tienen, a pesar de sus cortas edades, para conseguir lo que quieren: jugar al fútbol.