Lucila Coccia @lulacoccia
Compensar propias frustraciones con los jugadores fueron meticulosamente elegidos para que representen un club o nación es algo a lo que el fútbol nos tiene acostumbradxs. Pero cuando el insulto o la crítica va más a allá de lo deportivo y pasa a ser humillante, homófobo, xenófobo es necesario sacar la pelota de la cancha y volver a jugar bajo la misma regla de siempre: el respeto.
Jimmy Durmaz estuvo en el ojo de la tormenta después de lo que fue la victoria de Alemania ante Suecia por 2-1 en el último minuto de partido. El mediocampista fue quien provocó la falta en el borde izquierdo del área que luego Toni Kroos, con un excelente tiro,convirtió en gol. Con ese resultado final Alemania empató a Suecia en cantidad de puntos,ambos con 3 por detrás de México que tiene 6, y significa la gran posibilidad de quedar afuera del Mundial, teniendo en cuenta que Suecia juega ante el primero de la tabla y Alemania con el último, Corea que no sumó puntos hasta ahora.
Sobre el jugador sueco cayó el gran peso de su propia hinchada que en vez de criticar su accionar, que fue ni más ni menos que una falta común en un deporte de contacto, lo atacaron por sus raíces étnicas. Durmaz quién nació en Suecia pero su madre y su padre son turcos recibió incontables insultos tanto en el campo de juego, como en las redes sociales, hasta llegaron a amenazarlo de muerte. Un hecho similar vivió Wilfredo Caballero, arquero del seleccionado argentino que luego del error ante Croacia los hinchas locales arremetieron en las redes sociales contra su familia de manera repudiable.
Desde el cuerpo técnico y el equipo salieron rápidamente a respaldar a el jugador,que luego de un entrenamiento dio un comunicado: “Soy futbolista al más alto nivel. Ser criticados es algo con lo que tenemos que vivir. Es parte de nuestro trabajo y lo aceptamos cada día de la semana. Pero ser llamado asesino, suicida y que mi familia reciba amenazas de muerte, eso es completamente inaceptable. Soy sueco y estoy orgulloso de vestir esta camiseta/bandera. Al mismo tiempo, quiero agradecer a todas las personas que me han apoyado. Estamos unidos. Somos Suecia” y finalizó el plantel junto diciendo “a la mierda el racismo”.
Hace casi un año Durmaz, en conjunto con Locker room talk, realizaron un video promoviendo la lucha contra del homo odio en el fútbol y cómo éste impacta en la vida social de los más pequeños que practican el deporte. “¿Sabías cuánta mierda se esparce entre los chicos por los vestuarios? se cree que es sólo un hecho aislado, pero no termina allí” así comienza el video, que posteriormente decanta en “podemos romper las normas para pintar un nuevo paisaje sobre qué es la masculinidad”. El video se concentra en enseñar a los niños de hoy, que serán los adultos de mañana a romper los lo establecido para el género masculino.
Este fútbol reservado solo para los hombres masculinos perpetúa estos ataques hacia los jugadores, ya que se les resta importancia a la hora de frenarlos, pero también al ser masivo da la posibilidad de exponer este tipo de situaciones para que desde las aficiones se empiecen a cambiar. Para ello es necesario crear nuevos conceptos sobre el rol del hombre, para romper con el afán de demostrar ser el mejor en todo lo que se proponga hacer. Y no hay que olvidar que el fútbol es un deporte en equipo, si falla uno fallan los 11.