domingo, noviembre 24, 2024

La camiseta sueca que juega por los derechos

Lucila Coccia @lulaCoccia

El fútbol dejó de ser un hobby para las mujeres y pasó a convertirse en un trabajo. Día a día se entrenan, hasta a veces dos veces en una misma jornada para llegar a fin de mes, y el salario sigue siendo insuficiente, hasta, en algunos casos, nulo. Esto puede resultar absurdo, pero sucede no porque no cumplen bien su función, sino por el exclusivo hecho de ser mujeres; y ante esto las jugadoras suecas decidieron alzar la voz.

A partir de la desigualdad que viven ellas, en conjunto con Adidas lanzaron una línea de indumentaria que reivindica el rol de la mujer en vísperas del 8 de marzo del año anterior para vestirlas durante la Copa Algarve, disputada en Portugal. La FIFA, a pesar de no permitir mensajes políticos en las camisetas, aceptó la propuesta y alentó la movida.

El proyecto consistió en intercambiar el apellido de la espalda de las jugadoras por frases de feministas, en su mayoría nacionales como Gudrun Schyman, política y vocera de la Iniciativa Feminista, y Zara Larsson, cantante conocida mundialmente, entre otras. “Una mujer puede hacer lo que decida”; “Nunca mires a una persona que está abajo si no es para ayudarla a subir”“No soy una mandona, soy la jefa”“Cada persona que conoces lucha su propia batalla de la que no sabes nada. Sé amable siempre y con todos” son sólo algunos de los mensajes utilizados para la campaña que fomenta la participación femenina en los deportes .

Uno en particular conlleva una historia de rebeldía contra lo históricamente asignado para las mujeres.“Juego por las niñas de Irán”, dijo Khalida Popal, excapitana de Afganistán, quien tuvo que abandonar su país por oponerse a normas religiosas opresoras. “Empecé a jugar al fútbol por diversión hasta el día que escuché que me insultaban porque las mujeres no debíamos hacerlo. Nos quitaron la pelota y nos la destrozaron. Desde ese día empecé a jugar para cambiar la situación de la mujer en Afganistán”.

“La camiseta nacional es un símbolo importante del que nos sentimos orgullosas y creo que es bueno que podamos unir nuestras voces a las de otras mujeres fuertes a través de esto. Que juntas mostremos que todo es posible”, alegó Lotta Schelin, la capitana del equipo.

El proyecto apunta a la visibilización de una problemática que afronta la mayoría de las deportistas de alto rendimiento y propone la unión de las mujeres como medio para lograr un futuro más justo e igualitario. Un detalle no menor de la nueva indumentaria es que parte de las ganancias van a ser donadas a proyectos que fomenten el deporte entre las jóvenes. Para que ellas conquisten la libertad de hacer el deporte que elijan y que cuenten con las mismas oportunidades que los hombres, de continuar entrenando para convertirse en profesionales, tener un sueldo acorde a las horas que le dedican y lograr mantener una vida digna sin recurrir a un empleo externo, como ocurre usualmente.

Suecia es solo la cara visible de lo que se está gestando dentro de los ámbitos femeninos. Se exige un cambio y se trabaja en conjunto para que este ocurra.

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