viernes, noviembre 22, 2024

Lionel Scaloni y el valor de la inexperiencia

Por Juan Segundo Giles

“Eso de la experiencia es una gran mentira del fútbol. Es un misterio. Intentamos analizarlo, ustedes los periodistas y nosotros los entrenadores, e igual lo que hoy es mañana no”, le respondió Pep Guardiola a la periodista Verónica Brunati en La Primera jugada, el podcast de Olé. Sin embargo, aquellos que pertenecen a la vereda ideológica contraria quizás dirán que es otro acto “vende humo” del actual entrenador del Manchester City.

No obstante, José Mourinho, posiblemente uno de los mayores referentes de aquellos detractores del español, se refirió al mismo tema un día antes de la final de Conference League que disputaron Roma y Feyenoord: “Es un partido decisivo, hasta mañana no habrá nada más en mi mente. Es mi forma de ser y de hacer las cosas. Pensé que la experiencia ayudaría, pero no es así. Mi forma de ser es la misma que cuando jugué la primera final. 

La cuestión de la experiencia fue uno de los principales focos de los que se hicieron eco quienes criticaron el interinato de Lionel Scaloni como entrenador de la Selección Argentina desde el 13 de julio de 2018. Ni hablar cuando el 29 de noviembre de ese mismo año Claudio Tapia lo confirmó como el DT oficial de cara a la Copa América del año siguiente.

Sin ninguna experiencia a cargo de un plantel profesional, el ex mediocampista que supo vestir la camiseta argentina en el Mundial de Alemania 2006 tomó las riendas de un seleccionado que estaba en ruinas tras la salida de Jorge Sampaoli luego del Mundial de Rusia 2018. Y es por esto que se esperaba un técnico de mayor renombre y con “peso” que sea capaz de ordenar el desorden.

Para aquellos que les gusta aferrarse al pasado, y algunos que no también, la asunción de Scaloni fue un baldazo de agua fría. Porque era la antítesis de lo que había llevado a la Selección Argentina al triunfo. En los campeonatos de 1978 y 1986, los técnicos eran personas consagradas en el oficio, con grandes resultados en sus espaldas. César Luís Menotti había obtenido el Metropolitano 1973 con Huracán previo a ocupar el cargo de seleccionador nacional. Mientras que Carlos Salvador Bilardo había clasificado por primera vez a un equipo colombiano a una final de Copa Libertadores con Deportivo Cali en 1978 y había levantado el Metropolitano 1982 con Estudiantes de La Plata.

Ahora bien, los que en su momento se agarraron de la falta de resultados y de experiencia para criticar a Lionel Scaloni son los mismos que pusieron en primer plano, también, los resultados para el “fracaso” de Corea del Sur – Japón 2002, pero dejaron de lado la experiencia.

Marcelo Bielsa había recorrido un camino similar al de los dos entrenadores que tocaron la gloria con la Selección Nacional. El rosarino había completado todos los casilleros necesarios para superar el examen de la experiencia. No solo era un entrenador que conocía el puesto, sino que también había sido el “padre futbolístico” de algunos integrantes del plantel mundialista en 2002.

En 1982, en sus inicios como entrenador en las divisiones juveniles de Newell’s, Bielsa llevó a cabo un programa junto a Jorge Griffa que consistió en la búsqueda y captación de jóvenes promesas de norte a sur de la Argentina. Como resultado, surgió el descubrimiento de futbolistas de elite como lo serían Mauricio Pochettino, Fernando Gamboa, Eduardo Berizzo y Gabriel Batistuta, por ejemplo. Con quienes llegaría a la culminación del proceso con la coronación de 1990, el Apertura 1992 y la final de la Copa Libertadores ese mismo año.

Por otro lado, Bielsa ya sabía lo que significaba agarrar un “fierro caliente” previo a encarar su ciclo con la Selección Argentina. Tras su paso por México, el “Loco” se había hecho cargo del Vélez campeón de la Copa Libertadores y de la Intercontinental 1994 con Carlos Bianchi. Y cumplió con las altas expectativas, ya que salió campeón del Clausura 1998 perdiendo solo un partido.

Elegido el mejor entrenador de las selecciones nacionales en 2001, y con una máquina que andaba a la perfección, el castillo de la experiencia y el conocimiento construido por Marcelo Bielsa durante 20 años se desmoronó el 12 de junio de 2002, por solo tres resultados. Esos mismos, o mejor dicho esos resultados totalmente opuestos que hicieron que la casita de cartón de la “inexperiencia” y “falta de conocimiento” de Lionel Scaloni pasara a cotizar igual o más cara que una propiedad ubicada en la Avenida Pricesse Grace de Mónaco o el barrio Tribeca, en Manhattantras la Copa América obtenida el 10 de julio de 2021.

Es por esto que, a las opiniones temporalmente cercanas, pero sentimentalmente lejanas, de Mourinho y Guaridola se le podrían agregar las temporalmente lejanas, pero sentimentalmente cercanas, que expresó Diego Simeone en 2019 con Fox Sports: “No me sorprendió la designación de Scaloni. ¿Quién te dice que gana la Copa América y le tienen que pedir por favor que se quede?”. Porque en el fútbol “lo que hoy es mañana no”, o viceversa. Y la experiencia puede ser recordada u olvidada en base a simples resultados.

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