viernes, octubre 11, 2024

De casi jugar en la Primera División a comandar a un equipo en la lucha por ascender a la B Metropolitana

Por Tomás Schenkman

Daian Vocos es el capitán de Deportivo Español, que está segundo en la tabla del Clausura en la Primera C, a sólo dos puntos del líder Real Pilar a falta de 10 fechas. 

Este martes, vencieron 3-1 a Argentino de Rosario para quedar terceros en la tabla general. El oriundo de Capitán Bermúdez, Santa Fe, explicó por qué llegaron a estar donde están.

-¿Cuál es la clave del gran presente?

-Hoy estamos donde estamos porque tenemos un grupo muy humilde, somos conscientes de nuestro lugar y tenemos los objetivos claros. Hay buena relación y mucha unión entre todas las partes y eso influye a la hora de acomodar todo.

-¿Cuánto influye la presión de la gente?

-La presión de la gente influye mucho y más cuando estás peleando por algo importante como nosotros, los hinchas mandan mensajes motivándome para salir campeón y ascender, y ahí es cuando tenés que saber llevar a los más chicos a que no se vuelvan locos y que lo lleven tranquilos.

Vocos está en el “Gallego” desde 2019 y lleva la cinta desde hace más de dos años. Nunca antes había tenido esta responsabilidad, sin embargo, sus 31 años lo llenaron de experiencia y asume el lugar que tiene que ocupar en el grupo.

-¿Cómo llevas la capitanía?

-Siendo capitán todos te miran, tenés que dar el ejemplo tanto adentro como afuera de la cancha. Trato de aconsejar a mis compañeros siempre desde la humildad, porque eso perdura en el camino de los más chicos. Hay muchas etapas que van a atravesar, a veces juegan, otras no, y ahí juega mucho la cabeza.

-¿Por qué crees que te eligieron?

-Por los años y la experiencia, además estoy hace mucho en la institución y fui creciendo mucho acá. Tengo muy buena relación con los dirigentes, con el cuerpo técnico, trato de que todos estemos enfocados en lograr los objetivos grupales.

-¿Qué cambió desde que ocupas ese rol?

-Creo que cambió mi manera de ver el fútbol. Al no ser capitán tenés menos responsabilidades y quizás jodés un poco más. Pero llevar la cinta implica mayor seriedad, mostrar una imagen ejemplar para que todos los chicos te copien y te hagan caso para llevar al grupo por buen camino.

El “Pacha”, como lo apodan sus compañeros, hizo inferiores en Rosario Central y en Quinta División se fue a probar suerte a Central Córdoba de Rosario, donde un año más tarde hizo su debut en Primera. Allí estuvo casi tres años hasta recalar en Juventud Unida de Gualeguaychú, donde tuvo el mejor momento de su carrera porque tuvo “la posibilidad de jugar cuatro años en el Nacional B y con grandes jugadores, como Fernando Zampedri, Diego Barrado y Renzo Tesuri”.

-¿Qué fue lo que más te inculcaron?

-Lo que más te queda  de esos jugadores es la humildad. Habían jugado en equipos grandes y, teniendo la vida hecha, seguían siendo humildes. Yo siempre fui de querer aprender y escuchaba mucho. Cuando uno es chico no se da cuenta en el lugar que está y a veces es más impulsivo e irresponsable, ahí sirve que ellos te orienten. Cuando vas creciendo te vas dando cuenta cuánto sirve lo que te aconsejaron. Eso es lo que más les intento transmitir hoy a los chicos.

Luego de esas cuatro temporadas en el equipo entrerriano, el santafesino tuvo un inconveniente con un representante y pasó a jugar en Sportivo Las Parejas (Santa Fe), que militaba en el Federal A. Allí estuvo menos de un año y ahí fue cuando Deportivo Español puso sus ojos en él y lo fichó. Hoy, con más de 100 partidos en el club, supo poner en palabras lo que significa ser capitán.

-Para vos, ¿qué es ser capitán?

-Ser capitán consiste en estar en todos los detalles, ayudar para que todos estén bien psicológicamente para lograr los resultados en los partidos. Afuera de la cancha es cuando más sentís que sos el capitán, tenés que estar en el día a día y hablar con los chicos sobre sus problemas personales, si alguno falta a entrenar, preguntarle qué le pasó y estar pendientes para poder ayudarlos. El fútbol es un deporte de muchos traspiés y hay que estar preparado para saber llevarlo. 

-En cuánto a lo psicológico, ¿qué importancia tiene en el deporte?

-Es importantísimo estar bien de la cabeza siendo jugador de fútbol y más en el Ascenso porque es muy difícil mantenerse. Hemos tenido psicólogo, ahora tenemos una coaching que nos ayuda. Es importante que estén porque hay chicos que no te cuentan todo y hay casos más privados que es mejor tratar con un profesional.

-¿Cómo llevas la exposición de los más chicos en redes sociales?

-Hoy en día los chicos están mucho con las redes y exponen por demás su vida privada. Mi labor es estar pendiente de esas cosas porque cuando los resultados no acompañan, esas cosas que publican les juegan en contra. Trato de que mantengan un perfil bajo y que no se muestren tanto, y que aprendan para cuando les toque ser más grandes y tengan que aconsejar a otros. Por suerte, los chicos se toman bien los consejos, acá en “Español” son muy educados y tienen ganas de crecer, así que te prestan atención.

Cuando terminó su contrato en Juventud Unida de Gualeguaychú, estuvo a punto de irse a jugar a Patronato —que en ese momento estaba en Primera— por medio de un representante (lo querían otros equipos del Nacional B) que lo hizo esperar hasta último momento y lo dejó clavado. Aquella vez, estuvo casi cinco meses sin club y sin saber qué hacer.

Eso lo afectó mucho en lo psicológico porque tenía pensada una vida totalmente distinta y le tocó tener que arrancar casi de cero. Ahí fue cuando más pensó en dejar el fútbol. Sin embargo, remarcó que lo que lo impulsó a seguir fue su familia y “la pasión que siento por el deporte, que es más fuerte que cualquier adversidad”.

Para su suerte, por medio de un conocido, terminó arreglando para jugar en Sportivo Las Parejas (Santa Fe) un día antes de que cierre el libro de pases.

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