sábado, diciembre 14, 2024

Florencia Borelli y su mejor dupla, Milo

Por Joaquín Basile

Corría el 12 de marzo de 2015 cuando una chica de 21 años, apodada “La reina de la maratón”, oriunda de Mar del Plata, daba a luz a su hijo Milo y tenía que tomarse un año de su verdadera profesión, la maratón, para ocupar un nuevo rol en su vida, el de madre. Es común pensar que ser mamá a tan temprana edad sería un problema para ella y para la competencia pero no fue así sino todo lo contrario.

Florencia Borelli, madre de Milo, es la primera mujer en la historia Argentina en subirse al podio y conseguir medalla de plata en la maratón en los Juegos Panamericanos. Al final de la carrera declaró que la maternidad nunca la frenó, gracias a que su hijo la hizo madurar al 100%, que la hizo tomarse muy en serio su trabajo de atleta y que la ayudó a valorar que puede crecer no solo por el logro deportivo obtenido sino también porque al volver a su casa tiene a su hijo esperándola y pasa mucho tiempo con él. 

La primera vez que salió a trotar luego del parto no pudo siquiera levantar los pies, la fuerza que tenía la había perdido, sin embargo, eso no iba a ser un impedimento en su vida profesional. Ocho meses después saldría campeona en el Medio Maratón, de su lugar natal, Mar del Plata. A pesar del gran apoyo que recibe por parte de su esposo, quien es muy presente y es el “amo de casa”, según dice Florencia, hay cosas que las madres son las únicas que pueden hacerlo, como por ejemplo, amamantar, y eso fue lo primero que tuvo que hacer al finalizar la carrera con su hijo de tan solo 8 meses.

La madre del pequeño que hoy en día tiene 9 años hace historia, como en su momento lo hicieron Juan Carlos Zabala con su medalla de oro en Londres 1948, Delfo Cabrera en Los Ángeles 1932 también con su medalla de dorada o Reinaldo Gorno en Helsinki 1952 con la de plata, a esta lista se les suma la chica de Mar del Plata con su medalla de plata en la maratón femenina en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.

“Soy así, medio fría en general. Pero cuando estoy con Milo, soy otra persona”, comentaba la atleta argentina para Clarín en 2019. años más tarde, comentaba en Página 12, cómo logró combinar el alto rendimiento con ser madre y afirmó: “No es fácil, pero creo que todas las madres tienen una vocación, un trabajo al cual le tienen que invertir tiempo y actitud. Soy muy ordenada, eso también me ayuda mucho a lo que hago porque de otro modo no lo podría hacer. Tengo a mi hermana gemela y a mi marido que me ayudan un montón”. 

Florencia dice que Facundo, su esposo,  es el gran pilar en el que ella apoya su carrera y es la clave a los tiempos de su hijo, ya sea que tenga fiebre, se golpee, haya que cocinar, limpiar o planchar, ahí está Facundo haciéndolo, la misma Florencia asegura que siempre que busca un respaldo ahí está y que es un pilar muy grande. 

“La reina de la maratón” tiene una gemela, Mariana Borelli, quien fue de gran ayuda a la hora de combinar el entrenamiento y la crianza de Milo, para hablar de su hermana como madre, Mariana la describe:  “Es muy inquieta y presente, intenta estar en todos lados, ya sea buscarlo al mediodía para llevarlo a comer o para después buscarlo a la salida del colegio”. 

La maratón consiste en una carrera en la que la capacidad aeróbica y de resistencia es vital. Llamada Maratón en memoria a cuando Filípides, guerrero del ejército griego, fue al trote desde Maratón hasta Atenas para avisar que habían ganado la batalla, esa distancia fue aproximadamente de 40 km, hoy en día la distancia oficial es de 42 km y 195 mts (42,195 km) luego que la reina de Inglaterra propusiera un recorrido para la maratón en los Juegos Olímpicos de Londres en 1908.

A unos días de comenzar los Juegos Olímpicos y tener la participación de Florencia en la prueba, su preparación demuestra la importancia y el afecto que tiene con su gemela. En su preparación física, consistió en ir a correr, andar en bicicleta y lo complementó con accesorios de gimnasio, pero lo que la distingue en dicha preparación es que en la mayoría de las pruebas, Mariana estuvo presente apoyandola y dijo: “Sé que la parte psicológica es muy importante en estas instancias, siempre trato de ayudarla, por lo general la acompaño en las pruebas como ir a andar en bicicleta y demás”.

La madre de Milo, que hoy en día tiene 31 años, de Mar del Plata, reflejó en los logros obtenidos, en las competencias corridas, que el ser mamá joven y atleta de alto rendimiento no son incompatibles, siempre y cuando hayan ganas. Esto tampoco es ningún impedimento para perseguir un sueño, sino que al contrario, ayuda a potenciarlo, aunque por más medallas que pueda ganar, su medalla más preciada estará esperándola en su casa. 

 

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