domingo, diciembre 22, 2024
Home Blog Page 8

Juan Cruz Villagra: El legado de una familia futbolera

Por Rocco Miño

Un día fresco, pero soleado en el “Coliseo de Bajo Belgrano”. Allí está Juan Cruz Villagra, que recién terminaba de hacer unos ejercicios regenerativos. Acomoda la mesa, abre la silla y se sienta, está con la vestimenta del club. Tiene el buzo puesto, en el pecho está el 11, número que usó en aquel desempate contra San Martín de Burzaco en el estadio Único de La Plata, marcó el gol para el campeonato y el ascenso de Excursionistas. Y no es casualidad lo que le tocó, “Juanchuli” como es apodado, “no iba a ser titular pero mi compañero Ian Puleio, llegó a la quinta amarilla y me tocó jugar de titular”. El destino lo quiso así, el primer gol del torneo 2023 lo había marcado él y el último del campeonato tenía que ser de Villagra y lo festejó con el “Topo Gigio” a lo Juan Román Riquelme. 

Juan Cruz Villagra festejando el gol con el topo “Gigio”, Foto sacada de Lulibidegainph

-¿Te esperabas ser el autor del gol  y el más importante en la final?

-La verdad que no, cuando pasó lo de Puleio en el partido con Central Córdoba de Rosario, sabía que iba a jugar. Desde ese día me preparé y me mentalicé para la final. Después no me imaginé que iba a hacer el gol, pero me sentí importante y muy participe de la conquista. 

 

-¿El festejo fue por Riquelme, por qué tiras para Boca o por algo en particular?

-No, fue porque días previos del lado de Burzaco, venían hablando que a Excursio le estaban dando muchos penales y demás cosas. Fue más que nada por eso, dijeron cosas que no iban. Salió en el momento del gol y la tiré, igualmente tiro más para Boca, me gusta más que River. 

 

-¿Los hinchas te deben agradecer por el gol, cuando te lo cruzas en la calle o en el estadio?

-Sí me lo recuerdan bastante, son muy agradecidos y te hacen notar el cariño. Eso es algo bueno y me da la satisfacción de que hice las cosas bien. 

 

 

El delantero de 24 años, oriundo de Villa Yapeyú, Santa Fé, dio sus primeros pasos en el baby fútbol de Nuevo Horizonte. De ahí pasó a San Cristóbal en cancha de once, para finalmente recalar en Defensa y Justicia. No solo Juan Cruz surgió del club de Florencio Varela, sino que viene de familia, es hermano de Leandro quien “abrió el camino”, Brian y Nicolás “Uvita” Fernández. Su debut fue en cancha de Colón de Santa Fe, de cual es hincha y de su ciudad natal. “Sentí mucha emoción y satisfacción, es lo que anhelaba”, pero no solo fue eso, ya que ese día fue “maravilloso” porque entró al mismo tiempo que su hermano Brian. 

-¿Te imaginabas ese debut y con todo ese marco?

-Fue algo hermoso e inolvidable. Parecía que estaba todo guionado, iba a ingresar entre los 10 y 15 minutos del segundo tiempo, pero se lesionó Adonis Frías y se paró el cambio mío. Después cuando Hernán Crespo me llama a mí, justo lo llaman a Brian y ahí me puse nostálgico. En el club de nuestro amores, entrar de la mano de mi hermano que me dijo unas palabras de aliento, fue impresionante. 

 

-¿Te acordas qué te dijo?

-Me dijo que no importaba el resultado, que entre y disfrutara del momento. Que no iba a poder revertir el marcador solo, eso me alivió e hizo que viva esa oportunidad.

Juan Cruz a punto de debutar y al lado su hermano Brian

Cada uno de tus hermanos dejó una marca registrada en el club. Leandro convirtió varios goles, Brian hizo el gol del ascenso a primera y “Uvita”, el gol para clasificar por primera vez a primera. Pero vos lograste la Copa Sudamericana 2021 ¿Qué pensas del logro que conseguiste?¿Te lo imaginabas?

-Tuvimos la suerte de tener un paso bueno por Defensa. A mí me tocó ser parte del plantel y jugar dos partidos, quizás no fui tan partícipe, pero fue una locura ese momento. No me lo imaginaba para nada, pero con el correr del tiempo, ver que cada día íbamos creciendo se presentía y sentía el olor a campeón. 

 

-¿Qué es Defensa para vos?¿Te gustaría volver?

-En lo futbolístico y lo cotidiano fue muy importante. Fue el inicio de todos mis hermanos, el crecimiento de mi familia, pudimos salir de Santa Fe, gracias a Defensa que nos dio todo. Es mi vida. Tengo una espina, me hubiera gustado jugar más y es por eso que en un futuro me gustaría volver para devolverle un poco más. 

 

Él no es Fernández, como sus hermanos, sino que lleva el apellido de su mamá Rosana. Pero se nota en esos ojos achinados, en las gambetas a la hora de jugar y con eso basta para afirmar que uno más de la “dinastía” Fernández-Villagra.

Lucas Scarnato, un jugador 100% del ascenso

Por Esteban Bravo 

Lucas Gabriel Scarnato es un jugador de fútbol profesional que se encuentra en actividad desde el 2006, cuando debutó en el club San Miguel, en una época donde la quiebra que duró 16 años (2006 hasta 2022) recién comenzaba. “Al plantel en el que debute se le debían varios meses de salario, todo se hacía por amor a la profesión. Los entrenamientos se hacían en los lugares que se podía y con lo que se podía”, respondió al ser consultado de cómo fue debutar en primera en una situación de crisis.

Scarnato besando el escudo del Trueno Verde

Jugó toda su vida en el ascenso argentino, entre la C y la B Metropolitana. Además del Trueno Verde tuvo pasos por cuatro clubes más: Luján, Laferrere, Atlas y Deportivo Armenio, su equipo actual. Al preguntarle cómo es el día a día de un futbolista de las categorías de ascenso del fútbol local declaró lo siguiente: “Es como otro trabajo, el fútbol fue evolucionando. Cuando yo arranque era muy difícil vivir de jugar al fútbol, de ser futbolista. A raíz de la cultura familiar y los consejos que me daban mis viejos siempre tuve las intenciones de trabajar y de estudiar. Sin duda es un trabajo muy sacrificado ya que implica mucho tiempo de involucrar tu cuerpo y la cabeza”. El deporte que él practica fue evolucionando con el pasar de los años, ahora en los cuerpos técnicos existen figuras como el psicólogo deportivo y el analista de video. La C se profesionalizó, hay muchos más recursos.

En el segundo semestre de su cesión a Luján en 2011, fue dirigido por Adrián del Río que tenía como costumbre tras finalizar los entrenamientos contar una anécdota, un cuento o una moraleja, lo cual le llegó y le llamó la atención al oriundo de San Miguel. Además de ser jugador, también tiene el título de entrenador y su primera y hasta el día de hoy única experiencia en ese cargo fue dirigiendo al plantel femenino del Lujanero, adoptando la idea de contar cuentos en las arengas previas a un partido.

Su momento más recordado y anecdótico como DT del fútbol femenino del club del oeste fue cuando Diego Armando Maradona lo visitó en el vestuario debido a que Rocío Oliva, la última pareja del Diez, formaba parte del plantel. “Fue uno de los momentos más lindos de mi carrera y de mi vida. La posibilidad de conocer a mi ídolo, sin duda el máximo exponente que yo tengo. Tuve la posibilidad de sentar a mi nena a upa, son momentos que no se pueden explicar con palabras. El vivirlo fue el máximo recuerdo que tengo”, recordó el delantero.

Diego Maradona alzando a upa a la hija de Scarnato

Sin duda la institución que más lo representa es la misma que lleva el nombre del municipio donde él vive: San Miguel. La mitad de su carrera la vivió en el Trueno Verde, en su casa se pueden observar tres cuadros con las camisetas conmemorativas que marcan la cantidad de encuentros que tiene en el club de Polvorines: 100, 200 y 271 partidos. Al preguntarle qué significa San Miguel en su vida respondió que es su segunda casa, donde no solamente jugó al fútbol si no también al básquet, cuando se preparó para ser profesor de educación física, practico natación en la pileta del club. Si bien él no nació siendo hincha del Trueno Verde, con el tiempo aprendió a quererlo.

Mucha gente lo ubica como el máximo ídolo del Verde, incluso su cara está pintada en una bandera de la agrupación “San Miguel Crece” junto a los rostros de distintos jugadores representativos de la historia del Trueno. Al preguntarle sobre este tema respondió: “Es muy difícil asimilar eso de ser ídolo. Entender que hay gente que te valora, que te quiere, que te respeta y que siempre te tiene presente, es una forma de darle identidad a esto de ser ídolo. En esa bandera hay jugadores que los ha elegido la gente por distintas temporadas. He salido elegido entre tantos jugadores buenos que han pasado por el club. Siempre que hay algo para aportar siempre estoy presente”.

En la anteúltima jornada de la temporada regular de la B metropolitana 2023, en un encuentro ante Villa San Carlos, Scarnato se lesionó lo que le impidió disputar las finales contra Talleres de Remedio de Escalada y Douglas Haig, en la que el equipo del Noroeste del Gran Buenos Aires logró el ascenso al Nacional B. Fue un momento duro para el delantero tanto físicamente como mentalmente pero sus compañeros lo hicieron sentir parte de ese logro, lo que hizo más llevadero su recuperación.

El plantel de San Miguel junto a Scarnato, post lesión contra Villa San Carlos

Al consultarle qué tiene pensado para su futuro aseguró que quiere seguir jugando y que espera hacerlo por cuatro años más. Cuando se le preguntó qué pasará después de colgar los botines expresó su deseo de ser entrenador: “Sin duda después de retirarme quiero ser director técnico, me estoy preparando para cuando me toque, ser el mejor. Quiero ser el mejor técnico, quizás del ascenso”.

 

 

Lautaro Ortega: mates y fútbol de ascenso

Por Joel González

Con mates de por medio, su gran compañero de todos los días, y en un ambiente agradable en su querido barrio de Parque Patricios, donde nació hace 21 años y vive actualmente, el delantero de San Martín de Burzaco Lautaro Ortega confesó que con los salarios de la Primera B Metropolitana es necesario tener otro ingreso para subsistir, y más si el futbolista tiene una familia que debe alimentar.

Si bien tiene vínculo hasta diciembre de 2026 en Nueva Chicago, equipo que jugará contra Quilmes por los cuartos de final del reducido de la Primera Nacional, desde junio se encuentra a préstamo en San Martín y notó las grandes diferencias que hay entre las dos categorías. “A pesar de que pude de arreglar un contrato en el que cobro el mismo sueldo que en Chicago, sentí el cambio en otros aspectos. En la B Metro, el club no tiene médico, a veces donde entrenamos no hay vestuario y esperamos en los autos para cambiarnos, el agua de las duchas, por lo general, sale fría, y son situaciones normales, que lamentablemente pasan en la división. En cambio, en mi anterior equipo contábamos con dos kinesiólogos, y masajista, concentrábamos en hoteles muy buenos previo a los partidos, las condiciones de las canchas eran mejores, y son factores que, posteriormente, influyen en el rendimiento, sobre todo en el mío que prefiero el pasto en buen estado para poder encarar”.

Por más que el fútbol del ascenso esté profesionalizado, los sueldos bajos de los jugadores no alcanzan para solventar los gastos personales, y sumado a la situación actual del país, en el que la inflación es alta (208,3% interanual, según INDEC), los deportistas deben recurrir a otros trabajos que tengan horarios flexibles que les permita entrenar y viajar a disputar los partidos, en caso de que jueguen lejos del Gran Buenos Aires.

– ¿En ambas divisiones los pagos son escasos?

– No. Hay compañeros en San Martín que sólo con lo que cobran como jugador, no llegan a fin de mes. Además, algunos son padres y les genera un gasto más, por eso tienen otros laburos. Por ejemplo, el capitán es profesor en dos gimnasios propios, varios hacen repartos, o venden ropa. En cambio, en la B Nacional los sueldos son mejores. Si bien hay futbolistas que trabajan en paralelo, cada vez se ve menos, y se debe a que se aumentó el mínimo a un millón de pesos por mes, y hay más premios por parte de los dirigentes de los clubes.

El fanatismo por los mates, y la perfección y dedicación con la que los prepara, en los que deja una mitad seca y ceba del otro lado, le dio la iniciativa de vender productos materos. La idea surgió junto a su pareja, Camila, de quien está enamorado hace cuatro años, y si bien el proyecto comenzó como un pequeño emprendimiento, en los últimos meses, debido a un video que se hizo viral en las redes, creció de tal manera que les generó un ingreso económico significativo.Mates Calau empezó en 2021. Siempre me gustaron los mates y vi que estaba muy relacionado con el ambiente del fútbol, así que le propuse la idea a Cami y aceptó el desafío. Pedimos un préstamo, compramos diez mates y armamos una página en Instagram para publicarlos. A pesar de que nos fue bien, al año siguiente lo dejamos en pausa porque me subieron a Primera y ella empezó a estudiar, por ende, no teníamos el tiempo necesario para darle atención”.

Sin embargo, hace cuatro meses retomaron el emprendimiento y fue furor. Encontraron un proveedor más económico y de mejor calidad, “en septiembre, vendimos alrededor de 100 productos, y en parte fue al video de TikTok que tuvo 1.200.000 visitas. Es una publicación en la que mostramos la promción de un combo matero. Nos salvó eso, antes entregábamos cuatro o cinco por día y estábamos tranquilos, hasta que se viralizó la publicación. Iba a comprar más seguido para reponer stock y nos encargaban en la misma jornada. Mi novia faltaba a la facultad para armar pedidos y responder mensajes. Gracias a Dios nos ayudaron nuestras familias con empaquetados y despachos para los clientes del interior, y con las ganancias que tuvimos, en diciembre, probablemente, nos vayamos de vacaciones a Brasil”. Lo que comenzó como una idea, con el transcurso del tiempo tomó seriedad y les generó una importante ayuda económica para ambos.

@mates.calau

¿Y vos qué estás esperando para llevarte este combo a tan solo $52.000?🔥🤩🧉 Incluye: un imperial liso o cincelado en el color que más te guste, bombilla pico de loro de acero, canasta de cuerina premium, porta mate para el auto y yerbero despolvillador No dudes en hablarnos📲 Válido solo en efectivo/transferencia #mate #mateimperial #promo #descuento #setmatero #mateargentino #cuero #alpaca #matescalau #calabaza

♬ Hoy – Valentino Merlo & The La Planta

Si bien Lautaro cumplió su sueño de ser jugador profesional, es consciente que vivir sólo con el ingreso de futbolista de ascenso no alcanza para tener ahorros, y que requiere de un ingreso externo, en este caso Mates Calau.

Matías Pisano: amor por Chacarita, viajes por el mundo y fanatismo por Toy Story y la Play

Por Gustavo Bettinotti

Es recordado por su paso en Independiente, y con 32 años ya jugó en 12 equipos de 8 países diferentes. Volvió al club de sus amores y tiene otras pasiones fuera del fútbol.

Chacarita, Independiente, Cruzeiro, Santa Cruz, Tijuana, Talleres, Aldosivi, América de Cali, Al-Ittihad Kalba, Argentinos Juniors, Atromitos, Aldosivi nuevamente, Palmaflor y Chacarita otra vez, como en sus inicios. Todos estos pasos tuvo Matías Pisano a sus 32 años, y con varios años más por delante como futbolista, a pesar de ya contar con el título de entrenador, profesión en la que por ahora no se imagina, y que siente “medio enfermiza”.

Luego de llegar junto a su mujer cerca de las 4 de la tarde a una cafetería ubicada en Villa Ballester, donde él vive y a pocas cuadras del estadio de Chaca, Pisano se sentó en una mesa al aire libre, invitó al entrevistador un café con leche y dio inicio a la charla.

Al haber jugado en 12 clubes distintos a lo largo de su carrera, consultado acerca de dónde cree que logró mostrar su mejor versión, el nacido en Capital Federal respondió: “Mi primer paso por Chacarita fue muy bueno, en Independiente excelente también, y después creo que mi nivel fue muy bueno en Colombia. Me fue muy bien personalmente y justo también salimos campeones con América de Cali”.

Más allá de ser un trotamundos, el enganche tiene un sentimiento especial con el club que lo vio nacer. “Chaca es mi segunda casa. Yo quiero mucho al club pese a que me ha ido más mal que bien. El último año de mi primer ciclo fue muy bueno, pero después fueron etapas duras. A veces jugaba, a veces no y me tocó vivir dos descensos. Llegué con 10 años y literalmente casi me muero, porque tuve un traumatismo de cráneo después de darme la cabeza contra un paredón jugando en el Polideportivo. Pasé por todas, conozco a todos y ahora disfruto de estar de vuelta”, expresó.

Tras destacarse en el Funebrero, llegó a Independiente en el peor momento de su historia, en una operación en la que Ricardo Bochini, máximo ídolo del Rojo, cumplió un rol clave: “Justo Independiente desciende y me llaman, que en ese momento Bochini estaba metido en el club, y era íntimo amigo del Tano Pasini, mi entrenador en Chacarita. No me había pedido (Miguel Ángel) Brindisi, que era el técnico del Rojo, pero el Bocha metió sus fichas y se terminó dando”.

Acerca de esa temporada 2013/14 donde consiguen el tan necesitado ascenso a Primera con el Rojo, el zurdo recordó: “Fue un año súper duro. Era complicado llegar a uno de los clubes más grandes de Argentina estando en la B, y con la gente que  necesitaba ascender al toque. La B encima es durísima. Estuvimos hasta la fecha 6 sin ganar, echaron a Brindisi y ahí llega Omar De Felippe, que fue el que me dio más continuidad. Al final pudimos conseguir el ascenso… uno de los tres ascensos, porque fuimos el tercero. Por suerte ascendían tres, porque sino nos quedábamos un año más”.

Ya en Primera, su gran desempeño en el club de Avellaneda generó el interés de Jürgen Klopp, por ese entonces en Borussia Dortmund: “Estaba todo dado, no lo podía creer. Mi año con Jorge Almirón como técnico fue muy bueno, y en un partido con Boca en cancha del Rojo me vinieron a ver de Alemania y la rompí. Al otro día me junté con los alemanes, querían comprarme, y hasta hoy no se bien por qué no se dio. Habrá sido tema de dinero, que pidió más plata mi representante o el club, y se terminó cayendo”.

De todas formas, a Pisano el fútbol le dio el lujo de conocer el mundo, y considera que Emiratos Árabes Unidos es el lugar “más loco” donde le tocó jugar. “Fue una experiencia linda, más allá de que mi mujer en ciertos lugares tenía que estar tapada. Allá mis compañeros ganaban fortuna pero tenían otros laburos. Eran policías, bomberos o abogados, y ganaban muy bien también en esos trabajos”, contó.

Pero además de la pelota, el jugador de 1,62 metros de altura tiene otras pasiones. Apodado Juguete por el Bambino Pons debido a su fanatismo por Toy Story, el surgido de la Sociedad de Fomento Fernando Hidalgo aseguró que en sus viajes a Disney se trae siempre algún muñeco de la película, y que ya le queda poco para tener la colección completa.

A su vez, durante la pandemia hizo streams jugando al Fortnite en la PlayStation, otro de sus amores. “En esa época jugaba 8 horas por día, ahora bajé un poco porque sino la patrona me mata. Es un hobbie que me distrae un poco del fútbol y de los problemas que pueda tener. Disfruto mucho jugando, y ahora no juego 8 pero 3 por día meto seguro”, reveló entre risas.

Por último, y previo a acompañar a su esposa que se había quedado adentro mientras se llevaba a cabo la entrevista, Pisano detalló cuáles son sus objetivos para este final de temporada con Chacarita, y a futuro en su carrera: “Con Chaca nos quedan un par de balas para intentar clasificar al reducido. La idea es ascender, vine a eso. Después veré que hacer, mi contrato vence en diciembre y si surge alguna oportunidad la analizaré con mi mujer. No me cierro a ir a ninguna parte del mundo”.

Santiago Rodríguez: talento en el campo y en el aula

Por Valentino Majul

Un joven de 22 años que todavía le queda muchísimo por recorrer en lo personal y en lo futbolístico, y que día a día intenta superarse a sí mismo con sus respectivas responsabilidades. Santiago Rodríguez, futbolista profesional de All Boys, dio una entrevista en el bar de su facultad, acompañado del olor a comida y a la vista de alumnos y profesores, y detalló sobre lo que es jugar en Primera y, a la par, estudiar Periodismo Deportivo, pero sin dejar de lado la familia, los amigos, su pareja y los momentos que lo hacen desconectar un poco de la realidad.

Rodríguez es un enganche creativo, de pierna diestra, que también se puede desempeñar como mediocampista central. Mide 1,78 de altura y le gusta ser el organizador del juego en la Primera del Albo: “Me considero un jugador más pensante y técnico. Intento observar al rival para ver donde le puedo sacar ventaja y de ser el que maneja los hilos del equipo, tanto en ataque como en las salidas”. También confesó que tiene como referentes a Rodri (el mediocampista del City), Alan Varela y Ezequiel Fernández (ambos ex Boca): “Me gusta mucho la lectura que tienen, el buen pie y el timing”.

Desde 2021 es parte del plantel de Primera y en 2024 está buscando regularidad en el once titular, pero, a pesar de no tener tantos minutos, afirmó que se siente muy cómodo en el club: “Estoy hace muchos años acá. Me llevo muy bien con todos los empleados y con mis compañeros. Lo siento como mi casa”. Cabe remarcar que, desde su debut, disputó 20 partidos con la camiseta de All Boys y no marcó goles.

No solo jugó en el equipo de Floresta, anteriormente hizo inferiores en San Lorenzo de Almagro, club con el que sentenció no sentirse a gusto: “Estuve un año y me fui de un día para el otro porque no me gustaba el ambiente que se vivía ahí. Después quisieron que vuelva, pero también estaba la oportunidad de All Boys”. Posteriormente, agregó que se decantó por el Albo porque tenía a dos de sus mejores amigos jugando ahí.

Cuando se trabaja y a la par se estudia, es muy complejo para algunos organizarse y tratar de darle el tiempo que se merece a las dos responsabilidades, porque hay veces que, en el afán de querer cumplir, se entra en un proceso de nerviosismo y alteración en el que es difícil tener el control del 100 por ciento de la situación.

“Siento que le dedico el mismo tiempo al estudio y al fútbol, pero es por momentos. Hay semanas en las que estoy más cargado con la facultad y dejo de ir al gimnasio para adelantar algo, si no trato de descansar para recuperar energías”, declaró el futbolista sobre cómo maneja sus horarios.

Es normal en el ascenso argentino tener dos trabajos. La economía del país no da abasto y los salarios en la segunda categoría del fútbol argentino son muy inferiores comparados a la de otras ligas, por ejemplo, las de Europa. Pero también es común, aunque se conozcan pocos casos, que los jugadores jóvenes estudien alguna carrera en paralelo. También, aclaró que hoy se puede hacer cargo de los gastos de la facultad: “En primer año mis papás me pagaban la cuota porque no tenía contrato. En segundo lo hacíamos a la mitad y hoy puedo encargarme yo de todo”.

El argentino contó que nunca supo si quería estudiar a la par del fútbol, pero su primo empezó la carrera de Periodismo Deportivo en Tea y Deportea y lo convenció de que la arrancara: “Él me insistió y le dije que sí. Volvía a mi casa después de entrenar, a la tarde iba al gimnasio y el resto del día no lo aprovechaba, me sobraba mucho tiempo y opté por estudiar algo, y más si estaba relacionado con el deporte”. Además, cerró diciendo que se recibe en dos meses y, cuando no juegue más, tiene pensado ejercer la profesión.

Hay días en los que es inevitable estar con la energía a pleno, estando el cuerpo en constante actividad sumado al consumo mental, el estrés y la tensión, que juegan un papel fundamental. “Entreno todos los días de 9 a 12 y antes voy una hora al gimnasio, así me ahorro ir a la tarde. Curso de lunes a jueves desde las 18:30 hasta las 21:30, y cuando vuelvo a mi casa ceno y voy a dormir”, describió el mediocampista, que culminó explicando que trata de hacerse espacios para todo y que intenta estudiar los sábados o domingos, pero es agotador.

La familia, los amigos y la pareja juegan un rol primordial en el estado anímico de cualquier jugador. No hay uno que te diga que no juega por mamá, papá o algún familiar que ya no está físicamente, y es por lo que el nacido en González Catán intenta enfocarse cada vez que puede en sus seres queridos. “Soy muy pegado a mis viejos (Lorena y Gustavo), desde chico. Vivo con ellos y de grande trato de disfrutarlos más. Mi hermano Julián, de 27 años, y Lautaro de 18, están viviendo en España e Italia, respectivamente. Siempre tuve una hermosa relación y hoy que están lejos los extraño mucho. Son esenciales en mi vida”, manifestó.

Por otra parte, explicó sus objetivos a nivel personal y futbolístico y lo que pretende para lo que se le viene: “Hoy quiero ser feliz. Crecer como jugador, ascender con All Boys, jugar en Primera División y poder dar el salto a Europa. Disfrutar de lo privilegiada que es mi vida, de mi familia comiendo asados o ñoquis de calabaza los domingos y de mis amigos compartiendo unos mates amargos”.

La vida de Mariano Del Col: idas y vueltas como su posición en la cancha

Por Nicolás Rodríguez

Con 10 años de carrera al hombro, siete de ellos en el ascenso italiano, diversas posiciones y muchos obstáculos en el camino tanto dentro como fuera de la cancha, hicieron que Mariano del Col sea la persona que es hoy. El lateral derecho de Estudiantes de Caseros reflexionó sobre la manera que tienen los jugadores del ascenso para rebuscarse la vida en una entrevista bajo el sol radiante en el estadio del Pincha de Caseros.

El lateral volante nacido el 7 de enero de 1993 se crió futbolísticamente en las inferiores de Boca y Argentinos, pero su debut en Primera llegó en Chacarita, aunque por una lesión en su rodilla perdió consideración. “A mí me subieron a Primera las últimas cuatro fechas que ya no teníamos chances de ascender y el técnico había renunciado. Pensaba que iba a jugar, pero asumió un interino que se llamaba Itabel y nos limpió a todos los chicos”, declaró.

Tras disputar el Torneo Federal un año con Huracán de Comodoro Rivadavia, en 2015 le surgió la oportunidad de ir a jugar al ascenso de Italia. “La posibilidad me aparece en la despedida de un amigo que se iba a jugar allá. Yo andaba renegando con el fútbol y se interesaron por mí. Fui con muchas dudas, era chico y solamente me acompañó la que en ese momento era mi novia. La idea era probar como me sentía y vivir un poquito la experiencia. Por suerte salió todo bien”. Además, confesó que estaba muy cómodo en el país europeo y que visitó ciudades que no hubiera conocido si no fuera por el fútbol.

En Italia varió por distintos equipos de la Serie C y D. Su primer club fue el Troina donde estuvo dos temporadas en la cuarta categoría y en 2018 subió una división cuando pasó al Siracusa Calcio. Esta institución fue liquidada en 2019 y llegó como jugador libre al Vibonese ese mismo año. Tras su estadía allí, pasó en 2020 al Acireale, luego de la pandemia jugó en Francavila y su último equipo fue Fasano de la Serie D, donde estuvo hasta junio de 2022.

Mariano Del Col en Vibonese

Estos siete años en el país europeo le sirvieron para reunir conocimientos tácticos mayores a los que tenía en Argentina y contó que la polifuncionalidad en la cancha surgió al adaptarse al “fútbol de allá”. “Aprendí mucho de eso y a veces lo trato de usar como una ventaja más adentro de la cancha. Ahora acá (en Estudiantes) el técnico me pone de ´4´, pero en Boca Unidos el Pipa (Estévez) me usó muchas veces de volante o de carrilero”, agregó.

También diferenció que el fútbol europeo es pensante y pausado a diferencia del argentino que es más pasional y físico. “Acá si vas a trabar con la cabeza se cae la cancha para aplaudirte, allá vas un poquito fuerte y te amonestan, los primeros partidos me sacaban amarilla siempre”, contó.

Pero a pesar de su comodidad, el lateral y su mujer decidieron mutuamente volver a Argentina con el propósito de formar una familia y empezar un emprendimiento que les ayude a seguir después que termine su carrera. Así fue como abrió Farmacia Cladel, un trabajo familiar en el que están involucrados su madre, su tío y su hermana.

Según cuenta él, la idea de abrir la farmacia surgió cuando estaba allá para ayudar económicamente a su mamá que no estaba pasando un buen momento financiero. “A mi mamá le costaba llegar a fin de mes y en su trabajo no la pasaba bien”, agregó. “Mi tío es farmacéutico, mi vieja también sabe un montón y yo de a poco me voy empapando de ellos, mi idea es meterle a eso en un futuro”, cerró.

Porque la vida de un futbolista del ascenso no está salvada económicamente, ni siquiera él que jugó siete años en Italia. “Hay gente que piensa que uno gana fortuna y no es así. El jugador del ascenso está muy cerca de la realidad. El futbolista no llega a fin de mes, si se le rompe el auto reniega, tiene problemas como cualquier otro”, reflexionó.

“Por más que yo haya estado en Italia y pude generar algún ahorro, el hecho de venir para acá, hizo que tenga que buscar alguna alternativa complementaria al fútbol”, agregó. Para cerrar dijo que cree que con el paso del tiempo la gente se va a ir dando cuenta de esto y va a empezar a humanizar más a los jugadores.

En su regresó a Argentina volvió a Chacarita, aunque a los seis meses dejó el club sin sumar minutos otra vez. “Siempre que estuve en Chaca sentí que me hizo mal, nunca estuve bien ni en lo personal ni en lo futbolístico”, dijo sobre sus dos pasos fallidos por el Funebrero.

Mariano Del Col en su segundo paso por Chacarita

De ahí pasó a Boca Unidos de Corrientes donde disputó el Federal A y se llevó los mejores recuerdos tanto de la ciudad como de sus compañeros, aunque el inicio no estuvo tan fácil. Del Col contó que llegó en enero del 2023 para la pretemporada y las altas temperaturas de la ciudad litoraleña le pasaron factura. “Me acuerdo que no paraba de vomitar. Estaba deshidratado. No podía estar en la calle. Entrenábamos en la playa porque hacíamos doble turno. Estaba muerto”, confesó.

Después de un año positivo en cuanto a lo futbolístico, a comienzo de 2024 llegó a Estudiantes de Buenos Aires, lugar donde dice que está muy cómodo porque está cerca de su casa, de la familia y de su farmacia. Aclaró que, si bien en Corrientes estaba cómodo, no es lo mismo tomarse un vuelo de una hora y media para visitar a sus seres queridos que hacer 10 minutos en auto.

“Ahora estoy tranquilo, cómodo y sobre todo feliz”, cerró Del Col y dejó en claro que, a pesar de las idas y vueltas que hubo en su vida, tuvo la mentalidad para convertir las malas en buenas.

Casi pierde la visión de un ojo por un botellazo, al final se convirtió en héroe

Por Ivan Ariel Ramos Oliver

Caminar por las calles de San Martín es un momento de relajación, la gente viene y va, otros hacen algunas diligencias, y a lo lejos se ve un mural, es la representación de Carlitos Balá, quien en sesenta años de trayectoria hizo reír a muchos argentinos en el cine, teatro, radio, televisión, en circos también.

Entrar al estadio de Chacarita es como ir a un túnel a través del tiempo y rememorar algunos momentos históricos del club, como por ejemplo, la estrella pintada en una pared del título conseguido en 1969, y a unos pasos, la entrada al césped, donde los jugadores demuestran sus cualidades y destrezas para las competiciones próximas. Uno de ellos es Fernando Brandán, 34 años, al cual lo apodan “Enano” debido a su 1,68 de altura.

Aquel que comenzó su carrera futbolística en las inferiores de Quilmes, luego pasó por varios clubes del ascenso, hasta tuvo la oportunidad de jugar en Australia, precisamente en el Melbourne City. Pero su travesía en Oceanía duró muy poco debido a su temprana rotura del ligamento cruzado anterior y perderse el final de la temporada, abandonar el club,  volver a Argentina para recaer en Temperley. Jugó en San Martín de San Juan, su homólogo de Tucumán, All Boys, Gimnasia de Jujuy y actualmente en el Funebrero.

– ¿Qué se siente ser parte de la historia de un club como Chacarita?

– La verdad que es un honor, porque el club me da todo el apoyo para seguir creciendo, tengo grandes compañeros, y un técnico que nos motiva siempre en cada partido y salir adelante. No solo es Chacarita, sino también mi familia me da todo su aliento, mi mujer, mis hijas que son lo más importante en mi vida. Es un orgullo formar parte de este grupo y seguramente con todo nuestro esfuerzo vamos a poner a Chacarita en lo más alto.

Mientras Fernando se expresaba, se notaba que algo le molestaba en su ojo derecho, pero no pasó a mayores.

– Ese momento terrible que te cae la botella de lleno en tu ojo, la gente que miraba la transmisión no lo podía creer.

-Sí, todo ocurre con la expulsión de un jugador de Tigre, yo estaba hablando con Pisano y siento que una cosa me impacta en la espalda. Yo en ese momento reaccioné para ver quien fue, mientras que los jugadores de Tigre le seguían hablando al árbitro y ahí es cuando me cae de lleno una botella, pero de las grandes, en la cara y me da en el ojo derecho. Yo me tiré al suelo, la verdad no sé qué pasaba en ese momento porque, viste, semejante cosa te cae así, es como una bala pesada. Me acuerdo de que los médicos fueron a socorrerme, mis compañeros también estaban al lado mío. Cuando me puse de pie, Ayelén Puchi me revisaba el ojo, me preguntaba cómo estaba pero seguía medio “grogui”. Luego me fui al vestuario para que me sigan revisando y de verdad no podía abrirlo, me costó mucho.

Hubo un silencio de algunos segundos, pero después Fernando retoma el tema, mientras algunas personas comienzan a realizar las tareas de remodelación del estadio: “Ya en el vestuario, con un parche en el ojo, me dirigí al hospital Belgrano para que me haga todos los estudios. Los médicos me dijeron que tenía inflamada las pupilas y estar varios días bajo control oftalmológico. Después supe de las declaraciones que hizo Gorosito de que había cabeceado la botella y todo lo demás, la verdad que estuvo mal. Lamentablemente, siempre van a existir personas que te van a tirar cosas de una tribuna, pero no se dan cuenta de que puede llevar a cosas más graves, yo dentro de todo lo padecí en carne propia, pero estoy acá contándola. Espero que las máximas autoridades del fútbol argentino tomen cartas en el asunto y se pueda vivir un partido en paz”.

-Ojalá se pueda mejorar, pero a veces, la vida te da revancha, ¿no? En referencia al momento de que se tuvo que jugar los últimos minutos del partido.

-Sí, digamos que no fue revancha, yo la verdad siempre quiero contribuir en ayudar al equipo para ir al frente. Y eso fue lo que pasó: quedaban 39 minutos, teníamos en mente de ir a ganar el partido. Lo empatamos rápido con el gol de Salinas, fuimos más que Tigre pero en los últimos minutos casi nos quedábamos afuera pero Arzamendia dejó la vida en esa tapada. Fuimos a penales. Yo me mentalizaba de que íbamos a ganar, era una presión tremenda para cada uno. Cuando Sánchez Miño erró el penal, sentí un alivio y cuando me tocó patear el último penal, pensé en mi familia, mis amigos, y al marcar el gol me saqué toda la bronca por todo lo que pasó, fue un momento muy emotivo al abrazarme con mis compañeros, ver a todo el cuerpo técnico festejando, la verdad que no tengo palabras para explicarlo.

Alejandro Sánchez y sus dos pasiones: el fútbol y la psicología

Por Giuliano Palma

Debutó en Platense a los 18 años en 2004. Actualmente juega en Atlanta y es el arquero titular. Fue figura en el equipo de Chicago que ascendió a primera en 2014. Padre de Melanie y Mateo. Utiliza sus aprendizajes de psicología para aconsejar a sus compañeros y a sus hijos.

Alejandro Sánchez terminó su clase de psicología, carrera que está cursando de manera virtual, se sentó en el living de su casa a tomar unos mates y comenzó a recordar sus inicios como arquero, y aseguró que, a diferencia de otros que juegan en su posición, nunca fue jugador de campo, ni siquiera en su niñez. “Desde los tres años que siempre estuve seguro de que quería atajar. Jamás lo dudé ni se me pasó por la cabeza otra cosa. Es así desde que tengo uso de razón. Nunca ocupé otra posición que no sea bajo los tres palos”, declaró el nacido en Saavedra.

Debutó a los 18 años en Platense, club que en ese entonces estaba en la B Metro, y fue parte del plantel que ascendió a la Primera B Nacional en 2006. Sánchez le guarda un cariño especial, y sostuvo que aquella consagración fue “algo maravilloso”. Además, agregó: “Platense fue mi primera casa, donde di mis primeros pasos. Llegué rápido a Primera, no hice muchas inferiores, y cuando empecé a tener más rodaje me fui rápido y volví en el 2022, pero no fue una vuelta muy linda ya que no pude jugar”.

Su experiencia en el campo de juego y sus años estudiando psicología le permitieron ser un gran consejero dentro del vestuario de Atlanta, institución a la que llegó a principios de año. “La psicología es una rama muy interesante en todos los deportes, y más en el fútbol porque hay muchas emociones y mucho estrés. Todo el tiempo trato de ayudar a los chicos de una forma positiva, porque si uno reacciona mal ante un error de ellos es algo que les puede quedar para siempre. Mi intención no es esa, es quedar en la memoria de todos como algo positivo”.

– ¿Te tocó tener que aconsejar a alguno con el tema de los salarios?

– Hace poco tuve una conversación con uno que estaba un poco preocupado porque creía que estaba cobrando poco, y el consejo que le di fue que haga bien las cosas en el campo de juego, que el resto iba a llegar solo, pero en líneas generales los chicos de Atlanta se manejan muy bien, los sigo a todos en las redes sociales y se manejan de la mejor manera: tienen los pies sobre la tierra, trabajan bien, entrenan espectacular, no viven en un mundo paralelo y son conscientes de todo. 

El Oso jugó muchos años en Chile, país donde defendió los colores de Audax Italiano, club en el que más partidos jugó en su carrera (102), O´Higgins y Deportes Iquique. Según el exarquero, el fútbol chileno es muy distinto al argentino: “No son similares, en Chile es bastante dinámico y muy directo, muchas veces los partidos se parten y son ida y vuelta. Acá (en Argentina) los arqueros manejamos más los tiempos, y allá (en Chile), me obligaron a jugar rápido y a ser directo”, argumentó Sánchez.

Otros dos equipos de los que tiene muy buenos recuerdos son Chicago y Atlético Tucumán. Por un lado, en el Verdinegro vivió uno de los mejores momentos de su carrera deportiva: logró ascender a la Primera División siendo una de las figuras del equipo. También cumplió uno de sus sueños, que era disputar un partido en la Bombonera, algo que según Sánchez fue “un partido que, a nivel personal, fue extraordinario”, pese a que no pudieron llevarse la victoria, el Oso se consagró como la figura de aquella noche con tres grandes atajadas para mantener el 0 a 0. Sobre el Decano, el arquero de 37 años comentó: “Atlético Tucumán es un club con el que me saco el sombrero, jugué la final por Copa Argentina que lamentablemente perdimos con River, pero igualmente nos clasificamos a la Copa Libertadores y fueron experiencias brillantes”.

En cuanto a su vida personal, se define a sí mismo como alguien “tranquilo y solidario”. Es padre de Melanie y Mateo, a los que siempre trata de “acompañarlos y ayudarlos con las cosas que quizás los angustian”, además de que les da “mucha libertad en varias cosas”. Está casado con Analía desde hace 19 años y es alguien a quien ama “con el alma”.

Pero no sólo es un referente para sus compañeros de equipo y para sus familiares, también lo es para muchos chicos de la Villa 31, uno de los barrios más humildes de la Ciudad de Buenos Aires, donde hace una semana hizo una actividad recreativa junto a varios entrenadores del fútbol femenino de Atlanta y con Antonella Aquino, la arquera de la primera del Bohemio. “Me encantó haber ido, la pasé espectacular. Me encontré con gente muy humilde, muy trabajadora que me recibió muy bien y me hizo sentir como en mi casa. Hay miles de chicos necesitados que requieren de atención para poder hacer este deporte y lamentablemente no tienen el apoyo que tuve yo cuando era chico”, afirmó Sánchez.

– ¿Creés que los clubes deben ser un espacio de contención para esos chicos?

– Sí, por supuesto. Aunque los clubes no pueden abrirles las puertas a todos los niños, suelen ayudar bastante a los que están. Los equipos apuestan generalmente por los que son buenos jugadores y a esos chicos les dan una pensión, comida, elementos y es una gran contención. Obviamente los pibes se lo tienen que ganar, pero yo creo que los clubes van a seguir creciendo en ese aspecto, en ayudar a muchos que lo necesitan.

Colegiales: cinco días, tres colores, una sola ilusión

Por Joaquín Arias

El conjunto de Munro atraviesa su momento más brillante. Pelea constantemente en la Primera B Metropolitana y su sueño de ascender está cada vez más latente. Una bitácora de las semanas previas a un posible campeonato, con la historia e intimidad del club narrada por distintos protagonistas. 

Jueves 17 de octubre.

El aire entraba de a ráfagas por las puertas del tren, que estuvieron abiertas todo el recorrido. La locomotora EMD G22CU fue frenando de a poco hasta detenerse por completo. Algunos se animaron a salir antes, arriesgándose a que la inercia los tirara contra el piso. El resto bajó tranquilamente y enfiló hacia los molinetes de la Estación Munro. La mayoría se dirigió al sector comercial, mientras que otros a la zona residencial, separadas por la vías. El recorrido hasta el club era silencioso. El “Bajo” casi no tenía negocios, ni autos, ni ruidos; solo casas bajas y una abundante flora producto de la primavera. Tras unas cuadras de caminata se vislumbró el objetivo. En la esquina había una puerta que decía “Buffet” y más arriba, con letras rojas mucho más llamativas, Club Atlético Colegiales. 

Era cerca del mediodía y las mesitas del lugar se empezaron a ocupar por trabajadores de la institución y algún que otro vecino, que entraba y saludaba animadamente. Dos días antes el Tricolor había vencido a Comunicaciones de visitante. Ese 2-1 era sumamente clave para mantener la distancia en el primer puesto de la tabla. El partido y las especulaciones eran el centro de todas las conversaciones. 

En una de las mesas esperaba Roberto Banchs, psicólogo, historiador, y por sobre todas las cosas fanático tricolor. Plasmó su trabajo de investigación de más de diez años en su libro “Club Atlético Colegiales: Por la historia”, un detallado material de más de 500 páginas. 

“Es gracioso que el club esté cobrando notoriedad por el nombre de la cancha”, admitió. Es que el estadio lleva el nombre de Libertarios Unidos, algo que genera duda entre los curiosos debido al reciente auge de ese movimiento en Argentina. Sin embargo, la palabra representa dos corrientes ideológicas completamente distintas. “La bandera de la serpiente no va por acá”, bromeó el autor. Ya en un tono más serio explicó: “Colegiales empezó siendo Libertarios Unidos, teóricamente porque se fundó en la calle Libertad. Igualmente, lo que se cree es que esto fue una coartada para ocultar su origen anarquista, porque en ese momento estaba prohibido”.

Sobre la popular de la calle Natalio Querido se exhiben pintados todos los escudos que utilizó el club en su historia. El primero muestra un banderín rojo y negro, símbolo del movimiento. Pocos años después pasó a llamarse Sportivo Norte. “Otra vez tenemos dos opciones diferentes. La primera es que fue por una decisión interna, y la segunda es porque intervino Ramón Falcón y pidió que lo modificaran”, expuso Banchs. El Jefe de la Policía era conocido por su represión a las manifestaciones obreras. 

“En el 23 se inaugura la cancha de Giribone y Palpa. Sportivo Norte llegó a Colegiales y se puso ese nombre”, contó el historiador, que agregó: “Fueron los años de esplendor, jugando en primera y creciendo en popularidad. Se empezó a forjar una identificación con el barrio que después se rompió”. Y es que los dueños del terreno vendieron la cancha y Cole se transformó en un club sin lugar propio. Pasó por Villa Ortuzar, Villa Martelli y finalmente encontró su hogar en el sitio menos pensado. 

“Esta zona de Munro era literalmente un pantano, donde antes había estado la “Laguna Los Patos”, pero era el lote más barato posible. Costó mucho rellenar la tierra”, detalló Banchs. Dos años de obras después, en 1948, se inauguró la cancha actual, donde el tricolor forjó su historia contemporánea.

“Colegiales es reponerse a todo: fue un club nómade y luego inestable. Si uno mira todos los escudos que están en la tribuna parece que se cambiaban cada un par de años, pero es parte de nuestra identidad. Acá seguimos”, resaltó el escritor, y se sinceró: “Lo que más me duele es que se haya perdido el arraigo con Colegiales, con el barrio, aunque por suerte en Munro cada vez florece más el amor por este club”.

Ya había pasado la hora del almuerzo. Banchs se levantó de la silla y saludó a los que quedaban en el bar, siempre con un dejo de optimismo por el presente. Abrió la puerta y salió. Las paredes del estadio y los alrededores del barrio exhibían múltiples murales, ya sea de personalidades destacadas o de propios hinchas. En todos estaban los colores azul, amarillo y rojo. Allí se plasmaban las raíces del Tricolor, lejos de su origen pero con su pasión intacta. 

Martes 22 de octubre.

La locomotora roja cruzó la barrera de Carlos Villate y se detuvo en el andén de Munro. Su color es único entre los ferrocarriles del Área Metropolitana de Buenos Aires, ya que la concesión de la línea no es del Estado Nacional, sino de una empresa: Ferrovías. “Privatizar es lo peor que le puede pasar a una institución. Puede venir gente que no sabe ni dónde queda la cancha y manejarte a su antojo”, sentenció Tomás Costa.

Con solo 31 años, ya lleva seis siendo Presidente de Colegiales. Estaba sentado en la silla de su oficina en la sede del club, ubicada debajo de la platea del estadio. Su estilo no aparentaba ser el de una figura de autoridad. Tenía un físico de jugador profesional y vestía con una chomba tricolor, una gorra con el escudo. Su euforia y la del puñado de dirigentes y trabajadores que se encontraban en el edificio era notable. Una sufrida victoria en casa ante Liniers los dejaba un paso más cerca del objetivo. Costa ratificó esa emoción: “Yo creo que ni el más optimista de nosotros imaginaba esto cuando agarramos en el 2018”. 

El mandamás resaltó que en aquellos momentos se hallaban en una situación dramática: “El club estaba destruído. Sin medidor de gas, de agua, debiendo cuatro meses de sueldos, con más de veinte juicios laborales encima… y ahora tenemos tribunas, cabinas e iluminación que son un modelo para la categoría”. Dentro de su despacho, en la pared, cuelgan fotos de los equipos recientes, recuerdos “muy alegres y un poco amargos” según él. 

Es que Colegiales está teniendo su momento de esplendor, con una habilidad clave: la consistencia. Lideró tres de las últimas cuatro tablas generales, y en 2021 llegó a una final para ascender a la Primera Nacional después de más de 60 años. Fue ante Flandria, donde estuvo ascendiendo hasta el minuto 97 de la vuelta, cuando recibió un agónico tanto que lo mandó a la tanda de penales y finalmente quedó con las manos vacías. Apenas semanas después, otra vez los tiros desde los doce pasos le hicieron perder una definición ante Sacachispas. Al año siguiente tuvo otra excelente campaña y terminó cayendo en el Reducido ante Acassuso, equipo al que le sacaba 21 puntos en la anual.

Pese a las decepciones, Costa cree que Cole es el equipo al que más se respeta en la categoría: “Cuando empieza el torneo y sale el fixture todos ven primero a su clásico y después a nosotros. Somos un hueso muy duro de roer”. El “líder” de esta revolución aseguró que “no solo nos estamos preparando para un ascenso, sino que queremos que este sea sostenible y duradero. Tenemos un plantel joven, una estructura sólida y cada vez se acercan mejores sponsors. El momento va a llegar”. 

El Presidente salió de la sede y se dirigió por la calle Posadas hacia el buffet. Caminó por el asfalto, sin siquiera tener la necesidad de observar si venían autos. La calma del barrio seguía siendo total, al menos para afuera, ya que puertas adentro el motor de la expectativa se encendía a toda marcha. 

Jueves 24 de octubre.

El tren avanzó a toda velocidad y llegó a Munro. No obstante, en esta ocasión el viaje debía continuar unas cuantas paradas más. El paisaje que se podía ver desde las ventanillas variaba entre el campo y lo urbano, aunque siempre caracterizado por mostrar muchos de los sectores más precarios de la zona norte del Gran Buenos Aires. Luego de pasar por localidades como Boulogne, Los Polvorines o Grand Bourg, la formación se detuvo en la decimoctava estación del recorrido: Tortuguitas. 

Allí la configuración era similar a la del territorio tricolor. Un centro comercial por un lado, casas por el otro, y un camino similar entre las vías y el destino final. Esta vez durante el trayecto se iba abandonando cada vez más a la urbe para dar paso a grandes terrenos verdes. Finalmente detrás de un alambrado sobre la calle José Hernández se vislumbraban algunas camisetas azules, rojas y amarillas. Eran los jugadores del club, que disputaban un partido entre ellos en una de las canchas de 11 que hay. El predio pertenece a Argentinos Juniors, y desde hace años se lo ceden a la primera de Cole para que entrene allí. 

“La verdad es que es una maravilla este lugar, es de primer nivel y estamos muy contentos de poder laburar acá”, comentó Leonardo Fernández, director técnico de Colegiales. Leo llegó a la institución en junio del 2023. Su carrera como entrenador la empezó en el cuadro de sus amores, Rosario Central, donde arrancó como interino y luego de un excelente comienzo estuvo algunos meses. Tuvo que renunciar por malos resultados, pero se quedó con el consuelo de armar el equipo que lograría la Copa Argentina del 2018, de la mano de Edgardo Bauza. Después bajó dos escalones hasta el Federal A, en equipos como Sportivo Las Parejas y Sarmiento de Resistencia. “Me quedé muy cerca de ascender con los dos equipos, fue duro. Tengo muchas ganas de dirigir en el Nacional y espero lograrlo acá”, confesó. 

Fue el encargado de revivir a un conjunto que vagaba por las últimas posiciones de la tabla, con un notable 65% de efectividad. El gordo, como lo llaman cariñosamente todos, dice que “lo que más me gustó del club es el trato que me dieron desde el primer momento”, ya que lo hicieron sentir “como si Munro hubiese sido siempre mi casa”. 

El entrenamiento era el último antes del partido con Argentino de Merlo, en el que había posibilidades de dar la vuelta olímpica. Después de la práctica hubo un momento para una charla en ronda en el centro del campo, con Fernández tomando la palabra durante algunos minutos. “Desde afuera puede parecer algo excepcional, pero es una cosa que hago siempre, porque al jugador hay que motivarlo en todo momento. Y para un partido así no hay que variar nada. Tenemos los argumentos numéricos y futbolísticos a nuestro favor”, sentenció el DT. Con ropa deportiva, anteojos de sol y una sonrisa permanente, caminó hacia la entrada saludando a todos los que se cruzaba, subió a su auto y salió del predio.

Jueves 31 de octubre.

Nuevamente el destino era el centro de entrenamiento. El viaje de 18 estaciones parecía largo pero el tren lo hizo con una rapidez asombrosa. Es que pese no ser eléctrico y ser comandado por locomotoras diesel, el Belgrano Norte alcanza un ritmo con el que ninguna de las otras líneas suburbanas puede soñar: casi 100 kilómetros por hora. 

Aunque no llegue a esa velocidad, Franco Hanashiro sin dudas corre como nadie en el equipo. En el entrenamiento destaca en los piques cortos y largos, y una vez que termina se pone a practicar centros junto a los otros jugadores encargados de esa tarea. En él y sus compañeros se evidencia un alto nivel de concentración y determinación. Colegiales había caído en Merlo y sus rivales se acercaron a un punto. Si bien un empate les bastaba, aún no podían “cantar el alirón”. 

El lateral izquierdo es uno de los que más encuentros disputó con la camiseta Tricolor, y cuenta solamente con 23 años. En medio de cambios de plantel y entrenadores, el chino fue partícipe de las dos campañas memorables en 2021 y en 2022, y fue testigo en primera mano del triste final de ambas: “El formato para ascender es duro e injusto si te ponés a pensar. Podés ser el mejor durante 40 fechas y después quedarte sin nada”, criticó y agregó: “Encima la pretemporada es lo más difícil porque acá termina el año y el grupo se desarma por completo. De repente tenés que conocer a veinte pibes nuevos y entenderte con ellos. Por eso aunque sea joven me considero uno de los más experimentados”.

Harashiro aseguró que Colegiales es su vida y que por suerte cumplió su “sueño más grande, debutar en la primera”. En su perfil de Instagram hay un video de YouTube editado por él mismo con las mejores jugadas de sus primeros años: “En parte lo hice para tener un recuerdo de lo que fueron mis comienzos”. En cuanto a sus metas futuras destacó: “Este año tuve la suerte de firmar mi primer contrato después de lucharla por mucho tiempo. Ahora lo único en lo que pienso es ascender con el Cole. Mato por jugar en el Nacional”.

Los jugadores volvieron a hacer la ronda con su DT en el medio. Esta vez fue un poco más larga de lo habitual, y culminó con una fuerte arenga colectiva. Iban a tener que sumar un solo punto, pero el peso del partido era el de varios. 

Domingo 3 de noviembre.

El ferrocarril llegó a su destino. El color rojo de los vagones, los carteles azules de la estación y el radiante sol amarillo marcaban que ese mediodía era tricolor. Parecía que la tranquilidad en Munro iba a alcanzar nuevos horizontes si se tiene en cuenta que era una mañana dominical. Sin embargo, el horario atípico para un partido de fútbol hizo que desde temprano las calles se empezaran a poblar de simpatizantes. 

Los alrededores del Libertarios Unidos se iban colmando. Como el estadio se encuentra bien camuflado entre las casas esta gran presencia podría parecer extraña para los que no suelen estar acostumbrados a pisar la zona. Algunas calles ya tenían globos colocados como pasacalles, se habían improvisado puestos de camisetas y los pocos negocios del barrio ofrecían múltiples descuentos. Ya en la cuadra de la platea, un grupo cada vez más grande de gente se dividía entre los que comenzaban a hacer la fila para ingresar y los que querían comprar su entrada a último minuto.

En medio de las boleterías y accesos estaba Fernando, un hombre de unos 60 años que portaba uno de los objetos más vistos en aquellas horas: una bandera. La de él tenía una particularidad, era enorme. No tenía inscripciones, era simplemente lisa con el azul oscuro, amarillo tenue y rojo. Compartía los colores y tonalidades con la de países como Rumania, Andorra, Moldavia o Chad, aunque el club se representa con franjas horizontales. “Lo bueno es que hay muchos emojis para hablar de Cole”, ironizó el señor.  

“¿Por qué usamos estos colores? Hay muchas versiones”, sintetizó Fernando, y añadió: “Creo que lo más acertado es pensar en cada uno por separado: el azul reflejaba la nobleza, el amarillo la gloria y el rojo era en homenaje a las primeras pelotas que venían de inglaterra. Lo importante no es por qué sino qué representan, y básicamente no hay club en el país que tenga estas camisetas y trapos”. 

Con emoción comentó que él es el encargado de agitar ese gran pedazo de tela en los recibimientos desde hace más de diez años. Es una función que con el tiempo quedó en desuso entre los grandes clubes de primera, aunque los de Munro la mantienen con orgullo. “El Trico es mi vida, y trato de aportar mi granito de arena para que nos vaya mejor”, comentó con una sonrisa. También sentenció: “Donde voy, me presento con mi nombre y apellido, y digo que soy hincha de Colegiales. Me pasa a mi y a la mayoría de socios porque esta institución es lo que nos identifica”. 

Una de las puertas que estaba cerrada al público se abrió y Fernando, agarrando el palo de plástico de casi un metro, se metió. En el fondo se veía el césped y la manga, aún sin inflar. Allí es donde iba a estar él para ser el primer rostro que verían los jugadores al ingresar al campo de juego. 

Mientras tanto, las tribunas se llenaron cada vez más, evidenciando una sobreventa de entradas. Poco importó eso y el calor, ya que después de un fabuloso recibimiento todo estaba listo para comenzar. El partido, de no ser por lo que significó, quedó como un 0-0 totalmente olvidable, pero Cole obtuvo lo que quería: el título. 

Brands festejó en la grada, Costa en el palco, Fernández fue alzado por sus jugadores (incluyendo Harashiro) y Fernando continuó agitando la bandera en la vuelta olímpica. El Tricolor se encuentra en el mejor momento de su historia, y tanto ellos como todo Munro persiguen el mismo sueño: subirse al tren que los lleve a recorrer el país. 

 

Cuando el futbol es un destino exótico

Por Aitor Godoy

17 de septiembre de 2014, estadio Camp Nou, Cataluña. El mediocampista argentino Tomás De Vincenti, de 25 años, debuta en la fase de grupos de la competencia más importante de Europa, la Champions League. El estreno del jugador nacido en la Ciudad de Buenos Aires fue de visita con el APOEL Nicosia chipriota ante el Barcelona español, equipo catalán comandado por un compatriota que era reconocido como uno de los mejores del mundo: Lionel Messi.

“Era el mejor equipo del mundo, con el mejor jugador del mundo y encima ese año ganaron la Champions”, dice De Vincenti, en la tarde fría del buffet del Club Atlético Excursionistas, al hablar de su primer gran recuerdo en el mencionado por él “el equipo de mi carrera”, el APOEL Nicosia.

Alrededor del mundo se nos conoce a los argentinos como personas muy pasionales. La gente que vive en África, en Europa, en Asia y en los países de América, saben que en todo lo que nos propongamos los argentinos va a haber un arduo trabajo para conseguir el mayor de los éxitos. En el fútbol no es la excepción. El futbolista argentino con la razón de representar con honor la bandera de su país, se esforzará al máximo por dejarla en lo más alto.

Según la casa de investigación de mercado Kantar, el 85% de los argentinos tienen preferencia por un equipo de fútbol. En un país con más de 46 millones de habitantes, hay casi 39 millones de personas que ven este juego. 

Hay ínfimos casos de futbolistas que intentan o logran representar a Argentina en el plano internacional. Según AXEM, página que registra el seguimiento de los futbolistas argentinos que juegan en el exterior, durante la temporada 2024/25 hay un total de 6539 jugadores y jugadoras con carreras profesionales fuera del país. Al tomar en cuenta lo que dice la página de seguimiento de futbolistas FBREF, hay sólo 65 argentinos en las cinco ligas más importantes de Europa (Inglaterra, España, Italia, Francia y Alemania). Entonces, en realidad, hay 6474 argentinos que juegan al fútbol en ligas que se consideran como “no tan importantes”.

De Vincenti, retirado a los 35 años en Excursionistas, tuvo una carrera bastante peculiar en cuanto a los clubes donde jugó. Chupete, como le decían en sus dos etapas por 2007 y 2024 en el Verde del Bajo Belgrano, se mantuvo en ligas de menor nivel de Europa como la griega y la chipriota. En el APOEL Nicosia demostró su mejor juego durante las tres etapas que estuvo en el club. En el 2014 cedido desde el PAS Giannina de Grecia, después de forma oficial hasta 2016 y en su última participación en el club principal de la capital de Chipre en 2018. Aunque el volante diestro tuvo tiempo para hacer unas escapadas a la liga de Emiratos Árabes Unidos: “El APOEL me dio todo cuando menos me lo esperaba, pero irme a Dubái me ayudó para asegurar mi futuro económico”, dice De Vincenti (foto) al referirse al momento en el que aceptó la oferta millonaria por parte del Al-Shabab en 2016.

Un jugador que disputó la Champions League se ofreció a "jugar gratis" en Boca - Infobae

Tuvo sus altibajos en el fútbol árabe. Después de su paso por el Al-Shabab, De Vincenti fue transferido al Al-Ahli, en donde no tuvo mucho protagonismo para el poco tiempo que estuvo (seis meses) y sintió la necesidad de “volver a casa”, a los Thrylos (apodo del APOEL Nicosia) para él. 

Algo con lo que se quedó De Vincenti y su familia es con el país. Chipre no es uno de esos países que llame la atención a simple vista en comparación con el resto de los países de Europa. Pero integraban de gran manera a todos los extranjeros que iban a jugar ahí y siempre volvían a la isla.

En relación a países que incluyen muy bien a los extranjeros, la vista va directo a Bangladesh. Este país cuenta con la Premier League, pero no la del formato inglés que produce millones de dólares por partido, sino que una de las primeras divisiones más modernas y de menos equipos en todo el mundo: Bangladesh cuenta con una liga de diez equipos en total y que comenzó en 2007 a ser profesional. Y claro que hubo un argentino, el delantero Raúl Becerra, que en la actualidad milita en el Deportivo Cuenca de Ecuador, y jugó en el Bashundhara Kings del país bengalí durante el 2021.

El fútbol es un deporte que existe hace poco en Bangladesh, pero que comenzó por un fanatismo enorme por Messi”, dice Becerra sobre los comienzos del fútbol en Bangladesh, desde la tarde húmeda en su casa de Cuenca.

En el país bangladés son muy apasionados por la selección argentina de fútbol; tanto, que hay muchos nacidos de Bangladesh que apoyan al seleccionado dirigido por Lionel Scaloni. Becerra remarcó que la época que estuvo en el club fue un gran momento para habitar este país: “Festejaban todo el día cuando ganaba Argentina; ellos se sentían como uno más. Me sentía en casa”.

Qué hay detrás del fanatismo de Bangladesh por Lionel Messi: cómo es ser argentino y jugar en un fútbol del que poco se sabe

Asimismo, el actual delantero del Deportivo Cuenca se refirió al cariño y el agradecimiento que tienen los habitantes de Bangladesh con los sudamericanos. Explicó que es un país que evoluciona de a poco, pero que no quiere dejar sus valores de respeto de lado al hacer este avance. No quiso ignorar a su familia en esta mención, que lo apoyó en todo momento en esta experiencia de la que no se arrepiente de haber vivido. A su vez, su esposa y dos hijos no compartieron esta vivencia con el delantero de 37 años, ya que aunque tenía buenas recomendaciones del país desde un principio, decidieron de mutuo acuerdo no acompañarlo a Bangladesh.

En el continente asiático hubo otro protagonista, Facundo Pereyra. Mediocampista que hoy sigue su carrera en Aldosivi de Mar del Plata y tuvo un breve paso por el Kerala de India en 2020, año del brote mundial por el COVID-19. Nacido en Zárate, provincia de Buenos Aires, Pereyra relató que fue un momento difícil a pesar de haber estado poco tiempo (cuatro meses): “Vivía en una burbuja de un hotel la mayoría del tiempo. Entrenaba por las tardes con el Kerala, jugábamos y después volvíamos al hotel”, dice Pereyra, con vistas al estadio Juan Pasquale, donde juega de local Defensores de Belgrano de la Primera Nacional. 

Pereyra quiso dejar en claro la buena organización de la Superliga de India antes del parate por el brote masivo que hubo en el país por los casos de COVID-19. India es el país con más habitantes en todo el mundo, con 1.441 millones de ciudadanos. El Gordo, como le decían sus pares en Gimnasia de La Plata durante su paso en 2012, detalló que muchos compañeros estaban incomunicados con sus familias y, al ser tan jóvenes, les generaba mucho miedo y preocupación.

“Son muy distintos a nosotros”, comenta Pereyra (foto) a la hora de hablar de la cultura y costumbres que tienen los indios en comparación a los argentinos. Es un país con más de 296 millones de habitantes en estado de pobreza, y hubo situaciones que le llamaron la atención, como la felicidad de sus compañeros al poder comer todos los días o celebrar cualquier festividad, algo que la mayoría del plantel no estaba acostumbrado.


Facundo Pereyra - Perfil del jugador 2024 | TransfermarktEn el medio de países como Francia y España, apareció otro argentino para tomar el protagonismo: el defensor cordobés Federico Bessone participó en el FC Andorra, del propio estado independiente. Este equipo del estado autónomo, que cuenta con un poco menos de 80 mil habitantes, es manejado por el defensor español Gerard Piqué. La asociación de la que es propietario el catalán milita en la primera división del principado. En la actualidad, Bessone es entrenador en el Santa Coloma de la Primera División de Andorra. 

“Siempre quise ser técnico. Cuando me retiré quería dirigir al instante y en Andorra se me presentó una gran oportunidad”, cuenta Bessone sobre sus primeros pasos como entrenador. Y bien que aprovechó su chance, ya que después de colgar los botines en 2021 en el Inter Club d’Escaldes andorrano, el cordobés comenzó su carrera técnica con este mismo club durante todo un año hasta su destitución en abril de 2022.

El jugador argentino se encuentra en cualquier parte del mundo. Matías Etchegoyen es un experimentado en la materia: fue el primer futbolista argentino en jugar en la primera división de Gales. “Es un placer jugar en este país y representar a la Argentina, siempre con los valores del trabajo y del sacrificio diario”, declaró Etchegoyen al ser presentado en el Aberystwyth de Gales durante la temporada 2020/21. Una liga que es de muy bajo nivel, debido a que los equipos principales del país, como Swansea City y Cardiff City, disputan las competiciones que rige la Football Association (FA) de Inglaterra.

futbolistas argentinos en ligas exóticas - LA NACION

Nacido en Florida, provincia de Buenos Aires, Etchegoyen no solo demostró su calidad en el club británico, sino que tuvo otros pasos en Europa, como en el Mons Calpe de Gibraltar o en el Ypato de Grecia, sumado a sus experiencias en las divisiones semi profesionales de Italia. Al tomar en consideración los dichos de los De Vincenti, Becerra, Pereyra, Bessone y Etchegoyen se repitieron detalles en sus historias: la representación y la comparación con Argentina. Los argentinos tienen como objetivo poder expresar el amor por su nación en cualquier parte del mundo, sea en el continente, liga o torneo que sea. Argentina es un país pasional porque el fútbol une y mueve a casi 39 millones de personas por una misma adoración, el deporte rey.

Argentina es un país donde los futbolistas sienten la necesidad de demostrar su mejor nivel ante el mundo, pero no para llamar la atención, sino para poner al país en el mapa. Los argentinos sienten el orgullo de manifestar el cariño a su país mediante el éxito deportivo, algo que se exige mucho en cualquier competencia. Estas historias solo fueron sobre cinco de los 6474 argentinos que disputan sus carreras futbolísticas en las “ligas exóticas”.