miércoles, agosto 20, 2025
Home Blog Page 78

Sonia Baluzzo, remando por un sueño

Por León Lagares y Facundo Funes

Sonia Baluzzo ya experimentó la sensación de ganar una medalla para la Argentina cuando consiguió una presea dorada y otra plateada en doble e individual scull de remos ligeros respectivamente. Hoy sueña con clasificarse a sus primeros Juegos Olímpicos en París 2024 y repetir la hazaña lograda en los Juegos Odesur de Asunción en 2022. 

Después de años de hacer gimnasia artística, inició en la disciplina en 2013, impulsada por su abuelo. “Quería cambiar de deporte, así que le pedí a mi abuelo que me llevara al club donde él remó toda su vida, el Club de Remo Teutonia. Ahí fue donde probé e inmediatamente el deporte me atrapó”, relata Baluzzo, que anhela participar del doble par ligero en los JJOO del año que viene, meta para la que entrena 25 horas semanales. 

-¿Qué sacrificás para estar al 100%?

-Sacrificar es una palabra que no me gusta mucho, prefiero decir que estoy comprometida con mis sueños y determinada con mis objetivos, porque para rendir al máximo hace falta pasar muchas horas entrenando y preparándose mentalmente también. Sí, le dedico menos tiempo a lo que son salidas con amigas, escapadas de fin de semana y a la facultad, pero no lo veo como un sacrificio.

Además del remo, Baluzzo cursa el cuarto año en la Licenciatura en Kinesiología en la UBA y da clases particulares de alemán y de nivel primario y secundario para generar segundos ingresos, ya que con el remo puede vivir solamente si es con su familia y si se muda sola llegaría “con lo justo”.

El remo es otro de los tantos deportes que requieren de un esfuerzo económico importante por parte de los atletas, aunque para suerte de Sonia, cuenta con ayudas externas. “Recibo becas del Enard y de la Secretaría de Deportes con las que puedo solventar todos los gastos que necesito, yo solo tengo que encargarme de mi movilidad. También tengo empresas que me respaldan y el club que me ofrece ayuda con atención médica y nutricional”, explicó la palista de 25 años, que en marzo del próximo año disputará el Preolímpico Continental, en el que deberá quedar rankeada primera entre los botes argentinos, más allá de estar en zona de clasificación, para conseguir el boleto a los Juegos Olímpicos de París.

-¿Qué ventajas y/o desventajas tenés contra tus rivales directos?

-Todavía no sé quiénes van a ser mis rivales, pero creo que mis ventajas en cuanto a la preparación son mis otros compañeros de la selección con los que entreno todos los días, mi equipo de entrenadores y preparadores físicos, psicóloga, médica y nutricionista que me acompañan y me dan todas las herramientas que necesito. Una desventaja puede ser la Pista Nacional de Remo en Tigre, donde hay veces que por estar muy baja el agua no podemos salir a remar, más allá de la contaminación. El presupuesto con el que contemos también influirá mucho en la calidad de nuestro proceso, pero todavía no sé cuál será.

-¿Qué herramientas te brindan el club y la selección? ¿Por dónde te llega más ayuda?

-Tanto el club como la selección me ayudan por igual. Hay algo de trabajo en conjunto, por ejemplo para organizar a qué regatas del calendario nacional podemos asistir.

-¿Quién o quiénes te entrenan? ¿Qué te aporta, o te aportan?

-Mi entrenador en la selección es Martín Bonini y el director técnico nacional es Pablo Susini. Mis preparadores físicos son Martín Menéndez Lema y Martín Concilio. En el club mi entrenador es Francisco Schoo y mi preparador físico también es Martín Concilio. Los entrenadores en la selección me aportan mejoras técnicas y seguimiento en el agua. Mis preparadores físicos me ayudan a mejorar y a dar lo máximo de mí en el gimnasio. En el club, Francisco me aporta contención y mejoras técnicas cada vez que vuelvo, ya que la mayor parte del año concentro con la selección en la Pista Nacional de Remo.

El remo argentino aportó cuatro medallas olímpicas a lo largo de la historia, la más importante fue el oro en Helsinki 1952 conseguido por Tranquilo Cappozzo y Eduardo Guerrero en la prueba de doble par de remos sin timonel.

-¿Crees que al remo se le da la importancia que merece?

-Creo que a nivel panamericano al deporte se le da importancia. No sé si es lo que se merece o no, pero el presupuesto que maneja el deporte depende de los resultados. Más allá de eso, creo que es un deporte poco difundido y conocido en nuestro país, y eso dificulta que se le dé más importancia. Sí creo que creció mucho la cantidad de personas que practican el deporte en los clubes, y que de a poco va a ir llegando a nivel de selección.

No hay que dejar de recordar que este deporte es muy exigente y que toda preparación, sueño y esfuerzo puede pasar de la gloria al fracaso en solo esos siete minutos de duración de regata, en los que Sonia compite motivada por su familia, amigos y novio, quienes son su “cable a tierra”. 

Christy Martin: renacer del dolor

Por Emilia Pellegrini

La primera vez que boxeó fue en 1986 en una pelea para aficionados de la universidad, y si bien se mostró interesada por varios deportes desde que era muy chica y para el momento de ese combate nunca había pisado un gimnasio, fue el puntapié para colocar al boxeo como el pilar de su vida para siempre.

Luego de un par de peleas, conoció a Jim Martin, un entrenador que se ofreció a trabajar con ella en Tennesse. La relación al principio no fue la más agradable, de hecho hasta la comunicación entre ambos era escasa, pero Christy sorprendió a todos en el gimnasio con sus habilidades arriba del ring y con el paso del tiempo el vínculo con su entrenador fue mejorando, al punto en que comenzaron una relación y a los pocos meses se casaron.

“Cuando me casé con Jim me casé con el boxeo”, confesó Christy. Y quizás usó al matrimonio para ocultar una fase de su pasado con la que le era complicado vivir: en la secundaria, había tenido un amorío con una compañera del equipo de básquet pero tuvo que ocultar esa relación por la época en la que se vivía pero principalmente porque sus padres no lo aceptaban. Es por eso que, años más tarde, comenzó a usar al boxeo como una especie de descarga para expulsar toda la ira guardada de tener que esconder quien realmente era. Su marido y entrenador estaba al tanto de su pasado, pero también eligió dejarlo de lado y seguir adelante, aunque también expresó que “de haberlo sabido no la hubiera dejado entrar al gimnasio esa primera vez”, refiriéndose a las relaciones con mujeres que su esposa había tenido en la adolescencia.

En 1994, firmó un contrato con Don King, el mejor promotor de boxeo del mundo en ese entonces, y desde ese momento su carrera no hizo otra cosa más que subir. Recibió elogios del mismísimo Mike Tyson quien había escuchado de ella mientras estaba en la cárcel, y fue él el que la invitó a participar de la antesala de sus peleas. Fue en uno de esos enfrentamientos donde se vio cara a cara con Deirdre Gogarty, y con una fractura y hemorragia nasal impresionante cautivó a cien mil espectadores y a más de un millón de televidentes. Ese fue el quiebre de su carrera, donde comenzó a ser reconocida por los medios y a ganarse el respeto de sus rivales. 

Christy logró demostrar que las mujeres también podían practicar el boxeo profesionalmente, que tenían coraje y que podían seguir peleando a pesar de la sangre. Motivó a una camada de niñas a comenzar a boxear, salía en las tapas de las revistas y hasta incluso en videojuegos. Llegó a estar en la cima del mundo cuando la gente coreaba su nombre.

Mostraba una imagen extremadamente femenina, en cierto punto, según su entrenador y esposo, eso atraía a los hombres a ver sus peleas más allá de las condiciones innegables que tenía. En las previas de los combates, insultaba duramente a sus rivales, rebajándolas con comentarios que condicionaban la apariencia masculina que mostraban. Lo cierto es que Christy usaba ese recurso para ocultar su pasado, ya que de hecho llegó a criticar públicamente la homosexualidad y sin dudas todas esas actitudes eran alentadas por Jim. 

En noviembre de 2001 y siguiendo con la ola de comportamientos homofóbicos y descalificantes contra sus rivales, se enfrentó y venció a la campeona mundial Lisa Holewyne, quien años más tarde sería su esposa. 

Pero mucho antes de poder vivir en una sexualidad plena y sin encubrimientos, Christy siguió pisando fuerte en el boxeo e incluso ganó el título de la categoría superwelter de la CMB en 2009.

Pero los éxitos en el ámbito deportivo no le hacían juicio a su vida privada. Puertas adentro la boxeadora vivía en un mundo de abusos por parte de su esposo. Comenzaron con el consumo de cocaína juntos pero, en 2008 todo empeoró: Jim colocó cámaras por toda la casa para controlar los movimientos de Christy y comenzó a manipularla para darle la droga a cambio de que ella hiciera cosas por él. 

La violencia física tomó lugar en la relación cuando ella le pidió el divorcio y él la golpeó a tal punto que le rompió un diente. Pero la parte más dolorosa no fueron los puñetazos de su marido, sino que al contarle a sus padres sobre los abusos que estaba viviendo, no obtuvo respuesta alguna. Sus propios padres ignoraron por completo la situación y eso fue lo que terminó de destruirla.

Ahora, la boxeadora vivía bajo el efecto de la cocaína para soportar los golpes fuera del ring. Una noche comenzó a hablar con Sherry, su novia de la secundaria y tras intercambiar mensajes por redes sociales, se volvieron a ver y comenzó una relación con otra mujer frente a los ojos de su violento esposo. Pero lo que Christy buscó como un alivio a su dolor, terminó desatando la peor violencia por parte de Jim.

El 23 de noviembre de 2010, cuando decidió volver a la casa que compartía con su esposo, fue apuñalada por el mismo Jim, a quien no le bastó con eso y también le disparó con un arma 9mm. Pero Christy, al igual que lo hacía arriba del ring, siguió dando pelea: logró escapar de la vivienda y luego de estar varios días internada, sobrevivió una vez más a los golpes que la vida le daba.

No solo se recuperó del peor ataque, sino que volvió a entrenar con Miguel Díaz, un argentino que la acompañó a regresar al boxeo aún con una bala en la espalda.

El 12 de abril de 2012, James Martin fue acusado de intento de homicidio, lo que Christy llamó “la victoria más grande de su vida”. Y tras esa condena, la boxeadora logró volver a vivir, y esta vez sin prejuicios. Actualmente es promotora y tiene su propia ONG, además que pidió públicamente que comiencen a llamarla Christy Salters, apellido que adoptó luego del ataque. Pero lo más llamativo es que se casó con Lisa Holewyne, a quien se había enfrentado en 2001. Y a pesar de que aún sueña con que Jim la persigue por su casa, confesó estar más feliz y plena que nunca. 

Sin dudas la historia de Christy es tan solo una más de todas las historias de violencia de género en el deporte, pero contribuye a visibilizar la problemática y dejar en claro que se puede volver a vivir, a pesar de que los golpes sean más fuertes fuera del ring.

Escalada a la final

Por Lucas Marcos

El Club Atlético Talleres Remedios de Escalada venció como local 3 a 0 a Ituzaingó y se consagró campeón del Torneo Clausura de la B Metropolitana tres fechas antes de su culminación. El Albirrojo tendrá que disputar una final contra San Miguel, quien fue el ganador del Apertura, para obtener el ascenso a la B Nacional, categoría que no disputa desde hace 28 años. 

Lautaro Villegas, Fernando Enrique y Ciro Campuzano fueron los autores de los goles que le permitieron a Talleres ganarle a El León, llegar a 35 unidades, asegurarse terminar como líder el campeonato y encender la ilusión de todos los hinchas que hoy colmaron el Estadio Pablo Comelli. 

La última vez que el Rojo de Escalada participó en la segunda categoría del fútbol argentino fue en la temporada 1994-1995 y este sábado, gracias al excelente andar del equipo dirigido por Martín Rolón, todos los Tallarines se podrán ir a dormir pensando en que “el sueño de algún día volver” está cada vez más cerca. 

 

La ecuatoriana que defiende los colores de Argentina como si fueran suyos

Por Paula Prieto

La Selección Argentina de vóley femenino se despidió del Preolímpico en Japón el domingo a la madrugada con tres triunfos y cuatro derrotas, luego de ganarle a Perú con parciales de 20-25, 25-12, 10-25, 25-18 y 15-10. El conjunto de Daniel Castellani quedó afuera de la primera fase clasificatoria a los Juegos Olímpicos 2024 debido a que terminó en el 5° lugar del grupo B encabezado por Turquía y Japón. Las cinco plazas restantes se decidirán al final de la Fase Preliminar de la Liga de Naciones de Voleibol 2024 y serán los cinco mejores equipos aún no clasificados del ranking mundial, lo que deja a la Albiceleste con pocas chances para sumar puntos y avanzar del puesto número 18. De igual manera, Las Panteras tuvieron un excelente paso por este torneo y hubo un nombre que volvió a sonar en los oídos de los argentinos, y aún más en el último partido dónde reapareció siendo la tercera máxima anotadora con 10 tantos. 

Erika Mercado, opuesta del seleccionado argentino, hace 16 años vino a la Argentina para poder cumplir su sueño, el mismo que su mamá también tuvo y sus padres no le dejaron concretar. Desde Ecuador, con tan solo 15 años, llegó para poder seguir su carrera en el vóley. Toda su vida se la pasó yendo de deporte en deporte, jugó intercolegialmente al básquet, practicó atletismo, pero el vóley fue lo que la enamoró. Solo tenía conocimiento básico del deporte cuando se encontraba jugando un torneo de selección de talentos en su país natal. Esta demostración fue la necesaria para que el entrenador argentino Sebastián Carotti viera talento en ella. La oportunidad de su vida había llegado y su familia no dudó ni un segundo para apoyarla en lo que quería hacer. Al principio se le hizo difícil acostumbrarse a la manera tan diferente que tenían los argentinos para jugar, pero con esfuerzo y trabajo logró con 16 años comenzar su carrera en Gimnasia y Esgrima La Plata. 

San Lorenzo no solo fue el segundo club por el qué pasó y con el que ganó tres títulos en dos años, sino que también fue como un hogar para ella gracias a la ayuda que recibió en una de las batallas más difíciles que peleaba a distancia: la casa de su madre había sido derrumbada luego de un terremoto de 7,8 grados en la zona costera de Ecuador y el club decidió hacer una  rifa para recaudar plata y poderle comprar una casa.

En 2018 recibió lo que había esperado toda su vida, la nacionalidad argentina. Esto significaba que podía ponerse y representar la camiseta celeste y blanca que tanto esperaba hacer. 


“Me encanta esta camiseta y desde que vine, tuve el objetivo de jugar para Argentina”, había declarado en los medios.

Esa niña de 15 años que había venido a la Argentina sola y sin saber lo que el futuro le esperaba, terminó jugando sus primeros Juegos Olímpicos en Tokio 2020, en los que fue la máxima anotadora de la selección con 59 puntos. Fue parte del primer equipo de la Selección Argentina femenina en pasar a la segunda ronda de un Mundial en Polonia y Países Bajos en 2022, en el que también fue la máxima anotadora con 123 unidades, marca que jamás se había visto en la historia de la Albiceleste y además fue una de las jugadoras que participó en la histórica primera obtención de la Copa Panamericana 2023, luego de 20 ediciones. 

Todavía está en duda la participación de las argentinas en Francia el año siguiente pero con la cabeza enfocada en mejorar para asegurar su lugar en los Ángeles 2028, se espera que con 36 años Erika Mercado siga sorprendiendo con su fuerza en los ataques y logre traer la primera medalla para su segundo país, que defiende y ama como propio. 

Recuerdo del olvido, la Selección fantasma

Por Manuel Rojo 

Juan Domingo Perón había ganado las elecciones nacionales y se convertía en el presidente de la Nación por tercera vez. Sacó casi el 62 por ciento de los votos por encima del 24% de Ricardo Balbín de la Unión Cívica Radical y el 12% de Francisco Manrique de la Alianza Popular Federalista. Todo el pueblo había estado pendiente. Los diarios, las radios, la televisión y cualquier responsable de la comunicación tuvo como objetivo este suceso histórico. Nube de acontecimientos. El sueño se avivaba como el fuego, a la espera de que el país vuelva a ser lo que fue. Ah, y también había jugado el equipo fantasma. Formalmente llamado el seleccionado argentino de fútbol.

Era un año más. 1973. Crisis del petróleo, un Golpe de Estado en Chile, el estreno de El Exorcista, Bob Marley sacaba el disco Burnin’ junto a The Wailers y la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) era un desastre. Intervenida por el Estado y responsable de un acumulado de decepciones. La más reciente era la eliminación del Mundial de México 70’. Su objetivo era no repetir el mismo destino y clasificar a Alemania 1974. Para eso necesitaban ganar en el templo de la mala prensa. En el Estadio Hernando Siles de Bolivia. A más de 3600 metros de altura. La fecha del cruce se había fijado para el 23 de septiembre.

El técnico del seleccionado era Omar Sívori. El mismo responsable de que se haya tapado “La Herradura” de El Monumental y fue ídolo de Juventus de Italia. Un jugador de época, pero que le tenía miedo a la altura ¿Qué le quedaba al resto? Por lo tanto, el entrenador idealizó una preparación de más de un mes para sus jugadores y designó a Miguel Ignomiriello a cargo. Un DT responsable de destacar en el banco de Gimnasia de La Plata y de formar la famosa “Tercera que mata” de las inferiores de Estudiantes. El plantel de protagonistas estaba conformado por el inicio de una generación y el continuado de otra. Ubaldo Fillol, Mario Kempes, Enrique Bochini, Aldo Poy, Reinaldo Merlo, Juan José López, Rubén Glaria, entre otros jugadores. Las figuras viajaron a una gira por España con Sívori. Los pasos a seguir estaban escritos y la AFA había asomado su responsabilidad. Iban a bancar el viaje al norte con el pago de hoteles, víveres con el paso de los días mediante aerolíneas y la utilería necesaria. Básicamente lo que le correspondía. Luego de las promesas, aterrizaron en San Salvador de Jujuy el 19 de agosto y oficialmente inició la travesía.

No pasó mucho tiempo para que mal ambiente interceptara en los ánimos de la delegación. La AFA no había cumplido. Los pagos en tiempo y forma no llegaban, ni siquiera los enseres prometidos. Los jugadores miraban a su alrededor y el panorama no ayudaba. Sin familia y con el agobio del poco oxígeno. Casi 3000 metros de altura y el deseo de no mirar hacia abajo. Los primeros en bajarse fueron J.J. López y Mostaza, este último con una declaración que ejemplificaba el alrededor: “No aguanté más. La tristeza me agobiaba”. Nadie hablaba de esto, ni con ellos. Abandonados y olvidados. Lo único que quedaba era pasear entre las punas y tratar de no aburrirse. Lavaban su propia indumentaria y desde Buenos Aires no recibían ayudas para comer y hospedarse. Sin recibir llamados por parte de la AFA, tuvieron que hacer algo al respecto. Prendieron la cámara y se hicieron ver. Para el diario Hoy de Bolivia, los jugadores recortaron cartulinas, se las pusieron en la cabeza y se mostraron como lo que eran, la selección fantasma.

El panorama era desolador, había que probarse ante esa tormenta. Luego de varios partidos que no se jugaron, llegaría el primer amistoso ante un combinado de la provincia jujeña. Empataron, pero luego disputaron 14 encuentros que resultaron en victoria para los albicelestes. La ruta de los cruces atravesó fronteras, pero no de ambiente. La altura siempre estuvo presente y llegaron a jugar hasta tres veces por semana. Se aclimataron para el duelo que importaba en La Paz. “Teníamos pactado menos partidos. Llegamos a jugar más a cambio de plata. Volví de aquel infierno con siete u ocho kilos menos”, recordó Kempes en su autobiografía. Luego de ese sufrimiento, llegó el 23 de septiembre.

Sívori había llegado para el final del laburo. Lo que definía si todo había valido la pena. Quizá ni con la victoria lo justificarían, pero no era momento de pensar en eso. La sorpresa vino cuando en el armado del equipo que Ignomiriello puso en el arco a Daniel Carnevalli, quien recién había llegado junto al técnico principal, y no a Fillol que se bancó la travesía por las alturas. Días antes, el futuro arquero campeón del mundo se había quejado públicamente por televisión del pésimo trato que habían recibido él y sus compañeros. Luego de los pequeños y, al mismo tiempo, agigantados preparativos, empezó el partido. Fue victoria por la mínima con gol de palomita de Oscar Fornari, quien le dedicó su victoria a su madre (fallecida dos meses antes) y a Fillol, el único fantasma que no había jugado. Todo redondeó un triunfo que le daba la clasificación al Mundial y que daba un gran paso para la candidatura argentina en 1978.

La gloria se las dio el tiempo. La prensa lo convirtió en un cuento fantasma ese mismo día, debido al eclipse de las elecciones, y en el futuro como un ejemplo de cómo pueden elegir qué le interesa a la gente y qué no. El cuerpo técnico tampoco tuvo tanta memoria. Sólo cuatro jugadores de los que acompañaron la aventura del norte fueron citados para viajar a Alemania. Una lucha injusta, con premio dulce y un resultado árido como el clima que los rodeaba. Más allá del después, los jugadores respetaron la camiseta y se calzaron con los botines de la valentía y el aguante. Uno de los capítulos más emblemáticos y metafóricos del deporte nacional. De aquellos ignorados del interés. El recuerdo de los olvidados. Una de las razones que mantiene viva la polémica frase de “los jugadores son lo más sano del fútbol”. El grupo de la altura. Los fantasmas.

 

El comienzo de un legado: a 50 años del debut de Kempes en la Selección

Por Facundo Novo

Mario Alberto Kempes es sinónimo de Selección Argentina. Tan verídico es esto, como que el Matador es parte del acotado grupo de futbolistas que debutaron antes en el combinado nacional que en su propio equipo. Si bien fue parte de un grupo de jóvenes que fueron llamados por Omar Sívori únicamente para disputar un partido ante Bolivia en La Paz el 23 de septiembre de 1973, el oriundo de Bell Ville supo dejar su huella con la camiseta albiceleste.

Nacido en la ciudad de Córdoba, Kempes debutó en Instituto. En su temporada inicial marcó 78 goles en los 81 partidos que disputó en la Liga Cordobesa, dándole así a la Gloria el título y la clasificación al Nacional de 1973. En el Torneo Argentino, su estreno en la red fue frente a River, club que lo fichó unos años más tarde. Tras finalizar en la tercera posición de la tabla de goleadores, Rosario Central lo compró. En el club rosarino fue un espectáculo: tirado a la banda izquierda por órdenes de su entrenador Carlos Griguol, marcó 97 goles en 123 partidos y se convirtió en el máximo goleador de la historia del club. En la temporada de 1975, consiguió hitos difíciles de creer. En el Metropolitano, marcó cuatro pókers en el mismo campeonato, llevó al Canalla a semifinales de Libertadores y hasta se dio el lujo de meterle un tanto a Newell´s en el partido definitorio para entrar a dicha instancia. Fue tan significativo, que su excelente paso por la Academia Rosarina no opacaría lo que fue el resto de su gran trayectoria. 

Su traspaso al fútbol de Europa fue decidido por los socios, que por mayoría votaron para que el delantero sea vendido por medio millón de dólares. El Matador no sabía lo que era un periodo de adaptación, ya que con cualquier camiseta que vistió, se cansó de hacer goles. La “casaca” del Valencia y el viejo continente no fueron la excepción: 139 tantos en 246 partidos jugados y tres títulos. El primero fue la Copa del Rey, de 1979, en la que le marcó dos goles al Real Madrid en la final para quedarse con el trofeo. El segundo fue la Recopa de Europa, en la que se enfrentaban todos los campeones de copas nacionales en la temporada anterior. En la final, venció por penales al Arsenal inglés. Finalmente, la Supercopa de Europa ante Nottingham Forest, bicampeón de la Champions League en ese momento, fue su última consagración con los Murciélagos. En 1981, luego de que Boca contratara a Diego Maradona, River y su presidente, Rafael Aragón Cabrera, decidieron buscar un golpe de efecto. ¿Quién mejor para lograrlo que el ídolo valenciano? Así fue como Mario Alberto Kempes, tras una temporada irregular en el fútbol español, volvió a la Argentina para ponerse la Banda Roja del Millonario. Estuvo solo un año, pero le bastó para ganar el Nacional del 81 y convertir el gol definitivo ante Ferro. Finalmente, su carrera terminaría con breves pasos por distintos clubes. Una vuelta frustrada al Valencia, luego un paso por el fútbol sala. Después Hércules de España, First Vienna, SKN St. Pölten y Krems de Austria fueron sus últimos equipos en Europa. Pero el punto final lo dio luego de su breve estadía en Fernández Vial de Chile. El Pelita Jaya de Indonesia fue el curioso destino donde Kempes colgó sus botines y se puso el saco de entrenador.

A pesar de que su trayectoria fue inmensa a nivel de clubes, su legado verdadero lo dejó con la camiseta de la Selección Argentina. Después de su alocado debut, participó de los partidos preparatorios del combinado para el Mundial de 1974. En estos convirtió un tanto ante Rumania, dos frente a Francia en Parque de los Príncipes y otro doblete contra Inglaterra en el mítico estadio de Wembley. A pesar de que en esa cita mundialista no pudo anotarse en el marcador en ninguno de los seis encuentros, una leyenda empezaría a nacer y pronto tendría revancha. 

Una Copa América frustrada por Brasil en el medio, dejaban a la Argentina con incertidumbre de lo que podría ser su actuación como anfitriona de la Copa del Mundo de 1978. Era un equipo conformado solamente por jugadores del medio local, que venían de un largo camino preparativo con César Luis Menotti. Sin embargo, el Flaco hizo la excepción con Kempes y este se convirtió en el único jugador del futbol extranjero en integrar ese plantel. El entrenador lo colocó en una posición más retrasada, que le permitía llegar al área y a su vez poder participar de la elaboración del juego. Así fue como el “10”, a pesar de que en la primera ronda le costó adaptarse, fue el jugador clave de aquella camada de campeones mundiales. Un doblete frente a Polonia y otro ante Perú, posicionaron a aquel pibe cordobés a un partido de levantar el trofeo más preciado por cualquier futbolista. De todas formas, el paso previo era Holanda. Aquel equipo que venía de golear a la Argentina por 4 a 0 cuatro años atrás, no contaba con la presencia de Johan Cruyff. Al principio, se creyó que su ausencia se debía a que se oponía a jugar en un país donde gobernaba una dictadura militar. Finalmente, en su libro autobiográfico publicado en 2016 reveló que en 1977 un ladrón irrumpió en su casa y por el estrés que eso le generó prefirió no viajar. El partido sin la gran figura neerlandesa, pero con Kempes a la cabeza del seleccionado nacional, tendría el final feliz que todos conocen. El ex Central marcó dos tantos en su partido consagratorio, los cuales le permitieron al equipo dirigido por Menotti imponerse por 3 a 1 y así lograr el primer mundial de la historia argentina. “Ni mis goles ni la propia final, lo que recordaré siempre es la alegría en las caras de la gente”, afirmó el futbolista cordobés.

Después de la corta estadía de la Albiceleste en el Mundial de 1982, el Matador decidió ponerle fin a su historia con el seleccionado argentino y le cedió su mítica camiseta a quien sería la estrella de la siguiente generación: Diego Armando Maradona. Fue un camino difícil y hasta cuestionado por mucho tiempo, debido al contexto político que atravesaba la Argentina en aquel momento. A pesar de ello, Mario Alberto siempre se defendió: “Lo que nosotros hicimos no era para los que estaban sentados ahí en la tribuna, sino que fue directamente por el fútbol argentino y por la gente”. Obviamente, como siempre hizo, preponderó al público, al hincha genuino. Siempre vivirá con algún dolor por el reconocimiento desapercibido que recibió aquella camada. No obstante, lo que logró Kempes jamás podrá ser olvidado y quedará en los grandes libros de historia para siempre.

 

Argentinos que juegan el Mundial con otra camiseta

Por Tomas Escalante

El Mundial de rugby 2023 disputado en Francia presenta una diversidad impresionante en las naciones que participan, con solo tres selecciones enteramente compuestas por jugadores de su país como son Sudáfrica, Chile y Argentina.

La tendencia de nacionalización se ve favorecida por los criterios de elegibilidad impuestos por la World Rugby donde un jugador necesita únicamente presentar un derecho de nacimiento en su nueva nación, radicación en suelo de ese país y no haber jugado en ninguna selección durante 36 meses.


De Argentina emigraron tres jugadores para disputar el Mundial: Juan Ignacio Brex e Iván Nemer seleccionados por Italia y Baltazar Amaya nacionalizado uruguayo para jugar con los Teros.

Brex juega en la posición de centro para el Benetton Treviso italiano desde 2017, en el que disputó 73 partidos y anotó 55 puntos. Sus actuaciones le catapultaron a ser convocado por el conjunto “azzurro” de Rugby Seven en el año 2019 y, a sus 29 años, debutar con la selección mayor. Juan Ignacio tiene un pasado en las categorías inferiores de los Pumas mientras jugaba en las menores de San Cirano, equipo con el cual se estrenó en primera en 2012 y donde se mantuvo hasta el 2015 con breves pasos por la franquicia Pampas XV y por el sub seleccionado de Argentina XV. A sus 31 años está en su mejor momento deportivo como uno de los líderes de su equipo y del conjunto nacional italiano que intentará dar la sorpresa en el Grupo A. Este lo comparte con el país organizador Francia, los All Blacks de Nueva Zelanda, los Teros de Uruguay y el seleccionado de Namibia.

Iván Nemer también asistirá a la cita mundialista con Italia pero desde un rol más secundario. El pilar derecho nacionalizado, además de la selección, comparte en su equipo vestuario con Brex, pero un regalo de navidad arruinó su preparación previa al mundial. Con el afán de hacer una broma de mal gusto a su compañero Cheif Traore de origen guineano, le otorgó como presente en el amigo invisible una banana podrida, comparando su tono de piel y nacionalidad de origen con un mono. Traore decidió inmediatamente comunicarle este incidente racista a la dirección del Benetton que informó a la Federación Italiana de Rugby, la cual sancionó hasta el 30 de Junio de 2023 al pilar marplatense por actuar de manera racista.

Por último, el tercer argentino nacionalizado es Baltazar Amaya que jugará para el seleccionado uruguayo. El wing de los teros comenzó a jugar al rugby desde pequeño en el club Hindú. A sus nueve años y por motivos laborales, sus padres se mudaron al país limítrofe donde Baltazar continuó su carrera en el deporte de pelota ovalada para las categorías juveniles de British Schools. Luego dio el salto a Old Boys and Old Girls, club con el cual se consagró campeón del torneo uruguayo de 2021. Este título le permitió firmar un contrato con el club Peñarol integrante del Súper Rugby Américas. Más tarde en el seleccionado uruguayo de Rugby Seven explotó su nivel y le permitió ser titular en el conjunto nacional de rugby 15 para disputar el grupo D de este nuevo mundial, donde los Teros intentarán plantar cara a selecciones poderosas y ver si consiguen un triunfo ante un equipo de nivel parecido como Namibia. 

Del Potro: un campeón que supo sufrir

Por Juan Ignacio Rivera

En el tenis es difícil subir a lo más alto, caerse y sentirse derrotado para tener que levantarse una y otra vez. Y más aún, cuando su máximo rival no fue ni Federer, ni Nadal, ni Djokovic, porque a todos ellos les ganó en varias ocasiones. El rival fue él mismo, fueron sus lesiones y fue el temor al fantasma de no volver a jugar al deporte que amó. 

27 de noviembre de 2016. La Arena Zagreb se encontraba repleta de argentinos que al ver salir a Juan Martín Del Potro del túnel, cantaban: “Soy argentino, es un sentimiento…”. Cuarto partido de la serie entre Argentina y Croacia por la final de la Copa Davis. El seleccionado dirigido por Daniel Orsanic estaba 2 a 1 abajo en la serie. Del Potro tenía la obligación de ganar su partido contra Marin Cilic para forzar un quinto punto. Por si no había peor escenario, empezó perdiendo los dos primeros sets y se quebró un dedo de la mano izquierda. El tandilense siempre fue un jugador que levantaba su nivel con el aliento de la gente. Se hizo fuerte en su derecha, la cual fue su mayor virtud, y ganó un partido histórico por 3 sets a 2. “Fue el mejor partido de mi vida y lo voy a recordar para siempre. Va a ser un momento inolvidable”, fueron las palabras de Delpo luego de la victoria. 

Su compañero de selección, Federico Delbonis, ganó el quinto partido frente a Ivo Karlovic y consagró a Argentina como campeón. Delpo había cumplido su sueño y por el que tanto luchó. Dejó en el pasado esa final de Copa Davis en 2011 frente a España, donde La Torre perdió el partido definitivo. Pero esta vez, ya era un hecho y un reflejo de que no hay que bajar nunca los brazos. Eso fue él toda su carrera. Un ejemplo de que las derrotas y las lesiones te pueden hacer más fuerte.

Sin embargo, Del Potro pasó por mucho sufrimiento antes de llegar a la gloria en Croacia. Luego de ganar el US Open en 2009 ante Roger Federer y quedar como top 4 del ranking ATP, en 2010 sufrió su primera lesión en la muñeca derecha. Se operó y quedó en la posición 484. Él sabía que le tocaba empezar de nuevo, pese a haber estado en lo más alto. Su familia fue muy importante y cuando cualquier otro tenista se hubiese quedado en esa lesión, la Torre acabó otra vez en el top ten en enero de 2011.

Luego de su buen final de temporada, Delpo empezó a jugar sin temor y con su físico al máximo. Así, ganó cuatro trofeos sumados a la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos en Londres 2012. En 2013 consiguió el ATP de Róterdam, el Torneo de Washington y dos meses después el de Tokio. Terminó ese año de manera espectacular al ganarle la final del Swiss Indoors de Basilea a Roger Federer. 

El 2014 inició de muy buena manera con un título en el Torneo de Sydney hasta que el 24 de marzo volvió la oscuridad. Tuvo que operarse de nuevo, pero esta vez de la muñeca izquierda. Allí fue cuando Delpo regresó al barrio Falucho 1 donde se crió, para ver qué hacía con su vida. Tandil era su refugio. “La Banda del Salamín” lo era. Su grupo de amigos que conoció en el colegio San José. Cada día en su cabeza pensaba si volver a entrar en un quirófano o buscar otro camino fuera del tenis. Eso lo atormentaba. 

En 2015 sus problemas físicos siguieron y jugó tan solo 4 partidos en el año. Este fue un momento de inflexión en su vida. Para muchos, su inactividad y su puesto 1045 en el ranking ATP lo consideraban como el final de su carrera. Para su familia, amigos y algún que otro fan, que soñaban con volver a ver a la Torre en lo más alto, confiaban en su retorno. Durante toda su profesión, Del Potro sumó 5 años y medio de lesiones. Entre 2010 y 2017 se perdió 14 Grand Slam. Sin embargo, eso no le impidió estar entre los mejores de la historia de su país

En el cruce de las calles Avellaneda y Richieri en Tandil, se encuentra un mural de Juan Martín Del Potro. Pese a que es una persona muy conocida, La Torre es tratado como uno más. Como a él le gusta. Pasar desapercibido y vivir la tranquilidad que le otorga su ciudad natal. Siempre que puede, aprovecha para estar cerca del otro deporte que ama, el fútbol. Si bien es hincha fanático de Boca, los fines de semana apoya al equipo Ramón Santamarina desde la platea del estadio Municipal. También, en sus tiempos libres juega como delantero en “Para qué te traje FC”, equipo armado con sus amigos de la “Banda del Salamín”.

En 2018 volvió a jugar una final de Grand Slam donde perdió con Djokovic en el US Open. Ya con los problemas de muñeca atrás, Delpo parecía estar recuperado y con confianza, hasta que en el Masters de Shangai de ese año volvió su peor pesadilla. Una lesión. Esta vez en la rótula de su rodilla, que lo hizo regresar al quirófano. Una nueva frustración y una nueva operación para el argentino. Otra vez no se dio por perdido y un año más tarde en el prestigioso Torneo de Queens Club, en el inicio del partido frente a Feliciano López, se volvió a resbalar. Debió abandonar y esa fue la caída definitiva para su rodilla. 

El 8 de febrero de 2022, Juan Martín Del Potro jugó el último partido de su carrera frente a Federico Delbonis. Se enfrentaron los dos argentinos que le dieron los últimos dos puntos a Argentina en la Copa Davis soñada. La Torre de Tandil se retiró del tenis con la conciencia sana y la tranquilidad de que dio todo para recuperarse de las lesiones. El partido del argentino estaba más afuera que dentro de la cancha. Por primera vez fue a verlo jugar su mamá, Patricia Del Potro. Luego del encuentro se dieron un abrazo interminable, que seguramente será uno de los premios más grandes en la vida del Delpo. 

 

Reinventarse, nutrirse y saber retirarse a tiempo

Por Castelli Karen

“Mi mayor logro en el mundo deportivo fue mi crecimiento humano”.

Resulta llamativo que Santiago Ladino, ex jugador, periodista deportivo y actual entrenador, resalte con esta frase lo que significó la fortuna del fútbol durante su carrera, habiendo salido campeón con Vélez en el torneo Clausura 2005, equipo donde se formó, y con Banfield, en el Apertura 2009, año que le dio el primer y único título oficial y profesional al Taladro

Un tipo seguro, tranquilo, que a sus 42 años siente que disfrutó al máximo cada etapa de su carrera, que en el camino hizo muchos amigos, entre ellos un reciente Campeón del Mundo, Nicolás Tagliafico. La vida los cruzó en Banfield, a pesar de la diferencia de edad, y hace unos meses tuvo el placer de compartir su casamiento y la medalla de oro lograda en Qatar 2022. “Nico es un chico muy noble con quien logré empatizar desde el primer momento, siempre tuvimos una relación que iba más allá del fútbol. Es super interesante escucharlo y también ver como él recepciona todo y lo incorpora, cómo está atento a querer aprender todo el tiempo”

Pero se empieza por el principio y entonces, volvemos a la base de los valores y de esa frase con la que empezó el ex Vélez y que tanto lo describe; que asegura que haber sabido incorporar toda la educación recibida durante su formación como deportista, le permitió transitar el camino de la vida, más allá de la pelota, de otra manera. Supo leer el mensaje que hay detrás de un entorno tan hostil y áspero como es el fútbol, a su favor, y usarlo como herramienta para el desarrollo de su presente y su vida en general.

Es una realidad también que cada vez es más importante tomar conciencia de que la salud mental es fundamental en este ambiente tan competitivo y con tanta exigencia. “El club es la primera escuela de un deportista, porque desde una edad muy temprana se pasan muchas horas compartiendo en vestuarios, concentraciones, viajes, es muy demandante. El deporte en sí es muy formador, de alguna manera te moldea la personalidad, se consolidan valores, te enseñan a ganar pero de alguna manera aprendes también a perder”, asegura el ex jugador. “Todo esto si lo llevas al lado humano, está buenísimo”. De estos motivos se agarra Ladino, para destacar que su mayor logro no fue un título o el dinero que pudo ganar durante su etapa profesional, sino que fue sostenerse durante tantos años haciendo lo que ama, incorporando todos esos conocimientos.

“Me dolía todo el cuerpo, todos los días. El deporte de alto rendimiento no tiene nada de saludable, saludable es ir a caminar a Palermo 40 minutos por día”, dice por un lado. Por otro, lo marca como el detonante de una situación insostenible fue la parte emocional que se estaba viendo afectada de tal manera que ya no podía administrar todo lo que lo rodeaba: la gente, el periodismo, los dirigentes, sus propias exigencias, los resultados, todo ese universo del fútbol que lo agobio y lo dejó sin resto. Estas fueron las cuestiones y los motivos que lo llevaron a tomar la decisión de retirarse, sabiendo que dentro de los requisitos que se necesitan para estar a la altura del primer equipo de cualquier club, están como herramienta de trabajo: el cuerpo y la mente. Su carrera comenzó en 2000 en el club de Liniers donde jugó más de 100 partidos y su último encuentro fue en All Boys en 2014, a sus casi 34 años.

Con el objetivo de convertirse en un periodista riguroso, estudió periodismo deportivo e hizo un curso de director técnico, para tener más amplitud a la hora de expresar todo lo aprendido en la cancha y como una forma de reinventarse para seguir estando vigente en el medio, sabiendo que siempre está abierto a que pueda surgir la posibilidad de trabajar en algún momento en programas de radios o tele, o en algún equipo como DT o ayudante de campo. “Hay muchos deportistas y ex deportistas que han tenido carreras enormes y a la hora de transformarlo en palabras queda deslucida su trayectoria justamente por cómo lo comunican”. Y otras de las cosas que le aportó el estudio fue aprender a tener desconfianza de la información a tal punto de chequear todo, analizar el detrás y entender que no existe una verdad única y que hay muchos factores que deforman lo sucedido. 

Y una cosa lleva a la otra… en el libro “Pelota de papel 2”, cumplió otro de sus sueños que fue plasmar su experiencia desde el puesto que le tocó defender como jugador y en donde expuso lo que nadie ve.

-¿Alguna anécdota que puedas contar que no esté en el libro?

-Inédita no se me viene ninguna. Pero en síntesis, ese cuento que escribí, es una anécdota. De alguna manera cada mandamiento, cada punto que fui escribiendo, retrata un poco la desvalorización que se siente al jugar en esa posición (de número 4, como lateral por derecha). El ambiente en sí reconoce que es una ubicación muy reemplazable y desde ese punto de vista, intenté ironizar y conectarlo con la realidad (risas).

El presente y lo que se espera de Los Pumas, por Matías Biagi

Por Luca Quagliatini

Los Pumas perdieron 27-10 ante Inglaterra  en el debut del Mundial de Rugby. Matías Biagi, director técnico del Club Atlético San Isidro, confesó horas antes del debut ante Inglaterra que el fuerte de Los Pumas tiene que estar en la defensa, esto en base a los partidos previos al Mundial y el Championship.

La selección inglesa venció por 17 puntos al seleccionado dirigido por el australiano Micheal Cheika, pero en ningún momento sumó con un try. Esto explica el buen juego de pies de los europeos y, sobre todo, la buena contención de Argentina en los metros cercanos al in goal. “Creo que se están focalizando en fortalecer las formaciones fijas y todo el sistema defensivo, que fue lo que mejor se vio en los partidos”, declaró Biagi y además agregó que el rugby tiene equipos menos agresivos. El entrenador del CASI analizó el juego de Argentina preMundial: “Es un equipo muy balanceado, tanto los forwards como los backs son buenos jugadores, no son unos más fuertes que otros. Por eso el fuerte del equipo va a estar en la defensa, cuanto más fuerte estén en ese aspecto del juego más sólido va a estar el equipo”.

 ¿Qué se espera de los Pumas en el Mundial?

 -Muchos jugadores de este plantel mundialista estuvieron en Inglaterra 2015 siendo los más jóvenes del plantel y fue un gran torneo para Los Pumas llegando al 4to puesto. Por otro lado, muchos también repitieron en el Mundial 2019 ya como líderes del equipo si bien la experiencia no fue buena, creo que fue un aprendizaje para esos jugadores que hoy por hoy son líderes más asentados y con gran experiencia. Los Pumas pueden tener un gran Mundial, que es lo que todos los amantes del rugby queremos. El jugar en Francia tiene un plus ya que es uno de los principales lugares donde se practica este deporte y muchos de nuestros rugbiers jugaron ahí. Creo que van a cumplir con las expectativas que todos tenemos, que sea un gran Mundial.

Estadísticamente y en la historia, Inglaterra es la mayor potencia del grupo y no es sorpresa si consigue un puntaje perfecto en esta ronda, aunque no esté pasando por un buen momento a nivel de juego. Por otro lado, ante la mirada especialista de Biagi: “Japón en el partido con Chile no demostró mucho, el partido clave ahora es contra Samoa”. Igualmente, destacó que ambas selecciones tienen un nivel menor que los Los Pumas pero que son rivales de cuidado. Además, en favor de Los Pumas, Inglaterra venció a los japoneses por 34-12.

Focalizando en lo que habías comentado del sistema de juego centrado en la defensa, ¿cómo viste el debut de Los Pumas?

-A nivel defensivo no fue un mal partido, sí hicieron muchas infracciones. Los Pumas no pudieron plasmar su plan de juego. No se vio nada, un equipo sin rebeldía. No sé bien cuál fue el planteo, seguramente no lo pudieron llevar a cabo, más que nada cuando eran un hombre más. Por otro lado, los Ingleses estuvieron más fuertes en los puntos de contacto.

Biagi analizó el partido defensivo del combinado argentino y destacó las pocas jugadas de peligro que tuvo Inglaterra. En términos técnicos de rugby, Argentina permitió pocas situaciones de quiebre inglés, además de defender bien cualquier intento de try. Sin embargo, las infracciones cometidas por los argentinos derivaron en penales convertidos en puntos europeos, en adición a los puntos sumados a través de drops. Para el próximo partido contra Samoa, el entrenador del equipo de San Isidro espera que haya un cambio en la alineación, al menos en la pareja de medios.

¿Crees que esa maduración por la que pasaron los jugadores de esta camada le va a servir en el Mundial?

-No tengo dudas que les va a servir no solo en el Mundial sino que les sirvió en el camino previo. Creo que les sirvió de experiencia todo eso que aprendieron antes en los procesos mundialistas tanto de 2019 como de 2015 a varios de estos jugadores.

Antes de que comience el máximo torneo internacional de rugby, Biagi opinó acerca de esta camada de Los Pumas, que está en proceso de renovar el equipo con jóvenes. Jugadores como Pedro Rubiolo, Santiago y Mateo Carreras o Santiago Chocobares, que jugarán su primer Mundial de Rugby, forman parte de esta nueva camada interesante según el análisis del técnico de rugby. “Son esta clase de jugadores, y algunos más que se les sumarán post Mundial, los que deberán tomar un poco las riendas del equipo y guiar a las nuevas generaciones que vengan. Todo esto cuando jugadores como Agustín Creevy, Matías Moroni o Tomás Cubelli, jugadores de mucha experiencia, por un tema de edad van a dejar Los Pumas” comentó Biagi.

Durante toda la historia mundialista, el seleccionado argentino debió enfrentar al menos una selección potencia en rugby, ya sea del Championship, del Seis Naciones europeo o Japón, en la fase de grupos. Siempre que Los Pumas jugaron contra dos de estos países el pasaje a la segunda fase se le hizo esquivo al seleccionado nacional. En el último Mundial Inglaterra y Francia salieron primera y segunda, respectivamente, mientras que Argentina quedó tercera y eliminada.

¿Qué fue más importante el tercer puesto en 2007 o la medalla de bronce en Tokio?

-El tercer puesto en 2007, ya que el rugby de 15 es lo que más refleja el deporte del rugby, el más popular, y el que más gente práctica y más seguidores tiene. Ojo, el bronce en Tokio fue un gran logro también.

¿Qué opinas de Los Pumitas?

-No tuvieron un buen Mundial, hicieron un partido bueno contra Italia y otros no tan buenos contra países como Georgia. Sufrieron mucho el contacto, y por ejemplo contra equipo como Georgia si no ganás los puntos de contacto se hace muy difícil tu juego, no tenes obtención, hay mucha pérdida de pelota, habría que hacer un ajuste. Antes del Mundial del año que viene Los Pumitas van a jugar el Championship contra los M20 de Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica. Así tiende a que se emparejen las cosas y como este año Los Pumas fueron de menor a mayor, yo creo que les va a venir bien.

El Club Atlético San Isidro es el máximo ganador del torneo Urba. Sin embargo, desde el regreso post pandemia y luego de cambios  en el torneo el equipo termina en puestos alejados de los playoff.

¿Qué le falta al CASI para salir campeón?

-El CASI es un equipo en formación con jugadores jóvenes y de gran calidad que aprende tanto de los triunfos como de las derrotas, capitalizando las distintas experiencias. Si hoy por hoy me preguntás qué le falta para ser campeón o para competir cada vez más arriba, es tiempo de maduración porque capacidad y entrega tienen.

Similar al momento de Los Pumas, el club de San Isidro pasa por una renovación de nuevos jugadores. Sin embargo, las estadísticas del equipo muestran resultados para mejorar, apenas dos puntos por bonus defensivo y 3 por bonus de ataque. Por la juventud del equipo es algo que se puede mejorar, como explicó Biagi. El equipo está a 14 unidades de Belgrano Athletic, cuarto clasificado de la tabla y pasando a las semifinales.  

-¿Cuál es tu expectativa en este Top 12? 

-Es un torneo muy exigente, no hay posibilidad de relajarse y todas las semanas jugás una final. Mi expectativa es competir todos los partidos y de esa forma terminar lo más alto posible para que los años siguientes el objetivo siempre sea superarse.

Así como los pumas alguna vez salieron terceros y el CASI supo dominar el Top 12 y torneos de la URBA, ¿creés que hace falta o es necesario cambiar para volver a esos tiempos?

-La respuesta es similar a la primera pregunta, solo agregaría el tema de la historia del CASI, que es el club más ganador de torneos de la URBA, con lo cuál tiene una historia muy rica. La historia del club sirve para conocerla y estar orgullosos de lo que implica en la historia del rugby de Buenos Aires; pero hoy es el presente y los jugadores tienen que focalizarse más en su propia historia y no cargarse de peso. Sin dudas que como dije antes tienen todo el material para poder escribir su propia historia, por lo cual creo que focalizándose en eso y entregándose en cada entrenamiento y partido van poder lograr cosas importantes similares a otros tiempos.