sábado, enero 11, 2025
Home Blog Page 38

Macarena Ceballos, en las puertas de un ansiado debut

Por Agustina de los Santos 

Ese día, el día que ella describe como la vez que “tocó fondo”. El día en que ella empezó a poner en duda su carrera como nadadora. Exactamente luego de los Juegos Panamericanos Lima 2019, el hombro de la nadadora riocuartense no pudo aguantar más y los sueños que tenía Macarena Ceballos de poder ser parte de un juego olímpico debieron esperar.  

Ceballos arrastraba problemas de movilidad en su hombro desde que tenía 18 años. Para el 2019, tuvo unos Panamericanos difíciles por haber postergado su operación y creer que podía competir así. Los resultados no fueron lo que ella esperaba, había quedado novena en los 100 metros braza y onceava en los 200 metros braza. Ese fue el momento exacto en que Macarena comenzó a pensar en dejar de nadar. Además de haber recibido duras críticas por periodistas que pusieron en juego su salud mental.

Era tan importante que Ceballos se opere que Gustavo Roldán, su entrenador desde el 2016, explica como la lesión limitaba sus entrenamientos: “Cuando trabajamos algo del tren superior, le traía lesiones o molestias que la frenaban por días o semanas. A veces no podía mover el hombro, prácticamente nadaba solo de piernas”, recuerda Roldán sobre el periodo previo a la cirugía. 

Al encontrarse limitada y sin su clasificación a Tokio 2021, Macarena tomó la decisión de ponerle fin a ese dolor: “Era un sueño, pero la salud está primero. No puedo seguir el resto de mi vida así”, dijo para Puntal en 2021. Los miedos de someterse a una cirugía y de que su recuperación le saque el gran nivel que posee en la natación, se encontraban presentes.

“Después de Lima sufrí bastante la presión externa. Los periodistas me decían ‘a todas les fue bien y a vos no´. Lo trabajé mucho con la psicóloga y desde ese momento dije que no me iba a hacer cargo de lo que esperan de mí porque yo soy la que se tira al agua, se esfuerza y sabe hasta dónde puede“, dijo Ceballos para Página 12 en enero del 2024.

Luego de la pandemia, Macarena volvió de Córdoba y se operó el hombro que tanto le impedía seguir en el agua. Su recuperación no fue fácil porque siempre pensaba en el momento de volver a nadar y, aunque tenía demasiadas ganas de que eso suceda rápido, le explicó a su entrenador que quería ser paciente en ese periodo que buscaba su mejoría. Aunque fue una pausa obligatoria, así fue el proceso de rehabilitación de su hombro, proceso lento y de reinicio en su carrera. 

“Yo tengo entendido que, gran parte de los atletas que se deben realizar este tipo de operaciones, no llegan a hacer una buena rehabilitación o nunca vuelven a entrenar bien ni vuelven a las altas competencias. Macarena, por su edad y por las experiencias que tuvo sobre cómo prepararse durante tantos años con esa limitación, sabía que esto era a todo o nada. Su recuperación fue muy cautelosa porque era clave que no se entre una nueva lesión ”, cuenta su entrenador.

Si bien siempre estuvo cerca de clasificar a Río 2016 y Tokio 2021, no sería hasta julio de 2023 en el Mundial de Fukuoka, Japón, donde consiguió una marca de 1:06.69 en 100 metros pecho. Esa marca no solo le dio la oportunidad de vivir su sueño, la clasificación a París 2024, sino que también fue récord argentino y sudamericano. Con todo lo conseguido al día de hoy, la cordobesa afirma que todo lo bueno llegó luego de operarse y poder recuperarse.

Desde 2015 cuando pisó Buenos Aires en busca de oportunidades, jamás imaginó llegar a ser una deportista olímpica. Ella que está enamorada del agua desde los cuatro años y comenzó a nadar por admiración a como lo hacía su hermana, está a punto de cumplir sus sueños este 26 de julio. Ella, quien le tenía miedo a entrar al quirófano y ver pasar su sueño de ser olímpica, hoy cuenta que se diría a sí misma: “Ser 12° del mundo no es poca cosa. Estoy en mi mejor momento deportivo. Y cuando me pongo un objetivo, voy a eso y hasta que no lo consiga, no paro”, explicó para Clarín en 2023.

 

El camino del campeón

Por Francisco Gentile

La Selección Argentina se alzó con el título de campeona del continente, Lautaro Martínez recibiendo la bota de oro del torneo, las lágrimas en la despedida de Ángel Dí María y demás imágenes que nos dejó la copa.

Julián Álvarez y Lautaro Martínez llegaron al certamen atravesando una sequía goleadora, fueron 13 los partidos del delantero del City sin convertir con Argentina, por otro lado, el Toro no convertía en partidos oficiales desde la Finalissima. Ambos pudieron poner fin a su mala racha ante Canadá.

El festejo del delantero del Inter

Lautaro siguió sumando, el gol para la agónica victoria en el MetLife Stadium contra Chile en el minuto 88 aseguró el pase a cuartos, en el mismo escenario y rival en el que a la Albiceleste se le había escapado el trofeo en 2016.

El diez recibiendo cuidados médicos

El día posterior a su cumpleaños número 39, Lionel Messi tuvo que ser atendido durante el primer tiempo de la victoria frente al conjunto chileno, finalmente se le diagnosticaría una contractura y se quedaría fuera de la cancha versus Perú.

El hispanoargentino tuvo además su primera titularidad

En el encuentro con la selección peruana, tuvieron la oportunidad de debutar en un torneo con Argentina Alejandro Garnacho y Valentín Carboni, de 20 y 19 años cada uno, los más jóvenes de la convocatoria aceitándose en la Scaloneta de cara al futuro.

El arquero contuvo los remates de Ángel Mena y Alan Minda

El Dibu Martínez volvió a garantizar el pase a semis con dos penales atajados en la tanda, durante la misma competencia que lo vió asentarse tres años antes en el arco. Esta vez fue Ecuador quien lo sufrió y festejó bailando.

Euforia, beso y la ironía de Scaloni con el utilero

La euforia de la victoria por penales también nos dejó otra postal, “Marito” el utilero de la selección desde hace 26 años, besó a Lionel Scaloni de la alegría tras consumar el pase a la semifinal.

La celebración del gol del capitán

Messi anotó el 2-0 en semifinales luego de un tiro de Enzo Fernández que sirvió como asistencia, con esto marcó su primer tanto en esta Copa América e igualó el récord de Zizinho de convertir en seis ediciones distintas.

Lautaro, el que trajo los goles desde el banco

El delantero anotó cinco y fue el goleador de la competencia, pese a que solo disputó dos partidos como titular. “Sabía que estaba en deuda, me preparé para sacarme esa espina”, contó.

La Scaloneta, en plan de renovación camino al Mundial

Por Pilar Scacciaferro y Candela Carabajal

Un camino llega a su fin mientras que otro apenas comienza, este domingo se jugó la final de la Copa América en Estados Unidos, y fue el último partido de Ángel Di María con la camiseta de la Selección argentina luego de 16 años, 145 partidos, cinco mundiales y seis Copas Américas. 

Tras la victoria a Canadá en semifinales, Di María declaró: “No estoy preparado para mi último partido, pero ya es el momento. Pase lo que pase en la final creo que puedo salir por la puerta grande, lo di todo, siempre di mi vida por esta camiseta”. 

Por otro lado, las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026, con sede también en el país norteamericano, comenzaron en septiembre de 2023 y se extenderán hasta septiembre del año próximo, por la 17ma y 18va fechas. Argentina se ubica primero en la tabla con 15 puntos tras seis partidos jugados, cinco victorias y una derrota ante Uruguay. La Selección nacional se enfrentará a Chile, Colombia, Venezuela, Bolivia, Paraguay y Perú en lo que resta del año; mientras que jugará con Uruguay, Brasil, Chile, Colombia, Venezuela y Ecuador, por  las últimas jornadas del año entrante. 

 

Calendario Argentina Eliminatorias CONMEBOL

Septiembre 2024:

– Argentina – Chile, jueves 05/09.

– Colombia – Argentina, martes 10/09.

Octubre 2024:

– Venezuela – Argentina, jueves 10/10.

– Argentina – Bolivia, martes 15/10.

Noviembre 2024:

– Paraguay – Argentina, jueves 14/11.

– Argentina – Perú, martes 19/11.

Marzo 2025:

– Uruguay – Argentina, jueves 20/03.

– Argentina – Brasil, martes 25/03.

Junio 2025:

– Chile – Argentina, miércoles 04/06.

– Argentina – Colombia, lunes 09/06.

Septiembre 2025:

– Argentina – Venezuela, martes 09/09.

– Ecuador – Argentina, domingo 14/09.

 

La posibilidad de que Lionel Messi no esté presente en la próxima Copa del Mundo es algo que se tiene muy en cuenta, ya que para el 2026 tendría 39 años, y es por el mismo motivo que también está en duda la presencia de varios jugadores del plantel para esta competencia.

Es cierto que Messi asistió al Mundial de Qatar con 35 años, y que Franco Armani lo hizo con 36, pero de los 26 futbolistas convocados solo ellos tenían más de 35 años. Sin embargo, serían 11 los jugadores que contarán con más de 30 años para la próxima edición: Leandro Paredes y Ángel Correa (31), Rodrigo De Paul, Guido Rodríguez y Paulo Dybala (32), Nicolás Tagliafico (33), Gerónimo Rulli (34), Germán Pezzella y Marcos Acuña (35), Nicolás Otamendi (38) y Franco Armani (39).

 

Fideo al dente: la historia de una estrella que alcanzó la gloria 

Por Nahuel Forciniti

Todos los resultados vienen acompañados de un montón de cosas: la perseverancia, el sufrimiento y la concentración, son características habituales en la obtención del “éxito” y Ángel Di María no es una excepción de aquello. 

Un muchacho nacido en Rosario, Santa Fe, cuyo sueño era representar y llevar a lo más alto a su selección demostrando la calidad deportiva que podía ofrecer. Quien se crió en una familia humilde en la cual su padre no apoyaba mucho la idea que se dedique al fútbol, sino a trabajar; por otra parte, su madre Diana lo respaldaba incondicionalmente en su anhelo de representar a la Albiceleste. Llueva, nieve o granice, ella iba a buscar la forma de llevarlo a los entrenamientos para que pueda hacer lo que más le gustaba: jugar a la pelota. 

Todo esfuerzo tiene recompensa y “Fideo” tuvo la suya cuando Rosario Central le demostró su interés. El equipo de sus amores le estaba haciendo una oferta que no podía rechazar, que sin saberlo, sería la construcción de un camino con muchos picos de emoción y euforia, pero también con tristezas y críticas injustas para con él. 

El talento de Di María no tardó en difundirse por todo el mundo. Su destreza a la hora de gambetear a un rival, tirar una rabona como herramienta en caso de que le quedará la pelota en su pie no hábil o definir extraordinariamente un mano a mano, eran acciones constantes en el juego del entonces pibe de 17 años; algo que a día de hoy se nos hizo costumbre ver pero que nos sigue asombrando y deslumbrando como si fuera la primera vez. 

Luego de 2 años, uno de los considerados grandes de Europa ya le había echado un ojo y decidió apostar por el jóven argentino. A mediados de 2007, Angelito ya era jugador del Benfica y brillaba en el viejo continente con tan solo 22 años. Su andar por tierras portuguesas fue fructífero, tanto es así que el Real Madrid estaba maravillado con el chico rosarino y desembolsó 33 millones de euros para adquirir su juego, su arte. 

Llegaba el mundial de Brasil 2014 y Di Maria estaba en un momento fantástico, quizás igual o mejor que Lionel Messi. Una selección con ganas de conseguir la gloria eterna de la mano de grandísimos jugadores comandados por Alejandro Sabella. Tocaba enfrentarse a Suiza en 8vos de final, un rival que no era favorito pero que le supo hacer frente a la Selección Argentina. Después de un partido cerrado en los 90´ y en la primera parte del tiempo suplementario, todos esperaban por la resolución final del encuentro en la tanda de penales, pero gracias al Gol de Fideo a los 117 minutos, Argentina lograba el ansiado pase a 4tos de final. 

El desenlace de esta historia terminó con la Albiceleste perdiendo por 1 a 0 con Alemania, que venía de vapulear a Brasil en una goleada histórica por 7 a 1; esto llevó a muchos jugadores al retiro de la selección y a otros al fuerte desprecio y repudio de la gente. Uno de estos fue Ángel Di Maria, quien acumuló malos resultados con Argentina en la Copa América 2015, 2016 y 2019, y en el mundial de Rusia 2018. 

Tengo muchos conocidos que me dicen que me quede en París tomando un café enfrente de la Torre Eiffel, pero prefiero ir al país y que me puteen 45 millones de personas, pero jugar para Argentina”, expresó Di Maria. 

A pesar de las críticas, él siguió intentando lograr su sueño. Una nueva revancha apareció en la Copa América de 2021, con un plantel totalmente renovado y un estilo de juego que gustaba, deslumbraba y goleaba a cualquier selección que le tocaba enfrentar. 

Gracias al buen trabajo colectivo, pudo desmoronar todo reproche construido con el pasar de los años, al convertir un gol formidable frente a Brasil (último campeón en ese entonces) que le sirvió para consagrarse campeón y sacarse esa espina que se había enterrado con el pasar de los años. 

Los elogios y la muestra de cariño de la gente no tardaron en llegar. La mirada de los argentinos hacia Angelito era diferente. Ésto ayudo a que retome la confianza que perdió y que las personas depositen su esperanza tanto en él como en la Selección. 

Tras obtener la Copa América, un nuevo desafío aparecía luego de 29 años: disputar una “Finalissima”. Está vez, contra Italia, que había obtenido la Eurocopa y enfrentaría en Wembley al conjunto Nacional. 

No hubo parámetro alguno, ya que Argentina paseó completamente a La Azzurra. Di Maria aportó su gol en lo que concluiría 3 a 0 a favor de los sudamericanos. 

Mundial 2022: Argentina era campeona de todas las competiciones que había disputado y quería hacerse con el mayor trofeo a nivel global. 

Con un arduo trabajo, la Albiceleste llegaría a la final para enfrentarse con nada más ni nada menos que con Francia (último campeón del mundo). Desde el inicio, los Galos fueron ampliamente superados. Tras una buena jugada, Ángel estampó el 2 a 0 parcial y la Argentina ya se ilusionaba con obtener la victoria. Tras un partidazo que concluyó en la tanda de penales, seguidamente de haber igualado 3 a 3, la Selección Argentina se consagró campeona del mundo luego de 36 años. 

Todos estos hitos se recopilan en la nueva serie “Ángel Di María: Romper la pared”, un documental de 3 capítulos que nos ofrece un punto de vista desde la introspección sobre la carrera y vivencias del argentino. Cuenta con entrevistas a compañeros y directores técnicos que disfrutan y otros que supieron disfrutar de su maravilloso juego, como Lionel Messi, Neymar Jr o el actual director técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti. 

La serie fue anunciada luego de la victoria Argentina contra Perú en esta edición de la Copa América 2024. Se estrenará en la plataforma de streaming Netflix el próximo 12 de septiembre.

Kevin Castaño, el pilar de la renovación colombiana

Por Román Pedersen

Itagüí, del Valle de Aburrá, es reconocida como la “ciudad industrial de Colombia” por la cantidad de fábricas y por sus pobladores, los cuales son trabajadores y humildes. Además, en su bandera aparecen los colores amarillo, verde y rojo; y todos estos representan las riquezas morales, honor, alegría y, sobre todo, la esperanza y constancia. Así, estas palabras son eje en la vida de Kevin Castaño, quien en 2020 debutó como profesional y en tan solo cuatro años ya juega en Europa y es pilar de la renovación de Néstor Lorenzo.

Nacido el 29 de septiembre de 2000 y criado en el barrio La Cruz, ese que sufrió varias amenazas de desalojo por invadir el terreno del antiguo basurero, Castaño desde siempre tuvo consigo una pelota. A los cuatro años pateó su primer balón con su papá y nunca más se separó de él. “Jugué fútbol desde chico. El proceso ha sido muy lindo, pero también muy difícil por las dificultades y los sacrificios que uno debe hacer al venir de un barrio humilde”, fue lo que afirmó luego de ser convocado a la Selección Colombia por primera vez.

Este amor tan tempranero por el deporte surgió por su padre, Richard Castaño, quién con 12 años lo llevó a las inferiores del club Águilas Doradas, lugar en el cual él era entrenador de las divisiones inferiores. Allí hicieron todas las juveniles juntos, pero sus caminos se separaron en la Sub-20. Sin embargo, la relación futbolística venía de mucho antes.

La historia inició en el Pony Fútbol, un torneo creado para el fútbol amateur y en el que Castaño hijo jugaba de delantero; aunque, ante un medio nacional, aseguró que no era lo suyo: “En vez de hacer goles me gustaba más dar el pase final. Además tenía agresividad a la hora de marcar, por eso mi papá me retrocedió y desde la Sub-13 que soy volante mixto”. Ya con el diario del lunes, se puede ver que la decisión fue más que acertada. Con tan solo 15 años fue promovido a la Sub-20, luego con 18 pasó al primer equipo, para en 2020, con 20 vueltas al sol, tener la posibilidad de debutar profesionalmente. Fue el 29 de octubre, ante Leones y por la Copa Colombia. Entró al minuto 78 por Mateo Puerta. Desde allí, nunca más salió y no paró hasta ser capitán. En total, con el Nido de Grandes Soñadores disputó 82 encuentros, entre Liga, Copa y Sudamericana, y convirtió dos goles.

El sueño se hizo más grande cuando le tocó la posibilidad de vestir, por primera vez, la camiseta de su país. Ocurrió el 28 de enero de 2023, de la mano de Néstor Lorenzo y contra Corea del Sur. Fue de arranque, anticipando que ese lugar era para él. Jugó casi toda la jornada, recién fue sustituido por Nelson Palacio al minuto 90. Además, por si fuera poco, en ese partido pudo cumplir otro sueño personal: jugar con James Rodríguez. “Es un orgullo y una motivación muy grande. Es un referente del fútbol mundial. Cada día voy a estar puesto a aprender de él, aprender de su forma de jugar, de ser profesional. Espero vivir esa experiencia al máximo”, fue lo que declaró Kevin respecto a su ídolo.

Luego de aquella primera impresión a nivel mundial, varios clubes posaron sus ojos en él, aunque finalmente ganó la puja el Cruz Azul, de México. Llegó a Los Cementeros en julio del mismo año, por un monto de cuatro millones de dólares. Así, se convirtió en la venta más cara en la historia de Águilas Doradas. Sin embargo, el futbolista formado en El Nido estuvo solo una temporada en tierras mexicanas, pues en 2024 volvió a batir un récord: fue traspasado al Krasnodar de Rusia por siete millones y medio y se posicionó como la segunda salida más costosa de la institución celeste, solamente superado por el argentino Iván Marcone y su paso a Boca en 2019, por un monto de ocho millones.

Con el club ruso lleva 10 partidos jugados a nivel local y es fundamental en el 11 inicial, ya que con sus características le brinda orden al equipo. En la presente liga tiene un 62% de oportunidades de gol creadas, un 90% de pases correctos y un 27% de duelos aéreos ganados. A su vez, en la presente Copa América disputó 47 minutos, repartidos en tres encuentros: Paraguay, Costa Rica, por la fase de grupos, y las semifinales ante Uruguay.

Con tan solo 23 años su carrera subió como la espuma y no parece que vaya a bajar. De ser delantero y hacer goles pasó a crearlos y ayudar a sus compañeros en facetas defensivas, siempre con mucho honor, actitud y alegría, los principales valores éticos de su ciudad. Kevin Castaño, el pilar de la renovación colombiana de Néstor Lorenzo.

Argentina-Colombia, dos viejos conocidos y una primera final

Por Román Pedersen

El duelo de este domingo a las 21 horas, correspondiente a la final de la Copa América 2024, será el partido número 41 que enfrente a la Argentina y Colombia. Así, Estados Unidos, más precisamente Miami con el Hard Rock Stadium, tendrá el privilegio de abarcar un duelo con mucha historia, antecedentes y, sobre todo, actualidad. Uno, en busca de defender el título y ser el máximo ganador. El otro, el invicto más largo de la actualidad.

La primera vez que se vieron las caras fue el 7 de febrero de 1945, en el Campeonato Sudamericano de aquel año. Allí, la Albiceleste logró la mayor goleada en un cruce entre ambos. Fue 9 a 1, con goles argentinos de René Pontoni, Norberto Doroteo Méndez, Juan José Ferraro, todos en dos ocasiones, Rinaldo Fioramonte Martino, Mario Boyé y Félix Loustau; mientras que para la Selección Cafetera anotó Arturo Mendoza.

Por su parte, Colombia consiguió la diferencia más abultada el 5 de septiembre de 1993, en el Estadio Monumental de River y el cual estaba completamente lleno. Ese día, con el Pibe Valderrama a la cabeza, el conjunto de Francisco Maturana bailó a su contrincante y le ganó 5 a 0. Antes, con el 2 a 1 en Barranquilla, le había cortado a la Argentina de Alfio Basile un invicto de 31 partidos, que a su vez venía de conseguir el bicampeonato de la Copa América. La primera, en Chile 1991 y la segunda, en Ecuador 1993. Ese título, fue el último hasta 2021.

Con Lionel Scaloni al mando, y luego de 28 años de sequía, la Selección comandada en el terreno de juego por Lionel Messi volvió a sonreír. En Brasil 2021 Argentina levantó el trofeo, pero en las semifinales primero debió superar a Colombia. Luego de un empate en el tiempo regular, la definición fue a la tanda de penales. Allí, emergió la figura de Emiliano el Dibu Martínez y su famoso “mirá que te como, hermano”, en un estadio vacío por la pandemia del Covid-19. Este es el antecedente más reciente de un mano a mano entre ambos. Sin embargo, la actualidad de Los Cafeteros ahora es otra y buscan repetir la hazaña conseguida en 2001, cuando ganaron, de local, su única Copa América.

Néstor Lorenzo es quien, desde 2022, dirige las riendas de Colombia y le devolvió la alegría a toda la nación, ya que lleva 28 partidos sin conocer la derrota y superó la marca del país, conseguida entre 1992 y 1994, cuando no perdió durante 27 encuentros. Con un equipo combativo, pero de muy buen pie y juego vistoso, los focos apuntan al extremo Luis Díaz y al recuperado James Rodríguez; pero centrales como Davinson Sánchez también son cruciales. En esta Copa América, los de Lorenzo son el equipo del Siglo XXI que más goles de cabeza convirtió en el certamen internacional, con un total de cinco, y están a uno de superar la marca histórica. En 1991 la Argentina anotó seis tantos por esta vía.

Y si de conexiones se trata, el último partido que perdió La Tricolor fue, precisamente, contra quien va a disputar la corona de América. El 1 de febrero de 2022 es la fecha en cuestión. El villano para Colombia, pero por ende héroe para Scaloni, fue Lautaro Martínez, quien anotó el único gol del encuentro disputado en Córdoba, Argentina.

Hasta ahora llevan disputados 40 partidos (el de la final será el 41), de los cuales la Albiceleste ganó 20, Los Cafeteros nueve y empataron en 11. Además de los mencionados, otro encuentro que quedó grabado en la memoria colectiva de los aficionados es el que se jugó el 4 de julio de 1999, por la Copa América. Aquel día, en el estadio Ubaldo Aquino de Luque, Paraguay, Colombia venció por 3 a 0 y Martín Palermo falló tres penales.

Domingo 14 de julio a las 21 horas, fecha en la que dos viejos conocidos se disputarán, por primera vez en la historia, un título de mayores, ya que el encuentro en el certamen de 1991 no fue una final oficial, sino que era una fase definitoria con formato de liguilla. Además, Argentina buscará defender el trofeo y ser el máximo ganador con 16 Copas, para así superar a Uruguay, que tiene 15. Por su parte, la selección de Néstor Lorenzo quiere repetir lo hecho en 2001 y seguir estirando su invicto, para batir la marca histórica de 37 partidos.

 

La vida loca del Loco Marzo

Por Laureano Vergara

Existe un solo camino directo desde Paraná hasta Santa Fe. Un poco más de 30 kilómetros es lo que separa el recorrido entre ambas ciudades. En el medio, las personas deben cruzar el Río Paraná, a través de un paso único en toda Sudamérica, el Túnel Subfluvial Uranga-Begnis. Esta colosal estructura subacuática permite la conexión entre las dos provincias —Entre Ríos y Santa Fe—. Y gracias a ella, José Luis Marzo podía ir a entrenar todos los días al Club Atlético Unión. El trayecto era toda una travesía. “Mi viejo no tenía los recursos económicos suficientes para que viajara en colectivo. Yo tenía que ir y volver ‘a dedo’. Sufrí del viento, frío, calor; de día y de noche”, cuenta el “Loco” sobre el sacrificio en los comienzos de su carrera como futbolista.

Estoy un poco más gordo, más cachetón —dice mientras se ríe de su estado físico a los 52 años de edad—.

La realidad es que sus facciones apenas han visto cambio alguno. Sus ojos marrones se ven rodeados por unas cejas que pasan desapercibidas. Sus poros faciales respiran la experiencia del fútbol. Su cabello largo, a veces hacia un costado y muchas otras separado a la mitad y vuelto hacia ambos lados como un libro abierto; siempre está prolijamente peinado.

Era un fenómeno, tanto con el pie como con la cabeza. Tener un nueve como él me lo hacía fácil. Yo levantaba la vista y él realizaba diagonales. Había que ponerla ahí nomás para que él defina. Tenía un don en la personalidad, que para un equipo vale mucho. Siempre contaba una anécdota, siempre sonreía, siempre estaba positivo”, detalla Darío Cabrol, excompañero de Marzo en Unión, en referencia a las cualidades técnicas y temperamentales del delantero.

Desde chico, ya le atraían los colores de Unión. Le encantaba el rojiblanco. Pero tenía un tío que siempre le insistía para que jugara en Colón. Aun así, se mantenía firme a sus convicciones y proyectaba la gloria en el “Tatengue” con sueños sobre festejos de gol. Nunca pensó que llegaría a ser ídolo del club de sus amores o que quedaría tercero entre los máximos goleadores de la institución con 63 tantos. Los sueños están para cumplirse, aunque solo los logran quienes día a día ponen su ímpetu y voluntad para ello.

José Luis era un tipo capaz de trepar cual araña un alambrado durante 5 o 6 metros para festejar con gritos desaforados un triunfo junto a la hinchada. Con la valentía y el coraje del que solo disponen los locos para ir a trabar una pelota con la cabeza.

“Un compañero que era arquero, ‘Cachito’ Escobar, se había comprado un Volkswagen Gacel bastante estropeado. Las puertas cerraban mal y, como las ventanillas no tenían vidrio, las tapaba con cartones. Éramos bastante malditos. Entonces, le empezábamos a arrancar los cartones, nos subíamos arriba del capó; José saltaba en el techo del auto. Por ahí también agarrábamos a alguno y le poníamos pimienta en la nariz”, cuenta entre risas Cabrol, en alusión a las barbaridades que hacían juntos dentro del vestuario.

En su paso por Lanús, Marzo enfrentóa por primera vez al “Tatengue” con otra camiseta. A través de un excelente pase entre líneas de Hugo Morales, el “Loco” tuvo en sus pies la posibilidad de abrir el marcador. En fracción de segundo, en la mente del delantero desfilaron recuerdos centelleantes sobre su vida en Unión. “Tomé la decisión de tirarla afuera, de errar adrede. Hoy lo veo en las redes y me digo ‘qué pedazo de hijo de su madre’. Me costó caro porque jugaba de titular y a partir de ahí no lo volví a hacer”. Un acto de autosabotaje o uno de amor; sin límites ni fronteras.

Como jugador de Los Andes, la situación fue completamente distinta. En la semana previa a enfrentar a Unión, el “Mil Rayitas” recibió la ingrata visita de la barra brava, que llegó con el objetivo de transmitir un claro mensaje, que tenía como evidente destinatario al “Loco”, por su experiencia pasada en el “Granate”. Durante el encuentro, no le quedó otra que marcar tres goles, de esos catalogados como “imposibles de fallar”. Lamentablemente, o no, el “Tatengue” dio vuelta el resultado y el partido acabó 4 a 3.

“Nunca me volvieron a llamar para que terminara mi carrera futbolística ahí. Me sigo cruzando con gente de la dirigencia y no me dicen nada, no hablan de frente conmigo. Ellos sabrán por qué. Lo que uno quiere es poder trabajar en el club que ama. Ojalá se dé la posibilidad y, si no, seguiré esperando. Me tocará alentar a Unión como un hincha más”, expresa —con cierto tono de indignación— sobre su frustrado regreso a la institución. “Estaría buenísimo que vuelva. Es un referente que lograría transmitir muchas cosas a los jóvenes. Sería algo lindo e importante para ellos”, afirma Darío Gigena, excompañero en Talleres, acerca de los conocimientos que Marzo puede difundir en Unión.

El “Loco” ya tiene experiencia como coordinador de inferiores en el Club Atlético Paraná —donde se retiró como jugador en 2012—. Fue entrenador en Unión de Crespo, Atlético Hernandarias y Viale Foot Ball Club, todos pertenecientes a localidades cercanas a su ciudad natal. “En Unión me encantaría trabajar como técnico, ayudante o enseñándole cosas que falten a los juveniles. El tema dirigencial es complicado, pero si tengo la posibilidad lo hago. Me siento capacitado para aportar en el ámbito futbolístico. Habría que armarlo bien para hacerle llegar el mensaje a los hinchas. La gente tiene que saber que no lastimaríamos al club como lo lastiman los dirigentes que están hoy. Ninguno tiene que sacarle provecho a la institución. Apuntaría a ganar algún título”, opina sobre un posible retorno. A través de un cargo político no sería una excepción porque en la actualidad existen casos similares en Argentina: Juan Román Riquelme en Boca, Juan Sebastián Verón en Estudiantes o Gonzalo Belloso, excompañero de Marzo en Lanús, como presidente de Rosario Central.

Hasta hace poco, el “Loco” laburaba junto a su concuñado en una miniempresa propia de venta de harinas. Él se encargaba de distribuirla en el camión por diferentes localidades de Entre Ríos y en las cercanías de Santa Fe. “Tuve que dejarlo porque ahora trabajo en la Secretaría de Deportes de Entre Ríos. Estoy a disposición de los distintos planes que están saliendo para las instituciones de menor recurso o las que ya se hallan a nivel profesional, como Patronato. Necesitamos de estos clubes para que el deporte crezca en todas sus dimensiones a lo largo de la provincia”, expresa Marzo acerca de su nueva función.

Durante su extensa carrera, el “Loco” fue mudando de territorio como un nómada. En 1995, emigró al exterior al ser comprado por el América de Cali, en lo que fue su segundo equipo.

¿Cómo fue tu paso por Colombia?

—La verdad pensé que no volvía más, que de ahí me iba para Europa.

Un sólido comienzo, con 3 goles en 5 partidos, fue lo que alimentó las esperanzas. Aun así, esa torre de ilusiones se acabó de derrumbar demasiado pronto y su estadía duró solo seis meses. El motivo no tuvo ni un ápice que ver con el fútbol. En ese entonces, uno de los dueños del club era Miguel Rodríguez Orejuela, famoso narcotraficante que la policía capturó ese mismo año —1995—. Esto desencadenó complicaciones y cientos de amenazas. En consecuencia, los dirigentes optaron por devolver a los jugadores extranjeros a sus países pese a que las intimidaciones no iban dirigidas hacia ellos. Un año más tarde, el equipo colombiano llegó a la final de la Copa Libertadores, en la que cayó frente a River.

Donde sí fue importante es en la Copa Conmebol conseguida por Talleres en 1999. La última edición de este certamen significó a sí mismo la única consagración en la carrera de Marzo —además de sus tres ascensos—. Con el “Tigre” Gareca al mando, la “T” era un conjunto que se fortalecía y absorbía la energía que la gente le transmitía en su propia tierra. De hecho, no pudo vencer en ningún encuentro como visitante, pero los resultados eran revertidos de local. “Teníamos un grupo humano increíble, cada jugador que entraba al campo de juego dejaba la vida. Íbamos a muerte”, dice el “Loco”, que cumplió un rol fundamental al convertir 2 goles durante el torneo para ayudar al equipo cordobés a obtener su primer título internacional.

¿Hay otro deporte que te atraiga ver?

—Me encanta el automovilismo —responde al instante—. Si no hubiese sido futbolista, estoy seguro de que habría tirado por ese lado.

¿Sos más de Chevrolet o de Ford?

—Siempre me gustó Ford en Turismo Carretera, pero creo que existen categorías más divertidas para ver.

A la hora de los viajes, Marzo decide optar por escuchar cumbias y cuartetos. “Me mantienen atento a lo que pueda pasar en la ruta. Aunque suelo poner de todo: pop, rock, lento. Si no encuentro nada en la radio, enchufo el pendrive”. Su banda favorita es estadounidense y forma parte del Olimpo de la música: los Guns N’ Roses. Junto a su esposa Silvina, el delantero es padre por duplicado: Antonella —la mayor— y Agustín. “Disfruto estar con mis hijos. Abrazarlos, darles un beso. Puedo vivir muchas cosas con ellos que no disfruté con mi viejo por su trabajo como camionero”.

“Agus”, que nació con una total privación de la vista, cuenta sobre su papá: “Es amigo, compañero, chinchudo por momentos; da buenos consejos. Me transmitió la pasión por el deporte. Yo no puedo ver pero el fútbol se siente”. Hoy transcurre su tercer año de facultad, en la carrera de periodismo deportivo. Formó parte del plantel de Los Búhos, primer equipo de fútbol para ciegos de Santa Fe, como defensor, actividad que debió marginar por los estudios. “Lo que más me gusta hacer es ir a la cancha con mi viejo. En Unión le piden fotos, autógrafos y lo ovacionan”, añade acerca de la experiencia de cada fin de semana.

La increíble historia de Agustín, el hijo del Loco Marzo, que es viral - SOY Tatengue

En el año 2001, mientras Marzo jugaba para Los Andes, sufrió una lesión en el ligamento externo de la rodilla izquierda, que fue el causante del mayor desmoronamiento en su cabeza. En un instante, la torre de jenga perdió estabilidad, y los bloques, que habían sido dispuestos uno a uno con sumo cuidado, amenazaron con poner en peligro una excelente carrera. “Fue lo más duro. Sentí que se venía todo abajo. Me pegó muchísimo, aunque uno sabía que tenía que estar preparado para eso. Cerré los ojos, no me olvidé del sacrificio, de la crianza que tuve y del apoyo de mi familia. Son cosas que pasan en la vida y creo que tenemos que poner el pecho y salir adelante. Otro momento difícil no he tenido. Hoy puedo disfrutar de mis hijos y estoy más que orgulloso de ellos”.

El “Loco” gozó de una trayectoria notable, que dejó huellas en cada paso. Con 52 años, sigue soñando, porque para ello no hay límites. Este deseo es volver al club de sus amores y pareciera que no va a parar hasta conseguirlo. Una vida que ya se puede enmarcar para el recuerdo, pero a la que le quedan muchos capítulos restantes.

Elías Romero: la resiliencia de un campeón rumbo a París 2024

Por Valentin Köstler

En un país donde solo se respira fútbol, tanto en el ámbito social como cultural, también existe un mundo paralelo: el deporte paralímpico. Estos deportistas son los que no tienen voz porque todo gira alrededor de la “pelotita” y quedan marginados de otras disciplinas y en esa oscuridad, se encuentra el tenis de mesa adaptado, aunque en estos últimos años está creciendo considerablemente en argentina. Elías Romero, jugador de la selección nacional de tenis de mesa adaptado comentó: “El crecimiento juvenil es un impulso positivo, además de las mejoras de las infraestructuras que ayudan a posicionar el deporte paralímpico en lo más alto”. 

Mielomeningocele fue lo que le diagnosticaron el 5 de noviembre de 1999. Esto impidió el correcto desarrollo de su columna y médula ósea, lo que no le permite caminar. Obligado a estar en una silla de ruedas, Elías encontró de casualidad su pasión, que primero le serviría como superación y luego como su forma de vida.

Su familia está conformada por sus padres y sus dos hermanos. Sus pilares en la vida son sus viejos, en quienes confía. Sabe que, si les cuenta algo, ellos van a saber qué decirle. Siempre obtuvo el apoyo incondicional de su familía; nunca le fallaron y son su motivación.

 Todo comenzó en el Centro de Discapacitados de La Matanza (Cedima) a los 6 años. “Cuando iba al centro de rehabilitación a hacer Kinesiología en San Justo, el señor del traslado nos dijo a mí y a los demás chicos si queríamos hacer deporte recreativo. Había tenis de mesa, básquet en silla de ruedas y atletismo. A los 7 años, arranque con el Ping Pong  y ahí me gustó”, resaltó el campeón paralímpico de Chile 2023.

Un atleta de CEDIMA se subió al podio en Europa

Su padre, Ruben Romero, lo llevaba en colectivo a Cedima los lunes, miércoles y viernes a pesar de ser una familia de bajos recursos económicos. Ellos tenían la suerte de vivir cerca del club, en el barrio de Isidro Casanova. Si Ruben no podía llevarlo iba con su vecino en remis y compartían el viaje. Con tan solo 13 años, ya formaba parte de la selección juvenil. En 2013, tuvo la oportunidad de disputar su primer Parapanamericano de la juventud, que se realizó en Buenos Aires, Argentina.

Mi primera experiencia en un torneo fue una mezcla de satisfacción y un orgullo inmenso al representar a Argentina en los Parapanamericanos de 2013. Me dieron un bolso, lo desarmé enseguida y me volví loco. Pensé que me iban a dar ropa como la que usa la selección de fútbol, pero me llevé una sorpresa al saber que era indumentaria de los Juegos Olímpicos. En ese torneo llegué hasta la final, perdí ante un brasileño, pero tuve mi revancha en 2017 ante el mismo oponente, esta vez le gané yo”, dijo Elías, mientras se reía de la anécdota.

A los 14 años consiguió la beca del Centro Nacional de Alto Rendimiento (Cenard) para ir a vivir allí, entrenar y terminar el secundario. En esta etapa, según nos relata su madre Verónica Salazar “no fue nada fácil dejarlo ir, en el 2013 le llegó la primera propuesta pero no lo deje porque era muy chico. En 2014 acepté y le permiti vivir ahí, sabía que lo tenía que dejar ir para que creciera  y fue lo mejor”. 

Un año después, con 15 años, ya estaba en la delegación argentina mayor en los Juegos Parapanamericanos de Toronto 2015, del cual volvió con la medalla de bronce colgada en el cuello. Fue el argentino más joven de toda la nómina. Llegó hasta las semifinales, donde perdió ante su compatriota Mauro Depergola por 3-0. Deporte Adaptado: Elías Romero sueña con Tokio | Argentina.gob.arEn 2017, cerró uno de sus mejores torneos a nivel personal: en Costa Rica fue campeón en la categoría individual y en equipos (Clase 5). Además, fue elegido como el mejor jugador en silla de ruedas y se retiró invicto. “Tenía muchos nervios” y agregó: “Era el torneo más importante del año para mí. En los primeros partidos no me sentí muy cómodo, me costó adaptarme. De a poco me fui soltando y pude jugar a mi nivel. Estar en el Mundial es un sueño cumplido, una de las metas de mi vida que pude alcanzar”.

Su entrenador Santiago Romero, lo define como una persona resiliente: “De eso se trata la vida y esa palabra encaja a la perfección para definirlo”. Pero, ¿qué es exactamente la resiliencia?. Es la capacidad humana para sobreponerse y adaptarse a distintos entornos, situaciones adversas, obstáculos y circunstancias desafiantes en la vida. Elías pudo convertir su discapacidad en su motor de vida, al ser jugador de tenis de mesa adaptado clase 5 que es para las personas en silla de ruedas. 

Además de entrenar incansablemente, empezó un nuevo desafío en su vida por fuera del Ping Pong al salir de su zona de confort. Comenzó a estudiar inglés en una academía, para mejorar su comunicación en los viajes y competencías internacionales. Va dos veces por semana,  los martes y viernes aunque admite que le cuesta mucho, ya que su única base prevía fue en el secundario, donde le iba bastante bien. Sin embargo, confía que dentro de poco su nivel será tan sólido como su revés que tantos triunfos le ha dado.

Luego de Toronto, su carrera creció como la espuma: múltiples medallas en distintos torneos, incluidos los Juegos Parapanamericanos de Lima 2019. Llegaba como favorito para llevarse el boleto directo a Tokio. Era el top 1 en el ranking sub 23, un orgullo tan grande que le jugó en contra porque venía de hacer un gran año y tenía la presión de ganar el oro sí o sí y obtener la clasificación directa. Ganó dos medallas de bronce, en individuales y en dobles. La cara de él en el podio lo decía todo, esa sonrisa no era de alegría, sino de compromiso: “Nos fue bien pero yo esperaba otra cosa, tenía otro objetivo”. Así es la mentalidad de los ganadores.

Elías Romero: "El tenis de mesa argentino sigue creciendo" | Argentina.gob.ar

 Ya estaba entre los mejores, se sentaba en la mesa de los más grandes y se medía cara a cara con cualquiera. Pero le faltaba un pasó para afirmarse en esa preciada lista de los Juegos Paralímpicos de Tokio 2020. No se pudo concretar, tuvo la mala suerte de que por triple empate quedó afuera. En el primer partido había ganado 3-1 y en el siguiente encuentro tenía que haber sacado un set pero perdió 3-0.

Es una persona sumamente cabulera y meticulosa antes y durante el partido. Uno de los primeros rituales que realiza es doblar su toalla prolijamente en cuatro partes exactas para que quede perfectamente cuadrada. Una vez que finaliza un punto, se va para atras dando una remada completa con sus brazos para tomar impulso y vuelve  colocarse en posición de juego. Pero el más fundamental e inamovible de todos es la preparación de su mochila la noche anterior del partido. Con una puntualidad impecable: a las nueve y veintiocho, ni un minuto más ni uno menos.

El 18 de noviembre de 2023 quedará marcado en la memoria de Romero como un hito histórico en su carrera deportiva tras vencer al brasilero Lucas Carvalhal por 3-2 en una reñida batalla y obtener la tan ansiada plaza directa para París 2024. De esta manera, logró la revancha que tanto esperaba después de su decepción en Lima, al obtener la medalla de oro en singles en Chile.

“De cara a los Olímpicos, Elías se siente muy preparado y enfocado. Sabe que no es el favorito y que la presión no lo va a afectar”. Su entrenador Santiago agregó: “Solo espera ganar experiencia, aprender de los mejores y poder avanzar. Sería un gran logro llevarse alguna medalla. Pero en cuanto a la presión, está muy tranquilo. La mente juega un papel fundamental. Después de Lima, cambió de psicólogo y ahora está más tranquilo. No siente la presión porque no es el favorito”. 

Es hincha de River desde que era bebé. Planea retirarse del tenis de mesa a los 38 años, igual qué su ídolo Ariel “El Burrito” Ortega. Recuerda haberlo visto en la cancha en 2009, subido a los hombros de su papá, durante un partido contra Chacarita. “Cuando Ortega hizo ese gol picándola por arriba, fue una locura total haber visto eso”, comentó con una sonrisa nostálgica.

La pasión por el “Millonario” se ha mantenido a lo largo de los años. Otros de sus momentos más queridos es el título que Ramón Díaz conquistó en 2014. Ese logro, junto con las epopeyas del “Burrito”, han sido momentos determinantes que han avivado más su amor por el club. Espera que, al igual que su ídolo, pueda retirarse con una huella imborrable en su deporte y ser recordado con la misma admiración y cariño que él sentía hacía Ortega.

¿Tenés algún referente? 

— A nivel nacional, destaco a Gisella Muñoz. Ella ha estado en cinco Juegos Paralímpicos seguidos, y la considero uno de mis grandes referentes.

¿Pensás que vos podés ser referente argentino? 

—Me encantaría ser un referente para los jóvenes que vienen por detrás. Espero que mi trabajo y enfoque mental me lleven a ser un modelo a seguir en el tenis de mesa, deseo que este deporte crezca y sea más reconocido en Argentina. Anhelo ser parte activa del proceso junto a otros miembros de la selección.

A casi dos meses de que comiencen los Juegos Paralímpicos de París 2024, se avecina la oportunidad de Elías Romero para brillar en el máximo escenario deportivo y demostrar todo el esfuerzo que le ha dedicado para llegar a la cima. Desde los viajes en colectivo hasta la frustración por no haber llegado a Tokío, ha demostrado una notable resiliencia. Ahora, con su revancha a la vuelta de la esquina, se presenta la oportunidad perfecta para que su dedicación y determinación brillen aún más.

“Ser campeón mundial de cestoball es un sueño”

Por Santiago Gutiérrez

Hace diez años que Franco Corno se dedica a lo que considera el motor de su vida, el cestoball, que le permitió tocar el cielo con las manos luego de salir campeón del mundo con Argentina. Justamente el 25 de mayo de 2023, en India, en el primer Mundial, mientras sus piernas temblaban y sus lágrimas caían al compás del himno. El DT del equipo femenino de cestoball de Vélez, y jugador titular en la selección argentina, toma un mate, mientras habla con su preparador físico. En el polideportivo de Vélez se respira el deporte y uno de los pulmones es el Gimnasio de Cestoball León Raigorodsky, promotor del deporte en el club. “De Vélez, el poli es lo más lindo porque ves a la gente, a la familia”, cuenta Corno con brillos en los ojos.

-¿Cuál fue tu reacción sobre el primer Mundial de cestoball?

-Al principio fue difícil de creer, pero paso a paso fue tomando credibilidad. Era como vivir un sueño que te nombren como selección nacional argentina. Ser campeón del mundo, fue un sueño. Lo más loco fue haber escuchado el himno en otro país (India) y haber estado abrazado a los otros jugadores. En la final lloré. Se me doblaban las rodillas, no podía mantenerme parado, y me agarraron los que estaban al lado mío.

¿Cómo fue enseñar a jugadores de otros países, con sus idiomas?

-El cesto tiene un idioma que es el cuerpo, que simplifica todos los caminos. Que la conexión sea el deporte que amás te llena de todos lados. Y que venga alguien, de otro continente, a pedirte que le enseñes porque le gusta, no tiene palabras para describirlo.

¿Hubo hegemonía con los otros países? (En el Mundial, además de Argentina, participaron India, Francia, Zimbabue, Kenia, Bután y Bangladesh)

-Sí, por ahora la hegemonía es total. Nuestro proyecto también fue mostrar el deporte para que lo empiecen a practicar y que aumente el nivel. El principal objetivo fue salir campeones, pero enseñando. En la final con India sacamos una diferencia de 20 puntos y Melina (Véliz, su entrenadora) pidió un tiempo fuera y nos dijo que bajáramos el rendimiento. La idea era que aprendan y no se frustren. Al final terminamos ganando por 16 puntos, pero podríamos haber ganado por 50.

 

-¿Sentís que hubo un cambio después del Mundial?

-No creo que hubo un cambio; sí siento que cayó la ficha de que ya no somos solo nosotros, ya no es sólo Argentina. El cesto trascendió. Ahora nos ve el mundo. Se rompió el paradigma de que el cesto era algo solo nuestro. Ahora tenemos la obligación de que el día de mañana nos hagan la vida imposible. Esa sensación de que te tenés que preparar porque te puede ganar cualquiera, es el sueño máximo de cualquier jugador.

¿Qué opinás de Melina Véliz, tu entrenadora en la selección?

-Es una de las personas que más me sorprendió. Te toca el corazón, trasciende tu persona. Te termina haciendo creer tanto en lo que sos capaz de hacer, que destraba cosas. Es una fiel creyente del trabajo y por eso me identifico mucho con ella. Creo en el entrenamiento, en que todos mejoran y todo se logra si se entrena para eso. Tardará más, tardará menos, pero la confianza sobre la idea que estás buscando depende exclusivamente de cuánto entrenes para lograrlo.

-¿Qué es ser un entrenador?

-Es una tarea muy difícil. Abarca la vida entera. El ser entrenador trasciende las dos o tres veces por semana de entrenamiento. Elegí usar mi tiempo personal para dedicárselo a esto, en cierto margen, porque amo lo que hago.

-¿Cómo llegaste a Vélez?

-Llegué primero como DT en el cesto femenino, antes de la pandemia, en 2019, mientras jugaba al cestoball en el club San Martín. Me conocía de antes con ellas porque entrenábamos contra el femenino para mejorar, porque son las mejores. En la pandemia fue muy difícil. No podés jugar un deporte de aro en Zoom, un deporte de equipo separados por computadoras. Después se pudo salir adelante.

-¿Y en el masculino?

-Durante la pandemia el equipo (San Martín) se desarmó y yo no quería dejar de jugar. Cuando terminó la cuarentena, empecé a llamar gente. Quería armar un masculino acá en Vélez, tenía la disponibilidad y el espacio. No me quería perder los próximos torneos. Empezó como algo mío y terminó siendo un proyecto del club. Después salimos campeones del Torneo Apertura y Clausura.

Belén Pérez Maurice, la esgrima de la vida

Por Juan Graib

Aráoz entre Gascón y Soler. En la única cuadra de Palermo que parece no haber sido penetrada por la arquitectura modernista, la Asociación de los Húngaros Católicos en Argentina se esconde detrás de dos troncos deshojados por el otoño. Belén Pérez Maurice se bajó de la Avenger 220 roja con Lucas Saucedo, y atravesaron el portón antiguo del trespisos porteño. La Fundación Argentina de Esgrima (Fundares) los esperaba en la primera planta.

El CASIO en su muñeca izquierda indicó las cuatro y media pasadas un minuto. Como todos los lunes, miércoles y viernes, la ‘Flaca’ -así le dicen religiosamente sus compañeros, los alumnos, veteranos, periodistas y un largo etcétera -se hizo presente una hora antes de que lleguen los demás esgrimistas.

Con el casco en su mano hábil y su buzo grisáceo de los Juegos Olímpicos abrigándola, la sablista avanzó por el pasillo opaco de la entrada. Paso a paso sobre el piso de mármol granito blanco, la firmeza que caracteriza su marcha sobre la pista dejaba entrever un rengueo. Atrás había quedado el mes con bota que demandó su rotura de ligamento interno, y dio inicio a los ejercicios de rehabilitación: “Esta semana estoy fortaleciendo. Todavía tengo dolor, pero puedo caminar normal”, confesó.

Belén dejó su retiro de la selección nacional sin efecto: en julio de 2023, hizo pública la decisión en su Instagram, tras quedar eliminada en el Campeonato Mundial de Milán. Tal determinación le duró unos meses: para marzo de 2024, como reza su conducta competitiva y disciplinada, se calzó la careta otra vez para disputar una Copa del Mundo en Sint Niklaas, Bélgica. Terminó en el puesto 24, dentro del Top 30. Con cinco victorias y una caída ante la joven francesa Manon Apithy-Brunet, Pérez Maurice volvió al alto rendimiento con 38 años.

BELÉN PEREZ MAURICE REGRESA CON LA MIRA PUESTA EN PARIS 2024 - CORONADOS DE GLORIA

Ya había amagado con dejar su vocación luego de Lima 2019, justo antes de que el coronavirus virtualizara su rutina diaria de entrenamiento. De haber sido así, ni el modelaje ni la ingeniería en alimentos la hubieran llenado como lo hace el deporte: “Me gusta hacer campañas o publicidades desde el lado de que soy deportista. Pero tengo contemplaciones, o sos deportista o sos modelo”.

La sonrisa blanquecina que sucede todas sus oraciones hizo lo suyo cuando recordó su lesión en el Preolímpico de San José un mes atrás, que la dejó tercera en la competencia y con las ganas de ir a sus cuartos Juegos Olímpicos consecutivo. “Tuve desgarros que no me pararon tanto como esta lesión. Igual no lo nombraría como algo dramático. Si me recupero, iría un poco vendada al Panamericano de junio. El equipo dijo que me necesita”.

“El esgrima no estaba acostumbrado a tener este tipo de resultados. Siento que abrí un camino, pero somos varios: están Isabel y Pascual Di Tella, Jesùs Lugones… Somos varios los que, comparados con otra generación, hicimos historia. Ojalá yo fuera un referente, ¿no?”. Dos décadas y media en la élite, siete medallas repartidas en sudamericanas y panamericanas- una dorada, dos de plata y cuatro de bronce- y tres citas olímpicas al hilo debe ser el currículum soñado para cualquier deportista, fuere de una disciplina popular o no.

Y es que, desde que Argentina dijo presente por primera vez en la esgrima olímpica- con Francisco Camet en París 1900, sólo cuatro tiradores disputaron tres ediciones al hilo: Alejandra Carbone (Atlanta 1996, Sydney 2000 y Atenas 2004 en florete individual), Raúl Saucedo (Los Ángeles 1932, Berlín 1936 y Londres 1948, en espada individual), Omar Vergara (México 1968, Múnich 1972 y Montreal 1976 en espada) y Belén Pérez Maurice (Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2021 en sable).

Cuando pisó la escalera caracol a mitad del pasillo, la caminata imperfecta de Belén pasó a ser una escalada de trekking. El mango de su sable sobresalía del cierre de su bolsón, en movimiento siempre que lo pateaba con su jogging gris.

Llegó a una pequeña antesala blanca con un perchero negro vacío y tres puertas de madera cerradas. Dos de esos rectángulos daban a baños angostos. En el restante, aguardaba un despacho iluminado moderadamente por el cielo gris que pintaba el vidriado superior, con dos estanterías de madera antigua, un escritorio y el cuadro de un jardín. Pasado el mini hall, el salón: tres pistas largas de peana negra abarcaban casi toda la inmensidad del ambiente de luz fría y dejaban las sillas de cuero apiladas contra la pared izquierda. Un baúl decorado con retratos de Belén y Lucas y stickers de competencias internacionales, se posaba contra la derecha.

Lucas Saucedo arrendó el espacio gracias a uno de los miembros de la Fundación, que a su vez pertenece a la comunidad húngara. Y así, con ayuda de Rodrigo Álvarez, entrenador de la selección nacional de esgrima, y Nicolás Alitisz, expresidente de la Federación de Esgrima de la Ciudad de Buenos Aires (FECBA), el ‘Maestro’ creó la FUNDARES en 2006, donde enseña esgrima a niños, adolescentes y adultos, y entrena a los atletas del combinado argentino. Siempre acompañado de Belén, su alumna y esposa.

La FUNDARES inculca la honestidad, el respeto por el otro y la ayuda mutua, principalmente. Somos todos muy compañeros”, explicó Belén, presente en cada sesión celebrada allí. Confesó que en un futuro daría clases, pero que tiene que aprender a hacer los gestos al revés y que enseñar no solo se reduce a eso: “Te podés formar en escuelas de esgrima de Europa y tener un título, pero no quiere decir que seas bueno. Lucas aprendió de los mejores del mundo y ese es el conocimiento que vale. Él sigue aprendiendo, sigue preguntando”.

Es difícil hablar de la ‘Flaca’ sin hablar del ‘Maestro’, y viceversa. Se volvieron indispensables el uno para el otro desde el verano de 1999, cuando Lucas la vio hacer saltos ornamentales en la pileta del Círculo Militar, en Retiro. Belén no pensaba en la esgrima como una posibilidad remota- pese a que su mamá fue amateur hasta poco antes de concebirla el 12 de julio de 1985. Hasta la actualidad, madre e hija jamás se enfrentaron en la peana.

Con Saucedo emprendieron un viaje que empezó con el arribo al Seleccionado Nacional de Esgrima a los 16 años, y que abarcó Juegos Olímpicos, Panamericanos, Suramericanos y competencias globales de la FIE. En veinte años, el binomio puso a la Argentina nuevamente en el circuito del deporte mundial.

La esgrimista Belén Pérez Maurice y su novio Lucas posan juntos y cuentan sus planes de boda - LA NACION

La propuesta de matrimonio televisada en Tokio 2021 es solo una muestra de cómo su relación mezcla lo deportivo con lo sentimental en todo momento. A la ‘Flaca’ la invadió un nudo en la garganta que atascó su voz risueña y prolongó sus oraciones prearmadas. Reconoció que no supo manejar la presión en los juegos ODESUR DE 2014, donde se llevó la medalla de bronce: “Tenía que ganar la de oro y dudé de si iba a tener apoyo para Río 2016. Fue horrible, pero jamás me planteé dejar la esgrima. No me daba cuenta, pero la forma de alentarme de Lucas era exigiéndome. Uno se entrena siempre para lo mejor pero tenés que entender que las derrotas son parte del juego. La pasás mal pero después pasa: te entrenás el doble y listo”.  Más tarde, Belén le ganó el Panamericano de Costa Rica a la norteamericana Mariel Zagunis, n°1 del ranking mundial en ese momento. Según ella, el 2014 fue su mejor año.

La sutil presencia de una esgrimista olímpica en las clases volcaba un popurrí de emociones en todos los presentes, tanto aprendices como guías: “Tenerla acá, verla y escucharla es un privilegio. Que Belén te corrija un movimiento es como estar peloteando en una plaza y que aparezca Messi a decirte cómo patear un tiro libre”, describió Dante Rosa, miembro del seleccionado argentino, mientras elongaba en el piso luego de dar una sesión.

Saucedo se movía en zig zag por el salón. De vez en cuando, Belén se paraba a retocar la postura o el fondo de algún tirador. Con menos palabras, el profesor le siguió la corriente, mirando fijamente a los ojos. El grito de ‘¡En garde! ¿Pret? ¡Allez!’, seguido del choque de metales, compusieron un ritmo intenso que retumbó en todo el edificio. Entre indicaciones y consejos, esbozaban las bromas y risas que hicieron de la concentración y del frenesí de cada asalto una experiencia llevadera.

Uno de los profesores y tiradores salidos de la Fundación es Tomás Alitisz, hijo de Nicolás. El sparring de la ‘Flaca’ confesó que ella “es como un farol, que te guía a donde es el camino. Es mi ídola y también una gran compañera: divertida, tranquila y a la que es fácil acercarse aunque no parezca. Al ‘Maestro’ (Lucas) los chicos lo ven como una figura de mucho respeto, que a la vez es divertida y carismática. Los dos son el arquetipo de cómo hacer bien las cosas”.

María Belén Pérez Maurice sumó una nueva medalla en esgrima

En el despacho de al lado, los zapatazos y los sablazos se traducen a simples zumbidos. Plegado contra la silla de roble oscuro, Alitisz gesticulaba vividamente con las manos, como si tuviera a un contrincante enfrente suyo. Debe ser porque, a la hora de hablar de su pasión, lo hace con la misma energía con la que practica: “La ‘flaca’ me enseñó la resiliencia, que a ella se le sale por las orejas; a disfrutar de la esgrima a nuestra manera y que lo más importante es la salud”.

El joven que llegó a la Fundares cuando tenía 14 años hizo una pausa. Su voz grave se meneó en un limbo entre el dolor efecto de la migraña y el quebranto:  “Pensándolo bien, lo que mejor me enseñó (Pérez Maurice) es que uno, ante todo, tiene que sonreír. Porque ella siempre lo hace, con esa sonrisa que tiene… creo que a mucha gente le serviría aprenderlo”.

Nueve de la noche. La sección de calentamiento recién había terminado. Los que estaban en sus primeras clases entrenaban separados de los demás adultos. Antes de bajar por la escalera, Belén Pérez Maurice se tomó el tiempo de saludar a las 25 personas que ocuparon el salón.