jueves, noviembre 21, 2024

El caso Luciana Salvadó: cuando el entrenamiento es la clave del éxito

Por Nicolás La Rocca

Cuando los éxitos llegan a un equipo o a un/a deportista se fija solamente en la celebración de los mismos y la gente comenta sobre ellos. Hay una parte fundamental que es lo que no se ve: la preparación, el trabajo y el entrenamiento. Si esas cosas no funcionan o ni siquiera existen, es muy difícil que logres tus objetivos. Un ejemplo de aquello es la extremo izquierdo de Ferro Carril Oeste, Luciana Salvadó, ex jugadora de la selección de handball que se siente satisfecha con su carrera y que ahora apuesta a salir campeona con el club de Caballito.

Luciana empezó a jugar al handball en el Club Ferrocarril Mitre a los siete años, época en la que buscaba engancharse con algún deporte. Luchi -para la familia y los amigos- hoy juega en Ferro, donde lo hace desde los 17, y viene de ganar el Nacional de Clubes que tuvo como sede de definición el club que es su casa, el de Caballito. Además, fue la goleadora del certamen con 39 goles. “Elegí venir a Ferro porque era el club más parecido a Mitre en cuanto a valores, la gente y cómo se manejaban en el club con respecto a las familias. Siempre lo tuve muy en claro, igual si me preguntan nunca me quise ir de Mitre. De hecho, fue una decisión muy difícil. Pero como mi hermana también se fue en ese momento (es más grande) dijimos de irnos las dos al mismo lugar y yo ya tenía un par de amigas en Mitre y yo ya estaba en la selección desde Cadetas, y tenía a Vicky (Victoria Crivelli) que ya nos conocíamos y éramos amigas, entonces fue más fácil entrar”, comentaba mientras se cebaba unos mates en el living de su casa y sus perros Negro y Bocha la miraban fijo desde el sillón.

Ya con el Nacional bajo el brazo, el próximo objetivo de Ferro es consagrarse en el Clausura, y Luchi lo dejó bien en claro: “Quedan pocas fechas y nos quedan Dorrego que sería el rival más directo, Vélez, Lanús y VILO. A corto plazo, el objetivo es campeonar bien y creo que lo podemos hacer, obviamente sin relajarnos y ganar todo lo que nos queda. Ni idea qué pasa si llegamos a perder y no sé qué resultados se tienen que dar, pero eso tenemos en la cabeza: intentar ganar lo que nos falta y depende sólo de nosotras. Ya nos ha pasado de perder y estar pensando en otros resultados y no está tan bueno”. El futuro de la jugadora también es incierto y ella tampoco quiere hacerse mucho problema por lo que llegara a pasar, ya que tiene una lesión en la muñeca y quiere operarse. “Me tengo que operar de la mano que tengo una lesión hace bastante y la vengo estirando y tengo roto el ligamento de la muñeca. Pasará el verano y veremos cómo arranco el año que viene. Hoy no tengo idea”, agregaba.

La selección argentina ya es un ciclo cumplido para Salvadó. “Cuando tomé la decisión en enero de no estar más en La Garra, me quedé muy tranquila. Si bien puedo seguir jugando, mis objetivos los cumplí y por eso pude tomar esa decisión que es tan difícil, que fue dejar algo que era mi vida porque jugué en la selección desde los 15 años y entrenaba, iba al CeNARD, viajaba. Hice todo lo que tenía que hacer y quería hacer. No me quedó nada pendiente”, resaltaba la goleadora del Verdolaga, que también en aquel proceso en La Garra fue partícipe del primer plantel que disputó los Juegos Olímpicos en Río 2016 para la rama femenina. Luchi destacaba también que en aquella etapa en Río y en el Mundial de Dinamarca fueron los momentos que tuvo su mejor rendimiento, y también recordó algunos que los describió como los peores deportivamente: “Desde lo colectivo más que de lo individual, cuando en algunos torneos seguidos perdimos por mucha diferencia con Brasil que es el partido para el que más se prepara el grupo y nos chocábamos con una pared. Ahora cambió bastante en este proceso. Ahí siempre costaba mucho más volver a iniciar y pensar que tenía que ‘entrenar para perder por 20’. Creo que eso eran los momentos más duros, donde uno siente que fracasa. Brasil está a un nivel más alto que nosotras y decís ‘bueno, ¿por dónde empiezo?’”. Otro momento doloroso para ella y sus compañeras (que después terminó en festejos) fue cuando cayeron con Cuba en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, cuando hasta pensó en tirar la toalla: “Nos preparamos para el partido contra Cuba y perdimos, que era el rival clave y por ahí no jugando bien. Ahí pensé en el fin de mi carrera deportiva porque teníamos una chance bastante más clara de meternos en Río 2016. ‘Para qué voy a seguir entrenando’, me dije. El deportista entrena porque se va poniendo objetivos, y ahí nos sentimos vacías. Después fue para mejor porque al otro día Uruguay le ganó a Cuba y nos dio la posibilidad. Eso es lo lindo del deporte que te da segundas oportunidades. Ese sentimiento fue a nivel colectivo, yo realmente vi el final de mi carrera con la selección. Creo que yo me miraba con alguna y todas pensábamos lo mismo”.

La Garra le dejó recuerdos muy lindos, como por ejemplo ser atleta olímpica y ser protagonista del certamen. “Ya desde el vamos cuando clasificamos nadie entendía nada. Primero de pasar de casi quedar afuera cuando perdimos con Cuba en Toronto 2015, a que se den los resultados y poder estar ahí. Estuve un año entrenando para los JJOO y no caía de a donde iba a ir hasta que me subí al avión. Después cuando llegamos a la Villa Olímpica nos dimos cuenta, aunque hayamos estado en los JJPP que es un poco como una parte previa a eso. Además, estaba la posibilidad de que puedan ir las familias a verte por haber sido en Rio que era más accesible. Y bueno, entrar al Maracaná en la inauguración… lo pienso y se me pone la piel de gallina. Me acuerdo de haber entrado con el celular para filmar todo y después pensé ‘¿qué estoy haciendo? Ya fue’, y lo guardé ahí porque si estabas con el teléfono te perdías de un montón de cosas”, recordaba la extremo, y también destacaba la unión que abundaba entre la delegación argentina: “Para mí, lo más lindo era lo que no se veía: el pogo con toda la delegación, las canciones y entrar todos juntos desde los más reconocidos como Del Potro hasta los que no nos conoce nadie como nosotras quizás. Se había generado una unión que no importaba si gana dos millones de dólares y es una estrella mundial o si eras como nosotras que nos rompemos el lomo para poder ir a entrenar y tener todo, no se notaba la diferencia. Estábamos todos en un mismo nivel y creo que es una de las cosas más lindas de los JJOO. Todos tenemos la misma ropa, dormimos en el mismo lugar, comemos en el mismo lugar, no había diferencias y eso es lo que más me llevo”.

Alguien que estuvo presente en su etapa en la selección y que coincidió con ella en Ferro fue el entrenador Gustavo Sciglitano, a quien lo destacó como alguien fundamental en su carrera deportiva: “Gus nos marcó mucho, tanto en Ferro como en la selección. Igualmente es difícil la pregunta porque cada entrenador deja cosas buenas y cosas malas, y un aprende de ambas, y me es muy difícil elegir uno solo. Todos los que tuve me dejaron algo, desde lo formativo hasta ahora, pero creo que Gus formó de tantas cosas importantes. Él fue parte de este Ferro multicampeón (Apertura 2014, 2015 y 2016, Clausura 2015, Nacional 2014, 2015 y 2017 y Super4 2015 y 2016) porque estuvo a cargo nuestro y se llevó un gran mérito de conducir un gran equipo. Cuando uno tiene un equipo con muy buenas jugadoras parece fácil, pero hay que saber llevarlo y él lo hizo muy bien, y también fue parte de toda la locura de clasificar a Rio. No sé si digo que es el entrenador que todos deberían tener, pero sí que lo destaco en mi carrera deportiva porque fue fundamental”.

Puede que la posición de extremo sea la más linda en el handball por las ocasiones que uno tiene para definir con un lanzamiento, aunque Luchi cree que todavía falta en Argentina para explotarlo: “Es un puesto que no se aprovecha tanto en el juego y no se le da mucha bola a esto de que definan los extremos, o por poner a los chicos en el extremo por no saber dónde ponerlos, sobre todo en inferiores pasa esto porque por ahí lo ves medio flaquito, y no está del todo explotado. La definición por las puntas es lo más fácil para jugar. Una buena fijación y que definan los extremos es lo más limpio, digamos. Estaría bueno que se llegue mucho más a eso porque es una manera fácil de generar un lanzamiento. Después si es gol o no quedará para después. Igualmente, jugadoras buenas hay un montón”. Además, destacó a algunas que las considera muy buenas: “Camila Bonnazzola porque varía mucho el lanzamiento y eso es bastante importante para mover al arquero y volverlo un poco loco. Otra que es muy buena es una que está en el Beach Handball también, Fiorella Corimbetto, que fue una de las que ganó la medalla de oro en los JJOO de la Juventud el año pasado y juega en Mariano Acosta que es re pendeja, tiene 18 años. La vi y tiene condiciones: es alta, salta mucho y tiene buena variante de lanzamiento, es larga y marca de 2 que eso para un extremo es muy bueno. Sin embargo, es un puesto que en Argentina no está explotado del todo. El extremo derecho no es mi puesto, pero que es zurda es Carmen Martín de España que para mí es de lo mejor que hay. No es mi puesto, pero es más o menos lo mismo porque es la misma posición del otro lado de la cancha con el brazo cambiado. Es una referente que una se pone como un modelo a seguir que uno ve y dice ‘me encantaría jugar de esta manera’. Igual, la verdad lo que es el puesto del extremo hay un montón, pero esta mina es bárbara, ja”.

Hoy tiene 29 años y además de jugar al handball, se dedica a entrenar a la categoría de Menores Damas de Ferro y a chicos en el centro de especialización deportiva Sporte junto a Christian Canzoniero, y contaba que hoy disfruta más de entrenar a los chicos que jugar, pero que eso tiene que ver con que jugar es algo que hizo durante toda su vida y esto es algo nuevo, ya que lo hace desde fines del año pasado. También profesora de educación física recibida en el Romero Brest, disfruta de su profesión. Luciana Salvadó es un ejemplo de perseveración y del trabajo para conseguir las metas, y hoy apuesta con ser parte de la formación de los y las más chicos y chicas. Hija de Rossana Veintinque, ex jugadora de básquet y hoy preparadora física, fue un ejemplo para ella y principal inculcadora junto son su papá para que haga deporte. Vaya que lo lograron, Luchi es la segunda goleadora de Liga de Honor Damas con 57 goles y jugadora de selección durante seis años ininterrumpidos. Ella, como muchos más, apuestan a entrenar duro para triunfar.

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