Por Matías Policastro
La Selección Argentina de futsal levantó la Copa del Mundo en 2016, fue subcampeona en la edición del 2021 y se quedó con la Copa América en 2015 y en 2022, entre sus actuaciones más destacadas. Este histórico proceso lo detalla a la perfección Gustavo Bruzos en el libro ‘Revolución Futsal’, publicado el 5 de octubre de 2023. Bruzos ejerce periodismo desde 1988. Formó parte de la sección deportes en el diario Clarín hasta el año 2000, y luego desempeñó diversas tareas en la señal deportiva de televisión ESPN. En la actualidad, es redactor y editor en el sitio web del propio canal y le agradece a su hijo Agustín, quien le inculcó la pasión por el deporte del 40×20. Sobre Diego Giustozzi, ex entrenador de la Selección Argentina y autor del prólogo de su libro, detalla:
– En 2016, cuando nadie estaba usando el predio, Giustozzi y los jugadores se encerraron ahí a entrenar, prepararon un Mundial y salieron campeones en Colombia. Sin que nadie se enterara siquiera que había una Selección, un técnico nuevo y tampoco que dos veces antes de viajar a la propia cita mundialista nadie quería poner la plata y casi no van. Es el tipo que cambió el futsal en la Argentina. Realmente un enamorado de este deporte, un fenómeno. No tengo ninguna duda de que hay un antes y un después de su aparición.
– ¿Cómo surgió la idea del libro?
– En la pandemia aproveché que estaba con tiempo y me senté a escribir. Ya cuando lo tuve más o menos enfocado, llamé a los chicos de Ediciones Al Arco y la devolución fue buenísima. La historia es muy clara como proceso histórico, es un libro absolutamente periodístico, no tiene ninguna otra veleidad o deseo más que contar algo que nos pasó, que tiene muchas casualidades y también causalidades. Me parece que todo el proceso a partir de la llegada de Diego Giustozzi tiene un montón de cuestiones que transformaron al deporte.
– Juntando esas casualidades y causalidades, ¿creés que tuvo mucho que ver la votación del 2015 en AFA que terminó 38-38 con el crecimiento del futsal?
– El 38-38 dejó un vacío en la entidad que los chicos aprovecharon a pleno, y sin dudas que fue la casualidad y causalidad de tener 3 o 4 cabezas de termo que pelearon por la disciplina, junto con la segunda línea de todos ellos. Están enfermos y tienen una enfermedad hermosa, contagiosa, es alucinante. Este deporte no tenía nada y la llegada de Claudio Tapia en 2017 cambió eso. Era un tipo que estaba bastante cerca de la disciplina y tiene a Jonathan Sanzi (actual presidente de la comisión de futsal en AFA) como su mano derecha.
– En un capítulo haces hincapié en los clubes de barrio, ¿qué opinión tenés sobre las sociedades anónimas deportivas? ¿Cómo repercutirían en el futsal?
– Es absolutamente fácil: si en el fútbol grande van y hacen desastres, imaginate lo que pueden hacer con los clubes de barrio chiquitos. Además, si hay algo por lo que el futsal argentino pudo competir a nivel mundial, fue por ese semillero que significan los clubes barriales.
– Mencionás el poco respeto a los procesos, ¿por qué pasa? ¿Es un problema del periodismo o de la sociedad?
– No respetar los procesos implica también un problema de educación. Trajiste a Giustozzi porque creías que era el mejor. Cuando se va, lo deja a Matías Lucuix. El segundo partido, ya le caían las críticas ¡a Lucuix! Un tipo que adentro de la cancha era Messi, y ya empezaban los cuestionamientos. Hoy es subcampeón del mundo. Sobre todo en los deportes más chicos, donde hay menos para morder, todos están desgastando para ver si pueden agarrar algo del nuevo proceso. Ahí también está el multicausal, que tiene que ver con las ansiedades y las apetencias personales de muchos personajes mediocres que hay siempre dando vueltas, en todas las disciplinas.
– Colocaste un textual de Giustozzi a Télam, una agencia que quieren cerrar y que le daba importancia a deportes que en los medios masivos no tienen influencia…
– Hablando con Alejandro Wall, me decía algo que no había pensado: para nosotros, los periodistas deportivos, Télam era un gran ordenador. Te levantabas a la mañana, pispeabas la cablera y tenías un panorama de lo que no te podías olvidar. Eso es una pérdida enorme. Ni hablar de lo que significa en cuanto a puestos de trabajo, ni a equidad de la información, ni a federalismo informativo. Perdemos compañeros con mucha calidad periodística. Es una derrota profunda para nuestra profesión si llega a terminar desapareciendo Télam.
– ¿Creés que los comunicadores del futsal pueden llegar a tener un lugar importante en los medios?
– Cada vez hay más lugar para el periodismo especializado en las señales deportivas. En función de que el futsal empiece a entrar en la televisión masiva, creo que va a haber más espacio para esos medios. Ahora veo demasiado streaming a cargo de los clubes, gente con voluntad pero no con la mejor calidad ni de imagen ni periodística, que va generando mejor contenido con el aumento de horas al aire. Pero sí, hay muy buenos periodistas haciendo futsal y muy buenos lugares de donde leer.
– ¿Hoy la disciplina está más asentada que nunca en la AFA?
– Olvidate, el desarrollo de la Selección de futsal es otra cosa, tiene su lugar en la AFA. Antes de la llegada de Giustozzi, los jugadores pagaban su propio viaje de avión. Hoy, funciona como un reloj. Los jugadores vienen con su pasaje y su seguro, tienen el alojamiento y también la continuidad con el rol de cuerpo técnico en selecciones juveniles, como es el caso de Damián Stazzone (campeón del mundo en 2016 y entrenador de la sub 20). Es muy difícil criticar a Claudio Tapia en el futsal, porque no contemplas todo lo demás.