Por Franco Zabala
Al término de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018, el Parque Roca se perfilaba como el sucesor natural del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD). Ante las instalaciones que proveía el predio de Núñez, las cuales cada día acumulaban (y acumulan) más problemas, su versión de Villa Soldati ofrecía una renovación más que necesaria.
El secretario de Deportes de la nación, Julio Garro, publicó un video en su cuenta de X personal donde mostraba algunas de las carencias del CeNARD. En el mismo denunciaba “descuido, abandono y falta de mantenimiento”, a la vez que enseñaba imágenes del área de asistencia médica preventiva.
Así recibimos el CENARD (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo). Estas son las herramientas que les brindamos a nuestros deportistas para representar nuestra bandera. Claramente cada paso que dan los hace más grandes, porque los dejaron solos. En cuatro años rompieron… pic.twitter.com/fDC46XPVec
— Julio Garro (@JulioGarro) March 28, 2024
El natatorio del predio de Núñez es otro de estos ejemplos que señala el ex intendente de La Plata. Cierra esporádicamente para arreglar la caldera, se le llueve el techo y sus trampolines para saltos ornamentales están mal diseñados. Este último punto no es una exageración, literalmente un entrenador debió cortar el trampolín con una amoladora para que pudiera ser usado.
Lo lógico entonces es mudar hacia la zona sur de la capital, como se planteó incontables veces desde la renovación del Parque Roca. Sin embargo, dos de las mejores representantes de la disciplina, como lo son Agostina Hein y Macarena Ceballos, continúan en el Jeanette Campbell, ¿por qué? Porque el Parque Olímpico de la Juventud, comúnmente llamado Parque Roca, no puede suceder al CeNARD.
Motivo 1: comodidades
El predio del norte porteño es mucho más que la sumatoria de sus pistas y gimnasios. De hecho, lo que menos importa del sitio es el estado de sus instalaciones deportivas. Es literalmente la sede de la Secretaría de Deportes de la Nación, además de ser el lugar predilecto para la gran mayoría de seleccionados nacionales.
De cualquier forma, hay una explicación que excede lo sentimental por la cual es imposible hacer la mudanza a Villa Soldati, y esta recae en la infraestructura del mismo Parque.
La sede del sur carece de todo lo que no sea el lugar para practicar deportes en sí. A finales de 2018, Constructora Sudamericana presentó un proyecto en conjunto a la Subsecretaría de Proyectos del Gobierno de la Ciudad, el cual consistía de: “tres edificios nuevos, exentos, dentro de un conjunto deportivo proyectado por la Dirección en 2015-2016. Oficinas, clínica médica y hotel para deportistas”.
Según el artículo, el edificio A iba a contar con “tres plantas, las cuales albergarían 405 puestos de trabajo, (…) un comedor con cocina, área de autoservicio y núcleo sanitario con una capacidad total de 300 personas en dos turnos”; el B iba a ser la residencia para jóvenes deportistas, la cual tendría “una población posible mínima de 384 personas”, además de contar con una escuela pública de nivel secundario en su primer piso; y el C iba a ser el centro de ciencias aplicadas al deporte, con “consultorios y áreas de trabajo necesarias para el apoyo médico”.
Este proyecto, que descrito así parece equipararse con los viajes a la estratósfera, debería haber sido finalizado en 2020 según sus documentos, pero continúa incompleto.
Del otro lado de la Ciudad, se erige el CeNARD. El mismo cuenta con el hotel Pedro Quartucci, que tiene espacio para un total de 340 deportistas; el comedor, que según el Ministerio de Turismo y Deportes, alimenta a 80.000 atletas y entrenadores anualmente; y la Escuela de Educación Media Nº3, que por las noches funciona como Instituto Superior de Deportes (ISDE).
Motivo 2: accesibilidad
La revista PLOT, especializada en arquitectura y desarrollada por el grupo Kinexo, afirma que este nuevo predio deportivo buscaba “revitalizar un área que arrastra décadas de proyectos fallidos”.
Los accesos al Parque Roca son, al menos en papel, similares a los del CeNARD. Ambos tienen una línea de ferrocarril relativamente cerca (Mitre y Belgrano Sur), hay una línea de subte para cada uno (D y Premetro); y también otorgan la posibilidad de ir en colectivo, ambos con paradas de metrobus en sus respectivas entradas.
De cualquier manera, las intenciones no alcanzan. Si bien es discutible la facilidad real con la que se puede arribar a cada una de las instalaciones, ese punto es subjetivo. La verdadera dificultad radica en algo que hasta la actual cabeza del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD), supo mencionar en 2018: los alrededores.
“Los chicos no pueden salir de ahí y comer un chorizo afuera. Eso es un problema que tenés (…)”, decía Diógenes de Urquiza, quien entonces estaba por asumir como secretario de Deportes de la Nación. Sin embargo, es hasta complicado comer un chorizo si se parte del Parque Roca.
El CeNARD, si se sale por la puerta de Avenida Libertador, tiene una estación de servicio y un negocio de comida rápida en frente. No son los locales en sí lo que importan, sino la conexión que tiene con el resto de Núñez.
El predio del sur porteño está aislado del resto de su localidad. Con el mismo parámetro, la primera estación de servicio se encuentra a más de diez cuadras. Junto a ella, los puestos que “venden chorizos” a los cuales se refería De Urquiza, una escuela secundaria y el Barrio Olímpico.
Motivo 3: uso diario
El Roca ofrece un total de 6 pabellones, sin contar el estadio multiuso Mary Terán de Weiss. De todos los deportes que se pueden practicar en esas instalaciones, ninguno lo ha convertido en su sede fija, excepto la natación y los saltos ornamentales. Ni siquiera se pueden agrupar a todos los deportes acuáticos en esta decisión, debido a que polo acuático y natación artística han preferido a Núñez para sus últimos certámenes.
Se pueden tomar los casos Gimnasia (artística y rítima), atletismo, hóckey o taekwondo. Ninguna de estas disciplinas se volcó completamente al Parque Roca. Todas tienen al CeNARD como base, ya sea para entrenamientos o torneos.
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Los dos deportes que destacan entre los demás son el handball y el vóley, los cuales consiguieron la cesión de las naves Oceanía y Asia, respectivamente.
En cuestiones prácticas, tienen usos similares. Ya sea para entrenamientos de sus selecciones, algún partido de la liga regular, eventos masivos o competencias, recurren a la sede de Villa Soldati. Tampoco viraron de forma absoluta, debido a que tienen un formato de local – visitante que les impide asentarse del todo en un único predio.
El dato fundamental de esta cesión es a manos de quién pasa. En el caso de handball, la Confederación Argentina tendrá peso en las decisiones, pero en el caso del vóley, la involucrada es la Federación Metropolitana.
Las instalaciones de Núñez, tal como su nombre lo indica, son dependencia nacional. Esta adquisición por parte de una federación local, acerca al Parque Roca más a una suerte de predio provincial que a un CeNARD bis.
Algunos ejemplos de esto podrían ser el CePARD de Misiones o el predio que se encuentra en Santiago del Estero, aunque los mismos son de las respectivas provincias y no de asociaciones deportivas.
Una cosa lleva a la otra. Hay un nudo de situaciones que atoran el traspaso del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo a una sede mucho más moderna. El error es considerar la palabra “nuevo” como sinónimo de “mejor”.
La no existencia de una interconexión entre pabellones es un punto ligado a los edificios mencionados en el primer inciso. El predio de Núñez está vivo gracias a que todos los deportistas convergen en los mismos lugares comunes. Entrenan, almuerzan, estudian y duermen en el mismo predio. En Villa Soldati no solo no se proporciona enseñanza, alojamiento o alimentación de cualquier tipo, sino que no existe un sitio donde hacer cualquier cosa que no sea entrenar.
Esa problemática se podría solventar, al menos de forma temporal, si el Parque estuviera en el corazón del barrio, cosa que no sucede. De nuevo, se pierde cualquier tipo de razón por la cual un atleta quisiera permanecer allí una vez terminado su turno de entrenamiento.
A esto se le debe sumar que, a excepción de la natación y los saltos ornamentales, ningún deporte consideró la ex sede de los Juegos Olímpicos de la Juventud como una mejor alternativa, no al menos de manera total.
La sumatoria da como resultado un cambio poco factible. Sin mencionar que no existe argumento real por el cual no puedan coexistir ambos, el predio del sur porteño carece de las instalaciones que lo transformarían en un reemplazo para la denominada Casa del deporte argentino.
Ese el motivo principal por el cual el CeNARD prevalece como la mejor elección para algunos. Mientras que en el Roca hay planes incompletos de hacer una súper ciudad futurista, en el predio de Núñez hay paredes con humedad que forjan campeones mundiales.