Por Lucas Torre
Cada 28 de octubre se conmemora el día internacional del Judo debido al nacimiento del creador del arte marcial en 1860 llamado Jigoro Kano. En 1906 el deporte llega a Argentina y a pesar de ser uno de los deportes más antiguos, sigue siendo poco competitivo. Gustavo Picate nos detalla sobre la situación.
Picate es un apellido conocido en el mundo del Judo, no solo por sus múltiples medallas y conquistas, sino porque a sus 54 años de edad sigue ejerciendo el deporte, pero como profesor. Para enseñar un arte marcial se debe tener en cuenta múltiples factores y valores, características que Gustavo tiene y a la perfección.
“Me hubiera encantado vivir del Judo, pero no creo que sea una obligación que el deporte sea profesional, pero sería muy bueno que los profesores tuvieran un mejor ingreso”. Más dojos, más deportistas y mejores Judokas, para un experto en la materia parece ser esa la fórmula de expansión del arte marcial en Argentina “Nosotros le dedicamos el tiempo que podemos, no el que queremos”.
La falta de inversión en las etapas juveniles son notorias a la hora de salir a competir internacionalmente, se necesitan proyectos serios a largo plazo ya sea del estado o de una entidad privada, como hace Brasil: “Preferible que los chicos entrenan en un Dojo o en un Gimnasio a que estén en otro lado”.
Japón y Francia fueron los países apuntados por el sensei como potencias del deporte por su sostén económico. Los profesores pueden vivir de ello y los jóvenes en cierta etapa de su formación dedicarse exclusivamente al Judo, en Argentina un joven debería estudiar algo paralelo y/o trabajar de algo para ganarse la vida.
A pesar de no poder vivir de ello, el judo es un estilo de vida, pero hubo algo en su carrera que le faltó cumplir y hasta el día de hoy lo recuerda. En los años 90’ anhelaba participar en una competición olímpica representando a Argentina ¿Cómo no ilusionarse con subir al podio?: “En Barcelona 1992 entendí que era mi oportunidad, pero no se dió la convocatoria y meses antes de Atlanta 1996 tuve una rotura de ligamentos que no me permitió clasificar”.
Pero la perseverancia, la constancia y la paciencia iban a recompensar a Picate, que subió al podio en más de una ocasión en todos los torneos que participó, lográndolo en el último el mundial de Marruecos en 2019: ”Escuchar el himno es la recompensa de todo el esfuerzo que uno hizo, es un orgullo para uno, para su familia y por todo el ambiente nacional del deporte”.
Cree que el Judo sigue en desarrollo, pero todavía le falta camino. Hay un nombre propio que destaca por sobre todos y es el de Paula Pareto, judoka argentina que ganó dos medallas olímpicas (Bronce en Beijing 2008 y Oro en Río 2016). Para el “La Peque” fue un factor clave en la sociedad argentina para dar a conocer el deporte, pero él no solo se queda con lo que pasa dentro de un dojo “Además de lo que consiguió como deportista, es médica traumatóloga en Argentina. Está entrenando, estudiando y ejerciendo su labor como médica” y según él es la mejor deportista de la historia argentina.