Por Franco Zabala
Agostina Hein, oriunda del partido de Zárate, ubicado en la zona norte de la provincia de Buenos Aires, es una quinceañera especializada en carreras de fondo.
¿Una fondista de zona norte con aspiraciones al título mundial? No, no es la primera que viene a la cabeza, pero va en camino a serlo.
Desde hace ya varios torneos, Hein no para de romper récords nacionales y su proyección la lleva a ser una de las realidades más importantes del deporte argentino.
Con una marca “B” para los Juegos Olímpicos de París 2024 y varias marcas “A” para el Mundial Junior de Netanya 2023, tiene un calendario más que ajustado el cual promete ser, al menos, interesante. La muchacha ha sabido romper los récords de 200m, 400m, 800m y 1500m libre en su categoría; también se le deben sumar los de 400m combinado y 100m mariposa.
Son estos resultados, sumados a la similitud del programa de pruebas en el que se especializa, los que la llevan a las inevitables comparaciones con la doble campeona mundial y medallista olímpica juvenil, Delfina Pignatiello. De cualquier manera, son dos nadadoras lo suficientemente distintas como para aprender a identificarlas.
La más notoria de sus diferencias es el estilo de nado que mantiene cada una. Mientras que Delfina, gracias a su físico, fue el estandarte de un nado apoyado en la técnica; Agostina, también por el biotipo que tiene, es lo que es gracias a su potencia innata.
Delfina parecía no requerir ningún tipo de esfuerzo para propulsarse en el agua, el propio oleaje que proporcionaba la pileta, combinado a su resistencia por supuesto, le bastaba para imponerse. Agostina, en contraposición, empuja el agua con una fuerza abrumadora, cosa que puede hacer gracias a que conoce como aprovechar las ventajas de su cuerpo.
Un gran ejemplo de esta disparidad, aparece en las vueltas o virajes de las dos. En la prueba en la que Pignatiello logra el campeonato mundial de 800m libres, sale antes de los 5 metros; en la carrera de 800m libres en la que Hein logra el oro del Mare Nostrum, se impulsa unos metros después de esa marca.
El fondismo prácticamente no da a lugar para estrategias muy variadas. La estrategia más usada es tanto la más difícil como la más lógica: mantener los mismos pasajes durante toda la carrera. En esto sí es verdad que ambas coinciden, las dos son nadadoras muy prolijas que no tienen miedo de ostentar la amplia base que forjaron a lo largo de sus trayectorias.
Otro quiebre, relacionado al primer factor, son las carreras que corren. Sí, están fundamentadas en las carreras largas, nadan crol y como estilo secundario mariposa, pero hay un pequeño desequilibrante más.
Agostina tiene un componente explosivo que Delfina nunca tuvo. Es esto lo que le da a la zaratense la victoria en carreras cortas, y lo que le permitió hacerse con el oro en los 100m del pasado Nacional Open, donde quedó a tan sólo 19 centésimas del récord absoluto.
Por contraposición, Delfina, gracias a su flotabilidad, dominó los 200m mariposa de una manera inusitada a lo largo de su carrera. Para ser una prueba secundaria, lograr récords tanto en la categoría Junior como en Juvenil, además de sumar títulos nacionales en la prueba, es algo raro de ver.
Ninguna de estas características son inherentemente malas o buenas, todo dependerá de las carreras que se quieren buscar y las estrategias que se usen. De eso ya se encarga el entrenador de cada deportista. En un ambiente más matemático, siempre es buena idea estar al tanto de lo que significan los tiempos que ha sabido lograr recientemente Hein.
La campeona mundial junior de los 1500m libres en 2022, la turca Merve Tuncel, se llevó el 1º puesto con un tiempo de 16:15.95. En esa misma prueba, llevada a cabo el 3 de septiembre del año pasado, Agostina quedó 8ª con 17:07.85.
Hace semanas, a mediados de mayo, Hein disputó los 1500m libres en la segunda etapa del Mare Nostrum, donde se llevó la medalla de plata, justo por detrás de la brasileña Beatriz Dizotti. ¿La marca de la zaratense? 16:14.19, más de un segundo por debajo de la que se proclamó como la mejor nadadora juvenil del mundo, hace menos de un año. Esto sin contar que cuando Tuncel logró la marca, contaba con 17 años, mientras que Agostina no lleva un mes de haber cumplido sus 15.
La “Vikinga”, como la apodó su entrenador Sebastián Montero, tiene uno de los presentes más brillantes de la natación nacional, aunque jamás se debe dejar de tener en cuenta que, no importa cuántas medallas cuelguen de su cuello, aún es una adolescente.
Olvidar que aún va a la secundaria, y que hace menos de cinco años estaba en primaria, puede desembocar en una cadena de tropiezos sobre piedras que ya han lastimado a otros atletas rioplatenses.