Por Florencia Lavallén Bazarbachian
“Yo creo que cuando no clasifiqué al preolímpico de Beijing 2008, que me quedé afuera por dos puntos, fue cuando me puse todas las pilas porque tenía que clasificar sí o sí a Londres 2012”, contó Belén Pérez Maurice en una entrevista exclusiva con El Equipo en la que explicó que ese momento generó un antes y un después en su carrera porque, si bien hasta ese momento la esgrimista argentina siempre había priorizado el disfrute a la hora de competir y practicar el deporte, la necesidad y la ilusión de representar a su país en una cita olímpica generaron que su compromiso aumentara. Así, sin saberlo, terminó convirtiéndose con tres presentaciones en la atleta argentina con más participaciones olímpicas en su disciplina.
Si bien por momentos la realización de los Juegos de Tokio parecía imposible por la incertidumbre que generaba la pandemia del Covid-19 y muchas cosas debieron cambiar para que esta fuera posible, la sablista confesó que logró el objetivo que se había propuesto de gozar su participación sin importar el resultado: “Estos Juegos los tomé desde otro lugar y los disfruté dentro de lo que se podía”. Al tener otros dos en su haber, la comparación entre uno y otro fue inevitable y, si bien hubo cosas que faltaron o podrían haberse desarrollado de una manera distinta, la emoción de llegar y poder ser parte de un torneo de semejante importancia es lo que mueve a la atleta y hace que, más allá de cualquier percance, disfrute al máximo la experiencia.
“Acá, cuando estabas en cuarentena, por lo menos ibas al supermercado, pero ahí no podíamos ni salir. Si querías comprar algo, le dabas la plata a alguien y te lo traía”, detalló la subcampeona de los Panamericanos de Lima 2019, acerca de cómo fue la etapa previa a la competencia. Su entrenamiento se dividió en dos etapas: la primera tuvo lugar en Italia y, si bien las restricciones y cuidados eran bastante estrictos, la segunda parte de preparación, que tuvo lugar en una ciudad japonesa, la superó ampliamente. No podían salir del hotel. Su rutina era igual todos los días: despertarse, hacer el test de saliva porque los controlaban diariamente, entrenar, comer, dormir; entrenar, cenar y volver a la cama, era un verdadera burbuja. Al contrario de lo que le pudo haber pasado a muchos deportistas que sintieron que la cuarentena los perjudicó en su rendimiento, la nicoleña de 36 años sintió que el nivel de entrenamiento que tuvo fue muy alto y expresó que para ella su participación en Tokio fue la mejor, ya que pudo tirarle de igual a igual a una de las sablistas mejores rankeadas del mundo (la húngara Anna Márton) y que, por pequeñas cosas, no ganó el asalto, el cual, de cierta forma, percibió que se lo hicieron perder, a pesar de los errores que tuvo al comienzo.
El enojo y la frustración de haber quedado eliminada fueron las primeras emociones que aparecieron, pero no las que prevalecieron. Lucas Saucedo, su entrenador y pareja desde hace 15 años, sorprendió a la ingeniera en alimentos mientras le hacían una entrevista que estaba siendo televisada y, con una nota escrita a mano en una hoja de papel, le preguntó si quería ser su esposa: “No me lo esperaba. Con Lucas estamos hace mucho tiempo juntos y nos queremos un montón. Me conoce y sabía que me iba a poner muy contenta, fue una emoción enorme. Me olvidé de todo”. Y si bien la propuesta quedó en la retina de todos los argentinos, la ex modelo contó, entre risas, que Lucas tuvo que “traficar” e intercambiar pins para conseguir la hoja porque los organizadores no se la querían dar, prácticamente una misión imposible, teniendo en cuenta lo responsables que son los japoneses.
La propuesta de casamiento terminó de coronar uno de los Juegos más atípicos de la historia y, aunque todavía no hay una fecha pautada para la celebración, Maurice está segura que será luego de que se retire de manera definitiva del alto rendimiento en París 2024 y, por qué no, aprovechar la emoción del momento y sellar su amor en la ciudad de las luces.
Belén Pérez Maurice: “Estos Juegos los disfruté dentro de lo que se podía”
Belén Pérez Maurice y la esgrima, una relación inquebrantable