Por Florencia Lavallén Bazarbachian
“La gente del club tuvo que llamar al cura de acá de Freyre y él bendijo y curó el vestuario. Dicen que era el alma del chico”, contó uno de los utileros del club 9 de Julio Olímpico, quien dialogó con El Equipo para compartir los hechos paranormales, relacionados con el fútbol, que le tocaron presenciar. Allá por el 2017, en un pueblo de la provincia de Córdoba, trabajó en la institución un entrenador de arqueros que fue asesinado de un tiro en la cabeza en la ciudad de San Francisco, que se encuentra a tan sólo 30 kilómetros de distancia, en donde, durante varios días, hubo helicópteros buscando su cuerpo.
Si bien el profe se había desvinculado del club antes de morir, se dice que su espíritu quedó vagando por las instalaciones y se manifestaba por las noches. Las actividades en Olímpico volvieron veinte días después del incidente y por tres días uno de los trabajadores que se encargaba de apagar las luces y cerrar todas las puertas comenzó a escuchar ruidos provenientes del vestuario. Al principio, no les dio mucha importancia, hasta que le ganó la curiosidad y fue a ver qué pasaba: “Cuando abrí la puerta, se movían todas las sillas, volví a cerrarla y llamé a la policía”.
Desde el día en el que el cura hizo su trabajo en aquel vestuario no se escucharon más ruidos, pero parece ser que el fantasma del ex entrenador de arqueros no era el único que deambulaba por los pasillos del 9 de Julio. Un grupo de adolescentes dice que cerca de las instalaciones del club vieron a La Llorona, aquel espíritu que, según cuentan las leyendas hispanoamericanas, asesinó a sus hijos ahogándolos y ahora vaga por las calles y ríos de las ciudades para encontrarlos, y aseguran que los persiguió hasta que estos pudieron resguardarse en una vivienda.
Esto podría ser una simple coincidencia, pero la realidad es que en la cancha auxiliar del club, que se encuentra detrás de la utilería, durante mucho tiempo se escucharon gritos por las noches y en una oportunidad se pudo divisar algo que caminaba, que si bien no se veía con claridad, parecía tener la forma de una persona. ¿El fantasma que persiguió aquella noche a los chicos por la calle será el mismo que gritaba y se lamentaba en el césped del 9 de Julio Olímpico de Freyre? ¿La Llorona estará buscando a sus hijos en los distintos pueblos y ciudades que se encuentran a lo largo y a lo ancho de la República Argentina?
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