viernes, noviembre 22, 2024

Creer o reventar: brujerías, mitos y maldiciones en el fútbol argentino

Por María Sol Garzia

Desde hace tiempo, el deporte y los rituales esotéricos se relacionan, y se presentan en distintas situaciones. Las cábalas, el mufar al rival, lanzar frases en contra de este, provocar o agredir al oponente son algunas de las costumbres que reúnen a estos dos mundos. Este tipo de acciones aumenta en situaciones complejas y, en el caso específico del fútbol, aparece en finales, torneos, partidos contra contrincantes difíciles, clásicos y ante estos percances y momentos de desesperación, surgen las brujas, los magos y adivinos. Y se naturalizan algunas costumbres que oscilan entre el ocultismo y la fe.

Uno de los casos más conocidos es el del Brujo Manuel Valdez, mejor conocido como El Mágico, quien falleció en mayo del 2021. Durante gran parte de su vida se dedicó a la astrología y recibía en su casa de La Plata a muchas personas, entre ellos una gran cantidad de jugadores y dirigentes del fútbol argentino, a quienes ayudaba a través de “la magia”.

Es reconocido por sus distintas aventuras. Estudiantes fue uno de los clubes que declaró que el brujo fue el amuleto de la suerte para que el equipo de Alejandro Sabella pudiera ganar la Copa Libertadores del 2009. En el 2017 ayudó a la Selección argentina en el partido decisivo de Eliminatorias ante Ecuador, en Quito, para clasificar al Mundial de Rusia 2018: “Había energía negativa. Le di una mano a la Argentina porque estaba mal”, fueron las palabras de Manuel en conferencia, haciendo referencia a que el seleccionado estaba “trabado” y no podía hacer goles. Tiempo después, fue a Río de Janeiro y ayudó a Independiente a ganar la final de la Copa Sudamericana, en la que el Rojo venció a Flamengo. Otras personas destacadas dentro del rubro son los brujos Antonio, Arnaldo y Pepe, entre otros.

Además de que hay expertos que realizan estos rituales, brujería o magia negra, existen las famosas promesas a distintas figuras, como es el caso de la Virgen de Copacabana del ´86. Se cree que esta misma persigue a la Argentina con una maldición, la cual habría comenzado hace 35 años. Ocho jugadores que fueron parte del seleccionado campeón mundial en México 1986 como Oscar Garré, José Luis Brown, Nery Pumpido, Carlos Tapia, Héctor Enrique, Sergio Batista, Julio Olarticoechea y Ricardo Giusti jugaron un partido de exhibición en la ciudad de Tilcara y, a partir de ahí, comenzó la condena. Según los habitantes, los jugadores del equipo dirigido por Carlos Bilardo habrían hecho una promesa a la Virgen que decía que, si lograban el título, volverían a agradecerle, algo que no cumplieron y, desde entonces, esta maldición les impidió a los albicelestes levantar otro título mundial. Recién con la obtención de la Copa América se cortó una sequía de 28 años sin festejos.

Otros rituales que cada vez son más habituales en el mundo deportivo son los pactos o trabajos que se hacen a través del sacrificio de ciertos animales para perjudicar o maldecir a un equipo contrario, los cuales son hechos por expertos en la materia, generalmente brujos o integrantes de una secta. Una muestra de la práctica de estos es la historia del grupo de hinchas de Independiente que enterró siete gatos en el césped del estadio de Racing, detrás de uno de los arcos.

Como consecuencia de esto, la Academia comenzó a obtener resultados futbolísticos negativos y se acabaron todos los logros. Tiempo después, fueron desenterrados seis de los gatos, pero como la maldición continuaba, el club decidió retirar el antiguo pasto, cambiar todo el césped de la cancha y a esto le acompañó una serie de ritos y misas que lograron revertir el trabajo, ya que en 2001, después de 30 años, Racing se consagró campeón.

Creer o reventar: brujerías, mitos y maldiciones en el fútbol argentino

Fantasmas, sombras y presencias, y su rara aparición en el fútbol argentino

La bruja Dora Bertucci y su eterno vínculo con Quilmes

Un asesinato, la Llorona y los extraños eventos que se viven en el club 9 de Julio Olímpico de Freyre

A Instituto de Córdoba le hicieron “un trabajo” en el predio La Agustina

Más notas