Por Axel Rossi
Agustin Gazzano y Agustín Bortolotto son dos jóvenes apasionados por la natación que integran la Selección Argentina de atletas con Síndrome de Down y están entrenando muy duro para competir en el próximo Mundial de Natación que se realizará en Portugal 2022. Además sueñan con llevar la camiseta celeste y blanca a los Juegos Trisómicos de Antalaya 2024 en Turquía .
Ambos tienen marcas excelentes en 50, 100 y 200 metros libres, espalda, pecho y mariposa. Estas marcas las lograron compitiendo con mucho esfuerzo con atletas convencionales porque en Argentina no hay competencias específicas para atletas con Síndrome de Down .
La gran noticia es que después de muchos años de trabajo de las familias , jóvenes y profesores, el 1 de junio de 2021 se formalizó FADASD “Federación Argentina de Deportes para Atletas con Síndrome de Down “.Esto dice su comunicado oficial: “Se podrán hacer competencias nacionales con atletas que tengan la misma condición genética para que sean considerados en una categoría única, propia y específica y así participar de competencias equitativas donde se contemplen las características físicas e intelectuales particulares de este Síndrome genético”.
Para Andrea Cabrol, mamá de Agustín Gazzano, fue un día de mucha emoción . “La Federación es un logro de muchos años de lucha .Los atletas van a poder competir en igualdad de condiciones.A través de una federación propia, buscar ayuda y apoyo de instituciones y gobierno para ir a competir a nivel nacional o internacional es más fácil que hacerlo de manera individual”. Además dijo que después de la gran desilusión y frustración por la suspensión y postergación de los Juegos Trisómicos , haber concretado la Federación fue una alegría inmensa y les da más esperanzas para las próximas competencias mundiales.
Los Juegos Trisómicos son las Olimpíadas para atletas con Síndrome de Down y Argentina iba competir en natación, nado sincronizado, tenis de mesa y atletismo. La primera competencia se hizo en julio del 2016 en Florencia, Italia y participaron 1000 atletas de 36 países diferentes.En Turquía iban a participar 50 países y más de 2000 atletas.
La delegación argentina, compuesta por once deportistas y seis entrenadores, estaba con las valijas ya preparadas, a punto de subir al avión y viajar a Turquía el 24 de Marzo del 2020 para participar de los Trisomic Games que se iban a realizar en la ciudad de Antalaya del 31 de marzo al 7 de abril.Pero llegó la cuarentena y con la pandemia por el COVID los Juegos se pasaron para 2024.
Postergar cuatro años una competencia es mucho tiempo para los atletas. Sin embargo después de esa noticia que nadie quería escuchar, de ese baldazo de agua fría, ”de esa cachetada del destino” , como dice Andrea, el enojo y la bronca se transformaron en el motor y la energía para seguir entrenando .
“Entreno de lunes a viernes. Me levanto solo a las 5:30 o 6 de la mañana y corro 20 minutos en la cinta. Después me ducho y me preparo el desayuno”cuenta Agustín Gazzano, que tiene 21 años y es de Ramos Mejia. Dice que antes, cuando terminaba el colegio iba solo a entrenar a la pileta, pero con la cuarentena se complicó y el papá lo pasa a buscar, lo lleva y lo trae. Agustín se entrena en dos piletas distintas, en el Club Italiano de Ramos Mejía y en Claridad de Ciudadela.
Empezó a nadar cuando era muy chiquito porque lo operaron del corazón y los médicos le recomendaron hacer natación.Tuvo varios profesores, pero el entrenador que le armó una rutina más fuerte fue Marcelo Hernández. Lo entrenó durante mucho tiempo y con él empezó a competir. “Nos conocimos en Castelar. Yo era profesor en el gimnasio de la pileta donde Agustín iba a nadar” dice Marcelo y relata que empezó a trabajar como si fuera un juego.
Marcelo sabía que las personas con Síndrome de Down tienen menos coordinación y menos tono muscular. Entonces le enseñó a saltar la soga,cajones, aros, saltar de una plataforma a otra. A hacer ejercicios de musculación. Siempre jugando. Hacían campeonatos de pulseadas para medir la fuerza y así Agustín fue cambiando su cuerpo y teniendo mucha masa muscular y muy buena coordinación. Con el tiempo, se hizo una rutina y se acostumbró a hacer los ejercicios solo. Después de dos años de trabajo decidieron ir a los Juegos Trisómicos y competir en natación.
Para Marcelo, para participar de un juego así, hay que ser un atleta de élite,entrenar muy duro, acostarse temprano, hacer una dieta para tener más fuerza y aguantar los entrenamientos. También hay que competir para lograr los tiempos para clasificar a los juegos. Entonces Agustín arrancó a entrenar más fuerte, a comer muy sano:fruta, almendras, nueces, pastas con mucha verdura y mucha comida que le prepara su mamá como los muffins de zanahorias. “Muchas veces no podía salir con sus amigos porque tenía que acostarse temprano para ir a un torneo”, recuerda Hernández .
Los entrenamientos en la pileta eran de una hora todos los días. ”A Agustín le costaba mucho concentrarse una hora dentro de una pileta, entonces yo le decía que nade bien 20 minutos y después que descanse.Le pedía que se enfoque en la calidad. Para ir a un mundial se necesita mucho tiempo de calidad y mucha concentración y así de a poco fue logrando una hora de calidad dentro del agua“ cuenta el entrenador . Además cuando ya estaban por ir a competir a Turquía entrenaban tres veces por día y Agus estaba siempre dispuesto a dar lo mejor .
Hernández se emociona hasta las lágrimas cuando habla sobre Agustín. “Es un toro, es la persona que más fuerza física y mental tiene para lograr los objetivos que se propone. Él siempre va para adelante, sabe que tiene sus limitaciones por tener Síndrome de Down, él lo sabe y entonces sabe que tiene que hacer un mayor esfuerzo. Agustín tiene un ángel, un talento que ningún atleta de élite convencional tiene.Tiene una magia única, un corazón y un amor enorme, una garra impresionante”.
Cuando comenzó la cuarentena, tuvieron que cambiar de entrenador y ahora es Rubén Maldonado, amigo de Marcelo. Conoció a Agustín hace dos años, lo entrena 3 o 4 veces a la semana y sigue la misma rutina que antes .
En toda esta historia de esfuerzo y trabajo están Andrea y Omar, los papás de este gran atleta. Ellos siempre lo alientan, apoyan y acompañan a todos lados. Una gran anécdota que cuentan es cuando nadó en aguas abiertas, en el río Paraná y en Córdoba. Cuando tuvo que nadar en el Paraná compitió con 125 nadadores y tenía que nadar 3 kilómetros, pero cuando vió el color del agua dijo “yo acá no me tiro ni loco”, pero se tuvo que tirar igual. Tardó media hora y llegó en el lugar 94, recuerda con orgullo su papá.
Los dos entrenadores piensan que Agustín es un atleta con todas las letras y que tiene un futuro hermoso. Marcelo dijo “es un atleta de élite como se merece la República Argentina, va a competir en Portugal y va a traer una medalla, va a ser un medallista Paralímpico, un medallista mundial”.
La Selección Argentina de atletas con Síndrome de Down tiene otro gran nadador, Agustín Bortolotto. Es de Mar del Plata, tiene 18 años y en 2018 ganó la medalla de plata en el Mundial de Canadá. “Me dió mucha bronca que se suspendieran los Juegos Trisómicos. Primero se habían pasado a octubre del 2020, era justo para mi cumpleaños y pensaba festejarlo en Turquía”, dijo Agustín. “Pero igual sigo entrenando fuerte para mejorar mis marcas y seguir compitiendo en el mundo”.
Alejandra Altube, su mamá, cuenta que el objetivo para el año que viene a nivel internacional, en octubre del 2022, es ir al mundial de natación en Portugal, pero tiene que dar con los tiempos. El marplatense empezó a nadar a los 4 años en la escuela y recién a los 11 años arrancó en el equipo deportivo de Integra Sport. “Me gusta mucho competir, me pone muy contento, pero también nervioso. Mi entrenador me alienta mucho antes de la largada y me dice que nade con mucha fuerza”. Para ir a Canadá,entrené mucho. Viajar me encanta”expresó Agustín.
Al mundial lo acompañó toda su familia y cuando ganó la medalla estaba muy feliz y recuerda ese momento con mucha alegría :”Me puse la bandera argentina en la espalda y festejé. Estaba muy emocionado. Salí subcampeón”. El estilo crawl y pecho son los que más le gustan y con pecho ganó la medalla de plata en los 100 metros en el mundial.
Su mamá relata la rutina diaria del atleta “Se levanta temprano, desayuna, va a la escuela y después del almuerzo lo pasa a buscar la combi para ir a entrenar. Entrena todos los días de lunes a sábados. Hace pileta dos horas todos los días de 14 a 16 y los sábados de 9 a 13. Tiene una agenda muy complicada, pero el deporte le da mucha energía para poder llevar adelante la demanda académica que tiene en el colegio”. Para la familia, todas estas actividades deportivas son muy importantes porque ayudan a mantener la concentración, la atención y energía para el colegio, asegura Alejandra. Porque también Agustín juega al fútbol y básquet y en los torneos Bonaerenses compite en atletismo.
“Para hacer todo esto, como muy sano. No tengo una dieta especial.Tomo mucha agua y toda mi comida es muy saludable, bananas, cereales, almendras, nueces, yogur y muchas verduras” expresa Agustín.
La familia de un atleta de alto rendimiento tiene que organizarse para acompañarlo y apoyarlo y también para ayudar a reunir el dinero para los viajes y las inscripciones a los torneos. Con referencia a esto, Alejandra explica que en Mar del Plata, el Ente Municipal de Deportes da una beca anual a los atletas que compiten afuera. Es una sola vez al año.También el ENDER les subsidia la cuota para que el equipo de natación pueda entrenar ahí. Es la pileta que se hizo para los Juegos Panamericanos y es de 50 metros, es olímpica y está buenísima para entrenar para los mundiales o los Juegos Trisómicos, porque todas las otras piletas son de 25 metros.”Por eso, lograr tener una federación propia es tan importante, porque desde FADASD tenemos la esperanza de tener más visibilidad y conseguir más apoyo” expresó Altube .
El entrenador de Bortolotto es Jonathan Laspina y lo entrena desde hace siete años, cuando en 2013 se unió al equipo de Integra Sport. Jony, como le dice Agustín, cuenta que Integra Sport es una escuela multideportiva para chicos y adolescentes con discapacidad. Se hacen diferentes actividades y los grupos son por edades y por discapacidad. Hay grupos para discapacidad visual, auditiva,motriz y para discapacidad intelectual. En la Selección Argentina de natación, Agustín integra en la selección mayor formada por Bortolotto de Mar del Plata, Agustín Gazzano de Buenos Aires, Bautista de Bahía Blanca y Nicolás Améndola de Necochea.
El entrenador relata cómo fue el comienzo de Agustín en la escuela. “Cuando arrancó , lo hacía de forma recreativa en natación y en otras actividades deportivas. Después empezó a entrenar más fuerte para competir. Un día de entrenamiento de Agustín es entre 2 horas y 2 horas y media. Empieza con una preparación física donde hace acondicionamiento físico, hace fuerza de brazos, abdominales, tríceps, ejercicios específicos con goma para natación, sentadillas, o sea una preparación física general con peso y después va al agua para hacer una hora, hora y media de natación. Los miércoles también hace actividades multideportivas donde siempre se va rotando el deporte en las canchas. Y los sábados hace preparación física, actividades deportivas y natación, o sea hace 3 horas de entrenamiento”
“Agustín es muy constante, tiene mucha voluntad para entrenar, no falta nunca-agrega el profesor Laspina- Los torneos lo motivan muchísimo, estoy seguro que ganará otra medalla” comentó Jonathan y también dijo: ”Agustín tiene muchísimas condiciones para el deporte no sólo para la natación, sino también anda muy bien en los deportes en equipo, fútbol, básquet, así que le veo mucho futuro. Lo veo muy bien el año que viene ya que éste es su último año de secundaria y quiere estudiar profesorado de educación física. Lo veo muy bien con eso y lo vamos a estar apoyando.”
Pero Agustín no sólo nada en piletas. “Me gusta mucho ir a la playa, me encanta nadar en el mar, pero no me gusta cuando el mar está sucio” confiesa. En su ciudad, en el verano hay varios eventos y competencias en el mar. Integra Sport siempre participa y hay un clásico que se llama entre dos escolleras, nadan 1200 metros en el mar, tienen que pasar por tres boyas y volver a la costa, cuenta Alejandra, pero el año pasado ese día había mucho viento y el mar estaba muy revuelto, lleno de algas y el agua estaba muy fría. Para Agustín fue muy feo: “Me dió mucho asco. Salí todo sucio, con la piel llena de algas y morado del frío. No me gustó para nada “
Los dos nadadores tienen muchas cosas en común además del nombre. Tienen una familia que los acompaña y entrenadores que los alientan siempre. Son grandes atletas ,” atletas de élite”, que se esfuerzan mucho para lograr sus metas y sueñan con llevar la bandera Argentina donde haya una pileta para competir. Son dos personas muy felices que contagian alegría. Tienen una magia única y sus sueños se van a hacer realidad.