viernes, diciembre 6, 2024

Fútbol femenino en Argentina: su orden y progreso

Por Gonzalo Palombo

Un baldazo de agua fría. Eso fue lo que sufrió la delantera de UAI Urquiza, Macarena Sánchez cuando en enero de 2019 Germán Portanova, su entrenador, le comunicó que no iba a seguir en el equipo por motivos futbolísticos. Y no fue lo único, porque tampoco iba a poder firmar con ningún otro club hasta el final del torneo de ese año. Maca, entonces, intimó al club para que reconocieran el vínculo laboral que mantenían con ella. “Esto no es un hobbie, no queremos ser amateurs”, expresó. El haberse plantado ante los dirigentes puede considerarse como lo que derivó en la semi-profesionalización del fútbol femenino en Argentina en 2019.

El verdadero impulso para el fútbol femenino argentino se empezó a gestar a fines de la década de 2010, con la semi-profesionalización de la liga en 2019. La Asociación del Fútbol Argentino (AFA), mediante el presidente Claudio Tapia, anunció el 16 de marzo la creación de una liga profesional, en la que se aseguraban contratos para al menos ocho jugadoras por equipo. Esta medida no solo mejoró las condiciones laborales de las jugadoras, sino que también elevó el nivel de competitividad y profesionalismo en el deporte, ya que se le otorgaron más recursos económicos a los clubes y jugadoras.

Si se hace la comparación, en el fútbol masculino de primera la mayoría de los jugadores de los planteles poseen un contrato, a diferencia del femenino, que no se los asegura a todas. Esto supone una gran diferencia económica que hace que varias jugadoras no estén en las condiciones necesarias para subsistir solo jugando al fútbol. Son pocos los clubes que dominan en la liga local (Boca, River y UAI Urquiza) pero muchos los que arrancaron de abajo y se mantuvieron constantes.

Boca es el más laureado de la Primera División. Las Gladiadoras tuvieron un éxito notable desde la fundación de la liga en 1991, ya que ganaron un total de 28 campeonatos. Boca invirtió en su infraestructura y brindó a sus jugadoras acceso a nuevas instalaciones y recursos, ya que se mejoró el predio de entrenamiento y el gimnasio. La visibilidad del equipo Xeneize ayudó a aumentar el interés y el apoyo al fútbol femenino en general. Si bien Boca sacó una gran diferencia desde su inicio, las dirigencias comandadas por Jorge Amor Ameal y Juan Román Riquelme pusieron como foco darle más importancia a otros deportes y al sector femenino. Como resultado, Boca logró sacar una diferencia notable con respecto a los demás clubes.

Las otras dos instituciones que más cerca están del Xeneize son River y UAI Urquiza. La UAI ingresó al fútbol femenino en 2004 y, de inmediato, se estableció como un equipo competitivo. A diferencia de los clubes tradicionales de fútbol masculino que añadieron equipos femeninos, UAI Urquiza se centró desde el principio en el desarrollo del fútbol para mujeres, lo que hizo que la mirada estuviera puesta en ellas desde un comienzo. Lograron un total de cinco títulos y se posicionan como la segunda fuerza junto a River.

A partir de la semi-profesionalización, una gran mayoría de clubes logró mejorar y volverse relevante en la primera categoría. Uno de ellos es Ferro, que milita en la primera división nacional desde 2022 . El club comenzó a competir en fútbol en 2017. Antes, la institución se desempeñaba solo en futsal a nivel femenino. Un año después, el equipo debutó en los torneos de la AFA. En el campeonato de segunda división de 2021, lograron ascender. Belén Pokoracky, defensora verdolaga desde enero de 2023, habla sobre los cambios que nota desde su llegada al club: “Hay una mayor organización desde los directivos para abajo. Se puede ver también algo de inversión económica con respecto al año pasado, tampoco la gran cosa, pero hay un poco más de inversión”. Pokoracky, de 25 años, compara las desigualdades que encuentra entre el fútbol femenino y masculino de Ferro: “Hay mucha diferencia en cuanto a lo económico y también la cantidad de jugadores que tienen contrato. Además, las formaciones juveniles de las chicas no son las mismas que las de los chicos de Reserva del masculino”.

Gimnasia y Esgrima La Plata comenzó a competir en la AFA en 2002 y cinco años después debió retirarse de la liga. El principal motivo se debe a los problemas económicos. En 2007, el club acarreaba deudas que afectaron a varias de sus actividades deportivas y que hicieron muy difícil mantener al equipo. A su vez, el fútbol femenino no contaba con el mismo nivel de apoyo y prioridad dentro del club en comparación con el fútbol masculino. Fue así como durante casi diez años, el club no contó con equipo femenino. Hasta que en 2018 tomó la decisión de regresar a la actividad para la siguiente temporada. En tan sólo un año ascendieron a la primera división como campeonas de la B.

Marianela González Sanz, mediocampista de 18 años de Gimnasia, expresa: “La verdad es que Gimnasia es un club que le da muchísima importancia al fútbol femenino; es más, diría de los que más le da. A la hora de compararlos con el masculino, los recursos que tenemos a disposición en el día a día son cada vez más”. El club brinda su estadio, el Juan Carmelo Zerillo, para que el equipo haga de local de vez en cuando, algo que no se ve en todos los clubes. Con respecto a esto, González Sanz comenta: “Marca la diferencia porque hay muy pocos equipos que lo hacen”.

A nivel femenino, Platense empezó a disputar torneos oficiales de la AFA en 1997. Al final del campeonato, las calamares terminaron últimas en la zona con sólo 10 puntos en 24 partidos. En este certamen, Platense sufriría muchas goleadas, incluida una caída por 0-30 ante River. A pesar de quedar en la última posición, no descendieron a la segunda categoría ya que el fútbol femenino no contó con un sistema de descensos hasta 2016 (algo que también habla sobre lo mal organizado que estaba). El club disputó 27 temporadas desde su llegada al fútbol femenino en 1997. También el Calamar es el noveno equipo con más puntos en la era profesional desde 2019, ya que solo lo superan los cinco grandes, Gimnasia La Plata, Rosario Central y UAI Urquiza.

A más de 25 años de su incursión en el fútbol femenino, Platense sigue en Primera División y obtuvo buenos resultados en 2010 y 2018. Incluso en 2021 se coronó campeón del torneo de Reserva. Matías Raia es el director técnico del primer equipo desde mayo de 2022 y es uno de los grandes responsables de que las calamares hayan progresado. En años anteriores, el técnico de Platense trabajó en las inferiores femeninas del club, donde fue campeón de la Liga de Desarrollo Sub 14 2022 y dirigió en las categorías Sub 10, Sub 16 y Reserva.

Raia declara que para Platense es fundamental la formación de las jugadoras, y que si viene con títulos mejor, porque demuestra que se están haciendo las cosas bien. Además, expresa que nota un enorme cambio desde que llegó al club hace más de 10 años. Desde que los equipos concentren hasta la ropa que les dan. También considera muy importante la televisación de los partidos, ya que ayuda a difundir el deporte. A fines de 2024, dos partidos por fecha son transmitidos por TNT Sports, mientras que los demás van mediante streaming. “El cambio ha sido muy grande, cuando arranqué en el club se trataba de ver qué espacio estaba libre para que pudiera entrenar el femenino. Hoy es: femenino entrena a tal hora tal día”. Raia piensa que aún falta mucho para lo que es la verdadera profesionalización, pero que van por buen camino.

Platense se entrena en el predio Alejandro Mariani Dolan, en Saavedra, ciudad de Buenos Aires. En este complejo, se realizan las prácticas de las divisiones inferiores masculinas y femeninas, además de la Primera División femenina. El mantenimiento de las canchas ayuda a mejorar las condiciones en las que el equipo entrena, lo que lo vuelve mucho más competitivo. Es muy difícil que el fútbol femenino logre igualar en popularidad al masculino. En cuanto a infraestructura y contratos, el femenino avanzó más que el masculino, lo que demuestra que el camino hacia una verdadera profesionalización aún sigue en construcción y que su techo todavía no llegó.

Cinco años después de la lucha por la profesionalización, son muchos los que piensan que el fútbol femenino mejoró, pero a Maca Sánchez no se la nota segura de eso: “Tuvimos la mala suerte de que justo se profesionalizó antes de la pandemia, que se paró todo el fútbol”, dijo en una entrevista con la agencia Noticias Argentinas en abril de 2024. Aún así, vio que se pudo retomar la lucha, que se sumaron sponsors y que se empezaron a televisar muchos más partidos. Para que aquellos baldazos de agua fría que tanto sufrieron las jugadoras a lo largo de la historia, se vuelvan cada vez más y más calientes.

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