miércoles, mayo 1, 2024

Emiliano “Palito” Santamaría: “No soy boxeador, soy un twittero pelotudo y desempleado”

Por Agustín Cánovas

El 21 de diciembre un Luna Park explotado será testigo de Párense de Manos, el evento organizado por Lucas Rodríguez que juntará streamers, comediantes e influencers en una velada de boxeo amateur. Dentro de las peleas de la jornada, una de las que resalta es la disputa twittera entre Emiliano Palito Santamaría y Valentin Torres Erwerle. El primero es conocido por sus ocurrencias en las redes, que van desde el reiterado falso anuncio de la muerte de Pelé hasta el hacer caer en sus burlas a más de un inocente que cree en lo que él afirma en forma de broma. Lo cierto es que detrás de esa foto de Patrick Vieira que exclama barbaridades a través del teléfono hay un chico normal, nacido en Liniers y criado en Villa Luro.

-Antes del tenis, del stream y de Luquitas, tu primer gran éxito fue con el FIFA.

-Sí. Filtraba información sobre los nuevos eventos y las nuevas cartas, pero jamás generé un peso en base a eso. Incluso había gente que agarraba eso y lo vendía. Era un flash para mí porque llegué hasta DJ Mario, que todavía me sigue, y yo era un pibe de 16 años twitteando desde la secundaria.

-En esa época en Twitter se burlaban diciendo que la secundaria se te había hecho eterna, ¿te molestaban esos chistes?

-Nah, eterna no se me hizo, pero repetí dos veces. Las materias no me costaban, pero no me gustaba sentarme a estudiar. Después hice unos años acelerado y dije: “Fue, me lo saco de encima”. El chiste no me jode de un amigo, pero sí de alguien que no conozco, ahí me resulta insoportable la cargada constante. Ahora voy a ir por el lado del deporte, voy a anotarme en gestión deportiva en la UADE.

-¿Cómo llevaron tus papás el cambio en tu vida?

-Mi mamá estaba en contra de que le dedique tanto tiempo a la Play, pero ahora ya lo asumió. A veces cuando pego un grito me hace alguna seña, pero después no pasa nada.

-Y eso que gritás bastante, hasta tenés un contador de gritos en tu stream…

-Sí, me enojo bastante en el juego porque quiero ganar, sé que tengo con qué ganarle pero por algún motivo no puedo ganar. Es frustrante.

-Te atacan bastante en los directos, ¿es con complicidad?

-Sí, hay una complicidad por la que no suelen excederse. Pero sobre todo con los bits (mensajes pagos que lee una voz artificial), que son una demencia. Algo junto con eso, creo que 100 bits son un dólar. Aunque a veces se ponen tan densos que los saco. 

-Después del FIFA volviste a tomar impulso cuando hiciste creer a tus seguidores que podían cambiarle el nombre de Instagram a otros y los perjudicados terminaban siendo ellos mismos.

-Ahí fue mi verdadero boom y lo aproveché, pero no lo busqué. Buscaba hacer una joda que quedase ahí entre los muchachos pero se expandió demasiado. Igual, sinceramente, no sé por qué me sigue la gente. Me considero mínimamente gracioso pero no entiendo por qué tengo 200 mil seguidores.

-¿Con ese humor que te caracteriza, como evitás que te suspendan la cuenta? 

-Alguna vez me suspendieron, pero ahora ya sé cómo lidiar con el algoritmo y cambio algunas palabras para que no vuelva a pasarme. Lo tengo medido a Elon Musk. La gente me busca igual, como pasó con Pelé.

-¿Después de hacer tantos chistes anunciando falsamente la noticia, cómo tomaste su muerte?

-Estaba yendo a jugar al tenis y empezaron a llegarme mensajes por todos lados. No tenía nada preparado porque para una muerte real hubiese sido muy cruel, así que puse las dos cosas típicas: “RIP Pelé” y “se nos fue un grande”.

-Tu otro chiste típico es el del ALT F4 que te llevó a la guerra contra las fanáticas de Taylor Swift.

-Con las swifties está todo bien, ese día estaba de vacaciones con mi abuelo en Mendoza. Me lo pidieron tanto que terminé subiéndolo y después me fui para las sierras, ni le di bola.

-¿Pensaste alguna vez en monetizar o vender la cuenta?

-Nunca me hicieron una oferta. Aunque si alguna vez desaparezco, quizás si Valen me noquea, creo que estarían bien 5 mil dólares. Por ahora, hasta que me la suspendan voy a seguir, no la pienso vender.

-En Twitter también conociste a Luquitas, ¿Qué significa él para vos?

-Siempre tuvimos una buena relación. Es un amigo y una especie de mentor que me ayuda en todo. Siempre cuando ve que me saco o me paso me dice: “pará un poco con esto que está mal” y sabiendo de quién viene se cómo tomar el consejo.

-Te marcó para siempre con el grito de “PA, PA, PA, PALITO”.

-Dios, sí. Hasta me llegaron videos de gente gritando mi nombre en escuelas y facultades. Me lo han dicho en la calle y no sabía dónde meterme, me incomodaba muchísimo, encima era gente grande. No me acostumbro a que me paren en la calle, pero entiendo que es algo que tengo que soportar.

-¿Cómo te propuso boxear en el Luna Park?

-Me insistió demasiado, cada tres horas me mensajeaba pidiéndome que pelee y no tenía ganas. No soy boxeador, soy un twittero pelotudo y desempleado. Pero terminé diciendo que sí para que no me rompiera más. Quizás sea la decisión de la que más me arrepiento este año.

-¿Por qué elegiste a Valentín como rival?

-Él se ofreció. Existe la pica twittera porque pegamos el salto más o menos al mismo tiempo y quedó el chiste. Igual, cuando me dicen que lo haga mierda digo: “pará, yo no voy a hacerlo mierda”. Me cae bien, es un gran conocido.

-¿Te sorprendió que la gente agotara un Luna para ver a dos twitteros a las piñas?

-Entiendo que no es solo por mí en la mayoría de los casos, pero hay gente que me decía que sacó la entrada solo por mi pelea. El núcleo duro capaz quiere ver la mía porque soy un pibe más. Valen también, pero yo soy más del piberío.

-¿Cómo viene el entrenamiento?

-Estoy haciendo gimnasio y eso me ayuda. Todavía no arranqué el sparring, las primeras piñas a las caras van a ser duras porque soy un tipo que jamás se peleó.

-Te queda un mes para arrancar el sparring, ¿Llegás? No vayas a bajarte, eh. 

-Las cosas como son. No voy a bajarme, aunque sería buenísimo para el chiste, pero no. Tengo que buscar contra quien hacerlo. No se cómo, pero lo solucionaré.

 

Más notas