viernes, abril 26, 2024

Para la NBA que lo mira por TV

Por Guido Fradkin

Resulta una obviedad decir que la NBA es la liga por excelencia en lo que al básquet refiere. No llega cualquiera a jugar ahí: participar en alguno de esos equipos da un roce y puesta a punto superiores a cualquier otra competencia, pues se enfrentan y se entrenan con los mejores del mundo en cada posición de la cancha.

Las franquicias norteamericanas siempre tuvieron una relación antagónica de amor-odio con los mundiales, porque han nutrido (y nutren) a selecciones con jugadores top, pero a su vez influyen en las decisiones de otros, que en muchas ocasiones desisten de participar. Ni hablar de las ventanas de clasificación, en las que han llegado a tomar la firme decisión de no dejar ir a ninguno a disputarlas. Un claro ejemplo es Canadá, que quedó eliminado en fase de grupos: actualmente tiene al equipo campeón de la NBA y a 14 hombres en esta liga, pero al país oriental llevó tan solo a dos.

El presente Mundial de China es récord en NBA players con 54, nueve más que en 2014; aunque también lo es en cantidad de equipos (32, ocho por encima del de España), lo que hace potable el hecho de encontrar más de lo normal. Si lo medimos en porcentaje, el 7,1% forma parte de la liga estadounidense, más que el 6,4% que dijo presente cinco años atrás en tierras europeas.


En el análisis previo al primer partido se podría haber destacado que solo nueve franquicias no contaban con ningún jugador en la competencia, y que Boston Celtics era el que más representantes tenía, con seis: la tercera parte del roster estadounidense más Vincent Poirier, de Francia; y Daniel Theis, de Alemania. Si esto aplicaba en selecciones, se podría llegar a la conclusión de que 17 de las 32 tenían al menos uno, y que el Grupo A era el único sin jugadores NBA. El Grupo E, su opuesto, con superpoblación.

Uno de esos quince países sin jugadores NBA en su plantilla es Argentina, que en el Mundial pasado contó con Pablo Prigioni en New York Knicks y con Luis Scola en Indiana Pacers. De ese grupo sin jugadores en la elite, diez equipos quedaron eliminados en primera ronda, aunque de antemano, había tres que sí o sí pasarían de ronda: dos del Grupo A (finalmente Polonia y Venezuela) y uno del Grupo B (pasaron dos: Argentina y Rusia). El valiente quinto equipo fue la República Dominicana del Che García, que le ganó con lo justo a Alemania y se clasificó segunda del Grupo G, por detrás de Francia. Los que no pudieron avanzar fueron Venezuela y Costa de Marfil (A), Corea del Sur (B), Túnez e Irán (C), Angola y Filipinas (D), Nueva Zelanda (F), Jordania (G) y Senegal (H).

Si se toma como foco a los “jugadores NBA”, Argentina no tuvo muchas dificultades en su camino a semis. Para alcanzar los cuartos, instancia a la que llegó de manera invicta, debió toparse con Josh Okogie, Al-Farouq Aminu y Chimezie Metu, todos de la Selección nigeriana, a la que superó cómodamente en el debut (94-81). Ya en el cuadro final, con un Facundo Campazzo intratable, El Alma venció por diez a Serbia, la máxima candidata a llevarse el título según FIBA y la segunda con más NBA (5) junto a Francia, que dio la nota con un último período superlativo para superar por 89-79 al equipo de Gregg Popovich y Steve Kerr.

No es que los balcánicos tenían jugadores promedio, porque entre ellos estaban ni más ni menos que Nikola Jokić, centro del quinteto ideal de la última temporada, y Bogdan Bogdanović, firme candidato al MVP de la justa mundialista, que además formó parte del 2º Mejor Quinteto de Rookies de la NBA en 2018.Los otros tres: Marko Gudurić, Boban Marjanović y Nemanja Bjelica. El único que no fue citado es Alen Smailagić, un joven nacido en 2000 que fue elegido en el último Draft en la 39º posición de la primera ronda. El conjunto galo, rival de Argentina el próximo viernes a las 9, cuenta con Frank Ntilikina (de los Knicks, nacido en Bélgica y con gran proyección a sus 21 años), Evan Fournier (uno de los puntos más altos de todo el Mundial, ya asentado en Orlando Magic), Nicolas Batum (integrante del Quinteto Ideal de España 2014, hace cinco años en los Hornets), Rudy Gobert (Mejor Defensor en 2018 y parte del Mejor Quinteto Defensivo las última tres temporadas, siempre en Utah Jazz) y Vincent Poirier (recién fichado por los Celtics, con pocos minutos en China por tener adelante a Gobert).

Finalizada la jornada del martes, que dejó a Argentina y a España como semifinalistas, la Albiceleste quedó como la única con vida sin miembros del torneo profesional norteamericano, ya que tanto La Roja (4) como Estados Unidos (12), Francia (5), Australia (4) y República Checa (1) contaban con al menos uno. Polonia fue la segunda sin ninguno que más lejos llegó, cayendo en cuartos con España.

Para encontrar el último antecedente mundialista de una Selección en semifinales sin jugadores NBA hay que remontarse a Grecia 1998, cuando sucedió algo utópico con mirada actual -y hasta para ese entonces también-: ninguno de los cuatro mejores tenía en la lista a alguien de la liga estadounidense. Recién a partir de 1989 la FIBA aceptó que integrantes de la National Basketball Association jugaran en sus torneos, lo que provocó que muchos extranjeros fueran a parar a las distintas franquicias. Sin embargo, todavía para ese Mundial de 1998 no había un número tan elevado como en Indianápolis 2002.

Curiosamente, una de las cuatro selecciones era Estados Unidos, que mezcló deportistas de clubes europeos con universitarios por el famoso lockout (paro patronal por falta de acuerdo entre los propietariosde las franquicias y los jugadores). Su rival fue Rusia, que le ganó por 66-64. El otro cruce fue entre el local y Yugoslavia, país que terminaría obteniendo el título con el base Aleksander Djordjevic como uno de sus baluartes, hoy técnico del primer equipo serbio.

Otros casos particulares son los de Nueva Zelanda en 2002, Grecia en 2006 y Lituania en 2010:

-El primero, por Sean Marks. El pívot sufrió una lesión en un ojo y se perdió la segunda fase. En el partido de semifinales no estuvo presente, pero probablemente el país oceánico no hubiese llegado a esa instancia sin su aporte en la fase de grupos (2 ganados y 1 perdido contra 2 triunfos y 3 derrotas sin él).

-El segundo, por Vassilis Spanoulis. El armador se fue de Panathinaikos a Houston un mes antes de debutar en Japón. Integraba una plantilla de la NBA, pero aún no había debutado. Grecia dio el batacazo eliminando al Dream Team en semis, pero perdió categóricamente la final contra España (70-47).

-El tercero, por Linas Kleiza. El ala-pívot tuvo un caso similar al de Spanoulis: firmó con Toronto el 7 de julio y jugó en Turquía el 28 de agosto, sin haber sumado minutos en el actual campeón de la NBA. Lituania, que venía de eliminar a Argentina en cuartos, caería ante el futuro campeón, Estados Unidos, por 89 a 74.

En otras palabras, el equipo comandado por el Oveja Hernández es el primero en el siglo XXI que llega a semifinales de un Mundial sin haber requerido de un actual jugador de la NBA. Una frase que resulta mentirosa si se tiene en cuenta que algunos ya vivieron esa experiencia (Scola, Laprovittola, Brussino y Garino) y otro, como lo es Facundo Campazzo, que tiene talento de sobra para brillar en un club de esta liga, tal como twitteó Andrés Nocioni tras el triunfo ante Serbia.

La victoria del martes ya quedó en la historia como la mayor hazaña post-Generación Dorada. Con un único sobreviviente del oro en Atenas, con un brillante estratega y con un par de magos, más la garra y corazón que demuestra el plantel ante cualquier circunstancia, Argentina buscará, ante Francia, que lo del martes quede en un día más, y patear nuevamente el tablero internacional… como ya hizo un par de veces.

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