jueves, abril 25, 2024

El Goliat que venció a Goliat

Por Martín Fernández

El seleccionado francés se aseguró una plaza entre los primeros cuatro de la Copa Mundial de la FIBA en China, y repite así la hazaña de eliminar a uno de los candidatos al título, como lo había hecho en el 2014. El rival pasado fue España, país anfitrión de aquel torneo, y en esta ocasión fue Estados Unidos.

La diferencia entre ambos equipos fue variando a lo largo del encuentro, pero en el momento decisivo, los “jugadores estrella” del conjunto francés fueron más fríos y certeros. El principal artífice y figura del resultado fue Rudy Gobert, con 21 puntos y 16 rebotes, de los cuales siete sirvieron para mantener la posesión ofensiva luego de tiros fallidos. El pívot fue, junto a Nicolas Batum y Evan Fournier, participe de los dos acontecimientos, aunque su desarrollo como jugador en estos años quedó más que evidenciado en el Mundial de China.

En 1992, en una pequeña ciudad al noreste de Francia llamada Saint-Quentin, nació un niño llamado Rudy Gobert, que hacía deporte en el parque como cualquier otro, que creció, creció y creció, por lo que finalmente decidió seguir entrenando para poder ser jugador de básquet. 

El joven medía 1,94 metros y jugaba de alero cuando llegó en 2007 a Cholet Basket, equipo de la primera división de Francia. Allí completó su formación a nivel deportivo e incluso jugó tres temporadas como profesional en el primer equipo. En ese tiempo siguió creciendo, por lo que tuvo que acostumbrarse y ajustar tanto sus movimientos como su juego a su físico. Aunque todavía era delgado y nadie le tenía fe, él sabía que iba a llegar a la NBA.

Llegó el Draft de 2013 y Utah Jazz decidió confiar en el francés de 21 años, que fue seleccionado en el puesto 27. En su primera temporada promedió menos de diez minutos y tres puntos por partido, pero progresivamente fue ganando espacio en el equipo, convirtiéndose titular en la temporada siguiente. Cada vez fue más protagonista, y se destacaba por su altura y sus brazos, que le permitieron agarrar hasta 25 rebotes y ocho tapones. Si bien a nivel colectivo no obtuvo grandes logros, fue reconocido en 2019 como Mejor Defensor de la NBA por segundo año consecutivo y, en principio, su equipo será uno de los candidatos al anillo la próxima temporada.

Foto: FIBA

Todos los años regresa a su ciudad para realizar entrenamientos para los niños e incentivar el básquet. En 2018 estuvo presente allí para observar la final del mundial de fútbol de Rusia y fue participe del posterior festejo. “Todo el país estaba con ellos, fue un orgullo. Ver la felicidad en las calles te hace querer hacer lo mismo”, confesó luego de que Francia se consagrara campeón. Este pensamiento quedó demostrado este año, ya que esta es su segunda participación mundialista y sus números son exageradamente superiores al anterior: 12,7 puntos contra 4,1; 9,7 rebotes contra 4,7 y 2,3 tapas contra 0,9. 

En un partido frente a Utah Jazz o Francia, una gran torre se interpone entre el jugador ofensivo y el aro. El atacante penetra y llega a la pintura, pero los doscientos dieciséis centímetros se convierten en casi doscientos noventa cuando Rudy Gobert levanta los brazos para bloquear el tiro. Estos brazos denegaron el intento de Donovan Mitchell de reducir la diferencia a favor de Francia en el último minuto del partido y esa mano de Gobert evitando la bandeja fue el pase de Francia a las semifinales.

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