jueves, noviembre 21, 2024

Con las manos vacías pero con el espíritu lleno

Por Salvador Rifourcat

Es muy difícil encontrar un sabor más amargo en este deporte que el de los resultados que no acompañan al desempeño y a los proyectos. Se puede ser claramente superior dentro de la cancha, manejar mejor el juego, crear más situaciones de gol que tu rival, pero si la pelota no tiene ganas de cruzar esa línea que se encuentra debajo de los tres palos… mucho no se puede hacer. Esto fue lo que le pasó al seleccionado chileno en su primera aparición en la máxima cita mundial de fútbol, donde demostró tener un potencial más que necesario para avanzar a lo largo del campeonato, pero los resultados desfavorables y los pocos goles a favor le arruinaron la fiesta.

Chile se enfrentaba ante Tailandia por el último partido del grupo F, donde se cerraba la primera fase de esta Copa del Mundo y se definía cuál sería el país que calificaría como uno de los mejores terceros a los octavos de final. Al conjunto sudamericano sólo le servía ganar por una diferencia de tres goles o más para lograr avanzar, lo que era una meta compleja para las dirigidas por José Letelier, pero no imposible y que salió a buscar desde el pitazo inicial de la neozelandesa Anna-Marie Keighley.

En lo que al primer tiempo respecta, el arco chileno no sintió en ningún momento preocupación por ser vulnerado, tan sólo un remate de Pikul Khuen Pet que se fue desviado y no hizo ni entran en calor a la arquera del Paris Saint Germain, Christiane Endler. Las demás jugadoras de La Roja buscaron insaciablemente el arco de Tailandia para romper el cero en el marcador pero no lo lo lograron hasta el tercer minuto del complemento.

Hasta que llegó. El primer gol de la Selección de Chile en la historia de los Mundiales femeninos de mayores fue ni más ni menos que un gol en propia puerta de la arquera tailandesa Boonsing. Luego de un remate de Yanara Aedo que impactó ante el palo, la guardameta no pudo controlar bien y desvió el balón hacia adentro del arco para todo el deleite del público sudamericano, que poco a poco se iba esperanzando ya que veía el objetivo de la clasificación cada vez más cerca.

Luego de 20 minutos esa esperanza se iba convirtiendo lentamente en realidad, cuando el segundo grito llegó de la mano de María José Urrutia, que logró ganar de cabeza en el área de las asiáticas y conectó en el aire con el esférico para mandarlo al fondo de la red. De ahí en más todas las armas chilenas apuntaron al gol que les diera la clasificación.

Y ahí nomás estuvo. Minuto 85 de partido. Aparece el tan nombrado VAR para todo el delirio del pueblo chileno que estaba a tan solo doce pasos de abrazarse con la meta. La responsable del arbitraje decide pitar penal para Chile. La pena máxima. A tan solo 5 minutos del final. Cuánto valor se necesita para decidir patearlo. La valiente para tomar esa pelota y colocarla en el punto que está en el medio del área fue Francisca Lara, vistiéndose de capitana de un barco que soñaba con nada más ni nada menos que con avanzar de ronda. Estaba ahí, casi que podían sentirse parte de las mejores 16 selecciones del mundo.

Pero no todas las historias tienen finales felices. Tras cinco largos pasos que fueron traducidos en una carrera corta, la pelota impactó en el travesaño y salió despejada del área tailandesa, algo que despertó un llanto imparable en muchas almas chilenas.

A pesar del penal errado, Chile siguió empujando e intentando concebir el tercer gol. Hasta Endler subió a cabecear en un centro cuando todavía faltaban 3 minutos para el final del encuentro. Pero no lo lograron. Las jugadoras sudamericanas habían conseguido la primera victoria en toda la historia del país en este torneo, pero se quedaron con un sabor amargo por el hecho de haber estado tan cerca. Al igual que contra Suecia, donde en el primer tiempo aguantaron y lucharon aguerridamente para defender su arco pero un gol faltando cinco minutos para el final y otro en tiempo adicionado arruinaron todas sus ilusiones.

Un mundial más que respetable para La Roja Femenina, que quedó a un solo paso de clasificarse a octavos de final. Pero lo que se llevan de toda esta experiencia es la base que dejaron las primeras en llevar a Chile a esta cita, algo que les servirá mucho en un futuro no muy lejano, donde deben afrontar el repechaje para clasificarse a los Juegos Olímpicos Tokyo 2020.

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