viernes, julio 26, 2024

Póngala a Badell, Maestro

Iván Lorenz @Ivanlorenz_

A las 16, le suena el teléfono a Yamila Badell. La jugadora uruguaya de 22 años atiende en Montevideo. La llaman desde Argentina, por eso se escucha un poco entrecortado a veces, mala señal, las dificultades de hacer llamados internacionales. De su lado del Río de la Plata, se escucha ruido a exterior. La primera futbolista uruguaya en convertir en un Mundial FIFAespera el pase para contestar y definir, como goleadora que es, con precisión para mandarla a guardar.

-¿Cuándo y por qué empezaste a jugar al fútbol?

-Yo empecé a jugar al fútbol desde chiquita en Club Playa Honda, que era mixto. Pero también tuve antes una pequeña pasantía en Nacional, que eran chicas más grandes que yo, era muy pequeña. Pasé por Alumni y Colón, la institución en la que me formé. Como mi padre es exjugador (Gustavo Badell) andaba siempre con una pelota. Iba a sus entrenamientos y hacía exactamente los mismos ejercicios que ellos. Creo que es algo que viene en la sangre. Siempre pedí una pelota. En mis cumpleaños las tortas eran de equipos de fútbol. Fue algo que ,e nació a mí. Tenía pelotas desde la más chiquita hasta la más grande, y todas se usaban con el pie.

-¿Cómo llegaste a Playa Honda?

-En el edificio que yo vivía tenía un compañero, Joaquín, que jugaba ahí. Fui a un entrenamiento con él y me metí. Me dijeron que yo me podía entrenar y la primera pelota que toqué fue gol. Todos quedaron sorprendidos: “Un gol de una mujer”. Tampoco daban mucho, ni dos pesos porque una mujer haga esas cosas. Igualmente siempre hubo un respeto impresionante.

-¿Por qué decís que no daban ni dos pesos?

-Porque en ese momento era: “¿Qué hace una mujer jugado al fútbol?”. De a poco nos fuimos metiendo en ese ámbito. Pero en su momento, en la sociedad, no se veía muy seguido. Al fútbol femenino uruguayo le falta que apuesten por él. Que se atrevan. Que vean que así como podemos tener a un gran (Diego) Godín, (Fernando) Muslera o un (Lucas) Torreira que, quizás antes nadie lo conocía y mirá lo que tenía Uruguay guardado, el femenino tiene buenas jugadoras. Hay mucho potencial. La gente tiene que investigar e indagar. Se van a llevar varias sorpresas.

-En Uruguay el fútbol femenino no es profesional ¿Cuándo decidiste dedicarte al fútbol?

-Siempre mantuve un régimen. Siempre quise y aspiré a esto. Me lo puse como objetivo, soñaba el día de mañana con estar afuera, vivir de lo que es el fútbol, lo que me gusta. Llegué a raíz de trabajar, soñar con algo y las ganas de llegar a eso. Mi vida hace un quiebre cuando me citaron para la Sub-17 y viajamos a Bolivia para jugar el Sudamericano en el 2012. Nos consagramos segundas, salí goleadora y viajamos al Mundial en Azerbaiyán. Ahí me empezaron a llegar llamados de equipos de afuera. Yo era chica y quería terminar mis estudios. Me habían llamado de Estados Unidos para jugar, había tenido otras propuestas también, creo que de Alemania. Dije que no porque me daba un poco de cosa.

-¿Te imaginabas que ibas a pelear palo a palo con Marta en la tabla de goleadoras?

– Los 9 goles fueron algo que me marcó muchísimo. Estamos hablando de una persona que lleva años en esto. Tuve la oportunidad en el Sudamericano de poder deleitarme con ella, es impresionante. Obviamente cuando uno viaja a otro país dice: “Bueno, estamos todos al mismo nivel porque somos todas jugadoras de Selección”. Pero el nivel de ella es brutal. Aunque, si hay que hacerle frente se lo hacemos. El respeto de admiración es como jugadora, pero dentro de la cancha somos todos iguales.

-¿Qué hay que tener para ser una goleadora uruguaya?

-Olfato de gol y estar en el área para mandarla adentro. Mi padre me dice que es algo que tengo natural y que el goleador muchas veces tiene suerte porque capaz que está de espalda y la manda a guardar. También hay trabajo, lo que es la definición, saber leer las jugadas, saber leer al rival para saber donde meterte. Siempre fui delantera, toda mi vida.

-¿Cómo fue tomar la decisión de irte a jugar al Málaga de España?

– La venía pensando porque ya hacía tiempo que se habían comunicado conmigo. El día que llegó dije: “Es mi oportunidad”. El tren me pasó una vez antes, viste que dicen que pasa una vez sola, y esta me lo tenía que tomar porque estaba pasando de nuevo por mi estación. Tenía el cómo y el para. El apoyo de mi familia fue fundamental para eso, me apoyan en todo momento.

-Se dice que fuiste la primera jugadora uruguaya en emigrar a Europa…

-Viajé junto con Pamela (González) que también está jugando en el Málaga. Me llamaron para ir y me preguntaron si recomendaba a alguien. Necesitaban una jugadora mediocentro. Pame es otra de las jugadoras excelentes que tenemos en Uruguay. Compartíamos Selección. En nuestro momentos de descanso nos poníamos a hablar sobre lo lindo que sería jugar afuera. Ella tenía la misma ideología que tenía yo. No me la pensé. En seguida me comuniqué con ella y ahí está, mi compañera de ruta.

-¿Qué diferencias hay entre el fútbol uruguayo y el europeo?

-Quienes están al mando tienen otra cabeza. Es un fútbol que está más desarrollado. Tiene Primera División, Segunda División y Regionales. Es un disparate. Es más ordenado, más fino, de toque. El de acá es más de choque, un fútbol directo. Es algo que nos caracteriza. Allá aprendés en lo táctico. Jugás más con calma, más toque, jugás en otras posiciones porque en Europa juegan 4-2-3-1 o cosas así. Acá es más cerrado. El 4-3-3 o el 4-4-2, son formaciones más antiguas. Me tuve que adaptar a otras posiciones. Crecer siendo polifuncional. Yo antes era una delantera que jugaba solo arriba, al lado del arco. Hoy en día he jugado de extremo, de mediapunta, de punta y mediocentro. Te ayuda a crecer un montón. Es verdad que me siento cómoda estando al lado del gol. Pero no me sentí tan mal de media punta o extremo porque en verdad el extremo tiene que llegar y sos un punta más. Lo que le sumás a eso es sumarte a la defensa. Tenés que llegar de punta a punta.

-¿Por qué Uruguay saca tantos jugadores de élite a pesar de no ser un país tan poblado?

-Vayas por donde vayas, esquina donde te encuentres, parque, plaza o calle de tierra, no importa donde estés, vas a encontrar niños y niñas jugando con una pelota grande, chiquita o hecha a mano. Desde chiquito piden una pelota. Con el pasar del tiempo esas cosas te quedan grabadas y decís: “Ahí salió”. Te juntabas en el campito y el campito es darle. Estás con amigas y decís: “¿Sale un fútbol 5?”, y bueno, vamos. Nos caracteriza eso. Vivimos y respiramos fútbol. Ahora con el Mundial hasta la señora que no entiende nada mira fútbol. Uruguay saca jugadores muy buenos por la captación, hay muchos veedores. Desde que se explotaron y salieron al exterior jugadores de renombre, han puesto los ojos acá.

-¿Qué significa calzarse la Celeste? ¿Por qué usás la 11?

-Ponerme la camiseta Celeste es el orgullo más grande y una responsabilidad. No una responsabilidad de esas que decís: “Uh, mirá lo que me tengo que poner”. Es una responsabilidad hermosa porque estás representando a tu país, es lo máximo a lo que podés llegar en lo que es el fútbol y es la camiseta más hermosa que podés llegar a ponerte y defender. La número 11 me la dieron. Fue el primer partido que me citaron a la Selección, con el Sub-17, un amistoso contra Chile. Era del 1 al 11. Como era punta izquierda me tocó la 11. Hice un gol, entonces dije: “Esta camiseta no me la saco nunca más”, y me quedó para todo.

-¿Qué es la Garra Charrúa y cómo se ve en el fútbol femenino?

-Es algo que nos identifica. Si ves un partido de fútbol femenino se ve y se habla de eso en los Sudamericanos. Esa garra, esas ganas de querer más. Por más de que esté agotadísima, aprieto los dientes y voy con lo que sea. Es una característica del uruguayo, es una identidad. No es que cada entrenador que tenemos nos dice que tenemos que ser así. Es algo que se contagia, que vos traés de chico. No es algo que se pueda explicar, nos sale de adentro. Miramos el escudo que llevamos en el pecho y eso nos da más ganas de correr y meter.

-¿Quién es Óscar Washington Tabárez para Uruguay y qué notaste del juego Uruguayo en el Mundial?

-Un maestro, un sabio del fútbol, un genio. Ha puesto a Uruguay en lo más alto y creo que nos va a seguir regalando soles. Más allá de no perder nuestra identidad, fue un juego más de toque, de abrir la cancha, buscar los espacios, salir jugando de atrás. Antes era: “Llega la pelota y pumba para arriba”. Hoy en día bajo y juego. Son todos jugadores que están jugando en Europa. Se nota como van saliendo desde más chicos al exterior. Ves las características que tiene el juego Europeo. Claramente tener a dos delanteros goleadores es lo que nos hace aún más fuertes, cada vez que la tocan hay peligro. Igual, la pelota parada puede llegar a ser un arma letal en un partido. Una pelota quieta te lo puede definir, se vió en los partidos de Uruguay y fue fundamental.

-¿Cómo ves a Uruguay de cara al partido con Francia?

Lo veo bien. Más allá de que se esté rumoreando el tema de (Edinson) Cavani. La vez pasada quedó dado de baja Josema (Giménez) que hace una dupla extraordinaria con Godín y le tocó entrar a (Sebastián) Coates y es lindo decir que no se sintió la falta. Yo creo que el Maestro tiene otra arma guardada. Seguramente al jugador que le toque entrar lo va a hacer de la mejor manera porque es una Selección que tiran todos para el mismo lado. No se caracteriza por un nombre, sino por ser un equipo. No dependemos de alguien para llegar a algo. Tenemos buenos jugadores en todas las posiciones.

-Si te llamase el Maestro Tabárez para ir a jugar por Cavani, ¿Te ponés los botines y encarás a Samuel Umtiti?

-Olvidate que sí. Con Lucho (Suárez) me encantaría jugar. Aparte es mi referente, es mi ídolo. Tengo foto con él, la camiseta del Barcelona. De él tengo la característica del gol, de estar ahí, del choque. No me gusta decir estas cosas porque tampoco es para tanto. La gente dice que soy la Luis Suárez del fútbol femenino, es un orgullo. No importa a quién tengamos atrás, le damos para adelante.Los estudiamos previamente, cómo marcan, cómo juegan y explotamos. Velocidad y un buen desmarque.

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