jueves, marzo 28, 2024

El 10 y el 10: Maradona y octubre, una relación especial

Joaquín Arias

Destino inexorable, señal prematura o mera casualidad, al 10 le tocó nacer el mes 10. Dalma Salvadora Franco -Doña Tota para Villa Fiorito primero y para todos después- y Don Diego Maradona lo lanzaron al mundo el 30 de octubre de 1960, sin presumir que el décimo capítulo de cada año grabaría tan a fuego la vida profesional de su quinto hijo.

Diego Armando Maradona y octubre firmaron su contrato en 1976 y desde entonces erigieron un camino que los vio crecer juntos a la par. Aquel año debutó con 15 primaveras y el 16 en la espalda en Argentinos Juniors, ante Talleres de Córdoba. 21 años más tarde se despidió oficialmente de la pelota número 5 en el superclásico del fútbol argentino, también en el apartado 10. Entremedio se había estrenado en Sevilla en 1992 y en Newell’s una temporada después y, en 1995, había retornado a La Bombonera con una franja amarilla en el costado derecho de su cabello. Todo, en octubre.

Detrás de la línea de cal el vínculo incorporó nuevas escenas. En la noche montevideana del 14 de octubre de 2009, Diego, vistiendo el buzo de la Selección, expuso su doble cara: luego de obtener el pasaje para Sudáfrica 2010, se excedió verbalmente y debió pagar una multa de 16.500 euros, además de dos meses de suspensión. 25 años y cinco días antes había dirigido con pantalón negro, camisa blanca y corbata bordó su primer partido oficial, en Deportivo Mandiyú de Corrientes y ante Rosario Central. El 20 de octubre de 2016, 40 años después de su primer encuentro, una casa que él habitó devino en museo.

Con lo bueno y con lo malo, el octubre que se desvanece pareció haberle rendido tributo. Por caso, el segundo gol de Darío Benedetto ante Palmeiras destiló tanto virtuosismo como alguna conquista de él. Asimismo, la primera fractura en la carrera del otro 10, Lionel Messi, se produjo horas posteriores a que el médico de Maradona anunciara que “hay que ponerle prótesis en las rodillas” producto de una artrosis y, en tanto, entre el sábado 6 y el jueves 18, los Juegos Olímpicos de la Juventud hicieron flamear la bandera argentina tan alto como en 1986 lo había hecho el 10, ese socio del otro 10, que lo vio nacer, debutar y decir adiós.

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