jueves, junio 26, 2025
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Walter Perazzo: más de 40 años haciendo historia en el fútbol

Por Juan Pablo Ferrero 

Desde sus inicios viviendo en Colombia, su debut en San Lorenzo de la mano de Carlos Bilardo a ser un entrenador reconocido en el ascenso del fútbol argentino y muy querido por su paso en Olimpo de Bahia Blanca. Asíí fue la trayectoria como jugador y así es su camino como director técnico de Walter Perazzo.

Mientras Alberto Perazzo, su papá quien también fue futbolista, jugaba en Independiente Santa Fe nacerían tanto él como su hermano. Luego de su retiro en 1963 volverían a Argentina. Y, a pesar de vivir tan solo 18 meses en el país cafetero Walter no olvida sus raíces y contó que siempre está atento a todo lo que pasa en el país, no solo a nivel deportivo sino también a nivel social y político. Más adelante, cuando ya era profesional Walter llegaría a jugar en el mismo equipo que jugó su padre.

Walter gol” debutaría en primera en 1979, con 17 años, en San Lorenzo y de la mano de Carlos Salvador Bilardo. El delantero, hincha del Ciclón, recordó, al Viejo Gasometro, que fue el estadio en el que debutó y dijo: “Los dos últimos partidos del Viejo Gasometro me toco ir al banco”, y agregó: “A pesar de no tener muchos minutos en cancha pude darme el lujo de ver lo que se siente jugar en ese estadio histórico en el que uno como hincha vivió momentos muy lindos”. Luego reconoció que, para él hubiera sido muy triste haber hecho su carrera y no tener la chance de jugar en ese estadio. El 2 de diciembre de 1979 se jugó el último partido de San Lorenzo en su cancha ante Boca y terminó igualado 0 a 0.

▷ Walter Perazzo ⚽ San Lorenzo de Almagro

Haber pasado por las manos de Bilardo me hizo crecer más rápido como futbolista profesional”, exclamó Perazzo recordando a quien también tuvo en Estudiantes en 1982. En el “Pincha” conseguirían el Torneo Metropolitano de ese año. El primer partido que jugó con la camiseta de Estudiantes fue ante Quilmes y Perazzo se fue expulsado a los 30 segundos de ingresar por una patada. Al término del juego Bilardo lo buscó y el delantero se escondió en el baño para no tener que encarar al entrenador. Aunque muchos pensaban que hubo una charla en la semana el jugador dijo que no se habló del tema.

El domingo 15 de diciembre de 1985 ocurría uno de los días más especiales en la carrera de Walter. San Lorenzo, el equipo en el que él jugaba, visito al Argentinos Juniors campeón de la Copa Libertadores y el conjunto azulgrana le ganaría por 2 a 0 con dos goles del delantero, uno de zurda y uno desde lejos con la pierna derecha. “Esa fue una jornada que la tengo grabada muy especial”, aclaró y agregó “Primero por la rivalidad que se había generado por el descenso en el año 81 y después porque ese Argentinos venia de jugar la final del mundo contra la Juventus”. En el año 1981, “El Ciclón” y “El Bicho” se disputaron en la última fecha la permanencia en primera división, Argentinos ganó 1 a 0 y condenó al descenso al equipo de Boedo.

A fines de la década del 80’, Perazzo pasaría a Boca en un “acto de amor” hacia San Lorenzo ya que se le terminaba el contrato y él tenía una oferta, de Europa, para irse libre al terminó de su vínculo con el club, pero prefirió irse al “Xeneize” para dejarle plata al club. “Obviamente al hincha de San Lorenzo le dolió, pero capaz no sabía esta interna” dijo Walter y confesó: “Salió más beneficiado San Lorenzo que yo”.

En Boca jugaría desde 1988 hasta 1990 con un total de 56 partidos disputados, 12 tantos  y dos títulos ganados: Supercopa Sudamericana y la Recopa Sudamericana. “Fue una linda experiencia” dijo y replicó: “Se vive distinto, en el día a día, en la calle, en la semana, jugando de local o jugando de visitante”. Además, habló del “Mundo Boca” y reconoció que para él siempre será extraordinario.

 

“La época de Canadá era un fútbol menos profesional” dijo Perazzo quien también recordó que era un ambiente muy cálido, que no había presión y que era un campeonato muy físico. En territorio canadiense cerró su trayectoria como futbolista profesional jugando para el Toronto de Montreal en 1995. Pero, por otro lado, reconoció que en Corea del Sur los equipos estaban muy trabajados desde lo físico y desde lo táctico y manifestó: “Corea ya era el país más grande de Asia y con una escuela orientada para Alemania”.

Luego del retiro comenzaría su trayectoria como director técnico y en el año 2011 pasaría a la Selección Argentina Sub-20 donde dirigiría desde la camada de 1991 hasta la de 1996. En esos 5 años que estuvo en la Selección entrenó jugadores que en el futuro ganarían todo con el combinado nacional a nivel mayor como Emiliano “Dibu” Martínez, Germán Pezzella, Nicolás Tagliafico y Paulo Dybala, también tuvo, pero de más chicos, a Leandro Paredes, Manuel Lanzini y Erik Lamela estos últimos tres eran los que más le sorprendían por las cualidades técnicas que tenían y dijo: “Paredes teniendo 13 o 14 años ya parecía un jugador profesional” y esto dijo cuando se refirió al actual 10 de River: “Lanzini lo mismo lo tuve con 16 o 17 años y volaba, con una inteligencia que ya parecía un jugador consagrado” exclamó. En Argentina estuvo al mando en 19 partidos, con 12 victorias, 4 empates y 3 derrotas.

Goleador de época y DT de Campeones del Mundo: la historia de Walter Perazzo - Plaza Web

En Olimpo dejó una huella imborrable ya que en la temporada 2013-2014 llevaría a un equipo que la campaña anterior estaba en la B Nacional a clasificar a una copa internacional por primera vez en su historia, la Copa Sudamericana. Para él la clave fue no errarle con los líderes: Nereo Champagne, Iván Furios, Damián Musto y Néstor Moiraghi fueron algunos de los principales jugadores que tenía aquel conjunto aurinegro y quienes eran la “columna vertebral” del equipo. Lamentablemente para él y para el grupo, Olimpo no pudo disputar el certamen internacional por un error de AFA. En el club de Bahía Blanca dirigió 121 encuentros con un registro de 38 triunfos, 42 igualdades y 41 caídas.

Hace pocos días dejó de dirigir a Nueva Chicago institución a la que había retornado en 2025, después de haber sido el entrenador entre 2017 y 2019. Anteriormente, había tenido pasos por Almagro, Temperley en dos ocasiones, Güemes de Santiago del Estero y Patronato de Paraná.

Emiliano Pinsón: “Me estoy preparando para una vida diferente”

Por Nicolás González

  El periodista deportivo Emiliano Pinsón será parte de un tratamiento experimental en España contra el Mal de Parkinson, enfermedad que le diagnosticaron en 2022. El comunicador ya se encuentra en Osasuna para comenzar con el protocolo médico que le confirmaron a principios de 2025.

   Pinsón, de 53 años de edad declaró que no le asusta la prueba y que se siente muy optimista, ya que tiene la fe puesta en el laboratorio y en quienes van a ayudarlo en el proceso. Un laboratorio israelí llevó a cabo el tratamiento que dio un 80% de efectividad en la Fase 1 y una universidad en Pamplona continuará con la Fase 2.

    Pinsón viajará con su hijo Joaquín, de 25 años, donde vivirán mínimo un año allí, y comentó que esta oportunidad también es para que él pueda tener su experiencia en Europa y buscar un futuro.

-¿En qué consiste y cuánto dura el tratamiento experimental contra el Parkinson que vas a afrontar?

-Dura aproximadamente un año pero una vez en la clínica nos dirán exactamente el tiempo y en qué consiste, pero por lo que se tiene que ver con una vacuna con la patología exacta que tengo yo.

-¿Cómo te estás preparando para este tratamiento?

-Más que por el tratamiento, me estoy preparando para una vida diferente. Es un libro que está en blanco y lo tenemos que atravesar. Al estudio en si no le tengo miedo, si peor no voy a estar.

-¿Necesitaste la ayuda de gente especializada?

-Siempre se necesita ayuda cuando se trata de enfermedades neurológicas. Nadie se salva solo. Escuchar distintas voces, experiencias y opiniones es fundamental. Aunque la decisión final siempre será mía porque es mi salud, mi cuerpo y mi vida, valoro cada punto de vista. Cada mirada aporta algo distinto, algo que quizás no había considerado. En estos caminos tan complejos, el diálogo, la empatía y el acompañamiento hacen la diferencia. No se trata de ceder el control, sino de construirlo con otros.

-Se sabe que tu hijo Joaquin te va a acompañar, ¿Cómo está transitando toda esta espera  y qué sensaciones tiene al respecto?

-Ante todo demuestra que es muy valiente, porque deja a un costado su vida para cuidarme, lo cual lo define como ser humano y después tiene una posibilidad a los 25 de vivir en Europa, que la tienen muy pocos y que si la aprovecha le cambia también la vida y, probablemente, el futuro.

La dura decisión que tomó Emiliano Pinsón tras luchar durante 3 años contra el Parkinson: “No para”

-¿Cuándo fue el momento en que decidiste someterte a este experimento?

-Cuando me dijeron que había clínicas en el mundo experimentando por primera vez con el AMS, el tratamiento para la Atrofia Multisistémica, ni lo dudé. Desde el principio supe que era algo arriesgado, pero lo tengo que intentar.

-¿Por qué tomaste esta decisión?

-Tome la decisión porque si espero que llegue a Argentina, me agarrás en silla de ruedas y sin poder moverme. Es el momento indicado, no hay que esperar a que las cosas empeoren.

¿Qué cosas/actividades habituales cambiaron en tu vida desde que te diagnosticaron esta enfermedad?

-No puedo jugar al fútbol, no puedo correr, no puedo ir al gimnasio para hacer fierros o fuerza. Y en lo cotidiano…TODO!! Lo que te imagines cambió. Bastante duro, la verdad.

-¿Afectó esto en tu trabajo?

-Sí, claro.

-¿De qué manera?

-Muchas veces tengo problemas de dicción o con la voz. A veces me quedo sin aire. Por suerte hace 29 años que trabajo y yo decidí tomarme un tiempo en la tele, lo hablé en Torneos y en ESPN, y ambos me dijeron que me tome el tiempo necesario y que el lugar es mío. Que me esperan.

La emotiva despedida de Rubinska a Pinsón antes de su viaje para tratar el Parkinson | HaceInstantes: Toda la información en pocas palabras

-¿Cómo se tomó tu familia esta noticia?

-Al principio triste y después cuando les avisé que iba a dar pelea, se pusieron los guantes. Entendí que iba a ser difícil que comprendieran fácilmente y por eso les di su espacio para que lo asimilen.

¿Qué fue lo que te ayudó a combatir la enfermedad?

-En lo personal, he tenido una vida feliz, mejor dicho tengo una vida plena, una familia hermosa, trabajo de lo que quiero y me pagan bastante bien, conocí el mundo, fui a mundiales, Juegos Olímpicos, finales de Libertadores. Llegar a eso sin ser buchón, me dio una fuerza mental increíble y la otra cuestión es el apoyo inmenso de la gente cercana y del público. Es impresionante el apoyo que me ocurre en las redes y en la calle. Si te cuento es difícil de creer.

-¿Qué sensaciones tenés para el tratamiento? ¿Te asusta? ¿Sos positivo?

-Cómo te dije no me asusta , soy muy optimista y creo que los médicos harán un gran trabajo. Espero con ansias lo que está por venir.

-¿Sentís que la gente con Parkinson te ve como una esperanza, un ejemplo, o quizás de otra forma, por haber tomado esta decisión?

-Creo que muchos me toman como un valiente, un referente o me admiran. Son palabras que vienen de ellos, no mías, pero las recibo con gratitud y responsabilidad.-

-Si tuvieras que dejarle un mensaje a estas personas, ¿Qué les dirías?

-Les diría 5 cosas: Primero, que lo que digan no tengan miedo ni vergüenza; segundo, que se dejen ayudar y que pidan ayuda; tercero, que salgan y hagan ejercicio porque el Parkinson es cruel, porque si te quedas sentado o acostado no tenés dolor y ahí te consume, en cambio si salís tenés dolores y aprendes a convivir con el; cuarto, que no se queden en lo que pasó, que no digan porque a mí, hay que avanzar y soltar, y si unos días están mal, permítanselo; y quinto, que podés ser feliz aún con parkinson, eso depende de vos.

Helen Bernard Stilling: el futuro del atletismo ya llegó

Por Valentina Pineda

La joven atleta argentina practica atletismo de alto rendimiento con el equipo de Lomas de Zamora, y se especializa en las pruebas de 100 y 400 metros con vallas. Helen Bernard Stilling ha ido creciendo en el deporte, desde las competencias escolares, hasta lograr el récord absoluto argentino en los 60 metros con vallas. Le apasiona lo que hace y constantemente busca superarse y crecer en su disciplina.

-¿Cómo fueron tus comienzos en el atletismo?

En el colegio tenía atletismo como materia, y en 2017,  después de que un profesor me recomendara el Parque de Lomas, empecé en la escuelita con Marina Fernández y Florencia Acosta. En un primer momento hice varias pruebas y en 2019 arranqué con las vallas.

-Este año fue tu debut en competencias internacionales en la categoría de mayores, ¿cómo fue esa experiencia? ¿Fuiste buscando el récord?

-El Sudamericano Indoor de mayores fue una hermosa experiencia porque tuve la posibilidad de competir con los más grandes del deporte y fue mi primera vez corriendo en una pista techada. Fui al torneo buscando dar lo mejor de mí, si se daba el récord estaba bien, pero si no también hubiese sido una buena experiencia.

-En 2024 participaste de tu primer Mundial, ¿cómo se sintió poder vivir eso?

-Tenía el objetivo de clasificar desde principios del 2024 y con mi entrenadora trabajamos mucho para que se diera, así que participar y vivir esa experiencia es algo inolvidable. Tanto el nivel del torneo como el de los atletas fue increíble. Me hubiera encantado que me fuera mejor en mis pruebas, pero estoy muy agradecida de haber participado.

-Entrenás hasta 6 veces a la semana, ¿cómo balanceas tanto entrenamiento, además de la facultad y tu vida social?

-Le doy más importancia al entrenamiento para poder rendir bien en las competencias, pero eso no significa que deje completamente de lado la facultad porque me gusta que me vaya bien, y además trato de tener una vida social activa. Intento balancear las tres cosas para después estar al 100% con el atletismo.

Helen Bernard Stilling: “Mi sueño es ir a un Juego Olímpico” - Argentina Amateur Deporte

-Teniendo esto en cuenta, ¿cómo es la relación con tu entrenadora?

-Tengo la suerte de tener una buena relación con mi entrenadora. Considero que es clave para un atleta tener confianza en la persona que lo entrena para poder crecer en el deporte.

-Además de entrenar mucho, competís mucho, ¿cómo llevás la presión o los nervios en los torneos?

-El año pasado me costó lidiar con los nervios, sobre todo en la prueba de 400 con vallas, porque me ponía muy nerviosa y presionaba mucho. Por suerte siento que últimamente con la experiencia fui mejorando y sé lidiar mejor con todo eso.

-El último año tuviste un maravilloso desempeño y eso genera expectativas sobre tus resultados, ¿te afecta eso en algún sentido?

-Diría que me afecta positivamente porque me motiva a seguir mejorando, generar nuevas expectativas sobre mi carrera deportiva y conseguir nuevos resultados, pero honestamente no es algo en lo que piense mucho.

-Siguiendo en esta línea, ¿cómo procesás las emociones después de una derrota o un mal desempeño?

-Si me va mal en una carrera intento analizarla y ver qué pasó, si fue cansancio, nervios, etc, y mejorar para la próxima. Siempre trato de no hacerme mucho la cabeza.

-¿Qué sentís cuando te toca representar a tu país en competencias ternacionales?

 -Es realmente un sentimiento inexplicable. Me genera mucho orgullo poder ponerme la camiseta argentina y estoy muy contenta de formar parte del equipo nacional.

Helen Bernard Stilling, un talento de Lomas, entre las mejores de América :: Noticias de Lomas de Zamora | Diario La Unión

 

-Hablando de competencias internacionales, este año es el Panamericano Junior donde vas a competir en los 100 mts c/v. ¿Cómo te preparas para ese torneo?. ¿Vas con algún objetivo particular en mente?

-Es uno de los objetivos más importantes de este año. La idea es dar mi máximo y reflejar los entrenamientos. Si en ese proceso puedo mejorar la marca, mucho mejor.

-Si te comparás con la versión de Helu que participó en su primer Panamericano en 2023, ¿en qué te parece que cambiaste?

-Mejoré mucho en lo mental. Estoy muy orgullosa de mi mentalidad a la hora de competir y en los entrenamientos. Además me siento mucho más motivada porque en estos años me di cuenta de que me quiero dedicar al atletismo.

-Tu familia está siempre presente para acompañarte. ¿Qué tan importante es para vos esto?

-En general soy una persona a la que no le gusta estar sola así que me pone feliz saber que tengo gente que me apoya y acompaña a la hora de competir. También es motivador poder ir a entrenar y tener un grupo de amigos con quien compartir. Es muy importante para mí la compañía y lo agradezco de acá a la China.

La historia de Helen Bernard Stilling, la joven promesa del atletismo argentino - Big Bang! News

-Este año estaba previsto que compitieras en el Sudamericano de mayores en Mar del Plata pero te lesionaste, ¿cómo estás llevando la recuperación?

-El tema de la lesión y no haber podido competir en un torneo tan importante lo llevé bastante bien. Obviamente fue doloroso, pero intenté aceptarlo porque las lesiones son algo común en los atletas y esta vez me tocó a mí. Con respecto a la recuperación, le estoy metiendo mucho a kinesiología y estamos trabajando con mi entrenadora para poder estar lo antes posible corriendo en mí mejor estado.

-Sabemos que el atletismo es un deporte no remunerado en  Argentina, ¿cómo haces para poder participar de las competencias internacionales?

 -Depende mucho del torneo. En algunas competencias internacionales, como fue el Sudamericano Indoor, la CADA se hace cargo de los gastos o te dan alguna beca y eso te permite pagar los viajes, pero el año pasado hubo varias competencias que tuvimos que solventar nosotros. Además en mi caso, tengo a la Municipalidad de Lomas que me ayuda mucho.

-En este sentido, ¿cómo te cambió el sponsoreo de Adidas? ¿Qué tanto ayuda eso a un atleta en crecimiento?

-Siempre soñé con tener a Adidas como sponsor, así que estoy sumamente agradecida y contenta de haber llegado a tener su apoyo. Es muy importante para los atletas tener un sponsor porque no sólo te motiva, sino que te permite crecer como deportista porque conseguís un mayor alcance en el mundo deportivo.

-Estás en constante crecimiento y buscando nuevos desafíos, ¿qué es lo que te mantiene motivada?

-Mi motivación hoy en día es haberme dado cuenta que realmente me quiero dedicar al atletismo y poder llegar cada vez más lejos, sobre todo siendo una atleta en Argentina.

A LOS SUEÑOS OLÍMPICOS DE HELEN BERNARD STILLING NO HAY VALLA QUE PUEDA FRENARLOS

-Esta motivación que te caracteriza te lleva a marcar récord argentino durante las competencias con bastante regularidad, ¿es algo a lo que te acostumbraste o te seguís emocionando cuando lográs bajar la marca?

-Me sigo sorprendiendo. Quiero seguir bajando marcas y algún día llegar al récord argentino absoluto en 100 con vallas. Siempre es un objetivo, así que no es una costumbre. Este año en el nacional pude bajar el minuto en el 400 con vallas después de buscarlo todo el año pasado, y ahora quiero llegar a los 0.59s, así que también sirve de motivación.

-¿Cuáles son tus objetivos generales para este 2025?

-El objetivo principal es el Panamericano Junior, y como más generales, quiero poder recuperarme bien de la lesión y estar fuerte física y mentalmente.

-¿Cuál es tu competencia soñada en el  atletismo?

-Los Juegos Olímpicos son el mayor objetivo que quiero cumplir en mi carrera deportiva.

-¿Cómo ves el presente del atletismo en Argentina?

-De a poco se le está dando más importancia. Estaría bueno que tenga mucha más visibilidad y poder llegar a más personas, pero creo que día a día va mejorando.

Macarena Ceballos, empapada de gloria

Por Tomás Schenkman

La cúspide del iceberg deja de sorprender cuando nadás a lo profundo del océano y te sumergís en su inmensa estructura. Este concepto es trasladable a cualquier ámbito, pero donde mejor se adapta es en los resultados deportivos.

En los últimos días, Macarena Ceballos volvió a dar que hablar en el Campeonato Argentino de Natación: rompió el récord nacional de 50m pecho con la marca de 30.63 —mejorando sus propios 30.76, establecidos en 2018— y obtuvo marca A para el Mundial de Singapur, a disputarse entre el 11 de julio y el 3 de agosto de este año.

Para dimensionar mejor este presente hay que remontarse unos meses atrás, cuando volvió de París 2024 con una semifinal de 100m pecho en sus primeros Juegos Olímpicos. Porque haberse convertido en la primera nadadora argentina en clasificar a esa instancia desde Georgina Bardach en Atenas 2004 no fue suficiente para ella. En su mente aún resonaba ese octavo puesto conseguido tras su marca de 1:07.31, que no le permitió acceder a la final. “Me llevó mucho tiempo poder hablar de los Juegos sin llorar, porque para mí el resultado había sido malo en cuanto a tiempos y en cuanto a cómo nadé”, dijo sobre sus sensaciones post competencia.

Estaba abombada por la presión porque es muy exigente con ella misma, recién cuando llegó acá dimensionó que había llegado a una semifinal”, destacó Valentín Costantino, su pareja desde 2021, y quien la hospedó en su regreso a Buenos Aires. Luego de una semana instalada allí, viajó hacia Río Cuarto, Córdoba —donde nació— para visitar a su familia. “Extrañó mucho el ambiente de acá, pero todavía no estaba preparada para hablar con sus amigos”, contó Florencia, su hermana más grande, que agregó: “Se tomó el tiempo de ir a visitar la pileta donde ella nadaba de pequeña, estuvo con los chicos y se sacó fotos”. Durante esos días todo el mundo la llamaba y le quería hacer entrevistas. Ella dio las que pudo, mientras alternaba momentos de descanso y de entrenamiento para no perder la forma física de cara a los próximos torneos.

Macarena Ceballos fue semifinalista en 100 metros pecho « Diario La Capital de Mar del Plata

Macarena Ceballos en la previa a disputar sus primeros Juegos Olímpicos en París 2024.

Con ese compromiso inimitable, Macarena se levantaba a la madrugada cuando era adolescente y su padre Claudio la llevaba al “Centro 11″, club municipal de la ciudad, para entrenar antes de ir al colegio. Por entonces, ya formaba parte de la Selección Juvenil porque había hecho podios a nivel nacional representando a su club. Sin embargo, ella no fue la primera de su familia con cercanía a la natación: su hermana mayor, Florencia, ya había disputado su primer Nacional a los 13 años, pero cuando terminó el secundario dejó de nadar. Ambas habían comenzado en la colonia de verano del colegio San José de Calasanz, solamente con fines recreativos. Aunque Macarena se inclinaba más por la gimnasia artística, fue copiando los pasos de su hermana y terminó encariñándose con la natación. Con el tiempo, se fue tomando más en serio el deporte y empezó a relegar actividades: primero inglés y después gimnasia.

Cuando sus objetivos se estaban estabilizando, un hecho trágico acechó a la familia: su madre Liliana falleció tras un incendio provocado por una explosión en el laboratorio de la Universidad de Río Cuarto, donde ella trabajaba. Su padre también estaba allí y se salvó de milagro luego de haber saltado por una ventana.

Ante esa dura pérdida, “Florencia se alejó de la pileta y Macarena se acercó porque le costaba hablar sobre el tema, entonces le dije que se descargue en el agua. Ahí aparecieron los primeros torneos donde salió campeona”, remarcó su padre Claudio. “Yo soy fiel creyente de que las cosas pasan por algo, y quizás si hubieran sucedido de otra manera, hoy no estaría nadando”, reflexionó Maca.

Año tras año los resultados se le seguían dando y la llamaban siempre de la Selección. Cuando terminó la secundaria, se dedicó 100% al deporte y ese fue el momento en el que su padre más la apoyó: “Me tomé cinco años sabáticos donde sólo nadaba. No había otra cosa que me llenara más que la natación”, sentenció “Maki”, como la apodan sus seres queridos. En el medio de ese lapso, surgió la oportunidad de irse a vivir a Buenos Aires donde se encuentra el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD) y se entrenan la mayoría de deportistas argentinos que pertenece a la Secretaría de Deportes de la Nación.

Ya instalada en la gran ciudad, estuvo todo el 2015 entrenando con Juan Martín Pereira, representando a su club de Río Cuarto, pero los resultados deportivos no la acompañaron: en el ámbito panamericano, debutó en los Juegos de Toronto 2015, donde finalizó en el noveno lugar en 100 y 200 metros braza y en el 4º puesto en el relevo 4×100. Ese desempeño la llevó a tomar la decisión de, a comienzos de 2016, buscar otro equipo, y ahí es cuando arrancó en la Sociedad Alemana de Gimnasia de Villa Ballester (SAGVB), club que tenía como uno de los entrenadores a Gustavo Roldán, que a su vez era Jefe Técnico de la Selección Argentina desde 2013. “Sabía que cuando llegué a Ballester había tomado la decisión correcta por los nadadores que habían pasado por ahí, porque conocía a Gustavo de un Sudamericano Juvenil, y porque más allá de lo deportivo iba a estar anímicamente bien”, añadió la riocuartense.

La nadadora argentina Macarena Ceballos quebró el récord sudamericano en los 100 metros pecho y se clasificó a París 2024 - Infobae

Macarena Ceballos junto a su entrenador Gustavo Roldán en el Mundial de Fukuoka 2023.

El primer gran golpe de su carrera se lo dieron meses antes de los Juegos Olímpicos de Río 2016. En una prueba de clasificación, Ceballos quedó a 15 centésimas de la mejor marca B y finalizó tercera. La única manera que tenía de clasificar era si la Federación Internacional de Natación (FINA) le otorgaba una Plaza de Universalidad, pero sólo llamaron a los primeros y a los segundos. “En ese momento todos nos decían que la iban a convocar, y al final nunca llegó la notificación. Fue difícil de superar”, detalló su padre.

Sin embargo, lo peor llegaría tres años después, previo a los Juegos Panamericanos de Lima 2019. Por mucho estrés y sobrecarga, se rompió la cápsula del labrum, anillo que rodea la cabeza del hombro. La única solución era la operación, porque además era una molestia que la acompañaba desde hacía años, pero nunca había tenido el tiempo para parar y recuperarse. Y, en momentos en los que un torneo grande se acercaba, estaba mal visto bajarse de la Selección, además de sufrir amenazas sobre el recorte de la beca que le proporcionaba el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (ENARD), organismo que financia el deporte en Argentina. “A Lima terminé yendo en un 10% desde lo físico, nadé con el hombro infiltrado y con mononucleosis, que me había agarrado días antes”, dijo la nadadora. En el certamen de la capital peruana, terminó novena en los 100m pecho y undécima en los 200m. Los portales decían que había tenido rendimientos bajos en comparación a los de sus compañeras, hecho que la frustró más. 

Ni bien volvió, comenzó a trabajar con una psicóloga de forma particular porque no se sentía bien. “Vino desmotivada, con pocas ganas de seguir nadando”, contó su novio. Además, el haberse infiltrado el hombro generó otras lesiones: primero un quiste y después corrió el riesgo de romperse el tendón supraespinoso. “El dolor no le permitía dormir bien, su calidad de vida había empeorado”, explicó su hermana.

Los rendimientos bajos se hacían constantes y, ante la competencia permanente, se notaban aún más. “Se me pasó millones de veces dejar de nadar en ese lapso que estuve inactiva. Cada día que iba a entrenar era un día menos para dejar de hacerlo, anímicamente la pasaba muy mal”, confesó Maca. 

Llegó el 2020 y consigo la pandemia. Allí, se fue tres meses a Córdoba para estar con su familia. Recién en junio habilitaron los entrenamientos para los deportistas de alto rendimiento que estaban clasificados a Tokio 2020 o tenían chances de clasificar. Ese año de poco ritmo, aprovechó para meterle de lleno a la carrera de periodismo deportivo que había comenzado un tiempo atrás y, al tener la modalidad virtual, se enganchó porque la podía llevar a la par de sus entrenamientos. “Ahí comprendí que había vida después de la natación y que no se acaba el mundo”, expresó. Además, el hacer siete materias por cuatrimestre la distrajo de la lesión y la ayudó a adelantar para los años llenos de eventos que se le venían. 

Macarena Ceballos París 2024

Llegado el 2021, sin chances de obtener un lugar en los Juegos Olímpicos de Tokio que se habían postergado para ese año, tomó la decisión de operarse en agosto. Otro punto que consideró para hacerlo fue que si le recortaban la beca, no tendría ningún ingreso para poder vivir, ya que en ese momento los logros escaseaban y los sponsors no se acercaban. 

Días después de una operación exitosa, debía atravesar una ardua etapa de recuperación: se estimaba que tardaría siete meses en volver a la pileta, pero su cuerpo respondió bien y a los cuatro ya estaba nadando de nuevo. “El estar contenida dentro de un equipo tan grande y de un club con tanto trabajo tuvo mucho que ver con que se recupere rápido”, manifestó su entrenador.

Macarena había hecho un acuerdo con el ENARD para que no le quitaran la beca: le dieron seis meses después del alta para demostrar que su nivel era de medalla sudamericana. En febrero ya estaba compitiendo, y en junio fue al Mundial de Budapest, por lo que le mantuvieron la beca. En octubre se consagró en los Juegos Suramericanos de Asunción: de las 21 medallas que ganó Argentina, siete —una de oro— fueron de ella. “Volvió a hacer las marcas habituales. La confianza creció más que los miedos de no lograrlo”, recalcó su padre.

A la par de su vuelta al máximo nivel, tuvo la iniciativa, junto a Andrea Berrino, también nadadora de la Selección, de llevar a cabo una clínica de natación para dejarle a los más chicos herramientas desde su experiencia en las piletas. Tomó el nombre de “De Cabeza a la Pileta” y la idea era recorrer gran parte del país brindando charlas sobre los cuatro estilos: Andrea se especializa en espalda y crawl, y Macarena en pecho y mariposa. “Lo vimos como una oportunidad y nos fue enganchando mucho. A donde hemos ido nos han dejado una buena reseña, y eso nos motiva a seguir haciéndolo”, comentó Maca.

Con sus marcas estabilizadas, llegó el 2023 y había dos competencias clave: el Mundial y el Panamericano. Macarena tenía como objetivo clasificar a París y desde cero comenzó a prepararse para lograrlo: “En enero le dije a mi entrenador que ese año iba a clasificar a los JJ.OO, no sabía cómo pero yo tenía claro que lo iba a hacer”. Fukuoka, Japón, albergó el Mundial de aquel año, y a “Maki” le quedó chiquito: accedió a semifinales en 100m pecho y obtuvo la tan ansiada clasificación a sus primeros Juegos Olímpicos con 1.06.69, marca que le alcanzó para batir el récord sudamericano de su compatriota Julia Sebastián por 29 centésimas. Pero la competencia no cesaba.

La ciudad de Santiago, Chile, recibió los Panamericanos en octubre y Ceballos se ponía otra vez a prueba. Finalmente, su sueño se haría realidad: medalla de bronce en los 100m pecho, la primera de su carrera en ese tipo de torneo. “La palabra ‘panamericano’ pesaba más que la palabra ‘Mundial’ por lo sucedido en Lima. La presión que sentía era de ella misma, debía superar ese bloqueo para poder disfrutar de haber clasificado a París”, dijo su novio.

Macarena Ceballos, nadadora olímpica argentina, realizará una clínica deportiva en Tandil de la mano de Faro

Macarena Ceballos tras obtener la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023.

No obstante, no se había conformado con su desempeño. Brisa Kaniuka, una de sus mejores amigas y compañera de equipo en SAGVB, contó cómo la vio post torneo: “Vino enojada porque le fue mal en la final y, según ella, podría haber ganado los 100m pecho y hecho medalla en los 200m”. Aún así, con el tiempo se supo relajar e hizo un balance de su año: “Los Juegos Olímpicos eran mi máximo sueño deportivo porque había estado en todos los otros torneos que un nadador puede disputar, y en Chile me reivindiqué, tuve la revancha de Lima”.

Con la mente puesta en los JJ.OO, “se entrenó como si fuera finalista olímpica, siempre muy enfocada y obediente en la preparación”, destacó su entrenador, quien además mencionó que “gran parte de la previa hubiera sido ideal hacerlo en el exterior para que los entrenamientos tengan un estándar internacional”. Si bien durante el mes previo a viajar a París estuvieron en Italia por un sponsor de mallas que los llevó para terminar de prepararse allá, “tendrían que haber ido mucho tiempo antes para estar aún más enfocados”, opinó su pareja.

“Estando allá muchas veces me llamó llorando porque estaba entrenando muy duro, sentía que no podía… Pero era un tema que si ella no sacaba, yo no lo tocaba porque sabía que era complejo”, confesó Brisa. A pesar de eso, Maca terminó metiéndose entre las quince mejores nadadoras del mundo cuando había llegado siendo la número 23.

En su vuelta a Argentina, con el descanso consumado, le dijo a su entrenador que quería “hacer un ciclo olímpico más”, más allá de que antes su idea era retirarse en 2026. Con las emociones más procesadas, en octubre participó de los Juegos Sudamericanos en Cali y obtuvo la medalla de oro en las pruebas de 50m y 100m pecho, además de ser reconocida por la mejor marca técnica en la rama femenina. 

La nadadora argentina Macarena Ceballos quebró el récord sudamericano en los 100 metros pecho y se clasificó a París 2024 - Infobae

En diciembre tuvo el Mundial de Piscina Corta en Budapest, pero su rendimiento no fue el esperado: quedó 28° en 100m pecho, con un tiempo de 1:05.93; 29° en los 200m pecho con un registro de 2:26.27; y, por último, 26° en los 50m pecho con marca de 30.47 segundos. Sin embargo, el balance de su 2024 fue más que positivo y este año continúa con sus grandes actuaciones de cara al Mundial que comenzará en un mes: “Poder seguir al nivel que ya venimos hace algunos años y mantenernos constantemente es algo que nos motiva”, detalló la nadadora, quien confesó el objetivo a corto plazo que tiene con su equipo: “Vamos a buscar la final en el Mundial, tenemos un mes para entrenar a full”.

Esta última frase refleja que para permanecer en lo más alto no sólo se requiere talento, sino que se necesita de la resiliencia para superar obstáculos y de la voracidad para seguir empapándose de gloria que tiene Macarena Ceballos, una atleta inclaudicable.

 

Con Mikel Arteta, el Arsenal volvió a ser protagonista

Por Juan Dubarry

Mikel Arteta asumió como entrenador del Arsenal en diciembre de 2019. Llegó en un contexto complicado, el equipo estaba lejos de los puestos que otorgan clasificación a copas europeas, la conexión con los hinchas no era fuerte y tampoco había una idea futbolística clara. Era su primera experiencia como director técnico principal, tras trabajar como asistente de Pep Guardiola en el Manchester City.

En sus primeras dos temporadas completas en la Premier League, el Arsenal terminó 8°. Más allá de los resultados, Arteta usó ese tiempo para limpiar el vestuario, consolidar su estilo ofensivo y de posesión, y empezar a armar un plantel a su medida. En la 2021/22 dio un salto competitivo, terminó 5° y volvió a luchar por los puestos de Champions League. Las temporadas siguientes fueron una confirmación del proceso, terminó 2° tanto en 2022/23, en la 2023/24 y en la 2024/25.

Previo a la temporada que acaba de terminar, el Arsenal logró sumar 84 y 89 puntos en las dos anteriores. Son sus mejores marcas desde la era de ‘Los invencibles’. Además, cerró la temporada 2023/24 como el segundo equipo con más goles a favor (91), el primero con menos goles en contra (29) y mayor diferencia de gol junto con el City (+62), liderando también la tabla de arcos en cero, le marcaron sólo en 20 de los 38 partidos. Durante estas temporadas sumó tres títulos: FA Cup y Community Shield en 2020, y nuevamente la Community Shield en 2023. Desde su llegada, Arteta obtuvo un promedio de 1.96 puntos por partido, con 172 triunfos, 50 empates y 67 derrotas en 289 partidos.

El estilo del equipo tiene el sello de su entrenador: presión alta, salida con pelota desde el fondo, posesión de la misma en busca del arco rival y una fuerte defensa que tiene la convicción de que la pelota le pertenece. En ese sentido, los números también reflejan la evolución. El equipo tiene un gran dominio territorial, con un 56% de posesión de pelota en esta última temporada de Premier y, además, fue el equipo que recibió menos goles (34).

El plantel actual fue construido casi en su totalidad por el DT español. De los 24 jugadores que sumaron minutos en la Champions League 2024/25, 20 fueron incorporados por Arteta o debutaron en primera bajo su dirección. Pese a quedar eliminado en semifinales frente al Paris Saint Germain, el equipo volvió a competir en instancias decisivas del máximo torneo continental después de más de una década y sumó mucha experiencia para ediciones futuras, terminó 3° sobre 36 en la fase de grupos y eliminó al Real Madrid, último campeón, ganando en la ida y la vuelta de los cuartos de final. El promedio de edad del plantel ronda los 26 años, uno de los más jóvenes entre los equipos top de Europa. Esta apuesta por la juventud no es casual, los fichajes siguen una lógica clara.

Arsenal 3 - 0 Real Madrid - Match Report | Arsenal.com

Rodrigo Duben, autor del libro The Arsenal Way, destaca: “En los fichajes de Arteta hay un denominador común: son jugadores con alta calidad técnica e inteligencia táctica, y versátiles para adaptarse a más de un rol”. Ejemplos sobran: Declan Rice, Kai Havertz, Riccardo Calafiori, Jurrien Timber, Oleksandr Zinchenko, Ben White, Mikel Merino o Leandro Trossard pueden cumplir múltiples funciones dentro del esquema. Además, casi todos tienen experiencia previa en ligas europeas.

Al mismo tiempo, Arteta logró potenciar a jóvenes talentos que ya estaban en el club. Bukayo Saka (foto), Gabriel Martinelli y William Saliba se consolidaron como figuras internacionales. Saka terminó la última Premier con 16 goles y 9 asistencias. Martinelli pasó de ser una promesa a convertirse en uno de los extremos más desequilibrantes del torneo. Y Saliba, tras un préstamo en el Olympique de Marsella, volvió para liderar la defensa y consolidarse como un central de élite.

Bukayo Saka gives insight into Arsenal FC confidence with missed penalty verdict | The Standard

Adrià Jiménez Muñoz, autor del libro Los Invencibles, resume este proceso con una frase clave: “Arteta transformó al club en muchos aspectos, pero principalmente hizo que un segundo puesto de Premier y unas semis de Champions tengan sabor a poco”. Cada vez que el Arsenal consigue buenos números y resultados parece que se merecen mucho más.

Todo esto se sostiene también en un cuerpo técnico sólido. Albert Stuivenberg y Miguel Molina, sus principales asistentes, se encargan del análisis táctico y el trabajo de campo. Nicolas Jover, especialista en pelota parada, le dio al equipo una nueva arma estratégica: 22 de los 91 goles del Arsenal en la Premier de 2023/24 nacieron de jugadas ensayadas, 16 de ellos desde un córner, igualando el récord histórico en una Premier League.

La dirigencia apostó a largo plazo, renovó el contrato de Arteta y su cuerpo técnico hasta 2027. Es una decisión que va más allá de los resultados inmediatos, porque lo que construyó el español es mucho más que un buen equipo, es un proyecto con identidad, proyección y sentido de pertenencia. Hoy, el Arsenal volvió a ser protagonista.

El legado de “Los invencibles” en el Arsenal de hoy

Por Tomas Solé y Matías Villar

Cuando se habla del Arsenal, automáticamente aparece el recuerdo de aquella temporada increíble del 2003/04, en la que el equipo dirigido por Arsène Wenger hizo historia en la Premier League al salir campeón invicto, con 26 victorias y 12 empates. Pero más allá del récord, dejó una huella que todavía hoy sigue marcando el camino del club, tanto en su idea de juego como en lo que representa para sus hinchas.

Arsenal ya venía siendo protagonista en Inglaterra por la liga que había ganado en 1998 y en 2002, también bajo el mando del francés Wenger. Pero la campaña de “Los invencibles” fue especial, porque ningún equipo había logrado ganar una liga sin perder partidos en la era moderna de la Premier.

La temporada 2003/2004 comenzó con un plantel muy similar al de la campaña pasada con jugadores como Patrick Vieira, Thierry Henry, Dennis Bergkamp, Robert Pirès y Sol Campbell. Ese plantel había conseguido ganar la FA Cup y después, al año siguiente, la Premier League. El fútbol del Arsenal tenía una identidad muy clara, ya que atacaba siempre, presionaba alto y tenía una base defensiva sólida.

Wenger (foto) fue el gran arquitecto. Revolucionó no solo al Arsenal, sino al fútbol inglés en general. Le dio importancia a la preparación física, la alimentación y a una forma de jugar que combinaba más técnica y velocidad. El Arsenal pasó de ser un club tradicional con un estilo directo y defensivo, a transformarse en un equipo de posesión, toque y transiciones rápidas. Todo eso lo construyó Wenger desde su llegada en la temporada 1996/1997, y tuvo su punto más alto con “Los invencibles” de 2003/2004.

Premier League: Wenger: "El Arsenal tiene una buena oportunidad de ganar la Premier" | Marca

 

Pero no siempre fue así. Durante las décadas de 1960, 70 y 80, Arsenal no era garantía de nada. Fueron tiempos de muchos altibajos, con un fútbol muy defensivo y sin grandes logros más que éxitos aislados. Nick Hornby, autor del libro Fiebre en las gradas, describe cómo el hincha se había acostumbrado a decepcionarse. Escribió: “El club tenía un talento especial para decepcionarnos justo cuando empezábamos a creer”.

El equipo manejado por Wenger se mantuvo durante varias temporadas en la pelea, pero nunca volvió a alcanzar ese nivel. A partir de 2006, tras mudarse al Emirates Stadium, volvió a entrar en una etapa más complicada, ya que se priorizó la estabilidad económica y apostó por jugadores jóvenes. Pero los títulos no llegaron. Aunque se intentó mantener esa identidad ofensiva, con el paso de los años el Arsenal perdió cierta competitividad frente a clubes como Manchester United, Chelsea y Manchester City.

Con la llegada de Mikel Arteta (foto) como técnico en diciembre de 2019, ese camino empezó a retomarse. El español, que fue jugador del club y conoce su historia, armó un equipo joven con referentes como Martin Ødegaard, Declan Rice y Bukayo Saka. Con una identidad de presión alta, posesión e intensidad. Aunque todavía no se logró el objetivo principal de salir campeón, el proyecto va en esa dirección. Está última temporada quedó segundo en la liga con 74 puntos y el Liverpool que salió campeón obtuvo 84.

La vida personal de Mikel Arteta: casado con una miss España y por qué no fue

Adrià Jiménez Muñoz, autor del libro Los invencibles, dice: “El equipo actual consiguió que el Arsenal vuelva a tener esos estándares de élite qué lo caracterizó por tanto tiempo. Sus principales coincidencias con el equipo de Wenger son la competitividad y el no querer perder nunca”.

Desde su llegada, Arteta declaró varias veces que es muy importante que el plantel actual conozca el pasado exitoso del club e incluso programó reuniones con leyendas del club. Sol Campbell y Thierry Henry son los que más se acercaron a los entrenamientos. El español comentó que hablar con ídolos del club hace que los jugadores encuentren esa solidez mental que necesita un jugador del Arsenal.

Rodrigo Duben, autor del libro The Arsenal Way, destaca: “El equipo actualmente representa los mejores atributos futbolísticos que han distinguido al Arsenal a lo largo de su historia”. Y el hincha lo valora, porque más allá de los títulos, hay una idea de club, una forma de jugar que está ligada al ADN del Arsenal desde aquellos tiempos de “Los invencibles”. El invicto es un recuerdo imborrable, pero también es una vara alta que marca lo que se puede lograr si el Arsenal trabaja con convicción y coherencia.

Hoy, a más de 20 años de aquel logro, el legado de “Los invencibles” sigue muy presente, no solo porque jugadores como Henry o Pirès siguen ligados al club como embajadores, o porque hay una estatua de Wenger en la entrada del estadio Emirates. También porque el hincha del Arsenal sigue soñando con ver a su equipo recuperar esa esencia de un fútbol valiente, de ataque, con una idea clara y con protagonistas que dejen todo en la cancha.

“Gelo Chacabuco”, los alcanzapelotas y su historia en Racing

Por Agustín Dresch

El 31 de octubre de 2024 Racing se metió en la final de la Copa Sudamericana después de 36 años tras ganarle a Corinthians por 2 a 1 en el Cilindro de Avellaneda con participación excluyente de Martín “Tata” Santoro, un alcanzapelotas de 15 años.

Cuando el encuentro se desarrollaba en un empate cerrado, una pelota voló para la tribuna a la altura de la mitad de la cancha. En ese momento el chico de la Academia saltó disparado entre los carteles de publicidad para arrojarle con una velocidad fascinante el balón a Maximiliano Salas que con sus manos, en forma de catapulta apuntó a la cabeza de Adrián “Maravilla” Martinez. Este mismo habilitó a Juan Fernando Quintero para que el colombiano corra como una gacela,  se meta dentro del área y convierta el 2 a 1 final. Esta es una de las tantas historias de Racing, los alcanzapelotas y Gelo Chacabuco, que no solo es jefe de ellos, sino una persona con mucho recorrido en Racing.

Ángel Rubén Flores, conocido como “Gelo Chacabuco”, es un hombre de 75 años que vivió toda su vida en la academia. Allá por 1957 pisó por primera vez el Cilindro de Avellaneda cuando su primo que trabajaba como boletero en el estadio habló con el ídolo, Oreste Omar Corbatta, para que lleve al pequeño “Gelo” de tan solo 8 años a conocer el vestuario.

Desde ese día hasta la actualidad, el hombre no se pierde un solo partido de Racing como local. Desempeña su trabajo como jefe de alcanzapelotas hace aproximadamente 35 años y contó la clave que tiene para llevarlo a cabo.

El residente en la ciudad de Chacabuco llega con mucha anticipación al estadio los días de partido, conversa con conocidos o gente del club, y rápidamente va a buscar la lista que la coordinadora arma con los nombres de los diez chicos que van a alcanzar las pelotas en el encuentro. Luego los reúne, y pretende que ellos sean partícipes del mismo. “Les recalco todo el tiempo que son un jugador más que están jugando el partido del lado de afuera”, hace mención Ángel Flores. Además recalca que los jóvenes no llevan el celular y en el caso de que lo tengan, él, se los saca los pone en la bolsa de las pelotas y se los devuelve una vez que su compromiso haya terminado.

En los partidos “Gelo” se ubica detrás del arco que da a La Guardia Imperial, la hinchada de Racing. Pasa gran parte del encuentro allí, con su cabellera larga de color negra, sus caracteristicos anteojos negros, pantalón del club de sus amores y una pechera fucsia que se distingue a lo lejos. El hombre recorre cada centímetro de la línea de cal hacia afuera, para que los alcanzapelotas cumplan a rajatabla las órdenes preestablecidas.

“Cuando veo que los pibes hacen bien el trabajo suelo quedarme quieto detrás del arco, pero cuando hay imperfecciones me acerco hasta el lugar del chico para avisarle que se demoró o que tiene que lanzar el balón con más rapidez”, afirma Chacabuco. Asimismo, remarca que los alcanzapelotas en Racing no son mejores que nadie, sino distintos, y que ningún otro obtiene esta dinámica.

Desde que la pelota se va afuera y otra vuelve al campo de juego pasan aproximadamente dos segundos… Si, dos segundos, eso demuestra la rapidez que tienen los chicos ubicados detrás de la línea de cal a la hora de alcanzar los balones, además agilizan el curso del partido y hasta por momentos lo manejan.

El sector más importante para un alcanzapelotas es el de la mitad de la cancha. “Gelo” afirma que ellos tienen que estar cerca de los mediocampistas y delanteros. No es una casualidad, ya que este año se dieron dos goles similares en el, con  un chico como protagonista, y no solamente cumplió el rol de “alcanzapelota”, sino hasta fue asistente.

El 8 de febrero de 2025, Racing venció 2 a 0 a Boca por la cuarta fecha del torneo local. Cuando el encuentro promediaba los 15 minutos del primer tiempo y una pelota salió disparada hacia el lateral, Lucas Álvarez, jugador de la séptima división de la Academia, despierto, atento y fugaz, le alcanzó un balón a Gastón Martirena para que este mismo habilite a Santiago Solari y el delantero posteriormente le sirva el gol en bandeja a Luciano Vietto, que tocó la pelota de forma sutil y ella sin ningún reproche vaya dentro del arco.

“Gelo” afirma que tras cada gol de Racing en la que uno de sus chicos son protagonistas, se le infla el pecho y se siente partícipe del gol. Tal es así, que tanto él como los chicos creen que son parte de la obtención de la Copa Sudamericana y lamenta que no sea lo suficientemente reconocido como él cree, principalmente por el periodismo y el mundo Racing.

La clave para obtener el resultado es muy sencilla; él les aconseja que siempre conserven una pelota en la mano para que cuando esta se vaya afuera ellos prioricen primero alcanzar la que tienen de forma rápida y efectiva y luego vayan en busca de la que se fue.

“Gelo Chacabuco” comenzó siendo alcanzapelotas en 1965 cuando Juan José Pizzuti era el entrenador de uno de los mejores Racing de la historia. “Cuando él asumió, me dijo, ‘negro te quiero adentro de la cancha siempre, pero principalmente atrás de Agustín Mario Cejas (Ídolo y exarquero del conjunto de Avellaneda) porque dice que que sos una cábala para él”’ contó.

Desde ese día, hasta el de hoy, su vida se desarrolla siempre de la mano con Racing, pero principalmente con los chicos de inferiores. Bajo sus órdenes pasaron, el hoy entrenador, Gustavo Costas, Carlos “Chiche“ Arano, Diego Milito, Matías Zaracho, Bruno Zuculini, (hoy ambos son jugadores de Racing, Roger Martinez, Sergio “Chiquito” Romero, Lautaro Martinez, entre otros tantos.

El hombre de 75 años mantiene una larga trayectoria en el club, tan es así que en la década del 90 poseía una bandera propia la cual decía, “GELO CHACABUCO” y se situaba en el córner izquierdo que daba a la cabecera local. “Hace 60 años no me ausento a un partido de Racing de local, tuve la suerte de no enfermarme nunca ni tener inconvenientes el día del partido”, afirmó.

Además contó algo muy llamativo en el que resumió su amor por Racing. “Tuve la suerte que cuando mis viejos murieron lo hicieron entre semana para que yo pueda ir al Cilindro”.

Recorriendo su trabajo y a los frutos que este da, el 6 de abril un alcanzapelotas volvió a agilizar el partido, como si fuera un flashback. Un chico abrió los ojos grandes como un búho y lo vio a Martirena que venía corriendo pidiendo un balón. Este se la alcanzó lo más rápido que pudo, para que el lateral asistiera a Adrián “Maravilla” Martinez para que cumpla con su objetivo y marque el 1 a 0 parcial ante Banfield.

Gelo Chacabuco, a sus 75 años sigue realizando su trabajo como jefe de alcanzapelotas en el cuadro de Avellaneda. Asimismo afirma que Racing es parte de su vida.  “Puedo tener problemas, estar anímicamente decaído, o estar cansado, pero cuando voy a la cancha soy otro, me siento con las mismas ganas, fe y coraje que cuando tenía 20 años”. Él se mantiene detrás del arco que da a la popular local, con sus anteojos, su pelo largo, el conjunto de Racing y la bolsa de pelotas que prácticamente un elemento más de su cuerpo, ordenando y atendiendo a sus chicos que quién sabe en cuántos goles más serán protagonistas.

Platense campeón, el título desde Vicente López

Por Tomás Cilley

Ver el partido más importante de la historia de Platense con sus hinchas en Vicente López es contradictorio. Por más de que ellos hagan el mayor de los esfuerzos para que te sientas como si fueras uno más, en el interior, la conciencia te aparta; no sufriste lo mismo. Sos un sapo de otro pozo. Uno sabe que la persona que tiene al lado viajó 22 años por el ascenso o que el dueño del bar capaz nació en la Década Infame, pero jamás pudo ver a su equipo de barrio campeón. Ni hablar del hecho fundamental: se emocionan cuando enfocan a la gente que está en Santiago del Estero, y a uno no le queda otra que empatizar con el de al lado.

No era la primera vez que Huracán y Platense definían un campeonato. En la Copa Adrián Escobar 1943 se vio un episodio muy particular. En un encuentro que duró 40 minutos y que no hubo goles, ni tampoco en los siguientes 10 de tiempo extra, el Globo se coronó por cuatro córners a favor e hizo tres más que su rival. Este reglamento le bastó para salir campeón. Otros tiempos con definiciones insólitas.

Puente Saavedra estaba calmado. El lío estaba en el Norte del país. El clima era raro, no parecía que ya se estaba por jugar una final. Sin embargo, a Facundo Tello poco le importó y decidió arrancar el partido. El bar de Avenida Maipú y Zufriátegui, que se ubica a tan sólo cinco cuadras del Estadio Ciudad de Vicente López, es un lugar ideal para contemplar la historia del fútbol argentino. A pesar de que aceptaban únicamente a hinchas de su club o de San Lorenzo, por supuesto, yo no tenía problema de jugar de infiltrado.

Los señores, que ya no tienen edad para viajar, o los que no pudieron conseguir entrada, se reunieron allí. Ellos fueron contemporáneos a Roberto Goyeneche, y probablemente, no tengan ni idea de que Gerónimo “Momo” Benavidez es el hincha más famoso para los jóvenes de hoy.

Los nervios eran evidentes. Los simpatizantes del conjunto dirigido por Orsi-Gómez decidieron tomar cerveza para relajar y afianzar su fe a cualquier estampita de cualquier santo que daba vueltas por ahí. En tiempos de cólera, cualquiera es creyente. El olor a cigarrillo no me dejaba concentrarme, no había dudas de que antes se fumaba en ese mismo lugar.

En los primeros minutos, lo que más se escuchaba era la vuvuzela que no paraba de sonar en el ambiente. Nostalgia pura del Mundial 2010 en Sudáfrica. Un ruido muy particular que trae recuerdos. En el otro lado del charco, a los uruguayos les hará acordar a la volea de Diego Forlán, pero a los que estaban en ese bar, lo que quedará más en la memoria, será la volea de Guido Mainero por la Copa de la Liga.

El primer tiempo, como todo el partido, fue trabado. Aunque el Calamar fue más y del otro lado de la General Paz se escuchó el grito de: “UHH” en el cabezazo de Leonel Picco que terminó en una atajada de Hernán Galíndez a los 30 minutos. Los que no están acostumbrados a ganar festejan todo. Desde una patada, un despeje o una falta cerca del área. Todo puede modificar la historia. El jugador más ovacionado: Ronaldo Martínez. El paraguayo ya conocía el sabor de quedarse a las puertas de un título. La espina de la final contra Rosario Central en diciembre de 2023 todavía seguía clavada y era un gran momento para la revancha.

Que el nombre de Taborda del número 10 sea Vicente, es un poco poético. Los hinchas lo aplaudieron y le pedían que no vuelva a Boca. No era momentos de recriminar. A los 18 minutos tenía que mandar un centro llovido para que Nacho Vázquez la baje y le quede a Mainero. Él mismo, que alguna vez supo trabajar en una fábrica de arandelas, la clavó en un ángulo.

El bar estalló por completo. No había ningún murmullo. Todos tenían algo que decir o una persona para acordarse. “¿Es real esto?”. “Es toda mi vida en un segundo” son algunos diálogos o preguntas al cielo de una señora que se expresaba como podía una señora con gorrito y banderas de su club.

“Mi hijo está allá” emocionado contaba un señor que no tenía dentadura, mientras veía a la pelota petrificada en la red. Todos parecían tener un familiar o un amigo en la cancha. Cuando el televisor enfocaba a La Banda Más Fiel, las personas de un restaurante, que se encuentra a más de 1000 kilómetros del Estadio Madres de Ciudades, decidieron aplaudir más. No es casualidad que gran parte de la Zona Norte haya quedado un poco más vacía. Eran todos hermanos dispersos por el país.

En los minutos finales estuvo presente la impronta de un equipo sólido en la zona de abajo.  En la Fase Final recibió sólo un gol y de penal. Era hora de hacer arte, era hora de defender. Muchos fanáticos se agarraban los pelos que no tenían, mientras que otros deciden no ver para cuidar un poco sus corazones. Tensión pura. Aunque el grito de “dale campeón”, ya empezaba a entonar los primeros versos. El cielo se empezaba a teñir de marrón.

Elizalde se la llevó al lateral y le pegó al arco como pudo. Los ojos dejaron de ser de vidrio y pasaron a ser de agua. Se terminó el tiempo de espera. “Jugar la Libertadores es lo que imagino” se empezó a escuchar. Ya no es más imaginación, es una realidad. Y ahora la historia es diferente: Vicente López no sólo es de primera, Vicente López es un barrio de campeones.

A Platense este título le basta para merecer un nuevo apodo: “El Matagigantes”. No cualquiera elimina en una misma copa a Racing, River y San Lorenzo, y encima a todos en condición de visitante. Un club que no le da lo mismo ser de Primera. Para su fortuna, el ascenso frente a Estudiante de Río Cuarto ya pasó a la memoria y hoy pueden decir que no festejan únicamente subir de categoría, sino que ser el mejor equipo del fútbol argentino.

El dueño del bar, que estuvo trabajando toda la tarde, pero que ya tenía edad más que suficiente para ser jubilado, caminaba como podía. Aunque a la hora de subirse a su mesa y festejar, poco le importó todos sus años y trabajo encima. “Este bar es la cábala” exclamó para manifestar otra vuelta y que los clientes retornen en otra ocasión. Desde ahí me sentí obligado a ver la próxima final ahí. Durante esa final fuimos todos hermanos. Incluido el perro que entró de colado y que fue echado del lugar en la primera jugada de peligro de Huracán.

Las bocinas irrumpieron el silencio. Platense está de fiesta y hay gente que baila en las calles. Mientras que otros recuerdan el tiempo vivido en el barrio. “Así se juega una final” dijo un mozo, que admitió que es bostero, mientras felicitaba a los nuevos campeones. Estaré obligado a vivir todos los partidos importantes del Calamar ahí.

Un río que abraza, un pueblo que celebra

Por Marcos Amézaga

La Fiesta Nacional del Surubí es el evento de pesca deportiva más importante de Argentina y
se celebra cada otoño en Goya, Corrientes. Miles de pescadores de todo el país compiten bajo la modalidad con devolución, en una experiencia que conjuga respeto por la naturaleza con tradición, música, arte y orgullo local. Durante cinco días, la ciudad se transforma en un escenario vibrante donde el río Paraná es protagonista de una celebración que va mucho más allá del deporte.

Nadie recuerda exactamente cuándo empezó. Tal vez fue una caña clavada en la orilla, un viejo pescador contando historias al fuego o un pez enorme escapando como un fantasma entre las aguas marrones del Paraná. Pero lo cierto es que, en Goya, Corrientes, la FNS (Fiesta Nacional del Surubí) ya no es solo una celebración. Es un latido. Un rito. Un llamado que cada otoño, cuando el clima se vuelve más templado y las hojas comienzan a caer, sacude a toda una ciudad y la transforma. Es el llamado a la pesca deportivo que despierta a una ciudad.

Durante cinco días, Goya deja de ser un punto más en el mapa para convertirse en el centro emocional del país. Todo vibra distinto. El río, los techos, los autos, los carteles. El aire huele a algo nuevo, a mezcla de tradición y futuro. Y nadie quiere perderse la cita. Las calles se llenan de banderas, las casas se visten con luces, y en cada rostro se ve la expectativa. El Paraná, testigo silente, intenta agitar su cauce como si presintiera lo que está por venir.

Desde el miércoles 30 de abril, el predio Costa Surubí fue otra vez el corazón palpitante de la fiesta. Las carpas se inflaban como pulmones, la Expo Goya ruge con sus stands llenos de colores y sabores, y el escenario mayor se vestía de gala para recibir a los primeros artistas. Los Ratones Paranoicos abrieron la celebración con una dosis justa de rock y nostalgia. La banda liderada por Juanse supo cómo despertar al público que llenó el predio desde temprano. En paralelo, las barras pesqueras afinan detalles. Se sentía en el aire esa ansiedad previa al gran evento. Era como si el Paraná, silencioso al fondo, también respirara distinto.

El jueves 1 de mayo tuvo otro sabor. La ciudad amaneció entre mates, chipá y pasacalles con frases que mezclaban amor al río y espíritu de competencia. En el predio, la música volvió a ser protagonista con El Mago y La Nueva, que le pusieron ritmo a una noche templada. Las parejas bailaban bajo las luces del escenario, con niños corriendo entre mesas y jóvenes sacándose selfies en cada rincón del lugar. Pero no todo fue baile: el arte, la cultura y la gastronomía regional se lucieron también en la feria. El predio Costa Surubí no era solo un lugar de paso: era una postal viviente de lo que Goya tiene para ofrecer. Los visitantes que llegaron de todo el país se maravillaban con la hospitalidad de los locales y con la identidad que emana cada rincón de esta celebración.

El viernes llegó con una mezcla especial de nervios y glamour. Era el día de la elección de la Reina Nacional del Surubí, uno de los momentos más emotivos para toda la comunidad. Después de los desfiles y presentaciones, se anunció el nombre más esperado: Juana Estefanía Aguirre, de la barra pesquera Surubí Yapú, fue coronada entre aplausos, flores y lágrimas.

La música continuó con un show vibrante de La Beriso, que encendió la noche con su rock visceral. Canciones como “Madrugada” y “Traicionero” se colaron en gargantas roncas de emoción. Pero además, el viernes tuvo un cierre especial: el grupo The La Planta que regaló una presentación potente, íntima y nostálgica que despertó el orgullo local. Sonaron como si el río les hablara al oído, y el público lo entendió todo. Las luces del escenario se fundieron con las estrellas, y por un momento, Goya fue un solo cuerpo bailando.

Llegó el sábado 3 de mayo. El día de la largada. El día que convierte a Goya en leyenda. Desde temprano, miles de personas se acercaron a diferentes puntos en donde se puede observar el río Paraná. Familias enteras, mates en mano, banderas flameando, celulares listos para capturar lo inefable. Los más chicos sobre los hombros de sus padres. Algunos lloraban de emoción sin saber por qué. A las 14:00, las primeras embarcaciones menores comenzaron a romper la calma del Paraná. Luego, a las 15:00, se desató la furia: más de 1.210 embarcaciones aceleraron al unísono, como si el río se hubiera convertido en autopista de espuma. Un rugido de motores mezclado con gritos, bocinazos y fuegos artificiales sacudió el alma de los presentes.

Una madre con los ojos brillosos le susurró a su hijo: “Ahí va tu papá. Miralo bien.”. Y el nene  saludaba con los dedos como si pudiera tocarlo. La pesca, claro, no es solo deporte. Es también conexión. Con uno mismo, con la paciencia, con el río. A lo largo de la jornada, los pescadores buscaron al gran surubí en diferentes puntos del río, combinando tecnología, intuición y superstición. La modalidad fue de pesca con devolución, una señal de respeto a la naturaleza. Las piezas fueron registradas, medidas y devueltas al agua. “Acá no se viene a matar, se viene a escuchar al río”, dijo uno de los participantes, mientras preparaba su línea con el mismo esmero que un cirujano.

Mientras avanzaba la jornada, desde la costa se veían algunas capturas. En determinadas radios portátiles se escuchaban reportes cruzados, voces emocionadas que avisaban: “¡Uno de 90 centímetros en la zona 7!”, y enseguida otro que respondía: “Nosotros tuvimos pique pero se soltó…”. El río hablaba, y todos estaban atentos a su lenguaje. Por otro lado, embarcaciones se quedaban quietas durante horas, otras probaban suerte cambiando constantemente de zona. La pesca tenía algo de ajedrez y algo de poesía. La espera tenía aroma a motor caliente y repelente, y también a esperanza. Las sombras crecían sobre el agua mientras los últimos rayos de sol se reflejaban en los chalecos salvavidas. El Paraná, inmenso, parecía engullir las embarcaciones como un misterio que guarda secretos desde hace siglos.

La jornada cerró con una figura que convocó a miles: Nicki Nicole. La artista rosarina rompió con cualquier etiqueta generacional y ofreció un show enérgico y emocional. “Wapo Traketero”, “Colocao”, y hasta una versión íntima de “Dispara” retumbaron en el predio, bajo una luna enorme. Los más jóvenes deliraban, los adultos miraban entre asombrados y felices.Fue un puente. Entre lo nuevo y lo tradicional. Entre el trap y la cumbia. Entre el surubí y el  beat. La artista no solo cantó, también agradeció a Goya por la energía recibida. “Esto es único, es hermoso estar acá”, dijo. Y la ovación que recibió pareció confirmar que algo se había encendido entre todos los presentes.

El domingo amaneció con resaca emocional, pero el espíritu de la fiesta seguía vivo. Las actividades en el predio no frenaron: espectáculos regionales, danzas típicas, feria artesanal y la visita de turistas que seguían llegando. Para muchos, era el último día de la gran cita. Las anécdotas del río ya circulaban entre amigos, como tesoros recién descubiertos. “Fue increíble, me peleé con un surubí durante veinte minutos hasta que lo saqué”, decía un joven de Chaco, todavía con la adrenalina en el cuerpo. La Fiesta Nacional del Surubí no se trata solo de quién gana, sino de lo que se vive. También se entregaron premios a las barras pesqueras que mejor representaron el espíritu del evento, y entre abrazos, fotos y brindis, se renovó el compromiso colectivo de seguir haciendo grande esta tradición.

La Cena de los Pescadores fue una mezcla de emoción y alivio. Más de 5.000 personas compartieron mesa, brindis, anécdotas y reconocimientos. Se premiaron a los ganadores, claro. Pero también se abrazaron los que volvieron sin una sola pieza. Porque acá, como bien lo dijo un viejo pescador al micrófono, “el que entra al río ya ganó”. Las luces del predio comenzaron a apagarse lentamente. Los stands se desarmaban. Las familias se iban en silencio. Pero algo, inevitablemente, quedaba flotando en el aire. Un eco, un olor, una canción interior. Una melodía que no necesita instrumentos para sonar. Una mezcla de motor, corriente, mate, emoción, campamento, reencuentro.

Y mientras la oscuridad abrazaba a Goya, una voz cálida y familiar comenzó a sonar, poniendo el broche de oro perfecto: la de Óscar Macías Curupí, entonando la emblemática “Nacional del Surubí”. No es solo una canción, sino el alma misma de la fiesta, un canto que une generaciones y honra al río que todo lo da y todo lo pide.

Y así, con la última carpa bajando su lona, y el Paraná volviendo a su calma, Goya se despide. Pero solo por un rato. Porque el surubí no es solo un pez. Es una excusa. Un símbolo. Un latido que cada año se repite, más fuerte. Los que estuvieron ya están contando los días para la próxima. Los que no vinieron, prometen no fallar. Y el río, sabio y paciente, espera. Porque en Goya, cuando llega mayo, ya no hay duda: el alma de la ciudad se convierte en río. Y el río, en fiesta. Y ese eco, esa vibración, esa emoción… nunca se va del todo. Solo se esconde entre las cañas, esperando volver a brotar con la próxima largada, con el próximo grito, con la próxima ola que lo despierte todo otra vez.

El nacimiento de una pasión llamada Platense

Por Pilar Scacciaferro

Corría el año 1905, cuando en la ciudad de Buenos Aires la juventud se reunía en las esquinas de Recoleta para intercambiar anécdotas y comentar con entusiasmo sobre una carrera imperdible que se correría ese mes de mayo en el Hipódromo Nacional.

Entre los ganadores de aquella corrida se encontraba Gay Simón, hijo de Saint Mirin y orgullo de las caballerizas Platense. Su victoria jugada con cinco boletos, dejaron una suma de 445 pesos que decidió donar a un naciente club de amigos para que pudieran equiparse. Simón permitió que aquel cheque fuera más que una recompensa, y se convirtió en el inicio de un sueño. El club, en homenaje al Día de la Patria, adoptó el nombre que lo acompañaría por siempre: Platense.

El primer presidente fue José Viviani, y la sede inicial funcionó en una casa de la calle Callao 2058, residencia de un miembro de la Comisión Directiva. Sin embargo, no tardaron en volverse frecuentes las reuniones en la carbonería de Aliverti, ubicada en Posadas 1515. La camiseta naciente del equipo fue una réplica de la que llevaba el jinete ganador de aquella mítica carrera: una franela roja con cuello, puños y tres botones negros. Pero rápidamente se optó por los colores del stud Platense, una chaqueta blanca con lunares marrones y gorra marrón, color que más tarde se volvería apodo.

Los primeros partidos se jugaron en la Plaza Japonesa, donde hoy se levanta el Parque Thays, y el buen rendimiento empujó al equipo a participar en torneos independientes. Ganaron la Liga Central y la Copa Wellington, además de ser subcampeón en la Liga Eureka y la Sportiva Nacional. Para 1908, Platense se trasladó a un terreno en Blandengues y Manuela Pedraza, hoy Avenida del Libertador, en el barrio de Núñez. Permaneció allí hasta 1917, año en el que se inauguró el tradicional estadio de Manuela Pedraza y Cramer, que se convertiría en símbolo de sus primeras glorias.

El Club Atlético Platense debutó oficialmente en los torneos de la Asociación en 1910, en la Segunda División, ganando su primer partido en la Copa Bullrich. En 1912 fue subcampeón detrás de Ferro Carril Oeste, superando incluso al joven Boca Juniors que finalizó tercero. Ese logro le valió, junto a otros cinco equipos, el ascenso a la Primera División en 1913.

Durante la década del ‘20, Platense brilló en el fútbol amateur alcanzando el tercer puesto en tres ocasiones consecutivas (1924, 1925 y 1926). Varios de sus jugadores fueron convocados a la selección argentina, destacándose Alberto Felisari como el pionero.

En el largo ciclo del amateurismo, Platense se ubicó en el histórico octavo lugar, tras participar ininterrumpidamente desde 1913 hasta 1930. Todo cambia y se transforma, por lo que con la llegada del profesionalismo en 1931, Platense dio el salto y finalizó decimotercero en el torneo, comenzando así, una nueva era de su historia.

Formación del Calamar en 1933

Así nació y creció Platense, entre aquellas indefinidas fronteras entre Recoleta y Retiro, con aroma a carbón y el fervor de las caballerizas. Un club que se fundó gracias a un cheque, pero que fue forjado por la pasión y la amistad, encontrando en la franja marrón una identidad tan sencilla como lo eterno de un campeón.