jueves, septiembre 18, 2025
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Rodrigo Rey: cuando la templanza es la mejor atajada

Por Lorenzo Luna

Parado frente al espejo de su habitación en su casa en la localidad de Las Parejas, de la provincia de Santa Fe, a los 12 años Rodrigo Rey repetía una y otra vez la frase que le decía su madre: “No te limites, vos podés, lo vas a lograr”. Los nervios le tensaban las cuerdas vocales, pero no las manos. Mientras trabajaba su disfluencia en el habla, en el Argentino Atlético Club de su ciudad, sus reflejos eran tan precisos como los remates al ángulo que lograba detener. Hoy, 34 años después, ese chico dominó sus silencios y su templanza lo llevó a defender el arco de uno de los equipos más ganadores de Argentina, Independiente, y a ser considerado de los mejores arqueros del país.

El camino a la grandeza

Desde chico, en Argentino Atlético Club de Las Parejas, Rey se destacó por su talento. A sus 13 años quedó en River tras una exitosa prueba en la categoría 90 con los chicos más grandes y se formó y creció en las inferiores durante casi una década. Gracias a su desempeño, en 2011 lo convocaron al Mundial Sub 20 que se jugó en Colombia y fue suplente de Esteban Andrada.

Rodrigo Rey en la Selección Argentina Sub-20 en 2011

Su camino no estuvo libre de desafíos. Desde pequeño, convivió con una dificultad en el habla. El rol de Silvia, su madre, fue fundamental para expresarse sin miedo. “Mi mamá era la que estaba más en el día a día en la casa diciéndome: ‘Hijo, no te limites, vos si tenés que decir, decís, si tenés que hablar, hablá. Como te salga, pero hacelo’”, expresó el 17 de abril de 2025 en una entrevista en TyC Sports. Lo que de chico era una inseguridad, en su vida adulta se volvió confianza pura y un puente con la gente: hinchas de distintos clubes se le acercaron para contarle que su ejemplo ayudó a otros nenes con la misma disfluencia.

En 2012, Rey dejó River para sumarse a Newell’s, club del que era hincha Gustavo, su padre. En 2013 formó parte del equipo campeón del Torneo Final pero no encontró su lugar ya que  tuvo por delante a arqueros como Nahuel Guzmán y Sebastián Peratta. Aunque no jugó, ganó mucho en aprendizaje y madurez.

Líder de mano fuerte y templada

En 2014 llegó a Godoy Cruz y un año después logró concretar su objetivo: debutar en Primera División. Desde el 11 de abril de 2015, Rey mantuvo el puesto en el equipo y logró con creces ser posicionado como uno de los mejores arqueros del país, referente y capitán. Su buen rendimiento y nivel lo llevó a Europa, fichado por el PAOK de Grecia, donde fue bicampeón de la Copa de Grecia (2018 y 2019) y de la Superliga Griega (2019). A fines de 2019 tuvo un paso fugaz por el Pachuca de México.

El arquero Rodrigo Rey confirma su salida de Godoy Cruz | MendoVoz

En 2020 volvió a Godoy Cruz y, aunque fue bien recibido por la hinchada mendocina, a principios de 2021 tuvo un nuevo destino: defender el arco de Gimnasia y Esgrima La Plata. En 2023 llegó a Independiente, donde hoy, con 34 años, combina experiencia, liderazgo, seguridad y humildad. Fabricio Acosta, arquero de la reserva del Rojo, cuenta su experiencia cuando compartió con Rey la pretemporada en Primera en 2024: “Me llamó mucho la atención cómo se preocupaba por conocerme. Me preguntaba cómo me iba en reserva, cómo me sentía, cómo estaba mi familia y eso no lo hace cualquiera”.

Desde su llegada al Rojo de Avellaneda, Rey no solo mantuvo una postura firme bajo el arco: con 15 vallas invictas y 31 goles en 37 partidos, sino también se ganó el respeto de la hinchada y sus compañeros. En el comienzo de la Semana Azul, del 29 de marzo al 5 de abril, el arquero del Rojo formó parte de la iniciativa global que fomenta la inclusión de las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Rey junto con su hijo Benicio, quien tiene autismo, y con la colaboración de Miguel Ángel “Pepé” Santoro, exarquero y tetracampeón de la Copa Libertadores con Independiente, lideraron una campaña de visibilidad con el fin de crear un palco sensorial que inauguró Independiente para reducir los estímulos de las personas con autismo y otras neurodivergencias.

Su trayectoria es la de un arquero que se forjó a base de constancia y carácter. Superó barreras personales y profesionales. Rey no solo defiende el arco de Independiente, sino que también logró establecerse como una figura que mezcla seguridad y humanidad y que trasciende el campo de juego. Combina talento, resiliencia y la humildad que lo acompaña desde chico. Su vida deportiva se construyó sobre tres pilares: la seguridad en su juego, la confianza en sí mismo y la capacidad de transformar una dificultad en un motor.

En un fútbol que suele idolatrar a los delanteros, Rey recuerda la importancia del rol del arquero: es el último en equivocarse y el primero en sostener a su equipo, Independiente. Su carrera, con idas y vueltas, es también la historia de alguien que aprendió a hablar con atajadas y a liderar con humildad. Y que, bajo los tres palos, encontró su lugar en el mundo.

Martyn Clarke: This is Boca

Por Lautaro García Dietze, Juan Ignacio Silva y Juan Cruz Tomazco

Muchas cosas pasaron tras la madrugada del viernes 2 de abril de 1982. En Argentina, puede detenerse la economía, la producción, la paz social e incluso, la democracia. Pero existe algo que resiste en la identidad nacional sin importar el contexto: el deporte. Ese mismo día, cuando la fecha del campeonato de Primera División solía jugarse casi enteramente los domingos, hubo un adelanto de la fecha nueve. En un campeonato de 32 equipos divididos en cuatro grupos, Racing de Córdoba venció por 3 a 1 a Deportivo Roca y San Lorenzo de Mar del Plata empató en 2 contra Unión San Vicente. Caída la noche, en el club Atenas, en La Plata, un tal Juan Martín “Látigo” Coggi, debutaba en el ring profesional venciendo a Horacio Valdez. Posteriormente sería campeón mundial en tres ocasiones. El sábado, por la séptima fecha del campeonato de la Primera B, San Lorenzo y Lanús empataron sin goles en el Monumental. Las banderas argentinas no escasearon. Los jugadores de ambos equipos se juntaron antes del inicio para cantar el himno nacional y posteriormente Oscar Ros y José Felipe Perassi, capitanes del Ciclón y el Granate respectivamente, izaron la bandera frente a 45.000 personas que todavía estaban eufóricas.

A la par, en Sudáfrica, un seleccionado sudamericano de rugby con mayoría de Pumas y con la poca creativa denominación de Sudamérica XV, venció a los Springboks por 21 a 12. La razón del nombre se debe a que en plena época del apartheid los bloqueos internacionales impedían la participación de una representación deportiva. La imagen de Hugo Porta con los colores blanco y celeste apareció en la revista El Gráfico. También era parte de ese equipo Alejandro Puccio, wing del CASI y quien, dos meses después, sería pieza fundamental en el secuestro de su amigo Ricardo Manoukian. Si subimos hasta Europa, a Birmingham, Inglaterra para ser más precisos, en las semifinales de la FA Cup del fútbol británico, el Tottenham Hotspur venció al Leicester City por 2 a 0. Duro partido para Osvaldo Ardiles y Ricardo Villa, ambos campeones del mundo con Argentina en 1978 y referentes del mediocampo del Tottenham, quienes fueron abucheados por la hinchada rival cada vez que tocaron la pelota. Su público los defendió al grito de “¡Argentina! ¡Argentina!”. Algo normal ¿O no?

El domingo 4 de abril se terminó de jugar la novena fecha del campeonato de fútbol de Primera División. Un total de 13 partidos de los que se destaca un empate 3 a 3 entre Huracán y Boca en Parque Patricios y una victoria de Newell’s por 8 a 0 frente a Independiente Rivadavia de Mendoza. Ese fue el fin de semana deportivo luego de la madrugada del viernes 2 de abril de 1982, el día en que las tropas argentinas desembarcaron en Malvinas a causa de la “Operación Rosario” y recuperaron la soberanía nacional en las Islas. Fue la primera vez que se izó la bandera argentina en ese territorio en casi 150 años. También, fue el inicio de una cruenta guerra. Una que duró dos meses y 12 días. Una que dejó 904 muertos en batalla sumado a una gran cantidad de suicidios posteriores de quienes participaron en ella (entre 350 y 454 argentinos, 264 británicos). El deporte nunca se detuvo. Ni siquiera después del inicio del combate el primero de mayo. La victoria británica, consolidada el 14 de junio cuando las fuerzas argentinas se rindieron, dejará una espina imborrable en la memoria nacional. Tanto, que la relación de los argentinos con quienes viven en las islas será, cuanto menos, tensa, extraña. Con el tiempo, el vínculo entre ambos variará, pero uno de sus puntos de mayor cercanía irá de la mano, una vez más, con el deporte. Porque mientras el conflicto se iniciaba, un niño de Malvinas estaba a tan solo unos días de cumplir dos años. Su nombre: Martyn Clarke.

 

Fútbol, Malvinas y Martyn Clarke

Nacido el 27 de abril de 1980, Martyn Clarke era el hijo de Robert, un Royal Marine y veterano del conflicto bélico de 1982, y de Julie, dueña de The Globe Tavern, un conocido pub inglés de las Islas y uno de los pocos entretenimientos que tienen los que las habitan. La poca infraestructura de la zona, hizo que sus padres decidieran que nazca en Plymouth, Inglaterra, para luego regresar y crecer en Malvinas. Con el tiempo, Julie y Robert se separaron. Este último regresó a Europa y ella se quedó a cuidar de Martyn y su hermano mayor, Dustin. Apenas pasando la mayoría de edad, el más joven de los Clarke, trabajaba como empleado de mantenimiento en el ayuntamiento de Puerto Argentino, zona ubicada en el noreste de las Islas.

Por fuera de su labor, mantenía dos pasiones: la música y el fútbol. Por el lado del arte, tenía una guitarra y una banda llamada The Strutters, un modesto trío que hacía covers de bandas grunge (Nirvana, Pearl Jam, Soundgarden), tan populares en los años 90. Por el lado del deporte, jugaba para, justamente, The Globe Tavern, el equipo del bar de su madre. En ese momento, la liga de fútbol de Malvinas, formada en 1947, contaba con cinco equipos sin ascensos ni descensos y sólo se podía jugar durante cinco meses del año debido a las duras condiciones de la zona. Todos los partidos se disputaban (y aún lo hacen) en el Estadio Stanley, con capacidad para 5.000 espectadores y donde hace de local el seleccionado de las Islas.

El otro acontecimiento deportivo en el que compiten los malvinenses son los Juegos de las Islas, un evento multideportivo en el que participan diversos equipos y deportistas de distintos archipiélagos. Con su primera edición en 1985 y organizado por la Asociación Internacional de los Juegos de las Islas, la selección de fútbol compitió en seis ediciones, la primera recién en 2001. Pero con la camiseta de The Globe y en aquel modesto estadio, que contaba con la particularidad de tener el mar demasiado cerca, con un viento que mueve la pelota, donde el control es un acto de técnica admirable y donde un tiro desmedido puede terminar en una pelota que se va con el agua, Martyn deslumbraba a quienes lo veían. Gracias a él, habían ganado el torneo en varias ocasiones.

 

Esteban Cichello Hubner

“Yo, como varios argentinos, sufría de algo llamado Malvinitis. Una obsesión, a veces enfermiza, con las Islas Malvinas. Eso como consecuencia de la guerra”.

Esteban Cichello nació en La Falda, Córdoba. Actualmente es lingüista y profesor en la Universidad de Oxford en Inglaterra. Gracias a su relación con Maradona y Claudia Villafañe, es el responsable de aquella famosa visita de Diego a la escuela en 1995, ya con la raya amarilla en el pelo y donde, por ser Diego Armando Maradona, vestido de traje y con zapatos se puso a hacer jueguitos con una pelota de golf. Luego de la guerra, Cichello desarrolló un odio muy grande hacia los ingleses: “celebraba cada muerte británica y lloraba cada argentina. Incluso cuando recién comenzaba a afeitarme a los 15 años me fijaba si las afeitadoras no eran del Reino Unido. Un odio muy grande a todo lo que representase a Inglaterra”.

Esta manía por las Islas llevó a Esteban a querer conocerlas. En ese momento, estaba prohibido para los ciudadanos argentinos por lo que Cichello debió utilizar su segundo pasaporte, el italiano. En marzo de 1999 fue hasta Punta Arenas, una ciudad de Chile, ubicada a 3.090 km al sur de Santiago, el único lugar donde se podía viajar a las Islas en un vuelo comercial. Esteban arribó con la intención de quedarse una semana, hospedándose en un hotel y preparado económicamente para ello. El problema surgió cuando en el transcurso de esos siete días, el gobierno chileno cortó la única conexión semanal que existía para ir a Malvinas, debido a la detención de Augusto Pinochet en Gran Bretaña en octubre de 1998 cuando este, ya no como “presidente”, sino como senador vitalicio, viajó a Europa junto a su nieto para someterse a una operación de la hernia discal lumbar.

En ese tiempo, la justicia inglesa aún decidía qué hacer con la solicitud de extradición que llegaba desde España la cual más tarde aprobaría aunque, finalmente, Pinochet regresaría a Chile en marzo del 2000. Por este motivo, Cichello se encontró varado en Malvinas. La semana se transformó en 105 días. “Yo ya estaba harto de las Islas. Cuando iba al único supermercado que había escuchaba a la gente hablar entre ellos y se preguntaban de dónde había salido. It´s an Argie, respondían”. El término “Argie” es la forma despectiva que tienen los malvinenses de mencionar a los argentinos. Es su versión del Kelper que utilizamos para referirnos a ellos.

La situación de Cichello se complicaba cada vez más. Si bien ingresó con el pasaporte italiano, en el mismo decía que había nacido en Córdoba. Es decir, todos sabían que era argentino. Con la semana inicial llegando a su fin, el dinero se le acababa. Tenía que hacer algo, y un día paseando se encontró con una niña junto a su perro y esta le preguntó de dónde era. Ante la pregunta Esteban respondió: “I’m an Argie” (soy un Argie). La chica solo le dio palabras de consuelo. Decir eso era como identificarse a sí mismo como un monstruo. Por esta razón, Cichello decide escribir un artículo con ese título: Where are you from sir? I’m an Argie (¿De dónde es usted señor? Soy un Argie).

En las Islas existen pocos medios de comunicación y entre ellos se destaca el Penguin News, fundado en 1979, donde se publica todos los viernes y es el único periódico que se edita allá. Causó cierto revuelo en 2012 cuando dijo que la presidenta de la Nación de ese momento, Cristina Fernández de Kirchner, era una “bitch” (puta). En ese mismo medio, Esteban publicó su artículo. “Simplemente toqué la puerta y se los entregué. Ni siquiera les dije una palabra, todo el mundo se conoce allá y todo el mundo sabía quién era yo”, aclara.

En el texto, criticaba la dificultad para llegar a Malvinas comparado con Inglaterra, donde podía ir sin necesidad de Visa. Consideraba las medidas de “hipócritas”, ya que aún entrando con pasaporte italiano, era un argentino más, con las mismas costumbres y pensamientos. Pero algo de ese mismo texto cambió el panorama para Esteban. En el mismo, expresaba su arrepentimiento por haber festejado las muertes británicas durante el conflicto: “decía que cualquier muerte era horrible, que era terrible que cualquier persona celebre la muerte de otra”.

Para su sorpresa, publicaron el artículo en la tapa del Penguin News y fue un antes y un después para el cordobés de 29 años. Los malvinenses comenzaron a alojarlo en sus casas: “me invitaban a desayunar, cenar, a construir en sus casas y a su vez, recibía desinvitaciones. Me llegaban cartas diciéndome que bajo ningún punto de vista me iban a hospedar. Terminé estando con 400 personas de una población de más o menos 2.000”. Entre todos ellas, lo recibió una mujer con sus dos hijos llamada Julie Clarke, la madre de Martyn. Esteban conoció bien a la familia del malvinense de 19 años y fue la madre quien dio la idea de ayudarlo a llegar a un equipo profesional, un equipo argentino. Por el momento, era una idea, un sueño. Tras los 105 días, el lingüista, pudo regresar a su patria no sin antes vivir otra travesía. Le “suplicó” al gobernador de las Islas, Richard Ralph, subir a un vuelo militar que iba a la Isla Ascensión, ubicada en el centro del océano Atlántico a medio camino entre América y Europa y en control de los británicos. De ahí, voló a Oxford (donde actualmente enseña y vive) y luego, por fin, a Buenos Aires. “Más de 30 horas de vuelo en un viaje que dura cuatro”, agrega.

A su regreso, se juntó con Diego y Claudia y les comentó la situación del chico de Malvinas. “¿Lo ayudamos?”, preguntó.

“Mirá Esteban, el único club que se me ocurre es Boca, pero yo con Macri no hablo”, dijo Diego.

Macri es, por supuesto, Mauricio. En el último año de su primera presidencia en Boca, meses antes de su reelección, años antes de que se renueve, una vez más, su mandato y más de una década previa a ser elegido como presidente de la Nación. En 2001 se llevaría a cabo el fichaje de Naohiro Takahara, delantero japonés del Júbilo Iwata, con la idea de aumentar las ventas en el mercado asiático. Es imposible no relacionar el caso con el “experimento” llevado a cabo con Clarke. Fuera quien fuera, Maradona no hablaría con él, aunque aclaró que sí hablaría con Silvia, secretaria privada de Macri. Y fue a través de ella, que le dijeron a Cichello que lo lleve a Casa Amarilla, predio de entrenamiento del club.

Martyn Clarke aterrizó en Buenos Aires el domingo 8 de agosto de 1999. En un inicio vivió con Cichello en su departamento ubicado en Avenida de Mayo. El propio Macri contrató a la compañía Berlitz para que aprenda español. El mismo día en que llegó, conoció a Maradona: “habíamos ido a la casa del jarrón de Coppola. Guillermo me había dicho que vayamos porque tal vez iba a ir Diego. De pronto se apareció en una camioneta con otros dos chicos ingleses de la edad de Martyn que no sé de dónde eran. Después fuimos todos a La Bombonera”, dice Cichello. Fueron al famoso palco de Diego para ver al local vencer 3 a 0 al Independiente de Menotti con un doblete de Martín Palermo (Scoponi le atajó un penal), quien era el jugador favorito del isleño, y uno de Diego Cagna. El 10, vestido de negro, alternaba entre acompañar los cantos de la hinchada y algunos comentarios y risas con Cichello que hacía de traductor de Martyn. Posteriormente, terminaron en una pizzería. Esteban no recuerda exactamente dónde. Cree que una en Palermo, de nombre Romario. Ahí, el ex Nápoli le cedió su teléfono al joven de 19 años y este habló con su madre: “Charlaron mucho entre los dos. Después Martyn habló con su mamá por unos 30 minutos y al final Diego la saludó”. Fue el final de una noche que recordaría por siempre.

Su primer entrenamiento en Casa Amarilla se dio el martes 10 de agosto. “El fútbol, tantas veces acusado de fomentar nacionalismos absurdos, ayer obró de manera inversa. Martyn Clarke, un malvinense de 19 años, practicó por la tarde con la reserva de Boca, fue muy bien recibido por el resto de los futbolistas y será probado durante 25 días en el club”, escribió Clarín en su crónica del día siguiente. Se levantó a las siete de la mañana, desayunó tostadas con jugo de naranja y té, y tuvo un entrenamiento físico de dos horas con sus compañeros de reserva. Ducha, almuerzo y siesta. Por la tarde, el presidente del fútbol amateur de Boca, Gregorio Zidar, le regaló la camiseta especial del club por el reciente bicampeonato y después vio un amistoso entre el Xeneize y el Barcelona de España con victoria de los argentinos por 3 a 2.

En el centro y de amarillo, Martyn Clarke, junto a juveniles del Boca de Bianchi como La Paglia, Pinto y Marchant, en 1999

Matías Marchesini nació en Gualeguaychú, Entre Ríos. Aunque se formó en River, pasó a Boca antes de debutar en Primera. En el año 99 estaba en la reserva del Xeneize y fue compañero de Martyn: “Me acuerdo la primera vez que le dimos de probar mate, algo que siempre hacemos con los que vienen de afuera y no están acostumbrados. Al principio no le gustaba, se quemaba, pero después le puso más onda, comenzó a ser más constante y fue entendiendo de qué se trataba. Yo no sé si lo hizo porque realmente le gustaba o porque quería agradar, quedar bien”. Cerró la jornada con una entrevista con Alejandro Fantino para Súper 80 Deportivo en Radio Mitre. “Hace mucho no entrenaba, estoy muy cansado”, declaró en su momento.

Las entrevistas y preguntas no tardaron en llegar. El día siguiente a su primer entrenamiento el diario Olé publica el siguiente cuestionario:

-¿Qué sabías de Boca antes de venir?

-No mucho. Los había visto por el cable, sabía que era un equipo importante.

-Lo viste jugar a Palermo el domingo, ¿qué te pareció?

-Me gustó, es un excelente jugador.

-¿Por qué pensás que erró tantos penales?

-Hasta los mejores jugadores del mundo pueden errar un penal. De todas formas, cuando Martín meta uno va a meter todos.

-¿Vos pateás penales?

-Sí, muchos.

-¿Cómo se patea un penal?

-Hay que saber dónde vas a meter la pelota ni bien escuchás el silbato. Nunca hay que cambiar el plan en el último minuto.

-Jugás en la misma posición que Palermo, ¿es un referente para vos?

-El usa mucho su cuerpo, como yo. También es bueno con la cabeza. Y cuando remata es letal. Ojalá alguna vez yo llegue a tener su estatura futbolística.

-¿Tenías miedo de venir a Argentina?

-Sí, un poco. Hubo una guerra de por medio.

-¿Estás de acuerdo con que los argentinos visiten las Islas?

-Claro, me parece bárbaro que puedan visitar a los seres queridos que murieron allá.

-¿Viste Argentina-Inglaterra en el Mundial de México?

-Sí y me volví loco con ese gol de Maradona con la mano, me dejó caliente. Pero, la verdad es que si alguien hace un gol de esa forma en mi equipo y después ganamos está todo bien. El segundo gol fue increíble.

-¿Y el del Mundial de Francia lo viste?

-Sí. Y quedé muy mal. Creo q Beckham estuvo muy estúpido cuando se hizo expulsar. Por eso perdimos.

Ante la inevitable pregunta por la guerra, dijo que “tenía dos años cuando inició” y que trataba de “no enroscarse en ese tema”. Por último, destacó que en Casa Amarilla lo trataban “realmente bien” y calificó de “increíble” a la hinchada de Boca. “Muy pasional”, cerró.

Ese primer entrenamiento con la reserva fue realmente exitoso para Martyn. Convirtió dos goles jugando como centrodelantero, asistido en ambos casos por Silvio “Tweety” Carrario. Con una altura de 1.87m y capacidad goleadora, el mismo se había reconocido con características similares a Palermo. “Me veo parecido. Sólo un poco, nada más. No soy tan bueno como él, pero soy fuerte, uso bien el cuerpo y tengo un buen cabezazo. Todos los días sueño con jugar en la Bombonera”, decía frente a la prensa. Pero la práctica comenzaría a flaquear para el joven. Se notaba que físicamente no estaba apto. Además de jugar toda su vida en una liga amateur, estuvo inactivo durante cinco meses, sumado al regular consumo de alcohol que se vive en las Islas. El propio Lucio Bernasconi, dirigente del club y coordinador de inferiores en ese momento dijo: “Tiene más posibilidades de no jugar en Boca que de jugar. Su capacidad deportiva es menor a la que tenemos, pero hay que ver si es una cuestión de talento o de estado físico”.

Martyn Clarke en su primer entrenamiento con Boca Juniors

Con el paso del tiempo no le fue mejor. Le era muy difícil alcanzar el ritmo de sus compañeros. Además era complejo derribar la barrera del idioma. Marchesini incluso declaró que era de quienes más lo ayudaban: “Le dábamos una mano. Estaba Mauro Astrada que se manejaba mejor con el inglés. Tratábamos de ayudarlo”.

En esa época, la reserva de Boca era entrenada por Jorge Griffa. Pieza fundamental en las juveniles desde que llegó al club en 1995. Principalmente como buscador de talentos. Luego de su retiro como futbolista, estuvo a cargo de las divisiones más jóvenes de Newell´s. Allí promovió a jugadores a la Primera como Valdano, Américo Gallego, Giusti y Batistuta. Macri lo contrata buscando desarrollar unas inferiores que flaqueaban hace años en el club y también cumplió. Éver Banega, Sebastián Battaglia, Fernando Gago, Carlos Tévez, Neri Cardozo, José María Calvo, Nicolás Burdisso, Pablo Ledesma, entre otros más. Jorge continuó trabajando en las inferiores de varios clubes a lo largo de los años. Promovió también a Esequiel Barco para Independiente décadas más tarde. Falleció en enero de 2024 a los 88 años. Y también fue quién entrenó a Martyn en las dos semanas que estuvo en el club en 1999. “Mi padre tenía los mejores recuerdos de él. Me acuerdo que me comentó que le habían traído un jugador de Malvinas que era bravísimo”, dice Diego, su hijo.

Si bien Martyn se destacaba en las islas, competía con jugadores de mucho nivel. Así lo dice Griffa: “seguramente en otro fútbol hubiese jugado tranquilamente. Lo que pasa es que había un nivel muy exigente. En otro club o en un fútbol menos severo seguramente hubiese jugado”. Por su parte Marchesini agrega: “El tenía muchas ganas pero el futbolista argentino es un competidor por naturaleza y sus condiciones para el fútbol que había en las Islas era bueno pero acá había chicos con más virtudes”.

Finalmente, el golpe a su ilusión llegó tras una lesión. Cuando se discutía si iban a darle más tiempo de prueba, el nacido en Plymouth sufrió una distensión en su pierna derecha. Les pidió que lo esperaran hasta su recuperación, pero la directiva, tras siete semanas de prueba, le comunicó que no lo iban a tener en cuenta. “No me pareció justo en ese momento. Solo quería que me den el tiempo para recuperarme y mostrarles el jugador que soy”, dijo tiempo después.

Probó suerte en El Porvenir y posteriormente en Defensores de Belgrano. Luego su carrera se mudó a los Estados Unidos, donde formó parte del Connecticut Wolves, club desaparecido que jugaba en la segunda división del país. Su último intento de hacer despegar su carrera fue en Inglaterra. Jugó dos temporadas para el Brentwood Town, del condado de Essex, que disputaba la Liga Regional de Isthmian League. Finalmente regresó a casa, a Malvinas.

The Beladies fue un grupo musical argentino el único en tocar en Malvinas, que realizaba covers de Los Beatles conformado por cuatro mujeres. Creado por Lucrecia López Sanz a comienzos de los 2000, es la primera banda Beatle íntegramente femenina. Tras ser invitadas por Julie, la madre de Martyn, en marzo de 2001 dio tres recitales en The Globe Tavern, el pub de los Clarke. Allí se presentarían junto a otras dos bandas, una de ellas era The Strutters, la banda de Martyn. “Estuvimos una semana allá y lo veíamos todos los días. Era muy amable, cuando podía nos hablaba en español. De hecho, recuerdo que una vez me preguntó si me gustaban las Malvinas, no las Falklands. Era muy gentil”. Tras recorrer distintas zonas donde se dio el conflicto y una visita al cementerio de Darwin, finalmente, las Beladies tocaron a sala llena en las tres funciones que dieron. Posteriormente, recibieron un llamado del ex canciller de la Nación, Guido Di Tella, para felicitarlas: “Nos dijo que lo que estábamos haciendo era histórico”.

Unos meses antes, en diciembre del 2000, Martyn llevó a su novia argentina de ese momento, Clara García Lanza. Se habían conocido seis meses antes por medio de amigos en común. Frecuentaban el bar irlandés The Shamrock, un lugar especial para el malvinense ya que era costumbre encontrar a extranjeros anglohablantes. En esos tiempos conoció a James Peck, otro malvinense que vino a Buenos Aires a presentar su ciclo de arte. Al igual que Martyn, James también estaba relacionado con una argentina y compartía la pasión por Boca. Forjaron una gran relación. A tal punto que Peck todavía considera a Martyn como su mejor amigo.

La pareja se comunicaba en inglés ya que Clara lo había aprendido en el colegio. Ella estuvo dos meses de vacaciones en Malvinas. Un artículo de La Nación de esa época titulado “Otra forma de seducir a los malvinenses”, se destaca. La palabra “seducir” se debe una vez más al ex canciller Di Tella, quien en esa época promulgaba una idea de acercamiento nacional diplomático a las Islas.

Finalmente, Martyn regresó a Malvinas. No está claro si en su vuelta recibió un trato hostil por parte de los kelpers. Lo que sí sabemos con seguridad es que luego se dedicó a una empresa de logística y que iba y venía entre Puerto Argentino e Inglaterra. Continuó jugando con el seleccionado de las Islas y hasta fue parte de la mejor campaña de publicidad luego de su participación en los Juegos de las Islas en 2013, cuando terminaron terceros. En 2022 un periodista de la Agencia Noticias Argentinas se comunicó con Martyn. Este le dijo: “Me gustaría hablar, pero necesito tiempo para poder darte una entrevista verdadera y profunda, que es lo que necesito para mi propia tranquilidad. Tendrás suerte porque nadie sabe la verdad sobre todas mis experiencias con el fútbol y en las Islas, y siento que debo contar mi punto de vista”. Posteriormente, los problemas de comunicación con el archipiélago imposibilitaron la comunicación.

Hasta que: “Hola, soy Dustin, el hermano de Martyn. Hemos tenido un momento muy difícil este último mes: Martyn falleció el mes pasado. Crecimos juntos en las Falklands (Islas Malvinas) y yo estaba allí cuando se fue a Argentina. Todos estamos con el corazón roto”. Martyn Clarke se suicidó en diciembre de 2022. Había ingerido una mezcla de drogas y alcohol antes. La causa de muerte indicada por el patólogo fue asfixia. Se dice que el trato que recibió Martyn por parte de los kelpers cuando volvió fue un detonante. Se dice que fue tildado de traidor. Es difícil decirlo. Según Cichello, esto no es así: “Martyn no se mató por el trato que le dieron. En las Islas existe una doble moral. Dicen una cosa públicamente y después actúan de otra forma. Pero Martyn fue muy importante porque permitió un acercamiento entre argentinos y malvinenses. Fue la primera vez que mucha gente vio a alguien de Malvinas cara a cara”. La verdad exacta nunca la sabremos. Pero en la memoria está aquel chico que, por su sueño de jugar al fútbol, representó una de las conexiones más grandes que hayamos tenido con aquel territorio.

Manuel Robles se subió al podio en los primeros JADAR

Por Joaquín Porto y Felipe Trotta

El velocista Manuel Robles, terminó este domingo en el segundo puesto de los 400 metros llanos con una marca de 47,20 segundos, en la primera edición de los Juegos Argentinos de Alto Rendimiento (JADAR) Rosario 2025. Al finalizar la carrera, donde compitió ante los mejores 6 del país, contó cuáles son sus objetivos y cómo vive el deporte.

-¿Cómo te sentiste en la carrera?

-Estoy muy contento, me sentí muy bien. Llegué en muy buena forma física aunque no competía en 400 metros hace tres meses. Hacía mucho calor pero sabía que íbamos a correr fuerte todos. Los competidores hicieron una buena carrera, la terminamos en 47 segundos, que es una locura, fue muy parejo.

-¿Era el resultado que buscabas?

-Sí, abrir la temporada con la mejor marca personal es buenísimo, así que, obviamente, el objetivo está más que cumplido, siempre la idea es bajar de tiempo y hoy lo logré.

Meeting Ibiza-Toni Bonet, GP Diputación de Castellón XXII y Desafío Nerja. Primera experiencia compitiendo en Europa.

-¿Qué objetivos tenés de acá a fin de año?

-Mi próximo objetivo es la Copa de Clubes. Voy a seguir compitiendo la semana que viene en el CeNARD para ver si se puede bajar un poco más el tiempo y aprovechar esta buena racha. Ya abrimos la temporada con los JADAR, así que seguimos afilados para lo que se viene.

-¿Qué mejorarías en base a la carrera de hoy?

-Salir un poco más rápido de lo que suelo salir. Más allá de eso siento que corrí la mejor carrera de mi vida, solo tengo que retocar esas cositas y seguir día a día.

-¿Cómo es un día normal en tu vida?

-Me levanto y desayuno, siempre desayuno. Trato de cumplir con las cuatro comidas y si me levanto tarde es imposible, por eso tengo que levantarme temprano, alrededor de las 8. Después de desayunar voy a la casa de mi mejor amigo, porque tenemos un emprendimiento de mates. Ahí me quedo trabajando con las marcas, esperando pedidos un rato y ya me vuelvo a mi casa para almorzar. Estudio, si es necesario, meriendo algo y ya arranco para entrenar. Hay días que hago doble turno y voy al gimnasio pero de lunes a viernes voy a Parque Chacabuco con mi entrenador. Llego a mi casa, como y duermo, el descanso es igual de importante que el entrenamiento.

-¿Cómo es un entrenamiento?

-Es muy relativo, porque al ser velocista tengo pasadas cortas. Hago pasadas de 150 o de 200 metros, no hago kilómetros. Entonces el entrenamiento no influye mucho, no significa que cuantas más horas entrene, mejor voy a ser. Es por eso que suelo estar aproximadamente dos horas y media entrenando a alta intensidad.

Campeonato Nacional U23 2023 – 400m

-¿Cómo llegaste a la disciplina?

-Después de la pandemia, en 2021, mi tío me preguntó si quería arrancar atletismo con un profesor. Si bien ya hacía en el colegio, no tenía mucha idea del deporte, pero dije que sí. Nunca le dije no a nada relacionado al deporte. Quería probar cosas y estaba un poco aburrido, así que me mandé. Estuve yendo seis meses, muy tranquilo, hasta que competí por primera vez, en marzo de 2022. Me fue muy bien en esa carrera, yo era sub-20 y clasifiqué a una nacional. Pero ahí mi entrenador hizo el click y me empezó a llevar a más profesionales. Fui enamorándome del deporte y me seguí profesionalizando poco a poco. Lo empecé a tomar más en serio cuando cayó mi entrenador con una libreta y mientras todos mis compañeros hacían algo, yo hacía otra cosa y ahí pensé, un chabón que no conozco me dice que soy bueno, capaz en una de esas me va bien.

Robles también se refirió a la poca visibilidad y cómo influye eso en el deporte. Contó que el problema está en lo económico ya que no son ayudados y tienen que pagarse todo ellos. Los botines con clavo son caros y los viajes también, por lo que no son muchos los que deciden costearse todo en busca del profesionalismo.

-¿Cómo fue tu experiencia en tu primera carrera nacional en Posadas?

-Fue en 2022, clasifiqué para 200 metros, me había desgarrado un tiempito antes, pero para mí era una oportunidad muy grande y creo que me sirvió mucho para aprender. También fui a hacer experiencia, estaba muy nervioso. Ahí conocí a muchos que hoy son mis amigos, así que fue buenísimo también. Volví enamorado del deporte, además veía a la gente ganar medallas enormes y eso es lo que yo quería. Ahí me di cuenta que lo quería practicar en serio y cuando volví de Misiones pasé de entrenar tres días a seis.

Capitán y cazador 

Por Tomás Marquevich

En su partido número 50 como capitán de Los Pumas, Julián Montoya demostró, una vez más, lo que significa ponerse el manto sagrado. El hooker surgido de Newman tuvo un desempeño sobresaliente en la victoria de la selección argentina frente a los Wallabies por la cuarta fecha del Rugby Championship, anotando el único try del cuadro albiceleste en una jugada por lo menos curiosa.

Minuto 7: Los Pumas vienen de resetear el juego luego del try de Joseph-Aukuso Sua’ali’i con el que Australia logró pasar al frente 7-3 en el tanteador. Ahora Argentina tiene un scrum en contra en las 22 yardas australianas, Mayco Vivas comete una infracción en la entrada, a lo que el árbitro francés Christophe Ridley sanciona free kick para el conjunto Aussie.

Tane Edmed, apertura del conjunto amarillo, se dispone muy tranquilamente a despachar un derechazo para intentar salir de su campo, decisión lógica viendo el panorama en el que está su equipo, pero omite un pequeño detalle: las patadas de free kick, al igual que las de una conversión, se pueden cargar una vez que el pateador inicia su carrera, y enfrente del poco experimentado australiano, está un primera línea que se caracteriza por disputar cada partido entregando su 110% y siempre estar conectado con lo que pasa en cancha durante los 80 minutos de juego.

Edmed toma distancia, inicia su carrera dando cuatro pasos hacia adelante antes de impactar con su botín derecho la ovalada, para cuando el joven 10 reacciona, la presa había sido cazada por el Puma, Montoya ya le estaba jugando una carrera mano a mano al experimentado medio scrum Nick White por ver quién llega primero a apoyar esa pelota en el ingoal, para sorpresa de los presentes, el 2 le gana en carrera al 9 y termina zambulléndose en la línea de cal, todo en cuestión de 7 segundos.

Lo que la jerga popular rioplatense define como “viveza criolla” es, en este caso, un nuevo episodio de una serie muy vista en el rugby argentino, el arte de saber las reglas de juego al pie de la letra y el poder de ganar partidos con el uso correcto del reglamento como un arma de ataque.

Así, por un detalle que a simple vista parece inocuo, como salir a presionar al rival en todo momento, es como Los Pumas firmaron su única visita al ingoal en todo el encuentro.

Fue testigo del último gol de Maradona, luchó por los derechos de los árbitros y hoy es candidato a presidente de El Porvenir

Por Lourdes Castaño y Adrián Schneir

El exárbitro Rubén Pascualino, actual candidato a la presidencia de El Porvenir, club que cumplió el pasado 12 de septiembre 110 años desde su fundación, es un luchador nato que tiene una historia particular. Fue suspendido del arbitraje por Julio Humberto Grondona y unos años antes fue testigo del último gol de Diego Armando Maradona como profesional.

Un 14 de septiembre como este domingo pero de 1997 se enfrentaron Boca y Newell’s en La Bombonera, por la tercera fecha del Torneo Apertura. Pascualino, árbitro principal, sería partícipe de uno de los partidos más recordados en la historia del fútbol argentino, no por el resultado ni la instancia sino porque fue el último grito del 10 de manera profesional.

No solo Diego fue protagonista de dicho encuentro, ya que Sergio Goycochea hacía su debut oficial en el conjunto rosarino, en el que dos años más tarde se retiraría. Como primer desafío, Goyco debió enfrentar a un viejo conocido desde su especialidad, los penales. Y nada más ni nada menos que a su amigo Diego, quien terminó convirtiendo tras un remate abierto con su zurda inmortal.

El partido finalizó con dos tantos contra uno a favor del local y casualmente el gol de la victoria lo convirtió alguien que años más tarde se convertiría en ídolo del conjunto de La Ribera. En su debut oficial en el club, Guillermo Barros Schelotto reemplazó a Julio César Toresani a los 68 minutos y 11 más tarde anotó el segundo gol Xeneize. El partido lo disputaron figuras como Claudio Caniggia, Roberto Abbondanzieri, Jorge Bermúdez, Diego Cagna y un joven Martín Palermo recién llegado de Estudiantes de La Plata.

Maradona fue reemplazado a los 61 minutos por Diego Latorre y al finalizar el encuentro le obsequió su camiseta a Pascualino, quien atravesaba una difícil situación familiar. El día anterior al partido había fallecido su abuela y en aquella jornada cumplía años su padre, por lo que el árbitro estuvo muy cerca de no dirigir pero su padre le pidió que le rinda homenaje dentro del campo, algo que considera una de las mejores decisiones de su carrera.

Años más tarde, Rubén protagonizó uno de los eventos más determinantes de su vida. Enfrentó a Julio Humberto Grondona y luchó por los derechos de los árbitros que, por un nuevo contrato de la AFA, habían perdido la relación de dependencia. Horas después de su reclamo, lo echaron. A raíz de esto vivió diversos problemas de salud y tras cinco años de juicio, ganó el caso, que hoy forma parte de la jurisprudencia para los derechos laborales de los árbitros.

Hoy es candidato a presidente en el club de sus amores en el partido “Refundemos el Porve”. Los socios y socias de El Porvenir volverán a elegir democráticamente después de 44 años, ya que la última vez fue en 1981 cuando Enrique Merelas tomó el cargo y no lo soltó más. Siempre fue reelecto por asambleas, muchas discutibles, y en el 2006 hubo una lista opositora pero esas elecciones fueron cuestionadas por fraude.

Pascualino se compara con Maradona y se apropia de la palabra “rebelde”: cree en las causas y en la lucha que tienen detrás. Con la misma pasión y autoridad que hace más de 20 años se plantó ante el presidente de la AFA, hoy se pone en frente de los hinchas de El Porvenir y les promete refundación, humildad y fútbol, tal y como le enseñó el ídolo argentino aquella tarde de 1997.

Bronce con sabor a oro para Antetokounmpo

Por Manuel Martínez Cataldo

“No hay sensación como la de representar a tu país”. Esas fueron las palabras de Giannis Antetokounmpo tras vencer 92-89 a Finlandia y ganar la medalla de bronce en el Eurobasket 2025, la primera presea con el equipo nacional para la figura helénica. Los dos premios de MVP de la NBA, como también el trofeo Larry O’Brien obtenido en 2021, quedarán ahora en segundo plano para un Giannis que se mostró muy conmovido por el podio logrado en Riga, Letonia.

La historia de Antetokounmpo en la mejor liga del mundo es una de crecimiento constante. Llegó como una joven promesa y se fue convirtiendo lentamente en una de las figuras principales, con un notable cambio físico en el medio pero la misma energía de siempre. Fue nombrado dos veces consecutivas como el mejor jugador de la NBA, y fue también el MVP de las finales 2021, en las que le dio a los Milwaukee Bucks, franquicia que confió en él en 2013, su primer título en 50 años.

Sin embargo, su camino con la selección de Grecia tomó un camino opuesto. Si bien era indiscutidamente el líder del equipo, las dudas sobre si podía adaptar su juego vertiginoso y frenético a la pausa y la táctica del básquet FIBA se hacían presentes cada vez que los helénicos quedaban afuera de los torneos importantes, como ocurrió desde el Mundial 2014, en el que debutó con la selección mayor, en adelante. La imposibilidad de devolver a su país a lo más alto de Europa era, hasta esta edición del Eurobasket, la gran espina de la carrera de Giannis.

La relación de Antetokounmpo con su equipo nacional fue muy fuerte desde el primer día, llegando a ser, en el Mundial 2019, el primer MVP en vigencia de la NBA en representar a su selección en el torneo. Los malos resultados que condenaron a Grecia al decimoprimer puesto fueron mal recibidos por la prensa local, y obligaron a la estrella a dar un paso al costado. Volvió para el Eurobasket 2023 y fue abanderado de la delegación en París 2024.

El básquet le debía un festejo con su amada selección, que llegó finalmente en Letonia. Sus grandes actuaciones, que le valieron para ingresar al quinteto ideal de la competencia, son anecdóticas. El logro de Antetokounmpo va más allá del juego y de las estadísticas. Es una historia de superación, de hermandad y de cumplir con su palabra. No eligió el camino fácil, y eso hace que la medalla de bronce que ahora cuelga de su cuello tenga gusto a oro. “Cuando ganas un MVP, tu familia está feliz. Pero cuando ganás una medalla para tu país, hacés felices a 13 millones de personas. Nunca había sentido eso antes”, sentenció el griego.

Lautaro Yáñez y la travesía de haberlo dejado todo para vivir de lo que ama

Por Mauricio Rojas Gil y Lourdes Castaño

Lautaro Yánez llegó hace tres años desde Río Grande, Ushuaia, y ahora porta la número 10 del Xeneize en la espalda. Fue partícipe de la primera Copa Argentina en la historia del club -convirtió un gol en la victoria 6-1 frente a Mercantil de Ushuaia-, ganó la Supercopa frente a su clásico rival y fue citado por primera vez por Matías Lucuix para la selección mayor, que disputará la Liga Evolución.

Un año atrás, se consagró campeón del Sudamericano con la selección Argentina sub 20, en Lima. Hoy su destino está cerca de Europa: Valdepeñas, equipo de la máxima categoría de futsal de España, tendría cerrado el pase del joven de 21 años, que termina su contrato con Boca en diciembre de este año.

¿Cómo fueron tus comienzos?

– En 2022 llegué a Buenos Aires con 18 años. La pensión del club fue mi casa, hizo que todo fuera más fácil ahí, sin dudas una gran experiencia. Me pude formar como jugador y persona. Aprendí muchísimo, más que nada porque en el sur el nivel es amateur, lo hacés por hobby y acá es más profesional, hay conceptos y tácticas que te hacen llevar mejor el deporte. Ahora nos toca mantenernos en ese rol.

¿Jugaste en cancha de once en tu ciudad?

– Muy poco. Por las condiciones climáticas de allá, somos muy apasionados del futsal, diría que es el deporte principal en general en Tierra del Fuego. Empecé a los seis años a jugar a fútbol de salón y si bien no es tan técnico como acá ya desde chico se empieza. Cancha de 11 si hice, estuve en Argentinos Juniors a los 13 años y después dos meses en AFA. No me dio para seguir, extrañé mucho a mi familia por eso tuve que volverme, ahí es cuando apareció la oportunidad del futsal y como apasionado del deporte sabía que iba a ir por buen camino.

Cuando viniste a Buenos Aires, ¿te imaginabas todo lo que ibas a lograr?

– Uno nunca se imagina lo que puede llegar a pasar. Siempre trabajé en silencio tratando de aprender de todos los técnicos que me dirigieron y sacando lo mejor de cada uno. Soy un gran creyente de que con convicción, trabajo y ganas todo llega.

¿Cómo fue adaptarte a tu nueva vida?

– Al ser mayor de edad lo vi como una oportunidad para crecer, vivir de esto. Si bien dejé muchas cosas del otro lado, lo que busco estando acá, en uno de los mejores clubes de Argentina (Boca Juniors) no solo de futsal, es tener un futuro deportivo.

¿Qué diferencias notás entre el juego de acá y el de tu ciudad?

– Allá es jugar por jugar, pura intuición. Acá es mucha más táctica, se preparan jugadas, lo que te enseñan los técnicos es muy bueno y por eso es muy diferente a mi ciudad. Sí se vive con mucha intensidad porque la gente ama el deporte, siempre que haya algo va a estar lleno, pero no es la misma calidad e individualismo que acá.

– ¿Cómo manejás el hecho de jugar en uno de los clubes más grandes de futsal del país?

– Es hermoso para el que le gusta competir y estar siempre bien. Todos los días estoy muy contento de ir al club a hacer lo que me gusta, que al fin y al cabo es mi trabajo. No hay nada más lindo que jugar a la pelota, creo que hay que tratar de disfrutar y entrenarse al máximo, todos quieren estar acá, los años pasan y hay que ser constantes para lograr ganarse el puesto. Estoy muy contento, siempre trato de disfrutar e ir aprendiendo un poco de todo.

– Sos una de las mayores promesas del país. ¿Se siente ese peso de estar en la mira de todos?

– Si, está esa carga a veces, pero creo que para el jugador vivir con presiones es algo que te da las ganas de querer ir para adelante y estar en todos los procesos de selecciones. Más que nada por el equipo, uno quiere que le vaya bien a los compañeros o a la selección. Sé que si me equivoco no pasa nada, todos cometen errores y no seré el primero en hacerlo, el tema es salir de ese error, volver a intentarlo y no parar.

– ¿Cómo es la pensión de Boca?

– Es un lindo lugar para vivir, tiene todas las comodidades, eso te lleva a querer estar ahí. Pude convivir con muchos chicos que debutaron en 11 en la Primera, saludarlos acá y después verlos en la tele. Son pibes que también dejaron todo para cumplir sus sueños, me pongo contento por quienes lo lograron.

– El Quinquela es una cancha imponente, ¿cómo ves el ambiente?

– Hermoso, cada vez que jugamos en casa sabemos que tenemos que dar el 100%. La gente nos viene a bancar y tenemos que darles el resultado, los queremos representar como ellos quieren. Sabemos que acá tenemos que hacer valer la localía y es lo que buscamos.

– Saliste campeón contra River. ¿Cómo fue ese día?

– Hermoso, fue una locura. Se pudo vivir un superclásico en paz, con las dos hinchadas fue muy lindo y se disfrutó mucho.

– ¿Cómo fue la primera convocatoria a la Selección?

– Fue en 2022 para los Juegos de Rosario. Estar en el predio es una cosa de locos, uno después se malacostumbra pero cada vez que vas tenés que disfrutar porque hay muchos jugadores que merecen y quieren ese lugar.

– ¿Qué sentiste la primera vez que saliste campeón?

– Hermoso, se armó un lindo grupo de diferentes camadas; ahí nos quedamos con amistades valiosas y salir campeón con amigos es algo único. Es un torneo que no voy a olvidar jamás.

– ¿Qué consejo le darías a los chicos que recién empiezan?

– Que disfruten jugando a la pelota, creo que no hay nada más lindo que hacer lo que a uno le gusta y ser feliz. Que nada los detenga de seguir sus sueños porque si trabajan para eso, tarde o temprano los logros llegan y en cantidad.

A 102 años del primer robo deportivo de la historia argentina

Por Joaquín Heredia Steimberg, Adrián Schneir y Eros Ghiglione

El 14 de septiembre de 1923 quedó grabado para siempre en la memoria del deporte argentino. Aquella noche, en el Polo Grounds de Nueva York, Luis Ángel Firpo, nacido en  Junín, provincia de Buenos Aires, enfrentó al campeón indiscutido de los pesos pesados, el estadounidense Jack Dempsey, oriundo de Colorado. Ambos de 28 años, Firpo con 98 kilos y Dempsey con 87, protagonizaron una de las peleas más legendarias de la historia del boxeo.

Conocido como “El Toro Salvaje de las Pampas”, Firpo se convirtió en el primer latinoamericano en aspirar al título mundial de peso pesado. En lo que fue la primera transmisión radial en la historia de nuestro país, el combate fue un torbellino: en el primer round, el argentino fue derribado siete veces, pero logró reponerse y conectar un golpe monumental que mandó a Dempsey fuera del ring.

La regla manda que son 20 segundos los que se disponen para regresar al ring luego de caer fuera del mismo y tras 18 segundos, el pugilista pudo reingresar tras recibir ayuda. Finalmente, Dempsey se recuperó y en el segundo asalto noqueó a Firpo, conservando su corona.

Por esto, la pelea es conocida como el primer robo deportivo de la historia argentina, ya que ser asistido por terceros luego de caer fuera del ring por un golpe del rival, está prohibido en el boxeo, y el norteamericano fue ayudado por periodistas, además de aterrizar en una máquina de escribir de uno de ellos.

Aunque no ganó, aquel combate convirtió a Firpo en un mito. Su valentía abrió el camino del boxeo argentino en el mundo y dio origen a una tradición que tendría su primer campeón recién el 26 de noviembre de 1954, cuando Pascual Pérez, mendocino, se consagró en Tokio ante Yoshio Shirai en la categoría mosca.

La historia del boxeo nacional siguió con nombres que se transformaron en leyenda: Nicolino “El Intocable” Locche, campeón mundial superligero con un estilo defensivo único; Ringo Bonavena, que en diciembre de 1970 se animó a desafiar a Muhammad Ali, incluso derribándolo en el noveno asalto antes de caer por nocaut técnico en el 15º; Sergio “Maravilla” Martínez, doble campeón del mundo, recordado por su inolvidable nocaut a Paul Williams y su victoria ante Julio César Chávez Jr.; y Marcos “Chino” Maidana, que peleó de igual a igual con Floyd Mayweather en dos recordados combates donde, para muchos, el santafesino mereció la victoria en el primero.

Firpo falleció muchos años después, pero cada 14 de septiembre su legado revive. Por eso, en Argentina se celebra el Día del Boxeador, en honor a aquel hombre que, con coraje y puños, puso al país por primera vez en el centro del ring del mundo.

A 48 años del día que Boca conquistó América

Formación de Boca contra Cruzeiro en 1977

Por Nahiara Toledo

Un 14 de septiembre, pero de 1977, Boca Juniors se consagraba campeón por primera vez en su historia de la Copa Libertadores de América luego de vencer a Cruzeiro en un partido de desempate que se definió por penales en el Estadio Centenario de Montevideo y que tuvo como figura a Hugo Orlando Gatti en el arco Xeneize. 

El partido de ida se disputó en la Bombonera y el equipo dirigido en ese entonces por Juan Carlos Lorenzo se llevó la victoria por 1-0 con el gol de Carlos Veglio, pero en la vuelta sufrió el mismo resultado en contra en el Mineirão. La historia se definiría en una cancha neutral y se eligió que tuviera lugar en suelo uruguayo.

Frente a un estadio con aproximadamente 60 mil hinchas, el plantel de Boca se formó de la siguiente manera: Hugo Gatti en el arco; Vicente Pernía, José Luis Tesare, Roberto Mouzo y Alberto César Tarantini en la defensa; Jorge Benítez, Rubén Suñé, Mario Nicasio Zanabria y Ernesto Mastrángelo en el mediocampo; Carlos Veglio y Darío Felman en el ataque.

El Xeneize buscaba su revancha, luego de haber perdido en su primera final de Libertadores contra Santos en 1963 y así fue… Tras el empate de 0 a 0 en los 90 minutos, sumado al alargue, la historia concluyó en una tanda de penales. 

Boca y Cruzeiro no se sacaban diferencias, en el equipo del “Toto” Lorenzo convirtieron Mouzo, Tesare, Zanabria, Pernía y Felman. Por su parte, en el equipo brasileño marcaron Darci Menezes, Neca, Morais y Livio. Fue en el último penal de la serie cuando Hugo Gatti le atajó el remate a Vanderley y le dio el título al conjunto azul y oro.

Ahí empezó todo. Aquel 14 de septiembre de 1977 quedó grabado para siempre en la memoria de los hinchas porque el Boca Juniors de Lorenzo, Veglio y Gatti alcanzó la gloria y no solo significó la revancha de una final perdida, sino también el nacimiento de una mística que abrió un camino de grandeza que luego se repetiría con otras cinco conquistas continentales.

La fecha del gol ausente

Por Lucas Sotelo

Viernes 13 de septiembre de 1991. El Boca de Oscar Washington Tabárez vence al Ferro de Carlos Timoteo Griguol por 1 a 0 en La Bombonera. Campeón invicto del Clausura sin corona, la fallida definición por penales ante el Newell’s de Marcelo Bielsa todavía le duele al Xeneize, rescatado por el despliegue del siempre aclamado Blas Giunta y por el solitario gol de Ariel Boldrini, llegado junto a Antonio Turco Mohamed y Gabriel Amato para intentar olvidar a Gabriel Batistuta. Luego del trámite, una sentencia retumba en el aire: “Cuando se puede jugar bien, se juega; cuando no, se lucha”. Es palabra del Maestro. Al resto de los integrantes de la Primera División, como alumnos ejemplares, no se les olvidará la lección durante ese fin de semana. A los estadísticos que vendrán después, tampoco.

Los ocho promedios goleadores más bajos del profesionalismo. La década del 90’, presente en cinco de ellos (Fuente: El Gráfico).

Eran otros tiempos en el fútbol argentino. Las noches mágicas de Italia 90’ hace rato habían terminado, pero la primavera conservadurista continuaba su paso. Tridentes de ataque convertidos en duplas para sumar un hombre más en el medio. Conjuntos más cómodos como visitantes para especular con el contraataque. Y una AFA que, en el ocaso del siglo, ya empezaba a mostrar los vicios que hoy se le achacan: la modificación del formato para tener dos campeones por año entre los, eso sí, veinte equipos participantes en torneos de una rueda. Se tardarían cuatro años más en otorgar tres puntos por encuentro ganado, incentivando así una búsqueda que, durante ese período en general y en la tercera jornada del Apertura 91’ en particular, brillarían por su ausencia.

Contratapa de la revista Solo Fútbol del 16 de septiembre de 1991. En la imagen, un Ángel Tulio Zof que en la semana previa había amenazado con renunciar como DT del Canalla.

Al acotado triunfo local en La Boca, pistoletazo inicial de la ignominia, lo sucederían otros nueve partidos. Apenas seis goles se anotaron entre el 13 y el 15 de septiembre, la mitad de ellos en el Platense 1-2 Talleres de Córdoba. Días más tarde, la adición de uno más -no desde el verde césped, sino desde el escritorio- maquillaría lo que, en ese momento, ya era la fecha menos efectiva de la historia del fútbol argentino: tuvo que ser agredido Ángel Comizzo, arquero de River, para que se le diese la victoria por la mínima al elenco millonario en el clásico disputado y suspendido contra Racing en Avellaneda. Un promedio final de 0,70 tantos por match y la repetición de adjetivos tales como “intenso”, “mediocre”, “malo” o “discreto” en las calificaciones de la revista Solo Fútbol fueron la síntesis de una jornada para el olvido.

El Cabezón Ruggeri y Luis Correa, símbolos de sus equipos, disputan la pelota en el Vélez 1-0 Deportivo Español.

Además del incidente en El Cilindro, otro episodio violento sucedió ese mismo día: en una nueva edición de la denominada “Batalla de Rosario” por El Gráfico, Central derrotó a Newell’s por 1 a 0 en un enfrentamiento que tuvo seis expulsados (entre todos los juegos habría un total de doce). Un joven Marcelo Chelo Delgado, autor de la única conversión en el Gigante de Arroyito, vio su nombre inscrito en la tarjeta roja del árbitro Juan Bava junto a los de sus compañeros canallas Ariel Cuffaro Russo y Silvio Andrade y a los de sus rivales leprosos Julio Saldaña -socio ideal de Gerardo Tata Martino en el medio-, Mauricio Pochettino y Fernando Gamboa. El lamentable espectáculo dejó como saldo el fin de una sequía de cinco clásicos al hilo para un local que, a contramano del presente, no dominaba Rosario con puño de hierro.

Luis Islas y Nery Pumpido, separados por la selección y hermanados después por las lesiones.

A la “revolución productiva” de Talleres en Vicente López -“orden, prolijidad…y los goles de (Mario) Bevilacqua que ya van a venir”-, se le sumó el laborioso triunfo del Vélez de Héctor Bambino Veira contra el siempre duro Deportivo Español. Sin vuelo imaginativo para encontrar los caminos al arco del legendario Pedro Catalano por abajo, la cabeza del artillero Esteban González -apodado Gallego como Español- y la autoridad del jerarca Óscar Ruggeri fueron los principales argumentos empleados por El Fortín para cimentar un opaco 1-0 en Liniers. Sin saberlo, este sería el último de los cuatro cotejos que aportaría cifras en tiempo reglamentario.

Sobró fricción y faltó fútbol en el Argentinos Juniors-San Lorenzo. La reconciliación de Nery Pumpido y Luis Islas, enfrentados durante años por la titularidad en la valla de la Selección Argentina, fue la foto principal de un pobre Unión-Independiente. Ni Gimnasia ni Estudiantes lograron darle una alegría a La Plata al no pasar del cero contra Huracán y Quilmes respectivamente. Y Deportivo Mandiyú, sólida escuadra correntina que venía de dar el batacazo contra Racing como visitante en el inicio del campeonato, rescató un punto de su excursión a Córdoba frente al recientemente ascendido Belgrano. “Goles son amores”, dice el refrán. Vaya si faltó afecto durante ese fin de semana en varios rincones del país.
Décadas más tarde, el récord negativo de la fatídica tercera fecha del Apertura 91’ se mantiene vigente. En julio de 2025, por la misma instancia de un Clausura con diez equipos más que antaño, se convirtieron trece tantos en quince encuentros, dejando como saldo el segundo peor coeficiente histórico de goles (0,87 por partido). El actual es un fútbol industrial, sometido a las lógicas económicas de este tiempo que seducen desde el exterior a cualquier figura emergente como cantos de sirena. Menos creadores, más destructores. Amplia paridad, escasa vistosidad. Y un latente miedo a perder que inhibe la aparición de nuevas propuestas. Ya lo avisó El Maestro Tabárez. Si no se puede jugar, hay que luchar. Poco se puede hacer lo primero hoy.