Por María Lucía Sandoval
El Mundial de Suiza de 1954 no contó con la presencia de la Selección de España, tras quedar afuera por un sorteo realizado al final del tercer encuentro de desempate, de las eliminatorias, frente a Turquía. Además, media hora antes de presentarse a jugar el mismo, recibieron un telegrama de la FIFA por la inhabilitación del jugador húngaro Ladislao Kubala, que era parte del equipo español.
Para participar de le quinta edición del torneo, que se llevó a cabo entre el 16 de junio y el 4 de julio, cada selección debió participar de las Eliminatorias. Los encuentros fueron designados en Zúrich el 30 de noviembre de 1953, y a La Roja le tocó con Turquía y la Unión Soviética en el grupo seis. La URSS se bajó del certamen por motivos políticos, meses después del fallecimiento de Iósif Stalin. Por ende, el país de la península ibérica jugó el primer partido de local en Madrid, luego de visitante en Estambul, y un tercero para definir el ganador. Sin embargo, todo terminó en un sorteo, tal como establecía el reglamento.
El primer encuentro se llevó a cabo el 6 de enero de 1954 en el Estadio de Chamartín, actual Santiago Bernabéu, donde España ganó por 4-1. El conjunto dirigido por Luis Iribarren contó con sus figuras como su capitán Agustín Gainza, del Athletic de Bilbao, Venancio Pérez, Marcelino Campanal, Antonio Puchades, Bernardino Pérez (Pasieguito), estos dos últimos del Valencia. La Selección turca de Sandro Puppo convirtió el único gol a los 31 minutos por Recep Adanır, mientras que los tantos locales fueron de Venancio, Gaínza, Miguel y Alsua
El segundo partido se realizó el 14 de marzo del mismo año en el estadio Midhat Pachá, de la ciudad de Estambul, donde los locales ganaron por 1-0. Los de Luna y Estrella y La Furia Roja salieron al campo de juego con un equipo casi distinto al anterior: solamente repitieron dos titulares respecto al último. En este, Ladislao Kubala, pudo jugar sin recibir ningún reclamo de la FIFA y el único gol fue convertido por Burhan a los 15 minutos.
El global señaló un empate entre ambas selecciones. Para ese entonces, en el reglamento no existía la diferencia de goles ni la definición por tanda de penales, por lo tanto se debió jugar un tercer encuentro en una cancha neutral el mismo mes para definir el ganador.
El choque decisivo se disputó el 17 de marzo en el Estadio Olímpico de Roma, Italia. Media hora antes del inicio, el máximo organismo del fútbol le envió un telegrama a la Federación Española detallando irregularidades de la situación legal del jugador húngaro Kubala, que anteriormente había sido perseguido por el régimen comunista impuesto en Hungría, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, cuya zona era controlada por la Unión Soviética. Por ende, debió exiliarse para poder sobrevivir, motivo por el cual recibió la inhabilitación por parte de la FIFA, luego de ser denunciado por su club para que no pudiera disputar otros partidos que no sean amistosos. Sin embargo, él ya había jugado en la Selección de Checoslovaquia durante 1948, y otros encuentros de titular con La Roja. Luego se supo que nunca existió dicho parte y se especuló que podría provenir de la Selección húngara o turca.
A pesar de este altercado, España salió con: Carmelo; Segarra, Biosca, Campanal; Mariano Gonzalvo, Puchades; José Luis Artetxe (debutante), Venancio, Adrián Escudero, Pérez y Gaínza (capitán). Turquía formó con: Turgay (capitán, sustituido a los 91’.Ingreso Şükrü); Rivdan, Çetin, Basri; Mustafa, Rober; Coşkun, Suat, Feridun, Burhan y Lefter. El resultado en los 90 minutos terminó 2-2, con goles de Artetxe a los 18’, Burhan 32’, Suat 65’ y Escudero 79’, sin embargo un gol de España (Venancio 37’) fue anulado. Se jugó un tiempo extra, con otra anulación de un gol español a los 96’, que le posibilitaba el pase a jugar el Mundial.
Con el empate parcial, se designó un sorteo el mismo día para definir el ganador, tal como decía el reglamento. Un joven de 14 años, Luigi Franco Gemma, fue el elegido por directivos italianos. El presidente de la Federación Española, Sancho Dávila, escribió en un pedazo de hoja Spagna (España en italiano). Sin embargo, el niño con los ojos vendados sacó de un jarrón el que decía Turquía, que se clasificó por primera vez en la Copa del Mundo de la FIFA.
Tras quedar eliminada y regresar al país, La Roja fue abucheada en el aeropuerto de Barajas. Según las citas procedentes del libro El fútbol durante la Guerra Civil y el franquismo, obra de Carlos Fernández Santander, Iribarren declaró: “El fútbol español ha perdido su furia”. Luego, Dávila hizo alusión de una teoría política sobre el sorteo: “Muchos países no simpatizan con nuestro régimen y deseaban favorecer a Turquía”.
La prensa deportiva nacional comenzó a sospechar del sorteo y dudó de la elección del Bambino Gemma. Además, se empezó a comentar la teoría de que la Federación Turca le entregó una medalla honorífica a Italia como agradecimiento y la presencia en su concentración, por pedido del propio cuerpo técnico, tras considerar como un amuleto al país de la península itálica. Sin embargo, su camino en la competencia fue corto: sufrió dos goleadas y fue eliminado en la fase de grupos.
España tampoco clasificó al Mundial de Suecia 1958 y en 1960, el dictador español Francisco Franco ordenó que la federación no se presente a disputar los cuartos de final de la primera Eurocopa de Naciones frente a la Unión Soviética. Recién en 1962 recuperaron su participación mundialista en Chile (eliminado en fase de grupos). Dos años más tarde, en 1964, ganaron la copa de Campeones de Europa, frente a la URSS en el Estadio Santiago Bernabéu. El fútbol les dio revancha.