sábado, noviembre 23, 2024

Brasil vs Noruega: La reivindicación de un árbitro

Por Nicolás Martínez Mayer

Si hay una situación que siempre genera polémica en el fútbol es, sin lugar a duda, el penal. Puede ser el partido menos trascendental de la historia del deporte, pero si la falta está mal cobrada, el árbitro será destrozado por cualquiera, incluso por quien no ha visto el encuentro ni le afecta el resultado. Por esto, cuando se cometen errores en la competición con mayor repercusión, el Mundial, las críticas recibidas por el referí se multiplican y se agravan. Esto es lo que le sucedió al juez Esfandiar Baharmast en el Mundial de Francia ´98, tras haberle otorgado un polémico penal a Noruega en los últimos minutos del partido ante Brasil, por la tercera fecha del grupo A.

La conversión le dio la victoria al equipo nórdico por 2 a 1, resultado que colocó a Brasil primero con seis puntos y a Noruega segunda con cinco. Aunque logró ganar su partido ante Escocia, el gol noruego dejó sin octavos de final a Marruecos, que terminó tercero con cuatro puntos y sin chances de empatar su mejor resultado histórico, obtenido en 1986.

De ascendencia iraní, el árbitro estadounidense Baharmast pitó a los 88 minutos un agarrón sobre Tore André Flo por parte del brasileño Júnior Baíano, que, al mirar la transmisión oficial, parecía inexistente. Cuando terminó el partido, los reporteros le informaron al referí: “No se ve ningún agarrón en televisión, parece un ligero choque”. La decisión fue criticada por los fanáticos, con duras acusaciones a Baharmast y a la FIFA, reprobando que un árbitro de una nación sin tradición futbolera, como Estados Unidos, pudiera dirigir un partido que definía un grupo.

Lo que muchos no sabían, es que aunque los estadounidenses no sean por lo general los más adeptos al deporte, el pueblo iraní es uno de los más apasionados por el fútbol, como quedó demostrado en su encuentro contra Australia en la clasificatoria al Mundial de Francia, en el que llenaron el Azadi Stadium con 128.000 personas.

Los críticos más acérrimos de Baharmast y de la decisión de la FIFA tuvieron que retractarse apenas un día después del partido, cuando una cadena de televisión sueca descubrió que tenía un ángulo exclusivo de la jugada que le daba claramente la derecha al árbitro y lo exculpaba. Pasada la agonía de los fuertes comentarios en su contra, Baharmast pudo festejar que la decisión más importante de su carrera había sido la correcta.

El penal fue elegido entre “las mejores 18 decisiones arbitrales de la historia” por la Referee Magazine. Luego de su exitoso campeonato, Baharmast continuó su carrera en la FIFA como instructor en los Mundiales de Alemania 2006 y de Sudáfrica 2010, de los Mundiales sub-17 de Finlandia 2003, Holanda 2005 y Canadá 2007 y de los Juegos Olímpicos de Beijing en 2008.

A pesar del tiro desde los once metros que convirtió Rekdal, el sueño noruego terminó en los octavos de final, tras perder por 1 a 0 ante Italia. Este resultado continúa siendo, junto al del Mundial de 1938, la mejor posición obtenida por el país en solo tres participaciones en la competencia más grande del fútbol. Brasil, por su parte, llegó a la final, que terminó perdiendo ante la dueña de casa, Francia, por 3 a 0.

El estadounidense Baharmast logró, mediante una decisión arriesgada y en la que se jugaba su futuro, que Noruega pudiese disfrutar del acontecimiento más importante en su historia futbolística. Por un momento, dos naciones ajenas a la cultura del fútbol, consiguieron demostrar, desde distintos lugares en la cancha, que no es necesario provenir de una de las cunas del fútbol ni tener una sociedad que gire alrededor de la pelota para llegar lejos en el deporte, aunque sea por un rato.

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