Por Santiago Ballatore
Después del traspié con España, Serbia -uno de los candidatos a ganar el Mundial de China- parecía tener dos opciones: resurgir e imponerse como lo había hecho en los primeros partidos de la competencia, o aumentar las inseguridades que había tenido en el juego anterior. Pero entre estas posibilidades no aparecía mencionada la Selección Argentina. Y el rival también juega. Con una asfixiante defensa y una precisión quirúrgica en ataque, El Alma anuló a los balcánicos, que tenían una gran ventaja en la altura, y los venció por 97 a 87. No fue la planificación el único factor determinante en la victoria, ya que sobre la marcha se fueron dando situaciones que escapan a cualquier plan de juego previo. Y es acá en donde aparecen los tapados, los que, de no haber sido por la carga de faltas de los titulares, probablemente no habrían ingresado en un partido tan caliente.
Con solo tres minutos de juego, Marcos Delía cometió su segunda falta y tuvo que ser reemplazado por Tayavek Gallizzi, que había tenido buenos minutos en el primer partido frente a Corea del Sur y que después había jugado poco y nada. Le tocaba marcar a Nikola Jokic, la figura de Denver Nuggets. Es por eso que el santafesino tuvo solo un par de minutos en la cancha, ya que luego de dos puntos en ataque y tres infracciones en defensa, se fue reemplazado por Gabriel Deck. A pesar de los foules, fue útil la intervención de Gallizzi, que justamente había ingresado a eso que, coloquialmente, se le dice “fajarse con el pivot”.
A falta de 30 segundos para el final del eterno primer cuarto, Luis Scola, el capitán, se fue sustituido por Agustín Cáffaro, que solo había disputado minutos “basura” –los finales de los partidos definidos- a lo largo del torneo. Máximo Fjellerup ya había entrado por Garino, por lo que Argentina comenzó el segundo cuarto con dos jugadores de la Liga Nacional, y de San Lorenzo, en cancha. En este segundo periodo ingresó en Serbia Boban Marjanovic, el centro que supera los 2,20 metros de altura. Cáffaro, con más de diez centímetros de desventaja, sacó al serbio de partido, consiguiendo faltas en los rebotes y hasta imponiéndose en el tablero ofensivo, una de las pocas facetas del juego que no dominan, por un tema físico, los dirigidos por Sergio Hernández.
A lo que siempre aportan Deck (hoy 13 puntos, 8 rebotes, 2 tapas y 2 robos) y Nicolás Laprovíttola (8 puntos, 3 asistencias y 2 robos), hoy se sumó la aparición de Luca Vildoza y su puntería. El jugador del Baskonia venía teniendo interesantes muestras en la defensa, pero no podía capitalizarlo en el ataque. Capacidad le sobra, lo único que necesitaba era confianza y poder arrancar preciso. En los 14 minutos que estuvo en cancha, convirtió 11 puntos y repartió 3 asistencias. Los puntos derivaron de una gran efectividad: tres de los cinco triples que intentó fueron adentro, y metió el único doble. Teniendo en cuenta esto, y sin sacarle mérito a los partidazos de Facundo Campazzo y Luis Scola, se puede decir que el “factor X” del partido de Argentina se llama Vildoza.