Por Joaquín Álvarez
Lituania es un país con una tradición basquetbolística muy grande. Hay que remontarse, por ejemplo, al año 1936 cuando Pranas Lubinas (también conocido como Frank Lubin) volvió a Lituania por sus raíces familiares luego de lograr el oro olímpico con Estados Unidos en los Juegos Olímpicos de Berlín de ese año.
Lubinas inyectó el baloncesto en el ADN de la nación, consiguiendo dos torneos continentales en 1937 y 1939, la segunda medalla como entrenador-jugador. Desde aquella época el básquet lituano no dejó de producir grandes jugadores tanto en el aspecto físico como en el técnico y el táctico, sin importar que es un país de sólo 3 millones de habitantes, pero que cuenta con una genética especial para este deporte.
Lituania aportaba un núcleo importante de jugadores a lo que fue el equipo de la Unión Soviética en 1988 que logró la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Seúl, con Sarunas Marciulionis y Arvydas Sabonis como figuras destacadas. Arvydas es el padre de Domantas, actual estrella de la NBA y de la selección lituana en este torneo.
El seleccionado balcánico ya se clasificó a la segunda fase después de ganarle 101-47 a Senegal y 92-69 a Canadá. Todavía le queda enfrentar a Australia el jueves (08:30 hora argentina) para definir al líder grupo H.