Por Leandro Manganelli
Diego Martín Elías viste con una campera de Deportivo Español al igual que Pedro Catalano, arquero histórico del Gallego, con el que habla distendido. Las calles que rodean al club viven la tranquilidad de un feriado primaveral y la pelota es un sapito en las canchas de tierra donde entrenan las divisiones inferiores, con el Estadio Nueva España de fondo y los resabios de sus épocas doradas en Primera. Elías asumió como presidente interino en 2018 y se consolidó en 2019 porque no había oposición. En 2022 se hicieron las elecciones ante la presencia de una nueva lista y, un día antes de la final del Mundial de Qatar, Elías fue reelecto hasta 2025. Deportivo Español está en la cuarta categoría del fútbol argentino y, ante la unificación de la C con la D -quinta- que se llevará cabo a partir de 2024, el presidente habla de la recuperación de un club que estuvo, entre los 80 y fines de los 90, 14 años en Primera.
-En Furia Española TV habías dicho que Español era frágil y sensible, y que estaba saliendo de una situación de coma. ¿Cuándo se termina esa recuperación?
-Español dio cátedra de cómo destruir un club en tiempo récord. Un sin fin de malas decisiones lo llevaron a una quiebra y a hacer todo lo que está mal: el club perdió la mitad del predio, está en la cuarta categoría y todo se hizo en siete u ocho años. Hoy está de pie, ordenado, con los sueldos al día y tiene una infraestructura que envidian hasta equipos de Primera; es un club fuerte. Hacer diez goles en Español te puede llevar a la B Nacional, pero si los hacés en otro club, por ahí no pasa nada. Siempre se ve el aspecto deportivo y un ascenso le saca el foco a la gente de lo que realmente pasa: tienen que estar los cimientos bien armados para que la incursión en una nueva categoría no sea, después, un dolor de cabeza.
-En las últimas elecciones hubo 285 votantes. ¿Cuántos socios tiene el club y por qué no hubo mucha convocatoria?
-Pasa en todos los clubes. Se hizo una limpieza de padrón y hoy contamos con 600 socios que le dan vida e institucionalidad al club, pero que no mueven a la institución. ¿Cuántas cuotas sociales necesito para pagarle a una empleada de maestranza que puede cobrar, como muy bajo, poco más de 100 mil pesos? La cuota es de 2000 pesos; entonces la generación de recursos va por otro lado. Es saludable que la gente participe y pueda votar, pero estos clubes no se hacen fuertes por eso. En la pandemia la gente descubrió las plataformas y las comodidades. Antes, un partido era toda una ceremonia; hoy, si llueve o hace frío, ponés YouTube. La gente ya no viene a la cancha: en Primera vemos estadios llenos, pero en el ascenso eso no pasa.
-Francisco Ríos Seoane -fue presidente de Español entre 1978 y 1996- habló muchas veces de sociedades anónimas. ¿Ayudan a los equipos del ascenso?
-La profesionalización extrema del ascenso genera que los clubes no se puedan manejar a la vieja usanza y tengan que acudir a grupos económicos, gerenciamientos encubiertos y fideicomisos, porque la carga salarial aumenta y los clubes compiten. Mi preferencia es que los clubes sean de los socios, pero tenemos que desalentar tanta profesionalización del ascenso. ¿Por qué no bajamos la escala salarial para después no entregar la cabeza por problemas económicos de los que se aprovechan por la necesidad de los clubes para quedarse con porcentajes de jugadores y con situaciones que uno puede acordar en la desesperación? No me gustan las sociedades anónimas, pero en un país que está explotado, se va camino a grupos económicos.
-Por los problemas que tuvo el club con Generación Zoe (ex sponsor que se definía como compañía de “coaching”, acusada de estafa piramidal) y con apuestas ilegales en un torneo de penales al que el club le alquiló una de sus canchas. ¿Cambió la mirada hacia Español en los últimos años?
-Son hechos desgraciados que, mediáticamente, te manchan. Cuando pasó lo de Zoe, la fiscal liberó a Español de culpas. Se habló del club porque coincidía con la estadía de (Ricardo) Caruso Lombardi (relacionado con el CEO de Zoe Leonardo Cositorto) como manager. Atlas y Chacarita también tenían a la empresa como sponsor principal y no se habló de ellos. Respecto a las apuestas, el club también quedó fuera de culpa y cargo y eso no salió publicado.
-El año pasado debutó en la Primera de Español Jezzabelle Carranza, mujer trans de 43 años que vino de Viedma para jugar como profesional. ¿Progresa el fútbol femenino?
-Las actividades crecen y tratamos de darles todas las comodidades: que no haya lucha de género porque entrenan todos en las mismas canchas, sin diferencias. En el fútbol masculino hay un apoyo que no hay en el femenino y en Argentina creo que todavía no enganchó; ojalá que lo haga. Pago de mi bolsillo todos los gastos de la Primera, pero no es un producto que genere un interés como el que tendría que generar. Va a ser un proceso largo y las chicas tienen que tomar al deporte como tal. No hay que intoxicar la disciplina porque después eso cansa a las dirigencias; la lucha tiene que ser en la cancha.