Por León Lagares y Facundo Funes
Sonia Baluzzo ya experimentó la sensación de ganar una medalla para la Argentina cuando consiguió una presea dorada y otra plateada en doble e individual scull de remos ligeros respectivamente. Hoy sueña con clasificarse a sus primeros Juegos Olímpicos en París 2024 y repetir la hazaña lograda en los Juegos Odesur de Asunción en 2022.
Después de años de hacer gimnasia artística, inició en la disciplina en 2013, impulsada por su abuelo. “Quería cambiar de deporte, así que le pedí a mi abuelo que me llevara al club donde él remó toda su vida, el Club de Remo Teutonia. Ahí fue donde probé e inmediatamente el deporte me atrapó”, relata Baluzzo, que anhela participar del doble par ligero en los JJOO del año que viene, meta para la que entrena 25 horas semanales.
-¿Qué sacrificás para estar al 100%?
-Sacrificar es una palabra que no me gusta mucho, prefiero decir que estoy comprometida con mis sueños y determinada con mis objetivos, porque para rendir al máximo hace falta pasar muchas horas entrenando y preparándose mentalmente también. Sí, le dedico menos tiempo a lo que son salidas con amigas, escapadas de fin de semana y a la facultad, pero no lo veo como un sacrificio.
Además del remo, Baluzzo cursa el cuarto año en la Licenciatura en Kinesiología en la UBA y da clases particulares de alemán y de nivel primario y secundario para generar segundos ingresos, ya que con el remo puede vivir solamente si es con su familia y si se muda sola llegaría “con lo justo”.
El remo es otro de los tantos deportes que requieren de un esfuerzo económico importante por parte de los atletas, aunque para suerte de Sonia, cuenta con ayudas externas. “Recibo becas del Enard y de la Secretaría de Deportes con las que puedo solventar todos los gastos que necesito, yo solo tengo que encargarme de mi movilidad. También tengo empresas que me respaldan y el club que me ofrece ayuda con atención médica y nutricional”, explicó la palista de 25 años, que en marzo del próximo año disputará el Preolímpico Continental, en el que deberá quedar rankeada primera entre los botes argentinos, más allá de estar en zona de clasificación, para conseguir el boleto a los Juegos Olímpicos de París.
-¿Qué ventajas y/o desventajas tenés contra tus rivales directos?
-Todavía no sé quiénes van a ser mis rivales, pero creo que mis ventajas en cuanto a la preparación son mis otros compañeros de la selección con los que entreno todos los días, mi equipo de entrenadores y preparadores físicos, psicóloga, médica y nutricionista que me acompañan y me dan todas las herramientas que necesito. Una desventaja puede ser la Pista Nacional de Remo en Tigre, donde hay veces que por estar muy baja el agua no podemos salir a remar, más allá de la contaminación. El presupuesto con el que contemos también influirá mucho en la calidad de nuestro proceso, pero todavía no sé cuál será.
-¿Qué herramientas te brindan el club y la selección? ¿Por dónde te llega más ayuda?
-Tanto el club como la selección me ayudan por igual. Hay algo de trabajo en conjunto, por ejemplo para organizar a qué regatas del calendario nacional podemos asistir.
-¿Quién o quiénes te entrenan? ¿Qué te aporta, o te aportan?
-Mi entrenador en la selección es Martín Bonini y el director técnico nacional es Pablo Susini. Mis preparadores físicos son Martín Menéndez Lema y Martín Concilio. En el club mi entrenador es Francisco Schoo y mi preparador físico también es Martín Concilio. Los entrenadores en la selección me aportan mejoras técnicas y seguimiento en el agua. Mis preparadores físicos me ayudan a mejorar y a dar lo máximo de mí en el gimnasio. En el club, Francisco me aporta contención y mejoras técnicas cada vez que vuelvo, ya que la mayor parte del año concentro con la selección en la Pista Nacional de Remo.
El remo argentino aportó cuatro medallas olímpicas a lo largo de la historia, la más importante fue el oro en Helsinki 1952 conseguido por Tranquilo Cappozzo y Eduardo Guerrero en la prueba de doble par de remos sin timonel.
-¿Crees que al remo se le da la importancia que merece?
-Creo que a nivel panamericano al deporte se le da importancia. No sé si es lo que se merece o no, pero el presupuesto que maneja el deporte depende de los resultados. Más allá de eso, creo que es un deporte poco difundido y conocido en nuestro país, y eso dificulta que se le dé más importancia. Sí creo que creció mucho la cantidad de personas que practican el deporte en los clubes, y que de a poco va a ir llegando a nivel de selección.
No hay que dejar de recordar que este deporte es muy exigente y que toda preparación, sueño y esfuerzo puede pasar de la gloria al fracaso en solo esos siete minutos de duración de regata, en los que Sonia compite motivada por su familia, amigos y novio, quienes son su “cable a tierra”.