sábado, noviembre 23, 2024

Kevin Konfederak, entrenador de Francisco Cerúndolo: “No sé cuál va a ser su techo, no tiene límites”

Por Augusto Papasidero

Kevin Konfederak, con 31 años, es el actual entrenador del segundo mejor tenista argentino del momento, pero en 2017 se encontraba sin un rumbo claro. Desistió de su sueño de ser jugador profesional y se había embarcado en el estudio, en los Estados Unidos, en el área del Marketing. Aprovechó algunos meses disponibles que tenía para formarse como coach y ahora, luego de cinco años, es uno de los mejores del mundo. 

Cien puestos exactos escaló en el ranking ATP Francisco Cerúndolo desde que trabaja junto a Konfederak desde principios de este año (llegó a estar 24° en julio). Gael Monfils, Frances Tiafoe, Casper Ruud y Andrey Rublev, vivieron el momento de estrecharle la mano a Cerúndolo tras una derrota en esta temporada. “A Francisco le veo un potencial total. Es un jugador muy nuevo en el circuito que recién empieza y todavía se está terminando de formar, pero a la vez está en un nivel que compite de igual a igual con los mejores del mundo o muchas veces hasta en un nivel más alto”, comenta sobre su pupilo. 

-¿Cuál sería una meta para Francisco en un corto o largo plazo? 

-No tiene límites, si se sigue trabajando de la misma manera que lo venimos haciendo, enfocándonos y sumando herramientas apuntamos a que sea lo más alto posible. 

-¿Cuál fue su mejor partido desde que lo entrenás? 

-El mejor partido que le vi a Francisco puede ser contra Monfils en Miami o la semis con Carreño Busta y también el de la semana siguiente con Rublev, jugó a un nivel tremendo. Es imposible quedarme con uno. 

-¿La final con Báez entra?

-Obvio, con todo lo que eso conlleva. La presión de jugar por el primer título con un rival argentino, fue un partido de muy alto nivel. 

En el ATP 250 de Bastad 2022 el jugador de 24 años consiguió su primer título tras ganarle en la final a su compatriota Sebastián Báez en sets corridos. Al siguiente torneo llegó a semifinales en el 500 de Hamburgo y dos semanas atrás le había arrebatado un set en Wimbledon a Rafael Nadal. 

Si bien Konfederak nunca había alcanzado un nivel de reconocimiento y de resultados como los que obtiene actualmente, sí elevó claramente el nivel de los otros dos jugadores a los que entrenó. Guido Andreozzi fue el primero que se “animó” a incluirlo en su equipo cuándo el entrenador solo tenía 26 años: “Empecé a trabajar con Guido en 2018. Es un chico de mi camada con el que nos llevábamos muy bien y justo en ese momento se había quedado sin entrenador, así que fue un poco de casualidad que se dio”, cuenta el bonaerense a El Equipo

No debe ser casualidad entonces que todos los tenistas a los que entrena empiezan a percibir mejores resultados en poco tiempo: “Después de las primeras semanas de trabajo él ganó su primer Challenger. Consiguió también, tiempo más tarde, su primera victoria en un Grand Slam (Roland Garros contra Taylor Fritz) y jugó por primera vez el main draw de los otros tres grandes. Empezamos en el puesto 250 y terminamos cerca del 70”

Su siguiente entrenado fue Guido, pero con distinto apellido, Pella. Con una pandemia que interrumpió su trabajo juntos, igualmente ayudó al bahiense a alcanzar su mejor nivel en el que se consagró campeón del único título de su carrera (ATP 250 de San Pablo) y supo lo que es ser uno de los mejores 20 tenistas del momento. 

-¿Te sentías preparado para ser entrenador siendo tan jóven? 

-Sinceramente no me sentía preparado. Fue algo que se fue dando y la vida me fue poniendo en ese lugar sin que lo busque tanto. Mi manera de ser es que si se aparecen oportunidades intentar aprovecharlas, ir en búsqueda y hacerlo de la mejor manera posible y así fui aprendiendo, me fui animando y fui conociendo del rubro.

Ahora, después de casi cinco años de trayectoria como coach, parece haber quedado atrás aquel Konfederak inexperto hasta el punto de ser considerado por muchos periodistas como el mejor entrenador de la temporada. Quien ganó este reconocimiento el año pasado fue, el también argentino, Facundo Lugones, que llevó a Cameron Norrie del puesto 74 al 12 con dos trofeos de por medio. 

-¿Cómo estudiás a los futuros rivales? 

-Por lo general si Francisco ya ganó intento ver el partido de los rivales después del de él. Si no analizo mucho los videos y charlo con otros entrenadores que lo hayan enfrentado. Se sacan cosas de todos lados. 

-¿En qué mejoraste desde que empezaste con Andreozzi hasta ahora? 

-Quizás en lo que más mejoré es en el manejo de las situaciones. Cuándo dar las charlas, elegir los momentos y mantener la idea de que cuando uno como entrenador está convencido de que hay un camino, intentar marcarlo siempre. 

Konfederak llegó a ser el N° 17 del ranking junior e integró el top 500 del ranking profesional, hasta que decidió dar un paso al costado para centrarse en los estudios como bien explica en el artículo titulado “Así decidí no ser tenista profesional, justo cuando llegué a serlo”, escrito por él mismo para Página 12

“No me arrepiento y nunca me arrepentí de haber dejado de jugar al tenis”, así inicia la respuesta a la pregunta sobre si tenía algún tipo de remordimiento en haber dejado el deporte profesional, en el momento en el que era una de las promesas argentinas del futuro. Aquel que fue profesor en el Racket Club de Buenos Aires agrega: “Fue una decisión que la sentí en el momento, aunque no lo tenía tan en claro, pero sabía que no estaba dispuesto a hacer el esfuerzo que conllevaba ser un tenista, porque encima es hacerlo con la incertidumbre de no saber qué es lo que puede pasar”

-¿Qué te impulsó a tomar esta decisión? 

-Pesaba mucho que económicamente en ese momento de mi carrera (20 años) había que hacer una inversión importante, y mi familia no tenía los medios para poder hacerlo. Yo tampoco estuve dispuesto a buscar un sponsor u otra forma para poder intentarlo. Ya sentía demasiada presión de esa manera y no me animé a ir en busca de más. 

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Durante su etapa como tenista se describe como un jugador táctico, que manejaba los puntos en base a su potente derecha con la que, en sus propias palabras, “podía hacer daño desde cualquier lugar de la cancha”. El saque, el slice, los drops y el juego en la red acompañaban, pero el tiro ganador era claramente el drive. Aquello que sirvió como un ancla en su juego era el revés, muy estético y elegante a una mano, pero que en los momentos tensos de un partido llenaban su planilla de errores no forzados. 

¿Un jugador argentino actual que tiene como gran característica la derecha? Sí, Francisco Cerúndolo: “Uno siempre intenta relacionar lo que le pasaba a uno dentro de la cancha y sacar cosas de ahí para compartirlas con el jugador. Claramente hay cosas que uno puede sacar de su juego y aportarselas”, indica Konfederak. Aunque también deja una idea clara: “Siempre hay que entender que el jugador siente cosas distintas y es completamente diferente como persona entonces hay que tratar de no mezclarlo”

Antes de convertirse en profesional recibió una beca para estudiar en los Estados Unidos y, a la vez, jugar al tenis a nivel universitario. Una experiencia que recomienda ya que “es la posibilidad para madurar, de entrenar y de competir en un muy alto nivel”. Además de entrenador y, de vez en cuando, redactor de artículos deportivos es licenciado en Marketing, recibido en 2018 en la Georgia Gwinnett College, con promedio perfecto. 

CÓMO FUE ESTUDIAR Y JUGAR EN ESTADOS UNIDOS

-Estudiar en Estados Unidos y hacer la experiencia de tener una beca con el tenis y poder competir representando un equipo mientras hacía la carrera universitaria fue algo espectacular, se lo recomiendo a la gran mayoría de chicos que tienen la posibilidad de hacerlo porque es la posibilidad para madurar, de entrenar y de competir en un muy alto nivel. Hoy en día hay un montón de jugadores profesionales que salen de ese lugar. Estar en el primer mundo, conocer a otra gente, abrir la cabeza en un sistema que está preparado para realizar la educación y el deporte de la mejor manera. Para mí es una opción excelente. En su momento yo ya había dejado de jugar profesional y lo vi como una opción para que el tenis me devuelva algo de todo el esfuerzo que yo le había puesto hasta el momento. 

DEJAR DE JUGAR 

-No me arrepiento y nunca me arrepentí de haber dejado de jugar al tenis. Fue una decisión que la sentí en el momento, aunque no lo tenía tan en claro, pero sabía que no estaba dispuesto a hacer el esfuerzo que conllevaba ser un tenista, porque encima es hacerlo con la incertidumbre de no saber qué es lo que puede pasar. También pesaba mucho que económicamente que en ese momento de mi carrera tenía 20 años y había que hacer una inversión importante y mi familia no tenía los medios para poder hacerlo y no estuve dispuesto a buscar un sponsor u otra forma para poder intentarlo. Ya sentía demasiada presión de esa manera y no me animé a ir en busca de más. Así que tomé la decisión de dejarlo y buscar otros caminos para mi vida. 

GUIDO ANDREOZZI 

-A principios de ese año empecé a trabajar con Guido Andreozzi que era un chico de mi camada que nos llevábamos muy bien y en ese momento se había quedado sin entrenador así que fue un poco una casualidad y ya después de las primeras semanas de trabajo él ganó su primer Challenger, después en Europa hizo final en otro, campeón

en otro y de repente del puesto 150 se empezó a acercar al 100 y después se pudo volver a romper esa barrera también y justo tuvo la posibilidad de ganar su primer partido en un Grand Slam en Roland Garros (2018) pasando la qualy le ganó a Fritz en cinco sets, después entró por primera vez directamente en Wimbledon, al US Open y al Australian Open. Hicimos experiencias muy buenas que empezó en el 250 del ranking ATP y terminó cerca del 70. 

GUIDO PELLA 

-Después de él empecé a trabajar con Guido Pella a partir de marzo del 2019 y estuvimos trabajando juntos en ese año que fue espectacular, él terminó 22 del mundo, después el 2020 lo había arrancado también muy bien había hecho una pretemporada excelente, pero en la pandemia le pasaron cosas muy duras y le fue difícil volver otra vez a su nivel, hicimos un proceso de casi 3 años con Guido. 

CÓMO TRABAJA 

-Sinceramente no sé en qué me diferencio de otros entrenadores. Intento todos los días en darle lo mejor al jugador, ofrecerle herramientas tanto afuera como adentro de las canchas, tener bastantes charlas no solamente de tenis sino que también de la vida, intento que el jugador esté lo más cómodo posible, entender las cosas que cada uno particularmente necesita para brindarselas. Después dentro de la cancha ver que cosas se le pueden aportar, en qué cosas se pueden mejorar o en qué cosas siento yo que le harían un cambio importante en su manera de competir y de a poco ir trabajandolas, buscar los momentos para poder hacerlo y después acompañarlos hay mucho en este deporte de bancarlos, motivarlos, empujarlos, abrazarlos y estar cerca. 

QUÉ MEJORÓ 

-Quizás desde mis comienzos hasta ahora mejoré el manejo de las situaciones, cuándo dar las charlas, los momentos, cuándo uno como entrenador está convencido de que hay un camino intentar marcarlo, pero no mucho más que eso.

ESTILO DE JUEGO COMO TENISTA 

-Mi estilo de juego era intentar de ser un jugador táctico para poder usar mi derecha, tenía un muy buen tiro con este golpe que podía tirar y hacer daño desde cualquier lugar de la cancha entonces intentaba ser tacticamente correcto para que me quede la bola en el drive y poder manejar el punto desde ese lugar. Tenía un buen slice que me permitía cambiar los ritmos, tiraba buenos drops y adelante podía resolver bastante bien. El saque era algo que podía haber trabajado más, lo hubiese necesitado si seguía jugando y obviamente el revés me costaba y cuando me ponía tenso era peor. 

TRASPASAR ESTILO DE JUEGO 

-Uno siempre intenta relacionar lo que le pasaba a uno dentro de la cancha y sacar cosas de ahí para compartirlas con el jugador, obviamente entendiendo que el jugador siente cosas distintas y es completamente diferente como persona entonces hay que tratar de no mezclarlo, pero siempre hay cosas que uno puede sacar de su juego y aportarselas. 

POTENCIAL CERÚNDOLO 

-A Francisco le veo un potencial total, yo no sé cuál va a ser el techo, es un jugador muy nuevo en el circuito que recién empieza y todavía se está terminando de formar, pero a la vez está en un nivel que compite de igual a igual con los mejores del mundo o muchas veces hasta en un nivel más alto. Así que de techos y metas no sabía qué decir, sin límites si se sigue trabajando de la misma manera que lo venimos haciendo enfocándonos y sumando herramientas apuntamos a que sea lo más alto posible. 

MEJORES PARTIDOS

-El mejor partido que le vi a Francisco puede ser el de contra Monfils en Miami, fue un nivel altísimo, también la final con Báez con todo lo que eso conlleva la presión por el primer título con un rival argentino jugaron un nivel muy alto, la semis con Carreño Busta y la semana siguiente con Rublev un nivel tremendo.

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