sábado, noviembre 23, 2024

Luis Scola, el último porteño del básquet argentino

Por Emiliano Grillo

El reloj marca ocho minutos de partido y Houston abre la temporada 2007/2008 perdiendo por diez puntos contra Los Ángeles Lakers. El entrenador Rick Adelman se acerca al banco y llama a Luis Scola para que haga su debut en la NBA. Automáticamente, la televisión estadounidense despliega una placa sobre la imagen del ala pívot: “Adquirido desde los Spurs el 12 de julio de 2007. Dos veces mejor jugador de la liga española. Mejor jugador del torneo FIBA Américas 2007. Ganador de la medalla olímpica dorada en 2004 con Argentina. Edad: 27. Buenos Aires, Argentina”. Será el acercamiento más firme que tendrá la Capital Federal con la liga de élite.

Scola fue el octavo basquetbolista argentino en aterrizar en la NBA. Al cierre de la temporada 2020/2021 ya se sumaban a ese número ocho más (incluyendo a Luca Vildoza, que pertenece a New York Knicks pero no sumó minutos, y a Leandro Bolmaro, que se sumó a Minnesota Timberwolves tras desvincularse del Barcelona). De los 16, ninguno nació en la Capital Federal y solo Scola -nacido en Ciudad Jardín, partido de Tres de Febrero- se formó en clubes porteños: Club Ciudad y Ferro Carril Oeste.

En el seleccionado nacional, el resultado es similar. Durante el segundo ciclo del entrenador Sergio Hernández, que se inició en enero de 2015 y se cerró después de los Juegos Olímpicos de Tokio, (dos Juegos, un Mundial, dos Panamericanos, dos Sudamericanos, un Preolímpico y una AmeriCup)  no hubo jugadores nacidos ni formados en Capital Federal, a excepción de Scola. El último convocado porteño data del Sudamericano de Isla Margarita 2014: Martín Leiva, reconocido pívot de Ferro y Boca.

La Liga Nacional logró ser el torneo más federal del deporte argentino. Fue el objetivo al que apuntaba en su fundación en 1985. También es cierto que la Ciudad, junto a Provincia de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, representaron el centro del país basquetbolístico, espectro que diagramó León Najnudel, principal impulsor de la creación de la Liga Nacional, que centralizaba el deporte en estas cuatro provincias y formaba un esquema de relevancia escalonado con las demás federaciones alrededor. En 1984, durante los torneos de transición de cara a la reformulación de las categorías, cuatro plazas fueron para la federación porteña, mientras que las demás provincias del centro obtuvieron dos cada una.

A lo largo de las 36 temporadas de La Liga, cinco equipos de CABA participaron, aunque sea una vez, en la máxima categoría del básquet nacional. En la misma línea se paran el Gran Buenos Aires, Córdoba y Entre Ríos. Lejos están de los 12 clubes que alguna vez presentó el interior bonaerense, y se acerca a Santa Fe, que tuvo nueve representantes. Sin embargo, con la renovación estelar de San Lorenzo de Almagro (ascendió gracias a una fusión con el club cordobés 9 de Julio en la temporada 2015 y con una enorme inyección de dinero construyó un nuevo estadio y conformó un equipo campeón cinco temporadas consecutivas), el palmarés de clubes de la Ciudad de Buenos Aires despegó hasta los 11 títulos, superando a Córdoba, que gracias a los trofeos del club Atenas contabiliza nueve.

Si bien tres de los cinco equipos (además de San Lorenzo, Boca y Ferro se alzaron con la victoria en tres ocasiones, mientras que Obras Sanitarias y River solo lograron un subcampeonato cada uno), el aporte desde divisiones menores a la élite del básquetbol suele ser mínimo en comparación a otras provincias. Desde que la Liga Nacional comenzó a distinguir con la entrega del premio MVP (Jugador más valioso) en 1987, ningún jugador nacido en CABA recibió el galardón. Solo Juan “Pipa” Gutiérrez, producto de la cantera de Obras, pero nacido en el pueblo bonaerense de 9 de Julio, obtuvo el reconocimiento (temporadas 2010/11 y 2011/12) saliendo desde las formativas de un club de la Capital.

En contrapartida, en las provincias de Córdoba y Santa Fe florecieron la mayor cantidad de jugadores destacados. De los 16 argentinos que llegaron a la NBA, cuatro son cordobeses (Fabricio Oberto, Carlos Delfino, Pablo Prigioni y Facundo Campazzo) y tres santafesinos (Andrés Nocioni, Walter Herrmann y Nicolás Brussino). De los 12 protagonistas del oro olímpico en Atenas 2004, tres eran oriundos de Córdoba y otros tres de Santa Fe. El 50% del plantel entre ambas provincias (mención aparte para la ciudad de Bahía Blanca, con otros tres convocados).

¿Es únicamente un problema del básquet la cantidad de talentos en la Ciudad con más clubes del país? Tanto la Ciudad como el Gran Buenos Aires comparten la denominada división metropolitana a partir del Torneo Federal (tercera categoría). Son, junto a Entre Ríos, las únicas zonas del país en tener una división propia. Las otras seis categorías nuclean equipos de dos o tres provincias. ¿Cuál es la situación con otros deportes de equipo que no tienen las estructuras divisionales con un foco federalista? En la última Copa América de fútbol, de los 28 convocados, ninguno se crió en CABA, pero 12 se formaron en clubes de la Ciudad. Y diez crecieron en el Conurbano.

Si tomamos como punto de comparación la NBA, sería justo equipararlo con la Champions League europea. De 25 futbolistas argentinos en las listas de buena fe que presentaron los equipos en la edición 2020/21, ninguno salió de los barrios de la Ciudad. Pero, de forma similar, ocho debieron cruzar la General Paz o el Riachuelo para formarse en clubes de la Ciudad. En handball, la historia se repite: de los 17 jugadores del seleccionado que defendieron la camiseta argentina en los Juegos de Tokio, no hubo porteños. De hecho, 15 nacieron en la Provincia de Buenos Aires y se formaron en clubes del campeonato metropolitano.

Horacio Seguí, entrenador e impulsor de los inicios de la Liga de la reestructuración en el sistema de ligas junto a León Najnudel, explica que la reglamentación original indicaba que en planilla debía haber seis mayores, dos extranjeros y cuatro juveniles Sub 18. En un calendario extenso, de más de 40 partidos, esto abre las puertas del desarrollo, les da la posibilidad a los menores de sumar minutos importantes de experiencia”. Sin embargo, a finales de 2014, el entonces presidente de la Asociación de Clubes (AdC) y actual mandamás de la Confederación Argentina de Básquetbol (CABB), Fabián Borro, presentó la Liga de Desarrollo, un torneo juvenil con la misma estructura que el torneo de mayores pero con el propósito de impulsar el roce entre jóvenes. “La idea es hacer un aporte al seleccionado nacional. La Liga de Desarrollo servirá para aquellos juveniles que no tengan lugar en la categoría de mayores”, dijo Borro, presidente  de Obras en aquel entonces.

“Los chicos de la Generación Dorada y de la actual son producto de la Liga Nacional. Najnudel dirigía en Ferro y juraba que Scola iba a ser el primer NBA formado acá. La reestructuración sirvió para eso, para potenciar los juveniles y el seleccionado”, retoma Seguí. La realidad es que el capitán, único referente del básquet de Ferro, tuvo su última función en Tokio. Y así como presentó a Buenos Aires jugando para Houston Rockets, dejó huérfana a la Ciudad en el parqué, por lo menos hasta que aparezca una nueva ilusión

 

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