Por Facundo Silvan García
Hace 117 años, precisamente el 13 de septiembre de 1908, nacía en Barracas Carlos Desiderio Peucelle, una de las figuras más influyentes en la historia de River Plate, la Selección Argentina y el fútbol argentino. Su legado permanece no solo por lo hecho dentro de la cancha, sino también por haber marcado un antes y un después en los orígenes de la profesionalización y en la formación de “La Máquina”, una de las delanteras más recordadas del equipo de Nuñez y de este deporte.
Su domicilio tenía cercanía con Casa Amarilla y, en 1924, estuvo cerca de jugar para Boca Juniors, pero el destino le negó esta posibilidad; su incorporación al Xeneize no se concretó a causa del cierre del mercado de pases. Un año después, se encontró jugando en forma simultánea en San Telmo y en Sportivo Barracas, ya que ambos clubes estaban en distintas asociaciones, uno era de la Liga amateur y el otro de la Liga Argentina. Luego de esta experiencia pasó por Nacional de Adrogué y recaló en Sportivo Buenos Aires. De allí, dio el gran salto en su carrera: en 1931, cuando el fútbol nacional transitaba el cambio del amateurismo al profesionalismo, River desembolsó una cifra inédita para la época, 10.000 pesos por el pase de Peucelle. Esta operación no solo le dio lugar al apodo “Los Millonarios”, el cual mantienen hasta la fecha, sino que también inauguró un nuevo paradigma en el mercado de transferencias. Su contratación simbolizó la llegada de una era en donde la inversión y la competencia económica pasaron a ser protagonistas.
Dentro del campo, Barullo, como se lo conocía por sus indescifrables gambetas y su movilidad, brilló durante una década como delantero de La Banda y fue pionero del término polifuncional: empezaba tirado a la raya de wing derecho, cambiaba de lado, se movía por el centro y tambien aparecía en el área. Jugó 307 partidos, hizo 113 goles y obtuvo los campeonatos de 1932, 1936, 1937 y 1941. Marcó dos tantos en los 17 superclásicos que disputó, el primero de estos en la igualdad por 1 a 1 en 1931, lo que significó el primer gol de River a Boca en la era profesional. Además, fue protagonista con el conjunto nacional en la Copa del Mundo de 1930 disputada en Uruguay, donde convirtió por duplicado en la semifinal ante Estados Unidos y anotó el 1 a 1 parcial en la final ante la Celeste, encuentro que terminaría en una derrota por 4 a 2. La relevancia de Peucelle como jugador fue tanta, que hasta el periodista Dante Panzieri, uno de sus amigos personales, declaró: “Como jugador de fútbol no fue el mejor, que debe estar entre José Manuel Moreno, Antonio Sastre, Adolfo Pedernera y Félix Loustau. Pero me animo a discutir su inclusión entre los más completos que se hayan visto”.
Una vez retirado, en 1942 comenzó a trabajar en las divisiones inferiores del club, cargo que ocupó hasta 1949. En 1945 y 1946 tuvo la oportunidad de ser el entrenador de la primera división y hacerse cargo de aquel poderío ofensivo con Juan Carlos Muñoz, José Manuel Moreno, Adolfo Pedernera, Angel Labruna y Félix Loustau. Realizó algunos pequeños ajustes que fueron clave, como mandar a Loustau de wing izquierdo y, fundamentalmente, sacar de la punta a Pedernera y tirarlo al medio, como eje del ataque. “Fue Peucelle el de la idea de juntarme atrás con Moreno, porque además le pegaba de media distancia con más fuerza”, remarcó alguna vez el propio Pedernera, quien también afirmó que “Peucelle fue técnico mientras jugaba”. En el 49 se alejó de la institución, pero trece años después retornó para continuar su labor con los más jóvenes. Volvió a alejarse en 1965, no sin antes tener un interinato en 1964, y regresó nuevamente en 1974.
En 1975 publicó “Fútbol Todotiempo e Historia de La Máquina”, obra en la que no sólo repasó vivencias y anécdotas, sino que también dejó sentadas sus reflexiones sobre la evolución del juego, demostrando su rol como formador y pensador de esta disciplina. Finalmente, el 1 de septiembre de 1990 dejó este mundo y pasó a ser eterno para todos los futboleros por el resto de la historia.
A más de un siglo de su nacimiento, Carlos Peucelle sigue siendo recordado como mucho más que un futbolista: fue un pionero que ayudó a consolidar el profesionalismo, impulsó la modernización del mercado de pases y diseñó un estilo de juego que marcó época. Su figura permanece como parte fundamental de la identidad riverplatense y del fútbol argentino en su conjunto.