Por Matías Vilar
El 12 de abril de 1994, en la fecha 3 del torneo Clausura, Argentinos Juniors necesitaba de un jugador habilidoso y ese tipo de futbolista se encontraba en el banco de suplentes. Nicolás Diez, un enganche zurdo, flaco y vistoso, debutó en la primera división del Bicho para enfrentar a Newell ‘s.
Nació el 9 de febrero de 1977 en Buenos Aires. Se formó en el Club Parque, un equipo de futsal de Villa del Parque que, entre 1980 y 1995, tuvo mucha influencia en las inferiores del Bicho. Jugadores como Juan Román Riquelme y Diego Placente se forjaron allí y luego fueron llamados por los dirigentes del Bicho. Nico Diez jugó desde los cinco años en Parque y con Ramón Maddoni como director técnico. A los 13 años, lo llevó al equipo de La Paternal.
A mediados de 1996, Racing se lo llevó por una recomendación de Reinaldo “Mostaza” Merlo, que lo dirigió a Nico en el Sub 17 en el Mundial de Japón en 1993, mientras al mismo tiempo era ayudante de Alfio “Coco” Basile en Racing. En la Academia, tuvo una participación más activa pero las lesiones lo terminaron dejando fuera del equipo.
Llegó el siglo XXI y Nico cambió de rumbo totalmente. Tras su paso por la Academia y seis meses a préstamo en Ferro, se fue al Gueugnon FC en 2001, equipo francés, por dos años, y luego regresó al continente sudamericano, en el que pasó por el fútbol colombiano, venezolano y chileno. Su camino por los diferentes países lo formó y lo educó futbolísticamente. Dejó de ser considerado sólo un jugador habilidoso y se convirtió en capitán de Everton y O’Higgins. Alan Sánchez, compañero en O’Higgins en 2007, confiesa: “Yo llegué al club y no conocía a nadie. Nico era el capitán en ese momento; él, junto a su familia, me ayudaron y me acompañaron de cerca”.
“El mejor momento de mi carrera fue en el Everton y O’Higgins de Chile, porque fui capitán de ambos y me sentía importante”, declaró Diez en una entrevista con Infobae en 2023. Luego de jugar en O’Higgins, llegó a fines de 2008 a Unión de Santa Fe, que en ese momento competía en la segunda división del fútbol argentino. Aquella etapa, marcada por la intensidad del campeonato y la exigencia diaria, le permitió conocer una categoría que años más tarde volvería a convivir como director técnico de Atlanta en 2023.
Nico Diez en Everton (Chile)
El final de su carrera como futbolista fue en noviembre de 2011, cuando jugaba en el Ñublense de Chile. Decidió retirarse a sus 36 años en el país que había visto su mejor versión. Siempre quiso dejar el fútbol en un campo de juego y no sentado en el banco de suplentes. En 2012, realizó el curso de entrenador y fue asistente en diferentes clubes y selecciones.
Su primera experiencia como ayudante fue cuando llegó en 2014 a la Selección de Chile para acompañar a Jorge Sampaoli y Sebastián Beccacece. Ellos lo habían tenido en O’Higgins y la relación había sido genial. Regresó al país que lo había convertido en un líder de equipo pero ahora desde otro rol. Ganó la Copa América en 2015 en Chile venciendo a Argentina en la final. Tras esa experiencia, Sampaoli y Beccacece se terminaron separando y Nico acompañó a Beccacece en Defensa y Justicia, Independiente y Racing.
Uno de los momentos que más lo marcó fue acompañar a la Selección Argentina en el Mundial de Rusia de 2018, junto a Sampaoli y Beccacece, que se habían reunido otra vez para dirigir a Argentina. Ser ayudante técnico de una selección que tenía a Lionel Messi, Ángel Di María y Sergio Agüero lo marcó. Otro momento en el que aprendió mucho fue en 2024, cuando asistió a Sebastián Domínguez en Tigre, ya que terminó siendo su última experiencia como ayudante. Lorenzo Scipioni, uno de sus jugadores en Tigre, dice: “Todo ese cuerpo técnico fue muy importante para mí y para el equipo. Debuté en Primera con ellos en el banco y me apoyaron en todo momento”. Esto que dice Scipioni refleja uno de sus sellos distintivos de como DT de Argentinos Juniors en 2025: promover a los jóvenes de la institución.
En 2023, se calzó el buzo de entrenador por primera vez. Dirigió en Atlanta un total de 14 partidos y terminó con dos victorias, cuatro empates y ocho derrotas. Dos años más tarde, llegó su turno en Primera para dirigir en el club que había debutado como jugador: Argentinos Juniors. El Bicho de la Paternal siempre se destacó por utilizar muchos jugadores de las inferiores y Diez mantuvo el legado. También demostró que jugar al fútbol toda la vida le sirvió para ser director técnico y terminó logrando que su equipo sea respetado por todos sus rivales.