Por Patricio Chevillard
El líbero se introdujo oficialmente en 1998 por la Federación Internacional de Voleibol (FIVB). Un jugador que se centra en cubrir los espacios defensivos. Damián Zalcman juega en esa posición desde los 18 años en Ciudad Vóley, donde salió campeón dos años seguidos (2023 y 2024) en la Liga de Voleibol Argentina. Llegó al club Ciudad cuando tenía 12 años y se metió en el voleibol. Arrancó de punta receptor, pero a los 18 años alcanzó la altura de 1,80m. Se quedó esa estatura y los demás crecieron. Esa altura no es suficientemente alta para el vóley y se tuvo que cambiar al puesto de líbero. En 2025 jugará su temporada número 11 con Ciudad Vóley y charló con El Equipo sobre lo que es jugar en esa posición, que tiene un trabajo más silencioso en la cancha comparado con los otros roles.
-¿Cuál es la importancia del líbero en el juego?
-Es fundamental en un equipo. Es un trabajo a veces muy silencioso. Todos los equipos lo tienen. El único momento que el líbero no está en la cancha es cuando está sacando el central. Entonces un equipo de vóley sin líbero, como es el vóley actual, no existe un equipo que juegue sin líbero.
-¿Cuáles son las condiciones del líbero además de la defensa?
-La defensa y la recepción son las principales. La recepción es el hecho de recibir el saque. La defensa tiene que ver con la con el ataque del adversario. También esta cobertura que es un fundamento que se nota poco. Es cuando un jugador propio ataca sobre el bloqueo contrario y la pelota vuelve al campo. Entonces liberó cumple esa función de estar, a veces según el tipo de pelota, estar cerca o lejos del atacante de su compañero para estar atento a esos rebotes que pueden volver al campo.
-¿Disfrutás ser líbero?
-Sí que lo disfruto porque si no pudiera ser líbero, no estaría en el nivel que tengo, no estaría en el club en el que estoy. Ni hubiese vivido todas las experiencias que viví, pero obviamente que hay otras posiciones son un poco más divertidas.
-Pero las otras posiciones destacan más.
-Destacan más, son un poco más protagonistas en el sentido que hacen los puntos. El trabajo del líbero es un poco silencioso, quizá comparable con el del arquero. Hay jugadores que les encanta ser líberos, que fueron toda su vida. Ahora si me decís: “¿te gustaría jugar de atacante?”. Me gustaría, pero obviamente disfruto jugar de líbero, si no, no lo estaría haciendo.
-¿El líbero se encarga también de organizar el equipo dentro de la cancha durante el partido?
-La táctica y el sistema de recepción y defensa se hablan a principio de temporada. Pero hay una constante comunicación en el medio del punto. Llamándole atención a los compañeros para que ocupen una cierta posición, para que estén atentos a ciertas situaciones. Darle un poco de euforia, movimiento y energía al equipo, eso también es un plus que algunos líberos lo hacen, otros lo hacen menos, pero es muy común.
-¿Vos cómo te destacas más? ¿Empujás al equipo o sos más callado?
-Trato de estar todo el tiempo hablando, de que el equipo esté metido y enfocado. También me sirve para hacerlo yo mismo. El equipo necesita esta parte que lo hagamos del empuje y de la atención. Es parte también del rol.
Por otro lado, Zalcman, quien jugó con Agustín Loser, Jan Martínez y Luciano Palonsky que son jugadores en la selección Argentina mayor, nos cuenta su deseo de llegar al equipo nacional y la posibilidad de explorar otras ligas.
-Vos jugaste con Agustín Loser, Jan Martínez, Luciano Palonsky que son jugadores de la selección. ¿Sentís que todavía te falta llegar a la selección?
-Siento que a mi edad, no puedo descartar. No sé si mi nivel actual me lo permitiría porque no he tenido ninguna convocatoria. Ahora está Danani, pero el líbero que estaba antes era Alexis González, un jugador que jugaba de grande mucho tiempo en la selección. Eso claramente te da un indicio de que nunca hay que dejar de lado. Hay que seguir siempre entrenando porque en cualquier momento si uno juega bien y puede llegar una convocatoria.
-¿Y jugar afuera tampoco te gustaría?
-Es una posibilidad que se baraja. Ver que puede surgir obviamente sin dejar de lado la competitividad. Porque tampoco me iría a jugar afuera y que no sea como una liga competitiva y que sienta que no me sirva para mi crecimiento personal como deportista. Pero es una posibilidad que he pensado. Me han llegado algunas ofertas, pero no fueron muy significativas y estoy comprometido con el club, entonces no las tuve en cuenta y no pasó a mayores.