miércoles, febrero 5, 2025

Gonzalo Barreiro: “Soy el único técnico argentino de vóley en tener dos finales del mundo”

Por Isidoro Doumont

Gonzalo Barreiro, técnico asistente del equipo de vóley de Boca, se destaca como el único entrenador argentino en alcanzar dos finales del mundo con la selección. Desde su rol como entrenador en las categorías juveniles de la selección, Barreiro formó a jugadores que más tarde se consagraron con logros históricos, como la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Desde sus inicios en el club GEBA (Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires), hasta el ascenso con Boca a la primera categoría, Barreiro tiene un rol clave en el desarrollo del vóley en Argentina. En esta entrevista, repasa los momentos más importantes y toca temas como el impacto social del deporte y la necesidad de políticas de apoyo para el desarrollo del deporte en el país.

-¿Cómo fue gestionar a Boca con tantas restricciones de jugadores?

-Cuando nos dieron el okey para la Liga Federal, ya habíamos cedido muchos jugadores para que no se quedarán sin actividad, y al momento de empezar, solo teníamos 12 de los 14 jugadores que habían jugado el Torneo Metropolitano. Armé un equipo con siete titulares y el resto Sub-18. Fue complicado, porque la liga dura diez días y jugamos nueve partidos, pero logramos el ascenso. El retraso en el inicio de la liga nos dio una mejor preparación.

– ¿Qué sentiste al ver la evolución de los jugadores menos experimentados?

– Muchos emigran por la situación económica, debilitando la Liga ACLAV (Asociación de Clubes Liga Argentina de Voleibol). Lo “bueno” es que más chicos tienen oportunidades, aunque el nivel sea más bajo. La economía nos obliga a buscar jugadores en categorías inferiores, pero esto les da la posibilidad de crecer y ganar experiencia.

-Desde el ascenso, ¿notaron algún cambio en el apoyo del club?

-Subimos a primera tras una invitación de ACLAV, porque dos equipos renunciaron. TyC Sports presionó para que Boca estuviera, y los clubes votaron a favor porque les convenía a todos en cuanto exposición y plata. Así logramos el ascenso a primera.

-¿Qué recordás de tus primeros momentos en GEBA?

-Cuando jugaba en las inferiores de GEBA ganábamos casi todo. Jugué en categorías superiores, y comencé a entrenar a los más chicos mientras estudiaba el profesorado de Educación Física. Cuando GEBA dejó de participar en la liga nacional por motivos económicos, recibí ofertas para dirigir otros clubes. Primero de River y luego de Boca, que acepté sin dudar porque era mejor. En 2005, me retiré para enfocarme como DT, y ese año, fui subcampeón como entrenador con la Sub-18 de GEBA y campeón con la Sub-18 de Boca.

-¿De qué manera influyó tu formación como profesor de Educación Física en tu estilo de dirección?

-La didáctica y la pedagogía son esenciales, especialmente en inferiores, y el profesorado me lo enseñó, lo que considero indispensable para dirigir vóley. El conocimiento técnico lo adquirí jugando, pero la docencia me dio las herramientas para transmitir ese conocimiento a mis equipos.

Años más tarde, en 2017, Barreiro tuvo uno de los momentos más importantes de su carrera como técnico al dirigir a la selección Sub-23 de Argentina en el Mundial de Egipto, donde fueron campeones. 

-¿Qué diferencias notaste en el desarrollo de estos jugadores?

-Comencé en la Sub-19 y en 2015 llegamos a la final del Mundial. Luego, en 2017 ganamos el Mundial Sub-23 en Egipto, y de ese equipo surgieron jugadores que obtuvieron el bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, como Bruno Lima, Agustín Loser y Mati Sánchez. Casi todos pasaron por nuestras inferiores, excepto Facu Conte, Martín Ramos y Luciano De Cecco. Soy el único técnico argentino en tener dos finales del mundo.

-¿Qué impacto viste que tiene el vóley en los jugadores con contextos difíciles?

-Recibimos chicos con contextos difíciles, y para quienes tienen condiciones, el vóley es una oportunidad. El deporte implica contención, reglas y exige un estilo de vida saludable, lo que ayuda a su desarrollo. Algunos jugadores mayores también vienen de situaciones difíciles y pudieron progresar. En Boca tenemos un centro médico y psicólogos para atender estos casos. En otros clubes, a veces el mismo entrenador asume ese rol. Sin embargo, el jugador también debe poner de su parte, y a veces no es fácil.

-¿Cómo ves el tema de las sociedades anónimas en el vóley?

-Algunos proyectos son sostenidos por entidades externas, pero son de vida corta. Cuando el financiamiento desaparece, el club queda sin nada. Los proyectos deben ser impulsados por clubes con un plan claro, porque las inversiones sin un respaldo sólido no generan estabilidad. El gobierno debería fomentar políticas que acerquen a las empresas a los clubes. 

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