Por Ignacio Holze
La pasión no se vende. Así se podría definirse la historia del Austria Salzburgo, equipo de la tercera división de Austria y que ha jugado una final de la Copa de Europa y fue campeón en su nación, pero que en 2005 fue comprado por la reconocida cadena de bebidas energéticas, Red Bull. Los fanáticos del conjunto violeta en un principio habían creído que la marca austríaca iba a llegar como sponsor y ayudarían superar los problemas financieros, por lo que todo era optimismo y entusiasmo. Sin embargo, a medida que avanzaban las conversaciones, se dieron cuenta que Red Bull no solo quería patrocinarlos, sino que querían un cambio general, desde los colores hasta el escudo y el nombre, y eso enfureció a los hinchas de la institución. Por lo que el 13 de junio de ese mismo año, tras semanas de protestas y rechazo, el Austria Salzburgo se convirtió en Red Bull Salzburgo y sus tradicionales colores morados pasaron a ser el rojo y el blanco. Luego de un año, gran parte de la afición formó su propio club Phoenix, manteniendo el nombre y la historia originales; por lo que comenzaron desde la séptima división, ascendieron cuatro categorías consecutivas y lo hicieron a puro pulmón.
No es raro que los equipos austriacos adopten el nombre de un patrocinador en el nombre oficial del club. Incluso el Austria Salzburgo entre 1978 y 1997 se llamaba Casino Salzburg en la temporada en la que llegó a la final de la Copa de la UEFA en 1994, cuando perdió en dos partidos ante el Inter de Milán. También, tuvo el nombre de SV Wüstenrot Salzburg, debido a un acuerdo de patrocinio con una corporación austriaca de servicios financieros. El conjunto de donde salieron jugadores como Erling Haaland y Sadio Mané, se ha convertido en la principal fuerza de Austria, luego de ganar 14 campeonatos de liga y nueve Copas OFB desde 2005. Por otro lado, el Austria Salzburg ha subido y bajado de la tercera y cuarta división y no tiene las riquezas que un conglomerado importante puede ofrecerles, por lo que siempre se esfuerza simplemente para llegar a fin de mes.
Finalmente, luego de 18 años, se enfrentaron. Cuando se anunció el sorteo en julio, Austria Salzburg se negó a utilizar el nombre de Red Bull Salzburg en anuncios promocionales, utilizando sólo sus iniciales, mientras que el logotipo fue reemplazado por un círculo negro con ‘RBS’ en el medio. El miércoles 27 de septiembre se dio el encuentro más esperado para los hinchas del conjunto violeta. Antes del inicio del partido en el MGG Arena, al sur de Salzburgo, se levantó un cartel entre los aficionados vestidos de violeta y blanco. En mayúsculas blancas se leía: “¡Para ustedes sólo cuentan el éxito y el dinero, cerdos sin carácter!”. Mientras el humo que se elevaba de las bengalas detrás de la portería local hacía que las gradas parecieran un pebetero, un coro ensordecedor de cánticos anti-Red Bull sonaron por el suelo. La bandera gigante previa al partido de los fanáticos del Austria Salzburg mostró a Wolfgang Amadeus Mozart, el hijo más famoso de la ciudad, vestido de violeta y blanco, golpeando su instrumento contra la cabeza de un toro rojo hinchado. Debajo, sus seguidores exhibieron otra pancarta que decía: “En Salzburgo tocamos el primer violín”. Incluso, el arquero llevaba escrito en el pecho de su buzo una frase que dice “No está a la venta”. Finalmente, el resultado del partido fue un 4 a 0 a favor de los dirigidos por Gerhard Struber, pero el cotejo pasa a estar en segundo plano cuando los fanáticos, hinchas y simpatizantes, que se guardaron rabia por casi 20 años para poder descargarse desde su lugar en contra de los multimillonarios que se entrometen en la pasión de miles de personas, por lo que