Por Victoria Mezzorana y Luca Solda
Aunque estamos en el año 2020 y la sexualidad de las personas ya no debería ser cuestionada, ser gay y deportista sigue siendo incompatible para muchos, lo cual amplía la grieta abierta en el muro de uno de los grandes tabúes del deporte, el de la homosexualidad masculina. En relación a esto, Vittorio Rosti y Nicolás Fernández contaron sus experiencias, mientras que Andrea Vázquez y Emiliano Pinsón opinaron al respecto.
En un espacio históricamente pensado para los hombres en el que se han elaborado las lógicas de competencia dejando fuera conductas que no sean acordes a una idea de lo varonil, la dificultad de expresar la homosexualidad es sumamente compleja y salir del clóset como deportista profesional, todavía es noticia.
Pese a que la mayoría de los que han revelado su condición sexual lo han hecho una vez retirados o con su carrera ya consolidada y nunca cuando su actividad está en proyección, cada vez son más los que salen del armario con o sin temor a las repercusiones que podrían presentarse en su profesión. Actualmente, el fútbol y el tenis son las únicas disciplinas de Argentina en las que no se conoce ningún jugador de primera línea declarado gay, lo cual no significa que no los haya.
En el deporte, lo trascendental pasa por la cancha: cada persona es libre de pregonar o no su vida privada y poco y nada debería importar su orientación sexual. Ahora, al momento en que la sexualidad afecta e incomoda el rendimiento o comportamiento de un ser humano en cualquier trabajo o ámbito, es ahí cuando debe cobrar relevancia.
Experiencias en primera persona
Vittorio Rosti y Nicolás Fernández son dos de las grandes razones por las cuales la homosexualidad en el deporte argentino tomó visibilidad: Rosti, tres mundiales juveniles con Los Pumitas y muchos campeonatos con Duendes de Rosario, y Fernández, ex arquero de General Belgrano, fueron los primeros en declararse abiertamente homosexuales en sus respectivas disciplinas aquí en el país.
En ambientes tan machistas como los del rugby y fútbol, ambos tuvieron que esconder durante un largo tiempo quienes eran realmente. Mientras estaba en el club rosarino, Vittorio solía inventar situaciones en las que había estado con alguna chica para ahorrarse preguntas de sus amigos: “Ese momento es muy duro, creo que es lo más estresante de estar dentro del clóset, porque las cosas se te van ocurriendo ahí pero tenés que acordarte lo que dijiste veces anteriores para no pisarte”.
La psicóloga del plantel profesional de Boca Juniors, Andrea Vázquez, sostuvo que “la emoción traspasa el ámbito de la destreza deportiva porque los jugadores ya no solo juegan con los pies sino también con la cabeza”, y el hecho de no poder ser uno mismo claramente puede afectar en el rendimiento. Fernández dijo que en algún partido lo han sacado de foco con insultos, pero dependía mucho de cómo viniera el resultado, porque cuando estás perdiendo “las cargas emocionales son distintas”. Rosti, por su parte, comenzaba los entrenamientos del seleccionado juvenil a principio de año y finalizaba la temporada en diciembre con el equipo de la Unión Rosarina (en el medio tenía giras con Los Pumitas, mundial y torneos con Duendes). En cuanto a esto, el oriundo de Pergamino agregó que terminaba quemado física y mentalmente: “Entre mediados de 2015 y principios de 2016 me di cuenta que estaba jugando muy mal por tener la cabeza en otro lado, por eso ahí decidí dejar por primera vez”. Luego, a fines de ese año, “Vito” volvió a las canchas con su sexualidad más blanqueada y tuvo un gran rendimiento en el Torneo del Litoral, en el cual se consagró campeón.
Ambos jugadores han servido de ejemplo para otros chicos que están pasando por el mismo problema que ellos: Fernández dijo que todos los futbolistas que se comunicaron con él para comentarle acerca de malas experiencias decidieron seguir dentro del clóset. “Es entendible, porque no es fácil, pero, aunque creo que ninguna persona debería sentirse obligada a blanquear su sexualidad, los homosexuales sienten una relajación tremenda después de contarlo”. Por esta razón, “Nico” siempre aconseja hablarlo y quienes al enterarse no lo acepten, se perderán de una persona importante en su vida. Rosti comentó que suele contar cómo lo manejó él y lo que le sirvió, pero entiende que muchas veces depende del entorno de cada uno.
El rol de la cabeza
La palabra miedo suele aparecer cuando se habla de los momentos previos a que un gay decida salir del clóset: “¿Cómo van a reaccionar los demás?” “¿Y si me dejan de lado?” “¿Me comenzarán a tratar diferente?” son algunas de las inquietudes que pueden llegar a surgir. Andrea Vázquez argumentó que para un deportista este era el momento de mayor valentía porque en su entorno todavía no estaba naturalizado el hecho de declarar la homosexualidad. “Esto si vos lo trasladás al mundo del arte es totalmente diferente, dado que allí hay menor discriminación sobre la orientación sexual y eso claramente influye de manera positiva para quienes pertenecen al mismo”.
Tanto Vittorio como Nicolás dijeron que su rendimiento decayó por no haber sido ellos mismos durante cierto período. Andrea reiteró que esto sucedía porque “todo lo que no se dice, el cuerpo lo siente como una carga y va a demostrarlo, generalmente con lesiones”. Además, agregó que el hecho de no comunicar lo que a uno le pasa, lleva a estar tensionados y consecuentemente no desempeñarse como se suele hacerlo. “El deportista no está acostumbrado a hablar, pero una vez que lo logra, siente una liberación tremenda y eso se ve reflejado en el lenguaje corporal”, sostuvo Vázquez quien añadió que la confianza entre psicólogo y paciente es clave para generar un clima ameno y ella lo consigue estando siempre presente en entrenamientos, sesiones de gimnasio y partidos.
Rosti cree que a él en parte se le hizo más fácil porque jugó tres mundiales juveniles y obtuvo varios campeonatos con su equipo, es decir, porque fue exitoso. Fernández, de acuerdo con esto, dijo que, si mañana un futbolista de renombre mundial saliera a declarar su homosexualidad, también recibiría más apoyo. La psicóloga coincidió con ambos y remarcó la importancia del ambiente que rodea a una persona al tomar la decisión de revelar su sexualidad.
Falta de difusión
El periodista deportivo Emiliano Pinsón sostuvo que la poca importancia que se le da a la homosexualidad en el deporte desde los medios se debe a que todavía les cuesta mucho asumir el tema, principalmente en el mundo del fútbol: “Es un ambiente donde está anticuado el concepto de los hombres y del macho e incluso los insultos dentro de la cancha tienen que ver con eso”, reconoció.
A su vez, consideró que es necesario poner el tema sobre la mesa, para poder hablarlo naturalmente: “Creo que se va hacia ese lugar, no va a ser una cuestión fácil, no va a ser de un día para el otro, pero ante todo si un jugador lo cuenta o lo quiere hacer público, debemos verlo de manera natural. Es la única forma de que el periodismo lo converse, y que se vaya aceptando con el correr del tiempo”.
En lo personal, quien integra el panel de ESPN FC Show asumió que fue criado con un concepto erróneo y resaltó que las nuevas generaciones lo manejan de una manera mucho más clara y más sana: “Sin dudas cuanto más chicos son hoy, mejor entienden la situación y lo toman como natural”.
Mirando al futuro
Sabemos que, como sostuvo Fernández, “el día que un futbolista profesional de renombre declare su homosexualidad, marcará un antes y un después para todo el mundo”, pero ¿esperaremos a que eso suceda para comenzar a romper con esquemas que solamente atrasan?
Teniendo en claro que los jóvenes vienen con la cabeza cada vez más abierta, algo que es de gran ayuda, los pensamientos y acciones machistas u homofóbicos siguen vigentes. Es necesario que desde las instituciones deportivas se empiecen a hacer cargo. Ya sea con las redes sociales, charlas en los clubes y/o comunicados oficiales, pero no dejar de decirlo, porque como bien declaró Vittorio Rosti “cuanto más se comunique, mayor visualización tendrá y más gente se animará a contar su historia” y “cuantas más historias reales haya, más conocerá el que discrimina”.
De acuerdo con esto, Andrea Vázquez afirmó que “deben laburar mucho con la psicoeducación en los clubes” para que los jugadores puedan entender y saber qué hacer con lo que les pasa.
En conclusión, la información y la educación son claves en el primer eslabón del proceso de naturalizar la homosexualidad, no solo en el deporte, sino también en la sociedad, porque está claro que el desconocimiento hace a la desinformación y al odio.