Por Hernán Bourdieu
Sacrificio, humildad y esfuerzo, son algunas de las cualidades que describen a Jorge Lencina, judoca cordobés nacido el 26 de marzo de 1976 y que hoy ostenta un particular hito: es el único deportista argentino en participar en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, debido a una enfermedad que afecta su visión. Ganador de cinco medallas de bronce, dos de plata y una de oro, contó acerca de sus logros, objetivos y la sanción que recibió en el año 2016 producto de dar positivo en un test de doping.
– ¿Cuál fue tu motivación para aspirar a participar en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos?
-Todo empezó a los 8 años que decidí practicar judo. Era chico cuando clasifiqué a mi primera competencia internacional y eso fue lo que despertó mi pasión por este deporte. Además me motiva mucho la competencia y la gente que tengo a mi alrededor (familia, amigos y profesores). Me incentivaba mucho ver cómo competían Francisco Morales y su hermano, Carlos, quien me enseñó a practicar judo. Esta gente te alienta todo el tiempo para que no aflojes y no te caigas, eso me inspiró muchísimo.
Jorge Lencina padece de glaucoma queratocono, una deformación en la visión que no permite diferenciar rostros y nubla la vista. Ésta enfermedad la comenzó a sufrir previo a los Juegos Olímpicos de Pekín, por lo que decidió participar en los Paralímpicos de dicha ciudad, luego de que su entrenador lo convenciera. Tuvo la posibilidad de competir en 3 certámenes olímpicos (Atlanta 1996; Sídney 2000 y Atenas 2004) y en 3 paralímpicas (Pekín 2008; Londres 2012 y Río 2016).
– ¿Cómo era entrenar en tu juventud?
-Hay que pasar por muchos sacrificios, nada es fácil en la vida. Los viajes que hacíamos los
teníamos que aprovechar al máximo porque antes no podíamos recorrer tanto, entonces
había que saber valer las oportunidades. Poder clasificar ya es un logro para nosotros.
Además, tenés cuatro años para ingresar en un grupo reducido que participa en los Juegos
Olímpicos y Paralímpicos. Para lograrlo necesitás de mucha dedicación y sacrificio, lo
máximo a lo que aspira un deportista amateur es participar en los Juegos Olímpicos.
-Por el lado de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, ¿qué sentiste cuando ganaste dos medallas de bronce, Pekín 2008 y Londres 2016?
-Es muy gratificante lograr la clasificación a unos Juegos pero meter un podio y ganar una
medalla es una sensación indescriptible. Ahí es cuando te das cuenta y valorás todo el
apoyo que recibiste de la gente que te quiere y rodea. Además, resaltás que el sacrificio
realizado finalmente dio su resultado. Recuerdo cuando en Atenas 2004 logré quedar 7mo,
fue una sensación única.
A pesar de tantos logros y alegrías, el cordobés vivió un duro momento en Río 2016 cuando dio positivo en un test de doping por haber ingerido una droga llamada “clomifeno” y fue suspendido por dos años. Lencina había tomado dicha droga porque sufre de azoospermia (falta de espermatozoides) y con su mujer querían tener un hijo, además, el judoca desconocía la prohibición del Clomifeno en el deporte.
-¿Cómo pudiste salir adelante después del doping en Río 2016?
-Fue algo muy triste y una mancha grande en mi carrera, hasta último momento le
quisimos demostrar a la Agencia Antidopaje que no busqué obtener un beneficio
deportivo, de hecho fue una de mis peores competencias. A pesar de esto, tuve que asumir
la responsabilidad y decidí no bajar los brazos, continuar entrenando y dando clases
porque es lo que más me gusta. Por suerte fueron solamente 2 años porque no tenía
antecedentes previos. Al principio llegué a pensar en no luchar más, pero luego reflexioné y
yo quería retirarme por la puerta grande, luchando.
-¿Recibiste apoyo de FADEC (Federación Argentina de Deportes Para Ciegos) o de alguna federación?
-Yo a este país le di mucho de mí y siempre traté de hacerlo de la mejor manera, pero que
te den la espalda es una sensación muy fea. Uno trata de llevar la situación, nada es fácil,
más acá porque el exitismo siempre prevalece. En Argentina lo que menos protegemos es
al deporte y al atleta, FADEC se desligó completamente de mí. No te tienen bien valorado,
distinto son los casos en Brasil y Europa, donde al primero que defienden es al deportista,
como debería ser.
-¿Cuál fue la respuesta de la FADEC?
-Cuando ocurrió lo del doping envié una carta a FADEC disculpándome por lo sucedido, pero nunca recibí una respuesta. Mientras siga la misma gente en la federación sé que no voy a recibir ninguna respuesta. Cuando te va bien, todos se cuelgan de tus podios, pero en las situaciones difíciles no te premian, no quieren salir en tu foto ni te apoyan. Yo solo quería la posibilidad de subirme a la colchoneta y hacer lo que más me gusta, y poder bajarme de ella sin que me corran.
Aunque Lencina no recibió ninguna respuesta de la Federación del Deporte Para Ciegos, lejos está de rendirse y por eso continúa entrenando y dando clases a chicos que aspiran a poder cumplir sus sueños como judocas, mientras que espera una contestación por parte de las autoridades.
-¿Cómo estás en la actualidad?
-La situación de pandemia que estamos viviendo es atípica. pero no nos queda otra que
afrontarla. En este momento tengo a cargo a Agustín Gil, una joven promesa para los
próximos Juegos. Me gusta estar pendiente de mis alumnos y trato de transmitirles un
poco de todo lo que me tocó vivir.
-¿Qué opinás de la decisión de posponer los Juegos Olímpicos y Paralímpicos?
-Me pareció lo más lógico, es una situación mundial donde no se puede jugar con eso, fue
una decisión acertada. Es un parate importante porque muchos chicos venían con un nivel
muy interesante. Luego de esto, hay que ver cómo se pueden reorganizar para mantenerlo.
-¿Te queda algún sueño pendiente como judoca o sentís que pudiste cumplir todos?
-Por suerte cumplí todos los sueños que tenía como judoca. Por razones de la vida seguí
participando en paralímpicos por un tema de visión. Me quedaría pendiente salir por la
puerta grande, un reconocimiento haciendo mi último torneo. Poder decir: ‘Me voy por
donde yo quiero y no por un tecnicismo que no merecía’, pero bueno, la FADEC no me deja
competir por lo que desconozco como seguiré.
Jorge Lencina es más que un judoca argentino, es un ejemplo de superación, sacrificio y voluntad. A pesar de las adversidades que se le fueron presentando en el camino, su
fortaleza y perseverancia se lograron interponer. Uno debe luchar detrás de sus sueños aunque el camino sea difícil y hay que agotar todas las instancias posibles para que esos anhelos se transformen en realidad.