Por Sol Pochettino
Al Torneo Rexona todavía le quedan aproximadamente dos meses de competencia. Se disputaron tres de los ocho partidos de la fecha 17, última de la fase regular, por lo tanto, restan jugarse esos cinco partidos suspendidos y todos los de la Zona Campeonato y la Zona Permanencia, que abarcarían siete u ocho jornadas más.
La gran incógnita es si, después de mitad de año, la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) va a seguir otorgándole a cada club de Primera División los 125.000 pesos mensuales destinados a cubrir los sueldos de ocho jugadoras. Aunque la incertidumbre también engloba a las instituciones que se encargan ellas mismas de los salarios de algunas futbolistas o incluso de los cuerpos técnicos, como lo hacen Boca, River, San Lorenzo, UAI Urquiza, Racing y Gimnasia, entre otros. Aun no hay certezas sobre si los extenderán hasta la nueva fecha de conclusión de la competencia o si solo pagarán hasta mitad de año.
“Los contratos tienen fecha de caducidad en junio, junto con la finalización del campeonato, pero ahora no sabemos qué va a pasar porque el torneo se va a alargar”, expresó Julieta Blanco, arquera del Club Gimnasia y Esgrima La Plata.
Respecto a la posibilidad de reducción en los sueldos a raíz de la pandemia que atraviesa el mundo, Blanco manifestó: “Gimnasia todavía no ha tomado medidas en cuanto a lo económico. Personalmente, a mí esto me afectaría mucho ya que AFA nos descuenta una parte por la obra social y la jubilación, y con lo que cobro ayudo a mi familia a pagar los servicios de la casa”.
La arquera, quien recientemente disputó el Sudamericano Sub-20, manifestó que en la actualidad no es posible vivir en Argentina solo del fútbol femenino, ya que la remuneración es baja. Además, opinó que ve lejana la posibilidad de que el club tripero contrate a todo el equipo, debido a que su situación económica no es la mejor. La institución platense cuenta con salarios fijos para el cuerpo técnico y nueve jugadoras.
Algunas futbolistas del resto de plantel reciben viáticos, como lo es el caso de Lucía Zarza, quien con ello solventa los viajes que debe realizar para entrenar y jugar, ya que vive en Cruce Varela, una localidad que se ubica a 42 kilómetros de la Ciudad de La Plata. La volante ofensiva y madre de un niño, afirmó que, aunque todavía falte mucho por resolver, la profesionalización completa “sería otro paso muy grande para el fútbol femenino”.
Graciela Oviedo integra la Subcomisión del Lobo de dicha disciplina, ratificó que en abril se cumplieron con todos los pagos correspondientes, y que, “sin tener la obligación, el club se hizo cargo de los pasajes para aquellas jugadoras del interior que solicitaron viajar a transcurrir la cuarentena con sus familias”. También se ocupa del hogar y la alimentación de ellas, lo cual no fue modificado en el último tiempo.
Agustina Plazzotta, jugadora asalariada del Club Villa San Carlos, aseguró que la institución de Berisso por el momento tampoco tomó decisiones económicas a partir de la pandemia. Asimismo, declaró que no ve cercana la contratación de las demás futbolistas, pero que “ojalá el día de mañana se cuente con lo necesario para conseguirlo”.
Antes del comienzo de la actual temporada, “Las Villeras”, estuvieron a punto de descender a la Primera B por decisión de la dirigencia. La lateral por derecha contó cómo fue el conflicto y de qué manera se resolvió: “Básicamente el club no contaba con los recursos económicos necesarios para mantener la categoría. Al hacerlo viral obtuvimos mucha repercusión y con ayuda de sponsors que se acercaron a nosotras, pudimos llegar al objetivo de permanecer en la Primera División. Llegamos a un acuerdo con los dirigentes y nos pusimos al hombro todos los gastos que se requieren para seguir jugando y, sobre todo, defender lo que tanto nos costó conseguir”.