viernes, abril 26, 2024

Los caminos de la vida de Cuadrado

Santiago Luli

Los conflictos armados en Colombia son cosa de todos los días, con diferentes grupos paramilitares, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y el Estado que se supone que vela por la población. Estas guerrillas se llevaron la vida de hombres, mujeres y niños inocentes que lo único que hacían era transitar por territorios signados por la violencia. Uno de estos desafortunados fue el padre del futbolista Juan Guillermo Cuadrado, también llamado Guillermo.

El barrio en el que vivían ellos no se caracterizaba por ser tranquilo, sino que todo lo contrario, era tierra de nadie. En realidad, tierra de tiroteos y balas. Las escondidas a las que jugaba el actual jugador de la Juventus no eran como las que disfrutan normalmente todos los chicos de su edad: no había un compañero que comenzara a contar para que luego los demás corrieran con adrenalina y buscaran un lugar para ocultarse. Sus padres le enseñaron que la señal que tenía para ir a un refugio era el temible sonido de un arma disparándose, y en caso de no encontrar dónde quedarse, las consecuencias podían ser peores.

Como de costumbre se inició una balacera en el vecindario y Juan, con cuatro años, se ubicó debajo de su cama para poder protegerse del enfrentamiento, hasta que cesaron las explosiones de las pistolas. Sin embargo, cuando salió de su escondite, observó la imagen más trágica de su vida: su padre había fallecido en el piso de su propia casa, una nueva víctima de la coyuntura colombiana.

Desde ese día, la familia de Cuadrado tuvo que adaptarse a las dificultades: las sentimentales, al perder a alguien tan querido, y las económicas, ya que se habían quedado sin una fuente de ingresos. Por esta última razón la madre de Juan Guillermo tuvo que ir a trabajar embolsando bananas para poder mantener su hogar. Él era tan pequeño que no tenía manera de ayudar en ese momento, aunque con el correr de los años y con la ayuda de la pelota de fútbol, que prácticamente era una extensión de su pie derecho, comenzó a crecer en el mundo del deporte, convirtiendo luego esta actividad en su ocupación para contribuir con su madre y hermanos.

A lo largo de casi 10 años de carrera el mediocampista tuvo la posibilidad de recorrer el mundo de la mano de los seis equipos en los que jugó, aunque los mejores momentos se los brindaron su club actual y el Chelsea, ya que en ambos pudo ser campeón y una de las figuras de cada liga, la italiana y la inglesa.

En la actualidad aprovecha cada oportunidad que tiene para escaparse un ratito de la vorágine del fútbol y poder ver a su familia, sea en Navidad o en otra festividad, para no olvidar sus raíces y agradecer a los y las que siempre estuvieron. También agradece a Dios, el acompañante de muchos colombianos y colombianas.

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